Las responsabilidades de los líderes y obreros (2) Parte 1

Primero vamos a repasar el contenido principal de nuestra charla de la reunión anterior. (La última vez enumeraste las quince responsabilidades de los líderes y obreros, y sobre todo compartiste las dos primeras. La primera es guiar a la gente para que coma y beba de las palabras de Dios, las entienda y entre en su realidad; la segunda es conocer los estados de cada tipo de persona y resolver diversas dificultades que afronten en su vida real en relación con su entrada en la vida. A partir de estos dos puntos, diseccionaste las manifestaciones relevantes de los falsos líderes). ¿Habéis pensado alguna vez cuál de estas dos responsabilidades podríais cumplir si fuerais líderes? Muchas personas sienten siempre que tienen algo de calibre, inteligencia y sentido de la carga y, en consecuencia, desean competir para convertirse en líderes y no quieren ser seguidores corrientes. Por tanto, veamos primero si puedes desempeñar estas dos responsabilidades y cuál de ellas eres más capaz de cumplir y de emprender. No hablemos por ahora sobre si tienes calibre para convertirte en líder o si posees la capacidad o el sentido de la carga para la tarea, y miremos primero si puedes llevar bien a cabo estas dos responsabilidades. ¿Habéis considerado alguna vez esta cuestión? Alguien podría decir: “No entra en mis planes ser líder, ¿por qué debería considerarlo? Solo tengo que hacer bien mi trabajo. Esta cuestión no tiene nada que ver conmigo. No quiero ser líder a lo largo de mi vida ni asumir las responsabilidades de un líder u obrero, así que no hace falta que medite nunca sobre tales cuestiones”. ¿Es correcto este enunciado? (No). Aunque no quieras ser líder, ¿acaso no necesitas saber de todos modos si la persona que te guía desempeña bien estas dos responsabilidades, si ha cumplido bien con ellas, si tiene el calibre requerido, las capacidades y el sentido de la carga, y si cumple con estos dos requisitos? Si no entiendes o no puedes desentrañar estas cosas, y te llevan a un pozo, ¿serás consciente de ello? Si solo sigues a esa persona de manera confusa y eres un mero idiota, si no sabes que alguien es un falso líder o que te está desviando o adónde te está guiando, entonces estarás en peligro. Como no entiendes el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros, y no sabes discernir a los falsos líderes, los seguirás confundido y harás cualquier cosa que te pidan sin saber si lo que comparten contigo se ajusta a la verdad de las palabras de Dios o si es la realidad. Pensarás que son líderes a la altura porque son entusiastas, porque se afanan y trabajan duro desde el alba hasta el anochecer y son capaces de pagar el precio y porque, cuando alguien se halla en dificultades, tienden una mano amiga para asistirlo y no lo ignoran. Tú no sabes que los falsos líderes carecen de la capacidad de comprender las palabras de Dios, ni que, por mucho tiempo que guíen a las personas, estas no entenderán las intenciones de Dios ni sabrán cuáles son Sus requerimientos, y ni siquiera serán capaces de discernir las doctrinas y las realidades-verdad. Ignoras que los falsos líderes no saben cuáles son las palabras de Dios de las que las personas tienen una comprensión distorsionada, y que esas personas no sabrán cómo deben comer y beber las palabras de Dios. Los falsos líderes compartirán contigo y actuarán por inercia, pero no serán claros respecto al estado en el que te hallas, qué dificultades afrontas y si las has resuelto en realidad, y ni tú mismo sabrás tampoco estas cosas. En apariencia, habrán leído las palabras de Dios y compartido sobre la verdad contigo, pero tú seguirás todavía viviendo en un estado erróneo, sin marcha atrás. Sean cuales sean las dificultades con las que te encuentres, ellos seguirán llevando a cabo sus responsabilidades en apariencia, pero ninguna de tus dificultades se va a resolver por medio de su charla o asistencia, y los problemas persistirán. Esta clase de líder, ¿está a la altura? (No). Por tanto, ¿qué verdades debes entender para discernir estos asuntos? Has de saber si los líderes y obreros cumplen con todas las tareas y abordan todos los problemas conforme a los requerimientos de las palabras de Dios, si cada palabra que dicen es práctica y se corresponde con la verdad de las palabras de Dios. Asimismo, has de entender si, al afrontar diversas dificultades, su enfoque para resolver los problemas te lleva a entender las palabras de Dios y obtener una senda de práctica, o si solo dicen algunas palabras y doctrinas, gritan consignas o te amonestan. A algunos líderes y obreros les gusta ayudar a las personas por medio de la exhortación, a otros por medio de la motivación y a otros más por medio de la exposición, la acusación y la poda. Al margen del método que usen, si este puede llevarte de veras a entrar en la realidad-verdad, a resolver tus dificultades reales, a hacerte entender las intenciones de Dios y, a partir de ahí, puede permitirte conocerte a ti mismo y encontrar una senda de práctica, cuando te enfrentes a situaciones similares en el futuro tendrás una senda a seguir. Por tanto, el estándar más básico para valorar si un líder u obrero está a la altura es que pueda usar la verdad para resolver los problemas y las dificultades de las personas, lo que les permitirá entender la verdad y obtener una senda de práctica.

La última vez hablamos más o menos sobre la primera y la segunda responsabilidades de los líderes y obreros y diseccionamos ciertas manifestaciones de los falsos líderes en relación con ambas. Sus principales manifestaciones son una comprensión somera y superficial de las palabras de Dios y no lograr entender la verdad. Resulta evidente que, en consecuencia, no pueden guiar a otros a entender las palabras de Dios ni a captar Sus intenciones. Cuando alguien afronta dificultades, los falsos líderes no pueden recurrir a sus propias experiencias y conocimientos para guiar a esa persona a comprender la verdad y entrar en la realidad, para que disponga de una senda a seguir, no pueden hacer que reflexione ni que se conozca a sí misma en mitad de las diversas dificultades, al tiempo que las resuelve. Por tanto, hoy vamos a compartir cuáles son las dificultades de la entrada en la vida y qué diversas adversidades comunes relacionadas con la entrada en la vida se suele encontrar la gente en su vida diaria. Vamos a hacer un resumen concreto de estas cosas. ¿Hace falta compartir sobre ello? (Sí). Ahora estáis en cierto modo interesados en estos temas relacionados con la entrada en la vida, ¿no? La primera vez que interactué con vosotros y os hablé, al margen de lo que se dijera, estabais entumecidos y embotados, lentos, reaccionabais despacio. Parecíais no entender nada y no poseer ninguna estatura, ya no digamos entrada en la vida. Cuando ahora hablamos sobre asuntos relacionados con cambiar el carácter-vida de uno, la mayoría de vosotros estáis relativamente interesados en este tema y reaccionáis al respecto. Este es un fenómeno positivo. Si no estuvierais haciendo vuestros deberes, ¿podríais lograr estas cosas? (No). Esta es la gracia de Dios; todo se debe a Su favor.

Punto 2: Conocer los estados de cada tipo de persona y resolver diversas dificultades que afronten en su vida real en relación con su entrada en la vida (II)

Ocho tipos de dificultades en relación con la entrada en la vida

I. Dificultades relacionadas con hacer el propio deber

En cuanto a las dificultades de la entrada en la vida, discutamos primero más ampliamente las dificultades relacionadas con cumplir el deber de uno. Cuando afrontas problemas en el cumplimiento de tu deber que guardan relación con la práctica de la verdad y no puedes lidiar con las cosas de acuerdo con los principios, ¿no es esta una dificultad en la entrada en la vida? (Sí). En términos sencillos, son los diversos estados, ideas, puntos de vista y ciertas maneras incorrectas de pensar que surgen cuando cumples tus deberes. Por tanto, ¿qué dificultades concretas existen al respecto? Por ejemplo, siempre hay intentos de ser superficial, descuidado, y de holgazanear en el cumplimiento del deber, ¿no es este un estado que se manifiesta de manera común y se revela durante el desempeño de los deberes? También está el no ocuparse del deber que le corresponde a uno y compararse continuamente con otros mientras se cumple el deber, considerar el lugar donde uno lleva a cabo su deber como un patio de juegos o un campo de batalla y pensar en buscar un “referente” cada vez que uno cumple su deber, decir en tu fuero interno: “Voy a ver quién es mejor que yo y quién puede provocar mi espíritu de lucha y, entonces, competiré con ellos, me compararé con ellos a fin de ver quién logra mejores resultados y una mayor eficiencia en el cumplimiento de su deber y quién es mejor a la hora de ganarse el corazón de las personas”. Luego está la comprensión de los principios para cumplir el propio deber, pero sin querer atenerse a ellos ni actuar de acuerdo con la verdad en las palabras de Dios o con los requerimientos de la casa de Dios, y optar siempre por adulterar el cumplimiento del propio deber con preferencias personales, decir: “Me gusta hacerlo de esta manera, me gusta hacerlo de esta otra; estoy dispuesto a hacerlo de esta manera, quiero hacerlo de esta otra”. Esto es terquedad, querer siempre seguir la propia voluntad y actuar de la manera que uno quiere conforme a sus propias preferencias, hacer oídos sordos a todos los requerimientos de la casa de Dios y preferir desviarse de la senda correcta. ¿Acaso no son estas las verdaderas manifestaciones que la mayoría de la gente exhibe cuando cumple su deber? Está claro que todos estos asuntos implican dificultades en el cumplimiento de un deber. Añadid alguna más, por favor. (No lograr cooperar en armonía con otros cuando se cumple un deber y querer siempre seguir su propia ley). Esto también cuenta como una dificultad. No conseguir cooperar en armonía con otros cuando se desempeña un deber y querer siempre seguir su propia ley y tener la última palabra; querer mostrarse humilde para buscar consejo y para escuchar las opiniones de otros al afrontar los problemas, pero ser incapaz de poner eso en práctica y sentir incomodidad al intentar practicarlo; eso es un problema. (Salvaguardar siempre los propios intereses al cumplir un deber, ser egoísta y vil, y saber en realidad cómo resolver un problema cuando surge, pero sentir que no tiene nada que ver con uno mismo, tener miedo de asumir la responsabilidad si va mal y, en consecuencia, no atreverse a dar un paso adelante). No resolver un problema cuando uno lo ve, considerarlo ajeno e ignorarlo; esto también cuenta como cumplir el deber sin lealtad. Al margen de que seas o no el responsable de una tarea, si puedes desentrañar y resolver un problema, deberías cumplir esta responsabilidad. Este es tu deber y el trabajo que recae sobre ti. Si el supervisor lo puede resolver, puedes olvidarte de ello, pero si no, deberías dar un paso al frente y resolverlo tú. No dividas los asuntos en función del ámbito de responsabilidad al que corresponden, esto es deslealtad a Dios. ¿Algo más? (Confiar en la inteligencia y los dones propios para hacer trabajo cuando se realiza el propio deber y no buscar la verdad). Hay muchas personas que son así. Siempre piensan que poseen inteligencia y calibre y son indiferentes a todo lo que recae sobre ellos; no buscan la verdad en absoluto y solo obran conforme a su propia voluntad y, en consecuencia, no pueden desempeñar ningún deber de manera adecuada. Todas estas son dificultades que afrontan las personas a la hora de cumplir su deber.

II. Problemas relacionados con cómo trata uno sus expectativas y su porvenir

Otro problema significativo relacionado con la entrada en la vida es cómo trata uno sus expectativas y su porvenir. Algunas personas están dispuestas a pagar el precio si creen que tienen esperanzas de salvarse, y se vuelven negativas si creen que no hay esperanza. Si la casa de Dios no las asciende ni las cultiva, no están dispuestas a pagar el precio y hacen sus deberes por cubrir el expediente, sin responsabilizarse. Independientemente de lo que hacen, siempre consideran sus expectativas y su porvenir, se preguntan: “¿De veras tendré un buen destino? ¿Se ha mencionado en las promesas de Dios cuáles serán las expectativas y el porvenir de alguien como yo?”. Si no hallan una respuesta precisa, carecen de entusiasmo para hacer nada. Si la casa de Dios los asciende y cultiva, se llenan de energía y, en todo lo que hacen, son especialmente proactivos. Sin embargo, si no logran hacer bien su deber y se los despide, se vuelven enseguida negativos y renuncian a su deber, abandonan toda esperanza. Cuando afrontan la poda, piensan: “¿Ya no le gusto a Dios? Si es así, ¡lo debería haber dicho antes, en lugar de impedir que persiga el mundo!”. Si se los destituye, piensan: “¿Acaso no me están menospreciando? ¿Quién me ha denunciado? ¿Me van a descartar? Si ese es el caso, ¡lo deberían haber dicho antes!”. Asimismo, su corazón está lleno de transacciones, exigencias y peticiones irracionales a Dios. Da igual lo que la iglesia disponga que hagan, consideran que tener buenas expectativas y un buen porvenir, así como las bendiciones de Dios, son requisitos previos para hacerlo. Cuando menos, antes de aceptar y someterse requieren que se los trate con una expresión agradable en el rostro y una buena actitud y que se los apruebe. ¿No son estas manifestaciones de cómo consideran sus expectativas y su porvenir? Añadid más. (Si surgen desviaciones o problemas mientras hacen el propio deber y se los poda, se quejan de Dios y se guardan de Él; temen que se los revele y descarte, y siempre se reservan una vía de escape). Temer que se les revele y descarte, y reservarse siempre una vía de escape; estas son también manifestaciones de cómo consideran sus expectativas y su porvenir. (Cuando alguien ve que las palabras de exposición y determinación de Dios coinciden con él, o cuando afronta la poda y se siente avergonzado, concluye que está atolondrado, que es un diablo y un satanás, y que es incapaz de aceptar la verdad. Determina que no tiene esperanzas de salvarse y se vuelve negativo). En lo que respecta a sus expectativas y su porvenir, la gente no puede desprenderse por completo de sus propias intenciones y deseos. Los consideran por sistema lo más importante y los persiguen en consecuencia, los tratan como la fuerza impulsora y el requisito previo para todo lo que persiguen. Cuando afrontan el juicio, el castigo, las pruebas, el refinamiento o la revelación, o se encuentran en circunstancias peligrosas, piensan de inmediato: “¿Ya no me quiere Dios? ¿Me está desdeñando? El tono en el que me habla es muy duro; ¿acaso no quiere salvarme? ¿Quiere descartarme? Si quiere descartarme, debería decirlo lo antes posible, mientras todavía soy joven, de modo que no obstaculice mi búsqueda en el mundo”. Esto hace surgir negatividad, resistencia, oposición y holgazanería en ellos. Estos son algunos de los estados y manifestaciones relacionados con la forma en que la gente considera sus expectativas y su porvenir. Esta es una dificultad significativa relacionada con la entrada en la vida.

III. Dificultades relacionadas con las relaciones interpersonales

Vamos a echar un vistazo a otro aspecto: las relaciones interpersonales. Esta es también una dificultad significativa relacionada con la entrada en la vida. Estos son algunos estados y manifestaciones que tienen que ver con las relaciones interpersonales: cómo tratas a las personas que no te gustan, a las que tienen opiniones diferentes de las tuyas, a las que están familiarizadas contigo, con las que mantienes relaciones familiares o que te han ayudado. O a la gente que siempre te hace rápidas advertencias, que te dice palabras veraces y te ayuda. Asimismo, si puedes o no tratar a cada persona con justicia, además de cómo practicas cuando surgen disputas con los demás, o si aparecen en ti celos y conflictos y no eres capaz de interactuar o siquiera de cooperar en armonía cuando haces tus deberes. ¿Hay otros estados y manifestaciones? (Ser un complaciente y no atreverse a levantar la voz al descubrir los problemas de otra persona por miedo a ofenderla). Este es un estado que surge cuando uno teme ofender a los demás. (Además, cómo considera uno a los líderes y obreros, y a aquellos con poder y estatus). Cómo consideras a los líderes y obreros o a las personas con poder y estatus, ya sea con halagos y adulaciones o tratándolos con corrección, es una manifestación específica de cómo tratas a aquellos que ostentan poder e influencia. Estas son más o menos las dificultades de las relaciones interpersonales.

IV. Problemas relacionados con los sentimientos humanos

Hablemos un poco sobre los sentimientos humanos. ¿Qué problemas están relacionados con los sentimientos? Lo primero es cómo evalúas a tus propios familiares y cómo abordas las cosas que hacen. En este caso, “las cosas que hacen” incluye, por supuesto, cuando trastornan y perturban la obra de la iglesia, cuando juzgan a la gente a sus espaldas, cuando participan en algunas de las prácticas de los incrédulos, etcétera. ¿Puedes abordar estas cosas de manera imparcial? Cuando es necesario que redactes una evaluación de tus familiares, ¿puedes hacerlo con objetividad e imparcialidad, apartando a un lado tus propios sentimientos? Esto está relacionado con cómo abordas a tus familiares. Además, ¿albergas sentimientos hacia las personas con quienes te llevas bien o que te han ayudado en el pasado? ¿Eres capaz de contemplar sus acciones y su comportamiento de una manera objetiva, imparcial y precisa? Si trastornan y perturban la obra de la iglesia, ¿serás capaz de informar de ellas o de desenmascararlas de inmediato después de haberte enterado del caso? Por otro lado, ¿albergas sentimientos hacia las personas relativamente cercanas a ti o con quien compartes intereses? ¿Puedes evaluar, definir y tratar sus acciones y su comportamiento de una manera imparcial y objetiva? Supongamos que a estas personas, con quienes tienes una conexión sentimental, la iglesia las trata de acuerdo con los principios y que el desenlace no es conforme a tus propias nociones; ¿cómo abordarías esto? ¿Serías capaz de obedecer? ¿Continuarías involucrado con ellos en secreto y dejarías que te desorientasen e, incluso te incitasen a que los excusaras, justificaras y defendieras? ¿Auxiliarías a los que te han ayudado y darías la vida por ellos, mientras haces caso omiso de los principios-verdad e ignoras los intereses de la casa de Dios? ¿Acaso no están relacionadas estas diversas cuestiones con los sentimientos? Algunos dicen: “¿Acaso no solo tienen que ver los sentimientos con los parientes y los familiares? ¿Acaso no se limita el ámbito de los sentimientos a tus padres, hermanos, hermanas y otros familiares?”. No, los sentimientos incluyen un amplio abanico de personas. Olvídate de que evalúen a sus propios familiares de manera imparcial; algunos ni siquiera son capaces de evaluar a sus buenos amigos y colegas con imparcialidad y tergiversan los hechos al hablar sobre estas personas. Por ejemplo, si su colega no presta atención al trabajo que le corresponde y siempre toma parte en prácticas deshonestas y perversas en su deber, lo describirán como bastante juguetón y dirán que su humanidad es inmadura y todavía inestable. ¿Acaso estas palabras no contienen sentimientos? Esto es expresar palabras que están cargadas de sentimientos. Si alguien que no tenga ninguna relación con ellos no presta atención al trabajo que le corresponde y lleva a cabo prácticas deshonestas y perversas, lo que digan de él será más severo y es posible que incluso lo condenen. ¿Acaso no es esta una manifestación de hablar y actuar según los sentimientos? ¿Son imparciales las personas que viven según sus sentimientos? ¿Son honradas? (No). ¿Cuál es el problema con la gente que habla según sus sentimientos? ¿Por qué no puede tratar a otros de manera justa? ¿Por qué no puede hablar según los principios-verdad? Las personas que tienen dos caras y nunca basan sus palabras en hechos son perversas. No ser imparcial al hablar, expresarse siempre según los sentimientos de uno y por beneficio propio y no según los principios-verdad, no pensar en la obra de la casa de Dios y limitarse a proteger los sentimientos personales, la fama, las ganancias y el estatus personales de uno; este es el carácter de los anticristos. Así es como hablan los anticristos; todo lo que dicen es perverso, trastornador y perturbador. Los que viven entre las preferencias y los intereses de la carne viven entre sus sentimientos. Los que viven según sus sentimientos son los que no aceptan ni practican la verdad en absoluto. Los que hablan y actúan según sus sentimientos no tienen ninguna realidad-verdad en absoluto. Si estas personas se convierten en líderes, serán falsos líderes o anticristos sin duda alguna. No solo son incapaces de hacer ningún trabajo real, sino que también pueden tomar parte en diversas acciones malvadas. Decididamente, las descartarán y castigarán.

V. Problemas relacionados con codiciar las comodidades de la carne

Codiciar las comodidades de la carne también es un problema grave. ¿Cuáles creéis que son algunas de las manifestaciones de codiciar las comodidades de la carne? ¿Qué ejemplos podéis aportar a partir de lo que habéis visto en vuestras propias experiencias? ¿Cuenta disfrutar de los beneficios del estatus? (Sí). ¿Algo más? (Preferir tareas fáciles a las difíciles cuando se desempeña el deber, y querer siempre optar por el trabajo liviano). Al hacer un deber, la gente siempre escoge el trabajo liviano, el menos cansado y que no implique desafiar los elementos a la intemperie. Es decir, elegir trabajos fáciles y eludir los complicados y se trata de una manifestación de codicia de las comodidades de la carne. ¿Qué más? (Quejarse siempre cuando el deber es un poco duro, un poco agotador, cuando implica pagar un precio). (Preocuparse por la comida y la ropa, y por los placeres carnales). Todas estas son manifestaciones de codicia de las comodidades de la carne. Cuando una persona así ve que una tarea es demasiado laboriosa o arriesgada, se la endosa a otra; se limita a hacer el trabajo con tranquilidad, y pone excusas, dice que tiene escaso calibre, que le falta capacidad de trabajo y no puede emprender esta tarea, si bien el verdadero motivo es que codicia las comodidades de la carne. No desea sufrir, sea cual sea el trabajo que haga o el deber que cumpla. Si le dices que una vez que finalice la tarea habrá cerdo estofado para comer, la hace con mucha rapidez y eficacia, y no tienes que meterle prisa, presionarlo ni vigilarlo, pero si no hay cerdo estofado para comer y tiene que hacer horas extra en su deber, procrastina y se busca toda clase de razones y excusas para posponerlo, y tras hacerlo durante un tiempo, dice: “Me siento aturdido, tengo la pierna entumecida, ¡estoy agotado! Me duele todo el cuerpo, ¿puedo descansar un rato?”. ¿Cuál es el problema? Codicia las comodidades de la carne. También están los que siempre se quejan de las dificultades mientras hacen su deber, que no quieren esforzarse, que, en cuanto tienen un pequeño tiempo muerto, descansan, charlan distraídos o disfrutan del ocio y el entretenimiento. Y cuando el trabajo se intensifica y rompe el ritmo y la rutina de sus vidas, se sienten infelices e insatisfechos por ello. Gruñen y se quejan, y se vuelven negligentes al hacer su deber. Esto es codiciar las comodidades de la carne, ¿verdad? Por ejemplo, para mantener su figura, algunas mujeres entrenan y reservan un horario fijo diario para su sueño reparador. Sin embargo, en cuanto hay mucho trabajo y estas rutinas se ven comprometidas, se sienten infelices, dicen: “Esto no es bueno; hacer este trabajo demora demasiado las cosas. No puedo permitir que afecte a mis asuntos personales. No prestaré atención a nadie que intente meterme prisa, iré a mi propio ritmo. Cuando sea el momento de hacer yoga, haré yoga. Cuando sea el momento de mi sueño reparador, tendré mi sueño reparador. Seguiré haciendo estas cosas igual que antes. No soy tan necia ni trabajo con tanto afán como todas vosotras. En unos pocos años os convertiréis en mujeres mayores de aspecto corriente, se os estropeará el cuerpo y ya no seréis esbeltas. Nadie querrá miraros y no tendréis confianza en la vida”. En aras de satisfacer su disfrute carnal, en aras de la belleza, de gustar a los demás y de vivir con mayor confianza, se niegan a renunciar a los placeres y preferencias de la carne, por muy ocupadas que estén haciendo deberes. Esto es entregarse a las comodidades de la carne. Algunos dicen: “Dios está preocupado y deberíamos ser considerados con Sus intenciones”. Sin embargo, estas mujeres dicen: “No he visto que Dios esté preocupado; mientras yo no me sienta ansiosa, con eso me vale. Si muestro consideración por las intenciones de Dios, ¿quién va a mostrar consideración por las mías?”. ¿Tienen esas mujeres algo de humanidad? ¿Acaso no son diablos? También hay ciertas personas que, por muy atareado y urgente que sea su trabajo, no van a permitir que afecte a cómo visten ni a la ropa que se ponen. Dedican horas a diario al maquillaje y recuerdan con la misma claridad que su propio domicilio la ropa que se van a poner cada día para que vaya a juego con cierto par de zapatos, y cuándo someterse a tratamientos de belleza y recibir masajes; en estas cosas no se confunden en absoluto. Sin embargo, en lo que respecta a cuánta verdad entienden, qué verdades siguen sin entender o en cuáles no han entrado aún, qué cosas siguen manejando de manera superficial y sin lealtad, qué actitudes corruptas han revelado y otros problemas similares relativos a la verdad que conciernen a la entrada en la vida, no saben nada en absoluto sobre estas cosas. Cuando se les pregunta por ellas, son unas completas ignorantes. Sin embargo, en lo que respecta a los temas relacionados con los placeres de la carne, con comer, beber y el entretenimiento, de eso parlotean sin cesar, no hay manera de pararlas. Por muy ajetreado que sea el trabajo de la iglesia o muy ocupados que estén ellos en el deber, la rutina y la normalidad de sus vidas jamás se ven interrumpidas. Nunca descuidan ningún mínimo detalle de la vida de la carne y los controlan perfectamente, muy estrictos y serios. Sin embargo, al abordar el trabajo de la casa de Dios, por muy importante que sea el asunto, y aunque este pueda afectar a la seguridad de los hermanos y hermanas, lo abordan negligentemente. Ni siquiera se preocupan de aquellas cosas que competen a la comisión de Dios ni al deber que han de hacer. No asumen ninguna responsabilidad. Esto es entregarse a las comodidades de la carne, ¿no? ¿Son las personas que se entregan a las comodidades de la carne aptas para desempeñar un deber? En cuanto alguien saca el tema de hacer su deber o habla de pagar un precio y de sufrir penurias, no paran de negar con la cabeza. Tienen demasiados problemas, les embargan las quejas y están llenos de negatividad. Esas personas son inútiles, no están cualificadas para hacer su deber y se las debería descartar. En cuanto a la codicia por las comodidades de la carne, vamos a dejarlo aquí.

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