Las responsabilidades de los líderes y obreros (16) Parte 4

C. Principios y sendas para la resolución de nociones

Todavía hay algunos aspectos sobre la difusión de nociones que es necesario compartir. Algunas personas dicen: “En lo que respecta a la difusión de nociones en la vida de iglesia, debemos practicar la exposición y la disección, y restringirla. Sin embargo, mientras creemos en Dios tendemos a desarrollar diversas nociones; esto escapa a nuestro control. Entonces, en lo que concierne a las nociones, ¿qué tipo de senda de práctica deberíamos seguir para practicar con precisión, evitar causar trastornos y perturbaciones en la vida de iglesia, no afectar negativamente a los demás ni ocasionar pérdidas a la vida de otras personas? ¿Cuál es la manera adecuada de actuar?”. ¿No es un hecho que las personas tienen nociones? ¿Acaso no es inevitable? (Sí). Algunos afirman: “Solo aquellos que no persiguen la verdad desarrollan nociones”. ¿Es correcto este enunciado? No es completamente correcto. Aquellos que persiguen la verdad puede que también desarrollen de vez en cuando nociones acerca de Dios cuando se enfrentan a ciertas situaciones en particular, porque antes de comprender la verdad y Sus intenciones y conocer a Dios, desarrollan algunas nociones sobre Sus palabras y Su obra. Estas nociones son ciertas ideas humanas falaces que no se corresponden con la verdad. Puede que algunas de ellas concuerden con la moralidad, la filosofía, la cultura tradicional, las teorías éticas, entre otras, y, a primera vista, parezcan correctas. Sin embargo, no se corresponden con la verdad y la contradicen. Esto es un hecho. ¿Cómo deberían las personas enfrentar estas nociones? Antes de perseguir la verdad, ya traen consigo muchas de ellas; son nociones inherentes. Durante el proceso de búsqueda de la verdad, surgirán en ellas muchas nuevas nociones a raíz de cambios en los entornos y diversos contextos; son nociones adquiridas. En el camino de la fe en Dios, las personas deben enfrentar ambos tipos de nociones. Entonces, ¿existe una solución para resolverlas? ¿Hay una senda de práctica? Algunos dicen: “Es fácil manejarlo. Podemos rebelarnos contra nuestras nociones inherentes; no necesitamos prestarles atención. Estamos seguros de que, en el proceso de perseguir la verdad, y conforme la entendemos, poco a poco las resolveremos y las descartaremos. En cuanto a las nociones adquiridas, confiamos en que Dios las resolverá. Además, no nos limitan. Por lo tanto, hasta la fecha, no hemos formado nociones en nuestro corazón que puedan llevarnos a situaciones como resistirnos a Dios, condenarlo o blasfemar contra Él”. ¿Cómo es este método de práctica, esta forma de enfrentar y abordar las nociones? ¿Puede resolverlas? ¿Presenta algún inconveniente? ¿Es esta actitud frente a las nociones proactiva y positiva? (No). ¿Tiene algún efecto positivo en las personas? Si utilizas un método pasivo mediante el cual ignoras esas nociones y las guardas en lo más recóndito de tu corazón, cada vez que resurgen, las reprimes, oras y luego consideras que ya las has resuelto y, cuando vuelven a aparecer, las enfrentas de la misma manera, no piensas más en ellas, actúas como si no fueran un problema y crees que: “De todos modos, el Dios en el que creo sigue siendo mi Dios, aún soy Su ser creado y Él mi Creador; eso no ha cambiado”, ¿es esa la forma más efectiva de resolver las nociones? ¿Se logra así un resultado positivo? ¿Resuelve este tipo de práctica las nociones completamente y de raíz? Evidentemente, no. No importa si son grandes o pequeñas, tampoco si son muchas o pocas, mientras existan en el corazón de las personas, repercutirán de manera negativa en su entrada en la vida y en su relación con Dios, y esto causará perturbaciones. En especial, cuando las personas son débiles, se enfrentan a un entorno que no pueden superar, no entienden las intenciones de Dios, no tienen una senda de práctica, no saben cómo satisfacer a Dios ni sienten que tengan esperanza de salvación, esas nociones surgirán rápidamente en su interior, dominarán sus pensamientos, ocuparán su corazón e incluso podrían influir en su decisión de quedarse o irse, así como en la senda que elijan. Puede que exista una noción que nunca te haya importado ni te haya afectado o derrumbado; siempre creíste que podías dominarla y controlarla, pero después de experimentar cierto fracaso, una destitución o descarte, o la severa disciplina y reprensión de Dios, o incluso cuando te sientes como si hubieras caído en un pozo sin fondo, en ese momento, esa noción ya no será solo un accesorio para ti. Aunque la ignores, puede perturbar y desorientar tus pensamientos, dominar incluso tus ideas y puntos de vista, tu actitud hacia Dios y tu fe en Él. Si no cuentas con un método ni un principio de práctica adecuados para abordar tales nociones o no las comprendes con claridad, afectarán de manera intermitente tu entrada en la vida o tus próximas decisiones. Además, podrían influir en tu relación con Dios y en tu actitud hacia Él. Entonces, cuando las personas se enfrentan a diversas nociones que surgen en cualquier contexto, ¿qué tipo de actitud y método deberían adoptar para afrontarlas y abordarlas, con el fin de evitar perjuicios y lograr un resultado positivo y beneficioso? Este es un asunto que debemos compartir con claridad.

Las personas que viven en la carne tienen libre albedrío y libertad de pensamiento. Independientemente de su educación, su calibre o su género, mientras tengan pensamientos, generarán nociones. Si una noción domina tu carácter corrupto, esta te llevará a oponerte a Dios. Por lo tanto, cuando las personas tienen nociones, es necesario resolver el problema. No solo aquellos que difunden nociones las generan; lo que ocurre es que, al difundirlas, se alzan en contra de Dios de manera temeraria y difunden diversas opiniones y juicios acerca de Él. Sin embargo, ¿acaso los que no difunden nociones no tienen ninguna? Todo el mundo tiene nociones; es un hecho. La diferencia es que aquellos que difunden nociones intencionalmente tienen una esencia-naturaleza cuya característica inherente es la aversión por la verdad. Dado que no aceptan la verdad e incluso consideran que sus nociones son correctas y se ajustan completamente a ella, si estas entran en conflicto con la verdad, eligen aceptarlas en lugar de la verdad. Aquí es donde fracasan y por eso se los restringe y se los condena. Entonces, ¿por qué no se condena a las personas comunes y corrientes cuando generan nociones? Porque la mayoría de ellas habla y actúa con racionalidad y, en su interior, saben que las nociones humanas no se ajustan a la verdad y son incorrectas; aunque no puedan resolverlas de forma inmediata, están dispuestas a abandonarlas. Cuando eligen aceptar la verdad, esta reemplaza sus nociones internas y las resuelve; se desprenden de ellas y ya no las influyen, restringen ni dominan. Entonces, aunque tienen nociones, no las difunden. Pueden continuar cumpliendo con sus deberes como de costumbre, seguir a Dios con normalidad, aceptar Sus palabras y Su obra, y someterse a Su soberanía, Sus arreglos y Su salvación. Siempre reconocen que son seres creados y que Dios es el Creador. Independientemente del tipo de nociones que alberguen en su corazón, pueden mantener una relación normal con Él, conservar la relación entre el ser creado y el Creador, abstenerse de abandonar sus deberes, evitar renunciar al nombre de Dios y su fe en Él permanece intacta. Aunque así sea, si las nociones nunca se resuelven, aún pueden arruinar a las personas y llevarlas a su destrucción. Por lo tanto, aún debemos hablar sobre la mejor manera de enfrentarlas y resolverlas.

¿Qué pensáis que es más fácil de resolver, las nociones inherentes que las personas ya tenían antes de creer en Dios o las que desarrollaron en ciertos entornos y contextos en particular una vez que empezaron a creer en Él? (Las nociones inherentes son más fáciles de resolver). Las figuraciones y nociones que las personas tienen sobre Dios cuando empiezan a creer en Él se solucionan más fácilmente, mientras que las nociones que desarrollan al experimentar Su obra tras creer en Él son más difíciles de resolver; este es un enunciado teórico. Sin embargo, en última instancia, no se ajusta a los hechos. ¿Qué significa “teórico”? Significa que las personas deducen este tipo de conclusiones basándose en la filosofía y la lógica. Después de que comienzan a creer en Dios y comprenden la verdad sobre las visiones, abandonan y resuelven algunas de ellas. En realidad, logran resolverlas a nivel doctrinal únicamente; parece que las han resuelto, pero muchas de las nociones que las personas desarrollan mientras siguen a Dios están relacionadas con sus nociones inherentes. Teóricamente, de estos dos tipos de nociones, las inherentes son más fáciles de resolver, pero, en realidad, en tanto las personas puedan aceptar la verdad, amar las cosas positivas y lleguen a comprender la verdad, ambos tipos de nociones son fáciles de resolver. Por ejemplo, algunos decís que las nociones inherentes son más fáciles de resolver, pero puede que os encontréis con personas que distorsionan lo que comprenden, que son muy tercas y se concentran en detalles sin importancia, que profundizan en la Biblia, en los textos espirituales clásicos y en las interpretaciones de quienes comentan la Biblia; que te repiten lo que encuentran y, sin importar cómo compartas la verdad, no la aceptan. No pueden aceptar los sermones puros, la verdad ni las palabras correctas; no los asimilan cuando los escuchan. Por un lado, su capacidad de comprensión presenta problemas; por otro, no aman las cosas positivas ni la verdad, sino que les agrada ser tercas, obsesionarse con detalles insignificantes, jugar con las palabras y les gustan las teorías y la teología. ¿Pueden estas personas desprenderse de sus nociones? (No). A juzgar por los hechos, el carácter y las preferencias de tales personas, no pueden aceptar la verdad. Las primeras nociones de las personas son en realidad muy triviales, superficiales y muy fáciles de resolver. Si una persona tiene pensamientos y capacidad de comprensión normales, cuando hablas con ella sobre la verdad respecto a las visiones, siempre que lo entienda, puede dejar de lado sus nociones con facilidad. Pero hay un tipo de personas cuyo pensamiento no es normal y no puede comprender la verdad ni aceptarla. ¿Pueden desprenderse de sus nociones? (No). Por lo tanto, sus nociones son difíciles de resolver. Si una persona posee una razón normal y es capaz de aceptar la verdad, entonces, independientemente de las nociones que desarrolle sobre Dios después de empezar a creer en Él y del entorno o contexto en el que surjan, no discute con Dios. Dice: “Soy humano, tengo un carácter corrupto, mis pensamientos y mis acciones pueden no ser correctos. Dios es la verdad, Dios nunca se equivoca. Sin importar cuán razonables sean, mis pensamientos siguen siendo pensamientos humanos, provienen de un humano y no son la verdad. Si contradicen las palabras de Dios o la verdad, por muy razonables que sean, no son correctos”. Quizá no sepa exactamente en qué están equivocadas estas nociones en ese momento, entonces, ¿cómo practica? Practica la sumisión, no es terca ni se obsesiona con ciertos detalles, se desprende del asunto y cree que algún día Dios lo revelará. Alguien le pregunta: “¿Y si Dios no lo revela?”. Responde: “Entonces, me someteré para siempre. Dios nunca se equivoca, y lo que Él hace nunca está mal. Si lo que Dios hace no se ajusta a las nociones humanas, no significa que Dios esté equivocado, sino que los humanos no pueden comprenderlo ni asimilarlo. Por lo tanto, lo que las personas deberían hacer ante todo es no escrutar ni tampoco darles vueltas a las nociones. No deberían recurrir a ellas para buscarle defectos a Dios ni utilizarlas como razón y excusa para no someterse a Él y desafiarlo”. Así es como aborda sus nociones. ¿Es este tipo de práctica una forma de practicar la verdad? Esto es, efectivamente, practicar la verdad. Cuando estas personas desarrollan nociones, no las comparan con Dios ni las usan para escrutarlo, para comprobar si Él es real o si existe. En cambio, se desprenden de sus nociones y se esfuerzan por aceptar la verdad y conocer a Dios. No obstante, aunque hacen todo lo posible por conocer a Dios, aún no pueden conocerlo. ¿Qué hacen entonces? Aun así, se someten. Dicen: “Dios nunca se equivoca. Dios siempre es Dios. Él es el que expresa la verdad. Dios es la fuente de la verdad”. Cuando enfrentan estas nociones, primero, colocan a Dios en el lugar de Dios y se colocan a sí mismas en el lugar de seres creados. Por lo tanto, incluso si no han dejado sus nociones de lado o no las han resuelto, su actitud de sumisión hacia Dios no cambia. Esta actitud las protege, les permite que Dios las siga reconociendo como seres creados ante Él. Entonces, ¿resulta fácil resolver las nociones de tales personas? (Sí). ¿Cómo se logra? Supongamos que, al enfrentarse a cierta situación, dijeron lo siguiente: “¿No es acaso incorrecto decir que todo lo que dios hace es la verdad y es correcto, que él es todopoderoso y no comete errores? Aunque se dice que él no se equivoca, no es más que un enunciado teórico. De hecho, algunas de las cosas que dios hace son desconsideradas y no concuerdan con los sentimientos humanos. Creo que este asunto no está del todo bien. Cuando se trata de cosas que no son completamente correctas, no necesito someterme ni aceptarlas, ¿verdad? Aunque no niego su nombre ni su identidad, las nociones que ahora he desarrollado me han brindado más conocimiento y una mejor comprensión de dios; él también hace algunas cosas mal y hay momentos en los que comete errores. Entonces, a partir de ahora, cuando la gente diga que Dios es justo, perfecto y santo, no lo creeré y dudaré de tales enunciados. Aunque dios es el creador y puedo aceptar su soberanía, en el futuro necesito aceptar de manera selectiva y no puedo someterme sin entender ni ciegamente. ¿Y si al someterme me equivoco? ¿No me significará una pérdida? No puedo ser alguien que se somete como un tonto”. Si abordan las nociones y tratan a Dios con esta actitud, ¿pueden abandonar sus nociones con facilidad? ¿Es este tipo de práctica una forma de practicar la verdad? (No). ¿Acaso la relación entre ellas y Dios no se ha vuelto problemática? ¿No lo están escrutando constantemente? Él se ha convertido en el objeto de su escrutinio, en lugar de ser el Soberano que gobierna sobre su sino. Aunque reconocen que son seres creados bajo el dominio del Creador, lo que hacen no concuerda con cumplir los deberes y obligaciones de un ser creado. No están tratando al Creador desde su lugar original de seres creados, sino que se alzan en contra del Creador, lo escrutan, analizan Sus acciones y Su comportamiento, eligen si se someten y aceptan en función de su propio criterio. ¿Es esta actitud y forma de práctica la manifestación que debería tener alguien que acepta la verdad? ¿Pueden resolverse sus nociones? (No, no es posible). Jamás se resolverán. Esto se debe a que su relación con Dios se ha desvirtuado; no es una relación normal, no es la relación entre un ser creado y el Creador. Tratan a Dios como objeto de escrutinio y lo escrutan constantemente. Aceptan lo que consideran correcto y bueno, pero internamente se resisten a Dios y se enfrentan a Él respecto a lo que no se ajusta a las nociones y figuraciones humanas ni a las preferencias del hombre, y se alejan de Él. ¿Una persona así acepta la verdad? A simple vista, si no se presenta ningún incidente o no poseen noción alguna respecto a Dios, pueden someterse a las palabras que Él expresa. Sin embargo, una vez que desarrollan nociones, su sumisión desaparece; no se ve por ningún lado y no es posible ponerla en práctica. ¿Cuál es el problema? Está claro que no son personas que practican la verdad. No aceptan a Dios como fuente de verdad ni como la verdad misma. Independientemente del momento en que las nociones surjan, a las personas que no aceptan la verdad les resulta difícil desprenderse de ellas o resolverlas.

Según el contenido de la charla anterior, ¿qué tipo de noción creéis que es más fácil de resolver? Depende de la situación. A las personas que pueden aceptar la verdad, poseen razón y son las correctas, les es más fácil resolver sus nociones, independientemente de cuándo surjan. En cambio, para aquellas que no pueden aceptar la verdad, sin importar el momento en el que sus nociones se presenten, no es tan fácil solucionarlas. Algunas llevan veinte o treinta años creyendo en Dios y, aún hoy, nada de lo que dicen se ajusta a la verdad, sino que se trata de palabras, doctrinas y nociones humanas. No entienden ninguna verdad en lo más mínimo. Una vez que sus nociones surgen, ¿son capaces de desprenderse de ellas? No es fácil decirlo. Si no aceptan la verdad, no podrán desprenderse de ellas. Es inevitable que las tengan. Ya sean inherentes o adquiridas, las mentes de las personas pueden generar diversas nociones en cualquier momento. Sin importar cuántos años lleven creyendo en Dios, en los corazones de todas las personas existen nociones. Entonces, ¿qué se debe hacer? ¿Acaso es imposible resolver este problema? Puede resolverse. Es necesario recordar unos pocos principios que resultan absolutamente cruciales. Cuando te encuentras en tales situaciones, practica de acuerdo con ellos. Tras hacerlo durante un tiempo, verás los resultados y entrarás en la realidad-verdad. Cuando surjan nociones, sin importar cuáles sean, primero reflexiona y analiza en tu corazón si ese pensamiento es correcto. Si sientes con claridad que tal pensamiento es incorrecto, está distorsionado y que blasfema a Dios, ora de inmediato y pídele a Dios que te ilumine y te guíe a fin de reconocer la esencia de este problema. Después, conversa acerca de lo que has aprendido en una reunión. A medida que adquieres comprensión y experimentas situaciones, concéntrate en resolver tus nociones. Si al practicar de esta manera no logras resultados evidentes, debes hablar sobre este aspecto de la verdad con alguien que la comprenda y esforzarte por recibir ayuda de otras personas y soluciones que provengan de las palabras de Dios. Mediante Sus palabras y tus experiencias, confirmarás paulatinamente que las palabras de Dios son correctas y vislumbrarás resultados significativos en relación con la resolución de tus propias nociones. Al aceptar y experimentar tales palabras y la obra de Dios, entenderás por fin Sus intenciones y conocerás algo de Su carácter, y esto te permitirá desprenderte de tus nociones y resolverlas. Ya no malinterpretarás ni te protegerás contra Dios, ni harás exigencias poco razonables. Esto corresponde a las nociones que son fáciles de resolver. Sin embargo, hay otro tipo de noción que no es fácil comprender ni resolver. En el caso de aquellas nociones difíciles de solucionar, existe un principio que es necesario que respetes: no las enuncies ni las difundas porque enunciarlas no beneficia a los demás y constituye un hecho de oposición a Dios. Si comprendes la naturaleza y las consecuencias de difundir nociones, es mejor que tú mismo lo evalúes con claridad y evites hablar de manera imprudente. Si dices: “Es terrible no poder expresar lo que pienso en la iglesia y me siento a punto de explotar”, aun así, debes sopesar si divulgar tales nociones es realmente beneficioso para el pueblo escogido de Dios. Si no lo es y puede llevar a otros a tener nociones acerca de Dios o incluso a que lo desafíen y lo juzguen, ¿no estarías perjudicando a Su pueblo escogido? Perjudicas a las personas y no es diferente a propagar una plaga. Si en verdad cuentas con razón, preferirás soportar el dolor tú mismo antes que difundir nociones y dañar a otros. No obstante, si contener tus palabras te produce angustia, deberías orar a Dios. Si el problema se remedia, ¿no es positivo? Si juzgas y malinterpretas a Dios con tus nociones incluso cuando le oras a Él, solo te estarás creando problemas. Debes orar a Dios así: “Dios, tengo estos pensamientos, quiero desprenderme de ellos, pero no puedo. Por favor, disciplíname, ponme en evidencia mediante diversos entornos, y permíteme reconocer que mis nociones son incorrectas. No importa cómo me disciplines, estoy dispuesto a aceptarlo”. Esa es la mentalidad correcta. Después de orar a Dios con esa disposición mental, ¿no te sentirás menos asfixiado? Si sigues orando, buscando y recibiendo esclarecimiento e iluminación de Dios, comprenderás Sus intenciones, tu corazón se llenará de claridad y dejarás de sentirte asfixiado. ¿No se resolverá entonces el problema? Tus nociones, rechazo y rebeldía para con Dios desaparecerán en gran medida. Al menos, no sentirás la necesidad de enunciarlas. Si eso aun así no funciona y el problema no se resuelve por completo, busca a alguien con experiencia que te ayude a subsanar tus nociones. Pídele que encuentre algunos pasajes de las palabras de Dios relacionados con la resolución de las nociones que albergas, y léelos decenas o cientos de veces, y tal vez así tus nociones se solucionen por completo. Puede que algunos digan: “Si enuncio nociones con los hermanos y hermanas durante una reunión, significará que difundo nociones, así que no puedo hacerlo. De todas maneras, si no las hago saber, me siento muy mal. ¿Puedo hablar de ellas con mi familia?”. Si tus familiares también son hermanos y hermanas en la fe, enunciar tales nociones frente a ellos también los perturbaría. ¿Es apropiado? (No). Si lo que dices resulta perjudicial y daña y desorienta a otros, en ningún caso debes decirlo. En su lugar, ora a Dios para resolver el problema. Siempre y cuando ores y comas y bebas las palabras de Dios con un corazón devoto, uno que tiene hambre y sed de justicia, tus nociones pueden resolverse. Las palabras de Dios abarcan toda la verdad y pueden resolver cualquier problema. Solo depende de tu capacidad para aceptar la verdad y de tu disposición para practicar Sus palabras, y de si eres capaz de desprenderte de tus propias nociones. Si crees que las palabras de Dios contienen la verdad integral, debes orar a Dios y buscar la verdad para que, una vez que surjan problemas, puedas resolverlos. Si, tras orar durante un tiempo, aún no sientes que Dios te esclarece ni has recibido de Él palabras precisas acerca de qué hacer, pero inconscientemente tus nociones ya no te afectan en el interior, no perturban tu vida, se desvanecen poco a poco, no afectan tu relación normal con Dios y, por supuesto, no impactan en el desempeño de tus deberes, ¿acaso esta noción no está básicamente resuelta? (Sí). Esa es la senda de práctica.

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.