Las responsabilidades de los líderes y obreros (19) Parte 2
Algunas personas suelen decir que están ocupadas con su trabajo, que tienen muchos problemas familiares o que se encuentran en un entorno inadecuado como pretexto para no cumplir con sus deberes y no participar en la vida de iglesia. Sin embargo, cuando llega el momento de elegir a los líderes de la iglesia, estas dificultades desaparecen repentinamente, se arreglan meticulosamente para la ocasión y se acercan a participar de la elección. No han aparecido en mucho tiempo, pero en cuanto escuchan la gran noticia de la elección en la iglesia, vienen de prisa con entusiasmo. ¿A qué? Vienen por la elección, por el cargo de líder de la iglesia, por ese “cargo público”. Este tipo de persona actúa de manera particularmente astuta. Como teme que los demás sospechen que desea convertirse en líder de la iglesia, evita mencionar la elección y solo se enfoca en compartir sus entendimientos y experiencias para ganar la admiración de la gente. Además, come y bebe las palabras de Dios en público, guía a todos para que compartan Sus palabras y comparte su propio testimonio vivencial. En realidad, por lo general casi nunca participa en la vida de iglesia, pocas veces comparte la verdad y no es capaz de conversar sobre ningún entendimiento vivencial. No obstante, cuando se aproxima la elección, muestra un cambio notable. Participa activamente en la vida de iglesia y está ansiosa por orar, cantar himnos y compartir, se la ve particularmente motivada y proactiva, y se destaca de forma notoria. Después de las reuniones, busca oportunidades para conversar con los hermanos y hermanas sobre cuestiones familiares y generar vínculos. Cuando ve a un líder de la iglesia, dice: “No te ves muy bien últimamente. Tengo unos dátiles en casa; te traeré algunos”. Cuando ve a determinada hermana, comenta: “Me enteré de que tu familia está teniendo dificultades económicas. ¿Necesitas ayuda? Puedo darte algo de ropa”. En todas las reuniones está especialmente activa, muy diferente a como era antes. Tiempo atrás, se presentaba ocasionalmente solo para mostrarse y, sin importar quién la llamara para reunirse, se excusaba diciendo que estaba ocupada. Pero durante el período de elecciones, aparece de repente y participa en todas las reuniones y no falta a ninguna. En cada reunión, los hermanos y hermanas hablan de asuntos y principios relacionados con la elección y, por supuesto, ella también se involucra. Durante este período, hace todo lo posible para cultivar buenas relaciones con los hermanos y hermanas y se esfuerza por captar la atención de una parte de ellos. Incluso realiza múltiples ofrendas frente a los hermanos y hermanas, lo que causa asombro en la mayoría de las personas, que piensan: “Lleva mucho tiempo creyendo en Dios, pero nunca antes la vimos hacer ofrendas. ¿Por qué es tan generosa ahora? ¿Realmente ha cambiado para mejor y se ha corregido?”. Algunas personas necias e ignorantes que no son capaces de evaluar ningún asunto piensan que esta persona realmente ha cambiado para mejor, que antes la habían juzgado mal y sin darse cuenta en sus corazones desarrollan una impresión favorable de ella, y piensan: “La familia de esta persona es rica; tiene contactos y acceso a maneras de lograr que las cosas se hagan. Si se convierte en líder, puede conseguir que se hagan muchas cosas para la iglesia. ¿No le brindaría esto una ayuda a nuestra iglesia para predicar el evangelio y acoger a algunos hermanos y hermanas que son perseguidos y tienen dificultades? Si puede mantenerse tan activa, sería estupendo, pero no sé si es capaz de seguir así ni si estaría dispuesta a ser nuestra líder en la iglesia”. ¿Acaso no se han dejado desorientar y confundir algunas personas? Todo lo que ha estado haciendo comienza a dar frutos, ¿no es así? Las piezas empiezan a encajar y pronto veremos los resultados. ¿No es esto lo que quiere? (Sí). Además, le da dos prendas de vestir a una persona, una canasta con verduras a otra y algunos suplementos para la salud a otra más y se asegura de atender a todas. Esto hace que los demás piensen: “Si esta persona se convirtiera en líder de la iglesia, ¿no sería un gran pastor? ¿No es alguien en quien la mayoría de las personas querría confiar?”. ¿No es ahora el momento oportuno? ¿No elegirán los hermanos y hermanas a alguien así con facilidad? Esta persona es culta, elocuente y tiene cierto estatus en la sociedad. Si la iglesia enfrenta arrestos, puede proteger a los hermanos y hermanas. En caso de que alguna de las familias de los hermanos y hermanas tenga dificultades, puede extender una mano amiga y también es capaz de ayudar en la obra de la iglesia cuando se necesite más gente. Aun así, hay algo que la mayoría de las personas no tiene claro: “No solía perseguir la verdad y durante mucho tiempo casi nunca asistió a las reuniones. Pero ahora, cuando es tiempo de elecciones, asiste velozmente a unas pocas reuniones. Si se la elige líder, ¿entenderá la verdad? Si no entiende la verdad y solo es capaz de proteger a estas personas o de proporcionarles algunos beneficios, ¿puede ayudarlas a entender la verdad? ¿Puede llevarlas ante Dios? Resulta dudoso”. Mientras algunos tienen dudas en su corazón, otros han permitido que los beneficios de esa persona influyan en ellos y los compren. ¿No es una situación muy peligrosa? Un solo voto podría marcar la diferencia para que resulte electa. Independientemente del resultado final de la elección, ¿son apropiadas las acciones y los comportamientos de tales personas? (No). En los momentos más oportunos, dan limosnas, hacen ofrendas y ayudan a los hermanos y hermanas a resolver algunas dificultades reales. Cuando algunos hermanos y hermanas se mudan, les facilitan el transporte, y cuando algunas de las familias de los hermanos y hermanas tienen problemas de dinero, les prestan algo. Si algunos no tienen teléfono, les compran uno, y cuando algunos no tienen computadoras, les dan la suya… Hacen estas cosas en los momentos más oportunos, en los momentos más críticos. ¿Qué tipo de comportamiento es este? Actuar de este modo con la intención de competir por el liderazgo mediante secretos y propósitos inmencionables, ¿no es acaso manipular y sabotear las elecciones? (Sí). No vienen antes ni después, sino que aparecen precisamente en el momento de la elección del líder. ¿No guardan secretos innombrables? No podría ser más obvio; seguramente los guardan. No es que hayan tenido un ataque súbito de conciencia y quieran hacer buenas obras; su objetivo es postularse para asumir el liderazgo de la iglesia, convertirse en la persona a cargo de ella y manipular a la iglesia y al pueblo escogido de Dios. ¿Quieren manipular a estas personas para poder hacer cosas de verdad por ellas? (No). Entonces, ¿qué quieren hacer? Quieren controlar al pueblo escogido de Dios, controlar la iglesia y forjar un cargo en ella donde puedan desempeñar un rol de funcionarios y tener la sartén por el mango. ¿No cuentan estos métodos y prácticas inusuales como manipulación y sabotaje de elecciones? (Sí).
Durante las elecciones de la iglesia, algunas personas que temen no obtener suficientes votos votan por sí mismas. ¿No suena absurdo y extraño? ¿Cuál es la naturaleza de una persona que se vota a sí misma? ¿Es una manifestación de falta de confianza, de descaro o de ambición desmedida? Es todo eso. Teme no resultar electa, por lo que no tiene otra opción que votar por sí misma; es falta de confianza. No tiene lo que se necesita, pero aun así quiere ser líder; como teme que otros no voten por ella, se vota a sí misma. ¿No es esto un descaro? Es más, su ambición desmedida nubla su juicio al punto de tirar el orgullo por la borda y quedarse sin integridad ni dignidad: “Si no votas por mí, no lo toleraré; debo ser líder de la iglesia. Si no puedo ser líder, ¡no creeré más en Dios!”. Insiste en ser líder, en actuar como un funcionario, solo se siente tranquila y contenta en la vida cuando tiene estatus. ¡Qué ambiciones y deseos enormes tiene! Valora el estatus en exceso y cree en Dios solo para convertirse en líder. ¿Qué tiene de grandioso ser líder? Si no valorara los beneficios del estatus y no disfrutara de todo el trato preferencial que este conlleva, ¿seguiría codiciando ese cargo? ¿Seguiría votando por sí misma? ¿Seguirían siendo tan enormes sus ambiciones y deseos? ¿Seguiría valorando tanto el estatus? No. Tales personas siempre quieren manipular las elecciones y esforzarse en ellas, y recurren a cualquier acto turbio. Aunque ellas mismas sienten que actuar de esta manera es deshonroso, que no es transparente ni honrado, y en cierto modo es humillante, después de reflexionarlo un poco, piensan: “Qué más da, ¡lo que importa es ser elegido líder!”. Es un descaro. Incluso quieren imitar los métodos de debate utilizados en las elecciones de países democráticos, donde los candidatos ponen al descubierto los defectos del otro, se juzgan y se atacan mutuamente, se involucran en disputas verbales, y utilizan estas tácticas en las elecciones de la iglesia. ¿No es esto un grave error? ¿Acaso no es el ámbito equivocado para tales tácticas? Si vienes a la iglesia a participar en estas acciones torcidas e infames y tratas de manipular y sabotear las elecciones, te digo, ¡has elegido el lugar equivocado para hacerlo! Esta es la casa de Dios, no es la sociedad; todos los que manipulan y sabotean las elecciones serán condenados sin excepción. En la iglesia, independientemente de las razones, los pretextos o los métodos utilizados con el propósito de manipular y sabotear las elecciones, son indefendibles y constituye una acción malvada. ¡Siempre será una acción malvada! Todos los que intentan manipular y sabotear las elecciones son condenados. A tales individuos no se los reconoce como miembros de la casa de Dios ni como hermanos y hermanas, y, en cambio, son catalogados como siervos de Satanás. ¿Qué tipo de cosas hacen los siervos de Satanás? Se especializan en hacer todo tipo de cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia. Aquellos que manipulan y sabotean las elecciones desempeñan estos roles negativos, actúan de la misma manera que los siervos de Satanás. Sin importar la obra que la iglesia emprenda, estas personas se alzan para sabotearla y destruirla, no tienen en cuenta los arreglos de la obra ni los preceptos de la casa de Dios, hacen caso omiso de Sus decretos administrativos y, aún más, ignoran a Dios. Intentan hacer lo que desean en Su casa, manipulan diversos asuntos de la iglesia, y más aún a sus miembros, y llegan incluso a manipular y sabotear las elecciones de la iglesia. ¿A través de qué medios intentan manipular al personal de la iglesia? Buscan oportunidades para manipular y sabotear las elecciones de la iglesia. Una vez que estos siervos de Satanás han manipulado y saboteado una elección, esta ha fracasado. Si estos siervos de Satanás se salen con la suya y se convierten en líderes de la iglesia, ¿es correcto o incorrecto el resultado de la elección? Claramente es incorrecto. Se debe volver a realizar una elección mediante la enseñanza de la verdad y la reseña de las lecciones aprendidas.
B. Principios para ocuparse de las personas malvadas que manipulan las elecciones de la iglesia
Cuando las personas malvadas manipulan las elecciones, es necesario realizar una nueva elección. ¿Cómo debería ponerse esto en práctica? (Los resultados de la elección deben anularse y debe realizarse otra elección). Esta es una forma. La información interna acerca de la manera en la que estas personas malvadas manipularon la elección debería transparentarse y hacerse pública para que todos sepan cómo fue el proceso electoral y cómo se produjeron los resultados. Después de que esta información interna se dé a conocer, se deberían invalidar los resultados de la elección y realizar una nueva elección. Dicha elección no debe contar con la aprobación de la mayoría del pueblo escogido de Dios, y sin importar quién haya resultado elegido, los resultados no se pueden aceptar. En circunstancias normales, al hablar sobre la verdad y al sacar a la luz la versión interna, es posible rechazar los resultados de la elección y volverla a realizar. Pero a veces, en ciertas circunstancias especiales, incluso si una pequeña parte de las personas descubre que los siervos de Satanás manipularon los resultados de la elección y que la persona elegida no puede en absoluto realizar el trabajo y es solo una marioneta, debido a que la mayoría en la iglesia se encuentra desorientada por las personas malvadas y sigue del lado de los siervos de Satanás, mientras solo una minoría tiene cierto discernimiento y conoce la información interna —y nadie cree en esta minoría ni la escuchan cuando habla—, esta se encuentra aislada, no tiene poder alguno y, en esencia, carece de fuerza para revertir la situación. En tales circunstancias, puede que quieras sacar a la luz la versión interna de la manipulación de la elección, pero no es fácil entender la situación con claridad. En ese caso, además de informarlo a los líderes y obreros de mayor jerarquía, ¿qué más podéis hacer? Si continúas viviendo la vida de iglesia, te excluirán. No parece apropiado asistir a reuniones en otra iglesia porque las personas allí no pueden simplemente acoger a un extraño al azar. ¡Esto te pone de veras entre la espada y la pared! Ves que el líder electo de la iglesia tiene mala humanidad, es un diablo, y no es la persona que debería haber sido elegida, así que te enfadas solo con verlo. Ir a las reuniones te hace sentir incómodo, pero dejar de ir tampoco es una opción. Si no vas, y cortas tu relación con la iglesia, perderás tu vida de iglesia, lo cual no es algo que puedas hacer. Entonces, ¿existe una buena solución para este problema? Esto requiere de sabiduría. ¿Cuál sería la consecuencia si te apresuras a exponerlos? Esas personas podrían unirse para acallarte y hacer que te retires o, si las cosas realmente no fueran bien, incluso podrían deshacerse de ti y te convertirías en la víctima de una injusticia. Esta es la consecuencia más probable. Entonces, ¿cuál es la mejor solución? (Aliarse con algunos hermanos y hermanas que posean discernimiento y recopilar todas las pruebas de las acciones malvadas de estas personas que manipulan de manera encubierta la elección. Informarlo a los líderes y obreros de mayor jerarquía y también compartir rápidamente la verdad con los hermanos y hermanas que resultaron desorientados para recuperarlos). ¿Se la considera una buena solución? ¿Está bien hacer estas cosas apresuradamente? ¿Cuál es la consecuencia de apresurarse? (Hace que, sin quererlo, resulte fácil alertar al enemigo). Cuando os encontráis con asuntos como este, ¿tenéis miedo u os sentís nerviosos? ¿Deberíais tener miedo o sentiros nerviosos? (No). En teoría, no deberías tener miedo; es lo que tu racionalidad te dice. Sin embargo, ¿cómo es en realidad para las personas? Lo más crucial es si las personas entienden la verdad. Si las personas no entienden la verdad y solo cuentan con su determinación, seguirán teniendo miedo en su interior. Cuando tienes miedo, ¿es fácil lograr resultados sin importar lo que hagas ni cómo lo hagas? (No). Cuando tienes miedo, ¿en qué estado te encuentras? Temes el poder de estas personas, que descubran que las has discernido y que intentas protegerte de ellas, y tienes miedo de que te acallen y te marginen cuando vean que no estás de su lado y de que a la larga te echen de la iglesia. En tu corazón, tendrás tales preocupaciones. Cuando las tienes, ¿puedes contar con la sabiduría, el valor y los medios para interactuar con estas personas, resolver los problemas que causaron o desenmascarar sus acciones malvadas para que los hermanos y hermanas logren discernimiento y no resulten desorientados? ¿Cuál es la forma más apropiada de actuar? Cuando tienes miedo, ¿no te encuentras en una condición débil? En primer lugar, eres débil y pasivo. Por un lado, careces de una fe sólida en Dios y, por otro, piensas: “Así que estas personas malvadas han tenido éxito. ¿Cómo es posible que ahora sea el único que discierne este asunto? ¿Tienen los demás algún discernimiento? Si les cuento a otros acerca de la verdadera situación, ¿me creerán? En caso de que no me crean, ¿me expondrán? Si todos se unen para ajustar cuentas conmigo y estoy solo e indefenso, ¿encontrarán esas personas malvadas toda clase de excusas para echarme?”. ¿Acaso no tendrás estas preocupaciones? Cuando tienes estas preocupaciones, ¿cómo puedes lidiar con esas personas? ¿Cómo puedes interactuar con ellas de la manera más apropiada y sabia? En este momento, ¿no tienes una dirección ni una senda a seguir? Para ser preciso, cuando estás en tu momento de mayor miedo y debilidad, simplemente no eres capaz de luchar contra ellos ni de interactuar con ellos y manejar los problemas que causaron. Entonces, ¿cuál es tu mejor estrategia en ese momento? ¿Es tomar la iniciativa y dar el primer golpe, confrontarlos y poner al descubierto sus hechos malvados para protegerte? ¿Es adecuado este método? (No). ¿Por qué no es adecuado? Porque no has pensado detenidamente cómo actuar, no puedes darte cuenta de su esencia y no sabes cómo exponerlos y mucho menos si aquellos que resultaron desorientados pueden aceptar la verdad y cambiar de rumbo. No sabes ninguna de estas cosas diversas, y no estás seguro de cuál es la solución más beneficiosa y efectiva para ti. Aunque aún no has alcanzado un cierto nivel de negatividad, tu condición actual es como mínimo de debilidad y temor, y en tu interior tienes muchas preocupaciones. Ya sea que estas preocupaciones sean legítimas o sean el resultado de tu debilidad y temor, en definitiva, son hechos. Cuando surgen estos hechos, la mejor solución es aprender a esperar y no hacer nada. ¿Qué significa no hacer nada? Significa no apresurarse a exponer la verdadera situación con respecto a la elección a aquellos que han sido engañados, ni precipitarse a oponerse a los nuevos líderes de la iglesia electos ni al grupo de personas que manipularon y sabotearon la elección. No los desenmascares; en este momento, debes aprender a esperar. Algunas personas dicen: “Esperar es tan pasivo; ¿cuánto tiempo debo esperar?”. No hace falta esperar mucho tiempo. Mientras esperas, preséntate ante Dios para orar, lee Sus palabras y busca la verdad. En tales circunstancias, cuando te encuentras en tu momento de mayor miedo y debilidad, tus oraciones son las más auténticas y sinceras. Necesitas que Dios te guíe y te proteja; necesitas confiar en Dios. Al orar, tu temor paulatinamente disminuirá hasta desaparecer. Una vez que ya no tengas más miedo, ¿no serás también menos débil? (Sí). Además, tendrás cada vez menos preocupaciones. Estos temores, debilidades y preocupaciones no desaparecen de la nada; más bien, durante este proceso de cambio, irás comprendiendo ciertas cosas. ¿Qué cosas llegarás a comprender? Por un lado, sabrás cómo lidiar con estas personas, a quién exponer primero y cómo hablar y actuar de una manera que beneficie la obra de la casa de Dios. Asimismo, conocerás la naturaleza del comportamiento de estas personas. ¿Cómo llegas a comprender estas cosas? Es buscando la verdad durante tu proceso de espera que gradualmente las comprendes. Cuando veas esto con claridad, reflexionarás de forma natural sobre cómo debes aplicar la sabiduría, a quién conviene hablarle y cómo hablar de una manera que los conmueva, que les haga saber los hechos sobre las personas malvadas que manipulan la elección y que les permita cambiar de rumbo y discernir tanto los verdaderos rostros de aquellos que manipularon y sabotearon la elección como qué tipo de personas son en realidad los supuestos líderes electos. Tendrás este tipo de sabiduría y tus acciones también serán metódicas. Entonces, ¿cómo ocurren estos avances positivos? Dios te los otorga en su totalidad durante tu proceso de espera. Algunos suceden por la obra y el esclarecimiento del Espíritu Santo y otros son lo que Dios te permite ver y comprender en Sus palabras. Las palabras de Dios dicen que no se deben pelear batallas sin estar preparado. ¿Qué significa esto? Significa que, ya sea que estés luchando contra Satanás o exponiendo las acciones malvadas de los siervos de Satanás, como quiera que combatas a Satanás, tú mismo debes ser fuerte, entender los principios-verdad y ser capaz de desentrañar la esencia y las acciones malvadas de Satanás y de las personas malvadas, y luego exponerlos. Solo así lograrás finalmente buenos resultados. Una vez que entiendas estas cosas, ¿no se volverán tus temores, debilidades y preocupaciones menos intensos y evidentes? Ya no te sentirás tan asustado. Lo que sientes cambiará poco a poco; descubrirás que no eres tan débil como lo eras en un principio cuando se presentó la situación. En cambio, te sentirás en cierto modo más fuerte y seguro de ti mismo que antes, y sabrás qué hacer. En ese momento, ora a Dios nuevamente y pídele que prepare la oportunidad correcta, y luego pasa a la acción. Da parte de la situación a los líderes y obreros de mayor jerarquía y también comparte con aquellos que tienen buena humanidad y creen sinceramente en Dios, pero se dejaron engañar y desorientar porque no entendían la verdad, y hazles conocer la información interna sobre las personas malvadas que manipulan la elección. Una vez que te hayas ganado a una o dos de estas personas, tu temor básicamente desaparecerá. Te darás cuenta de que no es posible hacer todo esto si se depende de la fuerza humana, y mucho menos si se confía en la impetuosidad. No puedes confiar en un impulso momentáneo ni en la ira ni en un supuesto sentido de la rectitud pasajero; todo eso es inútil. Dios te preparará el momento correcto y te esclarecerá sobre qué decir y, en función de lo que entiendas, te guiará paso a paso y te brindará una senda a seguir. Desde ser en un principio débil y temeroso hasta buscar y entender los principios y la senda, durante este período, puedes seguir interactuando normalmente con estas personas malvadas. Durante las interacciones normales, la mente de las personas no está vacía; tienen sus propios pensamientos. Mientras buscas y oras, observas a estas personas. ¿Qué observas? Te limitas a analizar el tipo de senda que están tomando y cuál es en realidad su esencia. Si lo que dicen es correcto y se ajusta a los principios de la obra de la iglesia, puedes escucharlas; si lo que dicen trastorna y perturba la obra de la iglesia, puedes buscar un pretexto para no escuchar o para aplazar la situación, utilizando una forma sabia de interactuar “amistosamente” con ellos sin alertarlos. Mientras interactúas “amistosamente” con ellos, recopilas pruebas de sus hechos malvados, los disciernes a partir de sus diversas acciones y falacias que vulneran los principios-verdad y confirmas aún más que estas personas son siervos de Satanás. Practicar de esta manera te permite no verte limitado por ellos mientras también cumples con tu responsabilidad y tu deber; así actúa una persona sabia. Solo aquellos con humanidad, sabiduría y amor por la verdad pueden recorrer la senda correcta. En el caso de aquellos que carecen de sabiduría y actúan imprudentemente y de manera tosca, que siempre se confían de la impetuosidad y del impulso, independientemente de lo que estén haciendo o las circunstancias que enfrenten, sus acciones a menudo conducen a resultados mediocres. Tales personas no solo trastornan y perturban la obra de la iglesia, sino que también se generan a sí mismas muchos problemas y fastidios innecesarios. En cambio, las personas sabias son diferentes. Cada vez que hacen algo, esperan, observan y buscan, a la vez que aguardan el momento correcto, los arreglos y la orquestación de Dios. Durante el período de espera, son capaces de buscar Sus intenciones, de comer y beber las palabras de Dios con un propósito, de captar más acertadamente los principios-verdad y de actuar según Sus intenciones. Utilizan Sus palabras y la verdad para librar una buena batalla y dar testimonio de Dios, en lugar de pelear con las personas o involucrarse en disputas verbales motivadas por su impetuosidad.
Cuando se trata de personas malvadas que manipulan y sabotean las elecciones, lo más importante no es si puedes desentrañarlas o cómo planeas exponerlas, sino dar parte de la situación a los superiores de manera oportuna. Debes usar la sabiduría para enfrentarlas, esperar el momento de Dios, buscar Sus intenciones y los principios-verdad y no demorar tu deber. ¿Cuál es el resultado final de hacerlo? Cumples con tu responsabilidad y tu deber. Al informar la situación a los superiores y buscar una solución, no solo se resuelve el problema, sino que también adquieres conocimiento, elevas tu discernimiento y tu sabiduría, creces en estatura y fortaleces tu fe en Dios. Las personas se enriquecen en gran medida al experimentar un enfrentamiento con Satanás y les resulta sumamente beneficioso. En cambio, supongamos que alguien actúa de forma impetuosa e impulsiva, se involucra en una intensa lucha con estas personas, discute con ellas cara a cara y dice: “Estáis manipulando y saboteando la elección. Aunque hacéis uso de un inmenso poder, no me doblegaré ante vosotros, ¡y no os temo!”. A consecuencia de este enfoque lo apartan de la iglesia y lo dejan llorando y sufriendo en su casa durante meses, pero aun así no entiende las intenciones de Dios: “¿Por qué terminé en este lío? Dios, ¿no me necesitas? ¿No te importo?”. Se pierde durante meses los nuevos sermones e himnos, no está al tanto de qué obra está emprendiendo la iglesia, no puede desempeñar sus deberes, queda completamente aislado y cae en la oscuridad total. Día tras día, aparte de llorar, lo único que hace es preocuparse. No aprende a orar a Dios ni a comer y beber Sus palabras pertinentes en este entorno, y mucho menos aprende a buscar los principios-verdad en situaciones complejas; no crece en sabiduría en absoluto. Después de llorar durante unos meses, finalmente un día alguien lo trae de vuelta a la iglesia y le pide que comparta su experiencia durante ese período, pero con lágrimas en los ojos se limita a quejarse: “¡Me han agraviado! Yo no perturbé la iglesia. No soy una persona malvada. Las personas malvadas me tendieron una trampa”. Cuando se le pregunta: “¿Qué lecciones aprendiste durante este tiempo? ¿Lograste algo?”, responde: “¿Qué podría haber logrado? Me aislaron, me quitaron los libros de las palabras de Dios y los himnarios, y no pude escuchar ningún sermón. Lo único que podía hacer era hablar sobre la fe y de vez en cuando cantar algunos himnos que recordaba. No logré nada. Afortunadamente, Dios preparó un tiempo para traerme de vuelta. De lo contrario, dado que de todos modos no había esperanza de salvación, planeaba salir y hacer negocios para ganar dinero. Dios ya no me necesitaba y no podía seguir creyendo. Mi corazón estaba completamente ensombrecido”. Por último, añade: “Dios nunca abandonará a Sus ovejas”, y llega a tal conclusión. Experimentar un acontecimiento tan significativo y especial, y lograr tan poco, ¿no es un tanto patético? ¿Acaso no es inadecuado? Ante una situación de tal magnitud, no aprendió ninguna lección y no incrementó ni su sabiduría ni su fe. Aunque en su corazón sigue creyendo en Dios, los satanases, los diablos y los anticristos lo atormentaron hasta el punto de que casi deja de creer. ¿Puede aún dar testimonio de Dios? ¿No es esta persona un cobarde bueno para nada? ¿De qué sirve llorar en casa? Incluso si llora hasta quedar ciego, ¿servirá de algo? ¿Puede eso resolver el problema con los anticristos? Las personas malvadas han tenido éxito y, al final, lo único que esta persona tiene es el dicho “Dios nunca abandonará a Sus ovejas”, y no logra nada más. No posee sabiduría, no tiene un modo de actuar, y no sabe buscar a Dios en función de la senda que Él señala ni presentarse ante Él para tomar Sus palabras y la verdad para luchar contra Satanás. Esa poca doctrina que por lo general declama no le hace bien. Cuando se trata de enfrentar tales asuntos, aparte de llorar, todo lo que hace es sentirse agraviado y quejarse. Es un cobarde bueno para nada. Este tipo de cobardes con frecuencia tienen varias manifestaciones que, además, son sus principales características. Primero, lloran. Segundo, se sienten agraviados. Tercero, muy internamente, se quejan. En su corazón, también dicen: “Dios, ¿dónde estás? ¿Por qué no te importo? Satanás me ha dañado terriblemente, no puedo seguir viviendo. Por favor, ¡sálvame pronto!”. Dios dice: “Eres un cobarde bueno para nada, eres basura envuelta en piel humana. Si crees en Dios, ¿de qué tienes miedo? ¿Qué hay que temerle a Satanás?”. Sin importar qué conspiraciones e intrigas use Satanás cuando actúa, no tenemos miedo. Tenemos a Dios, tenemos la verdad. Dios nos dará sabiduría. Él es soberano sobre todo; todo está bajo Su orquestación. ¿De qué tienes miedo? Llorar solo muestra que eres cobarde e inepto; ¡eres un pedazo de basura! ¡Una escoria! Llorar significa que cedes ante Satanás y le suplicas misericordia. ¿Le gustan a Dios estos cobardes buenos para nada? (No). Dios te ve como un cobarde bueno para nada, un bobo, un pedazo de basura sin testimonio ni sabiduría alguna. ¿En qué se transformó la verdad que entendías? ¿No has escuchado bastante acerca de las manifestaciones de los anticristos y de Satanás que Dios deja en evidencia? ¿Acaso no entiendes ni desentrañas estas cosas? ¿Acaso no sabes que son satanases? Si sabes que lo son, ¿a qué le temes? ¿Por qué no temes a Dios ni le tienes pavor a Él? Al temerle a Satanás, ¿no tienes miedo de ofender a Dios? ¿No es eso un acto de perversidad? Cuando se dan tales situaciones, tienes miedo y careces en absoluto de soluciones, de sabiduría y de contramedidas. ¿Qué has logrado al escuchar sermones todos estos años? ¿Ha sido todo en vano? ¿Pueden estos cobardes buenos para nada mantenerse firmes en su testimonio? (No). Cuando se trata de situaciones en las que los satanases y las personas malvadas manipulan y sabotean elecciones, ya sea que estés solo y carezcas de poder, o de verdad cuentes con algunos hermanos y hermanas que están de acuerdo contigo, no te apresures a actuar. Primero, aprende a esperar. Segundo, aprende a buscar. Durante el período de espera y búsqueda, no abandones tu deber. ¿Qué significa esperar? Significa esperar a que Dios prepare el momento y la oportunidad adecuados. Y, ¿qué debes buscar? Busca los principios y la senda que debes practicar cuando crees en Dios y lo sigues; busca cómo actuar de manera que te ajustes a Sus intenciones y luches contra Satanás y las fuerzas de los anticristos, y finalmente superes las fuerzas de Satanás para convertirte en un vencedor. Si estás solo, debes orar más a Dios, esperar y buscar. Si hay dos o tres personas que están de acuerdo contigo, podéis compartir, orar, esperar y buscar juntos. Cuando Dios haya preparado un momento adecuado, pídele fuerza y sabiduría, para que todo lo que hagas y cada palabra que digas sea apropiado. Al hacerlo, por un lado, desempeñas tu deber como ser creado, y por otro, también puedes desenmascarar a Satanás de manera enérgica y efectiva, y dejar en evidencia y frustrar plenamente las conspiraciones de los siervos de Satanás y los anticristos. ¿Es esto apropiado? Os han mencionado tales métodos, medios, sendas y principios, así que la manera en la que los apliquéis depende de vosotros. ¿Es suficientemente clara esta senda? (Sí). Entonces, cuando os encontréis con tales asuntos, practicad según este principio. No es difícil lograrlo.
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