Ⅰ

Dios te usa para más que refinarte o hacerte sufrir.

Te enseña Sus acciones, el sentido de la vida

y que servirle no es fácil.

Vivir la obra de Dios no es disfrutar Su gracia:

es más bien sufrir por amarle.

Experiméntalo todo: Su gracia y Su castigo,

Su esclarecimiento y Su juicio.

Los siervos de Dios no solo deben

saber cómo sufrir por Su causa,

sino que creer en Él es para procurar amarlo.

Creer en Dios es en aras de complacerle

y vivir el carácter que Él exige.

Sus acciones y Su gloria se manifestarán

a través de personas indignas.

Esa es la perspectiva de creer en Dios

y la meta que debes buscar.

Ⅱ

Dios te juzgó y castigó.

Sus palabras trataron contigo y te esclarecieron.

Si eres negativo y débil, Dios se preocupa por ti.

Para que sepas que estás a Su merced.

Puedes pensar que creer en Dios es sufrir,

hacer cosas para Él o para que todo salga bien,

pero nada de eso debe ser objeto de tu fe.

Y si lo es, es incorrecto y no podrás ser perfeccionado.

Los siervos de Dios no solo deben

saber cómo sufrir por Su causa,

sino que creer en Él es para procurar amarlo.

Creer en Dios es en aras de complacerle

y vivir el carácter que Él exige.

Sus acciones y Su gloria se manifestarán

a través de personas indignas.

Esa es la perspectiva de creer en Dios

y la meta que debes buscar.

Ⅲ

Las acciones de Dios, Su carácter justo,

Su sabiduría y palabras,

y lo maravilloso e inconmensurable que es

es lo que hay que entender.

Usa esta comprensión para eliminar

tus peticiones, esperanzas y nociones,

y cumplir las condiciones que demanda Dios.

Solo así podrás tener vida.

Solo así podrás complacer a Dios.

Creer en Dios es en aras de complacerle

y vivir el carácter que Él exige.

Sus acciones y Su gloria se manifestarán

a través de personas indignas.

Esa es la perspectiva de creer en Dios

y la meta que debes buscar.

Adaptado de La Palabra, Vol. 1. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento