863 Dios encarnado ha vivido mucho tiempo entre la humanidad

Cuando Dios se encarnó y vivió con el hombre por años,

cuando vio y experimentó cómo este vivía,

no pensó en vivir cómodo y bien, ni en ser libre.


En vez, al vivir como un humano vio

cuán indefensos vivían en la corrupción.

Vio y experimentó la miseria de los que

vivían en el pecado.


Vio que no tenían rumbo, torturados por Satanás.

Todo lo que vio lo hizo sentir

la necesidad e importancia

de la obra que había hecho cuando encarnó.


Jesús comenzó a entender cada vez mejor

lo que se le había encomendado y debía hacer.

Deseó con ansias completar la obra que acometería.


Expiaría los pecados del hombre

para que ya no viva en el pecado.

Y Dios perdonaría sus pecados

por la ofrenda por el pecado,

así Dios seguiría obrando para salvarlos.


Jesús estaba dispuesto a sacrificarse

como ofrenda por los pecados de la humanidad.

Cuando vio la miseria humana,

deseó aún más cumplir con Su misión sin ni una demora.

No se detuvo a pensar un segundo

en Su dolor o humillación.

Tenía una única convicción.


Siempre que Jesús se ofrendara en la cruz por el pecado,

se haría la voluntad de Dios

y así podría empezar obra nueva

y cambiar la vida pecaminosa del hombre.


Su convicción y determinación

tenían relación con salvar al hombre.

Quería hacer la voluntad de Dios

para que Dios empiece Su nueva obra.

Esto es lo que pensaba el Señor Jesús.


Adaptado de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III

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