80 Recompensar el amor de Dios y ser Su testigo
Ⅰ
Humilde, Dios se encarnó para salvar a la humanidad,
guiando cada paso, caminando entre las iglesias,
expresando la verdad, regando con esmero al hombre,
purificándolo y haciéndolo perfecto.
He probado la amargura de las pruebas
y me he sometido al juicio de Dios.
Lo dulce sigue a lo amargo, y es limpiada mi corrupción.
Ofrezco mi cuerpo, ofrezco mi corazón
para recompensar el amor de Dios.
Ⅱ
Dios vio muchos veranos, muchas primaveras,
otoños e inviernos, tomando lo amargo junto a lo dulce.
Él sacrifica todo sin nunca arrepentirse,
Él ha dado abnegado Su amor.
He probado la amargura de las pruebas
y me he sometido al juicio de Dios.
Lo dulce sigue a lo amargo, y es limpiada mi corrupción.
Ofrezco mi cuerpo, ofrezco mi corazón
para recompensar el amor de Dios.
Ⅲ
Descartado por seres amados, otros me han difamado.
Pero mi amor es inquebrantable para Dios hasta el final.
Soy totalmente devoto de seguir la voluntad de Dios.
Soporto preocupaciones y la persecución,
experimentando subidas, experimentando bajadas.
No me importa que yo soporte esto en la vida
ni que mi vida esté llena de amargura.
Debo seguir a Dios y dar testimonio de Él.
He probado la amargura de las pruebas
y me he sometido al juicio de Dios.
Lo dulce sigue a lo amargo, y es limpiada mi corrupción.
Ofrezco mi cuerpo, ofrezco mi corazón
para recompensar el amor de Dios.