13 El único Dios verdadero ha aparecido en la carne
Ⅰ
Siete truenos sacuden los cielos.
Ha aparecido el único Dios verdadero.
Es el mismo Espíritu Santo quien habla,
es Su testimonio, son Sus palabras
que tienen autoridad y poder,
y estremecen a todas las naciones.
En la carne ha aparecido Dios.
Sabemos que ha regresado el Redentor en una blanca nube
y hemos visto Su rostro y oído Su voz.
Seguimos las huellas del Cordero y al banquete todos asistimos.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.
Dios ha formado vencedores y ha ganado la gloria.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.
El reino de Cristo ya en la tierra, Dios ha culminado Su gran obra.
Ⅱ
El pueblo de Dios participa en el entrenamiento del reino.
El juicio de Dios aceptamos y estamos siendo purificados.
Nuestra salvación es obra de Su amor.
Practicar la verdad es una bendición.
Vivimos en las palabras de Dios
y Su verdad nos alegra el corazón.
Al palpar la realidad de esas palabras,
el carácter nuestro se transforma.
Con semejanza humana glorificamos a Dios,
nuestro testimonio alegra Su corazón.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.
Dios ha formado vencedores y ha ganado la gloria.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.
El reino de Cristo ya en la tierra, Dios ha culminado Su gran obra.
Ⅲ
Oh Dios, consideramos mucho Tu voluntad.
Desprendidos nos dedicamos a Ti felices.
Nuestros francos corazones te ofrecemos.
En atención a Tu carga,
avanzamos y somos fieles al cumplir nuestro deber.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.
El reino de Dios es luminoso, quienes lo aman sienten gran gozo.