Las responsabilidades de los líderes y obreros (20) Parte 1
Punto 12: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprendan de ellas (VIII)
En la última reunión terminamos de hablar sobre la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros. ¿Os habéis comparado con el contenido de esta charla? ¿Habéis estado reflexionando sobre ella? Luego de escuchar Mi charla, aquellos que aman la verdad y tienen sentido de la rectitud y algo de humanidad son capaces de practicar algunas verdades después de entenderlas. Primero, pueden relacionar las verdades que entienden con su situación, examinarse a sí mismos en comparación con la verdad, identificar sus problemas y luego utilizar ciertos asuntos y entornos en su vida cotidiana y en el cumplimiento de sus deberes a fin de resolver dichos problemas. En lo que respecta a las verdades que entienden, captan progresivamente los principios que las personas deben practicar y acatar. Por un lado, logran una comprensión y conocimiento más profundos de sí mismos y, por otro, entienden de manera más práctica y precisa lo que la verdad realmente dice y contiene. Sin embargo, aquellos que no aman la verdad y sienten aversión por ella, por muchas verdades que escuchen, no tienen conciencia ni muestran ningún cambio. Su estado, su actitud al cumplir con su deber, los objetivos que persiguen, su estilo de vida y sus principios de ser una persona permanecen sin cambios. Continúan actuando a su antojo y viven como les place; estas verdades no influyen en ellos, no los llevan a reflexionar ni a conocerse a sí mismos hasta el punto de aborrecerse. Desde luego, si no llegan a ese punto, no son capaces de alcanzar un arrepentimiento genuino. Sin un arrepentimiento verdadero, no hay verdadera entrada y, sin esta, definitivamente no habrá un cambio de carácter. Por lo tanto, muchas personas que llevan varios años siendo creyentes, aunque también se reúnen, aunque cumplen con sus deberes, aunque escuchan sermones desde hace tiempo e interactúan con los hermanos y hermanas con frecuencia, no se conocen a sí mismas, no muestran cambios y su fe en Dios no crece en lo más mínimo. Siguen a Dios con las nociones y figuraciones que poseían en un comienzo, así como con la intención y el deseo de obtener bendiciones. Independientemente de cuántos años lleven creyendo en Dios, sus opiniones sobre la fe en Él, sus puntos de vista sobre las cosas, sus métodos de búsqueda, los objetivos que persiguen y sus enfoques al cumplir con sus deberes no han cambiado en absoluto. Sus revelaciones actuales y las manifestaciones que viven son el resultado de no perseguir la verdad. Hemos compartido doce de las responsabilidades de los líderes y obreros; sin embargo, el comportamiento de algunos de ellos no ha cambiado en absoluto, ni tampoco sus actitudes al cumplir con sus deberes y respecto a las exigencias de Dios. El contenido compartido sirvió para recordar, supervisar y estimular a aquellos que en cierta medida buscan la verdad y a aquellos que tienen algo de humanidad y cuya conciencia se percata un poco. Sin embargo, esto no ha tenido efecto alguno en aquellos que son más intransigentes, taimados y que no aceptan la verdad en absoluto. ¿Por qué sucede esto? Porque la actitud de estas personas hacia la verdad es de rechazo y repulsión. Por mucha verdad que se comparta, su postura sigue siendo la misma: “Al fin y al cabo, cumplo con mi deber y sigo a Dios; me entrego a Él de manera sincera. No importa cómo me comporte, ¡en tanto persevere hasta el final, puedo recibir bendiciones!”. ¿Tiene este tipo de pensamiento alguna razón? Nada teme quien nada tiene que perder, ¿no es así? ¿No refleja esto terquedad y negarse a arrepentirse pase lo que pase? (Sí).
La duodécima responsabilidad de los líderes y obreros es: “Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprendan de ellas”. Anteriormente, dividimos nuestra charla acerca de esta responsabilidad en doce puntos. El contenido de estos doce puntos se centra principalmente en la manera en que los líderes y obreros deben abordar y atender estos problemas cuando en la iglesia surgen diversas personas, circunstancias y cosas que causan trastornos y perturbaciones, con el objetivo de salvaguardar la obra de la casa de Dios y el orden normal de la iglesia, de modo que cumplan los roles que deben desempeñar y las responsabilidades que deben asumir. Hemos hablado sobre cada uno de los asuntos relacionados con la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros en detalle, compartiendo ciertas manifestaciones específicas de cada uno, y hemos citado algunos ejemplos concretos. En lo que respecta a los principios, el contenido compartido es sumamente práctico. Aunque los ejemplos proporcionados pueden no abarcarlo todo, se han compartido con claridad los problemas fundamentales de diversas personas, circunstancias y cosas. En concreto, como líderes y obreros, deberíais comprender este aspecto de la verdad a fin de resolver los diversos inconvenientes que surgen en la iglesia. En primer lugar, es necesario que encontréis las palabras que diseccionan la esencia de los problemas a partir del contenido compartido y que examinéis qué relación tienen con ellos. Una vez que se entiende la esencia de los problemas, es más fácil hallar las soluciones correspondientes y resolver estos problemas conforme a los principios-verdad. Antes de resolverlo, es crucial comprender la esencia del problema. Cuando la comprendas, también deberías entender y captar los principios para abordar dicho inconveniente. Ambos aspectos, tanto la esencia del problema como los principios para resolverlos, resultan indispensables y son temas que los líderes y obreros deben tener en claro. En lugar de aplicar preceptos y magnificar los problemas, solo con captar estos dos principios podrás resolver con precisión todos los inconvenientes y lidiar adecuadamente con las personas, las circunstancias y las cosas que atañen a diversos asuntos. En la actualidad, cuando algunos líderes y obreros lidian con ciertas cuestiones, en parte simplemente están siguiendo preceptos y en parte no logran captar la esencia de los asuntos, y esto puede llevar fácilmente a que agravien a las personas y provoquen irregularidades. Esto requiere una comprensión clara de los detalles, los pormenores y el contexto de los problemas. Además, es importante analizar el comportamiento recurrente de una persona para determinar de manera precisa a qué categoría pertenece. Solo al dominar estos aspectos es posible abordar los problemas conforme a los principios. Cuando realizan su labor, algunos líderes y obreros se limitan a aplicar preceptos para resolver los problemas y a magnificarlos. A su vez, no perciben la verdadera esencia de las personas involucradas, ya sean buenas o malas, ni si su comportamiento es habitual o se trata solo de una transgresión ocasional. Al no poder discernir estos aspectos, son muy propensos a cometer errores. En tales situaciones, si la iglesia tiene la posibilidad de votar, puede evitar algunos de esos errores a efectos prácticos. La existencia de estas irregularidades y equivocaciones en el trabajo de los líderes y obreros puede revelar de forma más evidente si poseen discernimiento y si manejan los asuntos según los principios. También revela si los líderes y obreros poseen la realidad-verdad. Si un líder u obrero que lleva muchos años creyendo en Dios no es capaz de manejar estos problemas reales, es suficiente prueba de que no persigue la verdad.
Después de comprender las responsabilidades que los líderes y obreros deben cumplir, los principios que deben seguir y el alcance de su labor, es necesario que volvamos al asunto de esta etapa de la enseñanza: desenmascarar a los falsos líderes. Este es el tema principal. En relación con la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros, el tema que compartiremos hoy son los aspectos del deber que los falsos líderes no cumplen y las manifestaciones de que no realizan un trabajo real. Primero, leamos el contenido de la duodécima responsabilidad. (Número doce: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprendan de ellas). La duodécima responsabilidad menciona claramente tres aspectos de la obra que los líderes y obreros deben comprender. ¿Qué relación tiene esto con desenmascarar a los falsos líderes? (Primero, debemos entender las diversas responsabilidades de los líderes y obreros en esta labor. Luego, contrastaremos si los falsos líderes han cumplido con ellas y cuáles son sus manifestaciones. Evaluarlo según esta norma resulta relativamente preciso). Así es. Para discernir si una persona es o no un falso líder no hay que mirar su rostro para ver si sus rasgos son buenos o malos, ni hay que mirar cuánto parece haber sufrido de cara al exterior ni cuánto ha corrido de aquí para allá. Antes bien, hay que mirar si cumple con las responsabilidades de los líderes y obreros y si sabe resolver problemas reales mediante la verdad. Este es el único criterio preciso para evaluarla. Es el principio para diseccionar, discernir y determinar si una persona es o no un falso líder. Solo así podrá ser la evaluación justa, en consonancia con los principios, conforme a la verdad y equitativa con todos. Calificar a alguien como falso líder o falso obrero, debe basarse en datos suficientes. No debe basarse en uno o dos incidentes o transgresiones, y ni mucho menos puede servir como base la revelación temporal de corrupción. Los únicos criterios precisos para calificar a alguien son si es capaz o no de hacer un trabajo real y resolver problemas con la verdad, si es o no una persona correcta, si es alguien que ama la verdad y capaz de someterse a Dios, y si tiene o no la obra y el esclarecimiento del Espíritu Santo. Solamente se puede calificar correctamente a alguien de falso líder o falso obrero en función de estos factores. Dichos factores son los criterios y principios para evaluar y determinar si alguien es un falso líder o falso obrero.
Las tres tareas que los líderes y obreros deben realizar dentro de la duodécima responsabilidad
I. Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que causan trastornos y perturbaciones
La duodécima responsabilidad de los líderes y obreros incluye tres tareas o pasos. Si al completar esta obra se siguen estos tres pasos, se mantendrán los principios de la misma y se habrán cumplido las responsabilidades de esta. ¿Cuáles son estas tres tareas? (Primero: detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de las iglesias. Segundo: pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas. Tercero: compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprendan de ellas). Estas tareas son las exigencias para los líderes y obreros en la duodécima responsabilidad. Para empezar, la primera exigencia para los líderes es detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y la vida de iglesia. Es detectarlas de forma inmediata y precisa, en lugar de reaccionar con lentitud e insensibilidad o emitir juicios ciegos e imprudentes; dichos juicios resultan inadmisibles. Debido a su poco calibre y su atolondramiento, algunos líderes y obreros podan y regañan a las personas de manera imprudente por asuntos triviales, las etiquetan arbitrariamente y las juzgan a ciegas sin acatar los principios. Esta forma de trabajar vulnera los principios-verdad. Por lo tanto, los líderes y obreros en la casa de Dios deben, al menos, ser capaces de discernir a las diversas personas, circunstancias y cosas. Solo con discernimiento serán capaces de identificar de manera rápida y precisa los diferentes problemas que surgen en la iglesia. ¿Cuál es el primer requisito para ser capaz de discernir a las diversas personas, circunstancias y cosas? En primer lugar, es necesario entender las exigencias de Dios hacia las distintas personas, así como la forma en que Él las define y los distintos estados que estas desarrollan. Además, es importante diseccionar cómo surgen los diversos estados negativos y cuáles son sus causas. Asimismo, se debe comprender el impacto de las diversas personas, circunstancias y cosas en la obra de Dios y el orden normal de la iglesia. ¿Cuál es el fundamento para cumplir con estas condiciones? ¿Qué trabajo deben asumir, ante todo, los líderes y obreros? Si los líderes y obreros se muestran altivos y distantes, si se comportan como burócratas, si no interactúan con los hermanos y hermanas ni captan sus diferentes estados, si no establecen un vínculo estrecho con los distintos tipos de personas y no las observan detenidamente ni las comprenden en profundidad, ¿es esto aceptable? Indudablemente no lo es. Algunos líderes y obreros a menudo se esconden en sus habitaciones y utilizan la devoción espiritual y la elaboración de artículos de testimonios vivenciales como excusas para ignorar y no captar la obra de la iglesia. A simple vista, parece que trabajan en asuntos de la iglesia al encerrarse en sus habitaciones, pero en realidad se han apartado de la obra de esta y del pueblo escogido de Dios. ¿Puede esta forma de trabajar resolver los problemas que existen en los diversos puntos de la obra de la iglesia? ¿Puede esto ayudar al pueblo escogido de Dios a cumplir con sus deberes adecuadamente? Cuando se encierran en sus habitaciones para redactar artículos vivenciales, ¿experimentan la obra de Dios? En consecuencia, este enfoque no es apropiado. De acuerdo con la duodécima responsabilidad, la labor primordial de los líderes y obreros es detectar con prontitud a las diversas personas, circunstancias y cosas que trastornan y perturban la obra de la iglesia en función de las palabras de Dios y los principios-verdad. Algunas personas preguntan: “¿Que los líderes y obreros estén profundamente involucrados en la vida de iglesia es solo para poder detectar con prontitud y precisión a los que causan perturbaciones y trastornos?”. ¿Es correcta esta interpretación? (No). Es una lectura distorsionada. Los líderes y obreros deben tener la actitud y el enfoque correctos hacia su trabajo y deberían también sumergirse en las bases. Solo de esta manera podrán detectar y resolver los problemas con prontitud y precisión. Si no se sumergen en las bases ni viven con el pueblo escogido de Dios, será muy difícil que detecten todos los problemas de la obra de la iglesia. Si solo son capaces de resolver unos pocos problemas después de que las personas hayan elaborado informes y buscado soluciones, el resultado de esta labor será muy limitado. La forma más errada de obrar de los líderes y obreros es aislarse y trabajar a puerta cerrada, como los antiguos eruditos, que se dedicaban por completo a estudiar los libros de los sabios e ignoraban por completo los asuntos del exterior. Esta actitud y estilo de vida son inaceptables en los líderes y obreros. Te encierras solo en tu cuarto, escuchas sermones, lees las palabras de Dios, redactas notas de devoción espiritual y escribes sermones, pero ¿acaso conocer algunas doctrinas y palabras significa que comprendes la verdad? ¿Quiere esto decir que entiendes las situaciones actuales y los verdaderos estados de las personas desenmascaradas por la verdad? (No). Por lo tanto, aunque una vida de devoción espiritual es fundamental para la labor de los líderes y obreros, lo más importante es que cuenten con los métodos de trabajo y el estilo de vida correctos.
II. Parar y restringir con prontitud a las personas malvadas
La segunda exigencia para los líderes y obreros planteada en la duodécima responsabilidad es que, al detectar a las diversas personas, circunstancias y situaciones que trastornan y perturban la obra de la iglesia, deben ser capaces de emitir juicios con prontitud y precisión. Es necesario que disciernan claramente la naturaleza de las distintas personas y circunstancias, y que entiendan la manera en que estas afectan la vida de iglesia, si amenazan, perturban o sabotean los estados, la entrada en la vida y el cumplimiento del deber del pueblo escogido de Dios, así como si influyen en los resultados de su desempeño de este. Los líderes y obreros deben juzgar y evaluar estos asuntos con prontitud y precisión; esa es su responsabilidad. Si carecen de la capacidad intelectual necesaria para esto y no cuentan con suficiente calibre, no serán capaces de llevar a cabo la obra de la iglesia. Además, es necesario que los líderes y obreros reaccionen y disciernan con agudeza a diversas personas, circunstancias y situaciones. Por ejemplo, cuando en la iglesia surgen conflictos y se producen diferentes trastornos y perturbaciones, eres incapaz de identificar el problema y piensas que no tiene importancia, lo que resultará en que muchas personas se verán afectadas y no cumplirán con sus deberes adecuadamente. ¿No estaríamos ante un líder u obrero adormecido y ciego? (Así es). Esto es un problema con los líderes y obreros. ¿Qué debes hacer cuando descubres que alguien está trastornando y perturbando la obra de la iglesia? Primero, debes comprobar la gravedad del asunto y evaluar y juzgar la esencia de tales personas, y el impacto y las consecuencias de dichos hechos en la obra y en la vida de iglesia. ¿En qué debería basarse tal juicio? En las palabras de Dios y en la verdad. Algunos dicen: “¿Cómo haces para basarlo en las palabras de Dios? A mí me parecen palabras vacías”. En realidad, no lo son. ¿Por qué lo digo? Cuando te enfrentas a tales cosas, o las ves o las escuchas, debes limitarte a compararlas con los asuntos puestos al descubierto por las palabras de Dios. Observa cómo las palabras de Dios dejan en evidencia y diseccionan a tales personas y asuntos, así como la manera en que Él describe estos problemas; por ejemplo, la forma en que desenmascara a los falsos líderes y a los anticristos, o cómo saca a la luz el carácter corrupto de diferentes personas, y demás. Luego, contrastas y diseccionas estos asuntos en función de esas palabras y, a través de la charla con los hermanos y hermanas y tus propias observaciones, podrás por fin evaluar y describir de manera precisa a las personas, circunstancias y cosas que ves, y formular las soluciones que correspondan. ¿Cómo se debe tratar a aquellas personas identificadas como quienes trastornan y perturban? No solo deben ser desenmascaradas y diseccionadas para ayudar a las personas a discernirlas, sino que también hay que pararlas y restringirlas, y hay que echar a aquellos que, a pesar de repetidas advertencias, sigan siendo incorregibles. ¿Qué métodos y enfoques específicos existen a fin de pararlas y restringirlas? (La poda y las advertencias). ¿Es la poda un buen método? (Sí). Exponer sus acciones, señalar sus problemas más graves, diseccionar su esencia y llamarles la atención, ¿no son todos métodos viables? Por supuesto, lo más importante es leerles las palabras de Dios y utilizarlas como fundamento para persuadirlos y diseccionarlos. En caso de que no acepten la verdad y se nieguen obstinadamente a reconocer sus errores, harán falta medidas más severas. Primero, reciben una advertencia; luego, se aplicarán los decretos administrativos de la iglesia para restringirlos y no se permitirá que se cometan fechorías imprudentemente y perturben a los hermanos y hermanas. Además, hay que podarlos y supervisarlos. Todos estos métodos son necesarios y garantizan que el trabajo de la iglesia se realice adecuadamente y que la gente logre la salvación y la guía hacia la senda correcta. Al aplicar estos métodos seguramente se lograrán buenos resultados. Por un lado, lo mínimo que se puede hacer es utilizar la verdad que las personas comprenden para persuadirlas y desenmascararlas, diseccionando su carácter y esencia, poniendo en evidencia la naturaleza de sus acciones y las graves consecuencias que estas pueden acarrear. El siguiente paso consiste en diseccionarlas y discernirlas a partir de las palabras de Dios y describirlas en función de ello. Por supuesto, lo mejor sería que siguieran el consejo, lo aceptaran y se arrepintieran. Ahora bien, ¿qué se debe hacer si se niegan a aceptarlo y continúan perturbando la obra de la iglesia? En tal caso, no hay necesidad de ser cortés. La casa de Dios cuenta con decretos administrativos y, a estas alturas, es necesario pararlas y restringirlas de acuerdo con dichos decretos. Si son creyentes recientes, de poca estatura y no comprenden la verdad, es posible socorrerlas con amor y puedes compartir la verdad para ayudarlas a conocerse a sí mismas. A aquellos que son capaces de aceptar la verdad y arrepentirse, no es necesario pararlos, restringirlos ni podarlos. Si no la aceptan, no se debe a que posean una base poco profunda o poca estatura y no entiendan la verdad, sino que el problema está en su humanidad. En esos casos, hay que utilizar la gestión y el castigo administrativos a fin de pararlos y restringirlos. El efecto final conseguido es defender la obra de la iglesia y el orden normal de la vida de iglesia, de modo que esta se desarrolle de manera organizada. A esto se lo llama enderezar las cosas, y es el resultado que los líderes y obreros deberían lograr en su labor. Solo al lograr este efecto cumplirán con su responsabilidad. Si los líderes y obreros ignoran los problemas que surgen y se limitan a responder de manera superficial con algunas palabras y doctrinas, o a regañar y podar de forma simple a quienes trastornan y perturban la obra de la iglesia con solo unas pocas palabras, ¿será posible resolver el problema? Esto no solo no resuelve el problema, sino que también conduce a un mayor caos en la iglesia: la mayoría de las personas pierden la voluntad de cumplir con sus deberes y, en mayor o menor grado, se sienten perturbadas, y esto afecta al cumplimiento de su deber. ¿Han cumplido tales líderes y obreros con su responsabilidad? (No). Esto demuestra que estos líderes y obreros no son competentes en su labor.
III. Exponer las acciones malvadas de las personas malvadas para que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento y aprenda lecciones
De acuerdo con la duodécima responsabilidad, la tercera exigencia para los líderes y obreros es que, cuando abordan los trastornos y perturbaciones que causan las personas malvadas, deben comer y beber de las palabras de Dios junto con el pueblo escogido de Dios a fin de reflexionar y conocerse a sí mismos y lograr un cambio de rumbo auténtico. Deben ser capaces de guiar al pueblo escogido de Dios para que entre en la realidad-verdad, se despoje de su carácter corrupto y logre seguir a Dios, someterse a Él y dar testimonio de Él. Únicamente este tipo de labor está en consonancia con Sus intenciones. Por un lado, aquellos líderes y obreros que trabajan de esta manera son capaces de resolver problemas y de equiparse de la verdad mientras lo hacen. Por otro, cuando resuelven los problemas a través de compartir la verdad, ayudan a los hermanos y hermanas a entenderla, a saber cómo reflexionar sobre sí mismos y conocerse, a despojarse de su carácter corrupto, a cumplir bien con sus deberes, a saber cómo discernir y tratar a las personas, a lograr seguir y someterse a Dios, a que los demás no los limiten y a mantenerse firmes en su testimonio. En esto consiste cumplir bien con los deberes de los líderes y obreros, y es el principio que deben practicar para resolver los problemas mientras llevan a cabo la obra de la iglesia. Independientemente de los problemas que surjan en la iglesia, lo primero y principal es que los líderes y obreros busquen la verdad, capten las intenciones de Dios y busquen Su guía juntos. Luego, deben buscar aquellas palabras de Dios que sean pertinentes para resolver los diferentes problemas que existen. A medida que resuelven los problemas, los líderes y obreros deben hablar más con los hermanos y hermanas sobre esas palabras pertinentes de Dios y comprender la esencia de los problemas a partir de ellas. Para discernir estos asuntos, también deben hacer que el pueblo escogido de Dios comparta su propio entendimiento. Una vez que la mayoría sea capaz de tener el mismo entendimiento y llegue a un consenso, resultará más fácil resolver los problemas. Mientras los solucionas, no repitas los acontecimientos una y otra vez ni persigas detalles nimios y tampoco culpes a las personas involucradas en los problemas. Al principio, no te centres en cuestiones menores. En su lugar, comparte la verdad con claridad, porque esto revelará la naturaleza de los problemas. Solo este enfoque ayuda al pueblo escogido de Dios a aprender a discernir los problemas en función de las palabras de Dios, a obtener discernimiento a partir de las personas, acontecimientos y cosas que surgen, y a aprender lecciones prácticas de ellos. También les permite comparar las palabras y doctrinas que normalmente entienden con la vida real y comprender realmente la verdad. ¿No es esto lo que deberían hacer los líderes y obreros? Guiar al pueblo escogido de Dios para que entre en la realidad-verdad implica fundamentalmente usar la verdad para resolver las nociones y figuraciones de este y su carácter corrupto. Este enfoque produce los mejores resultados. Cuanto más capaces sean los líderes y obreros de usar la verdad para resolver los problemas, más fácilmente podrá comprenderla el pueblo escogido de Dios. De esta manera, sabrá cómo practicar y aplicar la palabra de Dios en la vida real. Si los líderes y los obreros guían con frecuencia al pueblo escogido de Dios a fin de resolver problemas reales, podrán conducirlo a la realidad-verdad y también le permitirán integrar la palabra de Dios a sus rutinas diarias. Algunas personas dicen: “¿No es un requisito demasiado exigente para los líderes y obreros? ¿Cómo podemos tener tanto entendimiento?”. Quizás no lo tuvieras antes, pero ¿no puedes aprender y practicar para lograr este resultado? Esta es la forma en que la obra de Dios forma a los líderes, obreros y a Su pueblo escogido para entrar en la realidad-verdad. Si no sabes cómo hacerlo, puedes aprender y practicar. Sin importar los problemas que surjan, debes aprender a reflexionar sobre ti mismo y conocerte en función de las palabras de Dios; este es el proceso de práctica. Después de practicar varias veces y obtener resultados, tendrás una senda y sabrás cómo practicar la verdad. Cuando Dios viene a obrar, esta es la manera en la que guía a las personas para que aprendan a entrar en la realidad-verdad. Los líderes y obreros deben comunicarse con los hermanos y hermanas a menudo, enfrentar los problemas con ellos, resolverlos juntos y realizar la obra de la iglesia de manera adecuada. ¿Cómo deben los líderes de la iglesia guiar al pueblo escogido de Dios? La principal manera es guiándolo para identificar y solucionar problemas en la vida real, a practicar y experimentar las palabras de Dios en su vida real, de modo que no solo sea capaz de poner en práctica la verdad, sino también de discernir tanto las cosas negativas como las personas negativas, es decir, los falsos líderes, los falsos obreros, las personas malvadas, los incrédulos y los anticristos. El propósito de discernir a diversas personas es resolver problemas. Solo al solucionar por completo las perturbaciones que causan las personas malvadas y los anticristos, puede la obra de la iglesia avanzar sin obstáculos y se cumplirá en la iglesia la voluntad de Dios. Al mismo tiempo, ocuparse de la gente malvada sirve de advertencia para evitar cometer errores o hacer el mal, lo que le permite a uno lograr temer a Dios y apartarse del mal. De esta manera, no solo llevas a cabo bien tu deber y obtienes la entrada en la vida, sino que también comprendes la verdad y entras en la realidad-verdad. ¿Acaso no es esto matar dos pájaros de un tiro? Cuando entiendes la verdad y puedes resolver problemas, esto demuestra que posees el calibre para ser un líder u obrero y que cumples con los requisitos para ser cultivado en la casa de Dios. Por consiguiente, debes tomar la iniciativa y guiar a los hermanos y hermanas para que aprendan a discernir a diversas personas, acontecimientos y cosas de la vida real, logren comprender la verdad, sepan cómo tratar a todo tipo de personas que trastornan y perturban la obra de la iglesia, conozcan cómo practicar la verdad, traten a las diferentes personas de acuerdo con los principios y compartan la verdad para resolver problemas. Esta es tu responsabilidad. Al practicar de esta manera, entras en la realidad de las palabras de Dios. De cada asunto que se presente en tu vida real, obtendrás lecciones, obtendrás discernimiento y comprenderás las intenciones de Dios, teniendo principios de práctica que atañen a cómo manejar situaciones, tratar a las personas y cumplir con tus deberes. De este modo, serás capaz de practicar la verdad. Dios les exige a las personas que logren tales resultados. Por lo tanto, sin importar el asunto que surja, siempre debes aprender tu lección y desarrollar discernimiento; no puedes dejarlos escapar, ni tampoco puedes perderte ninguna oportunidad de aprender tu lección y desarrollar discernimiento. Dado que ha ocurrido algo, no debemos abordarlo con una actitud negativa y acusadora; en cambio, debemos afrontarlo con actitud positiva. ¿Cómo se hace eso? Buscando la verdad para resolver el problema. Todo el mundo tiene un carácter corrupto, y su humanidad puede ser buena o malvada, así pues ¿cómo podrían no surgir problemas cuando la gente se reúne? ¿Cuál debería ser tu actitud, dado que Dios ha dispuesto este entorno para ti, que te ha mostrado a las personas, los acontecimientos y las cosas que existen a tu alrededor? Gracias a Dios por disponer estos diversos problemas frente a ti. Te está dando la oportunidad de practicar y aprender lecciones y de entrar en la realidad-verdad. Como líder y obrero, debes también agradecerle a Dios por brindarte tal oportunidad. No importa a qué problemas te enfrentes, debes guiar a los hermanos y hermanas para que aprendan a discernir, obtengan lecciones y obtengan conocimientos junto a ti. Además, debes llevarlos contigo a reflexionar y entender qué nociones y figuraciones tienen las personas respecto al problema, qué puntos de vista distorsionados existen, qué lecciones se han aprendido al afrontar esta situación, qué nociones y opiniones erróneas se han resuelto y qué verdades se han comprendido en última instancia. Así es como se debe experimentar la obra de Dios, sin pasar por alto ningún asunto. Si has experimentado la obra de Dios durante varios años y has resuelto muchos problemas, verás que las palabras de Dios son toda la verdad y que sin duda pueden purificar a las personas y salvarlas de la influencia de Satanás. Cuando las personas entienden y obtienen la verdad, verán que las palabras de Dios se cumplen y se llevan a cabo por completo. Cuando el pueblo escogido de Dios sea capaz de practicar y experimentar las palabras de Dios, podrá incorporar Sus palabras en su vida real, utilizarlas correctamente para contemplar a las personas y los asuntos, y medir a las personas y todo lo que hacen según la palabra de Dios, en lugar de confiar en aquello que ven, en lo que sienten y menos aún en nociones y figuraciones. Una vez que aprende estas lecciones, le resulta más fácil vivir según las palabras de Dios, y puede vivir a menudo en Su presencia. Así, los líderes y obreros cumplen plenamente con los estándares de su labor y llevan a cabo sus responsabilidades. Solo cuando los líderes y obreros realizan su trabajo de manera exhaustiva, puede el pueblo escogido de Dios alcanzar estas ganancias. Si en gran parte de las situaciones con las que te encuentras no sabes cómo guiar a los hermanos y hermanas para que aprendan lecciones y no puedes discernir a las diversas personas, acontecimientos y cosas, eres una persona ciega, un atolondrado torpe y estúpido. Ante tales situaciones, no solo te verás abrumado, sin saber cómo manejarlas y sin ser apto para esta labor, sino que esto también repercutirá en la manera en la que los hermanos y hermanas experimentan a estas personas, acontecimientos y cosas. Si no lidias con las situaciones como corresponde, si no haces ningún trabajo, ni mencionas nada de lo que deberías para compartir la verdad, y eres incapaz de decirles algo beneficioso o edificante a los demás, entonces, cuando muchos se enfrenten a estas personas, acontecimientos y cosas que causan trastornos y perturbaciones, no solo no podrán aceptar estos asuntos de parte de Dios ni abordarlos de manera positiva y activa y aprender lecciones de ellos, sino que sus nociones y su cautela con respecto a Dios se agravarán cada vez más, al igual que su desconfianza y su sospecha hacia Él. ¿No es esta la consecuencia de que los líderes y obreros carezcan de la realidad-verdad y no puedan usar la verdad para resolver los problemas? ¿No evidencia esto que los líderes y obreros no son capaces de realizar un trabajo real? No has llevado a cabo la obra de la iglesia como es debido, no has cumplido la comisión que Dios te confió, no has desempeñado las responsabilidades de los líderes y obreros, y tampoco has guiado a los hermanos y hermanas para que se alejen del poder de Satanás, y siguen viviendo bajo un carácter corrupto y las tentaciones de Satanás. ¿Acaso no estás retrasando la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios? ¡Les causas un gran daño a las personas! Como líder u obrero, deberías aceptar la comisión de Dios para guiar a los hermanos y hermanas ante Él, para permitirle al pueblo escogido de Dios que coma y beba de Sus palabras, logre comprender la verdad y cumpla con sus deberes de acuerdo con los principios, y así fortalezca su fe en Dios. Además de no haber practicado de esta manera, tampoco has frenado ni resuelto las perturbaciones que causan las personas malvadas, y has perjudicado la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Después de creer en Dios tantos años, no ha progresado y tampoco ha comprendido la verdad ni adquirido ningún conocimiento de Él, sino que incluso, ha desarrollado muchas nociones y malentendidos sobre Dios, sin una sumisión real en absoluto. ¿Acaso todo lo que has hecho no es trastornar y perturbar la obra de Dios? No solo no has guiado al pueblo escogido de Dios hacia la realidad-verdad ni lo has protegido; sino que has permitido que las personas malvadas lo perturben y que los anticristos lo desorienten y lo controlen. ¿Acaso no has hecho cosas que hieren a tu propio pueblo y complacen a tus enemigos? ¿No estás siendo ayudante y cómplice del mal? Has trabajado durante mucho tiempo; no obstante, además de no haber conseguido resultados positivos, has hecho que la distancia entre los hermanos y hermanas y Dios sea cada vez mayor y, al haber permitido que el pueblo escogido de Dios haya creído en Él durante años sin entender la verdad ni saber discernir los trastornos y perturbaciones de las personas malvadas, has afectado de manera muy significativa a su entrada en la vida. ¿Cuál es el problema aquí? ¿No es esto hacer demasiado mal? Independientemente de la obra que los líderes y obreros realicen, si no pueden actuar conforme a las exigencias de Dios ni manejar los asuntos y resolver los problemas según los principios-verdad, su impacto repercutirá más allá de ellos mismos o de unas pocas personas: afectará a la obra de la iglesia, a la entrada en la vida de todo el pueblo escogido de Dios en la iglesia, a sus resultados en el cumplimiento del deber, a los resultados de la divulgación del evangelio del reino, e incluso a si el pueblo escogido de Dios puede salvarse y entrar en Su reino; todos estos ámbitos podrían verse afectados. Algunas personas creen en Dios, pero siguen a falsos líderes y anticristos, y esto los conduce a la ruina. Lo mismo sucede en el caso de las personas en círculos religiosos, a las que los pastores y ancianos desorientan y controlan, y a consecuencia de ello no logran recibir a Dios en Su regreso y, en cambio, son abocados al desastre. Todo esto es cierto y demostrable. ¡Por eso, la capacidad de discernir a falsos líderes y anticristos es extremadamente beneficiosa para la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios!
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