177 La necesidad de la encarnación de Dios
Ⅰ
Satanás ha corrompido la carne del hombre,
que ha sido cegada y afligida.
Dios obra en carne porque al que salva es el hombre de la carne.
Y a través de esa carne Satanás perturba la obra de Dios, de Dios.
La guerra con Satanás es la obra para conquistar al hombre,
y el hombre es el objeto de la salvación de Dios.
Es muy necesario que Dios obre en carne, que Dios obre en carne.
Ⅱ
Satanás corrompió la carne del hombre,
y él se convirtió en la encarnación de Satanás,
así como el que Dios derrota.
Entonces, la guerra con Satanás y la obra de salvar al hombre
tienen lugar en la tierra, en la tierra.
Y para luchar contra Satanás, Dios debe volverse humano.
Esta es la obra más práctica.
Esta es la obra más práctica, la obra más práctica.
Ⅲ
Dios obra en la carne para luchar contra Satanás,
haciendo la obra en el reino espiritual.
Él realiza Su obra en la tierra.
El conquistado es el hombre, quien es desobediente.
El derrotado es la encarnación de Satanás,
el enemigo de Dios, el enemigo de Dios.
Ⅳ
Al final sigue siendo el hombre el salvado.
Es más necesario que Dios se convierta
en un hombre con caparazón de criatura.
Así puede batallar con Satanás.
Y puede conquistar al hombre,
quien lo desobedece y tiene el mismo caparazón.
Y también salvar al hombre,
quien tiene Su mismo caparazón,
pero ha sido víctima de Satanás.
Ⅴ
Su enemigo es el hombre,
el objeto que Él conquista es el hombre,
el objeto de Su salvación es el hombre que creó.
Por eso debe volverse humano.
Así Su obra es mucho más fácil.
Dios puede vencer a Satanás y conquistar a la humanidad,
y sobre todo, salvarla,
y sobre todo, salvarla,
y sobre todo, salvarla.
Adaptado de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado