350 El hombre corrupto no puede representar a Dios

1 Todas las acciones y los hechos de Satanás se manifiestan en el hombre. Hoy, todas las acciones y los hechos del hombre son una expresión de Satanás y, por tanto, no pueden representar a Dios. El hombre es la personificación de Satanás y su carácter es incapaz de representar el carácter de Dios. Algunas personas tienen buen carácter; Dios puede hacer alguna obra por medio del carácter de estas personas, cuyas obras gobierna el Espíritu Santo; sin embargo, su carácter no puede representar a Dios. La obra que Él hace en ellas consiste tan sólo en trabajar con aquello que ya existe en su interior y ampliarlo. Ya sean profetas de eras pasadas o aquellos usados por Dios, nadie puede representarlo directamente.

2 Todo lo que viene directamente de Dios es positivo; el carácter del hombre, sin embargo, ha sido procesado por Satanás y no puede representar a Dios. Solo el amor, la voluntad de sufrir, la justicia, la sumisión, la humildad y la ocultación del Dios encarnado representan directamente a Dios. Esto se debe a que cuando Él vino, lo hizo sin una naturaleza pecaminosa y vino directamente de Dios; Satanás no lo había procesado. Jesús sólo posee la semejanza de la carne pecadora y no representa el pecado; por lo tanto, Sus acciones, Sus hechos, y Sus palabras, hasta ese tiempo anterior a Su cumplimiento de la obra por medio de la crucifixión, son todos directamente representativos de Dios.

3 El ejemplo de Jesús es suficiente para demostrar que nadie con una naturaleza pecaminosa puede representar a Dios, y que el pecado del hombre representa a Satanás. Es decir, el pecado no representa a Dios y Él no tiene pecado. Incluso la obra realizada en el hombre por el Espíritu Santo sólo puede considerarse gobernada por este y no puede decirse que el hombre la haya hecho en nombre de Dios. Pero, en lo que respecta al hombre, ni su pecado ni su carácter lo representan.

Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El hombre corrupto no es capaz de representar a Dios

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Estoy dispuesta a actuar de acuerdo a la palabra de Dios, estoy dispuesta a trabajar armoniosamente con la hermana por el trabajo de la iglesia y por mi propio crecimiento en la vida, y no volveré a pensar más en mis propios intereses.

Una Breve Introducción a los Antecedentes de la Aparición y Obra de Cristo de los Últimos Días en China

China es la tierra donde reside el gran dragón rojo y es el lugar que se ha resistido y ha condenado a Dios más severamente a lo largo de la historia. China es como una fortaleza de demonios y una prisión impenetrable e impermeable controlada por el diablo. Además, el régimen del gran dragón rojo vigila todos los niveles y ha instalado defensas en cada casa. Como resultado, no hay lugar donde sea más difícil difundir el evangelio de Dios y llevar a cabo la obra de Dios. Cuando el Partido Comunista Chino llegó al poder en 1949, la creencia religiosa en China Continental fue totalmente suprimida y prohibida. Millones de cristianos sufrieron humillación pública, tortura y encarcelamiento. Todas las iglesias fueron completamente cerradas y vaciadas. Hasta las reuniones en las casas fueron prohibidas. Si sorprendían a alguien participando en una reunión, era encarcelado e incluso podía ser decapitado. En esos tiempos, las actividades religiosas desaparecieron casi sin dejar rastro. Solamente un pequeño número de cristianos continuó creyendo en Dios, pero sólo podían orar silenciosamente a Dios y cantarle himnos de alabanza en sus corazones, suplicando a Dios que reviviera la iglesia. Finalmente, en 1981, la iglesia fue verdaderamente revivida y el Espíritu Santo comenzó a obrar a gran escala en China. Las iglesias surgieron como brotes de bambú después de una lluvia de primavera y cada vez más personas comenzaron a creer en Dios. En 1983, cuando el renacimiento de la iglesia alcanzó su clímax, el Partido Comunista Chino comenzó una nueva ronda de cruel represión. Millones de personas fueron arrestadas, detenidas y educadas por medio del trabajo. El régimen del gran dragón rojo sólo permitía a los creyentes en Dios unirse a la iglesia del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías creado y controlado por el gobierno. El gobierno del PCCh estableció el Movimiento Patriótico de Tres Autonomías en un intento por eliminar completamente la iglesia doméstica clandestina y tener a aquellos creyentes en el Señor bajo el firme control del gobierno. Creía que ésta era la única manera de lograr su objetivo de prohibir la fe y convertir a China en una tierra sin Dios. Pero el Espíritu Santo continuó realizando Su obra a gran escala en la iglesia doméstica y en aquellas personas que en verdad creían en Dios, lo cual el gobierno del PCCh no tenía manera de detener. En ese entonces, en la iglesia doméstica donde obraba el Espíritu Santo, Cristo de los últimos días aparecía en secreto para obrar; empezó a expresar la verdad y a realizar Su obra de juicio, comenzando con la casa de Dios.

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