Dios mismo, el único IX

Dios es la fuente de vida para todas las cosas (III) Parte 3

Dios equilibra las relaciones entre todas las cosas para dar a la humanidad un entorno estable para la supervivencia

Acabamos de hablar acerca de cómo Dios domina sobre las leyes de todas las cosas y también de cómo provee y nutre a toda la humanidad por medio de Sus leyes para todos los seres y dentro de esas leyes. Este es un aspecto. Seguidamente, vamos a hablar sobre otro aspecto, que es una forma en la que Dios tiene el control de todo. Así es cómo, después de crear todas las cosas, Él equilibró las relaciones entre ellas. Este también es un tema bastante amplio para vosotros. ¿Es el equilibrar las relaciones entre todas las cosas algo que las personas pueden conseguir? Los humanos no pueden hacerlo por sí mismos. Las personas sólo son capaces de destruir. No pueden equilibrar relaciones entre todas las cosas; no tienen una autoridad ni un poder tan grandes. Sólo Dios mismo posee el poder para hacer ese tipo de cosas. ¿Cuál es el propósito de Dios al hacerlo? Exactamente el mismo, está estrechamente relacionado con la supervivencia de la humanidad. Cada cosa que Dios quiere hacer es necesaria; no hay nada que Él pueda o no pueda hacer. Existen algunas cosas importantes que son indispensables que Él haga para salvaguardar la supervivencia de la humanidad y proporcionarles a las personas un entorno favorable.

Partiendo del significado literal de la frase “Dios equilibra todas las cosas”, es un tema muy amplio; primero te proporciona un concepto para que sepas que equilibrar todas las cosas es precisamente Su señorío sobre las mismas. ¿Qué significa la palabra “equilibrar”? En primer lugar, “equilibrar” se refiere a no permitir que algo se desequilibre. Todo el mundo conoce las balanzas. Al usarlas para pesar algo, lo colocas en un lado de la balanza y pones pesas en el otro. La cantidad final de pesas determina el peso de esa cosa —eso se llama equilibrar—. Con el fin de lograrlo, el peso de los dos lados debe ser el mismo. Dios creó muchas cosas entre todas las cosas —Él creó las cosas fijas, las que se mueven, las que viven, las que respiran, así como las que no lo hacen—. Él creó un gran número de cosas, ¿es fácil para todas estas cosas conseguir una relación de interdependencia, de apoyo mutuo y restricción, de interconexión? Existe sin duda un principio en todo esto. Aunque es muy complicado, no es difícil para Dios. Sin embargo, para las personas, es muy difícil de investigar. Equilibrio parece ser una palabra muy simple; sin embargo, si las personas investigaran sobre ella, si necesitaran crear equilibrio, en ello trabajarían todos estos brillantes académicos: biólogos humanos, astrónomos, físicos, químicos e incluso historiadores. ¿Cuál sería el resultado final de esa investigación? Nada. Esto se debe a que la creación de todas las cosas por parte de Dios es demasiado increíble y la humanidad nunca descifrará sus secretos. Cuando Dios creó a todos los seres, estableció principios entre ellos, diferentes formas de supervivencia para la restricción, la complementariedad y el sustento mutuos. Estos diversos métodos son muy complejos; no son simples ni unidireccionales. Cuando las personas usan su mente, su conocimiento y los fenómenos que han visto para confirmar o investigar los principios subyacentes al control de Dios sobre todas las cosas, estos son extremadamente difíciles de descubrir. También resulta muy difícil descubrir u obtener algún resultado. Puede decirse que es muy difícil que las personas obtengan resultados. Es muy difícil mantener el equilibrio apoyándose en las mentes y el conocimiento humanos para gobernar todas las cosas creadas por Dios. Como las personas no conocen los principios de la supervivencia de todos los seres, no saben cómo salvaguardar este tipo de equilibrio. Por tanto, si las personas tuvieran que administrar y gobernar a todos los seres, lo más probable es que destruyeran este equilibrio. Tan pronto como este fuera destruido, sus entornos para la supervivencia lo serían también, y cuando eso ocurriera, seguidamente se produciría una crisis para la misma. Daría lugar al desastre. Cuando la humanidad vive en medio del desastre, ¿qué habrá delante de ella? Sería un resultado difícil de adivinar, de predecir. Este es justo el tipo de peligro al que el mundo se enfrenta actualmente.

¿Cómo equilibra Dios, pues, las relaciones entre todas las cosas? Primero, en el mundo hay algunos lugares cubiertos de hielo y nieve todo el año mientras que, en otros, las cuatro estaciones son como la primavera. Nunca verás una capa de hielo ni un copo de nieve. No hay invierno; parecería que siempre es primavera. Esta es una de las maneras, desde la perspectiva del clima más general. El segundo tipo es cuando las personas ven las montañas llenas de frondosa vegetación, con todo tipo de plantas cubriendo la tierra; hay espesos bosques y cuando caminas por ellos ni siquiera puedes ver el sol. En otras montañas, la hierba ni siquiera crece; hay un estrato tras otro de montañas yermas y salvajes. Mirando desde fuera, ambas son montañas de tierra apilada. Un grupo de ellas está lleno de espesa vegetación, y el otro está desprovisto incluso de hierba. Este es el segundo tipo. En el tercer tipo, podrías ver praderas interminables, un campo verde y ondulante, o podrías ver un desierto hasta donde te alcance la vista; no ves ninguna cosa viva, y mucho menos una fuente de agua, sólo el silbido del viento en la arena. En el cuarto tipo, un lugar está cubierto por el mar, formado por inmensas áreas de agua, mientras que en otros pasas grandes apuros para encontrar agua de manantial. En el quinto tipo, en una tierra la llovizna es frecuente, hay niebla y humedad, mientras que en otra son muy comunes los días terriblemente soleados y no verás una sola gota de lluvia. En el sexto, un tipo de lugar es una meseta donde el aire está enrarecido y resulta difícil respirar, y en otro hay pantanos y llanuras que sirven de hábitat para los diversos tipos de aves migratorias. Estos son diferentes tipos de clima, o los climas y entornos que corresponden a los distintos ambientes geográficos. Es decir, Dios equilibra los entornos básicos para la supervivencia de la humanidad a partir de los aspectos del entorno más global, desde el clima al entorno geográfico, desde los diferentes componentes del terreno a la cantidad de fuentes de agua con el fin de conseguir un equilibrio en el aire, la temperatura y la humedad de los entornos en los que sobreviven las personas. Con estos contrastes de diferentes entornos geográficos, las personas tendrán aire estable y la temperatura y la humedad en las diferentes estaciones serán estables. Esto permite que las personas sigan viviendo como siempre en ese tipo de entorno para la supervivencia. Esto es así desde la perspectiva del entorno mayor. Primero debe equilibrarse el entorno más global, lo cual se lleva a cabo por medio de la utilización de diferentes localizaciones geográficas y métodos, así como transiciones entre diferentes climas para la restricción mutua con el fin de lograr el equilibrio que Dios quiere y que la humanidad requiere. Esto es desde la perspectiva del entorno más global.

Considerando detalles como la vegetación, ¿cómo es posible tener y lograr ese equilibrio? Es decir, ¿cómo se logra que la vegetación sobreviva en un entorno equilibrado para la supervivencia? Gestionando la duración de la vida, los índices de crecimiento y de reproducción de los diversos tipos de plantas para salvaguardar su entorno para la supervivencia. Tomemos como ejemplo la diminuta hierba: están los brotes de primavera, la floración del verano y el fruto del otoño. El fruto cae al suelo y esa hierba muere. Al año siguiente, la semilla del fruto brota y continúa según las mismas leyes. La vida de la hierba es muy corta: vive de la primavera al otoño, y después muere. Cada semilla cae al suelo, echa raíces y brota, florece y produce fruto; este proceso sólo tiene lugar a lo largo de la primavera, el verano y el otoño, y todas las clases de árboles también tienen su propia duración de vida y diferentes períodos para brotar y dar fruto. Algunos árboles mueren después de tan sólo 30 a 50 años; tienen una duración de vida de 30 a 50 años, pero su fruto cae al suelo, y seguidamente echa raíces y brota, florece y da fruto, y vive otros 30 a 50 años. Este es su índice de recurrencia. Un árbol viejo muere y uno joven crece; por esta razón siempre ves árboles creciendo en el bosque. Pero también tienen su propio ciclo y proceso de nacimiento y muerte. Algunos árboles pueden vivir durante mil años, y otros hasta tres mil. Son de ese tipo de planta. Independientemente del tipo de planta o de la duración de su vida, dicho en un sentido general, Dios administra su equilibrio en base a cuánto vive, su capacidad y velocidad de reproducción, así como la cantidad y el índice de la misma. Esto permite que, desde la hierba hasta los árboles, sean capaces de seguir desarrollándose, de crecer en un entorno ecológico equilibrado. Por tanto, cuando contemplas un bosque en la tierra, independientemente de que sea de árboles o de hierba, se está reproduciendo continuamente y creciendo según sus propias leyes. No necesita la ayuda de la humanidad; no necesita ninguna obra adicional de esta. Sólo por tener esta clase de equilibrio son capaces de mantener su propio entorno para sobrevivir. Sólo porque tienen un entorno adecuado para la supervivencia pueden estos bosques y estas praderas seguir viviendo sobre la tierra. Su existencia nutre a una generación tras otra de personas, así como a una generación tras otra de toda clase de cosas vivientes con hábitats en los bosques y las praderas: aves y animales, insectos y toda clase de microorganismos.

Dios también controla el equilibrio de todos los tipos de animales. ¿Cómo se controla este equilibrio? Es parecido a las plantas; Él administra su equilibrio y determina su número en base a su capacidad de reproducción, su cantidad e índice de reproducción y las funciones que desempeñan entre los animales. Por ejemplo, los leones comen cebras, por lo que si la cantidad de leones excediera a la de cebras, ¿cuál sería el destino de estas? Se extinguirían. Y si la reproducción de las cebras fuera mucho menor que la de los leones, ¿cuál sería su destino? También se extinguirían. Por tanto, la cantidad de cebras debe ser mucho mayor que la de leones. Esto se debe a que las cebras no sólo existen para sí mismas, sino también para los leones. Se podría decir, asimismo, que cada cebra es una parte de las cebras, pero también es el alimento en la boca de un león. La velocidad de reproducción de este nunca puede superar a la de las cebras, por lo que su número nunca puede ser mayor al de ellas. Sólo así se puede garantizar la fuente de alimentación de los leones. Aunque los leones son enemigos naturales de las cebras, las personas los ven frecuentemente descansando tranquilamente en la misma zona. Las cebras nunca se verán reducidas en número ni se extinguirán porque los leones las cacen y se las coman; y los leones nunca aumentarán en número por su estatus de “rey”. Este equilibrio es algo que Dios estableció hace mucho tiempo. Es decir, Dios estableció leyes de equilibrio entre todos los animales de manera que puedan conseguir el equilibrio, y esto es algo que la humanidad puede ver. ¿Son los leones los únicos enemigos naturales de las cebras? Los cocodrilos también las comen; ¿has visto alguna vez a un cocodrilo comerse una cebra? Es una visión brutal. Las cebras parecen ser un tipo de animal realmente desamparado. No tienen la ferocidad de los leones y, cuando se enfrentan a este enemigo formidable, sólo pueden huir. Ni siquiera pueden oponer resistencia. Cuando no pueden huir del león, sólo pueden dejarse comer por él. Esto es algo que se ve con frecuencia en el mundo animal. ¿Cuál es vuestra impresión al ver este tipo de cosas? ¿Sientes pena por la cebra? ¿Detestas al león? ¡Las cebras son muy hermosas! Pero los leones siempre parecen mirarlas con codicia. Y ellas, tontamente, no corren y se alejan. Ven al león ahí esperándolas, con aire despreocupado a la sombra de un árbol. Quién sabe cuándo se las comerá. ¿Saben esto en su corazón? Lo saben, pero no abandonarán ese pedazo de tierra. Esto es algo maravilloso. Y esta maravilla contiene la predestinación de Dios, Su dominio. Sientes lástima por esa cebra, pero eres incapaz de salvarla; y sientes que ese león es detestable, pero no puedes librarte de él. La cebra es un alimento que Dios ha preparado para el león, pero independientemente de cómo las coman estos, ellas no desaparecerán. La cantidad de cachorros engendrados por los leones es realmente pequeña y estos se reproducen muy lentamente, por lo que no pueden superar en número a las cebras. Por mucho que coman, nunca serán más que ellas. Esto es un tipo de equilibrio.

¿Cuál es el objetivo de Dios al mantener esta clase de equilibrio? Esto tiene que ver con los entornos para la supervivencia de las personas, así como la supervivencia de la humanidad. Si las cebras, o cualquier presa parecida del león —un ciervo u otros animales—, se reproducen con demasiada lentitud y la cantidad de leones se incrementa de forma significativa, ¿a qué clase de peligro se enfrentarían los seres humanos? Que los leones coman cebras es un fenómeno normal, pero si un león se comiera a una persona, sería una tragedia. Esta tragedia no es algo predestinado por Dios, no está dentro de Su dominio, y mucho menos es lo que Él ha previsto para la humanidad. Más bien, es lo que las personas han acarreado sobre sí mismas. Por tanto, tal como Dios lo ve, el equilibrio entre todas las cosas es crucial para la supervivencia de la humanidad. Tanto si son animales como si son plantas, no pueden perder su equilibrio adecuado. Plantas, animales, montañas y lagos han preparado para la humanidad un entorno ecológico normal. Sólo cuando las personas tienen esta clase de entorno ecológico —uno equilibrado— es segura su supervivencia. Si la capacidad de reproducción de un árbol o la hierba no fuera muy buena o su velocidad de reproducción fuera muy lenta, ¿qué haría el terreno? ¿Perdería su humedad? Si el terreno perdiera su humedad, ¿sería un problema? Si el terreno perdiera su vegetación y su humedad, se erosionaría con mucha rapidez y quedaría arena en su lugar. El terreno ya no sería saludable y pasaría a ser arenoso, y cuando el suelo se deteriora, el entorno para la supervivencia de las personas también se destruye. Junto a esta destrucción vendrían desastres. Sin esta clase de equilibrio ecológico, sin este tipo de entorno ecológico, las personas sufrirían frecuentemente desastres debidos a estos desequilibrios entre todas las cosas. Por ejemplo, un desequilibrio medioambiental que produce un incremento en la cantidad de ranas en cierto lugar —se destruye su entorno ecológico, se reúnen todas, su número aumenta de forma marcada y las personas incluso las ven cruzando las calles en las ciudades, y muchas en las carreteras—. Si grandes cantidades de ranas ocuparan el entorno para la supervivencia humana, ¿cómo se definiría esto? Un desastre. ¿Por qué se le llamaría desastre? Estos pequeños animales, beneficiosos para la humanidad, son útiles para las personas cuando permanecen en el lugar adecuado para ellos; mantienen el equilibrio del entorno para la supervivencia de las personas. Tan pronto como pasen a ser un desastre, causarán un impacto en el orden de la vida de las personas. Todas las cosas y todos los elementos que las ranas traen consigo pueden influir en la calidad de vida de las personas. Incluso pueden atacar sus órganos físicos; este es uno de los tipos de desastres. Otra clase de desastre, que los seres humanos han experimentado con frecuencia, es la aparición de un gran número de langostas. ¿No es esto un desastre? Es una calamidad aterradora. Independientemente de la capacidad de los seres humanos —pueden fabricar aviones, cañones y bombas atómicas—, cuando las langostas invaden a la humanidad, ¿qué solución hay? ¿Pueden usar cañones contra ellas? ¿Pueden dispararles con ametralladoras? No pueden. ¿Pueden usar un pesticida para deshacerse de ellas? Eso tampoco es fácil. ¿Por qué vienen entonces las langostas? Para comer cereales. Allí donde van destruyen por completo los cultivos. Comen específicamente cereales y grano. Por donde pasan, ¡el grano desaparece! Durante una invasión de langostas, todos los alimentos de los que dependen los agricultores, la cosecha de todo un año de trabajo, quedaría consumida en un abrir y cerrar de ojos. ¿Y qué es para los humanos la llegada de las langostas? No es sólo una irritación, sino es un desastre. Las langostas son un tipo de desastre, pero, ¿qué pasa con los ratones? Si estos se reproducen con demasiada rapidez y no hay suficientes lechuzas o halcones que se los coman, se multiplicarán con mucha rapidez, más de lo que puedas imaginar. Y si los ratones se extienden descontroladamente, ¿pueden los humanos tener una buena vida? No pueden. ¿A qué se enfrentarían? (Pestilencia). ¿Sólo pestilencia? ¡Los ratones se lo comen todo! Roen hasta la madera. Si hay dos ratones en una casa, todos sus habitantes se irritarán. En unas ocasiones roban aceite y se lo comen, en otras se comen los granos y mordisquean la ropa; estas son las molestias que los ratones causan a las personas. Sólo son unos ratoncitos, pero las personas no tienen forma de ocuparse de ellos. Incluso se sienten agobiadas por ellos. A veces trepan hasta el escurridor de platos; ¿se pueden seguir utilizando esos platos? No pueden utilizarse; desinfectarlos es inútil y aunque lo hagas no te sentirás cómodo, y acabarás tirándolos. Aquello que no se comen, lo roen hasta hacerlo trizas y lo dejan inservible. Mordisquean la ropa, los zapatos, la madera, los muebles… todo. Sobra hablar de todo un grupo de ratones; con un par de ellos basta para causar un trastorno. Si llegaran a ser un desastre, las consecuencias serían impensables. Si las pequeñas hormigas se convirtieran en un desastre, ¿cómo sería? Los daños que causarían a la humanidad no podrían ignorarse. Que las hormigas se coman la madera hasta el punto de que una casa se derrumbe no es algo extraño. No se puede pasar por alto su fuerza. Y si diferentes tipos de pájaros se convirtieran en un desastre también sería algo aterrador. Esto es, independientemente de qué tipo de animales o cosas vivientes sean, tan pronto como pierdan su equilibrio, crecerán, se reproducirán, y vivirán dentro de un ámbito anormal e irregular. Esto traería consecuencias inimaginables a la humanidad. No sólo afectaría a la supervivencia y a la vida de las personas, sino que también traería el desastre a la humanidad, hasta el punto de que las personas sufrirían una aniquilación total y su destino sería la extinción.

Cuando Dios creó todas las cosas, usó toda clase de métodos y formas para equilibrarlas, para equilibrar las condiciones de vida para las montañas y los lagos, para las plantas y todo tipo de animales, pájaros e insectos, Su objetivo era permitir que todas las clases de seres vivos vivan y se multipliquen dentro de las leyes que Él había establecido. Ningún ser puede salirse de estas leyes y estas no se pueden quebrantar. Sólo dentro de este tipo de entorno básico pueden los humanos sobrevivir y multiplicarse de forma segura, generación tras generación. Si alguna criatura viviente fuera más allá de la cantidad o del ámbito establecidos por Dios, o si excediera el índice, la frecuencia de crecimiento o el número que Él ha determinado, el entorno para la supervivencia de la humanidad sufriría diversos grados de destrucción. Al mismo tiempo, la supervivencia de la humanidad se vería amenazada. Si un tipo de criatura viviente es demasiado numeroso, les robará comida a las personas, destruirá sus fuentes de agua, y arruinará sus tierras. De esa forma, la reproducción o el estado de supervivencia de la humanidad sufrirían un impacto inmediato. Por ejemplo, el agua es muy importante para todas las cosas. Si hay demasiados animales —si la cantidad de ratones, hormigas, langostas y ranas es demasiado grande y necesitan beber agua—, cuando hay un número excesivo de animales, la cantidad de agua que beban también aumentará. Al incrementarse la cantidad de agua que beben, dentro de este ámbito fijo de fuentes de agua potable y acuíferos, se reducirían el agua potable y las fuentes para las personas y faltará agua. Si el agua potable de las personas se destruye, se contamina o se diezma por el aumento en número de todo tipo de animales, la supervivencia de la humanidad se verá seriamente amenazada bajo esa clase de entorno hostil para la supervivencia. Si hay uno o varios tipos de seres vivientes que exceden el número adecuado, el aire, la temperatura, la humedad e incluso el contenido del aire en el espacio para la supervivencia de la humanidad se envenenarán y destruirán en diversos grados. De forma parecida, bajo estas circunstancias, la supervivencia y el destino de los humanos seguirá estando sujeto a la amenaza de ese tipo de entorno. Así pues, si las personas pierden estos equilibrios, el aire que respiran se estropeará, el agua que beben se contaminará y las temperaturas que requieren también cambiarán, sufrirán un impacto en diferentes grados. Si eso ocurre, los entornos naturales para la supervivencia de la humanidad se someterán a enormes impactos y desafíos. Bajo este tipo de circunstancias en las que los entornos básicos para la supervivencia de los humanos han sido destruidos, ¿cuáles serían el destino y las perspectivas de la humanidad? ¡Es un problema muy serio! Como Dios sabe que todas las cosas son para la humanidad, la función de cada tipo de cosa que Él creó, qué clase de impacto tiene en las personas y cuán gran beneficio le produce a la humanidad, en el corazón de Dios hay un plan para todo esto y Él administra cada aspecto de todas las cosas que ha creado, por lo que para los humanos, cada cosa que Él hace es muy importante, todo es necesario. Así pues, si ves fenómenos ecológicos entre todas las cosas, o algunas leyes naturales entre ellas, ya no dudarás más de la necesidad de cada una de las cosas creadas por Dios. Ya no usarás palabras ignorantes para emitir juicios arbitrarios sobre la organización de todas las cosas por parte de Dios y Sus diversas formas de proveer para la humanidad. Tampoco sacarás conclusiones arbitrarias sobre las leyes de Dios para todas las cosas que Él creó. ¿No es así?

¿Qué es todo esto de lo que acabamos de hablar? Piensa en ello. Dios tiene Su propio propósito en cada cosa que hace. Aunque los humanos no pueden ver ese propósito, este está siempre muy relacionado con la supervivencia de la humanidad. Está inseparablemente relacionado con él, es indispensable. Esto se debe a que Dios nunca ha hecho nada que sea fútil. En cada cosa que hace, Su plan está dentro de sus teorías y principios, que contienen Su sabiduría. El objetivo de ese plan y propósito es proteger a la humanidad, ayudarla a evitar el desastre, la invasión por cualquier cosa viviente y cualquier tipo de daño que se les pueda causar a los seres humanos. Por tanto, a partir de las acciones de Dios que hemos visto en este tema que estamos exponiendo, ¿podríamos decir que Dios provee de otra forma para la humanidad? ¿Podríamos decir que Dios está alimentando y pastoreando así a la humanidad? Desde luego que podrías decirlo. Ahora deberíais entenderlo; ¿existe una relación sólida entre este tema y el título de nuestra exposición “Dios es la fuente de la vida para todas las cosas”? (Sí). Hay una relación sólida, y este tema es un aspecto de ello. Antes de hablar sobre estos temas, las personas sólo tenían una imaginación confusa de Dios, Dios mismo y Sus actos; no tenían un verdadero entendimiento de estas cosas. Sin embargo, cuando se les habla a las personas sobre Sus acciones y las cosas que Él ha hecho, pueden entender y comprender los principios de lo que Él hace y tener claridad sobre ellos, ¿verdad? (Sí). Aunque en el corazón de Dios Sus teorías, Sus principios y Sus normas son muy complicadas cuando Él hace algo, cuando creó todas las cosas, y cuando domina sobre ellas, si tomara una sola cosa para compartir su enseñanza con vosotros, ¿no seréis capaces de entender en vuestros corazones que son acciones de Dios, y muy concretas? (Sí). ¿Entonces cómo es vuestro entendimiento actual de Dios diferente del de antes? Es diferente en esencia. Lo que entendías antes era demasiado vacío, demasiado confuso, y lo que entiendes ahora contiene mucha evidencia concreta para aferrarse a las acciones de Dios, para comparar con lo que Dios tiene y es. Por tanto, todo lo que he dicho es un gran material para vuestro entendimiento de Dios.

Eso es todo por la reunión de hoy. ¡Adiós! ¡Que tengáis una buena tarde! (Adiós, Dios Todopoderoso).

9 de febrero de 2014

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