Las responsabilidades de los líderes y obreros (18) Parte 1
Punto 12: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas (VI)
Las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la vida de iglesia
X. Propagar rumores infundados
En la última reunión, hablamos sobre la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros: “Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas”. A las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia que surgen en la vida de iglesia, los dividimos en once problemas. Leedlos de nuevo. (El primero, desviarse del tema a menudo cuando se comparte la verdad; segundo, pronunciar palabras y doctrinas para desorientar a la gente y ganarse su estima; tercero, parlotear sobre cuestiones domésticas, establecer conexiones personales y ocuparse de los asuntos propios de uno; cuarto, formar camarillas; quinto, competir por el estatus; sexto, entablar relaciones impropias; séptimo, enzarzarse en ataques mutuos y riñas verbales; octavo, difundir nociones; noveno, dar rienda suelta a la negatividad; décimo, propagar rumores infundados; y undécimo, manipular y sabotear las elecciones). La última vez hablamos del noveno problema. Hoy hablaremos sobre el décimo: propagar rumores infundados.
A. Manifestaciones de propagar rumores infundados
En la iglesia se han presentado incidentes de propagación de rumores infundados. Algunas personas no aman la verdad y no se centran en practicarla mientras desempeñan su deber; tanto en cuestiones vinculadas con los principios-verdad como en sus búsquedas personales, no se concentran en buscar la verdad; estos enfoques no tienen cabida en su corazón. En su fe en Dios, solo les gusta indagar acerca de chismes e información personal, y recopilar historias raras e inusuales. Desde luego, lo que más les apasiona es curiosear respecto a asuntos relacionados con Dios y Su obra, así como acerca de asuntos relacionados con la casa de Dios y los líderes y obreros de la iglesia. Al mismo tiempo, les gusta propagar chismes sin fundamento y diseminan lo que han oído o imaginado, y que no es para nada cierto. A tales personas no les agrada leer las palabras de Dios, casi nunca oran, y durante las reuniones raramente comparten la verdad, y en muy pocas oportunidades hablan sobre su propio estado, sus búsquedas personales y su entrada o acerca de lo que comprenden con relación a la obra de Dios, y demás. De más está decir que no se interesan por aquellos que comparten la verdad o sus testimonios vivenciales, como tampoco por tales temas. Sin embargo, en cuanto oyen a alguien hablar sobre la fase a la que ha llegado la obra de Dios, o se encuentran con contenido en las palabras de Dios sobre desastres, el destino de las personas, el cambio de forma de Dios, etcétera, sus ojos de repente se iluminan y comienzan a poner especial atención. Tan pronto como leen o escuchan estas palabras, les despiertan interés. A juzgar por las manifestaciones de estas personas, es evidente que no creen en Dios para perseguir la verdad o cumplir con su deber y seguir a Dios, y ciertamente no para someterse a Él ni para adorarlo. Vienen a la casa de Dios y no piensan en ningún momento en cumplir el más mínimo deber. Solo quieren curiosear y recolectar una serie de chismes o propagar ciertos rumores. Encuentran placer en estas actividades y no se interesan en absoluto por los testimonios vivenciales, los himnos ni las películas de la casa de Dios. Solo les gusta acceder a la red para recopilar los enunciados y valoraciones que las fuerzas de los anticristos pertenecientes a la comunidad religiosa realizan acerca de la casa de Dios, la obra de la iglesia y el Dios encarnado. Incluso si ocasionalmente miran videos que provienen de la casa de Dios, no lo hacen debido a un deseo íntimo de buscar la verdad para resolver sus propios problemas. Entonces, ¿qué es lo que ven? Se fijan en los comentarios debajo de los videos y son selectivas en cuanto a lo que leen. Ignoran los comentarios de los hermanos y hermanas de la iglesia, pero se interesan particularmente en los de la comunidad religiosa y en los de los no creyentes. Incluso leen específicamente los comentarios y enunciados del gran dragón rojo con la intención de descubrir algo a partir de ellos. Cuando ven esta propaganda negativa, enunciados y rumores fabricados, no buscan la verdad ni los disciernen; en su lugar, incluso es posible que acepten algunas de estas afirmaciones y comentarios negativos y los den por hechos. No importa cuántos comentarios positivos haya, no están dispuestas a leerlos y no creen que sean verdaderos; solo los comentarios negativos o rumores atraen su atención y despiertan su interés. Cada vez que ven estos comentarios negativos, se sienten muy complacidas y reconfortadas por dentro. Les interesan especialmente los rumores y juicios totalmente falsos e incluso los ataques y calumnias contra Dios que circulan en el mundo, en la comunidad religiosa o en la red, y siempre los estudian y los recopilan con esmero. Por el contrario, no se interesan en absoluto por las palabras de Dios, los sermones y las enseñanzas, los testimonios vivenciales de los hermanos y hermanas, y otras cosas por el estilo. Entonces, cuando los demás leen las palabras de Dios, comparten la verdad y hablan acerca de sus testimonios vivenciales durante las reuniones, sienten aversión y consideran estas cosas molestas y superfluas. En su corazón estos individuos son particularmente reacios a hablar sobre la verdad y a conversar sobre conocerse a uno mismo. Entonces, ¿qué quieren escuchar? Solo quieren oír asuntos bizarros y extraños, ya sean misterios del reino espiritual o rumores y chismes que la comunidad religiosa hace circular; es lo único que están dispuestas a escuchar. Su corazón está lleno de estas cosas negativas y ocupado en ellas, y nadie puede quitárselas ni privarlas de ellas. ¿Por qué? ¡Porque les interesan mucho y les gustan! Por lo tanto, cuando están entre los hermanos y hermanas, especialmente durante las reuniones, les gusta hablar sobre ciertos chismes sin fundamento, e incluso difunden comentarios negativos sobre la casa de Dios y la iglesia que encuentran en la red. Estas personas sienten un enorme interés por estos rumores. Aunque saben perfectamente que difundir estas cosas no beneficia a los demás, no pueden controlarse e insisten en propagarlas. Aunque necesiten encontrar oportunidades para propagar estos rumores y propaganda negativa, o requieran de tiempo para recolectar tales cosas, o utilicen su mente para inventarlas, no dejan de sentir un incansable entusiasmo al respecto. Si en una iglesia los líderes tienen un calibre escaso y no pueden hacer un trabajo real ni discernir a las personas, en cuanto haya individuos que propaguen rumores y falacias, la vida de iglesia se verá perturbada y afectada, e incluso estos desorientarán y controlarán a algunas personas. ¿Por qué a menudo muchas personas pueden dejarse perturbar y desorientar por otros? Una de las razones es que no entienden la verdad y no tienen discernimiento respecto a los rumores que calumnian la casa de Dios. Otra es que la estatura de algunos hermanos y hermanas que no hace mucho que creen es inmadura, no comprenden la verdad de las visiones y están confundidos con respecto a la encarnación de Dios, Su obra de juicio de los últimos días y Su intención de salvar a las personas; no pueden ver estas cosas con claridad y no están seguros de si esta etapa de la obra es la aparición y la obra de Dios. En consecuencia, no cuentan con una fe verdadera y ni siquiera saben cuánto tiempo serán capaces de seguir a Dios. Naturalmente, aquellos que propagan rumores los desorientan, influencian y controlan con mucha facilidad.
B. La esencia de propagar rumores infundados es actuar como un siervo de Satanás
Estas personas que propagan rumores infundados no solo no creen en la verdad ni en las palabras de Dios, sino que tampoco pueden discernir entre el bien y el mal. Dudan en todo momento de las cosas positivas y se dejan convencer por los rumores y las palabras endiabladas con facilidad. Afirman que creen en Dios y que lo siguen, pero aun así propagan rumores que calumnian a Dios y a la iglesia, y propagan entre los hermanos y hermanas los diversos rumores que han recopilado, incluso los difunden y los dan a conocer desenfrenada y repetidamente en todas partes. Esto muestra claramente que estas personas no aman la verdad y solo creen en las palabras endiabladas de los no creyentes. Estrictamente hablando, no son en absoluto el pueblo escogido de Dios ni miembros de la casa de Dios. Entonces, ¿qué son? Para ser precisos, son incrédulos; son siervos de Satanás. Algunas personas preguntan: “¿Son los siervos de Satanás espías que ha enviado el PCCh? ¿Son agentes que se han infiltrado en la casa de Dios?”. No necesariamente. Resulta fácil discernir a esos agentes y espías, pero estas personas que propagan rumores, a primera vista, parecen ser verdaderos creyentes. Sin embargo, no persiguen la verdad y a menudo actúan como portavoces de Satanás, y en lugar de Satanás, difunden palabras que calumnian y atacan a Dios, y propagan los rumores que Satanás inventa sobre la iglesia y la casa de Dios. Si nos basamos en eso, independientemente de quién las haya enviado, ¿no son siervos de Satanás? (Sí). Ya sea que hayan recopilado estos rumores de manera activa o los hayan escuchado de forma pasiva, estas personas no piensan en buscar la verdad y discernirlos, sino que los dan por sentados. Hasta son capaces de propagarlos y diseminarlos entre la gente sin escrúpulos ni control, y no solo en un lugar o en una ocasión específica. Su propósito al propagarlos es que más personas estén al tanto de ellos, que los débiles se vuelvan aún más débiles y que aquellos que son fuertes y tienen fe en Dios duden de Él y de Su obra a causa de tales rumores; hacer que todos pierdan el interés en la verdad, en las palabras de Dios, en Su obra y en lograr la salvación y que, en cambio, se interesen por diversos rumores y propaganda negativa, tal como lo hacen ellas mismas, para que, en toda oportunidad que las personas se reúnan, hablen de estas cosas negativas. ¿Acaso las personas normales y con humanidad y razón harían tales cosas? Cuando la mayoría de las personas escuchan rumores o diversa propaganda negativa, incluso si no saben si los rumores son verdaderos o falsos, debido a su fe en Dios y a su pizca de corazón temeroso de Dios, se presentarán ante Él para orar y buscar la verdad. Incluso si los rumores logran influenciarlos y se sienten algo débiles e indecisos, esto no afectará el cumplimiento de su deber ni su compromiso de seguir a Dios. Hasta se aconsejarán a sí mismas que deben cuidar sus palabras y abstenerse de hacer cosas que se opongan u ofendan a Dios. La mayoría de los hermanos y hermanas es capaz de lograr este tipo de enfoque. En tanto las personas tengan algo de humanidad, un mínimo de fe genuina y una pizca de un corazón temeroso de Dios, pueden lograrlo. Dado que creen que Dios existe, deberían creer que todo lo que Dios hace es correcto. Si Dios lo ha hecho, las personas no deberían hacer valoraciones al respecto. Deberían afirmar: “Sin importar lo que los rumores que circulan fuera de la iglesia digan, no puedo creerlos y, desde luego, no puedo propagarlos. Aunque en mi corazón me sienta algo débil y comience a tambalear, ¡no debo negar la existencia de Dios!”. Si alguien cree en la existencia de Dios, debería creer que todo lo que Dios hace es correcto; si cree en la existencia de Dios, su corazón debería aterrorizarse ante Dios y temerle; esto es absolutamente correcto. Debido a que posee un corazón temeroso de Dios, independientemente de los rumores que escuche, cuidará sus palabras, no propagará rumores, no permitirá que las estratagemas de Satanás lo engañen ni caerá en sus intrigas. ¿No es esto algo que la mayoría de las personas puede lograr con facilidad? (Sí). Posees un pensamiento y razón normales, así que, cuando escuches rumores, si los difundes o no, queda completamente a tu criterio. ¿Hay alguien más que te controle? (No). Entonces, después de escucharlos, ¿no deberían las personas tener claro cómo manejarlos y tratarlos, y practicar conforme a los principios, la humanidad y la razón? Todos deberían tener este mínimo de juicio y entender este método y senda de práctica sin necesidad de que otros se lo enseñen. Incluso los niños saben que no deben difundir chismes, que es irrespetuoso, inmoral y siembra discordia, y que uno no debe ser este tipo de persona; estos son los pensamientos y comportamientos que las personas con una razón normal deberían poseer. Sin embargo, hay un tipo de persona que carece de esa razón y, en mayor medida, carece de tal humanidad. Esto la lleva a que, después de escuchar tales cosas, desee propagar rumores y propaganda negativa entre quienes la rodean lo más pronto posible, para que todos puedan analizarlos, juzgarlos y adornarlos juntos, y a continuación propagar esos rumores a una audiencia mayor. Piensa: “¿No es genial? ¿No es divertido? Si la vida de iglesia estuviera llena de este contenido, ¡qué rica sería! ¡Las personas lograrían tanto conocimiento!”. ¿Qué tipo de pensamientos y opiniones son estos? ¿No son los pensamientos y opiniones de una mala persona? ¿Qué clase de lógica es esa? ¿No se trata de alguien que está desesperado por el caos? ¿No será que no puede soportar ver que a otros les va bien? En su corazón, incluso se burla de los hermanos y hermanas: “Tontos, los rumores vuelan por todas partes fuera de la iglesia; las evaluaciones negativas, los ataques y las calumnias contra la casa de Dios, especialmente contra Cristo y la obra de Dios, están por doquier. En las iglesias de la comunidad religiosa, se cuelga todo tipo de material de propaganda negativa. En cuanto las personas allí oyen ‘Relámpago Oriental’, comienzan a lanzar una sarta de condenas y a distanciarse. Todos os están criticando y condenando, ¡pero vosotros, tontos, todavía estáis aquí creyendo en Dios y persiguiendo la verdad!”. Al ver a estas personas que siguen a Dios con una fe tan sólida, se siente incómodo y también le produce repugnancia. En particular, cuando ve que la enseñanza de alguien sobre la verdad demuestra una comprensión genuina y un cambio de carácter, y que todos lo admiran, odia a esa persona. Si ve a alguien que se aferra a los principios, que obtiene resultados y muestra lealtad en el desempeño de su deber en la casa de Dios, se enoja y dice: “¿Por qué no escuchas los rumores ni la propaganda que circula fuera de la iglesia? ¿Por qué eres tan tonto y sincero? Mira qué listo soy yo. Tengo un pie en cada bando. Participo en la vida de iglesia de la casa de Dios y no digo que no creo en Dios, y si no me permitieran cumplir con un deber, no estaría de acuerdo con eso, pero también husmeo las noticias provenientes del exterior de la iglesia. Sigo prestando atención a la propaganda negativa y a los comentarios de la comunidad religiosa, del mundo de los no creyentes y de Internet”. Siempre tiene una opinión inapropiada. Ver a los hermanos y hermanas persiguiendo la verdad y cumpliendo con sus deberes lo hace sentir íntimamente insatisfecho. Siempre quiere desorientar y alejar a una o dos de esas personas, e incluso quiere perturbar e influir en algunas de ellas todo el tiempo. También desea constantemente “despertar” a algunas personas propagando rumores, para que crean en ellos y se desorienten. Decidme, ¿qué clase de persona es esta? ¿Es apropiado considerar a tales individuos como parte de la casa de Dios y como hermanos y hermanas? (No). Entonces, ¿cuál es la forma más apropiada de percibirlos? Lo más apropiado es verlos como incrédulos, como siervos de Satanás. Esto no es una condena que carece de fundamento ni un agravio hacia ellos; es un hecho.
¿Qué es lo detestable de esas personas que propagan rumores infundados? Independientemente del canal por el que escuchen propaganda negativa, incluso cuando saben perfectamente que son rumores y palabras endiabladas sin ninguna base fáctica, aun así, los propagan a otros con incansable entusiasmo. ¿Cuál es la naturaleza de esto? Alguien con un corazón temeroso de Dios siente asco al escuchar rumores. Especialmente cuando se trata de palabras que atacan e insultan a Dios, no las mencionará en absoluto para evitar ensuciar su boca, lo que demuestra que tiene un corazón temeroso de Dios. Dice: “Si otros juzgan y calumnian a Dios, y atacan y denigran a la iglesia, es asunto suyo. No debo involucrarme en sus pecados. Su calumnia contra Dios ya constituye una rebelión escandalosa y un pecado atroz; no puedo pronunciar estas palabras con mi propia boca. No debo decir lo mismo que ellos. ¡No lo haré de ningún modo!”. Sin embargo, los que sirven a Satanás pueden repetir palabra por palabra la propaganda negativa y los rumores que escuchan, y lo hacen reiteradamente y sin ninguna duda, e incluso los propagan por todas partes. ¿Tienen estas personas la más mínima pizca de corazón temeroso de Dios? ¿Le temen a Dios? No, no le temen. A primera vista, también creen en la existencia de Dios, pero creer no equivale a reconocer que Dios es el Creador que tiene soberanía sobre todas las cosas. Satanás también cree que hay un Dios en el mundo, en el universo y entre todas las cosas, pero ¿cómo trata a Dios cuando Él le habla? ¿Cómo conversa con Dios? ¿Tiene un corazón temeroso de Dios? ¿Trata a Dios como Dios? No. ¿Qué método utiliza para conversar con Dios? Lo verifica, lo engaña y lo pone en ridículo, como si estuviera bromeando. Cuando Dios preguntó: “¿De dónde vienes?”, ¿cómo respondió Satanás? (“De recorrer la tierra y de andar por ella” [Job 1:7]). ¿Son estas palabras humanas? (No). Entonces, ¿qué significan? ¿Por qué habló Satanás de esta manera? ¿Qué tipo de actitud da lugar a tales palabras? ¿No se trata de una actitud burlesca? (Sí). ¿Qué significa burlarse? Tomarle el pelo a alguien, ¿verdad? “No voy a decirte de dónde provengo. ¿Qué puedes hacer al respecto?”. Satanás habló con Dios, pero no tenía intenciones de decirle lo que realmente estaba pasando; se negaba a decírselo y solo estaba fastidiándolo. Eso es burlarse. ¿Muestra esta actitud que trata a Dios como Dios en algún sentido? ¿Existe algún sentido del respeto o temor hacia Dios? En absoluto, esa es la cara de Satanás. Aquellos que propagan rumores son capaces de diseminarlos entre los hermanos y hermanas despreocupadamente. Saben perfectamente que no se corresponden con los hechos, sin embargo, hacen todo lo posible por propagarlos y buscan todo tipo de oportunidades y ocasiones para hacerlo. ¿No es este el comportamiento y enfoque de Satanás? Así es como Satanás actúa. Reconoce la existencia de Dios y sabe que Él tiene soberanía sobre todas las cosas, pero no le tiene el más mínimo temor. Esta es la cara de Satanás, es la esencia-naturaleza de Satanás. Puede que algunos hermanos o hermanas digan: “Aunque esta persona no persigue la verdad, cree en Dios de manera sincera. Cuando escuchó que la iglesia iba a aislarlo o lo echaría, se angustió tanto que lloró y se preocupó mucho; ¡incluso le salieron llagas en la boca! No quiere dejar la casa de Dios; cree en Su existencia. Así que, sin importar lo que haga, deberíamos tratarlo como a un hermano, y brindarle amor y tolerancia, e incluso cuando propaga rumores, deberíamos seguir tratándolo con amor para ayudarlo y apoyarlo”. ¿Son correctas estas palabras? ¿Son la verdad? (No). Dios ha dicho muchísimas palabras, pero estas personas aún no las creen. Sin embargo, independientemente de la cantidad de rumores que los diablos y satanases pronuncien, los creen en su totalidad, e incluso los propagan sin escrúpulos para atacar y calumniar a Dios. Solo por eso, no merecen ser llamados hermanos o hermanas. ¿Es esto correcto? (Sí). Debido a que son capaces de propagar rumores, calumniar y atacar a Dios y calumniar a la casa de Dios y a la iglesia de manera inescrupulosa, tenemos buenas razones para verlas como siervos de Satanás, como satanases. Son enemigas de Dios y de todo el pueblo escogido de Dios. Entonces, ¿cómo debemos tratar a nuestros enemigos? (Debemos rechazarlos). Así es, debemos rechazarlos.
Algunas personas no aman la verdad. Después de escuchar rumores, aunque no los propagan abiertamente en la iglesia, los propagan bajo cuerda entre sus allegados. Otras personas sin discernimiento se vuelven negativas y débiles al escuchar estos rumores; algunas dejan de asistir a las reuniones y otras se retiran de la iglesia, pero quien propagó los rumores sigue sin admitir que estas consecuencias son el resultado de que él los propagara. A pesar de los repetidos llamados de atención y las constantes enseñanzas, cuando se encuentra con tales asuntos, continúa haciéndolo y solo se abstiene de propagar rumores abierta y descaradamente durante las reuniones o en público por miedo a exponerse, a que los hermanos y hermanas lo rechacen o a que la iglesia se deshaga de él y, en su lugar, opta por propagar secretamente algunos rumores enviando mensajes a otros o contactándose con personas. Entonces, ¿acaso tales personas no son malvadas? En realidad, son aún más insidiosas. No importa cuán en secreto actúen, la naturaleza y los motivos de sus acciones son los mismos que los de los siervos de Satanás. Su propósito al propagar rumores es perturbar el cumplimiento de los deberes de la gente, hacer que se vuelvan negativos y débiles, que nieguen a Dios, se alejen de Él y abandonen sus deberes. ¿Acaso alguna vez alguien ha afirmado: “Mi propósito al propagar rumores no es perturbar el cumplimiento de los deberes de las personas o socavar sus iniciativas, sino ayudarlas a desarrollar discernimiento y hacerlas más resistentes, para que cuando escuchen rumores, sean inmunes a ellos, no los crean, puedan perseguir la verdad de forma adecuada y cumplir sus deberes en paz”? ¿Hay alguien que haya propagado rumores con esta intención? (No). ¿Es válida esta afirmación? En realidad, no lo es. En tanto sea capaz de propagar rumores, especialmente aquellos que atacan, calumnian y blasfeman a Dios —mencionándolos de manera casual cada vez que abre la boca y propagándolos por todas partes sin escrúpulos— sin importar cuántos propague, ya sea abiertamente o bajo cuerda, e independientemente del impacto en la gente, en resumen, su propósito al propagar rumores no es ayudar a las personas a entender la verdad y desarrollar discernimiento, sino perturbarlas y desorientarlas, hacer que duden y se distancien de Dios; lo que está haciendo es perturbar y desmantelar la obra de la iglesia. Desde esta óptica, no importa el motivo ni el contexto en el que se propaguen los rumores, la esencia de las personas que lo hacen es indudablemente la de los siervos de Satanás. Cualquiera que divulgue rumores que calumnien, ataquen y blasfemen contra Dios se está resistiendo a Él y es Su enemigo. ¿Es esto correcto? (Sí). Aunque no los hayas originado, el hecho de que seas capaz de propagarlos demuestra que crees que los rumores son ciertos o que en tu interior estás muy dispuesto a creerlos. “Si tan solo los rumores fueran ciertos, no tendría que creer en Dios, Dios no sería Dios, y el hecho de la encarnación de Dios no existiría. Él solo sería una persona y yo podría libremente inventar rumores sobre Él, denigrarlo, atacarlo y calumniarlo”. ¿No es ese el objetivo? Si crees en Dios, pero siempre quieres hablar y actuar arbitrariamente, ¿no es esto querer oponerse a Dios? (Sí). Algunas personas dicen: “¿Es esto rebelarse contra Dios? ¿Es no tener fe en Dios?”. Su naturaleza es mucho más grave. Es resistirse y oponerse a Dios. Solo los enemigos de Dios se resisten y se oponen a Él de esta manera. Debido a que la humanidad corrupta posee el carácter corrupto de Satanás y no comprende la verdad ni conoce a Dios, es capaz de rebelarse contra Él. No obstante, Satanás no solo se rebela contra Dios; lo traiciona, se resiste y se opone a Él. Esto lo convierte en un enemigo de Dios. La relación entre los enemigos de Dios y Dios es de oposición. ¿Qué significa oposición? Que son irreconciliables. Independientemente de la situación o el entorno, la oposición de Satanás a Dios no cambia ni con el tiempo ni con el espacio. La esencia de Satanás es oponerse a Dios, y esto es inmutable; Satanás es simplemente el enemigo de Dios. La resistencia de Satanás hacia Dios y su incompatibilidad con Él no duraron un día, ni solo a lo largo de algunos años o décadas; comenzó a oponerse a Dios una vez que lo traicionó. Entonces, ¿cuándo terminará esta oposición? ¿Se sentirá Satanás alguna vez conmovido ante Dios? ¿Permitirá que Él lo enderece? ¿Disminuirá paulatinamente la oposición hacia Él con el tiempo? No, continuará haciéndolo. ¿Cuándo cesará esta oposición? Cuando la obra de Dios haya terminado, Satanás ya haya rendido todo su servicio, ya no sea en absoluto útil, y Dios lo haya destruido; en ese momento la oposición cesará. ¿Y aquellos que son siervos de Satanás? Mientras estén en la iglesia, continuarán oponiéndose a ella, a la casa de Dios y a Dios. Algunos dicen: “Creen en Dios, a veces hacen ofrendas, dan limosnas, e incluso hospedan a los hermanos y hermanas. ¿Cómo pueden estar oponiéndose a Dios? No se oponen a Él; incluso hacen algunas buenas obras”. ¿Son correctas estas palabras? ¿Puede el hecho de hospedar a hermanos y hermanas y dar un poco de dinero a los hermanos y hermanas pobres anular su oposición a Dios? ¿Puede demostrar que son compatibles con Dios? (No). Entonces, ¿cómo surge esta oposición? (La condiciona su esencia-naturaleza). Así es, su esencia-naturaleza es resistirse y contrariar a Dios. Para discernir a estas personas, necesitáis basaros en las palabras de Dios: observad a quiénes les gusta recolectar propaganda negativa o rumores que atacan y calumnian la casa de Dios y la iglesia a través de diversos canales, y quiénes están interesados en estas cosas negativas y están dispuestos a creer estos rumores y palabras endiabladas. Esto os permitirá ver el verdadero rostro de estos incrédulos. Estas personas generalmente no leen las palabras de Dios, no muestran entusiasmo cuando escuchan a los hermanos y hermanas compartir la verdad, y son indiferentes en el cumplimiento de sus deberes. Siempre sienten que creer en Dios es aburrido. ¿En qué se enfocan cuando ven vídeos y programas de la casa de Dios? Cuando ven que las personas religiosas dejan comentarios positivos, se sienten incómodas y los pasan por alto. Pero cuando ven a personas religiosas y no creyentes que apoyan al gran dragón rojo e insultan a la iglesia, a la casa de Dios y a los hermanos y hermanas con sus palabras endiabladas, se sienten especialmente felices y emocionadas. Siempre que escuchan esta propaganda negativa y rumores, se emocionan como si les hubieran inyectado adrenalina, su paso es alegre e incluso se sienten felices al despertar. ¿No es esto perverso? Observad a quienes os rodean para ver quién se corresponde con este tipo de personas; ved si su carácter odia la verdad y a Dios. Si ciertamente encontráis a una persona así, debéis ser especialmente precavidos y discernirla; prestad atención a sus palabras, acciones y comportamiento. Una vez que confirméis que son personas malignas, siervos de Satanás, debéis rechazarlas y no tratarlas como hermanos o hermanas. Estas personas deben ser echadas de la iglesia lo antes posible. Algunas personas dicen: “¿Por qué deberíamos echarlas? En la casa de Dios, tener a una persona más significa tener una fuente más de fuerza para hacer el trabajo; tener a una persona más también hace que el ambiente sea un poco más animado. Hace mucho tiempo que creen en Dios, y aunque no aman ni practican la verdad, han creído en la existencia de Dios desde niños, creían en el Viejo del Cielo. También creen que hay un dios un metro por encima de ellas, y aún más, creen que el bien y el mal tienen su recompensa. Generalmente, no se atreven a cometer acciones malvadas evidentes y están dispuestas a ayudar a los demás. Es solo que tienen este pequeño pasatiempo; disfrutan de propagar rumores y chismes. En particular, propagan rumores del gran dragón rojo que difaman a Dios y repiten tales cosas sin siquiera pensar demasiado en ello, tal vez lo hacen porque son ignorantes y no están bien informadas”. A simple vista, no parecen ser personas malvadas ni han trastornado ni perturbado la obra de la iglesia, pero se dedican especialmente a propagar rumores y siempre quieren ser las primeras en hacerlo. ¿No deberían las personas estar alertas respecto a tales individuos? ¿No son siervos de Satanás? ¡La esencia de tales personas es totalmente obvia! Nunca muestran interés por las palabras de Dios ni por la verdad, y jamás buscan los principios-verdad al cumplir con su deber. En cualquier cosa que hagan, no demuestran seriedad, no ponen su corazón en ello y no están dispuestas a soportar dificultades. Solo actúan de manera superficial, hacen todo por inercia y bromean constantemente. En su discurso y acciones, no ofenden a nadie, pueden llevarse bien y aparentan ser amigables con todos; simplemente les gusta recolectar y propagar rumores. A partir de estas acciones, ¿podemos llegar a la conclusión de que estas personas son siervos de Satanás? (Sí). ¿Por qué? ¿Es esto una exageración? (No). No tienen ningún interés en perseguir la verdad. Apenas escuchan un sermón, les da sueño; tan pronto como se comparten las palabras de Dios, sienten asco y se inquietan, se levantan constantemente para beber agua o ir al baño, siempre se sienten molestas en su interior. Escuchar la enseñanza les resulta increíblemente difícil, como si fuera una tortura. Sin embargo, tan pronto como escuchan los rumores de Satanás o las palabras endiabladas de los no creyentes, su interés se aviva, se sienten vigorizadas y comienzan a propagar estos rumores y palabras endiabladas con total iniciativa. ¿Son estas personas hermanos y hermanas? No. Sienten aversión por la verdad y la desprecian hasta la médula. En cuanto a los asuntos relacionados con Dios y Su obra, ya sea la identidad y esencia de Dios, Su estatus, Su dignidad o la carne en la que se ha encarnado, muy internamente, los desprecian. Carecen completamente de un corazón temeroso de Dios. Por lo tanto, siempre albergan nociones sobre Dios y Su obra. Pueden repetir con facilidad todo tipo de rumores y palabras endiabladas de Satanás, y logran así su objetivo de propagarlos sin ningún cargo de conciencia. ¿Qué clase de desgraciados son? ¿Son creyentes? (No). Estas son las acciones de aquellos que reconocen a Dios de palabra y afirman seguirlo, que creen que hay un Viejo en el Cielo, creen que hay un dios un metro por encima de ellos y que el bien y el mal tienen su recompensa. Esta es su actitud hacia Dios. Si alguien insultara a sus padres o inventara rumores sobre ellos a sus espaldas, sin duda pelearían hasta la muerte. Sin embargo, cuando alguien insulta a Dios, lo ataca o lo difama, no solo no se molestan, sino que son capaces de repetirlo como una broma e incluso propagarlo por todas partes. ¿Es esto algo que un seguidor de Dios debería hacer? (No). Entonces, ¿es apropiado que un gran número de personas trate a estos incrédulos como hermanos y hermanas? (No). Por lo tanto, cuando se sospecha que tales personas son siervos de Satanás, los demás deben estar alertas. Los líderes y obreros deben hacérselo saber a los hermanos y hermanas con prontitud para que sean cautelosos respecto de estas personas, de modo que todos puedan discernirlas. Una vez que se confirme que son siervos de Satanás, que son diablos, todos deben rechazarlas en conjunto y echarlas de la iglesia. ¿Se ajusta esto a los principios? (Sí). Entonces, es lo que debe hacerse.
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