571 El corazón humano es tan engañoso
Ⅰ
Honestidad significa dar tu corazón a Dios,
ser auténtico en todo
y abierto con Dios en todas las cosas.
No trates de engañar a quienes te rodean.
No hagas cosas para ganarte el favor de Dios.
Ser honesto es ser puro en palabra y acción.
No intentes engañar ni al hombre ni a Dios.
Muchos preferirían ser condenados al infierno
que hablar y actuar con honestidad.
No es de extrañar que Dios tenga otro trato
hacia las personas deshonestas.
Dios favorece a quienes son honestos.
Dios es fiel y siempre confiable en Sus palabras.
Sus obras son intachables; nunca lo cuestiones.
Dios favorece a quienes son honestos.
Ⅱ
Dios sabe que te es difícil ser honesto.
Eres muy bueno para juzgar vilmente a los demás,
mientras guardas tus secretos en tu pecho.
Esto hace más simple la obra de Dios.
Dios te llevará al desastre.
Y así creerás firmemente en Sus palabras.
Dios te llevará a decir estas palabras:
“Sé que Dios es un Dios fiel”.
Entonces, te lamentarás:
“¡Engañoso es el corazón del hombre!”.
¿Seguirás sintiéndote triunfante?
¡Mucho menos serás tan abstruso y profundo como ahora!
Ante Dios, algunos se muestran formales y dignos,
se esfuerzan por comportarse,
pero se sacan los colmillos en presencia del Espíritu.
¿Los contarías acaso en las filas de los honestos?
Dios favorece a quienes son honestos.
Dios es fiel y siempre confiable en Sus palabras.
Sus obras son intachables; nunca lo cuestiones.
Dios favorece a quienes son honestos.
Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Tres advertencias