Las responsabilidades de los líderes y obreros (11) Parte 4
En lo que concierne a la tarea de repartir los diversos bienes materiales de la casa de Dios, los falsos líderes no solo son incapaces de llevarla a cabo conforme a los principios exigidos por la casa de Dios, sino que además dejan que intervengan un montón de sus deseos, preferencias y sentimientos personales, así como su propio entendimiento. Terminan convirtiendo esta labor en un caos y un desastre confuso, sin que quepa hablar de principio alguno. Por lo tanto, cuando un falso líder gestiona los diversos bienes de la casa de Dios, a menudo ocurre, en circunstancias en que la gente no sabe qué está pasando, que las cosas se dañan, se despilfarran sin motivo o desaparecen y luego no cuadran las cuentas. Otras veces, algunos individuos se agencian artículos para su uso personal, sin informar de ello y sin dejar registro. Los falsos líderes ni siquiera saben gestionar bien una tarea de asuntos generales tan sencilla. Terminan haciendo una labor desastrosa, pero aun así se sienten tranquilos y creen que han hecho un montón de trabajo. Los falsos líderes nunca llevan a cabo labores periódicas de inspección, mantenimiento y conservación de los diversos bienes materiales de la casa de Dios; en el fondo, esos objetos no les importan lo más mínimo. Supón que les preguntas: “¿Hay alguien que se ocupe del cuidado y mantenimiento de los equipamientos? ¿Se ha dado algún caso de despilfarro en la adquisición de piezas de repuesto cuando ha habido que repararlos? ¿Alguien ha gastado de más o se ha dejado estafar? ¿Alguien ha rendido cuentas por esos incidentes? ¿Se ha impuesto alguna multa o se ha dado una advertencia a alguien?”. Los falsos líderes no sabrán nada de esto ni les importará. Desconocen si se ha gastado dinero indebidamente al comprar cosas para la casa de Dios; si se ha designado a alguien para que gestione los artículos después de comprarlos; si los artículos adquiridos son adecuados y puede dárseles un uso eficaz y, en caso contrario, si se han devuelto o cambiado dentro del plazo establecido. Son estúpidos; no saben nada. Lo único en lo que piensan los falsos líderes es en cómo predicar doctrinas en las reuniones para que la gente los tenga en estima; no tienen ninguna capacidad de trabajo en lo que concierne específicamente a la gestión de bienes, ni muestran ninguna actitud hacia esto. Ignoran que deberían estar haciendo esta labor, aunque tampoco saben cómo llevarla a cabo. El punto de vista que adoptan los falsos líderes sobre los bienes de la casa de Dios es que estos pertenecen a todos, de manera que cualquiera que quiera usar algo puede hacerlo, y cualquiera que necesite algo puede cogerlo o solicitarlo a los superiores; opinan que es un derecho de todos y que los bienes de la casa de Dios no deberían estar bajo el control o la gestión de ningún individuo. Así pues, les da igual que alguien rompa o pierda un aparato; y, si alguien solicita comprar algo, también les da igual si es barato o caro. El hecho es que la casa de Dios cuenta con reglas para estos temas. Mientras los líderes y obreros cumplan con sus responsabilidades y lleven a cabo las comprobaciones pertinentes de acuerdo con los principios de la casa de Dios, se podrán evitar todas esas pérdidas y despilfarros. Sin embargo, los falsos líderes ni siquiera hacen esta labor de lo más sencilla que podría prevenir las pérdidas. ¿Acaso no están consumiendo la comida de la casa de Dios gratis? ¿No son unos aprovechados? ¿No es esta una manifestación específica de la “falsedad” de los falsos líderes? Si os encontrarais con un líder así, ¿cómo procederíais? (Lo destituiríamos). ¿Lo destituiríais y ya está? ¿No habría que enseñarle una o dos lecciones? “Esa máquina se colocó allí, se mojó y nadie la revisó durante días. No se sabe con certeza si aún funciona o si los ratones han roído los cables. ¿Por qué no te preocupas de estas cosas? El ordenador que utilizo se ha averiado y hay que repararlo. El trabajo se retrasará si no se repara. Y, aunque te lo he solicitado varias veces, no me has hecho caso; ¿por qué? ¿En qué andas ocupado ciegamente todo el día, corriendo de un lado a otro como un pollo sin cabeza? Cuando se confía en un líder como tú para hacer el trabajo, todo se demora y los aparatos y bienes materiales quedan destruidos por tu mano. No cuidas ni gestionas los diversos bienes de la casa de Dios. No estás capacitado para ser líder, ¡date prisa y renuncia al puesto!”. ¿Es correcto echarle una reprimenda como esta? (Sí). ¿Qué atributos posee una persona que se atreve a regañar a líderes y obreros? En primer lugar, debe ser valiente y tener un sentido de la rectitud. Habrá quien diga: “Yo no me atrevería a regañar a los líderes y obreros. Ellos son oficiales y yo, un simple soldado, mi rango es muy inferior al suyo. Ellos poseen la verdad y pueden predicar sermones. Yo no valgo para nada y no estoy en posición de regañarlos”. ¿No es esta la lógica de un canalla? (Sí). Entonces, ¿cómo sermonearíais a este tipo de líderes? “Si sabes hacer este trabajo, empléate a fondo y llévalo a cabo conforme a los principios de la casa de Dios. Lo que sea que dispongas para nosotros, lo obedeceremos. Pero, si no te empleas a fondo para hacer este trabajo, si no lo llevas a cabo conforme a los principios de la casa de Dios, ¡nunca conseguirás que te escuchemos! Es más, si no realizas ningún trabajo real, ¡tenemos derecho a destituirte del puesto y echarte! Si quieres perjudicar a alguien, que seas tú. No trates de perjudicarnos a todos”. ¿Os atreveríais a sermonearles así? (Sí). Eso dices ahora, pero, llegado el momento, ¿lo harías realmente? En general, sobre aspectos que tocan los principios-verdad y otras cuestiones importantes, no te atreves a hablar sin tapujos por temor a que una falta de perspicacia y claridad de discurso signifique que no estás haciendo más que juzgar a los líderes y obreros y perturbándolos. Sin embargo, debes ser capaz de tener perspicacia en lo que respecta a la gestión de bienes materiales; deberías aprender a discernir en este tema y llegar a captar sus principios.
Había un hombre que estaba a cargo del vestuario en un equipo de producción de películas. Era indisciplinado en sus acciones y siempre estaba apropiándose a hurtadillas de los bienes de la casa de Dios. Cuando dejó el equipo, se llevó algunas cosas consigo y, más tarde, cuando se revisó la contabilidad, se observó que buena parte del dinero que había recibido no cuadraba. Además, aunque no trabajaba, disponía de dinero y se había comprado muchos artículos de gama alta. Mientras estaba en el equipo de producción de películas, mucha gente lo halagaba y todos querían llevarse bien con él a fin de que, cuando necesitaran ropa, solo tuvieran que pedirla para que él se la proporcionara. Si alguien se llevaba mal con él, ni siquiera recibía la ropa que le correspondía. ¿Qué problema existe aquí? Existe un problema con la gestión del personal. Por una parte, este hombre se estaba apropiando indebidamente de las cosas; por otra, no repartía los artículos de la casa de Dios de acuerdo con los principios, sino que se guiaba por sus sentimientos, su propia voluntad y sus relaciones. En conformidad con los principios, esta persona debería haber sido depurada. Se trataba de un problema evidente. Sin embargo, el falso líder no solo no lo hizo, sino que, como lo consideraba una buena persona, dispuso que fuera a otro lugar a cumplir su deber. ¿No agravaba esto el error? ¿Qué opináis sobre cómo se realizó esta labor? ¿Fue conforme a los principios? ¿Cumplió este líder las responsabilidades que como tal le corresponden? (No). Dejando por el momento a un lado los beneficios que el líder podría cosechar al tratar a esa persona de esta manera, y a juzgar únicamente por cómo manejó la situación, ¿cuál fue la naturaleza de esto? Acoger a una persona malvada basándose en los sentimientos, en lugar de tratarla de acuerdo con los principios de la casa de Dios. Por lo tanto, para enlazarlo con el punto diez de las responsabilidades de los líderes y obreros, ¿qué error comete este tipo de líder y obrero en su gestión de los diversos bienes materiales de la casa de Dios? ¿Cumplió este líder con sus responsabilidades? ¿Manejó la situación pensando en proteger los bienes de la casa de Dios? De ninguna manera. No se los tomó en serio y hasta hizo la vista gorda al permitir que la persona malvada estropeara o se apropiara de estos artículos a su antojo. ¿Actuaría del mismo modo si hubieran dañado o robado sus pertenencias? No, en ese caso estaría pensando en venganza y compensación. Entonces, ¿por qué no manejó los bienes de la casa de Dios de la misma forma? Hasta llegó a decir: “Puede llevarse algunas cosas si quiere; tampoco se lleva tanto. Puede apropiarse un poco indebidamente de estas cosas si quiere; ¿quién no ha sentido el ligero deseo de hacerlo? ¿Qué importa la pequeña cantidad que escamotee? No es como si los demás recibieran menos”. ¿Qué clase de actitud es esta? ¿Es la actitud que deben mostrar los líderes y obreros hacia los bienes de la casa de Dios? (No). ¿No está mordiendo la mano que le da de comer? ¿Y qué lógica expuso al final? “Dejemos que se apropie indebidamente de esas cosas, no hay necesidad de saldar cuentas con él. ¿A cuánto ascienden esos fondos y bienes insignificantes? Los anticristos se apropian indebidamente de mucho más. Su apropiación indebida de esos bienes queda entre él y Dios. Llegado el momento, es asunto suyo cómo rendirá cuentas ante Dios. No tiene nada que ver con nosotros”. ¿Qué pensamientos y sentimientos experimentáis al oír a un líder decir tales cosas? Cualquiera con un mínimo de sentido de la rectitud, con un atisbo de toma de conciencia, lloraría por dentro al oír esas palabras y se sentiría descorazonado y decepcionado, aunque no fuera más que un seguidor corriente, ¡ya no digamos un líder o un obrero! Este tipo de falsos líderes disfrutan mucho de la gracia y protección de Dios y de tantísimas de Sus verdades, pero aun así muestran esta actitud fría hacia los bienes de Su casa. ¿Poseen humanidad? ¿Son aptos para ser líderes u obreros? (No). Una vez que estas personas han sido destituidas, ¿están cualificadas para ser líderes u obreros en el futuro? (No, son de escasa humanidad). ¿Cómo se manifiesta su escasa humanidad? (En que no defienden los intereses de la casa de Dios). ¿En qué acción concreta no defienden los intereses de la casa de Dios? ¿Cuál es la esencia de esta manifestación específica? La gente así no tiene buenas intenciones y es de baja calidad humana; hablan bien, pero no realizan ninguna labor real. Semejantes personas jamás deben ser líderes y obreros. Aquellos que no tienen buenas intenciones no aman la verdad, sino que buscan el beneficio propio; aquellos que no tienen buenas intenciones no se preocupan en absoluto por el pueblo escogido de Dios, ni jamás defienden la obra de la iglesia ni los intereses de la casa de Dios.
La primera tarea fundamental que deben llevar a cabo los líderes y obreros consiste en vigilar adecuadamente los diversos bienes materiales de la casa de Dios, llevar a cabo inspecciones adecuadamente y hacer guardia por la casa de Dios, a fin de evitar que ningún bien sufra daños, despilfarros o apropiaciones indebidas por parte de personas malvadas. Esto es lo mínimo que deberían hacer. En el momento en que eres elegido líder u obrero, la casa de Dios te considera su administrador: perteneces a la clase directiva y las labores que asumes son más pesadas que las de los demás. Cargas con una gran responsabilidad. Es por eso por lo que cada una de tus conductas, cada una de tus acciones, cada uno de tus planes para manejar cualquier situación y cada uno de tus métodos para resolver los problemas afectan a los intereses de la casa de Dios. Si ni siquiera los contemplas ni te los tomas en serio, no sirves para ser un administrador de Su casa. ¿Qué tipo de persona es esta? ¿Por qué no merece ser un administrador de la casa de Dios? Entre los falsos líderes, figuran algunos que no solo son de escaso calibre, sino que su problema fundamental radica en que no soportan ninguna carga; no saben trabajar, pero no buscan la verdad y ni siquiera son capaces de cumplir con las responsabilidades mínimas correspondientes a un administrador. No tienen conciencia ni razón. Esto es porque no tienen buenas intenciones, son de baja calidad humana, egoístas y vulgares; no defienden en absoluto la obra de la iglesia, pero a menudo dañan y traicionan sus intereses; buscan granjearse el favor de la gente y mantener su relación con otras personas a costa de perjudicar los intereses de la iglesia. Permiten que los bienes materiales de la casa de Dios se dañen, se despilfarren o se pierdan; incluso permiten que la gente malvada se las apropie indebidamente; les da absolutamente igual y no sienten la menor deuda o culpa por ello. Así pues, a la hora de elegir líderes y obreros, desde la perspectiva de su humanidad, ¿cuáles son los atributos más básicos que deben poseer? Deben poseer conciencia y sentido de la rectitud, y sus motivos deberían ser los apropiados. Su humanidad primero ha de estar a la altura. No importa cuánta capacidad de trabajo o qué nivel de calibre posean, las personas de ese tipo cumplirán con el estándar como administradores si sirven como supervisores. Como mínimo, serán capaces de defender los intereses de la casa de Dios, así como los intereses comunes de los hermanos y hermanas. Jamás traicionarán ni unos ni otros. Cuando los intereses de la casa de Dios y de los hermanos y hermanas estén a punto de verse dañados o perjudicados, estas personas lo habrán previsto y serán los primeros en dar un paso al frente y protegerlos, aunque eso afecte a su propia seguridad o les exija pagar un precio o sufrir. Todas estas son las cosas que las personas con conciencia y razón pueden hacer. Algunos falsos líderes y obreros se apresuran a buscar un lugar seguro donde esconderse cuando tienen que afrontar circunstancias peligrosas, pero no se preocupan ni se interesan por los bienes importantes de la casa de Dios: libros de las palabras de Dios, teléfonos móviles, ordenadores, etcétera. Si les inquietara el efecto que tendría su arresto en el panorama general del trabajo de la iglesia, podrían enviar a otros a ocuparse de estas cosas; sin embargo, estos falsos líderes solo se esconden por su propia seguridad. Están muertos de miedo y, para garantizar su propia seguridad, no hacen nada de lo que podrían hacer. Así, cuando se producen situaciones peligrosas, se dan muchos casos en los que la negligencia, la inacción y la irresponsabilidad de los falsos líderes provocan que el gran dragón rojo saquee y se lleve diversos bienes de la casa de Dios, así como las ofrendas a Él, todo lo cual genera importantes pérdidas. Cuando surgen estas situaciones en la iglesia, lo primero que deberían plantearse los líderes y obreros es guardar los equipamientos y bienes materiales de la casa de Dios en lugares adecuados, entregárselos a las personas adecuadas para que los gestionen; no debe permitirse jamás que el gran dragón rojo se los lleve. Sin embargo, los falsos líderes nunca tienen en mente estas cosas; nunca anteponen los intereses de la casa de Dios, sino que miran por su propia seguridad. La incapacidad de los falsos líderes para llevar a cabo un trabajo real a menudo provoca que varios bienes importantes de la casa de Dios sufran pérdidas o daños. ¿No es esto una grave negligencia en el cumplimiento del deber por parte de los falsos líderes? (Lo es).
Con respecto al punto diez de las responsabilidades de los líderes y obreros, ¿cuál es la principal manifestación de los falsos líderes que estamos exponiendo? Su actitud hacia los bienes materiales de la casa de Dios es de indiferencia y desconsideración; no se rigen por los principios, sino que reparten las cosas de forma arbitraria, basándose en sus propias figuraciones y preferencias. Mientras están a cargo de su gestión, los bienes de la casa de Dios a menudo sufren daños y despilfarros en mayor o menor grado, lo cual genera pérdidas en la obra de la casa de Dios. Esta es la principal manifestación de los falsos líderes, que ni siquiera pueden gestionar esta sola tarea de lo más simple de los asuntos generales. Si no saben hacer eso ni hacerlo bien, ¿qué hacen, entonces? Por lo tanto, cuando veáis a tales personas ejerciendo como líderes, no dejéis de inspeccionar y supervisar su trabajo. Si convierten esta única tarea de los asuntos generales en un desastre, sin hacer ni siquiera lo que pueden, sin buscar a personas adecuadas para que se ocupen de la tarea cuando ellos no dispongan de tiempo, habría que destituirlos y despojarlos de su cargo. La casa de Dios nunca los usará. ¿Esto es apropiado? (Sí). ¿Por qué? Una persona que no tiene buenas intenciones, cuya comprensión esté distorsionada y que solo actúe de acuerdo con sus sentimientos y sus deseos y ambiciones egoístas y vulgares no es digna de confianza. ¿Y qué labor puede hacer bien una persona que no es de fiar? ¿Qué deber puede cumplir adecuadamente? ¿Es capaz de desempeñar algún deber con lealtad? (No).
Con la enseñanza de hoy sobre el punto diez de las responsabilidades de líderes y obreros, ¿no he expuesto con claridad otro de los principios y estándares que se les exigen? Lo que aquí se plantea no es una cuestión de calibre, ni de capacidad de trabajo, sino de humanidad. Observa a las personas que sirven como líderes y obreros, o a aquellas que la iglesia está cultivando, y comprueba si entre ellas hay alguna de escasa humanidad y que no tiene buenas intenciones, cuya humanidad sea la misma que la de los falsos líderes diseccionados en el punto diez. Si realmente encuentras líderes y obreros semejantes, deberías destituirlos, y has de recordar que nunca debes elegir como líderes a tales sujetos, ni cultivarlos para que sean líderes y obreros. Si algunas personas no comprenden la calidad humana de esos individuos y los eligen, denúncialos de inmediato. No les des la oportunidad de ser líderes y obreros. Su propósito para serlo no es realizar un trabajo real, sino destruir el trabajo de la iglesia. Si llegan a ser líderes, lo siguiente que ocurrirá es que los diversos bienes materiales de la casa de Dios acabarán arruinados. ¿Estáis dispuestos a ver semejante consecuencia? (No). Entonces, ¿cómo deberías tratar a estos individuos? Si actualmente sirven como líderes, denúncialos para que sean destituidos de su cargo. Si aún no han sido elegidos, informa a todo el mundo: “Esta persona no es buena. No la elijáis bajo ningún concepto; sería perjudicial para la iglesia”. Y, si resultan elegidos porque la gente se ha dejado embaucar y desencaminar, informa a todo el mundo de inmediato: “Hoy hemos cometido un error. Hemos elegido a alguien de escasa humanidad, que no tiene buenas intenciones, como nuestro líder. Ahora que lo hemos hecho, los intereses de la casa de Dios sufrirán daños y pérdidas. Tenemos que destituirlo de su cargo de inmediato para evitar que los intereses y los diversos bienes de la casa de Dios resulten dañados. No debemos permitir que su maquinación tenga éxito”. ¿Es apropiado hacer esto? (Lo es).
A aquellos elegidos como líderes y obreros se les requiere tener calibre y capacidad de trabajo; ahora también hay requisitos respecto a su calidad humana. ¿Qué opináis, os parece que la mayoría de personas no cumplen los requisitos para ser líderes y obreros? ¿Cuál de los tres criterios es más importante? (La humanidad). ¿Y en segundo lugar? (La capacidad de trabajo). ¿Y después? (Si tienen o no calibre). Ese orden resulta bastante preciso. Cuando elijáis a líderes en el futuro, medidlos según ese orden. Algunas personas dicen: “Existe un problema con ese orden. Pongamos que la humanidad es lo primero, y hay algunas personas que poseen buena humanidad, pero bastante mal calibre, y si son elegidos como líderes no serán capaces de hacer ningún trabajo real; entonces, ¿sigue estando bien tener en cuenta solo la humanidad de las personas?”. La humanidad de las personas es lo más importante, y es lo primero en lo que deberías fijarte, pero no es lo único a tener en cuenta al elegir a líderes y obreros. Si la humanidad de una persona está a la altura, lo siguiente es fijarse en su capacidad de trabajo. Si carecen de capacidad de trabajo y no pueden hacer ningún trabajo real, puedes pedirles realizar un trabajo que no sea demasiado exigente para sus capacidades. Si son de buena humanidad, si son capaces de asumir el trabajo, si se esfuerzan al máximo por hacerlo bien, si se puede confiar en ellos y la casa de Dios no ha de tener reparos al usarlos, si son edificantes, útiles y beneficiosos para la mayoría de los hermanos y hermanas, entonces cumplen con el estándar. Si su calibre es escaso y carecen de capacidad de trabajo, o simplemente tienen una capacidad de trabajo promedio, que realicen alguna labor simple o un solo trabajo. Si tienen buen calibre y una capacidad de trabajo fuerte, pueden desempeñar alguna labor importante o varios trabajos diferentes. ¿No puedes ni siquiera hacer esta clase de organizaciones? Si son de escasa humanidad y no tienen buenas intenciones, entonces, por muy grande que sea su capacidad de trabajo, ¿podrán hacer bien la labor? (No). Si dirigieran una empresa o a unos pocos empleados, no pasaría nada, pero ¿qué problemas surgirían si les pidieran gestionar los distintos bienes materiales de la casa de Dios? En primer lugar, no gestionarían en absoluto esos bienes ni manejarían las cosas de acuerdo con los principios que requiere la casa de Dios. No tienen buenas intenciones, no aman la verdad, y en su corazón solo existen maquinaciones y pensamientos e ideas perversos, así que, cuando actúan, lo hacen de acuerdo con sus propias preferencias y según sus propios intereses, no según los principios-verdad ni la justicia. Solo consideran lo que tienen que perder o ganar, y no piensan en los principios requeridos por la casa de Dios, así que están destinados a fracasar en la labor de líderes y obreros. ¿Cómo se determina esto? Por su calidad humana, no por su capacidad de trabajo. Por lo tanto, al sopesar si alguien es noble o de escaso valor, si cumple con los estándares de la casa de Dios para la selección de líderes y obreros, primero se mira su humanidad. Si tienen una humanidad confiable y que está a la altura, considerad a continuación si poseen capacidad de trabajo y si tienen una carga; en última instancia, contemplad los demás aspectos.
Esto constituye el punto diez de las responsabilidades de los líderes y obreros. Esto es más o menos lo diseccionado en el punto diez de las distintas manifestaciones de los falsos líderes. En la conducta y manifestaciones con las que estos tratan los bienes materiales de la casa de Dios, puede observarse que la mayoría de ellos carecen de conciencia y razón, que son de una humanidad demasiado escasa y que no asumen ninguna responsabilidad; cabría decir que no tienen buenas intenciones. ¿No disponemos ahora de una prueba más con la que caracterizar a los falsos líderes? Algunos de ellos no pueden hacer el trabajo porque son de escaso calibre y porque están ciegos y no tienen comprensión de las cosas. Otros no llevan a cabo ninguna labor real porque no tienen buenas intenciones y buscan exclusivamente el beneficio propio; no defienden los intereses de la casa de Dios y les da igual que Su pueblo escogido viva o muera. Todos los tipos de falsos líderes deben ser destituidos y descartados cuanto antes para evitar que la obra de la casa de Dios se retrase y que Su pueblo escogido sufra daños.
1 de mayo de 2021
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