Las responsabilidades de los líderes y obreros (26) Parte 1
Punto 14: Discernir enseguida y, a continuación, echar o expulsar a toda clase de personas malvadas y anticristos (V)
La actitud que deberían tener los líderes y obreros hacia el trabajo de depurar la iglesia
Este año no hemos parado de compartir las responsabilidades de los líderes y obreros, así como las manifestaciones de todas las clases de personas involucradas. Los temas de enseñanza se han vuelto cada vez más detallados y específicos, e incluyen los diversos problemas de toda clase de personas y la enseñanza sobre las manifestaciones específicas de estas y las categorías en las que se deberían dividir han sido además muy claras y específicas. Mientras más específica y claramente se compartan estos detallados problemas, más positivas son la ayuda y orientación que se deberían facilitar para la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, y mayor será la orientación y asistencia que se les debería ofrecer a los líderes y obreros para trabajar en sus deberes y llevarlos a cabo. Sin embargo, no importa cómo se lleve a cabo la enseñanza, no importa lo específica que sea, algunos líderes y obreros todavía no tienen claro cómo lidiar y disponer de los diversos tipos de personas y problemas en la iglesia. Los problemas de todas las clases de personas se comparten con mucha claridad, sin embargo, algunos líderes y obreros todavía no pueden percibir cómo discernir y tratar a las diferentes clases de personas. Todavía no pueden actuar conforme a los principios-verdad ni pueden usar la verdad para lidiar con los diversos tipos de personas y problemas en la iglesia. ¿Qué razón hay para esto? Tales personas carecen de la realidad-verdad. Por medio de la enseñanza de las manifestaciones de todas las clases de personas, uno debería tener un discernimiento básico de ellas y hacer arreglos razonables para aquellas en la iglesia que hacen sus deberes y las que no, para las que persiguen la verdad y las que no, para las que son obedientes y sumisas, así como para aquellas que causan trastornos y perturbaciones. Sin embargo, en vista de la situación de todos los tipos de personas en la iglesia, solo se ha echado a las personas malvadas evidentes; a muchos incrédulos no se los ha echado plenamente. En cuanto al trabajo de depurar la iglesia, los líderes y obreros deberían cooperar con la obra de Dios para depurar a las personas malvadas y a los incrédulos lo antes posible, en lugar de abordarlo con pasividad, de actuar como personas complacientes o pensar que solo con depurar a las obviamente malvadas todo queda resuelto y está bien. Los líderes y obreros deberían inspeccionar activamente el trabajo de cada equipo, verificar las situaciones de cada miembro del equipo, si hay algunos incrédulos que solo maquillan los números o difunden negatividad y nociones para perturbar el trabajo de la iglesia y que, una vez descubiertas, a estas personas se las debería dejar en evidencia de forma exhaustiva y se las debería echar. Este es el trabajo que los líderes y obreros deberían hacer; no deberían ser pasivos, no deberían esperar órdenes y la exhortación de lo Alto para actuar ni deberían limitarse a hacer cualquier cosa menor cuando todos los hermanos y hermanas lo reclamen. En su trabajo, los líderes y obreros deberían tener en consideración las intenciones de Dios y serle leales. La mejor manera de comportarse es reconocer y solucionar los problemas de manera proactiva. No deben permanecer pasivos, en especial cuando tienen palabras y charlas actuales para que sirvan de base. Deben tomar la iniciativa para resolver completamente los problemas y dificultades reales a base de comunicar la verdad y hacer su trabajo exactamente como deben. Tienen que seguir el progreso del trabajo sin demora y de un modo proactivo; no pueden esperar siempre órdenes y que les exhorten desde lo Alto antes de actuar de mala gana. Si los líderes y obreros son siempre negativos y pasivos y no hacen ningún trabajo real, son indignos de servir como líderes y obreros y deberían ser destituidos y reasignados. Ahora hay muchos líderes y obreros que son muy pasivos en su trabajo. Solo trabajan un poco cuando lo Alto envía órdenes y los presiona; de lo contrario, holgazanean y procrastinan. El trabajo en algunas iglesias es bastante caótico, algunas de las personas que cumplen su deber en ellas son increíblemente holgazanas y negligentes y no obtienen resultados reales. Estos problemas ya son muy graves y terribles por naturaleza, pero los líderes y obreros de esas iglesias siguen actuando como funcionarios y jefes supremos. No solo son incapaces de hacer un trabajo real, sino que no pueden reconocer ni resolver los problemas. Esto paraliza el trabajo de la iglesia y hace que se estanque. Dondequiera que el trabajo de una iglesia esté en un desorden terrible y no haya señales de organización, sin duda hay un falso líder o un anticristo que ostenta el poder. En todas las iglesias donde ostenta el poder un falso líder, todo el trabajo de estas es un caos y un completo desorden, de eso no cabe duda. Por ejemplo, Yo, con Mis propios oídos u ojos, me he dado cuenta de muchos de los problemas en las iglesias americanas. La mayoría de los problemas que he observado se resolvieron en el acto; en otros casos, les pedí a los líderes de las iglesias americanas que los solucionaran. No obstante, la mayor parte del trabajo de los líderes y obreros se realiza de una manera muy pasiva, en la que los seguimientos son demasiado lentos, la eficiencia es escasa y la mayor parte de las tareas diarias se llevan a cabo solo después de que lo Alto les dé órdenes y los exhorte. Una vez que lo Alto ha dispuesto el trabajo, estarán ocupados durante un tiempo, pero cuando ese trabajo ya está realizado, no saben qué hacer a continuación porque no entienden qué deberes deberían hacer. Nunca tienen claro el trabajo que recae dentro del ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros y que deberían llevar a cabo; a su modo de ver, no hay ningún trabajo que se deba hacer. ¿Qué es lo que pasa cuando la gente no piensa que haya ningún trabajo que hacer? (No soportan una carga). Dicho con precisión, no soportan una carga; además, son muy perezosos y codician la comodidad, se toman tantos descansos como sea posible cada vez que pueden, y tratan de evitar cualquier tarea adicional. Estos perezosos suelen pensar: “¿Por qué debo preocuparme tanto? Preocuparse demasiado solo me hará envejecer más deprisa. ¿Qué beneficio voy a sacar yo de hacer eso y de ir de un lado a otro y cansarme tanto? ¿Qué pasará si me agoto y enfermo? No tengo dinero para pagar un tratamiento. ¿Y quién cuidará de mí cuando sea viejo?”. Estos vagos son así de pasivos y retrasados. No poseen ni una pizca de la verdad y son incapaces de ver nada con claridad. Son claramente un puñado de personas atolondradas, ¿no? Están todos confundidos; son ajenos a la verdad y no tienen ningún interés en ella, así que ¿cómo se van a salvar? ¿Por qué la gente es siempre indisciplinada y perezosa, como si fueran un atajo de muertos vivientes? Esto tiene que ver con el problema de su naturaleza. Hay cierta pereza en la naturaleza humana. Sea cual sea la tarea que esté haciendo la gente, siempre necesita de alguien que la supervise y exhorte. A veces la gente es considerada con la carne, codicia la comodidad física y siempre se reserva algo para ella misma; está llena de intenciones endiabladas y argucias taimadas; en realidad no son buenas en absoluto. Siempre hacen menos de lo que pueden, sea cual sea la importancia del deber que realicen. Esto es irresponsable y desleal. Hoy he dicho estas cosas para recordaros que no debéis ser pasivos en el trabajo. Debéis ser capaces de seguir lo que Yo diga. Si fuera a varias iglesias y averiguara o viera que habéis hecho mucho trabajo, que os habéis desempeñado con mucha eficiencia y el trabajo progresa muy rápido, que ha alcanzado un nivel satisfactorio y todo el mundo lo ha hecho lo mejor posible, estaría bastante complacido. Si fuera a unas cuantas iglesias y viera que el progreso del trabajo en todos los aspectos es lento, una prueba de que no habéis hecho bien vuestros deberes ni habéis aguantado el ritmo normal de difundir el evangelio, ¿cuál creéis que sería Mi estado de ánimo? ¿Me seguiría alegrando de veros? (No). Para nada. Este trabajo se os ha encomendado a vosotros y Yo he dicho todo lo que se ha de decir; también se os han revelado los principios específicos de práctica y la senda. Pese a ello, no actuáis, no trabajáis, solo esperáis a que Yo os supervise y exhorte en persona, a que os pode o incluso os ordene actuar. ¿Cuál es aquí el problema? ¿No se debería diseccionar esto? Cuando no estáis haciendo el trabajo que resulta obvio que se debería hacer y sois incapaces de asumirlo; ¿puedo exhibir una buena actitud hacia vosotros? (No). ¿Por qué no puedo tener una buena actitud hacia vosotros? (Somos demasiado irresponsables a la hora de hacer nuestros deberes). Porque no estáis haciendo vuestros deberes con todo vuestro corazón y todas vuestras fuerzas, sino que en cambio solo los hacéis de manera superficial. Una persona que es leal en sus deberes debería al menos emplear todas sus fuerzas, pero no podéis siquiera lograr esto; ¡no estáis para nada a la altura! No es que vuestro calibre sea insuficiente; es que vuestra mentalidad es incorrecta y sois irresponsables. Hay algunas cosas absurdas en vuestro corazón que os impiden hacer vuestros deberes. Asimismo, la mentalidad de ser complacientes os impide llevar a cabo el trabajo de depurar la iglesia. ¿Sabéis cuál es el significado de depurar la iglesia? ¿Por qué quiere Dios depurar la iglesia? ¿Cuáles son las consecuencias de no depurarla? Ninguno de vosotros tiene claro estos asuntos ni busca la verdad, lo que demuestra que no sois considerados con las intenciones de Dios. Solo estáis dispuestos a hacer un poco del trabajo ordinario y normal de vuestro cargo y eludís las tareas especiales, sobre todo aquellas que puedan ofender a los demás. Todos preferís pasarles estas tareas a otros. ¿Acaso no pensáis así? ¿No es este un problema que se debería abordar? Siempre decís: “Mi calibre es escaso, mi comprensión de la verdad es limitada y no tengo suficiente experiencia en el trabajo. Nunca he sido líder de la iglesia ni he llevado a cabo trabajo de depuración”. ¿No es esto poner excusas? El trabajo de depurar la iglesia se ha compartido con gran claridad. Depurar a los anticristos, a las personas malvadas y a los incrédulos es una cuestión muy simple. ¿Son esos pocos principios de veras tan difíciles de entender? Si tales problemas simples se explican con tal claridad y la gente sigue sin entender, ¿qué indica eso? Indica que, o bien su calibre es demasiado pobre para entender el lenguaje humano, o solo son unos bribones que no se centran en las tareas que les corresponden. Entre los líderes y obreros, sin duda hay algunos de calibre pobre y seguro que hay algunos complacientes que no participan en trabajo real; definitivamente hay también algunos bribones que son negligentes en las tareas que les corresponden y cometen fechorías con imprudencia; todas estas situaciones existen. Para empezar, estos bribones que descuidan las tareas que les corresponden han de ser depurados. Se debería usar a cualquiera que sea capaz de hacer trabajo real, a los complacientes en el papel de líderes se los debería destituir sin ninguna duda, y a la gente de pobre calibre que pueda entender el lenguaje humano y hacer algo de trabajo real se la debería mantener. Estos problemas deberían resolverse de semejante manera. Si después de que Dios comparta eres capaz de ver con claridad los problemas en el trabajo de la iglesia que los líderes y obreros deberían resolver, entonces deberías abordarlos enseguida sin mayor demora. Deberías ser capaz de llevar la iniciativa para actuar sin necesidad de esperar a que lo Alto asigne personalmente tareas o transmita órdenes. Sean cuales sean los problemas que surjan, se deberían resolver antes de que afecten al trabajo. Antes de que lo Alto siquiera empiece a investigar los problemas, deberías haber informado ya de tu entendimiento sobre ellos y tus soluciones, de los principios para manejarlos y de los resultados de hacerlo. ¡Qué maravilloso sería! ¿Podría lo Alto seguir insatisfecho contigo entonces? Como líder u obrero, si una y otra vez no logras ver el trabajo en el ámbito de tus propias responsabilidades, o incluso si tienes algo de conciencia o ideas, pero sigues procrastinando y no actúas, al tiempo que siempre esperas que lo Alto organice las tareas por ti, ¿no es esto una dejación de la responsabilidad? (Sí). ¡Es una grave dejación de la responsabilidad! Has perdido la actitud y la responsabilidad que conlleva el papel de líder u obrero en cuanto a cómo se debería tratar el deber. En su trabajo, los líderes y obreros deberían seguir de cerca los requerimientos de lo Alto; sea lo que sea que haya compartido lo Alto, eso es lo que deberías poner en marcha, una vez que lo has entendido has de actuar y ponerlo en marcha rápidamente. Resolver los problemas con la verdad es la responsabilidad más importante de los líderes y obreros, no deberías esperar con pasividad a que lo Alto organice el trabajo antes de hacer algo. Si siempre esperas con pasividad, entonces no eres apto para ser líder u obrero, no puedes asumir este trabajo, así que admitir la responsabilidad y dimitir sería la única acción razonable.
Las manifestaciones y desenlaces de tres clases de personas que creen en Dios
I. La mano de obra
Hay quince responsabilidades de los líderes y obreros en total, y ya hemos compartido las catorce primeras. Los problemas que han de resolver los líderes y obreros en la iglesia, además de los de toda clase de personas que están involucradas en estos problemas, se han compartido ya al ochenta o noventa por ciento. Todas estas son tareas que los líderes y obreros han de emprender y problemas que han de resolver. Esto implica muchos problemas. Por una parte, afecta a las responsabilidades que los líderes y obreros deberían cumplir bien; por otra, incluye también los diversos problemas de toda clase de personas en la iglesia. Aunque el tema de nuestra charla durante este periodo sea las responsabilidades de los líderes y obreros y la exposición de los falsos líderes, además hemos compartido mucho sobre los problemas de varias clases de personas —así como los estados y esencias de diversas clases de personas— a los que afecta este tema. Por supuesto, este contenido específico tiene efectos diferentes en toda clase de personas que siguen a Dios en la iglesia. Entre ellas, hay un tipo de persona que, incluso tras oír toda esta charla, todavía mantiene la actitud de “tengo buena humanidad, creo de veras en Dios, estoy dispuesta a renunciar a cosas en mi fe en Dios y a pagar un precio y soportar dificultades para hacer mi deber”. No les importan los diversos estados de toda clase de personas, la verdad involucrada en diversos estados o los principios-verdad que la gente debería entender, que se compartieron durante este periodo. ¿No es este un tipo de persona? ¿Acaso este tipo de persona no es muy representativa? (Sí). Este tipo de persona siempre mantiene cierto punto de vista. ¿En qué consiste sobre todo este punto de vista? En los tres puntos que acabo de mencionar: primero, cree que la humanidad no es mala, e incluso que es buena. Segundo, piensa que cree de veras en Dios, con lo que quiere decir que cree genuinamente en la existencia de Dios y en Su soberanía sobre todo, que cree que el porvenir humano lo controla Dios, que recae bajo Su soberanía, lo cual es una interpretación amplia de “creer de veras en Dios”. Tercero, cree que puede renunciar a cosas en su fe en Dios y soportar las dificultades y pagar el precio para hacer sus deberes. Se puede decir que estos tres puntos son los más básicos, primordiales y centrales que ostentan estas personas en su fe en Dios. Por supuesto, estas cosas se pueden considerar también su capital al creer en Dios, además de los objetivos que persiguen, y su motivación y su rumbo a la hora de actuar. Creen que poseer estos tres puntos las califica para las tres condiciones básicas de salvarse, que las convierte en personas a las que Dios ama y acepta. Este es un grave error; disponer de estos tres puntos indica meramente un poco de humanidad. ¿Es que solo con tener un poco de humanidad se gana la aprobación de Dios? En absoluto; Dios aprueba a aquellos que lo temen y evitan el mal. Estos tres puntos no cumplen con el estándar de la realidad-verdad; son meramente los tres estándares para ser mano de obra. A continuación, compartiré los detalles de estos tres puntos para que los entendáis con claridad. El primer punto es tener buena humanidad. Creen que, con no hacer el mal, no causar trastornos ni perturbaciones y no perjudicar los intereses de la casa de Dios es suficiente, y que esto significa que pueden satisfacer las intenciones de Dios y actuar de acuerdo con los principios. El segundo punto es “creer de veras en Dios”. Lo que ellos llaman “creer de veras en Dios” significa no dudar nunca de Su existencia o del hecho de que es soberano sobre todo, y creer que el porvenir humano está en manos de Dios, lo que ellos creen que los capacita para seguir a Dios hasta el final. Piensan que, mientras crean de veras en Dios, se ganarán Su aprobación. Por tanto, no importa cómo Dios guíe o actúe, o sean cuales sean los problemas que se encuentren, dicen: “Ama a Dios sin más, sigue a Dios, sométete a Dios”. Su método para resolver problemas es demasiado simplista; ¿pueden esas palabras generales resolver algún problema? El tercer punto es la capacidad de renunciar a cosas en su fe en Dios y de soportar las adversidades y pagar un precio para hacer sus deberes. ¿Cómo ponen esto en práctica? Como creen de veras en Dios, cuando hay necesidad en el trabajo de la iglesia o cuando sienten las intenciones urgentes de Dios, pueden de manera proactiva renunciar a sus familias, matrimonios y carreras, dejar de lado sus expectativas mundanas y seguir a Dios y hacer sus deberes con una determinación inquebrantable, sin tener nunca remordimiento alguno. Son capaces de padecer sufrimientos y pagar un precio por cualquiera que sea el deber que la casa de Dios disponga para ellos, aunque signifique comer y dormir menos. Por muy duras que sean las condiciones de vida, o incluso en algunos entornos adversos, pueden todavía insistir en hacer sus deberes. Aparte de estos tres puntos, la práctica de todos estos aspectos relacionados con la verdad no parece relacionada con ellos. Hacen lo que a ellos les parece bueno o correcto. En cuanto a los diversos principios de práctica que Dios le ha relatado al hombre, además de los estados, manifestaciones y la esencia de las diversas actitudes corruptas de las personas que Dios ha dejado en evidencia, piensan que les vale con saber un poco o bien no saber nada en absoluto; sienten que no hay necesidad de buscar específicamente y con meticulosidad diversos principios para examinar su propia corrupción y compensar sus deficiencias ni necesidad alguna de asistir a menudo a reuniones para oír a los demás compartir sus diversos testimonios vivenciales, y luego lograr la autotransformación, entre otras cosas. Al creer en Dios de esta manera, sienten que es demasiado problemático, que es innecesario. Siguen a Dios y hacen sus deberes con un entendimiento superficial de la fe en Dios y un cambio de carácter, además de con diversas nociones y figuraciones sobre el trabajo de Dios. ¿No es este tipo de persona bastante representativo? (Sí). Se fijan a sí mismos un requerimiento muy básico y tienen una actitud de lo más básica respecto a creer en Dios. Más allá de esto, descuidan la verdad, el juicio y la exposición de Dios, la poda, además de las diversas actitudes corruptas y los diversos estados, manifestaciones y demás. Nunca consideran sus problemas ni reflexionan sobre ellos. Es decir, estas personas se consideran con buena humanidad, que son buenas personas y creen de veras en Dios; si bien reconocen que la gente tiene actitudes corruptas, ignoran los estados y manifestaciones específicos de las diversas actitudes corruptas de las personas que Dios ha dejado en evidencia, no dedican ningún esfuerzo a investigar estas cosas. ¿No es esto un tipo de persona? ¿No son estos puntos de vista y manifestaciones específicas de este tipo de persona en su fe en Dios bastante representativos? (Sí). Al considerar los puntos de vista de estas personas al creer en Dios, su entendimiento sobre salvarse y su actitud hacia las palabras de Dios que deja en evidencia diversas actitudes corruptas, ¿bajo qué categoría se debería colocar a estas personas? (En la de aquellos con una fe atolondrada, que no persiguen la verdad). Esta es solo la apariencia superficial; ¿cómo se debería categorizar realmente a estas personas? ¿Hay muchas personas así en la iglesia? (Sí). Cada vez que se discuten problemas específicos y se comparten las verdades correspondientes, empiezan a sentirse somnolientas, a dar cabezadas, o se quedan confusas, no muestran interés. Si se les asigna cualquier trabajo o tarea, se arremangan y se ponen a ello, no esquivan la dificultad ni la fatiga. Piensan que sería genial si creer en Dios fuera como hacer esta clase de trabajo; entonces estarían motivadas. Cuando llega el momento de padecer dificultades, de pagar el precio y esforzarse en el trabajo, muestran una seriedad auténtica. Sin embargo, ¿es esta auténtica seriedad y entusiasmo lo mismo que ser leal? ¿Es la manifestación que uno debería tener después de entender los principios-verdad? (No). Por medio de Mi charla, ¿podéis ver en qué categoría se debería clasificar a estas personas? (Son mano de obra). Eso es. Son mano de obra, y así es como cree en Dios la mano de obra.
Comenzamos hablando sobre la esencia-naturaleza y las diversas manifestaciones de los anticristos, así como de las diversas manifestaciones de aquellos que tienen el carácter de los anticristos, pero en realidad no lo son. Ahora estamos compartiendo las manifestaciones de las diversas clases de personas a las que afectan las responsabilidades de los líderes y obreros. Aunque estos temas que se han compartido han tratado sobre los anticristos y los falsos líderes, los problemas y las manifestaciones específicas que se han tocado respecto a cada aspecto guardan relación con las actitudes corruptas de la especie humana corrupta, además de los diversos estados y manifestaciones que se producen bajo el dominio de las actitudes corruptas. Aunque los falsos líderes y los anticristos son solo una minoría, las actitudes de los falsos líderes y anticristos, así como sus diversos estados y manifestaciones, existen en todas las personas en diferente medida. Ahora que estos problemas se han compartido en tal detalle, aquellos que persiguen la verdad tendrán a continuación más senda y dirección, así como objetivos más claros a la hora de perseguir la verdad, practicarla, entender los principios-verdad y entrar en la realidad-verdad. Esto es algo bueno para ellos y un motivo de alegría. En otras palabras, se embarcan en un nuevo hito en su fe en Dios. Ya no viven bajo preceptos, rituales religiosos o palabras y doctrinas ni bajo consignas. En cambio, cuentan con dirección y objetivos más concretos para la práctica, y por supuesto tienen principios más específicos que seguir. Cómo practicar bajo ciertas circunstancias y cuáles son los principios-verdad involucrados, o qué estados y corrupciones tienen las personas y cómo se deberían tratar, además de cómo buscar la verdad para resolverlos; los dos temas principales compartidos de los anticristos y los falsos líderes afectan sobre todo a estos contenidos. Respecto a aquellos que persiguen la verdad, mientras más concreta sea la manera de compartirla, más senda de práctica tienen. Mientras más específica sea la enseñanza de la verdad, más resplandece y más claro se vuelve el corazón de una persona, más puede saber sobre sí misma y entenderse, y más consciente es de en qué debería entrar a continuación y qué problemas ha de resolver después. En cuanto al tipo de personas que se ha mencionado ahora mismo que son mano de obra, después de que hayamos hablado extensamente sobre los diversos estados producidos por las actitudes corruptas de la especie humana y los diversos problemas de corrupción que se han de resolver, siguen impasibles. ¿Qué significa que sigan impasibles? Significa que todavía no tienen claras la búsqueda de la verdad ni la senda de salvación de las que habla Dios, ni las captan. Lo que es más grave, después de que se han compartido muchas manifestaciones y problemas esenciales, siguen pensando: “Tengo buena humanidad, creo de veras en Dios, estoy dispuesta a renunciar a cosas en mi fe en Dios y a pagar un precio y soportar dificultades para hacer mi deber; esto es suficiente”. Al enfrentarse a las situaciones, no se examinan a sí mismas ni se comparan con las palabras de Dios, sino que tratan de resolver los problemas solo en base a su propia bondad humana o a la poca conciencia y razón que tienen. Por supuesto, algunas personas se amparan en la contención y la paciencia, aguantan una vez tras otra, mientras que otras confían en las filosofías para los asuntos mundanos, hacen que los problemas importantes parezcan menores, y luego hacen que los problemas menores no parezcan problemáticos. El objetivo que persiguen es: “Para cuando Dios concluya su trabajo, si todavía estoy en la iglesia haciendo mi deber, si no se me ha echado, con eso es suficiente. Si tengo un verdadero entendimiento de mí mismo, si mis actitudes corruptas se han resuelto, si tengo una verdadera sumisión a Dios, si soy una persona que teme a Dios y evita el mal, esos son problemas menores que no merece la pena mencionar. Haces una montaña de un grano de arena, compartes la verdad en gran detalle, sacas a relucir incluso los problemas más pequeños para compartirlos sin cesar, siempre nos haces discernir. Sencillamente, no estoy dispuesto a escuchar estas enseñanzas sobre la verdad, no tengo el menor interés. Cuando llegue el día de Dios, ¡sería una maravilla que pudiéramos entrar directamente en el reino!”. Si bien es cierto que la paciencia de todo el mundo tiene sus límites, la paciencia de tales personas es infinita. ¿Por qué? Porque creen que tienen buena humanidad, creen de veras en Dios, tienen la habilidad de renunciar a cosas como creyentes en Él, así como la voluntad de pagar un precio y padecer sufrimiento para hacer su deber; cuando se enfrentan a cualquier cosa, cuentan con sus propias soluciones, al final son capaces de llevar a cabo sus deberes con constancia y de mantenerse firmes. Sin embargo, da igual cómo insistan en hacer sus deberes o por qué medios padezcan hasta el final, con independencia de su motivación, una cosa es cierta: no tienen verdadera sumisión a Dios y nunca entienden sus propias actitudes corruptas. Para ser más exactos, estas personas no admiten que tengan corrupción ni reconocen los diversos estados y problemas que surgen de las actitudes corruptas de las personas que Dios dejó en evidencia. Aunque a veces coincidan con estos estados y problemas, los abordan con un método frío, dicen: “Todo el mundo es igual de corrupto. La esencia-naturaleza de todos es la de los diablos y Satanás; todos somos enemigos de Dios. Este es un hecho que nadie puede cambiar. Sin embargo, mientras uno insista en hacer su deber, Dios seguro que lo aprobará, y aquellos que persistan hasta el final serán los vencedores”. A juzgar por estos puntos de vista, son bastante vigorosas en su creencia en Dios, pero en cuanto a compartir testimonios vivenciales, guardan silencio, no son capaces de decir ni una palabra. Cuando toca compartir la verdad en las reuniones, se sienten somnolientas y no pueden asimilarla. Si les preguntas: “¿Cómo experimentas las palabras de Dios en tu deber todos los días?”, dicen: “Hago cualquier cosa que la iglesia disponga que haga. ¿Requiere esto experiencia?”. Parece que no lo entienden. Si luego les preguntas. “¿Has revelado alguna corrupción? ¿Cómo te entiendes a ti misma?”, dicen: “Solo me someto a Dios y lo amo; ¿qué problemas podría haber?”. Su pensamiento es así de simple. Este es su punto de vista: “Creer en Dios debería ser así. ¿Por qué molestarse con tantos temas triviales? ¡Estáis complicando demasiado las cosas!”. Por tanto, hacen su deber y llevan a cabo tareas sin buscar nunca los principios-verdad, sino más bien actuando desde las buenas intenciones y el entusiasmo. Para ser más precisos, actúan bajo el dominio de la conciencia y la razón, piensan: “Ya he sufrido y pagado un precio en gran medida; ya he practicado la verdad y satisfecho a Dios con creces; no me pidas más. Estoy bien, soy una buena persona y creo de veras en Dios”. Por supuesto, hay veces en las que estas personas no pueden evitar desahogarse, y entonces queda en evidencia su verdadero ser. Pueden soltar muchas palabras y doctrinas, pero carecen de cualquier estatura real; en otras palabras, no tienen vida. ¿A qué se refiere concretamente no tener vida? (No tienen verdad). ¿Cómo surge no tener verdad? (No aman la verdad ni la persiguen). No es siquiera una cuestión de si aman o no la verdad; para ser precisos, no aceptan la verdad. Algunos podrían decir: “¿Cómo puedes decir que no aceptan la verdad? Padecen mucho sufrimiento y pagan un gran precio para hacer su deber, trabajan duro todos los días de la mañana a la noche; ¿cómo puedes decir que no tienen verdad?”. ¿Se les agravia por decir esto? Sin embargo, si te fijas en estas personas, detrás de su sufrimiento y de que paguen el precio, ¿acaso todo lo que hacen se halla dentro del ámbito de los principios-verdad? ¿Buscan principios en todo lo que hacen? ¿Acuden ante Él con un corazón temeroso de Dios y hacen las cosas de acuerdo con Sus palabras y los principios requeridos por Su casa? No; todo se trata de acciones humanas, de restricción humana. ¿Cuál es su principal manifestación de no aceptar la verdad? Es que, antes de hacer algo, nunca buscan activamente la verdad ni jamás reflexionan con seriedad sobre cuáles son los principios de la verdad y luego practican estrictamente de acuerdo con las palabras de Dios. ¿Albergan tales pensamientos y actitudes? ¿Cuál es su actitud hacia las diversas manifestaciones del carácter corrupto de la especie humana que Dios ha dejado en evidencia? ¿Aceptan estas palabras? ¿Admiten que se trata de hechos? ¿Reconocen que estas manifestaciones específicas son revelaciones de corrupción? Puede que asientan para mostrarse de acuerdo o admitirlo de cara al exterior, pero en su corazón no lo aceptan; lo ignoran. ¿Qué significa ignorarlo? En concreto, significa no aceptarlo, no tener una actitud clara ni una resistencia u oposición obvias, sino adoptar una actitud de tratar con frialdad estas palabras que dice Dios. Decir “tratar con frialdad” es un poco abstracto; en concreto, es que piensan: “Dices que las personas son arrogantes y falsas, pero ¿quién no es falso? ¿Quién no tiene un poco de astucia? ¿Quién no muestra algo de arrogancia o altanería? ¿Acaso es para tanto? Mientras que uno pueda padecer sufrimiento y pagar el precio, con eso basta”. ¿No es esta una actitud y una manifestación específica de no aceptación? (Sí). Esto es no aceptar la verdad. Su actitud hacia las palabras de juicio y exposición de Dios es la de ignorarlas y no aceptarlas. Por tanto, en lo que respecta a las evaluaciones y recordatorios que los hermanos y hermanas les hacen, e incluso a las indicaciones y la ayuda que los hermanos y hermanas aportan para sus actitudes corruptas, ¿pueden aceptar estas cosas? (No). Decidme entonces, ¿cuáles son sus manifestaciones específicas? ¿Por qué no pueden aceptar estas cosas? ¿En qué te basas para decir esto? Por ejemplo, cuando les dices: “No puedes hacer tu deber de una manera tan descuidada; esto es una negligencia”, ¿qué manifestaciones suyas prueban que no aceptan la verdad? (Dirían: “Ya me he dedicado a ello de corazón. He sufrido y he pagado el precio. ¿Cómo puedes decir que estoy siendo negligente?”). Esto es justificarse a sí mismos. ¿Buscarían excusas a veces? Aunque lo admitan en su corazón, siguen pensando: “Fui superficial, ¿y qué? ¿Quién no tiene días malos? ¿Quién no experimenta emociones normales? Sin embargo, no puedo admitir que soy superficial; he de buscar una excusa para encubrirlo. No puedo perder mi prestigio”. Así, encuentran muchas razones y excusas para defenderse de manera sofística, no admiten el hecho de que estaban siendo negligentes, no reconocen sus propios problemas a este respecto ni aceptan indicaciones de otras personas. Esta es una manifestación específica de no aceptar la verdad. Cuando no afrontan situaciones reales, se consideran “una buena persona que cree de veras en Dios”. Al afrontar situaciones, aunque ya no pueden usar esto como un escudo, siguen encontrando suficiente razón para justificar y defenderse, pasar por alto el problema, darle fin y luego continuar viéndose como “una buena persona, con buena humanidad, que cree de veras en Dios y tiene la capacidad de renunciar y la de soportar las dificultades y pagar un precio para hacer su deber”. Si se habla con precisión, las manifestaciones, la esencia de tales personas, es la de aquellos que son mano de obra. Este grupo ocupa una proporción significativa en la iglesia. Al margen de la proporción, si al final estos individuos pueden de veras sufrir y pagar un precio, así como aguantar y persistir hasta el final sin cometer ninguna transgresión importante, sin vulnerar los decretos administrativos de Dios ni ofender Su carácter, entonces son mano de obra leal, pueden quedarse. ¡Esta es una bendición considerable! No persiguen la verdad ni pueden seguir la voluntad de Dios, dar testimonio de Él ni actuar como testigos de las palabras y la obra de Dios; recibir esta bendición ya está bastante bien. ¿Qué podría esperar uno ganar sin perseguir la verdad? Ser mano de obra leal no está mal. Algunas personas preguntan: “¿Es posible que estos individuos se conviertan en el pueblo de Dios?”. Sí. La única posibilidad es que si estos individuos, sobre la base de ser capaces de renunciar y sufrir, pueden aceptar la verdad, reconocer y afrontar correctamente su propia corrupción y luego buscar la verdad para resolverla, no actuar conforme a la bondad o la restricción humanas, al aguante y la perseverancia humanos, sino practicar de acuerdo a los principios-verdad, de modo que al final, su carácter puede experimentar algunos cambios, entonces tienen alguna posibilidad de convertirse en el pueblo de Dios. Sin embargo, si sus acciones y comportamientos no guardan relación con el cambio de carácter ni con aceptar la verdad y salvarse, entonces su posibilidad de convertirse en el pueblo de Dios es nula; esto es un hecho. ¿Cuál es el principio para tratar a la mano de obra leal? Es hacer el mayor esfuerzo para ayudar a estas personas a que se aclaren la cabeza. ¿Qué propósito tiene que se aclaren? Prevenir que busquen sueños imposibles. Hay quien puede preguntar: “¿Qué significa ‘buscar sueños imposibles’?”. Es cuando la gente considera “tener buena humanidad, creer de veras en Dios y tener la capacidad de renunciar y la disposición a pagar un precio”, y luego esperan que Dios la salve, lo cual es imposible. Debe quedarle claro que mantener el punto de vista de que “tener buena humanidad, creer de veras en Dios y tener la capacidad de renunciar y la disposición a pagar un precio puede llevar a recibir la salvación de Dios” es incorrecto y estúpido. Debe quedarle claro que tener estas cualidades no significa que uno se haya deshecho de su actitud corrupta ni que tener un poco de buen comportamiento signifique que uno se pueda salvar, menos aún que uno haya obtenido la verdad, así como ha de quedarle también claro que sus puntos de vista son absurdos, ridículos e inconsistentes con la verdad expresada por Dios y del todo incompatibles con ella. Se debería prestar ayuda a estas personas que se aferran con terquedad a sus nociones religiosas; leerles las palabras de Dios y compartir la verdad con ellas. Si siguen sin poder aceptar la verdad y, por mucho que la compartas siguen sin obtener esclarecimiento y no muestran intenciones de buscar, entonces no hay necesidad de forzarlas. Solo pueden servir como mano de obra hasta el final.
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