Las responsabilidades de los líderes y obreros (10) Parte 4
La actitud y las manifestaciones de los falsos líderes respecto a los arreglos del trabajo
Acabamos de compartir cuáles son las responsabilidades de los líderes y obreros respecto a los arreglos del trabajo. A continuación, vamos a compartir qué manifestaciones tienen los falsos líderes. En relación con los falsos líderes que os habéis encontrado, ¿cuál es su actitud hacia los arreglos del trabajo? ¿Qué acciones y manifestaciones exhiben? A partir de las palabras de los arreglos del trabajo, los falsos líderes suelen entender lo que hay que hacer, los requerimientos concretos de lo Alto y cuáles son los proyectos de trabajo específicos, pero solo lo comprenden en términos de doctrina. Siguen sin entender ni percibir plenamente los principios, estándares y sendas de práctica específicos para la puesta en marcha de los arreglos del trabajo. Después de recibir los arreglos del trabajo, también actúan por inercia, hablan sobre cómo hacer el trabajo y cómo transmitir y poner en marcha los arreglos de este. Sin embargo, da igual cuánto hablen de ello, solo es un entendimiento literal y doctrinal de los arreglos del trabajo. Cómo poner en marcha de manera específica los arreglos del trabajo y qué resultados se pueden lograr, cómo de eficaz será la puesta en marcha si seleccionan a ciertas personas para hacer el trabajo o eligen un plan determinado para ponerlo en marcha, o si se pueden cumplir los objetivos y resultados requeridos conforme a los arreglos del trabajo son aspectos que desconocen y no tienen claros. Cuando los falsos líderes ponen en marcha el arreglo del trabajo, suelen celebrar una reunión para predicar algunas palabras y doctrinas, asignar el trabajo, mencionar unos cuantos de los requerimientos de Dios y hacer después que todo el mundo exprese su determinación. Consideran que esto es hacer su trabajo. Creen que, mientras hayan asignado el trabajo, designado a alguien para que esté a cargo y mencionado los resultados que requiere la casa de Dios, han cumplido bien su responsabilidad. Entonces se sienten completamente tranquilos, como si el trabajo ya estuviera hecho. No tienen ni idea de cuándo inspeccionar el trabajo, qué problemas y dificultades podrían surgir en él y qué problemas pueden y no pueden resolver quienes se encuentran por debajo de ellos. Además, no saben para qué importantes tareas se debe hacer seguimiento y facilitar orientación. Por ejemplo, a los falsos líderes nunca se les pasan por la mente pasos importantes como la supervisión, la exhortación y la inspección. Los falsos líderes ligeramente mejores, los que en comparación tienen algo de conciencia y no quieren comer gratis, creen que deberían hacer algo de trabajo. Visitarán la iglesia y les preguntarán a los hermanos y hermanas si tienen algún problema. Alguien les dice: “Nosotros, los hermanos y hermanas, solemos tener disputas cuando estamos juntos. Cuando nuestras opiniones difieren, discutimos sin parar y revelamos impulsividad”. El falso líder dice: “Eso es fácil de resolver”, y luego celebra una reunión, donde comparte: “La gente debería aprender a tener indulgencia y paciencia, debería aprender a ser humilde, a no ser arrogante, a ser sumisa. Esta es la intención de Dios. Quienquiera que revele un carácter corrupto debería reflexionar sobre sí mismo y aceptar la poda, no vivir según su carácter corrupto”. Después de compartir toda esta doctrina, asegura: “Podéis gestionar por vuestra cuenta el resto de los problemas. No soy muy competente en cuestiones técnicas. En cualquier caso, he celebrado esta reunión para vosotros; simplemente haced el trabajo como creáis oportuno. La clave y lo importante es ser leal a la hora de hacer deberes y no aferraros a vuestras propias ideas”. Después de escuchar, la gente reflexiona y dice: “Nuestro problema no es solo la revelación de corrupción, la impulsividad y los deseos egoístas, sino también que no tenemos certeza ni claridad respecto a algunos problemas técnicos ni sabemos cómo actuar de acuerdo con los principios. ¡Este problema no se ha resuelto!”. El falso líder responde: “Leed más de las palabras de Dios. Una vez que se resuelvan las actitudes corruptas que reveláis, estos problemas también lo harán”. El trabajo que mejor se les da a los falsos líderes es el de soltar doctrinas y gritar consignas. No prevén los frecuentes problemas que pueden surgir en el trabajo. Cuando alguien plantea un problema, solo tienen una solución, que consiste en explicarlo con algunas palabras y doctrinas, luego ofrecen algo de exhortación o algún consejo, y con eso lo dan por concluido. No se les ocurre ningún plan específico y no pueden facilitar una orientación y una ayuda correctas. ¿Acaso no es simple y fácil el trabajo de los falsos líderes? Vayan donde vayan, solo predican, se centran principalmente en decir doctrinas y gritar consignas. Esta situación es bastante común entre los líderes y obreros, ¿no? No pueden poner en marcha trabajo específico ni saben cómo llevar a cabo, poner en marcha o hacer seguimiento de los arreglos del trabajo que se transmite. No saben cuáles son sus responsabilidades del trabajo o qué tareas deberían realizar. Cuando se les pide que hagan trabajo específico, solo gritan consignas. Cuando alguien plantea un problema, se lo toman como una oportunidad de empezar a predicar. Si se saca a la luz un problema crucial que no pueden resolver, recurren a podar y reprender a la gente. No cuentan con otras soluciones ni pueden resolver para nada los problemas y desviaciones que surgen en el trabajo. Esta es una característica principal de los falsos líderes. Hay además falsos líderes a los que se les pide que pongan en marcha un arreglo del trabajo e inspeccionen qué dificultades surgen mientras este se lleva a cabo; si pueden resolverlas, deberían hacerlo con prontitud; si no, pueden reunir algunas preguntas y acudir a sus superiores, y lo Alto las resolverá. Sin embargo, lo que sucede es que, cuando acuden sobre el terreno para participar en este trabajo, convocan a todo el mundo a reuniones que duran todo el día y, aparte de descubrir quiénes tienen conflictos o discuten siempre entre sí, quién ostenta una humanidad no demasiado buena, quién tiene una comprensión distorsionada, quién es arrogante y siempre se aferra a sus propias ideas, quién es codicioso y vago, quién se parece a los incrédulos y quiénes son personas malvadas, no pueden identificar cualesquiera problemas o dificultades que surgen en la puesta en marcha del trabajo ni pueden percibir tales problemas. ¿Creéis que semejantes líderes y obreros pueden llevar a cabo su trabajo? (No). ¿Dónde radica el problema? (Su calibre es demasiado escaso, no tienen capacidad de discernimiento ni son capaces de identificar problemas). ¿Cuántos de esos líderes hay a vuestro alrededor? ¿Pueden vuestros líderes identificar problemas? Si se transmite un arreglo del trabajo y los líderes y obreros solo gritan consignas y predican, sin tener ningunos planes ni pasos específicos para la puesta en marcha del arreglo del trabajo y sin saber cómo hacerlo, entonces el trabajo no se puede poner en marcha. En la práctica, dicho trabajo se considera nulo y sin efecto. La clave para determinar cómo de bien se pone en marcha un arreglo del trabajo en la iglesia y la efectividad de dicho arreglo radica en si los líderes y obreros pueden hacer trabajo real. Si tienen buen calibre, capacidad de trabajo y lealtad, en ese caso el arreglo del trabajo se pondrá en marcha bien. Si los líderes y obreros tienen poco calibre, están atolondrados y carecen de capacidad de trabajo, entonces, con independencia de si la iglesia posee a alguien con talento en el ámbito del trabajo o del grado de disposición para cooperar de los hermanos y hermanas, no es posible poner en marcha el arreglo del trabajo, y menos aún lograr resultados.
El trabajo de los falsos líderes se limita a lo que la gente puede ver a simple vista. Incluso cuando ponen en marcha los arreglos del trabajo, es solo una formalidad, sin hacer seguimiento o inspección posterior de ningún tipo. Su trabajo se limita a actuar por mera inercia; no tiene ninguna fuerza real detrás y fracasa a la hora de lograr resultados. Por ejemplo, en el caso del trabajo de redacción de artículos de testimonio vivencial, después de recibir este arreglo del trabajo, un falso líder dispone que la gente se reúna para compartir y resolver las diversas preguntas que tengan sobre el arreglo del trabajo que no entiendan. Una vez que termina de predicar doctrinas y la gente parece entender, el falso líder piensa: “Se ha asignado el trabajo, ¿qué debería hacer yo entonces? Dado que la casa de Dios requiere que se escriban artículos de testimonio vivencial, yo también he de escribir. Si no escribo, ¿acaso no tendrá la gente una mala opinión de mí como líder?”. Reflexiona en casa sobre qué escribir y, pasado un día, todavía no ha escrito nada. Piensa: “Escribir un artículo supone un importante desafío. Normalmente, siento que tengo experiencias, pero ¿por qué desaparecen cuando empiezo a escribir? ¿Dónde han ido esas experiencias? No, sí que tengo experiencias, lo que pasa es que el método de redacción me deja sin palabras. He estado saliendo e interactuando demasiado con la gente, lo cual me distrae, hace que me resulte difícil concentrarme. No puedo estar siempre compartiendo y discutiendo sobre el trabajo con las personas; de lo contrario, mi mente seguirá divagando y no seré capaz de escribir el artículo. He de pasar un tiempo de tranquilidad para pensar detenidamente cómo escribirlo de manera adecuada antes de ser capaz de hacerlo”. Ha convertido la redacción de artículos en su tarea principal y trata el trabajo que debería hacer un líder u obrero como una labor secundaria. Pasa todo el día escribiendo artículos en casa, sin prestar atención a la puesta en marcha del trabajo y sin saber ni comprender cuánta gente en las diversas iglesias puede escribir artículos o si hay personas adecuadas para dirigir e investigar el trabajo; no tiene ni idea sobre estas cosas. Pasa un mes y no solo no ha escrito ningún artículo, sino que además no sabe cómo está progresando este trabajo en la iglesia. ¿Cuál es aquí el problema? Después de que se transmita el arreglo del trabajo, algunos líderes de la iglesia de poco calibre no saben cómo hacer trabajo real. Como este individuo, solo predican algunas palabras y doctrinas y gritan consignas, eso es todo. Que los hermanos y hermanas estén dispuestos a escribir o no es algo que no le importa; los líderes no los exhortan ni orientan ni mucho menos los corrigen. Y al falso líder no le preocupan tales líderes y obreros. Algunos hermanos y hermanas escriben una clase de artículo, y otros escriben un tipo distinto, pero no hay nadie que investigue si lo que escriben es práctico y se conforma a los principios. Los hermanos y hermanas no entienden los principios ni saben a quién preguntar; solo escriben porque es lo que les dicen que hagan, acatan los arreglos del trabajo de la casa de Dios. También hay algunos que tienen experiencias pero carecen de educación; estas personas no tienen a nadie que los ayude a editar sus artículos y nadie organiza nada referente a este tema. Surgen toda clase de problemas, ¿y dónde están los líderes y obreros? ¿Qué están haciendo? ¡Están “recluidos” escribiendo artículos! Los falsos líderes no saben en qué deberían ocuparse ni qué tareas deberían cumplir. Los arreglos del trabajo se ponen en marcha en la iglesia de diversas maneras, se adoptan diferentes enfoques y estos falsos líderes no indagan respecto a nada de esto. Cuando los hermanos y hermanas se encuentran con diversos problemas mientras hacen sus deberes e informan a los falsos líderes al respecto, estos no los resuelven. En consecuencia, se amontonan muchos problemas y dificultades, y además se acumulan toda clase de artículos de testimonio vivencial sin que nadie los edite, revise o investigue. Sin embargo, los falsos líderes no hacen seguimiento de estos problemas ni los inspeccionan, y los hermanos y hermanas no son capaces de encontrarlos cuando tienen problemas. Los falsos líderes no se dan cuenta de que este trabajo es su responsabilidad y que deberían hacer seguimiento de él. ¿Acaso no son basura? (Sí).
El modo en el que un líder u obrero pone en marcha el trabajo, así como la eficacia y los resultados de su labor, ponen a prueba si dicho líder u obrero cumple con el estándar. Esto también prueba su humanidad, su calibre y su capacidad de trabajo, y si tiene sentido de la carga. Cuando los falsos líderes reciben un arreglo del trabajo, la consideran finalizada después de hablar sobre ella. No participan en ella ni la supervisan, exhortan o inspeccionan, ni tampoco hacen seguimiento de la puesta en marcha. No entienden que estas tareas son lo que deberían estar haciendo; no entienden que son sus responsabilidades como líderes. Creen que para ser líder u obrero solo hace falta ser capaz de predicar. ¿Acaso no son unos cabezas huecas? ¿Pueden los cabezas huecas ser líderes y obreros acordes al estándar? (No). No pueden ser líderes y obreros acordes al estándar, sin embargo, piensan que son bastante buenos y creen que pueden hacer el trabajo. ¿Acaso no son idiotas? No pueden siquiera poner en marcha una tarea tan simple como escribir artículos de testimonio vivencial. Esta es una de las tareas más sencillas, basta con movilizar a aquellos que tengan buen calibre y experiencia vital para escribir artículos de testimonio y luego hacer seguimiento y dar indicaciones. Algunos líderes y obreros tienen un calibre promedio y un nivel de educación bajo y no se les da bien el trabajo relacionado con textos, pero pueden asignar a personas apropiadas para que estén a cargo. De esta manera, todavía pueden hacer algo de trabajo real. Si no saben siquiera a qué clase de personas designar para que estén a cargo y lleven a cabo la investigación, significa que no pueden hacer el trabajo y son falsos líderes. Hay quien dice: “Un falso líder podría no ser capaz de hacer trabajo relacionado con textos debido a su escaso calibre y poca educación, pero debería poder hacer otro trabajo”. ¿Se sostiene esta afirmación? (No). ¿Por qué no? (El trabajo de redacción de artículos de testimonio vivencial es simple. Si no puede explicarlo con claridad ni poner en marcha el trabajo, entonces, desde luego, no puede encargarse de otras tareas. No sabe cómo llevar a cabo el trabajo ni hacer seguimiento de él). Esto demuestra que su calibre es demasiado escaso. Es un cabeza hueca. Piensa que ser líder u obrero es igual que ser funcionario del gran dragón rojo: en cuanto aprende a adular, a alardear, a gritar consignas y a participar en el fraude, engañando así a sus superiores y ocultando cosas a quienes están por debajo de él, puede hacerse un sitio y sacarse un sueldo del gobierno. No entiende que el aspecto más crucial de ser líder u obrero es aprender a hacer trabajo real. Imagina que el trabajo de los líderes y obreros es muy simple. Como consecuencia, no hace trabajo real y se convierte en un falso líder.
¿Qué otras manifestaciones específicas presentan los falsos líderes? ¿Pueden desentrañar y captar los principios y los estándares que los arreglos del trabajo exigen? (No). ¿Por qué no pueden? No logran desentrañar cuáles son los principios de esta obra y no son capaces de evaluar su proceso. Cuando surgen ciertas situaciones en particular durante la puesta en marcha específica de la obra, ignoran cómo solucionarlas. Cuando los hermanos y hermanas les preguntan qué hacer en alguna de estas situaciones, se sienten confundidos: “En el arreglo del trabajo no se menciona esto, ¿cómo voy a saber cómo manejarlo?”. Si no tienes claro cómo hacerlo, ¿cómo será posible que lleves a cabo esta obra? Tú mismo no lo sabes, y aun así les pides a los demás que la implementen, ¿te parece realista? ¿Es razonable? Cuando los falsos líderes y obreros ponen en marcha los arreglos del trabajo, en primer lugar, no tienen idea de los pasos y los planes para ejecutarlos. En segundo lugar, una vez que se encuentran con problemas, no pueden inspeccionar su proceso de acuerdo con los principios que los arreglos del trabajo exigen. Por lo tanto, cuando surgen innumerables problemas de todo tipo durante su puesta en marcha, no son capaces de resolverlos en absoluto. Debido a que en las etapas iniciales los falsos líderes no pueden identificar ni anticipar los problemas y tampoco pueden hablar sobre ellos con antelación, y en las etapas posteriores, cuando surgen inconvenientes, no saben resolverlos, sino que se limitan a predicar doctrinas sin contenido y a aplicar los preceptos de manera rígida, los problemas siguen ocurriendo y se repiten, y esto provoca que la puesta en marcha de algunas obras se retrase y que la ejecución de otras se realice de manera insuficiente. Por ejemplo, en lo que respecta al arreglo del trabajo de la casa de Dios destinado a echar y expulsar a ciertas personas, cuando los falsos líderes llevan a cabo esta labor, solo se deshacen de aquellas que evidentemente son malvadas, anticristos y espíritus malignos que causan trastornos y perturbaciones, y de los incrédulos que todos los hermanos y hermanas consideran repugnantes y desagradables. En todo caso, aún quedan algunas que deben ser echadas. Me refiero a aquellas personas malvadas encubiertas, insidiosas y astutas y anticristos. Los hermanos y hermanas no pueden desentrañarlas, como tampoco pueden los falsos líderes. De hecho, según los arreglos del trabajo de la casa de Dios, estas personas ya han llegado al punto en que deben ser echadas. Sin embargo, como los falsos líderes no pueden desentrañarlas, siguen pensando que son buenas e incluso las ascienden, las cultivan y las utilizan para trabajos importantes y les permiten ejercer el poder y ocupar puestos relevantes en la iglesia. Entonces, ¿es posible que se lleve a cabo el arreglo del trabajo de la casa de Dios que tiene como fin echar y expulsar a las personas? ¿Es viable resolver diferentes problemas por completo? ¿Puede la obra de difusión del evangelio continuar con normalidad? Obviamente, los arreglos del trabajo de la casa de Dios no pueden ponerse en marcha en su totalidad, y gran parte de la obra importante no se lleva a cabo adecuadamente. Debido a que las personas que los falsos líderes utilizan carecen por completo de la realidad-verdad e incluso son capaces de cometer acciones malvadas, diversos aspectos de la obra de la iglesia no se llevan a cabo de manera adecuada. Los falsos líderes usan a estas personas malvadas, les permiten realizar deberes importantes y emprender obras significativas en la iglesia, e incluso las autorizan a gestionar las ofrendas. ¿Acaso esto no trastornará y perturbará la obra de la iglesia? ¿Provocará pérdidas en las ofrendas de Dios? (Sí). Esto representa una consecuencia sumamente seria. Como los falsos líderes no pueden desentrañarlas, son incapaces de investigarlas y permiten que estas personas malvadas ocupen cargos importantes, la obra se echa a perder por completo. Cuando cumplen con sus deberes, estas personas malvadas actúan en todo momento de manera superficial, engañan a sus superiores y ocultan cosas a sus subordinados, y no realizan una obra real. Actúan con imprudencia de forma deliberada, desorientan a las personas y cometen todo tipo de acciones malvadas. No obstante, los falsos líderes no las desentrañan, y cuando advierten los problemas, ya ha ocurrido un gran desastre. Por ejemplo, en la zona pastoral de Henan, algunas personas malvadas que llegaron a ser líderes robaron las ofrendas de Dios mediante una serie de métodos despreciables. Sustrajeron grandes cantidades que nunca se han recuperado. ¿Tiene esto algo que ver con que los líderes y obreros elijan y utilicen a las personas equivocadas? (Sí). Según los arreglos del trabajo, si no se puede desentrañar a las personas elegidas, al principio se les pueden asignar tareas sencillas, y luego se puede hacer seguimiento de su trabajo y observarlas durante un período de tiempo. No se debe asignar ninguna obra importante a aquellos que no se puede desentrañar, especialmente si implica algún riesgo. Solo después de una larga observación y de haber desentrañado su esencia, deben tomarse decisiones sobre la manera de tratarlos y manejarlos. Los falsos líderes no trabajan de acuerdo con los arreglos del trabajo ni pueden captar los principios, y menos aún logran desentrañar a las personas, y utilizan a las que no son adecuadas. Esto ocasiona pérdidas tanto en la obra de la iglesia como en las ofrendas de Dios. Tal es la calamidad que los falsos líderes provocan. Los anticristos usan deliberadamente a las personas malvadas, mientras que los falsos líderes están atolondrados, no pueden desentrañar a nadie ni dilucidar la esencia de cualquier problema que descubran. Usan y designan a las personas basándose únicamente en sus sentimientos. La mayoría de las personas que colocan los falsos líderes son inapropiadas; causan pérdidas al trabajo de la iglesia, con consecuencias idénticas a las de aquellos anticristos que usan deliberadamente a las personas malvadas. Los falsos líderes, con poco calibre e incapaces de hacer trabajo, causan además consecuencias bastante graves, ¿no es así? (Sí). Así que no pienses que solo los anticristos vulneran los arreglos del trabajo; los falsos líderes pueden hacerlo también. Aunque no sea algo intencionado, en última instancia, la naturaleza de esto sigue siendo una vulneración de los arreglos del trabajo. Los falsos líderes, debido a que no entienden los principios-verdad ni son capaces de desentrañar a las personas ni los asuntos, acaban vulnerando los arreglos del trabajo y siendo incapaces de hacer trabajo real. Esto demora el trabajo de la iglesia y daña al pueblo escogido de Dios. La naturaleza y las consecuencias de sus acciones son idénticas a aquellas de los anticristos al hacer el trabajo, ya que también causan pérdidas al trabajo de la iglesia y perjudican a la entrada en la vida de los hermanos y hermanas.
Cuando hacen trabajo y ponen en marcha los arreglos del trabajo, los falsos líderes se limitan a actuar por inercia y lo convierten todo en un completo caos. Son bastante sentenciosos y nunca buscan ni comparten, piensan tontamente que tienen buen calibre; se atreven a actuar y saben hablar con elocuencia. Como los hermanos y hermanas los eligen o la casa de Dios los asciende y cultiva temporalmente, piensan que son acordes al estándar como líderes y que pueden cumplir bien sus responsabilidades. No tienen ni idea de que no son nada ni pueden cumplir bien ninguna de las responsabilidades de los líderes y obreros. Desconocen por completo sus propias deficiencias; solo se atreven a hacer cosas con desvergüenza. Como consecuencia, después de que se transmitan diversos arreglos del trabajo, no pueden poner en marcha ninguno de ellos de acuerdo con los requerimientos de lo Alto. Cada arreglo del trabajo que gestionan acaba siendo un absoluto desastre y completamente caótico. Su puesta en marcha del trabajo administrativo es deficiente; no tienen claro cuántos nuevos creyentes se obtuvieron mediante la predicación del evangelio ni cómo fundar iglesias, seleccionar a líderes y diáconos y dirigir la vida de iglesia. En cuanto a quién logra más resultados al hacerse cargo del trabajo evangélico, quién da testimonio con mayor eficacia, quién es más apto para regar la iglesia, a qué líderes de equipo se debería reasignar y despedir por ser irresponsables y cómo resolver los problemas que surgen en ciertos aspectos del trabajo, los falsos líderes no tienen claras todas estas tareas específicas, y convierten su trabajo en un completo desastre. Respecto a las diversas tareas profesionales en la iglesia que requieren un alto nivel de experiencia técnica, los falsos líderes también las tornan en un desastre absoluto. No tienen ni idea sobre cómo llevar a cabo estas tareas de manera específica. Aunque quieran indagar sobre ellas, no saben cómo hacerlo. Quieren preguntar a lo Alto sobre cómo abordar estas tareas, pero ni siquiera saben cómo formular sus preguntas. Como consecuencia, no se puede hacer el trabajo. Incluso la simple tarea de gestionar los activos que requieren los arreglos del trabajo —designar a personas apropiadas para salvaguardar y destinar los activos, así como establecer diversos sistemas— es algo de lo que los falsos líderes no pueden encargarse. Lo convierten en un completo caos. Los falsos líderes se hallan en una total confusión respecto a cada tarea que gestionan. Cuando se les pregunta si han puesto en marcha los arreglos del trabajo, se sienten orgullosos y dicen con confianza: “Sí. Todo el mundo tiene una copia de los arreglos del trabajo y sabe qué trabajo requiere la casa de Dios”. Si les preguntas cómo lo han hecho y les pides que te expliquen los pasos específicos del trabajo, qué tareas se hicieron de manera relativamente deficiente, cuáles se realizaron sin problemas, si cada tarea se hizo apropiadamente, cuáles requieren un seguimiento e inspección continuos y si se encontró algún problema después de la inspección, se muestran ajenos a todo esto. Algunos falsos líderes, a partir del momento en que se convierten en líderes, ni siquiera saben qué tareas deben hacer o cuál es el ámbito de su responsabilidad. ¿Acaso esto no es incluso más problemático? ¿Tienen la mayoría de los líderes y obreros este problema en diferente grado? (Sí).
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.