Ⅰ

Cuando Dios se hace carne, vive una vida normal,

lado a lado con la humanidad.

Cómo viven, sus leyes y métodos

se basan en la lógica de Satán,

en su conocimiento y filosofía.

Al vivir bajo leyes humanas, Dios ve que

el hombre no tiene verdad ni humanidad,

desafía la verdad y es hostil a Dios.

La esencia de Dios es lo opuesto de la lógica,

el conocimiento y la filosofía de Satán.

Es pura justicia, verdad y santidad,

y otras realidades de cosas positivas.

Con esa esencia, y al vivir con el hombre,

¿qué siente Dios en Su corazón?

¿Acaso no le dolerá?

Debe estar lleno de un dolor

que nadie entiende ni puede experimentar.

Le duele Su corazón.

Su esencia no es igual a la del hombre corrupto,

así que la corrupción humana

es la fuente del dolor de Dios, el dolor de Dios.

Ⅱ

Todo lo que Dios encuentra, oye y ve,

y todas Sus experiencias

son parte de la corrupción humana,

la maldad, rebeldía y resistencia

del hombre contra la verdad.

Todo lo que viene de los humanos,

lo que Dios recibe del hombre

es la fuente del sufrimiento de Dios.

Cuando Dios se hace carne, no hay nadie

que pueda comunicarse ni dialogar con Dios.

Lo que el hombre ama, anhela y de lo que habla

tiene que ver con el pecado y con malas tendencias.

Cuando Dios se enfrenta a esto,

siente un cuchillo en Su corazón.

¿Cómo puede sentir alegría?

¿Cómo encuentra consuelo?

¿Cómo puede Su corazón no sufrir

cuando vive con humanos llenos de rebeldía y maldad?

Su esencia no es igual a la del hombre corrupto,

así que la corrupción humana

es la fuente del dolor de Dios,

el dolor de Dios, el dolor de Dios.

Adaptado de La Palabra, Vol. 2. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III