Las responsabilidades de los líderes y obreros (18) Parte 3

A lo largo de la historia, los seres humanos han calumniado a Dios y han blasfemado contra Él todo el tiempo y, en los últimos días, las fuerzas de toda la raza humana que se resisten a Él se han fortalecido incluso más y existen más voces que lo calumnian y lo condenan. La raza humana utiliza diversos métodos, a través de los periódicos, la televisión, la Internet y otros medios, para calumniar y atacar a Dios. Sin embargo, ¿hemos diseccionado alguna vez estos rumores en todas nuestras reuniones? (No). ¿Por qué no? Algunas personas dicen: “¿Es porque los inocentes siguen siendo inocentes y los rumores se disipan una vez que llegan a los sabios?”. ¿Es por eso? (En esencia, esos rumores no pueden afectar la obra de Dios. Independientemente de la manera en la que Satanás perturbe las cosas, no puede sabotear ni obstruir el progreso de la obra y del plan de Dios). Satanás es simplemente eso; en tanto Dios actúe y obre, él vendrá a perturbar. Ese es precisamente el papel que desempeña. ¿Está bien que tú impidas que actúe? Debes darle espacios, escenarios y oportunidades suficientes para actuar. Cuando haya actuado bastante, esté cansado de su desorden y haya hecho suficiente mal, sus días habrán terminado. No necesitamos perder tiempo valioso diseccionando y analizando sus diversos rumores y acciones malvadas para desmentir tales rumores; es inútil y carece de valor. ¿De qué sirve diseccionarlos? ¿Puede eso significar que la gente entiende la verdad? Existen demasiadas verdades que las personas deberían entender; ni siquiera pueden escucharlas todas, y mucho menos desmentir esos rumores. ¿Cuentan las personas con tiempo libre para hacerlo? Para ser honesto, realmente no me interesan esos asuntos, ni estoy dispuesto a mencionarlos ni a prestarles atención. Algunas personas dicen: “¿Es posible que en estos años no te atrevas a ir a ningún lado? ¿Será porque circulan tantos rumores que siempre estás ansioso y asustado dondequiera que vayas?”. Digo que no siento nada en absoluto. Algunos dicen: “¿No deseas defenderte de aquello que no has hecho?”. ¿De qué voy a defenderme? ¡Ni siquiera puedo mantenerme al tanto de Mis asuntos debidos! Converso con personas, con seres creados, no con diablos. Algunas personas preguntan: “¿No te enfurece escuchar esos rumores?”. Digo que no siento nada con respecto a ellos, no me generan ningún sentimiento; esos asuntos no me inquietan. Algunos preguntan, “¿No te sientes agraviado?”. Yo digo que no me siento agraviado, ¿por qué habría de sentirme así? Hago lo que puedo, hago lo que debo, hago bien lo que puedo y debo hacer, cumplo con Mis responsabilidades; es lo mejor y tiene sentido. No me distraeré ni perderé tiempo en esas cosas que no tienen sentido ni valor. No tengo tiempo para preocuparme por esos asuntos. Algunas personas dicen: “¿Y cuando tengas tiempo libre? ¿Te ocuparás de ellos entonces?”. No, ni siquiera cuando tenga tiempo libre. Prefiero hablar con Mi perro a conversar con diablos. Si sabes con claridad que se trata de un diablo que suelta su charla diabólica, ¿por qué molestarse con él? No deberías fastidiarte en absoluto; dejar que el diablo se avergüence por completo es lo correcto. En resumen, la actitud de Dios hacia esos rumores es la siguiente: al hacer cualquier cosa o decir cada frase, Dios no se está justificando ni está demostrando Su valía a la humanidad, y mucho menos justificándose ante Satanás, Su enemigo, diciendo que Él es puro, inocente y que está libre de culpa. Todo lo que Dios hace es a favor de Su gestión, para salvar a los humanos que Él se propone salvar. Sigue Su plan de gestión paso a paso; no lo hace para demostrar nada a nadie, ni para confirmar Su identidad. Para decirlo en términos humanos, todo lo que Dios hace lo realiza de manera instintiva, sin falsedad ni pasividad alguna. El hecho de que Dios lleve a cabo todas estas tareas instintivamente confirma Su identidad y Su esencia. La raza humana no puede cambiar el plan de Dios, ni puede superar Su autoridad ni Su poder; esto es un hecho. Por lo tanto, Dios ignora los rumores y las palabras diabólicas provenientes de cualquier rincón de la raza humana que lo atacan y lo calumnian. Decidme, ¿no le resultaría a Dios demasiado fácil pronunciar un capítulo de palabras o escribir una condena para arremeter contra los ataques y la resistencia a Dios por parte de los partidos gobernantes ateos del mundo y la comunidad religiosa? Sin embargo, Dios no actuará así con Satanás. Dios actúa basándose en principios; cuando Él debe destruir las fuerzas malignas de Satanás, tiene Su propio momento oportuno. Para Dios, actuar es demasiado fácil. Podría realizar algunas obras maravillosas en los cielos, y de repente los cielos se abrirían y una voz diría: “Yo soy el único Dios verdadero a quien vosotros calumniáis, atacáis y blasfemáis. ¡Yo soy el Todopoderoso a quien vosotros ahora estáis calumniando y blasfemando!”. Al escuchar esto, la humanidad quedaría inmediatamente estupefacta y desconcertada, no sería capaz de hacer otra cosa que postrarse en el suelo, llorar y rechinar los dientes. Esa sola frase resolvería y probaría todo; entonces, ¿se atrevería alguien a insultar a Dios? ¿No se asustarían tanto esos diablos de la comunidad religiosa que se esfumarían sin dejar rastro? Satanás inventa rumores acerca de Dios, lo calumnia y lo ataca, y hace que los creyentes se sientan furiosos y llenos de odio, incapaces de comer ni dormir, y que deseen escribir artículos y crear programas para refutarlo. Mientras tanto, Dios actúa de manera sencilla; podría simplemente decir unas pocas frases y toda la raza humana se doblegaría por completo, y ya no se atrevería a atacarlo ni a blasfemar contra Él. ¿Cómo fue que Pablo llegó a ser obediente? (Dios se le apareció en el camino a Damasco). Dios se le apareció. En realidad, no vio nada; solo hubo una luz que asustó tanto a Pablo que se postró en el suelo, y desde entonces no se atrevió a perseguir a Jesús. Lidiar con Satanás es así de simple; en realidad, a Dios le resulta sumamente fácil. Dios podría ponerlo en su sitio con solo una palabra. Hacerlo sería mucho más fácil que pasar décadas hablando con vosotros y dedicándoos todo este esfuerzo, pero Dios no actúa de esta manera. ¿Por qué? Hay un secreto que debo contaros: son los humanos a quienes Dios salva, es decir, a aquellas personas que Él ha elegido. El resto, los que Dios no ha elegido, no son considerados humanos, sino bestias, diablos, indignos de escuchar la voz de Dios, ver Su rostro y mucho menos conocer cualquier información acerca de Dios. Por lo tanto, Dios no actúa de esta manera. Su identidad es honorable; no cualquiera que desee verlo puede hacerlo, y Él no aparecerá ante alguien simplemente porque esa persona siempre mire atentamente, con empeño y con todo el corazón hacia determinado lugar en el cielo. ¿Crees que cualquiera que quiera ver a Dios puede hacerlo? Dios tiene dignidad; se presenta ante aquellos que le temen y evitan el mal, se aparece en lugares santos y se oculta en sitios inmundos. No hace falta discutir si toda la raza humana es inmunda o santa. Esta raza humana no merece ver a Dios; no reconoce que hay un Dios; por lo tanto, ¿por qué habría Él de aparecerse ante ella? ¡No es digna! Dios es capaz de hacer cosas, pero no las hace; esto confirma Su humildad, Su ocultamiento y la honra de Su identidad. Decidme, si Satanás pudiera hacer tales cosas, ¿cuántas veces al día las haría? ¿Cuánto se jactaría? Cuando los humanos que Satanás ha corrompido ocupan algún cargo menor y ejercen cierto poder, ¿quién sabe hasta qué punto presumirán de ello? Por no hablar de Satanás, que abusará y alardeará de cualquier poder mínimo que posea de maneras inimaginables. Dios no actúa de esta manera; no midas a Dios con la lógica de Satanás; sería un grave error. En cuanto a lo que Él puede hacer, depende de si desea hacerlo; si Él quiere, puede hacerse en un momento, y si no lo desea, nadie puede obligarlo. La actitud de Dios hacia los rumores simplemente es esa, los ignora. Dios sigue haciendo lo que debe hacer, lo que tiene intención de hacer; ninguna persona, ninguna fuerza puede alterar ni cambiar Su plan. Esos rumores que lo atacan, lo calumnian y lo denigran no cambian nada. Los rumores, al fin y al cabo, son solo rumores y nunca pueden convertirse en hechos. Incluso si se alinean con la filosofía humana, la ciencia, la moral, la teoría, etcétera, incluso si toda la humanidad se alza para atacar a Dios, la verdad no estará del lado de la raza humana y esta tampoco la poseerá. Dios es Dios por siempre; Su identidad y Su estatus nunca cambian. Por consiguiente, no importa la manera en la que Satanás perturbe las cosas, la obra de Dios sigue avanzando de forma ordenada, porque esa es la obra de Dios. Si se tratara del trabajo del hombre, el régimen de Satanás capaz de causar tales perturbaciones y las diversas fuerzas de la sociedad que lanzan tales ataques y calumnias ya lo habrían hecho colapsar y desaparecer. Solo cuando Dios habla y obra, solo cuando el Espíritu Santo obra, la iglesia prospera cada vez más. ¿No es esto un hecho? ¿Habéis sido testigos de este hecho? (Sí). ¿Qué habéis visto? (El evangelio del reino ya se ha difundido a docenas de países y los rumores que Satanás inventó y propagó no han impedido que aquellos que aman la verdad se vuelvan a Dios en absoluto). Es obra de Dios; la obra de Dios y Sus palabras pueden lograr ese efecto y esto va más allá de las expectativas de Satanás. Las palabras de Dios tienen un poder inmenso; el evangelio se está difundiendo en una buena dirección y todo está avanzando de manera ordenada conforme al plan de Dios y sin ninguna discrepancia. La obra y las palabras de Dios se están difundiendo entre Su pueblo escogido, como ha sido predestinado desde hace mucho tiempo. El número de personas ganadas mediante la prédica del evangelio y la cantidad de personas que investigan el verdadero camino aumentan mes a mes. ¿No muestra esto cuánto se ha difundido el trabajo evangélico? Si no fuera obra de Dios, independientemente del número de personas que paguen un alto precio, no podrían lograr este efecto. Este es el poder de Dios, el efecto que el poder de Sus palabras ha logrado.

Reanudemos la charla sobre la manera en la que las personas tratan diversos rumores. La gente no logra la misma actitud que Dios frente a diversos rumores. No comprenden Sus intenciones y, cuando escuchan rumores, siempre se dicen: “Si no hago algo, estaría fallándole a mi conciencia. Si los que inventan rumores se salen con la suya, me sentiré intranquilo, descontento e indignado, tendré una sensación de desigualdad, así que debo refutarlos. Debo hacer un video o escribir un artículo para esclarecerlos”. Vale la pena reflexionar si actuar de acuerdo con esa mentalidad se corresponde con las intenciones de Dios, si se ajusta a los principios-verdad. Si al realizar el trabajo de la iglesia y vuestros deberes, vuestro propósito y motivación se reducen a dilucidar rumores y a explicar con claridad que es en el Dios verdadero en quien creéis, que os encontráis en la senda correcta en la vida y que todo lo que habéis hecho para predicar el evangelio y dar testimonio de Dios ha sido recto, que os han acusado de muchos delitos infundados precisamente porque el mundo no conoce ni entiende la verdad de todos estos hechos, y por ende, esperáis que, una vez aclarado todo, el mundo reconozca que sois inocentes, que todos los sectores de la sociedad admitan universalmente que “creéis en el verdadero Dios, os encontráis en la senda correcta en la vida y que todo lo que Dios os ha pedido es apropiado y constituye una causa recta”, entonces, ¿qué? ¿Os sentiréis tranquilos y justificados en vuestra fe? ¿Habréis emprendido el camino correcto al creer en Dios? ¿Habréis tomado la senda de la salvación sin ninguna interferencia externa? ¿Habréis logrado un corazón temeroso de Dios? ¿Podréis entonces alcanzar la sumisión a Dios? ¿Podréis recibir Su aprobación? (No). ¿Es posible que la gente no tenga malentendidos sobre vosotros y que solo os elogien y reverencien, después de lo cual podréis creer en Dios con la conciencia tranquila? ¡Absolutamente no! Por supuesto, la gente no puede lograr la misma actitud hacia los rumores que Dios, pero uno debe contar con el enfoque correcto, una actitud y una postura precisas y decir: “Estos rumores son realmente odiosos y repugnantes. A partir de ellos, es posible observar que estos seres humanos corruptos son, de hecho, enemigos de Dios; ¡es absolutamente cierto! No debo juzgar si la obra de Dios es verdadera o falsa en función de los rumores de Satanás. Mediante la lectura de las palabras de Dios y las experiencias al cumplir con mi deber, confirmo que todas las palabras de Dios son la verdad y que todo lo que Él hace permite la salvación de las personas. Al presentarme hoy ante Dios para aceptar Su salvación, debo llevar a cabo mi deber y cumplir mis obligaciones y responsabilidades para propagar las palabras de Dios, proclamar Su nombre y dar testimonio de Su obra y Sus intenciones, para que aquellos a quienes Él elige puedan regresar a Su casa, escuchar Su voz y recibir de Él la provisión de palabras y vida lo antes posible, lo más rápido posible. Esa es mi obligación, mi responsabilidad. Coopero con la obra de Dios, pero no lo hago para justificar que la senda que sigo es la correcta ni que la causa que emprendo es recta; esas no son las razones. No cumplo con mi deber para vengarme por los ataques y calumnias de Satanás contra Dios. Más bien, asumo mis propias obligaciones y responsabilidades y, por supuesto, mi propia lealtad, para devolver el amor de Dios, aceptar Su comisión, y cooperar con Su obra”. ¿Es ese el enfoque correcto? ¿Es ese el enfoque que la gente debería tener? (Sí). Desde este ángulo, al crear diversos programas, ya sea cantando himnos, bailando, haciendo películas o produciendo obras de teatro sobre testimonios vivenciales, ¿no deberían la postura de las personas, el ángulo desde el cual se paran y algunas declaraciones específicas que hacen experimentar algunos cambios? (Sí). Sin embargo, la mayoría de las personas, en el momento de realizar todas estas tareas, las han llevado a cabo con impetuosidad y odio, y han mezclado en ellas las emociones humanas. Por lo tanto, han dejado demasiado en evidencia sobre las acciones y los comportamientos de los no creyentes, del partido gobernante y de la comunidad religiosa y sus palabras han sido excesivamente severas, lo que ha tenido un impacto un tanto negativo en los demás tras ver esos programas. La razón es sencilla: la gente emprende todas estas actividades con cierta emoción, desde un ángulo no del todo correcto. Y, aun así, sienten que es bastante recto y dicen: “Nos atacan, nos denigran e inventan rumores sobre nosotros; ¿qué tiene de malo exponerlos? ¡Es legítima defensa! Defenderse legítimamente no es ilegal, ni estamos inventando nada. Estamos diseccionando todo con base en los hechos. Ellos inventan rumores sobre nosotros de la nada; ¿está mal que los desenmascaremos y los diseccionemos? ¿No podemos vengarnos?”. ¿De qué sirve vengarse? Los diablos están llenos de mentiras y jamás emiten una declaración veraz; diseccionar sus mentiras constantemente para hacerlos reconocer que lo que dicen son mentiras y que, después de admitir que mintieron, nunca vuelvan a mentir, ¿tiene algún valor? ¿Pueden lograrlo? (No). ¿No es ese enfoque necio e ignorante? He dicho durante mucho tiempo que nuestra tarea principal es dar testimonio de la obra de Dios, de los efectos que Su obra y Sus palabras han logrado, y de las consecuencias de Sus palabras en las personas, y que, con respecto a la represión y persecución por parte del partido gobernante, y la resistencia y la condena de la comunidad religiosa, basta con mencionar brevemente algunos de los trasfondos al respecto. No obstante, sin importar cuánto lo escuchen, la gente no puede entenderlo. Siempre reaccionan ante estos asuntos con impetuosidad y quieren discutir. ¿Y cuál es el resultado? No produce ningún efecto en absoluto, porque es imposible hacer que las fuerzas malignas de Satanás entren en razón. ¿No refleja esto la necedad y la ignorancia de las personas?

Algunas personas predican el evangelio, aprenden una profesión técnica o cumplen algún tipo de deber con el único propósito de aclarar rumores y explicarle a la gente lo que es verdad, y le declaran la guerra al mundo oscuro y a los humanos malvados que se resisten a Dios. ¿Es esto un acto de rectitud? Ya sea que estés en lo correcto o no al hacerlo, necesitas entender lo siguiente: ¿es posible que Dios salve a esas personas perversas que le son hostiles? ¿tiene algún valor que lo hagas? Si no entiendes a qué tipo de humanos Dios salva y das a conocer en todo momento ciertas opiniones que parecen correctas, pero que en realidad no lo son, ¿no obstaculizas tu propia salvación? Algunas personas cumplen con su deber solo para luchar contra las fuerzas malvadas que se resisten a Dios y para oponerse a las tendencias mundanas. “Dicen que descuidamos a nuestras familias y que no vivimos una vida normal, así que quiero demostrar lo que valgo realizando mis deberes bien. En el futuro, cuando vaya al cielo y entre al reino y ellos sean juzgados, ¡verán que yo tenía razón!”. ¿De qué sirve demostrar lo que vales de esta manera? Incluso si lo has hecho, ¿qué provecho puede traer? ¿Qué representa? ¿Qué valor tiene? Si realmente pudiera permitirte entrar al reino y obtener la aprobación de Dios, valdría la pena y tu senda sería correcta. Pero, lamentablemente, esa senda no es factible. No es la senda que Dios ha predestinado para las personas, y Él no les exige que actúen de esta forma. La gente siempre es necia; piensa que porque está del lado de la verdad y la posee debe emprender causas rectas, y le declara la guerra a este mundo malvado y a todos aquellos que inventan rumores: “Creemos en Dios y lo seguimos, cumplimos con nuestro deber, y ¡os mostraremos quién está en la senda correcta!”. ¿No es esto impetuosidad? ¿Tiene algún sentido discutir sobre estas cosas? No tiene ningún valor. Si de verdad tienes tiempo y energía, sería mejor aprender más sobre una profesión y adquirir conocimientos y saberes comunes relacionados con ella, y esto te sería útil y favorable para el desempeño de tu deber. ¿Por qué te enfrentas constantemente a las fuerzas malignas del mundo? ¿Por qué luchas en todo momento contra los rumores? ¿No es esto invertir esfuerzos donde no se necesitan? Independientemente de la manera en la que los demás te ataquen, no hace falta prestarles atención. Su naturaleza es diabólica y son bestias, simplemente así son ellos. Dios no los salva ni los trasforma y tampoco les habla. Él los ignora, así que, ¿necesitas prestarles atención? Si las personas insisten obstinadamente en hacer lo que Dios no hace, ¿no es esto en cierta medida necio y carente de sabiduría? Como mínimo, eres una persona que no posee un corazón sumiso a Dios, y no amas lo que Dios ama ni odias lo que Él odia. No ves cuál es la actitud de Dios hacia esas cosas; Él las ignora; ni siquiera te das cuenta de por qué es así. En cada una de las tres etapas de la obra de Dios, Él ha dicho muchas palabras. Existen innumerables conversaciones entre Dios y los seres humanos, y a partir de estos diálogos es posible ver las intenciones, el carácter y la esencia de Dios. Sin embargo, Él nunca habla sobre la manera en la que dialoga con Satanás en ciertas situaciones específicas. Así, desenmascara a Satanás y permite que los seres humanos vean su verdadero rostro con claridad y comprendan claramente cómo lo trata a Él. Existen muchas situaciones de este tipo, pero Dios no las menciona. ¿Por qué no las menciona? Porque hablar de ellas no te beneficia. Lo que más te beneficia son las palabras de la vida de Dios; esas palabras que te permiten presentarte ante Él y convertirte en una persona que se somete a Dios, que le teme y se aparta del mal, son las más provechosas para ti. Él te dice cómo vivir, cómo hablar, y también cómo discernir a las personas y los asuntos, aprender a practicar la verdad y ser sabio en distintos entornos y situaciones; todo esto te beneficia. Dios dice y hace todo aquello que sea provechoso para ti. Él no pronuncia ni una sola palabra que no te beneficie. ¿No sería muy fácil para Él decirlas? Entonces, ¿por qué no las dice? Porque la humanidad corrupta no necesita esas palabras. Esos rumores equivalen a las palabras de los diablos y Satanás, y Dios los ignora, así que no deberías lidiar con ellos tampoco. ¿Lo entiendes? (Sí). Una vez que comprendes, sabes cómo practicar, ¿verdad? No te esfuerces en diseccionar rumores, refutarlos, buscar sus orígenes, y demás. Si de verdad tienes un corazón dispuesto a dar testimonio de Dios y quieres mantenerte firme en tu testimonio y ganar la aprobación de Dios, hay muchísimas palabras que puedes decir y montones de cosas que puedes hacer. Las palabras y las verdades que Dios les proporciona a las personas requieren que las medites y experimentes, para que se conviertan en tus propios principios y sendas de práctica, y eventualmente en tu propia vida. Es necesario que dediques tiempo y energía para implementarlo. Si eres necio y tonto, siempre inviertes energía en los rumores y quieres aclarar tu nombre y justificar tu valía ante el mundo constantemente, tendrás problemas; no obtendrás la verdad y los rumores mundanos te enredarán y te agotarán por completo. Al final, no serás capaz de explicar las cosas con claridad. ¿Por qué no podrás hacerlo? Porque enfrentas al diablo, y él dice mentiras descaradas. ¿Qué dice el diablo en la actualidad? El gran dragón rojo dice: “China es la defensora del orden mundial, la defensora de la paz mundial, y su papel para mantener la paz y el orden mundial es crucial”. ¿Cuáles de sus palabras son hechos? ¿Se pueden considerar a estas palabras hechos? Cuando las escuchas, ¿no te pones furioso? Después de oír esto, piensas que Satanás es muy descarado al decir tales cosas. ¿Por qué discutirías con él? ¿No estarías actuando como un necio? Simplemente así es como es; Dios solo lo usa para rendir servicio, Él no tiene la mínima intención de salvarlo ni de transformarlo. ¿No es una idiotez ponerse a discutir con él? No hagas esas estupideces. Las personas sabias no escuchan esos rumores, ni se dejan limitar por ellos. Algunos dicen: “¡Después de escuchar los rumores, me siento perturbado!”. Entonces, deberías orar en tu corazón, usar la verdad para discernir y luego maldecir a esos diablos y Satanás, y esos rumores ya no afectarán tu corazón. Hay otro modo: debes desentrañar la esencia. Dices: “Aunque las acciones de Dios no coincidan con mis ideas y la raza humana corrupta las rechace y las condene, veo que Él es la verdad, mientras que los diablos y Satanás no tienen ninguna. ¡Estoy decidido a creer en Dios! Solo Él puede salvarme. Él posee la esencia de Dios, Él es Dios, y Su esencia nunca cambia. Por mucho que los diablos y Satanás se resistan a Dios, carecen de verdad, ¡y yo no creo en sus palabras!”. ¿Cuentas con tal fe? (Sí). Si la tienes, no deberías dejarte perturbar por ninguna persona, acontecimiento ni cosa, y mucho menos permitir que Satanás te desoriente o te ataque. Entonces, ¿qué debes hacer? Ignóralo; concéntrate solo en perseguir la verdad y en mantenerte firme en tu testimonio, y Satanás se verá humillado.

Hace un momento, hablamos sobre algunos problemas relacionados con propagar rumores dentro de la iglesia. La mayoría de las personas han escuchado algunos rumores provenientes del gobierno comunista chino y de la comunidad religiosa; también acabamos de hablar sobre cómo tratar y manejar estos rumores. Una vez que las personas entienden los principios-verdad, los rumores ya no las desorientan ni las perturban. Cuando en la iglesia se presenta una persona que propaga rumores, sin importar la forma ni el tono con el que propague cualquier clase de rumor, ¿cómo deberíamos abordarlo? ¿Deberíamos permitir que ocurra sin intervenir, o exponerla, diseccionarla y ocuparnos de ella? ¿Qué método se ajusta más a los principios? Algunos dicen: “¿Acaso no hay libertad de expresión? ¿Por qué no le permitimos que hable? Déjenla hablar. Después de escuchar los rumores, una vez que todos puedan discernirlos por lo que son, ya no creerá en esas palabras diabólicas, y los rumores naturalmente se desmoronarán”. Otros dicen: “Es inaceptable que propague rumores y calumnie a Dios. No podemos permitir que haga cosas que lo calumnien. Deberíamos darle una lección para despertarla. Dios ha soportado tanto sufrimiento para hablar y obrar para salvarnos, sin embargo, ¡esta persona propaga rumores! ¡No tiene conciencia! Solo maldiciéndola podremos aliviar nuestro odio; si no la enfrentamos, decepcionaremos a Dios”. ¿Cuál es el camino correcto? Ninguno de estos enfoques es bueno. Como hablamos anteriormente, aquellos que propagan rumores definitivamente no son nada bueno, y es necesario discernirlos. Si solo los propagan ocasionalmente, se les debe llamar la atención. Si lo hacen continuamente, deben ser expuestos, diseccionados, y luego echados de la iglesia, para que ya no puedan desorientar ni perjudicar a las personas. ¿Es fácil lidiar con este asunto? ¿Lo manejaríais vosotros de esta manera o esperaríais a que los líderes de la iglesia den órdenes? Una vez que se descubre que alguien propaga rumores constantemente y que cada vez que viene a una reunión habla de estas cosas, nunca lee las palabras de Dios, jamás ora, no aprende los himnos, y aún más, no conversa acerca de su entendimiento vivencial de las palabras de Dios, y siempre que alguien habla sobre las palabras de Dios y da a conocer su testimonio vivencial, le causa repulsión y siente aversión por ello, pero no es reacio a los rumores de los no creyentes y le despiertan mucho interés, una vez que todo esto se descubre, ¿por qué mostrarle alguna cortesía? Está claro que es un siervo de Satanás que se ha infiltrado en la iglesia para perturbar a Su pueblo escogido e impedirle que siga a Dios. ¿Apruebas su perturbación? (No). Si no la apruebas, entonces ponte de pie y di: “Fulano de tal viene a la iglesia y siempre propaga rumores, no lee las palabras de Dios y no comparte su entendimiento vivencial de las palabras de Dios. Es un incrédulo y se lo debe echar de la iglesia. ¿Tiene alguien alguna objeción?”. Si todos dicen que no tienen objeciones y levantan la mano en señal de acuerdo, hay que deshacerse de esa persona. ¿No es gratificante ocuparse así de aquellos que propagan rumores? (Sí). Así es como hay que ocuparse de ellos.

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.