Testimonios de la persecución

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Una batalla contra el lavado de cerebro

Por Zhao Liang, China La policía del Partido Comunista de China me detuvo por mi fe cuando tenía 19 años. Me hizo padecer 60 días de tortura y lavado …

Una canción de vida en medio de la ruina

En 1999, tuve la suerte de aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. A través de la lectura de las palabras de Dios, percibía la autoridad y el poder que tenían esas palabras y sentía que eran la voz de Dios.

La persecución y el sufrimiento hicieron que amara aún más a Dios

Mi nombre es Liu Zhen. Tengo 78 años, y soy solo una cristiana común y corriente en la Iglesia de Dios Todopoderoso. Estoy agradecida a Dios Todopoderoso por elegirme a mí, una anciana de una aldea rural que no tiene nada destacable a los ojos del mundo. Después de aceptar la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso, oraba a Dios todos los días, escuchaba recitados de la palabra de Dios y asistía a reuniones y me comunicaba con mis hermanos y hermanas.

La palabra de Dios es mi fuerza en la vida

Con la experiencia de mi detención me quedó clara la esencia demoníaca del Gobierno del PCCh. Lucha contra el cielo y se enemista con Dios. Se niega a adorar a Dios y, además, emplea todos los medios posibles para engañar y controlar al pueblo con tal de que no crea en Dios ni lo adore. Procura que el pueblo se aparte Dios y se oponga a Él para que se acabe hundiendo en el infierno con el propio régimen.

Guiada por las palabras de Dios, vencí la represión de las fuerzas de la oscuridad

Al haber experimentado la persecución a manos del Gobierno del PCCh, vi completa y claramente su esencia hipócrita y demoniaca que engaña al público para ganarse elogios para sí mismos y tuve la seguridad de que no son más que una pandilla de demonios que blasfeman contra el Cielo y se oponen a Dios.

Victorioso a través de las tentaciones de Satanás

Nací en la década de 1980 en una aldea. Por generaciones hemos sido una familia de granjeros. Me aboqué a estudiar para poder aprobar los exámenes de ingreso en la universidad y escapar de la vida de pobreza y el atraso de la aldea.

La fe inquebrantable

Soy una persona sincera por naturaleza, por lo que siempre fui acosado por otras personas. Por lo tanto, probé el sabor de la frialdad del mundo del hombre y sentí que mi vida era vacía y que no tenía significado. Después de que comencé a creer en Dios Todopoderoso, por medio de la lectura de la palabra de Dios y de haber experimentado la vida de la iglesia, disfruté de una fe y de un gozo en mi corazón como nunca antes había sentido.

Cuando tenía 18 años

Aunque sufrí un poco físicamente a raíz de mi detención y hostigamiento por parte del PCCh, adquirí un discernimiento que me permitió ver la malvada esencia del PCCh y su rostro demoníaco de oposición a Dios. Lo aborrecí y rechacé desde el fondo de mi corazón.

Pasar la flor de la juventud en la cárcel

Quizás para muchos, esos años están llenos de bonitos recuerdos, pero lo que nunca habría esperado era pasar la plenitud de mi propia juventud en la cárcel. Podrías mirarme de forma extraña por esto, pero no me arrepiento de ello.

El amor de Dios no conoce límites

He sufrido al máximo las miserias de la vida. Llevaba pocos años casada cuando falleció mi esposo y, a partir de ese momento, la pesada carga de cuidar de la familia cayó directamente sobre mis hombros. Vivía una vida difícil al tener un hijo pequeño.

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