Las responsabilidades de los líderes y obreros (19) Parte 1

Punto 12: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas (VII)

Las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la vida de iglesia

Los principios para ocuparse de aquellos que se involucran en relaciones inapropiadas

En cuanto a las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia, los hemos dividido en un total de once problemas. Anteriormente, hablamos sobre el sexto problema: involucrarse en relaciones inapropiadas. ¿A qué se refiere esto fundamentalmente? A seducir a otros de forma imprudente y a involucrarse en relaciones caracterizadas por el deseo lujurioso. ¿Qué se compartió con respecto a este aspecto? Cuando surgen personas de este tipo en la iglesia, ¿de qué manera se las debería tratar? ¿Qué soluciones existen? ¿Deberíamos hacer la vista gorda y dejarlo pasar sin hacer nada al respecto, o deberíamos resolver el problema según los principios-verdad? ¿Deberíamos evitarlo o influenciar a aquellos que se involucran por amor? ¿Deberíamos compartirles la verdad o darles una advertencia y echarlos? ¿Cuál es la forma más adecuada de manejarlo? (Advertirles y restringir a las personas involucradas. Si no es posible restringirlas, echarlas). ¿Cómo se los debería limitar? ¿Es fácil hacerlo? Cuando ocurren tales situaciones, generalmente no es muy fácil restringir a las personas involucradas. Algunos se dan cuenta de la situación y sienten que es inapropiada, pero les da vergüenza decir lo que piensan. Algunas personas pueden darlo a entender indirectamente, pero los involucrados no necesariamente prestan atención. ¿Cómo es la humanidad de todos aquellos que son capaces de seducir a otros imprudentemente? ¿Son personas dignas e íntegras? ¿Poseen el decoro de los santos? ¿Tienen dignidad y sentido de la vergüenza? (No). Si alguien se limita a recordárselos con palabras o les comparte la verdad de manera normal, ¿se puede resolver el problema? No. Cuando ocurre algo así, quiere decir que en realidad ha estado gestándose en su corazón durante mucho tiempo. ¿Es fácil controlarlo a esas alturas? ¿Es posible resolver el problema si se los ayuda o se intenta influir en ellos con cariño? (No). Entonces, ¿cuál es la mejor solución? Echar a esas personas, aislarlas de quienes creen en Dios de manera sincera y cumplen con sus deberes, y no permitirles que sigan perturbando y dañando a otros.

Actualmente, en algunas iglesias, los problemas relacionados con hombres y mujeres que se seducen mutuamente surgen de forma incesante. Siempre que tienen la oportunidad, estas personas se seducen entre sí y se comportan de manera especialmente indecente y sin ningún sentido de la vergüenza. Escuché sobre un hombre que sedujo a muchas mujeres; no se involucraba en un romance serio, sino que seducía imprudentemente y se aferraba a cualquier mujer que encontraba. Algunas personas dicen: “Solo están interactuando con normalidad; no es más que su forma de relacionarse”. La mayoría de las personas considera que esa manera de interactuar es indecorosa, repugnante y desagradable. ¿Acaso no es un problema? ¿Puede esto probar que tales relaciones son inapropiadas? Si el romance entre dos personas afecta no solo el cumplimiento de sus deberes, sino también el de otros, se las debería restringir. No se les permitirá tener citas dentro de la vida de iglesia, especialmente en una iglesia con un deber a tiempo completo, debido a que esto afecta el cumplimiento de los deberes de los demás y perjudica la obra de la iglesia. Cuando logren concentrarse en sus deberes, podrán regresar a la iglesia con un deber a tiempo completo para que lleven a cabo los suyos. Algunas personas no se involucran en una relación seria, sino que seducen y se aferran imprudentemente a otras, juegan con ellas albergando deseos lujuriosos, perturban la vida de iglesia, afectan el estado de ánimo de las personas y perturban a los demás. Esta situación constituye una perturbación para la obra de la iglesia y debería resolverse y manejarse de acuerdo con los principios. A estas personas se las debería aislar y echar oportunamente. ¿Es sencillo manejar este problema? No se debería permitir que nadie trastorne y perturbe la vida de iglesia ni su obra y tales problemas deberían manejarse de acuerdo con los principios. Algunos dicen: “En situaciones en las que si se trata a una persona no habrá nadie que asuma sus deberes, no se la puede tratar y se le debe permitir que siga adelante y que seduzca a otros a su antojo. Independientemente de la forma en que seduzca a otros, se debe permitir que lo haga”. ¿Tiene la casa de Dios este tipo de regla? ¿Existía este principio en la enseñanza de la última reunión sobre cómo tratar a tales personas? (No). Cuando los líderes y los supervisores de la iglesia se enfrentan a estas situaciones, se confunden, no saben cómo manejarlas y permiten que estas personas seduzcan imprudentemente a otras en la iglesia, lo que hace que la mayoría de la gente se sienta incómoda y poco edificada, su corazón siente repulsión, pero no se atreve a hablar y tiene que soportarlo. Los líderes y los supervisores creen que la obra de la iglesia y la casa de Dios no pueden prescindir de estas personas, que si se expulsa a estos seductores imprudentes habrá menos manos para realizar la obra. ¿Es correcta esta lógica? (No). ¿En qué sentido es incorrecta? (Estas personas no pueden hacer el trabajo; no tienen la mente puesta en ello). Eso da en el clavo. ¿Qué tipo de personas creéis que son capaces de seducir a otros de manera imprudente? No pueden contenerse en absoluto; son incrédulos, no creyentes. No es solo que no aman la verdad y que sienten aversión por ella, que tienen poca fe, son jóvenes y su base es poco profunda; eso no es todo. ¿Son todos los no creyentes que no creen en Dios capaces de seducir imprudentemente a otros? ¿Son todos ellos capaces de participar en actividades licenciosas? Solo una parte de ellos; una minoría todavía valora la integridad y la dignidad, se preocupa por su reputación y tiene una base para su conducta. Estos supuestos creyentes no son mejores que los no creyentes, entonces, ¿es exagerado llamarlos no creyentes e incrédulos? (No). Aunque estas personas pueden realizar alguna labor en la casa de Dios, en términos de su naturaleza, son incrédulos y no creyentes. No tienen principios para nada de lo que hacen y se comportan sin una base, sin dignidad y sin sentido de la vergüenza. Los no creyentes incluso apoyan la idea de que “El orgullo es tan necesario para la gente como respirar”; sin embargo, estas personas ni siquiera quieren preservar su orgullo, ¿pueden entonces desear la verdad? ¿Son capaces de esforzarse por Dios de manera sincera? ¿Pueden actuar de acuerdo con los principios en su deber? ¡De ninguna manera! Son mera mano de obra. Las personas que contribuyen con mano de obra no poseen ninguna verdad; su contribución trastorna y perturba y no satisface el estándar del cumplimiento del deber. Aunque a simple vista parece que realizan su deber, sin importar la manera en la que se les compartan los principios, básicamente, no escuchan. Hacen lo que quieren, no actúan según los principios. Cuando estas personas escuchan sermones, su comportamiento y expresiones dejan en evidencia su esencia de incrédulos. Otros se sientan erguidos y escuchan con seriedad y atención, pero ¿cómo escuchan estas personas? Algunas se recuestan en una mesa, se estiran y bostezan con frecuencia, no se sientan correctamente, no parecen humanas. ¿Qué clase de personas son las que no parecen humanas? No son humanos en absoluto; simplemente lucen una forma humana. ¿Cómo os sentís cuando veis que un grupo de estos “reptiles” vienen a escuchar sermones? ¿No os hace sentir incómodos? (Sí). Este grupo resulta repugnante, y verlos me quita las ganas de hablar. Yo les hablo a los humanos, no a los reptiles. ¿Pueden los estados de las personas que escuchan sermones de esta manera mejorar a medida que cumplen con su deber? ¿Puede su fe en Dios crecer y pueden entender la verdad con mayor claridad cuanto más cumplen con su deber? ¡En absoluto! No importa cómo cumplan con su deber, su estatura y su fe no crecen. Hacen todo de forma licenciosa y sin control, viven dentro de las lujurias de la carne y las actitudes corruptas, no poseen ninguna conciencia, remordimiento ni disciplina, ¡no son humanos! Para tales personas, sin siquiera considerar las demás cosas malas que han realizado ni sus acciones que han vulnerado los principios y dañado los intereses de la casa de Dios, con solo involucrarse en relaciones inapropiadas es suficiente para que se las eche. Este es un asunto muy simple, sin embargo, los líderes de la iglesia y los supervisores solo se rascan la cabeza sin saber cómo manejarlo. Hacerlo es sencillo; ya hemos hablado sobre ello anteriormente. Debería manejarse de acuerdo con los principios y se debería echar a aquellos a los que se debería echar. No lo pienses demasiado; la obra de la casa de Dios seguirá adelante a la perfección sin ellos. Decidme, ¿qué debería hacer una persona si encuentra caca o excremento de perro en algún lugar? Debería limpiarlo de inmediato. Si no se limpia a tiempo, las moscas y los mosquitos vendrán al instante, y las personas no pueden estar en paz en un lugar así. ¿Qué quiero decir con todo esto? (Para resolver el problema de involucrarse en relaciones inapropiadas en la iglesia, el primer paso es depurar a esos viles incrédulos). Sí, eso es exactamente lo que quiero decir. Cuando en la iglesia hay personas del tipo “caca de perro asquerosa”, sin duda atraerán a algunas “moscas asquerosas”. Al depurar la caca de perro asquerosa, estas moscas naturalmente desaparecerán. ¿No es esta una solución? ¿Es una solución razonable? (Sí). Al lidiar con tales problemas, algunos líderes de la iglesia siempre se preocupan y dicen: “Si depuramos a aquellos que seducen imprudentemente a otros, ¿no habrá menos personas para hacer el trabajo?”. ¿Es este un problema? (No). ¿Por qué no? ¿Cómo debería resolverse este asunto? Incluso si su preocupación tuviera sentido y se pensara que si las exigencias hacia las personas fueran demasiado estrictas y se depurara a aquellos que podrían hacer el trabajo, no existiría nadie para hacer esta parte de la obra, ¿no sería fácil encontrar a otras personas capacitadas para reemplazarlos? (Sí). Y aunque no fuera posible encontrar reemplazos de inmediato, la obra podría hacerse más tarde, cuando se encuentren personas adecuadas sin afectar la obra de la casa de Dios. La casa de Dios no respalda a aquellas personas que no realizan un trabajo correcto. Si pueden arrepentirse y ocuparse de las tareas apropiadas, pueden continuar haciendo el trabajo, pero si no se arrepienten, no se les debería permitir que lleven a cabo su deber. ¿No es esto justificado y razonable? La casa de Dios prefiere apoyar a los contribuyentes de mano de obra antes que a los incrédulos y no creyentes. ¿Es correcto este principio? (Sí). ¿En qué sentido es correcto? Aunque la mano de obra no persiga la verdad, aún está dispuesta a contribuir y puede esforzarse de una manera educada y obediente en la casa de Dios. A pesar de que solo se estén esforzando, son leales y, como mínimo, no son malas personas. Estos son los tipos de personas a los que la casa de Dios retiene. Si una persona es mala y vil, siempre se involucra en prácticas torcidas e infames, y si ni siquiera puede ser mano de obra apropiada ni cumple con el estándar de los contribuyentes de mano de obra, tal persona es un no creyente y la casa de Dios no la conserva. Por lo tanto, no es porque son mano de obra que la casa de Dios no los conserva, sino porque su contribución ni siquiera cumple con el estándar y es, incluso, transaccional. Se debe a que siempre quieren hacer el mal y causar perturbaciones, tratan en todo momento de involucrarse en prácticas torcidas e infames en la iglesia, alteran el orden de la obra de la iglesia y afectan el cumplimiento del deber de la mayoría de las personas. Corrompen la atmósfera de la iglesia y deshonran el nombre de Dios; nada podría ser más apropiado que depurarlas. Dondequiera que existan personas del tipo “caca de perro asquerosa”, se las debe depurar de inmediato. ¿Entendido? (Sí).

XI. Manipular y sabotear las elecciones

Hoy, seguiremos hablando sobre la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros: “Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas”. ¿Cuál es el undécimo punto de esta duodécima responsabilidad? (Manipular y sabotear las elecciones). Hemos hablado anteriormente sobre ciertos aspectos relacionados con la manipulación y el sabotaje de las elecciones cuando compartimos y expusimos las diversas manifestaciones de anticristos, ¿no es cierto? (Sí). Los arreglos de la obra de la casa de Dios incluyen reglas para las elecciones en la iglesia. Las elecciones pueden celebrarse una vez al año y también puede haber elecciones en ciertas circunstancias especiales. Todas las iglesias deben seleccionar líderes y obreros en todos los niveles de acuerdo con los principios establecidos por la casa de Dios. Estas reglas contienen los principios electorales, los criterios relativos a la selección de las personas, los métodos y enfoques de las elecciones y diversos asuntos a considerar que los hermanos y hermanas deben conocer durante las elecciones. Por supuesto, antes de cada elección, los líderes y obreros de todos los niveles deben hablar sobre cada uno de los aspectos que conciernen a los principios electorales a fin de asegurar que el pueblo escogido de Dios pueda comprenderlos con claridad. De esta manera, los resultados de la elección serán mejores. Hoy no vamos a hablar sobre los detalles de las elecciones; el tema principal de la enseñanza de hoy son algunas manifestaciones de manipulación y sabotaje de las elecciones.

A. Las manifestaciones de manipular y sabotear elecciones

Las elecciones de la iglesia deben seguir estrictamente los principios electorales establecidos por la casa de Dios a fin de seleccionar a los candidatos más aptos para ser líderes y obreros. Si se vulneran los principios electorales y se utilizan otros métodos de elección, es obra de los falsos líderes y anticristos. La casa de Dios debe prohibir tales vulneraciones e investigar y tratar a los principales responsables de manipular las elecciones. Durante las elecciones de la iglesia, se pondrá en evidencia a diversas personas y se revelarán las distintas mentalidades de la gente. Algunas personas realizan muchas maniobras tras bambalinas para lograr ser electas como líderes o para que aquellos que les resultan beneficiosos sean elegidos. Por ejemplo, algunas personas temen que quienes persiguen la verdad sean seleccionados para ser líderes y pongan en peligro su estatus, por lo que hacen todo lo posible por emitir juicios sobre estas personas a sus espaldas con respecto a las debilidades que han mostrado y los errores que han cometido, y los condenan como arrogantes y sentenciosos que poseen el carácter de los anticristos, y demás, todo con el fin de hacerlos perder la elección. Con el propósito de ser elegidos líderes, otros compran cosas bonitas para sobornar a la gente durante el período electoral o hacen promesas con palabras agradables, y también utilizan diversos medios a fin de incitar e instigar a otros sobre a quién votar y a quién no. No importa qué medios y métodos usen, todos son en aras de manipular las elecciones e influir en los resultados electorales. A pesar de que la iglesia habla constantemente sobre los principios concernientes a las elecciones —como seleccionar a aquellos que poseen una buena humanidad, que persiguen la verdad y que pueden guiar a los hermanos y hermanas a cumplir con sus deberes con normalidad, a leer las palabras de Dios regularmente, a entrar en la realidad-verdad y otros principios similares—, estas personas simplemente no escuchan y quieren realizar maniobras turbias. ¿Qué significa realizar maniobras turbias? Que siempre quieren jugar sucio. Nunca evalúan abiertamente quién es bueno y quién no, y en todo momento quieren realizar maniobras turbias y participar en intrigas y maquinaciones astutas detrás de escena. Incluso traman en secreto a quién elegir y a quién no y tratan de lograr que todos lleguen a un consenso. ¿No son estas maniobras turbias? ¿No es esto jugar sucio? (Sí). ¿Es esto salvaguardar las elecciones de manera abierta y transparente en función de los principios-verdad? No. Están usando intrigas y métodos humanos en un intento audaz de manipular las elecciones. ¿Cuál es su objetivo al manipular las elecciones? Quieren controlar los resultados electorales, quieren ser ellos mismos quienes resulten elegidos y, si no pueden ganar la elección, quieren decidir quién resulta elegido, por lo que realizan maniobras turbias tras bambalinas. No muestran consideración por la obra de la iglesia ni por la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. No piensan en los intereses de la casa de Dios ni en los de los hermanos y hermanas; solo toman en cuenta sus intereses personales. Cuando se llevan a cabo las elecciones, su máxima prioridad son sus propias intenciones y deseos. Entonces, ¿por qué quieren manipular las elecciones? Si alguien realmente quisiera llevar a los hermanos y hermanas ante Dios y a la realidad-verdad, ¿actuaría de esta manera? ¿Tendría tales ambiciones? ¿Mostraría tal comportamiento? No. Solo aquellos con motivos ocultos, ambiciones y deseos que quieren manipular las elecciones de la iglesia actuarían de esta manera. Dentro de la iglesia, atraen a algunas personas que se llevan bastante bien con ellos, que comparten sus puntos de vista y que tienen los mismos propósitos y objetivos, y también hacen caer en la trampa a algunas personas que suelen ser débiles, no persiguen la verdad en gran medida, y son atolondradas, ignorantes y fáciles de influenciar y manipular, y de este modo forman una fuerza para perturbar la obra electoral de la iglesia. Su propósito al oponerse a la iglesia es lograr que los elijan y tener la última palabra en los resultados electorales. Quieren elegir a las personas que han determinado de antemano, aquellas que les son beneficiosas. Si estas personas resultan electas, entonces, su plan ha tenido éxito. ¿Sería correcto o incorrecto el resultado de una elección así? (Incorrecto). Definitivamente, sería incorrecto. Los elegidos a través de una elección arreglada por personas malvadas ciertamente serían convenientes para las personas malvadas. ¿Por qué les resultarían beneficiosos? Porque estas podrían actuar de forma deliberada e imprudente y salirse de control en la iglesia sin que nadie se atreva a desenmascararlas ni a restringirlas. No se las echaría, y excluirían y reprimirían a aquellos que persiguen la verdad, y la iglesia se convertiría en los dominios de los malvados. Es evidente que cuando las personas malvadas manipulan una elección, el resultado final es definitivamente incorrecto; desde luego, va en contra de la opinión popular y vulnera los principios. Los líderes de la iglesia y los hermanos y hermanas deben estar al tanto y atentos a todos los comportamientos y acciones de estas personas durante las elecciones. No deben atolondrarse al respecto. Una vez que se descubren indicios de manipulación y sabotaje de una elección, se deben tomar medidas con prontitud para restringir a los involucrados, y si estos no pueden ser restringidos, se los debe aislar. Estas personas son particularmente audaces, desenfrenadas y difíciles de controlar. Para sabotear las elecciones y manipular los resultados, seguramente realizarán maniobras turbias detrás de escena y dirán y harán muchas cosas. ¿Qué se debe hacer al respecto? El asunto es fácil de manejar. Si los líderes de la iglesia descubren el problema, deben dejarlo en evidencia y darlo a conocer, y hacer que los hermanos y hermanas hablen sobre la gravedad y las consecuencias de este asunto y sobre cuál es exactamente la naturaleza de tales acciones. Finalmente, deben tomar ciertas medidas. ¿Qué medidas deben tomarse? A cualquiera que siempre realice maniobras turbias bajo cuerda e intente manipular y sabotear las elecciones se lo debe tratar sin contemplaciones y se le debe prohibir participar en las elecciones. ¿Qué significa esto? Significa que su voto no cuenta. No importa cuántas personas estén involucradas en manipular y sabotear una elección, sus votos deben ser anulados y no se les debe permitir participar en la elección. Independientemente de quién sea que resulte desorientado y perturbado, mientras haya seguido los modos de aquellos que manipulan la elección y se haya confabulado con personas malvadas para dañar deliberadamente la elección, el pueblo escogido de Dios debe alzarse para desenmascararlo y revocar su derecho a participar en las elecciones. ¿Es esta una buena estrategia? (Sí). El único propósito de todo esto es salvaguardar la obra de la iglesia. ¿No se niegan estas personas a aceptar restricciones? ¿No rehúsan aceptar los principios electorales de la casa de Dios? ¿Acaso no quieren tener la última palabra? Si la tienen, es Satanás quien tiene la última palabra. La casa de Dios y la iglesia son lugares donde reina la verdad; no se puede permitir que Satanás tenga el control. Dado que estas personas quieren realizar maniobras turbias y manipular y sabotear deliberadamente esta elección, es simple: sus votos son nulos. No importa por quién voten, no sirve de nada; ninguna de sus opiniones es válida, y aunque insistan en postularse en la elección, no funcionará. La casa de Dios tiene decretos administrativos y preceptos, y se les ha retirado y cancelado su derecho a participar en esta elección. Si aun así perturban la próxima elección, se revocará por completo su derecho a participar en elecciones, y ya no se les permitirá participar en absoluto. Así es como se debe manejar a aquellos que siempre realizan maniobras turbias para manipular y sabotear elecciones.

Siempre que hay una elección en la iglesia, existen algunas personas malvadas que comienzan a perder la calma. Algunas realizan maniobras turbias tras bambalinas en un intento de manipular y sabotear la elección, mientras que otras están ansiosas por competir abiertamente con los demás por el puesto de liderazgo. Discuten hasta ponerse rojas e incluso llegan al punto de actuar impetuosamente, recurrir a la violencia y agarrarse a las trompadas, y hacen que los hermanos y hermanas se sientan inseguros con respecto a quién escuchar o elegir. Durante la elección, no hablan sobre la verdad ni discuten cómo llevarían a cabo la obra de la iglesia, qué sendas habría en la obra ni qué ideas y planes de trabajo propondrían si resultaran elegidas líderes. En su lugar, se aseguran de exponer las deficiencias de otros candidatos y de atacarlos, mientras también atraen a un grupo de personas para formar una oposición contra otro grupo y crean una situación que causa divisiones en la iglesia. ¿En qué se convierte una elección así? En algo que divide a la iglesia. Antes incluso de que se conozcan los resultados de la elección, la iglesia ya se ha dividido. ¿Es este un fenómeno que debería surgir durante una elección en la iglesia? ¿Es un fenómeno normal? No. Si quieres ser líder y consideras que cuentas con algunas habilidades y sentido de la carga, y estás cualificado para este trabajo, puedes participar en la elección según los principios de la casa de Dios. Por supuesto, también puedes exponer tus fortalezas y tus méritos y hablar sobre tus entendimientos y experiencias, para que los hermanos y hermanas puedan estar convencidos y confíen en ti para asumir el trabajo de liderazgo de la iglesia. Sin embargo, no deberías lograr tu objetivo de ser elegido atacando a otros, ya que esto puede desorientar fácilmente a las personas y provocar consecuencias negativas. Los hermanos y hermanas que no poseen suficiente estatura ni discernimiento pueden perfectamente ser objeto de tu desorientación y no sabrán a quién elegir, y la iglesia también puede sumirse en el caos y llenarse de discrepancias. ¿No sería eso darle a Satanás una oportunidad para aprovecharse? En resumen, participar en una elección sin seguir los principios y tener constantemente ambiciones y deseos y utilizar medios despreciables para lograr el objetivo de resultar electo, pertenecen en su totalidad a la naturaleza de la manipulación y el sabotaje de las elecciones y son comportamientos electorales inapropiados. Desde luego, algunas personas tienen una conducta correcta que debe diferenciarse de esto. Por ejemplo, si un candidato habla sobre cómo realizar adecuadamente varios aspectos de la obra de la iglesia, como el trabajo evangélico, el trabajo relacionado con textos y la obra de asuntos generales, o cómo mejorar la vida de iglesia, resolver las dificultades del pueblo escogido de Dios en su entrada en la vida, y demás, todo esto es acertado. Expresar los puntos de vista y entendimientos propios de manera adecuada, compartir las ideas y los planes respecto a la obra de la iglesia, etcétera, son parte del discurso y el comportamiento normales, y se ajustan a los principios electorales establecidos por la iglesia. Aparte de estos, cualquier comportamiento inapropiado manifestado durante los períodos electorales que sea particularmente obvio debe llamar la atención de las personas. Deben estar atentas a ellos y discernirlos; no deben descuidarse.

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