Cómo conocer la naturaleza del hombre (Parte 1)
¿Cómo conocer la propia naturaleza? ¿Qué cosas componen la naturaleza de una persona? Solo eres consciente de las deficiencias, los defectos, las intenciones, las nociones, la negatividad y la desobediencia del hombre, sin embargo eres incapaz de descubrir las cosas dentro de la naturaleza del hombre. Solo conoces la capa exterior, no eres capaz de descubrir su origen. Esto no implica el conocimiento de la naturaleza del hombre. Algunas personas admiten sus deficiencias y negatividades, y dicen: “Entiendo mi naturaleza. Ves que reconozco mi arrogancia. ¿Acaso no es eso conocer mi naturaleza?”. La arrogancia es una parte de la naturaleza del hombre, eso es verdad. Sin embargo, no basta con admitir esto en el sentido doctrinal. ¿Qué significa conocer la propia naturaleza? ¿Cómo puede conocerse? ¿A partir de qué aspectos se la conoce? ¿Cómo en concreto debería percibirse la propia naturaleza a través de las cosas que uno revela? Primero que nada, puedes ver la naturaleza de una persona a través de sus intereses. Por ejemplo, algunas personas sienten una particular adoración hacia la gente famosa y eminente, a otras les gustan especialmente los cantantes o las estrellas de cine, y otras tienen un gusto particular por jugar a juegos. A partir de estos intereses, podemos ver cuál es la naturaleza de estas personas. Un simple ejemplo: algunas personas podrían tener una gran idolatría por cierto cantante. ¿Hasta qué punto los idolatran? Hasta obsesionarse con cada uno de sus movimientos, con cada sonrisa y cada palabra de este cantante. Se obsesionan con él e incluso fotografían todo lo que llevan puesto y luego lo imitan. ¿Qué problema demuestra este nivel de idolatría respecto a una persona? Muestra que esa persona solo tiene esas cosas de incrédulo en su corazón, y que no tienen la verdad, no tienen cosas positivas, y mucho menos tienen a Dios en su corazón. Todas las cosas sobre las que esta persona piensa, lo que ama y busca, son de Satanás. Tales cosas ocupan el corazón de esta persona, que acaba por dedicar por entero a ellas. ¿Podéis decir cuál es su esencia naturaleza? Si se ama algo hasta un extremo, eso puede convertirse en la propia vida y ocupar su corazón, demostrando plenamente que la persona es una idólatra que no quiere a Dios y en su lugar ama al diablo. Por lo tanto, se puede concluir que es la naturaleza de una persona que ama y adora al diablo, que no ama la verdad y no quiere a Dios. ¿Es esta una forma correcta de ver la naturaleza de alguien? Es completamente correcta. Así es cómo se debe diseccionar la naturaleza del hombre. Por ejemplo, algunas personas idolatran de manera particular a Pablo: les gusta salir a pronunciar discursos y hacer obra, les gusta reunirse y predicar; les gusta que los demás las escuchen, que las adoren y las rodeen. Les gusta ocupar un lugar en el corazón de los demás y aprecian que otros valoren la imagen que muestran. Analicemos su naturaleza a partir de estos comportamientos. ¿Cuál es su naturaleza? Si de verdad se comportan así, entonces basta para mostrar que son arrogantes y engreídos. No adoran a Dios en absoluto; buscan estatus elevado y desean tener autoridad sobre otros, poseerlos, y ocupar un lugar en sus corazones. Esta es la imagen clásica de Satanás. Los aspectos de su naturaleza que más destacan son la arrogancia y el engreimiento, la negativa a adorar a Dios, y un deseo de ser adorados por los demás. Tales comportamientos pueden darte una visión muy clara de su naturaleza. Por ejemplo, a algunas personas les encanta de verdad aprovecharse de las cosas injustamente a expensas de otros, y estas personas buscan satisfacer sus propios intereses en todos los asuntos. Todo lo que hacen tiene que reportarles beneficio o, de lo contrario, no lo harán. No se preocupan por nada a menos que les proporcione alguna ventaja, y siempre hay motivos ulteriores detrás de sus acciones. Hablan bien de cualquiera que les beneficie y promocionan a quien las adula. Incluso cuando sus personas favoritas tengan problemas, dirán que tienen razón e intentarán con esmero defenderlas y encubrirlas. ¿Qué naturaleza tiene esta gente? Puedes ver completamente su naturaleza a partir de estas conductas. Se esfuerzan por aprovecharse injustamente a través de sus acciones y se involucran constantemente en un comportamiento transaccional en toda situación, por lo que puedes estar seguro de que su naturaleza codicia con todo su corazón recibir beneficios. Lo hacen todo para sí mismos. No se levantarán temprano a no ser que les convenga. Son las personas más egoístas, y son completamente insaciables. Su naturaleza se demuestra mediante su amor por el beneficio y la completa falta de amor por la verdad. Algunos hombres están cautivados por las mujeres, siempre tonteando con ellas por dondequiera que van. Las mujeres hermosas son el objeto de su afecto y tienen la más alta estima en su corazón. Están dispuestos a dar su vida y sacrificarlo todo por las mujeres hermosas; las mujeres son lo que llenan sus corazones. ¿Cuál es la naturaleza de estos hombres? Su naturaleza es amar a las mujeres hermosas y adorarlas, y amar el mal. Son lascivos, con una naturaleza malvada y avariciosa. ¿Por qué digo que esta es su naturaleza? Sus acciones revelan una naturaleza avariciosa. Estos comportamientos no solo son transgresiones ocasionales, y estas personas no son solo un poco peores que la gente corriente; en vez de eso, han llegado a estar completamente ocupadas por estas cosas que se han convertido en su naturaleza y en su esencia. Así, estas cosas se han convertido en manifestaciones de su naturaleza. Los componentes de la naturaleza de una persona se están revelando constantemente. Cualquier cosa que haga una persona, sea lo que sea, puede revelar la naturaleza de esa persona. Las personas tienen sus propios propósitos para todo lo que hacen, ya sea proveer hospitalidad, predicar el evangelio o cualquier otra clase de obra, pueden revelar las partes de su naturaleza sin ninguna conciencia de ello, porque la naturaleza de una persona es su vida, y estas se ven impulsadas por sus naturalezas mientras viven. La naturaleza de una persona no se revela solo en ocasiones ni por casualidad; más bien, puede representar completamente la esencia de la persona. Todo lo que fluye desde el interior de los huesos y de la sangre de las personas es representativo de su naturaleza y su vida. Unos aman a las mujeres hermosas. Otros el dinero. Algunos sienten un amor particular por el estatus. Algunos valoran sobre todo la reputación y su imagen personal. Algunos aman o adoran en particular a ídolos. Y algunas personas son especialmente arrogantes y engreídas, no ceden ante nadie en sus corazones y se esfuerzan por obtener estatus, les gusta destacar por encima de los demás y tener autoridad sobre ellos. Existe una diversidad de naturalezas distintas. Pueden diferir entre las personas, pero sus elementos comunes son la resistencia y la traición a Dios. En esto son todas idénticas.
Respecto a cómo saber cuál es la naturaleza de alguien, vamos a ver unos cuantos ejemplos más. Para empezar, el egoísmo. Se puede decir que el egoísmo es un elemento de la naturaleza de una persona. Todo el mundo tiene este elemento en su interior. Algunas personas son terriblemente egoístas, hasta el extremo y en todas las cosas, solo se consideran a sí mismas, solo buscan la ganancia personal y no tienen siquiera la menor consideración hacia los demás. Ese egoísmo representa su naturaleza. Todo el mundo es en cierto modo egoísta, pero existe una diferencia. Al relacionarse con la gente, algunas personas pueden estar atentos a los demás y cuidarlos, les preocupan otros y los tienen en consideración en todo lo que hacen. Sin embargo, otra gente no es así. Esa gente es especialmente egoísta y siempre es mezquina cuando es anfitriona de los hermanos y hermanas. Le dan a su familia la mejor comida con las raciones más grandes, mientras que a los hermanos y hermanas les ofrecen raciones más pequeñas de la comida menos apetitosa. Cuando vienen sus propios parientes, se encargan de que estén muy cómodos. Sin embargo, cuando vienen los hermanos y hermanas, les hacen dormir en el suelo. Les parece que ya está bien con permitir que los hermanos y hermanas se queden a dormir cuando vienen de visita. Si estos hermanos y hermanas caen enfermos o tienen cualquier otra dificultad, una persona así no los considera para nada, se comportan como si no se dieran cuenta. A tales personas no les importan los demás ni sienten la menor preocupación hacia ellos. Solo les importan ellos mismos y sus parientes. Su naturaleza egoísta es lo que determina su falta de voluntad para preocuparse por los demás. Les parece que hacerlo implica sufrir pérdidas y les supone mucho problema. Algunos podrían decir: “Una persona egoísta no sabe cómo ser considerado con los demás”. Eso es incorrecto. Si no saben ser considerados, ¿por qué, entonces, estas personas egoístas son tan buenos con sus parientes y muestran una plena consideración a sus necesidades? ¿Por qué conocen aquello de lo que ellos mismos carecen y lo que es apropiado vestir o comer en una determinada ocasión? ¿Por qué son incapaces de ser así con otros? En realidad, lo entienden todo, pero son egoístas y despreciables. Esto viene determinado por su naturaleza. Aquellos que son egoístas son incapaces de tratar a la gente con equidad. Además, está el aspecto de la maldad. La casa de Dios ha estipulado que todos los que cometen constantemente fornicación han de ser expulsados. Pero para algunos, fue solo una transgresión momentánea. ¿Se les debe manejar del mismo modo que a los que cometen fornicación constantemente? Es una cuestión de principios. No se puede considerar que aquellos que puedan haber cometido fornicación de vez en cuando tengan una naturaleza malvada. Si alguien tontea siempre con el sexo opuesto allá donde va, y no tiene vergüenza ni moralidad respecto a las relaciones humanas, se trata de una persona malvada y su naturaleza es la maldad. Una persona así revelará su naturaleza sean cuales sean sus acciones o el trabajo que hagan. Su naturaleza es incontrolable y su corazón está lleno de estas cosas inmundas. Tontean con el sexo opuesto dondequiera que van, y aunque paren de hacerlo durante un tiempo, lo hacen porque el ambiente no lo permite o porque no hay parejas apropiadas. Las cosas de la propia naturaleza pueden aparecer en cualquier momento y lugar, nada puede limitarlas. Algunas personas se dejan llevar especialmente por la ropa, la belleza y la vanidad; son muy vanidosas. Se cambian de ropa varias veces al día. Se fijan en quién lleva ropa bonita y quién viste bien, y si no pueden obtener estas cosas, no pueden dormir, y piden dinero prestado o pagan cualquier precio para adquirirlas. Si no logran obtener estas cosas, pueden perder todo interés en creer en Dios, dejan de querer asistir a las reuniones, y pierden el interés en leer la palabra de Dios. Estas cosas son lo único que ocupa su mente. No pueden pensar en nada más. Tales personas son sumamente vanidosas, mucho más que la persona promedio. Es algo en su naturaleza y en sus huesos. Su propia naturaleza es vanidosa. Las cosas en la naturaleza de una persona no se revelan por un momento de debilidad, más bien son manifestaciones constantes. Hagan lo que hagan, las personas llevan consigo los elementos de su naturaleza. Incluso cuando no resultan evidentes desde fuera, siguen existiendo impurezas en su interior. Si una persona taimada habla con sinceridad, en realidad sigue habiendo un significado oculto tras sus palabras. Sus palabras siguen contaminadas por el engaño. Una persona taimada lo es con todo el mundo, incluso con sus familiares y con sus hijos. No importa lo franco que seas con ella, será taimada contigo. Esa es su verdadera cara, esa es precisamente su naturaleza, no es fácil de cambiar, y siempre será así. Una persona honesta a veces dice palabras retorcidas y taimadas, pero por lo general es honesta, actúa con relativa seriedad, no se aprovecha de los demás cuando interactúa con ellos y no tiene intención de tentarlos cuando les habla. Pueden abrirse y comunicar con los demás desde el corazón, y todo el mundo dice que son ingenuos. Cuando a veces dicen palabras taimadas, se trata simplemente de su carácter corrupto saliendo a relucir. Esto no representa su naturaleza porque no son personas taimadas. Por lo tanto, cuando se trata de la naturaleza de una persona, debes entender cuáles son los elementos de esa naturaleza y cuál es el carácter corrupto. Debes ser capaz de distinguir claramente entre los dos. Ahora bien, cuando se pide a la gente que analice su propia naturaleza, algunos dirán: “A veces hablo con dureza” o “Soy inculto y no sé cómo comportarme” o “A veces hay impurezas cuando desempeño mis deberes”, pero no hablan de cómo es su naturaleza ni de si su humanidad es buena. Siempre evitan ese tipo de cosas, y es imposible que se conozcan de verdad a sí mismos. Estar siempre encubriéndose y temiendo quedar mal no es aceptable. Hay que desenterrar lo que hay en tu naturaleza. Si no se puede desenterrar, no se puede comprender, y si no se puede comprender, no se puede cambiar. Debes ser muy estricto a la hora de conocerte a ti mismo. No debes engañarte y no puedes salir del paso en este sentido.
Entender tu propia naturaleza conlleva principalmente entender qué clase de persona eres en realidad. La clase de persona que eres indica qué tipo de naturaleza tienes. Por ejemplo, decir que alguien es así o asá revela mucho de su naturaleza. El tipo de naturaleza que posee una persona determina la clase de persona que es. La naturaleza de una persona es su vida. ¿Cómo puedes ver cuál es la naturaleza de una persona? Debes entrar en contacto con ella con frecuencia y pasar tiempo observando qué clase de persona es. Se puede afirmar que aquello que más destaque en ella y sea más representativo de su esencia y de sus características es su esencia naturaleza. Esos elementos de su esencia forman su naturaleza. Cuando se trata de ver qué clase de persona es alguien en realidad, esta manera es más precisa. Cualquiera que sea la esencia de una persona, esa es su naturaleza. La naturaleza de una persona determina el tipo de persona que es. Por ejemplo, si alguien tiene un amor particular por el dinero, su naturaleza puede resumirse en unas pocas palabras: es amante del dinero. Si el rasgo más prominente de una persona es el amor por las mujeres y se dedica constantemente a perseguirlas, entonces esta persona ama el mal y tiene una naturaleza malvada. Algunas personas aman comer. Si le das a alguien así algo de alcohol y un poco de carne, entonces actuará a tu favor. Por tanto, eso demuestra que esta persona tiene una naturaleza glotona, igual que un cerdo. Cada persona tiene un carácter corrupto y un defecto fatal, y el carácter corrupto lo controla en su vida real. Vive según su carácter corrupto, y este representa su naturaleza. Se puede decir que su naturaleza es su peor defecto; su peor defecto es su naturaleza. Algunas personas parecen tener una humanidad aceptable y no exhiben defectos importantes superficialmente, pero su mayor debilidad es su fragilidad. No tienen objetivos ni aspiraciones en la vida, simplemente van confundidos por ella, se caen ante el menor contratiempo y se vuelven negativas cuando las cosas se ponen complicadas. Si acaban con nociones, hasta el punto de ya no querer tener fe, entonces su mayor debilidad es su fragilidad, su naturaleza es frágil, no valen nada y no se les puede ayudar. Algunas personas son extremadamente sentimentales. Cada día, en todo lo que dicen y en todas las maneras en las que se comportan con los demás, viven según sus sentimientos. Sienten afecto por esta o aquella persona y pasan sus días envueltos en las sutilezas del afecto. En todo lo que se encuentran, viven en el ámbito de las emociones. Cuando un pariente incrédulo de esa persona muere, lo llora durante tres días. Es posible que otros quieran enterrar el cuerpo, pero esta persona no lo permite. Sigue teniendo sentimientos por el fallecido y estos son demasiado intensos. Se podría decir que esos sentimientos son el defecto fatal de esta persona. Sus emociones los dominan en todos los asuntos, son incapaces de practicar la verdad o de actuar de acuerdo con los principios, y con frecuencia son propensos a rebelarse contra Dios. Los sentimientos son su mayor debilidad, su peor defecto, y pueden llevarlos a la ruina absoluta y destruirlos. Las personas que son demasiado emocionales son incapaces de poner la verdad en práctica o de obedecer a Dios. Les preocupa la carne y son estúpidos y están confundidos. La naturaleza de esta clase de personas es muy emocional y viven en función de sus sentimientos. Por tanto, si quieres buscar un cambio en tu carácter, debes conocer tu naturaleza. “La cabra siempre tira al monte”. No asumas que se puede cambiar la naturaleza de alguien. Si la naturaleza de alguien es demasiado mala, entonces no va a cambiar nunca, y Dios no la salvará. ¿Qué significa una transformación del carácter? Ocurre cuando, al experimentar la obra de Dios, una persona que ama la verdad acepta el juicio y castigo de Sus palabras y experimenta toda clase de sufrimiento y refinamiento. Tal persona es purificada de los venenos satánicos que tiene en su interior y se libera por completo de su carácter corrupto de modo que pueda someterse a las palabras de Dios y todas Sus orquestaciones y arreglos para nunca volver a rebelarse o resistirse a Él. Esto es una transformación del carácter. Si la naturaleza de una persona es muy mala, y si es una persona malvada, Dios no la salvará y el Espíritu Santo no obrará en ella. Dicho de otra forma, es como un doctor que cura a un paciente; se puede tratar a alguien que tiene una inflamación, sin embargo, alguien que desarrolla un cáncer no puede salvarse. Una transformación en el carácter significa que, debido a que ama y puede aceptar la verdad, una persona llega a conocer finalmente su naturaleza, que es desobediente a Dios y se opone a Él. Comprende que el ser humano está muy profundamente corrupto, comprende la absurdez y la astucia del hombre y el estado empobrecido y lamentable de la humanidad, y acaba entendiendo la esencia naturaleza de esta. Sabiendo todo esto, se vuelve capaz de negarse a sí mismo y abandonarse por completo, de vivir de acuerdo con la palabra de Dios, y de practicar la verdad en todas las cosas. Se trata de alguien que conoce a Dios y cuyo carácter se ha transformado.
Satanás ha corrompido a toda la humanidad y está en la naturaleza del hombre traicionar a Dios. Sin embargo, entre todos los seres humanos corrompidos por Satanás, algunos son capaces de someterse a la obra de Dios y aceptar la verdad. Estas son las personas que pueden recibir la verdad y alcanzar la transformación de su carácter. Algunas personas no buscan la verdad y, en cambio, se dejan llevar por la corriente. Obedecen y hacen todo lo que se les dice, pueden renunciar a cosas y gastarse, y pueden soportar cualquier sufrimiento. Tales personas tienen un poco de conciencia y razón, y tienen la esperanza de ser salvados y sobrevivir, pero su carácter no puede cambiar, ya que no buscan la verdad, y solo se conforman con entender la doctrina. No dicen ni hacen cosas que vulneren la conciencia, pueden cumplir sinceramente con sus deberes, y pueden aceptar la comunicación sobre la verdad respecto a cualquier problema. Sin embargo, no hacen un esfuerzo serio para buscar la verdad, tienen la mente confundida y nunca pueden entender la esencia de la verdad. Es imposible que cambien su carácter. Si deseas purificarte de la corrupción y someterte a una transformación de tu carácter vital, debes tener amor por la verdad y la capacidad de aceptarla. ¿Qué significa aceptar la verdad? Aceptar la verdad significa que sea cual sea el tipo de carácter corrupto que tengas o los venenos del gran dragón rojo, los venenos de Satanás, que estén presentes en tu naturaleza, cuando las palabras de Dios revelen estas cosas deberías admitirlas y someterte, no puedes hacer una elección diferente, y deberías conocerte a ti mismo en concordancia con las palabras de Dios. Esto significa ser capaz de aceptar las palabras de Dios y aceptar la verdad. Diga lo que diga Él, por muy severas que sean Sus declaraciones y sean cuales sean las palabras que emplee, puedes aceptarlas siempre que lo que Él diga sea la verdad y reconocerlas siempre que se ajusten a la realidad. Puedes someterte a las palabras de Dios sin importar la profundidad con la que las entiendas, y aceptas y te sometes a la luz revelada por el Espíritu Santo y compartida por tus hermanos y hermanas. Cuando una persona así ha buscado la verdad hasta cierto punto, puede recibirla y alcanzar la transformación de su carácter. Aunque las personas que no aman la verdad tengan un poco de humanidad, puedan hacer algunas buenas acciones, renunciar y esforzarse por Dios, están confusas respecto a la verdad y no se la toman en serio, así que su carácter de vida nunca cambia. Puedes ver que Pedro tenía una humanidad similar a la de los otros discípulos, pero destacaba en su ferviente búsqueda de la verdad. Dijera lo que dijera Jesús, él reflexionaba sobre ello a conciencia. Jesús le preguntó: “Simón Barjona, ¿me amas?”. Pedro respondió con sinceridad: “Solamente amo al Padre que está en el cielo, pero no he amado al Señor en la tierra”. Luego lo comprendió, y pensó: “Esto no es correcto; el Dios de la tierra es el Dios del cielo. ¿No es el mismo Dios así en el cielo como en la tierra? Si únicamente amo al Dios del cielo, mi amor no es verdadero; debo amar al Dios de la tierra, pues solo entonces será verdadero mi amor”. De este modo, Pedro llegó a entender el verdadero significado de la palabra de Dios a partir de lo que Jesús le había preguntado. Para amar a Dios y que este amor sea verdadero, hay que amar al Dios encarnado en la tierra. Amar a un Dios vago e invisible no es realista ni práctico, mientras que amar al Dios práctico y visible es la verdad. A partir de las palabras de Jesús, Pedro recibió la verdad y entendió la voluntad de Dios. Evidentemente, la fe de Pedro en Dios se había centrado exclusivamente en la búsqueda de la verdad. En última instancia, consiguió amar al Dios práctico, al Dios de la tierra. Pedro era especialmente concienzudo al buscar la verdad. Cada vez que Jesús le aconsejaba, reflexionaba concienzudamente acerca de Sus palabras. Puede que reflexionara sobre ellas durante meses, un año y hasta años antes de que el Espíritu Santo le diera esclarecimiento y entendiera la esencia de las palabras de Dios. Así, Pedro entró en la verdad y, al hacerlo, su carácter de vida se transformó y renovó. Si una persona no busca la verdad, nunca la entenderá. Puedes hablar sobre palabras y doctrinas diez mil veces, pero no seguirán siendo nada más que palabras y doctrinas. Dicen algunos: “Cristo es la verdad, el camino y la vida”. Aunque repitas estas palabras diez mil veces, seguirá siendo inútil; no entiendes su significado. ¿Por qué se dice que Cristo es la verdad, el camino y la vida? ¿Puedes expresar el conocimiento que has adquirido acerca de esto por experiencia? ¿Has entrado en la realidad de la verdad, del camino y de la vida? Dios ha declarado Sus palabras para que puedas experimentarlas y adquirir conocimiento. Decir meramente palabras y doctrinas no sirve de nada. Solo podrás conocerte a ti mismo una vez que hayas entendido y entrado en las palabras de Dios. Si no las entiendes, no puedes conocerte. Solo puedes ganar discernimiento cuando entiendes la verdad. Sin entenderla, eres incapaz de discernir. Solo puedes ver las cosas claramente cuando entiendes la verdad. Sin entenderla no puedes verlas con claridad. Solo puedes conocerte a ti mismo cuando entiendes la verdad. Sin entenderla no puedes conocerte. Tu carácter solo puede transformarse cuando has ganado la verdad. Sin ella, no puede transformarse. Solo tras haber obtenido la verdad puedes servir de acuerdo con la voluntad de Dios. Sin ganar la verdad no puedes servir de acuerdo con la voluntad de Dios. Solo cuando has obtenido la verdad puedes adorar a Dios. Sin entenderla, aunque le adores, tu adoración no será más que una representación de ritos religiosos. Sin la verdad, nada de lo que haces es real. Al ganar la verdad, todo lo que haces es real. Todas estas cosas dependen de que recibas la verdad de las palabras de Dios. Alguna gente preguntará: “¿Qué significa exactamente ganar la verdad a partir de las palabras de Dios?”. ¿De verdad hace falta preguntar eso? Toda la verdad la expresa Dios, y se halla por entero en las palabras de Dios. No hay verdad fuera de las palabras de Dios. Hay mucha gente que cree que ser capaz de hablar sobre palabras y doctrinas es conocer la verdad, y tal cosa es absurda. No puedes ganar la verdad hablando simplemente de doctrina. ¿Qué sentido tiene comunicar solo el significado literal de las palabras de Dios? Tienes que captar el significado en las palabras de Dios, el origen de Sus palabras y el efecto que intentan conseguir. La palabra de Dios contiene verdad, vida, luz, principios y sendas. Cada palabra de Dios contiene muchas cosas, no es suficiente con solo decir qué significa literalmente y ya está. Voy a dar un ejemplo. Dios dijo: “Sed personas honestas, no seáis taimados”. ¿Qué significa esta declaración? Algunos dicen: “Esto trata sobre decirle a la gente que sea honesta y no sea taimada, ¿verdad?”. Si les preguntas qué más significa, dirán: “Significa que debes ser una persona honesta y no una persona taimada. Solo dice esas dos cosas”. Entonces les puedes preguntar: “¿Qué significa exactamente ser una persona honesta? ¿Qué clase de persona se considera honesta? ¿Cómo se comporta una persona honesta? ¿Cómo se comporta una persona taimada?”. Responderán: “Una persona honesta es alguien que habla con honestidad, no introduce falsedad en sus palabras y no miente. Una persona taimada es alguien que habla dando rodeos, no dice la verdad, es siempre impura en sus palabras y le encanta decir mentiras”. Eso es lo único que pueden decir. El pensamiento humano es demasiado simple. ¿Puedes siquiera entrar en la realidad verdad explicando las personas honestas con tal simpleza? ¿Qué dice la palabra de Dios sobre las personas honestas? Primero, que no albergan dudas sobre los demás, y segundo, que las personas honestas pueden aceptar la verdad. Estas son las dos características principales. ¿Qué quiere decir Dios con esto? ¿Por qué dice esto Dios? A partir de la palabra de Dios, puedes entender el profundo significado de lo que significa ser una persona honesta, a qué se refiere, y cuál es la exacta definición de una persona así. En cuanto entiendas esta precisa definición, entonces, en la palabra de Dios, puedes ver cuáles son las manifestaciones de una persona honesta, qué son las personas taimadas y cuáles son sus manifestaciones. Si luego evalúas estas manifestaciones, entenderás exactamente qué es una persona honesta y qué es una persona taimada, además de cómo trata la palabra de Dios una persona taimada, cómo trata a Dios y a otras personas. De esta forma, llegarás a entender verdaderamente las palabras de Dios y conocerás lo diferente que es la concepción de la gente sobre las personas honestas y las taimadas respecto a lo que dice la palabra de Dios. Cuando la palabra de Dios te dice: “Sé una persona honesta, no seas taimado”, hay muchos detalles ahí. Cuando entiendas de verdad el significado de las palabras, sabrás lo que es una persona honesta y lo que es una persona taimada. Cuando practiques, sabrás cómo practicar de una manera que seguro muestra las manifestaciones de una persona honesta, y verás claramente la senda y los principios de práctica para ser una persona honesta, lo cual garantiza que pasarás el examen de Dios. Si de verdad entiendes estas palabras y las pones en práctica, serás capaz de ganar la aprobación de Dios. Sin embargo, si no las entiendes, no serás una persona honesta y nunca ganarás la aprobación de Dios. Llegar a un verdadero entendimiento de las palabras de Dios no es tarea fácil. No pienses de esta manera: “yo puedo interpretar el significado literal de las palabras de Dios y todos dicen que mi interpretación es buena y me dan el visto bueno, así que implica que entiendo las palabras de Dios”. Eso no es lo mismo que entender las palabras de Dios. Si has obtenido algo de luz a partir de las declaraciones de Dios y has obtenido una cierta percepción del verdadero significado de Sus palabras, y si puedes decir la intención tras ellas y qué efecto lograrán finalmente, si tienes un claro entendimiento de todas estas cosas, se puede considerar que tienes un cierto nivel de entendimiento de las palabras de Dios. Así pues, entender las palabras de Dios no es tan sencillo. Solo porque puedas dar una bella explicación de su significado literal no significa que las entiendas. Independientemente de qué tanto puedas explicar su significado literal, tu explicación se sigue basando en la imaginación humana y en una forma humana de pensar. ¡Es inútil! ¿Cómo puedes entender las palabras de Dios? La clave es buscar la verdad en ellas. Solo de esta manera puedes entender de verdad las palabras de Dios. Él nunca dice palabras vacías. Cada frase que declara contiene detalles que con seguridad se revelarán posteriormente en Sus palabras, y que pueden expresarse de una forma diferente. El hombre no puede comprender las formas en que Dios expresa la verdad. Las declaraciones de Dios son muy profundas y no se pueden desentrañar fácilmente con el pensamiento del hombre. Las personas pueden más o menos descubrir el significado completo de cada aspecto de la verdad siempre que hagan el esfuerzo. Se les rellenarán el resto de los detalles durante su experiencia posterior, mediante el esclarecimiento del Espíritu Santo. Una parte consiste en reflexionar y entender la palabra de Dios y buscar su contenido específico al leerlas. Otra parte es entender el significado de las palabras de Dios al experimentarlas y obtener el esclarecimiento del Espíritu Santo. Mediante un progreso constante en estos dos aspectos, puedes llegar a entender la palabra de Dios. Si la interpretas a un nivel literal, textual o desde tu propio pensamiento e imaginaciones, entonces, aunque la expliques de forma florida y elocuente, sigues sin entender realmente la verdad, y todo sigue basándose en el pensamiento y las imaginaciones humanas. No se obtiene por medio del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las personas son propensas a interpretar las palabras de Dios basándose en sus nociones e imaginaciones, e incluso pueden malinterpretar las palabras de Dios fuera de contexto, lo que les vuelve propensos a malinterpretar y juzgar a Dios, y esto es un problema. Por tanto, la verdad se obtiene principalmente por la comprensión de las palabras de Dios y el esclarecimiento por el Espíritu Santo. Ser capaz de entender y explicar el significado literal de la palabra de Dios no significa que se haya obtenido la verdad. Si entender el significado literal de la palabra de Dios significara que has entendido la verdad, entonces bastaría con tener un poco de educación y conocimiento, entonces ¿para qué ibas a necesitar el esclarecimiento del Espíritu Santo? ¿Es la obra de Dios algo que la mente humana puede comprender? Por tanto, la comprensión de la verdad no se basa en nociones o imaginaciones humanas. Se necesita la iluminación, el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo para tener una verdadera experiencia y conocimiento. Este es el proceso para comprender y obtener la verdad, y también es una condición necesaria.
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