Las responsabilidades de los líderes y obreros (20) Parte 4
Hoy en día, diversas personas de la iglesia ya han sido reveladas y agrupadas según su tipo. Todas deben ser catalogadas de acuerdo con su tipo, y en la casa de Dios existen principios y decretos administrativos que regulan cómo tratar y manejar a los diferentes tipos de personas. Dios tiene paciencia, tolerancia, misericordia y bondad, así como también un carácter justo. Sin embargo, no debemos olvidar que Dios también muestra su ira y su majestad. Algunas personas dicen: “Dios quiere que todas las personas se salven y que nadie sufra la perdición”. Esto es cierto, pero Dios desea que “todas las personas” se salven, no todas las cosas ni todos los diablos. Cuando las personas sufren la perdición, Dios siente tristeza y dolor. Cuando los demonios sufren la perdición, es su final justo y un castigo merecido, y Dios no se entristece por ellos. Este es el carácter de Dios y Su principio para tratar a las personas. La gente siempre desea contradecir a Dios y piensa que esos incrédulos, personas malvadas y anticristos también son humanos, que aquellos que trastornan y perturban sistemáticamente la obra de la iglesia, quienes luchan por el estatus y establecen reinos independientes y los que se entregan constantemente a la promiscuidad también son humanos. Creen que todos estos tipos diabólicos son parte del pueblo escogido por Dios. ¿No es esto absurdo? ¿Acaso no se opone esto a los deseos de Dios? Debido a que sus puntos de vista sobre los asuntos contradicen por completo las palabras de Dios y la verdad, sus opiniones sobre diversos individuos negativos, diablos y satanases son totalmente opuestas a Sus palabras y difieren en gran medida. Dios nunca ha tratado a los diablos que siguen a Satanás como humanos. ¿Cómo define Dios a estas personas? Son bestias y lacayos del diablo Satanás. Los falsos líderes, motivados por sus buenas intenciones y un amor atolondrado y guiados por sus propios pensamientos ilusorios, tratan a estos incrédulos, diablos y lacayos de Satanás como si fueran hermanos y hermanas. Por lo tanto, les manifiestan mucho amor, son bondadosos con ellos y los ayudan y los respaldan constantemente. El resultado es que, como los falsos líderes brindan su apoyo, su ayuda y su liderazgo a esas personas, los verdaderos hermanos y hermanas, a quienes Dios quiere salvar, resultan seriamente perturbados; la vida de la iglesia nunca puede ir por el camino correcto y los hermanos y hermanas no pueden comer ni beber de las palabras de Dios con normalidad ni compartir la verdad sin que las personas malvadas los perturben. ¿No es este el “logro” de los falsos líderes? Su “logro” es sumamente significativo: no solo no pueden proteger a los hermanos y hermanas, sino que también se dan el lujo de respetar y resguardar injustificadamente a esas personas malvadas y anticristos. ¿No trastorna esto la obra de la iglesia? La naturaleza de los falsos líderes que hacen esto es trastornadora y, sin embargo, estos creen que están protegiendo la obra de la iglesia y ayudando y apoyando al pueblo escogido de Dios. ¿Qué opina Dios de sus acciones? ¡Dios los detesta, los detesta en gran medida! No realizan un trabajo real, sino que se centran en salvaguardar a las personas malvadas y actúan como lacayos de Satanás. Esto provoca que el pueblo escogido de Dios —los que aman la verdad— no pueda recibir el apoyo y el sustento de la iglesia a pesar de vivir la vida de iglesia, y desee cumplir con sus deberes aun sin tener una garantía de seguridad. Los falsos líderes ignoran por completo estas cuestiones y piensan: “Trato a todos por igual, ¿por qué os quejáis? ¿Qué tengo que hacer exactamente para satisfaceros? En esto consiste tratar a la gente justamente. ¡Es que sois muy exigentes y es difícil complaceros! De todos modos, soy responsable ante Dios. ¡Estoy haciendo todo esto ante Dios!”. Al lanzar tal retórica, ¿no demuestran ser incapaces de entrar en razón? ¿No son extremadamente necios? Efectivamente, son totalmente incapaces de razonar y extremadamente necios. La casa de Dios habla todos los días sobre cómo Dios salva a la especie humana, pero los falsos líderes nunca comprenden las palabras de Dios. Piensan que, sin importar quién sea la persona, más allá de cuál sea su esencia, de cuán malvados hayan sido sus actos y de cuán malévola sea su humanidad, bajo la guía de las palabras de Dios y con la ayuda del apoyo afectuoso de la gente, con el tiempo se arrepentirá y dará marcha atrás. ¿No es una opinión completamente errónea? (Sí). Además de comprender las palabras de Dios de una manera gravemente falaz, los falsos líderes también fingen que comprenden las intenciones de Dios y, al pensar de manera unilateral y actuar en función de sus propios deseos egoístas, son bondadosos y cariñosos con las personas malvadas y los anticristos. ¿Y cuál es el resultado? Terminan protegiendo a las personas malvadas y a los anticristos, se convierten en sus cómplices y les brindan oportunidades y un espacio fértil para que trastornen y perturben la obra y la vida de la iglesia. Entre tanto, ignoran a los hermanos y hermanas que verdaderamente necesitan protección y jamás les preguntan: “¿Qué opináis sobre tener en la iglesia a estas personas malvadas y anticristos o a aquellos que desahogan su negatividad y difunden nociones? ¿Estáis de acuerdo con que permanezcan en ella? ¿Estáis dispuestos a cumplir con vuestros deberes y vivir la vida de iglesia junto a ellos?”. Nunca les preguntan a los hermanos y hermanas cómo se sienten respecto a nada de esto. ¿Qué os parece? ¿No son estos líderes y obreros sumamente despreciables? Actúan bajo la bandera de ser líderes y obreros y ostentan tales títulos, pero en realidad están haciendo la labor de salvaguardar a Satanás y a sus lacayos. ¡Es verdaderamente triste! Si dices que esos líderes y obreros tienen un calibre escaso y no hacen un trabajo real, puede que no estén convencidos. Se sentirán agraviados; como piensan que están todo el día ocupados y no son holgazanes, ¿cómo es posible que no realicen un trabajo real? Pero, de acuerdo con sus manifestaciones —no creen que un grupo sea más importante que el otro, piensan que ambos deben ser tratados de la misma manera, utilizan el trato justo como excusa para permitir que las personas malvadas y aquellos que trastornan y perturban sometan a los demás en la iglesia y dejan que diversas acciones malvadas se repitan en ella—, ¿qué son estos líderes y obreros? A juzgar por la manera en la que actúan, sus modos y principios de trabajo, así como por sus motivaciones para hacer labores, son indiscutiblemente falsos líderes y necios atolondrados. ¿Es certero decir esto? (Sí).
En la sociedad, sin importar de qué grupo o clase se trate, no se distingue a las personas malvadas de las buenas, y mucho menos se habla de la manera en la que Satanás las corrompe ni de la esencia de la especie humana corrupta; ni siquiera diferencian el bien del mal. No obstante, en la casa de Dios, todo se fundamenta en las palabras de Dios; la verdad nunca cambia y las palabras de Dios lo logran todo. En la iglesia, Sus palabras revelan a todo tipo de personas y todas ellas se agrupan de manera natural según su clase. Todos los tipos de personas deberían aprovecharse al máximo en función de su humanidad, sus aspiraciones y su esencia. ¿Es esto clasificar a las personas por rangos? No se trata de clasificarlas por rangos, sino de categorizarlas. Cada una debería ser agrupada según su tipo y deben ocupar el lugar que les corresponde. Mezclarse no es aceptable; es temporal y tiene un límite de tiempo. Por ejemplo, cuando la cizaña y el trigo están mezclados, si arrancar la cizaña afecta al trigo y podría hacer que este muera, no es el momento de arrancarla aún. Sin embargo, no arrancarla no significa que no esté categorizada. Entonces, ¿cuándo hay que arrancarla? En el momento adecuado; Dios preparará el momento. Ahora es el momento de agrupar a cada uno según su tipo; hay que categorizar a todos los tipos de personas. Esto es necesario. ¿Por qué debe llevarse a cabo este trabajo? Desde un enfoque teórico, se fundamenta en las palabras de Dios; desde el enfoque de la situación actual, es necesario hacerlo, tiene un valor práctico y es esencial. Cuando arrancar la cizaña no afecta al trigo, hay que arrancarla y separarla de este. Si a los incrédulos y a las personas malvadas —los que equivalen a la cizaña— se los trata como a hermanos y hermanas, es demasiado injusto para todos los hermanos y hermanas que se esfuerzan sinceramente por Dios. Por un lado, las personas malvadas que trastornan y perturban la obra de la iglesia a menudo los perturbarán, los influenciarán y les harán daño. Y, por otro, algunos individuos que carecen de suficiente estatura no comprenden la verdad y pueden verse limitados, volverse negativos y débiles, o incluso tropezar al entrar en contacto con personas malvadas que trastornan y perturban. Además, todo lo que hacen aquellos que trastornan y perturban y cada palabra que pronuncian genera caos, desorden y situaciones alborotadas. La situación más realista es que, al cumplir con un deber o realizar alguna tarea, cometen fechorías de manera imprudente y no siguen los principios, lo que genera un desperdicio enorme de mano de obra y de recursos materiales y financieros y que no se logre ningún resultado. ¿Qué sucede al final? Cuando los destituyen, todos deben pagar por sus hechos malvados. Es necesario volver a realizar el trabajo; y la mano de obra, los recursos materiales, el tiempo y la energía sumamente valiosa de todos los que se esforzaron antes de destituir a esas personas se desperdician debido a sus fechorías irresponsables y no pueden ser compensados. ¡El impacto negativo que le causaron a esta obra es inmenso! Nadie puede asumir esta responsabilidad. Incluso si más adelante se realiza el trabajo de manera adecuada, nadie podrá compensar las pérdidas anteriores. Algunas personas sugieren que paguen por ello con dinero; también deberían hacerlo, pero ¿puede acaso el dinero comprar el tiempo? ¿Puede el dinero comprar el tiempo y la energía de los hermanos y hermanas, o el precio sincero que pagaron? No, no es posible. ¡No tienen precio! Independientemente de la cantidad de personas que causen trastornos y perturbaciones en la iglesia, las consecuencias son inestimables. La entrada en la vida de numerosos hermanos y hermanas se verá afectada. La pérdida es considerable y no es posible compensarla. ¿Puede compensarse la pérdida en la vida de los hermanos y hermanas? ¿Quién pagará por esta pérdida? Por lo tanto, es necesario depurar a estas personas malvadas. No son del mismo tipo que los hermanos y hermanas que persiguen la verdad; pertenecen al séquito de los diablos y Satanás, vienen a la casa de Dios para perturbar y destruir. Si no se los echa, jamás podrá garantizarse la obra de la iglesia ni el orden de la vida de esta. No importa cuántas personas formen un grupo determinado, mientras haya una sola persona entre ellas que trastorne y perturbe —alguien que comete hechos malvados con imprudencia, que nunca maneja los asuntos conforme a los principios, que jamás acepta las cosas positivas ni la verdad, que no escucha a nadie, que actúa a su antojo arbitrariamente sin importar si posee estatus o poder y que, en esencia, es un Satanás viviente— tal persona, mientras permanezca en la iglesia, tarde o temprano le causará grandes perturbaciones y destrucción a su obra. Cuando llegue el momento de echarlos y lidiar con ellos, ¡muchas personas tendrán que sanear las consecuencias malvadas y las situaciones caóticas que han causado! Por lo tanto, echar o expulsar a estas personas malvadas y anticristos constituye una tarea importante que los líderes y obreros deben llevar a cabo y no pueden tomar a la ligera. Sin embargo, los falsos líderes son amables y cariñosos con quienes deberían ser echados o expulsados, hacen la vista gorda ante sus hechos malvados, los toleran y los acogen como hermanos y hermanas, e incluso ven a aquellos que les son útiles como personas talentosas y los cultivan y los usan. No importa cuántas cosas malas hagan, los falsos líderes encuentran excusas para exonerarlos e incluso les brindan ayuda y apoyo amorosos. ¿No es esto, en cierto modo, un trastorno deliberado? (Sí). ¡Los falsos líderes actúan en función de sus propias ideas, su bondad y su entusiasmo, lo que, en última instancia, le causa enormes problemas a la iglesia y al pueblo elegido de Dios! Si estas personas malvadas tienen poder, los desastres y consecuencias que le traen a la iglesia son incalculables.
En la actualidad, existe un precepto en la casa de Dios que establece que, sin importar quién cometa fechorías, siempre que le cause una pérdida a la casa de Dios, debe compensarla. Si esta es demasiado grande y las consecuencias son graves, ¿puede resolverse el problema compensándolo únicamente con dinero? Algunas pérdidas no pueden ser reparadas con ninguna cantidad de resarcimiento monetario; son irreparables e irrecuperables. Ahora, cada día es muy valioso y crucial. Una vez que el día pasa, ¿es posible recuperar ese tiempo? También es irrecuperable. ¿Por qué decimos que perderse ciertas cosas es un arrepentimiento de por vida? Precisamente porque el tiempo no se puede recuperar. ¿Qué quiero decir con esto? Es mejor prevenir los problemas antes de que ocurran, en lugar de gastar dinero para resolverlos después de que se den. Esta es la mejor manera de solucionar problemas. “Cerrar la puerta del establo cuando el caballo ya se ha escapado” es el último recurso. Es preferible realizar ciertas labores preventivas antes de que pasen cosas. Esto significa que, antes de que ocurran trastornos y perturbaciones, los líderes y obreros deben discernir con claridad y conocer de manera exhaustiva los diversos tipos de personas en la iglesia, y observar cuidadosamente y captar con prontitud sus estados, actitudes y aspiraciones, así como sus comportamientos y opiniones durante el cumplimiento de su deber, a fin de garantizar que todos los hermanos y hermanas cuenten con un entorno para desempeñar sus deberes y una vida de iglesia normales. De esta manera será posible que la obra de la iglesia pueda progresar de manera ordenada. Estas son las responsabilidades de los líderes y obreros. Por supuesto, los falsos líderes no están a la altura de este trabajo; son necios atolondrados y personas inútiles. Ahora se les ha ocurrido una idea ingeniosa: “¡Cualquiera que no siga los principios y arruine el trabajo será multado! ¡Si un anticristo hace algo mal, se le impondrá una multa!”. Piensan que aplicar sanciones es la mejor solución y el mejor principio de práctica. Si todos los problemas pudieran resolverse de esta manera, ¿qué sentido tendría perseguir la verdad? ¿Por qué se le llama falso a un falso líder? Porque no comprende la verdad y confunde seguir preceptos con practicar la verdad, considera que las palabras y las doctrinas que comprende son la verdad y, cuando suceden cosas, no puede de ninguna manera encontrar la dirección ni los principios correctos y no es capaz de resolver los problemas desde la raíz. No entiende las palabras de Dios ni capta en absoluto lo que Dios quiere decir, pero aun así quiere trabajar y ser líder u obrero. ¡Qué idiotez! En este sentido, ¿cuál es la principal manifestación de un falso líder? No puede desentrañar la esencia de los diferentes tipos de personas que trastornan y perturban la obra de la iglesia, no es capaz de categorizarlas y, mucho menos, de ocuparse de ellas y manejarlas conforme a los principios. En la mente de un falso líder, todo esto es un caos confuso. Especula sobre las palabras de Dios y lo que Él quiere decir de acuerdo con su ímpetu y sus propias nociones y figuraciones. Al mismo tiempo, le impone a Dios su bondad, entusiasmo y figuraciones y nociones personales, pensando que todo eso se ajusta a la verdad y a Sus intenciones y que puede representar lo que Él desea. De este modo, se apoya en todo ello para trabajar y guiar al pueblo escogido de Dios. Esta es la principal manifestación de un falso líder. Concluimos aquí nuestra enseñanza sobre la segunda manifestación de los falsos líderes.
III. Los falsos líderes no exponen ni frenan a las personas malvadas
A continuación, hablaremos sobre la tercera manifestación de los falsos líderes, que es ignorar y no indagar acerca de las personas que trastornan y perturban la obra de la iglesia. Incluso en aquellas oportunidades en las que descubren que las personas malvadas y los anticristos perturban esta obra, no le prestan atención. La naturaleza de esta manifestación es más grave que las dos primeras. ¿Por qué se dice que es más grave? Las dos primeras manifestaciones están relacionadas con el calibre de los falsos líderes, pero esta última tiene que ver con su humanidad. Algunos falsos líderes tienen un calibre tan escaso que no pueden desentrañar la naturaleza de las perturbaciones y los trastornos de la obra de la iglesia. Otros, aunque logran detectar estos problemas, por desgracia no comprenden la verdad y no pueden lidiar con ellos ni resolverlos. Actúan en todo momento de acuerdo con sus propias ideas y entusiasmo, hacen lo que les gusta y en su corazón reflexionan: “Siempre y cuando realice la obra de la iglesia, no pasa nada. Respecto a quienes causan trastornos y perturbaciones, es asunto suyo y no tiene nada que ver conmigo”. También hay algunos falsos líderes que tienen un poco de calibre y pueden hacer algo de trabajo, y que conocen un poco los principios para manejar a cada tipo de persona. Sin embargo, tienen miedo de ofender a la gente, por lo que, cuando descubren a personas malvadas y a anticristos causando trastornos y perturbaciones, no se atreven a exponerlos, frenarlos ni limitarlos. Viven de acuerdo con filosofías satánicas y hacen la vista gorda a los asuntos que consideran que no tienen que ver con ellos. Les da completamente igual cuáles son los resultados de la obra de la iglesia, ni lo mucho que impacta al pueblo escogido de Dios en su entrada en la vida; consideran que tales cosas no tienen nada que ver con ellos. Por lo tanto, durante el mandato de ese falso líder, no se mantiene el orden normal de la vida de la iglesia, y no se protegen los deberes y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. ¿Cuál es la naturaleza de este problema? No es que esos falsos líderes no puedan hacer el trabajo porque sean de poco calibre, si no pueden hacer ningún trabajo real es porque su humanidad es escasa y carecen de conciencia y razón. ¿En qué sentido son falsos los falsos líderes? Carecen de la conciencia y razón de la humanidad; por lo que, durante el tiempo en que trabajan como líderes, el problema de las personas malvadas y los anticristos que trastornan y perturban el trabajo de la iglesia no se resuelve en absoluto. Algunos hermanos y hermanas se ven muy perjudicados, y la obra de la iglesia también sufre enormes pérdidas. Cuando este tipo de falso líder se da cuenta de un problema, cuando ve a una persona malvada o a un anticristo causando un trastorno o una perturbación, sabe cuál es su responsabilidad, lo que debe hacer y cómo debe hacerlo; sin embargo, no hace nada en absoluto e incluso se hace el tonto, lo ignora por completo y no informa del asunto a sus superiores. Finge que no sabe ni ve nada, permitiendo a las personas malvadas y anticristos trastornar y perturbar la obra de la iglesia. ¿Acaso no hay un problema con su humanidad? ¿Acaso no son de la misma calaña que las personas malvadas y los anticristos? ¿Cuál es el principio de su liderazgo? “No causo trastornos ni perturbaciones, pero no voy a hacer nada que ofenda ni dañe la dignidad de los demás. Si me caracterizan como un falso líder, seguiré sin hacer nada ofensivo. He de procurarme una vía de escape”. ¿Qué clase de lógica es esta? Es la lógica de Satanás. ¿Y qué clase de carácter es este? ¿Acaso no es muy taimado y falso? Una persona así no es en absoluto sincera en su trato con la comisión de Dios; siempre es astuta y evasiva en el cumplimiento de su deber, con muchos cálculos desagradables, pensando en ella misma para todo. No prestan la menor atención a la obra de la iglesia y no tienen conciencia ni razón alguna. Son fundamentalmente indignas de servir como líderes de la iglesia. Tales personas no se preocupan en lo más mínimo por la obra de la iglesia ni por la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Solo les importan sus propios intereses y disfrute; se centran exclusivamente en disfrutar los beneficios del estatus y no se interesan en absoluto por el estado en que se encuentra el pueblo escogido de Dios. ¿No son personas de lo más egoístas y despreciables? Aunque se den cuenta de que las personas malvadas y los anticristos perturban la obra de la iglesia, no prestan atención y actúan como si se trataran de asuntos que no tuvieran nada que ver con ellos. Es como un pastor que ve a un lobo devorando a una oveja, pero no hace nada y solo se preocupa por salvar su propia vida. Una persona así no es apta para ser pastor. Lo único que hace este tipo de falso líder es proteger al máximo su propia reputación, estatus, poder y los diversos beneficios que disfruta en el momento. En su corazón, no se siente responsable de la comisión de Dios, de la obra de la iglesia ni de la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, que son sus responsabilidades y deberes; nunca piensa en ello. Cree: “¿Por qué debe un líder hacer estas tareas? ¿Por qué no hacerlo lleva a que los hermanos y hermanas te poden, te condenen y te rechacen?”. No lo comprende y le resulta completamente indiferente. En Mi corazón, no importa lo educadas que parezcan este tipo de personas, o lo obedientes, lo taciturnas, trabajadoras y competentes; el hecho de que actúen sin principios y no asuman ninguna responsabilidad en el trabajo de la iglesia me obliga a verlas bajo una nueva luz. Por fin, he definido a este tipo de personas así: puede que no cometan grandes errores, pero son muy taimados y falsos; no asumen ninguna responsabilidad, ni defienden en absoluto el trabajo de la iglesia; no tienen humanidad. Los tengo por una especie de animal; por su astucia, son un poco como el zorro. La gente dice que los zorros son astutos, pero, de hecho, estas personas son incluso más astutas que los zorros. A simple vista, parece que no han cometido ninguna maldad, pero en verdad todo lo que dicen y hacen es en beneficio de su propia fama, provecho y estatus. Todas sus acciones tienen como objetivo disfrutar de los beneficios de su estatus, y no tienen consideración por las intenciones de Dios en absoluto. No resuelven en lo más mínimo los problemas que surgen en la obra de la iglesia, ni abordan cuestiones reales relacionadas con la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Estos falsos líderes no realizan ningún trabajo para guiarlo hacia la realidad-verdad. ¿Cuál es el verdadero objetivo de todo lo que realizan? ¿No es simplemente complacer a las personas y lograr que los tengan en alta estima? Tratan de que todos tengan una buena opinión de ellos y de no ofender a nadie, y así disfrutan de su reputación y de los beneficios de su estatus. Lo que provoca más odio hacia ellos es que ninguna de sus acciones contribuye a la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, sino que desorientan a las personas y hacen que los demás los admiren y los idolatren. ¿No son incluso más taimados y falsos que los zorros? Son auténticos falsos líderes de manual. Poseen el estatus de líder y ostentan tal título, pero no realizan ningún trabajo real, solo se ocupan de algunos asuntos generales visibles y superficiales, o hacen de mala gana parte del trabajo que lo Alto les asigna de forma especial. Si lo Alto no les encarga nada en especial, no se ocupan de ningún trabajo esencial de la iglesia. En cuanto a los asuntos relacionados con mantener la obra y el orden de la vida de la iglesia, tienen miedo de ofender a la gente y no se atreven a defender los principios. No resuelven ninguno de los problemas que se han acumulado en la obra de la iglesia e, incluso cuando notan que los anticristos y las personas malvadas malgastan los bienes de la casa de Dios, no hacen nada para frenarlos ni para limitarlos. En su interior, saben perfectamente que estas personas hacen el mal y perjudican los intereses de la casa de Dios, pero aun así se hacen los desentendidos y no dicen una palabra. Son individuos ladinos y falsos. ¿No son más taimados que los zorros? Por fuera se muestran amables con todos y no hacen nada que dañe a nadie, pero retrasan asuntos sumamente importantes como la entrada en la vida del pueblo elegido de Dios, la obra de la iglesia y la obra de difusión del evangelio. ¿Son dignos de ser líderes y obreros? ¿No son acaso lacayos de Satanás? ¿No son ellos quienes trastornan y perturban la obra de la iglesia? Aunque en apariencia no han cometido ningún mal evidente, las consecuencias de su manera de trabajar son aún más graves que cometer el mal. Entorpecen que la voluntad de Dios se cumpla, se resisten a Él y trastornan y perturban la obra de la iglesia. Perjudican al pueblo escogido de Dios y hasta son capaces de echar por tierra su esperanza de ser salvados. Decidme, ¿acaso no es esto cometer maldades? Esto es precisamente lo que hace una persona complaciente que no apoya los principios en absoluto. Quienes no entienden la verdad no pueden percibir plenamente las terribles consecuencias de la forma en la que estos falsos líderes trabajan, ni captar cuáles son sus intenciones, objetivos y propósitos. Jamás llegarás a entender qué es lo que desean realmente hacer en sus corazones. ¡Son muy taimados! En sentido figurado, son zorros ladinos, pero, para ser precisos, son diablos vivientes, ¡diablos que viven entre los seres humanos!
En cuanto a cómo estos falsos líderes deberían ser definidos, basándonos en su esencia-carácter, no se los puede clasificar arbitrariamente en las categorías de personas malvadas, anticristos, hipócritas, y similares. Sin embargo, a juzgar por lo que manifiestan, como las manifestaciones de su humanidad y su actitud hacia la obra de la iglesia, además de no abordar los problemas que descubren, son el tipo más depravado de falsos líderes. A partir de sus diversas manifestaciones, aunque no forman camarillas de manera proactiva ni establecen sus propios reinos independientes, y casi nunca dan testimonio de sí mismos, y si bien logran llevarse bien con los hermanos y hermanas, soportar dificultades, pagar un precio, evitar robar ofrendas e incluso se controlan rigurosamente para no buscar privilegios especiales, aun así, cuando se enfrentan a las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de la iglesia, o a distintas personas que despilfarran las ofrendas y dañan los bienes de la casa de Dios, no los frenan ni se ocupan de ellos, no dicen nada ni hacen ningún trabajo. ¡Son un espanto! Son la clase más despreciable de falsos líderes; ¡son incorregibles! ¿Por qué lo digo? No es porque su calibre sea escaso ni porque no puedan comprender las palabras de Dios; en realidad, tienen cierta capacidad de comprensión y capacidad de trabajo. Sin embargo, cuando descubren a alguien que trastorna y perturba la obra de la iglesia, no se hacen cargo de ello ni lo resuelven. Solo abordan cierta parte de esta labor de mala gana cuando se enfrentan a la estricta supervisión y a las frecuentes preguntas de sus líderes superiores o cuando los podan. Independientemente de si realizan esta labor o no o de cómo lo hagan, su máxima prioridad es protegerse a sí mismos. No cumplen en absoluto con las responsabilidades de los líderes y obreros. Aparte de protegerse y cuidar sus propios intereses, no realizan ningún trabajo esencial y solo hacen una pequeña parte del trabajo superficial que llevan a cabo porque no les queda más remedio. Aparte de protegerse, no les importa nada más. ¿No son más ladinos y taimados que un zorro? Algunos dicen: “Los zorros comen animales pequeños por instinto, ¿no se protegen los falsos líderes a sí mismos por instinto?”. ¿Es instinto? ¡Es su naturaleza! Estos falsos líderes protegen su propio estatus, reputación y dignidad, sostienen relaciones con las personas y evitan ofender a nadie, a costa de perjudicar los intereses de la casa de Dios y dañar la obra de la iglesia. Ni siquiera se ocupan personalmente de las destituciones o los ajustes de personal, sino que se los encargan a otros para que lo hagan por ellos. Piensan: “Si esa persona busca venganza, no vendrá por mí. Primero, en cualquier situación en la que me vea, necesito protegerme”. ¡Son extremadamente ladinos! Como líderes y obreros, ni siquiera pueden asumir esta responsabilidad, así que ¿son dignos de ser líderes? ¡No son más que unos cobardes inútiles! Sin este mínimo de valentía, ¿siguen siendo creyentes en Dios? Aquellos que recurren al engaño para eludir sus responsabilidades en el cumplimiento de sus deberes, ¿son seguidores de Dios? Dios no acepta a tales personas. Estos falsos líderes son igual de ladinos y taimados que los zorros. Cuando ven a alguien que causa un trastorno o una perturbación, no se ocupan de ello ni lo resuelven; simplemente, no realizan ningún trabajo real. Independientemente de cómo los expongan o los poden, no hacen nada. Dado que no cumplen con las responsabilidades de líderes y obreros, ¿por qué ocupan ese puesto? ¿Para ser parte del decorado? ¿Para darse a los beneficios del estatus? ¡No están cualificados para eso! No hacen un trabajo real, pero quieren que los hermanos y hermanas los veneren y los idolatren, ¿no es esta la mentalidad de un diablo? ¡Qué desfachatez! Algunos dicen que no tienen ninguna intención de ser líderes. Entonces, ¿por qué preservan su reputación y su estatus? ¿Qué se proponen al desorientar a las personas? Si no desean ser líderes, pueden renunciar de manera proactiva. ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué ocupan ese puesto y no renuncian? Si no quieren renunciar, deben cumplir con su responsabilidad y hacer algún trabajo real. No existe otra alternativa, es su responsabilidad. Si no pueden hacer un trabajo real, lo mejor sería que asumieran su responsabilidad y renunciaran; no deberían retrasar la obra de la iglesia ni perjudicar al pueblo escogido de Dios. Si no tienen ni siquiera esta poca conciencia ni razón, ¿poseen aún algo de humanidad? ¡No son dignos de ser llamados humanos! Sin importar si cuentan con la capacidad para ser líderes u obreros, aquellos que creen en Dios solo merecen ser llamados humanos si tienen al menos un poco de conciencia y razón.
Ser líder u obrero requiere de cierto nivel de calibre. El calibre de una persona determina su capacidad de trabajo y hasta qué punto capta los principios-verdad. Si tu calibre es algo limitado y no comprendes la verdad lo bastante en profundidad, pero eres capaz de practicar y de llevar a cabo todo lo que entiendes, si eres puro y honesto de corazón, si no urdes tramas en beneficio propio ni persigues la fama, el provecho ni el estatus y puedes aceptar el escrutinio de Dios, entonces eres una persona correcta. Sin embargo, los falsos líderes no poseen estas cualidades. No se preocupan por los diversos problemas relacionados con los trastornos y perturbaciones que surgen en la iglesia y, si los notan, hacen caso omiso de ellos. Si les preguntas si están al tanto de la situación, responden: “Creo que sé algo, pero no todo”. Sucedió ahí ante sus ojos, ¿por qué dicen que no lo saben? ¿Acaso tratan de engañar a la gente? Si lo saben, ¿han pensado en cómo abordarlo? ¿Han hecho algún trabajo? ¿Han tratado de ingeniárselas para solucionarlo? Responden: “El calibre de esa persona es mejor que el mío, es elocuente y se expresa con claridad. No me atrevo a entrometerme con ella. ¿Qué pasaría si me encargo de algo que en realidad no es un problema y la ofendo? ¡Complicaría mi trabajo más adelante!”. ¡Como no se atreven, son unos cobardes inservibles, descuidan su deber y no son dignos de ser líderes! Cuando se enfrentan a este tipo de situaciones, ¿saben cómo manejarla? Dicen: “Aunque sé cómo hacerlo, no me atrevo. ¿No es esa la función de lo Alto? Y también existe un grupo de toma de decisiones. ¿Por qué debería recaer en mí esta tarea?”. Ya que lo vieron y están al tanto, deberían manejar esta situación. Si su estatura es demasiado escasa y no pueden ocuparse del problema, ¿les han hablado a sus superiores sobre el asunto? ¿Lo han denunciado? ¿Han hecho lo que deben en el ámbito de sus responsabilidades y el trabajo que les corresponde? ¿Han cumplido alguna de sus responsabilidades? ¡En absoluto! En sus corazones, lo saben muy bien: “Era consciente de este problema, pero no actué. ¡Me siento culpable! Debería haber denunciado ese asunto, pero no lo hice. No obstante, otras personas tampoco lo hicieron, ¿qué tiene que ver conmigo?”. ¿Acaso otras personas también son líderes? Lo que hagan los demás es asunto de ellos; ¿por qué estos líderes no lo han hecho? Si otros no lo hacen, ¿significa que estos líderes tampoco tienen que hacerlo? ¿Es esa la verdad? Incluso si otros lo hubieran hecho, ¿podría eso sustituir la responsabilidad de estos líderes? Lo que hagan esos líderes es asunto suyo. ¿Han cumplido con sus responsabilidades y obligaciones? Si no lo han hecho, han descuidado su deber, no son aptos para ser líderes y deberían asumir la responsabilidad y renunciar. No valoran cómo los han ascendido, no son dignos de la confianza de los hermanos y hermanas, no son dignos de la confianza de la casa de Dios, y son incluso menos dignos de la exaltación de Dios. Son despreciables y no tienen corazón. En el tercer tipo de falso líder existe un problema de calidad humana. Más allá de cómo sean sus aspiraciones personales y su entrada en la vida, con solo observar que, durante su tiempo en el cargo, no realizan ningún trabajo real, no recuperan ninguna de las pérdidas que sufre la iglesia y que, por supuesto, no pueden frenar ni manejar con prontitud los actos malvados de las personas malvadas, sabemos que este tipo de persona no solo tiene un problema de escaso calibre y de falta de trabajo real, sino que, lo más importante, no posee humanidad. Su conciencia está completamente podrida, y carece absolutamente de razón. En términos sencillos, están moralmente en bancarrota. Son egoístas y despreciables al extremo, y no son dignos de confianza. Entre los tres tipos de personas que hemos diseccionado, la humanidad de este tipo es la peor. Los dos primeros tipos de personas poseen un calibre escaso, no son capaces de trabajar y tampoco cumplen con los principios ni los estándares de la casa de Dios para cultivar y ascender a la gente, por lo que no pueden ser formados ni usados. Su calibre es extremadamente escaso, son ciegos e insensibles, y están prácticamente muertos; no merecen ser expuestos ni diseccionados. El tercer tipo de persona es el más vil. En cuanto a su humanidad, es sumamente despreciable, y definimos a este tipo de persona como ladina y taimada. Estas personas son incluso más ladinas que los zorros. No realizan ningún trabajo real, pero ponen muchas excusas y se sienten totalmente tranquilas. Sin importar la manera en la que las personas malvadas y los anticristos perturben el trabajo de la iglesia, no se inquietan ni se preocupan por ello y, aun así, desean seguir siendo líderes. ¿Por qué son tan adictos al poder? Estos líderes dicen: “El hombre lucha hacia arriba; el agua fluye hacia abajo. ¡A todo el mundo le encanta el poder!”. No quieren hacer ningún trabajo real, pero siguen queriendo aferrarse a su puesto y disfrutando de los beneficios que les da su estatus. ¿Qué clase de persona despreciable es esta? No pertenecen más que a la calaña de Satanás y no son en absoluto buenas personas.
Hoy hemos compartido tres puntos referidos a la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros. Los falsos líderes que hemos diseccionado en esta responsabilidad son básicamente los mismos que hemos expuesto con anterioridad. Aunque diseccionamos tres puntos, estos abarcan principalmente dos problemas: uno es que su calibre es escaso y no pueden llevar a cabo ningún trabajo real; el otro es que su humanidad es vil, despreciable, ladina y taimada, y no realizan ningún trabajo real. Estos son los problemas fundamentales y esenciales de los falsos líderes. Siempre que alguien tenga uno de estos dos problemas, se lo considera un falso líder. No existe la menor duda al respecto.
4 de septiembre de 2021
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.