Las responsabilidades de los líderes y obreros (22) Parte 2

III. La definición de iglesia

Después de compartir el tema de qué es una iglesia, ahora tenéis cierto entendimiento de la formación de una iglesia, de la obra que lleva a cabo y de los resultados que logra. También podéis entender algo del valor y de la importancia de la existencia de una iglesia. Por tanto, ¿podemos ahora formular una definición precisa de qué es exactamente una iglesia? En primer lugar, una iglesia no es un lugar para proporcionar a las personas consuelo emocional, para asegurar que estén bien alimentadas y vestidas ni para ofrecerles refugio. Una iglesia no es un lugar para garantizar los derechos e intereses físicos de las personas ni para resolver las dificultades a las que se enfrentan en la vida. No es un lugar para llenar sus vacíos espirituales y proporcionar sustento espiritual. Dado que las iglesias no son lo que la gente asume que son según sus nociones y figuraciones, ¿cuál es la definición concreta de iglesia? ¿Qué es exactamente una iglesia? En la Biblia, el Señor Jesús dio una descripción fundamental de la designación de una iglesia. ¿Cómo lo expresó exactamente? (“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” [Mateo 18:20]). Estas palabras significan que, sin importar cuántas personas estén reunidas, mientras tengan la obra del Espíritu Santo y sientan a Dios allí con ellas, ese lugar es una iglesia; justamente eso. En los últimos días, Dios ha aparecido para obrar y expresar la verdad. Cuando se reúne la gente a comer y beber las palabras de Dios, a orar-leerlas y a compartirlas, Dios está presente allí, y también lo está el esclarecimiento del Espíritu Santo, lo que significa que Dios lo reconoce como una iglesia. Si la gente se reúne, pero no come ni bebe las palabras de Dios, si simplemente pronuncia en vano doctrinas espirituales vacías y no siente la obra del Espíritu Santo, entonces no es una iglesia, ya que Dios no la reconoce y, por tanto, no tiene la obra del Espíritu Santo. Dios bendice y guía las reuniones en las que está presente, y cuando la gente se junta en estas reuniones, tanto si come y bebe las palabras de Dios como si comparte la verdad o la utiliza para resolver problemas, todo esto está relacionado con los requerimientos y la dirección de Dios, con lo que todo está bendecido por Él. Por eso, mientras una reunión tenga la guía, la dirección y la presencia de Dios, puede denominarse iglesia. Esta es la definición más sencilla y fundamental de iglesia y fue la definición de iglesia durante la Era de la Gracia. Nació en el contexto de la obra de Dios en aquel momento, por lo que es precisa y cierta. Sin embargo, en esta etapa de la obra del juicio de Dios en los últimos días, como Dios ha pronunciado más palabras y realizado una obra mayor, la definición de iglesia debe ir más allá de aquella definición fundamental utilizada en la Era de la Gracia. La obra de Dios ha avanzado más. Una iglesia ya no se limita a tener la obra del Espíritu Santo y la presencia de Dios. En la actualidad, Dios obra personalmente en Sus iglesias, a las que guía y pastorea; el pueblo escogido de Dios puede comer y beber Sus palabras presentes, seguir a Cristo y dar testimonio de Él. Por consiguiente, la definición de una iglesia en los últimos días es más avanzada que en la Era de la Gracia; es una descripción más profunda, exacta y específica que antes y, por supuesto, inseparable de la verdad y de las palabras de Dios. Así pues, ¿cuál es la forma más exacta y adecuada de definir una iglesia? En primer lugar, la definición básica debería ser “grupo de gente que sigue a Dios con sinceridad”. Más en concreto, una iglesia es un grupo de gente que sigue a Dios con sinceridad, que está gobernada por Sus palabras, persigue la verdad, practica y experimenta Sus palabras, puede someterse y adorar a Dios, sigue Su voluntad y alcanza Su salvación. La clave de esta definición es “grupo de gente”. Una iglesia no es un lugar, un colectivo ni una comunidad ni mucho menos una simple reunión de personas con fe. El “grupo” puede estar formado por una docena de personas más o menos, por treinta o cincuenta o, claro está, por un número aún mayor. Pueden reunirse todas juntas o divididas en grupos más pequeños; esto es flexible y variable. En resumen, cuando estos seguidores de Dios lo enaltecen, dan testimonio de Él, lo adoran y siguen Su voluntad, son una iglesia. Al margen de cuántas se reúnan, siguen siendo una iglesia. Por ejemplo, a 50 personas se les denomina una iglesia pequeña, y a 100 personas, una iglesia grande; el tamaño de la iglesia viene determinado por el número de miembros. Hay iglesias grandes, medianas y pequeñas; el número de personas de una iglesia no es fijo. Veamos una vez más la definición de iglesia: grupo de gente que sigue a Dios con sinceridad, que está gobernada por Sus palabras, persigue la verdad, practica y experimenta Sus palabras, puede someterse y adorar a Dios, sigue Su voluntad y alcanza Su salvación. ¿Por qué se define una iglesia de esta manera? Porque Dios quiere obrar en las iglesias y salvar a ese grupo de personas. Solo se puede denominar iglesia a un grupo de personas de este tipo. Y solo cuando se reúne, puede un grupo de gente así comer y beber las palabras de Dios con normalidad y practicarlas, orar a Dios, someterse a Él y adorarlo realmente. Las palabras de Dios gobiernan y dirigen a ese grupo de personas; por tanto, la definición de una iglesia se produce a través de este tipo de grupo de gente. Debido a que las personas en las religiones no aceptan ni la verdad ni la obra de Dios, y que Dios no las salva, no forman una iglesia, sino una comunidad religiosa. Esta es la diferencia más clara entre iglesia y religión. Solo una iglesia está gobernada por las palabras de Dios, y solo una iglesia pastoreada personalmente por Cristo está gobernada por las palabras de Dios. ¿Qué significa estar gobernada por las palabras de Dios? ¿Necesitamos mencionar aquí la obra, la guía, el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo? (No). Decidme qué es más práctico: ¿estar gobernado por las palabras de Dios o tener la obra del Espíritu Santo? (Estar gobernado por las palabras de Dios). Estar gobernado por las palabras de Dios es más práctico y concreto. La obra del Espíritu Santo simplemente ofrece a las personas algo de esclarecimiento y de iluminación para ayudarlas a entender la verdad y guiarlas para que encuentren los principios de práctica en las palabras de Dios. El resultado obtenido es que están gobernadas por las palabras de Dios. Si el Espíritu Santo no obrara, ¿podría la gente seguir cumpliendo sus deberes adecuadamente a través del entendimiento de las palabras de Dios y de la comprensión de los principios? (Sí). En la actualidad, se han pronunciado mucho las palabras de Dios; las personas suelen escuchar sermones y pueden entenderlas. Incluso sin la obra del Espíritu Santo, la gente sabe lo que tiene que hacer. Los que aman la verdad pueden practicar las palabras de Dios y someterse a Su obra, siempre que entiendan la verdad. Los que no aman la verdad no entenderán las palabras de Dios a pesar de que las oigan y, aunque las entiendan un poco, no estarán dispuestos a practicar, de modo que solo se les puede descartar. En los últimos días, Dios expresa la verdad de manera directa para guiar y pastorear personalmente a las personas. La obra del Espíritu Santo solo es secundaria. Es como cuando un niño aprende a andar; a veces, un adulto le echará una mano para ayudarlo. Una vez que el niño ya puede caminar con estabilidad y correr, ya no es necesario que nadie lo ayude. Por tanto, la obra del Espíritu Santo no es absoluta ni fundamental. El hecho de que la gente esté gobernada por las palabras de Dios quiere decir que las entienden, que comprenden la verdad y que saben qué significan las palabras de Dios y cuáles son los principios y los estándares que Dios les requiere, y que pueden entender y aplicar dichos principios y estándares. Eso es lo que significa para el corazón de la gente estar gobernado por las palabras de Dios. Dios ya ha hablado sobre estas cosas con suficiente claridad y transparencia, de modo que aquí no hace falta mencionar la obra del Espíritu Santo. En los últimos días, Dios ha expresado muchas verdades y ha hecho que cada una de ellas sea clara y entendible para las personas. Por tanto, la obra del Espíritu Santo no es tan importante y solo es secundaria. Solo cuando la gente no entiende la verdad o cuando Dios no ha pronunciado muchas palabras con tanta exhaustividad y claridad, el Espíritu Santo realiza alguna obra de naturaleza secundaria e indicativa, lo que proporciona a las personas cierto grado de iluminación simple y sirve para alentarlas un poco y ayudarlas a tomar decisiones correctas y a recorrer la senda adecuada en sus vidas y en los diversos entornos. Ahora es la era de las palabras de Dios, en la que Él habla en persona para guiar a la humanidad, y las palabras de Dios lo dominan todo. La obra del Espíritu Santo solo es secundaria. Cuando la gente entiende la verdad, puede practicar las palabras de Dios y vivir según ellas, las intenciones de Dios se cumplen.

Fijémonos en la primera frase de la definición básica de iglesia: “seguir a Dios con sinceridad”. Este atributo, “con sinceridad”, tiene un significado específico. No se refiere a los que simplemente pasan el tiempo, ocupan su asiento solo de forma nominal, se comen el pan y se sacian, confían en la gracia para salvarse o tienen motivos y objetivos ocultos. Así pues, ¿qué significa “con sinceridad”? La explicación más básica y simple es esta: siempre que alguien oye hablar sobre Dios, la verdad o el Creador, siente anhelo en el corazón, renuncia, se entrega y soporta adversidades por voluntad propia, y está dispuesto a acudir ante Dios para aceptar Su llamada y abandonarlo todo para seguirlo. Siempre y cuando tenga un corazón sincero, eso basta. Algunos dicen: “¿Por qué no dices que es un grupo de personas llenas de fe que siguen a Dios?”. La gente no puede llegar a ese nivel. De entre los que cumplen sus deberes en la actualidad, algunos llevan creyendo unos diez años, y otros, veinte o treinta; tener esa sinceridad es básicamente suficiente. Definirlos como que están llenos de fe no es exacto. Nuestra definición de iglesia se basa en una situación básica y concreta, sin hacer uso de palabras puntillosas ni poner demasiado alto el listón de la definición ni el estándar, ya que eso sería poco práctico. Algunos dicen: “Decir ‘con sinceridad’ y ‘llenas de fe’ no es suficiente. Se le debería llamar un grupo de personas justas que temen a Dios y evitan el mal; ¡eso sería fabuloso!”. Si ponemos el estándar así de alto, todas las frases posteriores “perseguir la verdad, practicar y experimentar Sus palabras” serían innecesarias. El punto clave es que todos los miembros de la iglesia son aquellos a los que Dios quiere salvar. Este grupo de personas está lleno de actitudes corruptas de Satanás y de nociones y figuraciones sobre Dios. Dicho de manera más realista, están repletos de rebeldía, carecen de sumisión, no entienden la verdad ni tienen ningún conocimiento de Dios en absoluto; esta es la situación más realista. Por tanto, a ojos de Dios, los miembros de la iglesia se encuentran en tal situación y estado reales. Dios selecciona a la gente en función de esta condición básica: si pueden seguirlo con sinceridad, esforzarse de manera genuina y renunciar. Algunos dicen: “Si son sinceros, ¿por qué siguen teniendo deseos extravagantes? Si son sinceros, ¿por qué siguen queriendo recibir bendiciones?”. Todo eso cambiará poco a poco a medida que la gente experimente la obra de Dios. Ahora mismo, estamos definiendo el concepto básico de iglesia. Este concepto básico es el requisito mínimo y el estándar más bajo que Dios utiliza para seleccionar a las personas. Estos estándares no son insustanciales ni exagerados en absoluto; guardan especial consonancia con vuestra situación real. En otras palabras, cuando Dios os escoge y decide salvar a cualquiera de vosotros, esos son los criterios en los que Dios se fija. Si cumples esos requisitos, Dios te lleva a Su casa y te conviertes en un miembro de la iglesia. Esa es la situación real. Por tanto, la primera frase de la definición de iglesia es “seguir a Dios con sinceridad”; esto es relativamente exacto. Ese grupo de personas no alcanzan a temer a Dios y evitar el mal, a ser capaces de desvincularse de la influencia de las tinieblas ni a rebelarse por completo contra el mundo y el gran dragón rojo. No están a la altura de nada de todo eso. ¿Por qué? Porque en la definición se menciona, además, el hecho de ser capaz de perseguir la práctica de las palabras de Dios. En el proceso de esa búsqueda, debido a que la gente tiene un corazón que ama y anhela la verdad, pueden experimentar y practicar las palabras de Dios y, finalmente, adorarlo. Adorar a Dios implica someterse a Él, escuchar Sus palabras y aceptar Sus instrumentaciones, Su soberanía y Sus arreglos. En última instancia, ese grupo de personas pueden alcanzar la salvación. Ese es el estado real de los miembros de la iglesia a ojos de Dios. ¿No es esa la condición más básica? (Sí). Algunos dicen: “No mencionaste el hecho de despojarse de las actitudes corruptas de Satanás y alcanzar la purificación. Esta definición de iglesia no incluye eso”. ¿Está eso incluido en esta definición? (Sí). ¿En qué parte se incluye? En la de perseguir practicar las palabras de Dios. Si puedes perseguir practicar las palabras de Dios, ¿no se resolverán poco a poco tus actitudes corruptas? ¿No serás capaz de despojarte de las actitudes corruptas de Satanás y de conseguir una transformación del carácter? (Sí). Durante el período de consecución de una transformación del carácter, poco a poco, entiendes las palabras de Dios y resuelves tus actitudes corruptas. A medida que resuelves algunas de ellas, ¿aumenta tu fe en Dios y tu sumisión a Él? ¿Hay alguna relación entre estos dos aspectos? (Sí). Cuanto más adoras a Dios, más sumisión a Él tendrás. A medida que aumenta tu sumisión a Dios, ¿acaso no estás más cerca de alcanzar la salvación? (Sí). Así pues, ¿qué tipo de personas forman este grupo? Son las que pueden alcanzar la salvación. Esta es la situación real de los miembros de la iglesia. Algunos dicen: “En esta definición de iglesia no se menciona la obra que la iglesia lleva a cabo”. ¿Hay alguna parte de dicha definición relacionada con la obra esencial que una iglesia realiza? (Perseguir la consecución de la salvación). Esta parte está muy relacionada. La obra que hace una iglesia, ya sea difundir las palabras de Dios o guiar a las personas para que las coman y las beban, ayudándolas así a conocerse a sí mismas y despojarse de las actitudes corruptas de Satanás, tiene el objetivo final de ayudar a la gente a alcanzar la salvación. Por tanto, ¿podéis aceptar ahora este concepto más básico y simple de una iglesia? (Sí). Esta definición no es exagerada ni insustancial, y en ella no se utilizan términos ni frases altisonantes, sino que incluye las necesidades más básicas para la formación o la definición de una iglesia.

¿Entendéis el trasfondo de la definición del concepto de iglesia, ahora que os lo he explicado? (Sí). Si no lo hubiera explicado de esta manera, habríais pensado que la obra esencial de una iglesia y la definición de iglesia eran muy profundas. Ahora que entendéis la definición de iglesia, sentís que vuestro entendimiento de qué es una iglesia es muy superficial. Se ha dejado clara la definición de iglesia; es así de práctica. Cuanto más prácticas son las cosas, más suele sentir la gente que son superficiales. En realidad, si te fijas con atención, cada palabra de esta definición está vinculada y relacionada estrechamente con situaciones prácticas y específicas, sin ser superficial en absoluto. La primera frase de la definición de iglesia es “seguir a Dios con sinceridad”. El atributo “con sinceridad” es lo que Dios quiere. ¿Cuánta gente tiene esta sinceridad? ¿Les resulta fácil tenerla? No. Por lo que respecta a “gobernada por las palabras de Dios”, ¿es algo que ya hayas logrado? Piensas que esa frase es superficial y fácil de lograr. Si Dios dice: “Ponte en pie, sígueme y cumple tu deber”, y la gente obedece, ¿significa eso que está gobernada por las palabras de Dios? Eso solo quiere decir que las personas están dispuestas a creer en Dios y seguirlo, pero no han llegado al punto en el que las palabras de Dios las gobiernan; ¡eso todavía les queda muy lejos! ¿Qué debes tener para que te gobiernen las palabras de Dios? El requisito mínimo es que debes entenderlas; debes saber a qué se refieren los requisitos que contienen las palabras de Dios, los principios que estas requieren y, al enfrentarte a las diferentes personas, acontecimientos y cosas, cómo aplicar dichas palabras y convertirlas en tu práctica para satisfacer a Dios. Esto no es sencillo. Para llegar poco a poco al punto en el que, en cierto modo, te gobiernen las palabras de Dios, hace falta un largo período durante el cual comer y beber, orar-leer, experimentar, interactuar y entender las palabras de Dios, así como un entendimiento de las intenciones y el carácter de Dios. Por tanto, la frase “gobernada por las palabras de Dios” parece simple a primera vista, como si la mayoría de la gente estuviera gobernada por las palabras de Dios, pero en realidad ese no es el caso. A juzgar por las situaciones reales de las personas, está claro que esta frase es simplemente un requisito que Dios les impone, el cual todavía no han conseguido cumplir en absoluto. La frase siguiente, “perseguir practicar Sus palabras”, es un requisito de Dios para la gente. Todavía no has logrado practicar las palabras de Dios; simplemente, persigues practicarlas. ¿Cómo deberías perseguirlo? Cuando afrontes situaciones, practica según los requisitos de Dios. No mientas; sé una persona honesta. ¿Puedes hacer eso? No es fácil de hacer. Cuando te poden, deberías ser capaz de someterte, de reflexionar sobre ti mismo, de conocerte y de practicar conforme a la verdad. ¿Puedes lograrlo? Si te resulta extenuante o si tu voluntad es demasiado fuerte, y siempre quieres dejar que emerja tu impetuosidad, debes perseguir gestionar los asuntos conforme a los principios, sin poner al descubierto tu impetuosidad ni actuar de manera obstinada y arbitraria; debes hacer como dicen las palabras de Dios, aceptar la poda, llegar a conocer tus transgresiones y entender en qué te equivocaste. Eso se llama perseguir practicar las palabras de Dios. ¿Significa el hecho de que alguien comience a practicar las palabras de Dios que esa persona ha cambiado? No es tan simple. Si te eligen como líder u obrero, ¿puedes abstenerte de actuar de manera obstinada y arbitraria? No es tan sencillo; hace falta que entiendas la verdad y que seas capaz de practicar las palabras de Dios y de experimentar durante un período de tiempo; solo entonces podrás conseguirlo. Si dices que quieres practicar las palabras de Dios, pero solo tienes esa disposición verbal y careces de motivación en el corazón, no lo conseguirás. Cuando el corazón está dispuesto, y realmente quieres practicar la verdad, puedes poner la verdad en práctica. Cuando no estás dispuesto a practicar la verdad en el corazón, aunque hagas un juramento o cuentes con el apoyo de otros, no servirá de nada. Debes tener la determinación, es decir, debes tener un corazón con un tremendo deseo por Dios. Debes saber cómo define Él un asunto y qué requiere en relación con este, encontrar y recopilar todas las palabras de Dios asociadas a ese aspecto y, después, orar-leer y entender esas palabras. Anótalas en una libreta o colócalas en algún lugar donde puedas verlas con facilidad. Durante tus descansos laborales, míralas, léelas y, con el paso del tiempo, memorizarás esas palabras de Dios y las conservarás en el corazón. Cada día, reflexiona sobre su significado real y piensa qué forma de hablar y actuar se considera que es practicar las palabras de Dios. Eso se llama perseguir practicar las palabras de Dios. ¿Es fácil de conseguir? No; no es algo que pueda lograrse de la noche a la mañana o con una ráfaga de esfuerzo. Algunos dicen: “Hago un pacto de sangre”, pero no sirve de nada. Tú dices: “Ayunaré y oraré sin comer ni beber”, pero es en vano. Tú dices: “No dormiré en toda la noche y sufriré”, pero también es inútil. Debes perseguir la verdad; debes poseer manifestaciones de que persigues la verdad, y debes tener una senda para perseguirla; debes contar con los medios y los métodos correctos. Al margen de los tipos de medios y métodos que tengas, no puedes apartarte de las palabras de Dios; debes esforzarte por ellas, compararlas con todo, utilizarlas para resolver problemas en cada situación y convertirlas en tu prioridad principal. Eso se llama perseguir la verdad. Por ejemplo, por lo que se refiere a interactuar con otros, debes ver qué dicen las palabras de Dios al respecto y encontrar aquellas relacionadas con la interacción con los demás. En el caso de la cooperación armoniosa, también debes encontrar las palabras de Dios relacionadas con este aspecto. En cuanto a cumplir un deber con lealtad, encuentra las palabras de Dios sobre el cumplimiento razonable de los deberes, memoriza las palabras de Dios esenciales y consérvalas en el corazón. Por lo que respecta a qué es un falso líder, sus manifestaciones, si tiene conciencia y razón y cómo lo define Dios, encuentra estas palabras de Dios clave, anótalas en una libreta, colócalas donde puedas verlas con facilidad y ora-léelas siempre que tengas tiempo. Para cada asunto relacionado con tu entrada en la vida y la transformación del carácter, practica y esfuérzate de esta manera. Eso se llama perseguir la verdad. Si tu esfuerzo no alcanza ese nivel, eso no se llama perseguir la verdad; se llama actuar por inercia, rozar la superficie y salir del paso.

Fijémonos en la frase “adorar a Dios”. Adorar a Dios implica tener, de manera genuina, temor, miedo, respeto y sinceridad, así como tratar a Dios como tal, albergar un lugar para Él en el corazón, gestionar de manera racional los entornos que Dios ha dispuesto y las comisiones que ha encargado, tratar con seriedad y responsabilidad cada palabra que Dios ha dicho, etcétera. Todas estas manifestaciones se denominan adorar. Tanto si son palabras que Dios te ha transmitido cara a cara como si se trata de todas las palabras que Él ha llegado a expresar, mientras las conozcas y las recuerdes, y mientras las entiendas y las confirmes en el corazón, deberías tratarlas como los criterios conforme a los cuales comportarte, vivir, etcétera; esa es la manifestación de adorar a Dios. Al enfrentarte a cuestiones, al margen de si estas se ajustan a tus gustos, deseos o nociones, deberías seguir siendo capaz de tranquilizar el corazón y pensar: “¿Ha hecho Dios esto? ¿Surgió de Él? ¿Por qué lo ha hecho? ¿Qué parte de mí quiere Dios refinar? ¿Y cuál quiere transformar? ¿Cuál es exactamente Su intención? ¿Cómo debería someterme a Sus arreglos? ¿Cómo debería satisfacer Su intención? ¿Cómo debería cumplir mi responsabilidad como ser humano?”. Todas estas manifestaciones, además de otras similares, son manifestaciones de adorar a Dios. Incluso si no entiendes más verdad, como persona normal, como alguien que cree en la existencia de Dios y que lo sigue con sinceridad, esta es la actitud que al menos deberías tener hacia Dios. Deberías tratar todo lo que hace referencia a Dios, todo lo relacionado con Sus palabras, todo lo concerniente a la comisión que Él te encarga, a tu deber y a tu responsabilidad, con cuidado y precaución, no de manera despreocupada ni negligente ni irrespetuosa; eso se llama adorar a Dios. Tratar todo lo relacionado con Dios con un corazón prudente, cuidadoso, temeroso y pavoroso de Dios; eso se llama adorar a Dios. ¿Es eso fácil de conseguir? No. Sin una experiencia real, incluso entender las tres palabras “adorar a Dios” es difícil, mucho más practicar realmente la adoración a Dios. La última frase de la definición de iglesia es “alcanzar Su salvación”. ¿Cómo se debería entender esto? La senda para alcanzar la salvación es larga, y para ello se requieren aún más cosas. En primer lugar, la senda que recorres debe ser correcta; debes ser capaz de aceptar todas las verdades que residen en las palabras de Dios y ser alguien que persiga practicar dichas palabras y someterse a Dios. Las palabras de Dios deben gobernar tu vida. No solo debes reconocer la existencia de Dios, sino también amar la verdad y actuar conforme a esta; debes temer a Dios y someterte a Él de manera genuina, orar a Dios a menudo en el corazón y realizar poco a poco la transición a adorar a Dios. De ese modo, serás alguien que ama la verdad y se somete a Dios; serás precisamente el tipo de persona que Dios quiere salvar. Alguien que cree en Dios con sinceridad debe ser una persona adecuada. ¿Cuál es el beneficio de ser una persona adecuada? El beneficio es que no te costará demasiado alcanzar la salvación; tendrás la esperanza de conseguirla. Esta es toda la charla que hemos llevado a cabo sobre los detalles concretos de la definición de iglesia.

IV. Las nociones e ideas que la gente alberga hacia la iglesia

Acabamos de compartir qué es una iglesia, la obra esencial que lleva a cabo una iglesia y qué imagina la gente en relación con una iglesia y requiere de esta según sus nociones. Por último, hemos ofrecido una definición del concepto de iglesia. Ahora que ya la hemos definido, deberías tener un entendimiento exacto de la designación “iglesia”; deberías tener un entendimiento básico de la obra que una iglesia debería realizar, del papel que desempeña una iglesia a la hora de ayudar a las personas a ganar la verdad y a alcanzar la salvación, y de la importancia de una iglesia para todo aquel que siga a Dios. También hemos llevado a cabo una disección y una exposición breves y representativas de lo que la gente cree que es el valor de la existencia de una iglesia y de la obra que una iglesia debería hacer de acuerdo con sus nociones. ¿Hay algo que no seáis capaces de alcanzar a ver o comprender sobre los entendimientos y las interpretaciones que tienen las personas con relación a las iglesias según sus nociones? Algunos piensan que una iglesia debería llevar a cabo algún tipo de obra social o tener algún papel en la sociedad, como defender la rectitud. En las nociones de la gente, la iglesia representa una imagen positiva; así pues, ¿por qué no va a poder defender la justicia? ¿Tiene el hecho de defender la justicia algo que ver con la obra de una iglesia o con los requisitos de Dios? (No). ¿A qué se refiere este concepto de “defender la rectitud” sobre el que hablan las personas? (Lo que la gente denomina “defender la rectitud” no hace referencia a una rectitud real. Se trata de salvaguardar los intereses de la carne y no está en consonancia con la verdad). ¿Tiene esa rectitud algo que ver con la verdad? (No). Eso es lo que la humanidad denomina “rectitud”. Por ejemplo, doblegar algunas fuerzas malvadas, corregir algunas injusticias y situaciones en las que se perjudica y se humilla a la gente, imponer un castigo merecido a las personas malvadas, recuperar y proteger los intereses de grupos vulnerables, etcétera; todo esto es lo que la gente denomina “defender la rectitud”. ¿Cuál es la finalidad principal de este concepto de “mantener la rectitud”? ¿Tiene algo que ver con el hecho de que las personas persigan la verdad? ¿Tiene algo que ver con el hecho de que la gente se salve? (No). Se trata simplemente de un dicho que surge sobre la base de la rectitud y la ética humanas; no tiene nada que ver en absoluto con la verdad. ¿Podemos decir que no está a la altura del nivel de la verdad? (Sí). ¿Sí que podemos? (No; los dos conceptos no están relacionados). Cierto, no guardan relación alguna; son dos cosas distintas. ¿Qué tipo de rectitud defiende la humanidad? El tipo en el que, después de que personas malvadas opriman o priven de sus derechos o intereses a una persona corriente de un estatus social ligeramente más bajo, se castiga debidamente a dichas personas malvadas y la persona corriente deja de sufrir malos tratos. Se trata de recuperar y garantizar los intereses carnales de la gente, de lograr una igualdad relativa entre las personas, de eliminar las distancias entre las capas sociales y de asegurar que las personas malvadas no prosperen en sus acciones malvadas y que se reparen los agravios de los perjudicados. Esto es lo que la humanidad denomina “defender la rectitud”, y no tiene nada que ver en absoluto con la verdad. ¿Cómo podéis seguir diciendo que no está a la altura del nivel de la verdad? ¿Está relacionado con la verdad? No. Decidme, ¿son esas personas comunes y corrientes que han sufrido agravios necesariamente buenas personas? (No necesariamente). Hacer que dejen de sufrir agravios; ¿es eso rectitud? ¿Es eso conforme a la verdad? ¿Pueden salvarse esas personas? Se trata claramente de dos asuntos diferentes; ¿cómo se pueden mezclar? No cabe hablar sobre si está a la altura del nivel de la verdad; simplemente no es lo mismo que la verdad. Si tenéis argumentos en contra sobre este tema, tal vez la mayoría de vosotros no seáis capaces de ver con claridad el asunto de la defensa de la rectitud, sigáis en cierto modo aferrados a él y penséis: “¿Cómo puede ser eso erróneo? ¿Cómo puede no ser esa la obra que una iglesia debería hacer?”. En realidad, no tiene nada que ver con la obra de una iglesia. También hay algunos que piensan que una iglesia debería ser un lugar donde se castigue el mal y se promueva el bien, que debería servir a esta función, a fin de castigar las acciones malvadas y las fuerzas malvadas y oscuras y, a la vez, promover las cosas buenas y virtuosas. ¿Es este el caso? ¿Puede el hecho de castigar el mal y promover el bien estar a la altura del nivel de la verdad? Por lo que respecta a lo que es el bien y lo que es el mal, la gente no puede distinguir entre estas cosas con claridad. ¿Qué quiere decir la gente con “castigar el mal y promover el bien”? ¿Está relacionado con el castigo del mal, la recompensa del bien y la separación de todo según el tipo que determine Dios? (No). No hay ninguna relación. ¿Cuál es el estándar de la humanidad para definir el bien y el mal? Según la definición de las personas de China, ¿qué es el mal y qué es el bien? ¿Cuál es la base para su definición del bien y del mal? Es la cultura budista. El budismo habla de conceptos como ayudar al mundo, salvar a las personas, abstenerse de matar, etcétera; todo esto se considera bueno, mientras que comer pollo, pescado, ternera o cordero se considera malo y se debería castigar a todo aquel que lo haga. No se debería comer nada de carne ni matar a ninguna criatura viva. Matar se considera malo, y los que matan deberían confesarse y suplicar perdón a Buda. Esta es la definición budista del mal; ¿es lo mismo que el mal sobre el que habla Dios? (No). Son dos cosas distintas, de modo que la definición del mal no tiene nada que ver con la verdad y, sin duda alguna, no puede estar a la altura del nivel de la verdad. Así pues, ¿qué quiere decir el budismo con “el bien”? Es algo todavía más absurdo, superficial e hipócrita. Los budistas creen que no matar a ninguna criatura viva y liberar a los animales cautivos es bueno. Al margen de cuántas personas haya matado alguien malvado o de cuántos pecados haya cometido, si depone el cuchillo de carnicero, puede convertirse en un buda de inmediato; esto se considera bueno. También está el dicho: “Salvar una vida vale más que construir una pagoda de siete plantas”, lo que significa que se considera bueno salvar a la gente sin pensar, de manera incondicional y sin principios; es decir, salvar incluso a diablos, personas malvadas, rufianes, vándalos y cualquier otro individuo. ¿Qué tipo de bien es ese? Tales personas son necias y carecen de cualquier tipo de discernimiento, actitud o principios. Perdonar y salvar a cualquiera; ¿puede eso considerarse bueno? Ni siquiera vale la pena hablar sobre ello; esto es una pretensión de Satanás y los diablos. No matan animales, pero han devorado innumerables almas. Esto es lo que denominan bien, que en realidad es tan solo una pretensión. Por tanto, ¿se sostiene la noción humana de que la iglesia debería desempeñar el papel de castigar el mal y promover el bien? (No). Al margen del trasfondo cultural de cualquier raza o religión, castigar el mal y promover el bien no tiene nada que ver con la obra ni el testimonio de una iglesia. No penséis que, porque estos términos parezcan rectos y elogiosos, deberían estar relacionados con la obra de una iglesia o que ese es el papel que debería desempeñar una iglesia en la sociedad. Se trata de una noción y una figuración humanas. Además de “defender la rectitud” y “castigar el mal y promover el bien”, otros términos buenos, según las nociones humanas, como “luchar por los derechos y los intereses de la gente” y “aliviar las preocupaciones y resolver las dificultades” tampoco tienen ninguna relación con la obra ni el testimonio de una iglesia. Todos deberíais ser capaces de entender esto. Hemos compartido más o menos con claridad la definición de iglesia, la obra que una iglesia debería realizar y el valor y la importancia de la existencia de una iglesia.

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