Las responsabilidades de los líderes y obreros (29) Parte 1
Punto 15: Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo para garantizar que los diversos aspectos importantes del trabajo puedan avanzar de forma ordenada
¿Dónde nos quedamos la vez anterior al compartir el tema de las responsabilidades de los líderes y obreros? (La última vez hablamos sobre todo de las últimas tres manifestaciones de la decimocuarta responsabilidad de los líderes y obreros relativa a discernir a los diversos tipos de personas según su humanidad. Estas tres manifestaciones son: ser cobarde y suspicaz, ser propenso a buscarse problemas y tener un trasfondo complicado). En la ocasión anterior, terminamos de compartir los tres últimos temas de la decimocuarta responsabilidad de los líderes y obreros, así que hoy vamos a hablar sobre la decimoquinta responsabilidad. ¿Cuál es? (“Punto 15: Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo para garantizar que los diversos aspectos importantes del trabajo puedan avanzar de forma ordenada”). “Proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo”. Esta responsabilidad implica otro aspecto de las responsabilidades de los líderes y obreros; es además un aspecto específico del trabajo que los líderes y obreros deben llevar a cabo bien. ¿A qué se refiere este aspecto del trabajo? (Se refiere a mantener a salvo al pueblo escogido de Dios). Está relacionado con problemas de seguridad personal. ¿Acaso este tema no se encuentra a menudo presente en el trabajo de la iglesia? ¿No estáis familiarizados con este tema? (Sí). No les resulta ajeno a los hermanos y hermanas chinos, ya que en el entorno social de China se persigue y arresta a los creyentes, así que necesitan garantías de seguridad al hacer su deber y en todos los aspectos de la vida. Por tanto, este trabajo recae en el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros; no es algo opcional. Con independencia de si un país tiene libertad religiosa, disponer de manera adecuada la colocación del personal que hace diversos deberes importantes es un aspecto específico del trabajo que los líderes y obreros deben emprender. El enfoque o los requerimientos específicos de este trabajo pueden diferir, pero todo concierne básicamente a si los hermanos y hermanas pueden hacer sus deberes a salvo y con seguridad, y a si se pueden garantizar los resultados de sus deberes. Por tanto, no descuides este trabajo ni lo consideres irrelevante para ti porque vivas en un país democrático. Al margen del sistema de gobierno del país en el que vivas o de si allí se persigue a los creyentes, este trabajo recae en el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros; es trabajo que los líderes y obreros deben llevar a cabo; nadie está exento, y no se debería considerar un trabajo “adicional”. Entonces, hoy vamos a compartir todos los diversos problemas relacionados con este tema.
Quiénes integran el personal de tareas importantes
Primero, vamos a fijarnos en qué se quiere decir con “todo el personal de tareas importantes” mencionado en la decimoquinta responsabilidad. ¿No es este un tema sobre el que deberíamos compartir? (Sí). Por tanto, ¿a qué se refiere “todo el personal de tareas importantes”? Establezcamos primero el alcance de las personas a las que va dirigido este trabajo. ¿Quién puede hablar de esto? (En todo el personal de tareas importantes se incluye a los hermanos y hermanas en los equipos de vídeo, de producción de películas, de corrección de textos y de himnos, y a aquellos que hacen otros deberes importantes. Asimismo, se incluye a algunos hermanos y hermanas que desempeñan papeles clave en diversos aspectos importantes del trabajo, además de a los supervisores de cada equipo). ¿Quién más quiere añadir algo sobre esto? (También incluye a los líderes y obreros). Desde luego, los líderes y obreros deben estar bien protegidos. ¿Quién más? (También hay personal importante que maneja asuntos generales, como el personal financiero). (Y los hermanos y hermanas que, por creer en Dios y hacer deberes, están buscados o fichados por la policía y también necesitan protección). Esta es otra categoría y es un grupo especial. Resumamos cuántas categorías hay. La primera categoría incluye a los líderes y obreros. La segunda categoría consta de personal que es indispensable para los diversos aspectos de la obra de la casa de Dios, en especial los líderes de equipo y los supervisores de diversos aspectos del trabajo y el personal que cuenta con buen calibre, entendimiento espiritual y la habilidad de captar principios y asumir trabajo importante de manera independiente. Hay muchos tipos de personal que manejan diversos aspectos del trabajo, como el trabajo relacionado con textos, el de himnos, el de producción de películas y demás, así como aquellos que predican el evangelio, dan testimonio o sirven como directores del evangelio, entre otros. Asimismo, esto incluye al personal que maneja el trabajo de finanzas, custodia y asuntos externos. Estos individuos desempeñan un papel secundario en el trabajo de la iglesia y son indispensables; están todos incluidos como parte del personal que maneja diversos aspectos del trabajo. Esta es la segunda categoría importante. La tercera categoría importante incluye a aquellos que participan en el trabajo peligroso de la iglesia. En particular, en países con regímenes autoritarios donde no hay libertad religiosa, hay algunos aspectos del trabajo extremadamente peligrosos, como imprimir libros, transportarlos, custodiar los activos de la iglesia, así como acoger y disponer la colocación del personal que hace deberes importantes. ¿Quién más está incluido? (Existe además algo de personal de asuntos generales que transmite información al exterior; los deberes que hacen son también relativamente peligrosos). Se considera también que estos individuos se dedican a un trabajo peligroso. Sin embargo, no cabe duda de que no desempeñan este trabajo de manera ocasional; en cambio, se especializan en llevar a cabo estas tareas importantes y peligrosas, como las de trasmitir información, distribuir arreglos del trabajo, distribuir todos los vídeos, películas o grabaciones de sermones de la casa de Dios y demás. En los países autoritarios sin libertad religiosa, los líderes y obreros deben tener claro quién del pueblo escogido de Dios está haciendo deberes importantes y llevando a cabo trabajo peligroso. En resumen, estos individuos pertenecen además a una categoría de personal de tareas importantes, y los líderes y obreros deben concederle una consideración especial a su seguridad; no puede pasarse por alto. Esta es la tercera categoría. La cuarta es otro grupo indispensable para el trabajo de la iglesia. Estos individuos poseen habilidades y dones especiales, como que se les da bien predicar el evangelio, dar sermones, regar a la iglesia o responsabilizarse de organizar aspectos particulares del trabajo. Estos individuos pueden ser líderes y obreros, supervisores de diversos aspectos del trabajo o personas que participan en una tarea peligrosa. Sin ellos, habría un vacío en las tareas importantes de las que se ocupan y nadie más podría desempeñar su papel. Por tanto, estos individuos deberían estar protegidos, y su seguridad debería estar asegurada. Esta es una categoría de personas. Otra categoría es la de aquellos que son buscados o están fichados por la policía de países donde se persigue la religión debido a su creencia en Dios. Con independencia del ámbito de la orden de búsqueda o del trabajo específico que emprendan en la iglesia, mientras se los busque por su creencia en Dios y por hacer su deber, los líderes y obreros deberían buscar maneras de protegerlos, así como disponer que se los coloque en lugares relativamente seguros para hacer su deber. Entre todos los países que persiguen la fe religiosa, la más grave es la persecución en China. En varias provincias y regiones a lo largo de China, se ha arrestado a muchas personas o las están buscando, y no pueden regresar a casa. A lo largo y ancho del mundo y en todos los continentes hay algunos países similares que persiguen la fe religiosa como en China, y en esos países también se hallan algunos que, debido a haber aceptado a Dios Todopoderoso, se enfrentan a la persecución y son incapaces de regresar a casa. En cuanto a aquellos que están perseguidos y no pueden regresar a casa, los líderes y obreros deberían disponer que se los colocara en una iglesia con un deber a tiempo completo lo antes posible. Los líderes y obreros deberían establecerlos en entornos relativamente seguros respecto a las condiciones locales para que puedan hacer sus deberes. Este es un aspecto del trabajo prioritario que debe hacerse bien. Estos individuos que han sido arrestados o son buscados forman la quinta categoría del personal necesitado de protección. Hay otra categoría entre el personal que maneja diversos aspectos de trabajo importante y que es especial. Puede que en ese momento estos individuos no sean líderes u obreros, que no participen en tareas peligrosas, pero que han hecho con anterioridad muchos deberes y su trabajo ha cubierto un amplio abanico. Conocen a muchas familias anfitrionas y también al personal que hace deberes importantes. Por tanto, si se arrestara a tales individuos, esto supondría también un desastre para el trabajo de la iglesia. Habría que referirse a estos individuos como “informados”, y se les debería incluir también entre todo el personal de tareas importantes. Los líderes y obreros deberían garantizar su seguridad, con el propósito de proteger la seguridad de todo el pueblo escogido de Dios y garantizar que el trabajo de la iglesia pueda avanzar con normalidad. Algunos individuos en esta categoría en particular son bastante descuidados; no saben ser cautos y no tienen mucha sabiduría. Siempre tienden a actuar movidos por el entusiasmo, de modo que hacen cosas imprudentes en el exterior. Como nunca los han arrestado ni torturado, no son conscientes del peligro que implica ni de las consecuencias potenciales de que algo vaya mal, y menos aún entienden cuál sería la gravedad de esas consecuencias. Como consideran que solo están creyendo en Dios, que no hacen nada malo, no le temen a nada. En consecuencia, después de trabajar durante un tiempo en el ámbito local, puede que se hagan bastante conocidos y el gobierno los ponga bajo vigilancia. ¿Acaso no supone eso un peligro? Una vez que los arrestan, si no pueden soportar el interrogatorio por medio de la tortura, puede que se conviertan en judas y vendan a los hermanos y hermanas. Esto causaría enormes pérdidas a la iglesia e implicaría a otros hermanos y hermanas, los pondría en riesgo de arresto y de cárcel, lo cual tendría un impacto grave en los diversos aspectos del trabajo. Por tanto, la iglesia debería también priorizar la protección de tales individuos. Si no se les puede encontrar un lugar seguro para ocultarlos en el ámbito local, se les debería recolocar en un lugar relativamente seguro en otro sitio para que hagan su deber. Esta es otra categoría más de personas. Debido a la especial cualidad de su situación, los líderes y obreros han de disponer colocaciones para ellos, de modo que se los incluya también entre todo el personal de tareas importantes. ¿Cuántas categorías de personas hay en total? (Seis categorías. La primera es la de los líderes y obreros. La segunda la compone el personal indispensable que se ocupa de diversos aspectos del trabajo en la casa de Dios; los supervisores, los líderes de equipo y los directores evangélicos, y aquellos que pueden encargarse del trabajo. La tercera categoría es el personal que participa en el trabajo peligroso de la iglesia. La cuarta es la de aquellos con habilidades y dones especiales. La quinta categoría consiste en los fichados por la policía, a los que se persigue y los que están buscados. Y la sexta categoría es la de las personas informadas). Hemos abarcado básicamente a todo el personal importante implicado en diversos aspectos del trabajo, pero hay una categoría que queda por añadir: si cualquier hermano o hermana de la iglesia, debido a que ha salido a hacer su deber, es arrestado o se enfrenta a una situación inesperada, por lo que es incapaz de cuidar de sus hijos menores, entonces los líderes y obreros deberían disponer que se coloque a esos niños en una casa adecuada para que dispongan de medios de subsistencia. Este también es un aspecto especial del trabajo. Aunque este aspecto del trabajo no incumbe al trabajo de la iglesia y solo surge de una serie especial de circunstancias, los líderes y obreros deben responsabilizarse de disponer lugares aptos para estos menores. Si no tienen parientes adecuados o son no creyentes y no están dispuestos a acogerlos, entonces la iglesia debería aceptarlos. La iglesia no debería solo disponer una familia de acogida adecuada para ellos, sino también asignarles hermanos y hermanas para que sean responsables de su cuidado. Una vez que se ha dispuesto un lugar adecuado para ellos, si creen en Dios, eso es sin duda lo ideal y, cuando lleguen a la adultez, pueden desempeñar su deber en la iglesia. Si no creen en Dios, cuando lleguen a adultos y entren en la sociedad, ya no estarán conectados con la iglesia y nuestra responsabilidad ya se habrá cumplido bien. No hará falta que nos preocupemos por sus asuntos más allá de ese punto. ¿Es eso lo apropiado? (Sí). Aunque este trabajo no implica a los diversos aspectos del trabajo de la iglesia, debería todavía incluirse dentro del ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros. Si hay que ubicar a los hijos de aquellos que hacen su deber en la iglesia, eso es algo que, a menos que no sean conscientes de la situación, los líderes y obreros no pueden ignorar. Si tienen conocimiento del asunto, deberían hacer preguntas, encargarse del tema y asumir esta responsabilidad de disponer un lugar adecuado para esos niños. Los líderes y obreros deberían garantizar que los hermanos y hermanas que hacen su deber —en especial aquellos que llevan a cabo tareas importantes— se hallen libres de preocupaciones en lo que respecta a este asunto. Llevar a cabo bien este aspecto del trabajo no es difícil, ¿no? (No). Hay al menos seis categorías de personal de tareas importantes. La séptima categoría es adicional, representa un tipo de circunstancia muy especial. El diverso personal que se ha delimitado en estas primeras seis categorías puede que no esté para nada presente en todas las zonas pastorales ni en todos los países. Sin embargo, con independencia del país, proteger a los líderes y obreros y a aquellos que hacen deberes importantes es un aspecto crucial del trabajo. Este es un aspecto del trabajo al que todos los líderes y obreros de la iglesia deben prestar atención, así como una responsabilidad que deben cumplir bien.
Proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior
I. Requisitos de seguridad para las familias anfitrionas
Ahora que hemos aclarado quién es el personal de tareas importantes, vamos a fijarnos en los detalles del trabajo que deben hacer los líderes y obreros, a saber: proteger a todo el personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior y mantenerlo a salvo. Por tanto, ¿qué trabajo específico se ha de hacer para protegerlos de manera eficaz de la interferencia del mundo exterior, para que se considere que los líderes y obreros han cumplido bien sus responsabilidades? En lo que respecta a llevar a cabo trabajo específico, algunos líderes y obreros se sienten en mitad de un dilema, se rascan la cabeza y se ponen muy acalorados y molestos, sin saber cómo actuar. Hay un importante principio relativo a disponer la colocación de este personal de tareas importantes. Se lo debe proteger de la interferencia del mundo exterior para garantizar su seguridad. Ya se coloque al personal de tareas importantes en los hogares de los hermanos y hermanas o en casas alquiladas, el punto esencial es que se ha de garantizar su seguridad. Garantizar su seguridad significa protegerlos de la interferencia del mundo exterior. Por tanto, ¿qué deben hacer los líderes y obreros para protegerlos de la interferencia del mundo exterior? Se requiere disponer la colocación de aquellos que hacen tareas importantes en lugares adecuados. Vamos a fijarnos en estos dos aspectos: uno es el entorno interno de la familia anfitriona y otro es el entorno externo. En cuanto al entorno interno, para empezar, el anfitrión debe ser un auténtico creyente, estar dispuesto a acoger, ser capaz de mantener la confidencialidad, actuar con cautela y lidiar con el mundo exterior con sabiduría. Si surge alguna situación especial, debería saber cómo responder ante ella; debería poder lidiar con ella y abordarla de una manera proactiva en lugar de pasiva. Asimismo, debería tener una buena reputación en el ámbito local, o tal vez algo de prestigio y conexiones locales. Aunque carezca de influencia, al menos debería ser una persona que se mantiene en el lugar que le corresponde y lleva una vida decente y nunca se busca problemas ni atrae a individuos turbios a su casa. No debería tener amigos que se reúnan para jugar al mahjong o para beber. Asimismo, sus relaciones con el mundo exterior y con sus vecinos deberían ser relativamente normales. No se debería enredar en ninguna disputa sobre deudas ni entrar en conflictos con sus vecinos. En otras palabras, el entorno de su hogar debería ser relativamente calmado, el anfitrión no debería tener relaciones complicadas y muy pocos forasteros deberían ir por su casa para causar perturbaciones y demás; todos los aspectos deberían ser apropiados. Además, los hijos del anfitrión o sus parientes deberían apoyar su creencia en Dios, o al menos no oponerse a que acoja a hermanos y hermanas, y desde luego no ir por ahí hablando de estas cosas de manera imprudente. Puede que alguien diga: “¡No es fácil encontrar a una familia anfitriona que cumpla estos criterios!”. A lo que esto se refiere es a encontrar un lugar relativamente adecuado; no se requiere la perfección absoluta. Como poco, el entorno de vida debería ser apropiado —tranquilo y libre de interferencia exterior— lo cual cumple bien con el requerimiento de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior. En algunas familias de acogida, aunque no todos los miembros de la familia sean creyentes, la persona que acoge tiene prestigio dentro de la casa y es la que toma las decisiones. Sus hijos o parientes no creyentes no se atreven a interferir con su creencia en Dios o con que acoja a hermanos y hermanas; aunque no estén de acuerdo en su fuero interno, no se atreverían a compartir esta información con gente de fuera de la familia. Si de veras sucede algo, puede que incluso ayuden a proporcionar protección. De esta manera, los hermanos y hermanas que se quedan en casa de este anfitrión también pueden continuar en ella sin verse afectados por la interferencia del mundo exterior. En algunos casos, el anfitrión se muestra asustadizo, tiene miedo de que sus hijos pudieran dejar en evidencia su creencia en Dios, de que sus vecinos puedan enterarse de su creencia y denunciarlo y, en especial, de que las cosas pudieran torcerse y lo arresten. Una vez que empieza a acoger hermanos y hermanas, se pasa el día en vilo, incapaz de comer durante el día o de dormir durante la noche, se pasa el día preocupado y asustado, como un ladrón. Cada vez que pasa algo, como que el gobierno tenga planes de comprobar los registros de los domicilios o que acuda personal del gobierno a su casa para hacer algo con diversos pretextos, se asusta hasta el extremo y quiere constantemente que los hermanos y hermanas se marchen de inmediato para no verse implicado él mismo. Cuando los hermanos y hermanas perciban esto, deberían recolocarse de inmediato, ya que ese lugar no es apropiado para la acogida; puede que solo se pueda usar como una parada temporal durante unos pocos días. Si los hijos, parientes o amigos de la familia de acogida son personas malvadas que, al enterarse de que el anfitrión recibe a los creyentes, podrían llegar a perturbar o incluso entregar a los hermanos y hermanas a la policía, entonces eso es demasiado peligroso. Una familia anfitriona semejante no es apropiada para la acogida. Algunos padres se comportan como esclavos delante de sus hijos; puede que digan: “Está bien, mis hijos me escuchan”, pero en realidad, la obediencia de sus hijos depende de la situación. Cuando afecta a sus propios intereses, los hijos no los escuchan. Tal persona no se atrevería a dejar que sus hijos sepan que acogen a hermanos y hermanas. Si sus hijos o parientes se enteraran, sin duda harían que los hermanos y hermanas se fueran, y el anfitrión no sería capaz de detenerlos; no tienen la última palabra en su propia casa. Una persona así no es apta para ser anfitriona; puede que tenga el deseo, pero carece de la valentía para acoger. ¿Se atrevería de veras una persona cobarde a ser anfitriona? Si no puedes garantizar la seguridad de los hermanos y hermanas, entonces no eres apto para este deber; no deberías prestarte voluntario para ello ni hacer promesas vacías a los líderes y obreros, así como tampoco aceptar este deber. ¿Creéis que es apropiado que los líderes y obreros dispongan colocar a los hermanos y hermanas en una casa de acogida semejante? (No). Es extremadamente inapropiado. No envíes a los hermanos y hermanas a las fauces del peligro. Puede que los hermanos y hermanas estén bastante a salvo viviendo en otra parte; si dispones que se queden en la casa de esta persona, donde los hijos o parientes son no creyentes y podrían denunciarlos y entregarlos a la policía en cuanto descubrieran que hay creyentes hospedándose allí, y de ese modo se ponen en peligro sus vidas, ¿acaso ese anfitrión no sufrirá las consecuencias? Si el anfitrión está dispuesto a arriesgar su vida para proteger a los hermanos y hermanas en tales situaciones y efectivamente puede garantizar su seguridad, y si acostumbra a demostrar una sabiduría considerable, entonces esta familia anfitriona aún puede ser una elección adecuada. Sin embargo, si no es capaz de arriesgar su vida para proteger a los hermanos y hermanas y, cuando los no creyentes de su familia amenazan con denunciar a los hermanos y hermanas y entregarlos a la policía, no le pone solución y solo es capaz de retroceder, de hacer como una tortuga que esconde la cabeza en su caparazón, y no protege a los hermanos y hermanas y se limita a permitir que los no creyentes los entreguen, entonces esta casa no es apropiada para ser anfitriona. Si los hermanos y hermanas permanecen allí temporalmente durante unos cuantos días, y luego se los recoloca de inmediato en un lugar adecuado en cuanto se da con uno, eso es apenas tolerable. No sería apropiado permanecer a largo plazo en una casa así para hacer su deber. La familia de acogida debe al menos ser capaz de proteger la seguridad de los hermanos y hermanas; este es un requisito para ser familia de acogida. En cuanto a aquellos que hacen su deber para evitar interferencias del mundo exterior, para empezar, su entorno de vida debe ser apropiado; asimismo, las propias cualidades del anfitrión deben además ser adecuadas en todos los aspectos; es decir, debe ser capaz de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior. Solo si es capaz de lograr esto, pueden los líderes y obreros disponer que el personal de tareas importantes se hospede en su casa. Si el anfitrión tiene poca fe y es incompetente y pusilánime, si es incapaz de tener la última palabra en su propia casa y puede aparecer cualquier hijo o pariente no creyente para ponerse al mando, eso resulta bastante problemático. Un lugar así es del todo inapropiado para la acogida. Aunque la casa sea grande, con muchas habitaciones, un entorno cómodo y por lo demás unas buenas condiciones, sigue sin ser adecuada para acoger. Solo un entorno apropiado para vivir no es suficiente; el anfitrión debe ser también adecuado. La clave aquí es que el anfitrión debe primero ser capaz de garantizar que el personal que hace sus deberes al que acoge está protegido de la interferencia del mundo exterior. Solo entonces debería considerarse este entorno para vivir. Todavía es aceptable un entorno ligeramente menos ideal; ya se trate de un lugar pequeño, con una conexión a internet limitada, una comida más simple o un acceso al agua menos ventajoso. Mientras el anfitrión sea adecuado, sea capaz de responder al peligro cuando este surja, de gestionar diversas situaciones complejas y, sobre todo, de lidiar de manera adecuada con cualquier circunstancia especial que pueda surgir para proteger la seguridad de los hermanos y hermanas, entonces es acorde al estándar como anfitrión. Nuestros requerimientos relativos al entorno de vida de una familia anfitriona no son altos; lo más importante es que pueda garantizar la seguridad. No hay necesidad de entrar en detalles llegado este punto.
II. Requisitos para el entorno del lugar de la residencia
En cuanto al entorno exterior que rodea a la residencia de la familia anfitriona, lo primero que deben considerar los líderes y obreros es si esta es segura. Con independencia de las condiciones de la familia anfitriona o de si la residencia es la casa de un hermano o hermana o es alquilada, es necesario considerar si el entorno externo de la residencia es seguro; este es el punto más importante. En primer lugar, solo es adecuado si la creencia en Dios de esta familia anfitriona no es bien conocida y no hay registros de su creencia en la Oficina de Seguridad Pública. Si cuando los hermanos y hermanas se reunían allí en el pasado, los vecinos informaban de ello al gobierno, y este ya está al tanto de que la familia realiza a menudo reuniones con extraños, entonces esta localización no es adecuada para acoger. En el caso de alquilar, tampoco es apropiado alquilar la casa de una familia así. Ese es un aspecto. Asimismo, la seguridad pública es escasa en algunos lugares, se producen a menudo incidentes como robos, asesinatos y casos de diversa índole. Los residentes son además individuos relativamente complicados, y la policía va allí a menudo a comprobar los registros del domicilio y los carnés de identificación, así como a investigar a sospechosos de delitos, entre otras cosas. Decidme, si os quedarais en un lugar semejante, ¿no sufriríais a menudo interferencias? (Sí). Tales lugares tampoco son adecuados para vivir. La policía llama a la puerta cada pocos días, dice que ha habido un robo o un asesinato cerca y pide que cooperen en la investigación, le solicita a la gente que informe de inmediato si ve al perpetrador. La policía llama siempre a la puerta usando como pretexto toda clase de excusas, asegura que está investigando casos, cuando en realidad está en busca de forasteros y extraños; para ser más precisos, buscan a personas que crean en Dios. ¿Te sentirías seguro al hospedarte en una casa anfitriona semejante? (No). Sin duda, te pasarías el día en vilo. Aunque estos incidentes delictivos del exterior no tienen nada que ver con la familia anfitriona, seguirías sin sentirte tranquilo. Al vivir en semejante entorno, a menudo sientes que tu seguridad personal está amenazada. Quién sabe si un día la policía, al ver a los hermanos y hermanas, podría empezar a interrogar a estos extraños y acabar por arrestarlos. ¿No dirías que esta es una situación aterradora? (Sí). Asimismo, la mayoría de los chinos carecen de conciencia de seguridad; en cuanto oyen a alguien llamar a la puerta, la abren, y además no suelen cerrar con llave, lo que conduce fácilmente a incidentes. En los países occidentales con libertad y democracia, las residencias privadas se consideran dominios privados. Si un forastero entra en un dominio privado sin permiso, se considera ilegal, y las personas que viven allí llamarán a la policía. Al intruso se le considera legalmente responsable. Por tanto, si llama un extraño, no tienes que abrir la puerta, puedes negarte. Aunque alguien haya concertado una visita contigo, si no estás preparado o has cambiado de idea, no hace falta que abras la puerta; puedes reagendar el día de la visita. La gente de los países occidentales cuenta con este derecho, tienen esta conciencia legal. Sin embargo, los chinos carecen de ella. Cada vez que oyen que llaman a la puerta, se apresuran a abrir. Esto muestra falta de vigilancia, falta de conciencia de autoprotección y falta de familiaridad con las leyes relacionadas. Como China es una dictadura en la que un único partido gobierna por encima de la ley, su sistema legal es una mera fachada. El gran dragón rojo se comporta con una desconsideración total hacia la ley y el orden en China, comete fechorías imprudentes, y las personas no tienen derechos humanos de ningún tipo. El pueblo chino no presta atención a los derechos humanos ni ha desarrollado el sentido de atenerse a los preceptos disciplinarios y cumplir con la ley; en particular, carece de sentido de la autoprotección y la mayoría de la gente no sabe usar la ley para protegerse a sí misma. Por tanto, no hay garantía de seguridad. En resumen, en cualquier lugar con una mala seguridad pública, residentes con trasfondos e identidades complicados, inspecciones frecuentes o incidentes habituales de diversos casos delictivos, es fácil que las personas se vean afectadas por la interferencia del mundo exterior. Un lugar así no es adecuado para alojarse. Este es un factor de seguridad pública a considerar cuando se disponen alojamientos para el personal de tareas importantes.
El entorno de vida para aquellos que hacen su deber se ha de seleccionar con cuidado; es mejor evitar zonas urbanas bulliciosas y localizaciones peligrosas. ¿A qué nos referimos con zonas urbanas bulliciosas? Esto incluye lugares como aquellos cercanos a ferrocarriles, autopistas, intersecciones y mercados. En especial a lo largo de las grandes líneas de ferrocarril, por las que pasan a diario innumerables trenes que hacen temblar el suelo de las casas cercanas. En un entorno tal, es del todo imposible encontrar la paz mientras se lleva a cabo el propio deber. Asimismo, algunas personas que han pasado años haciendo su deber lejos de casa viven con una ansiedad constante, y su corazón no está en las mejores condiciones, lo que hace que para ellas sea incluso menos apropiado vivir en tales lugares. Si ciertos trabajos requieren de un entorno tranquilo, como el de grabación o el relacionado con textos, al menos no debe haber interferencias de ruido, y además se debe garantizar la seguridad; esto sería ideal. Si no hay ningún lugar seguro en absoluto, se debe encontrar uno que lo sea relativamente. En este caso, un poco de ruido es aceptable y no deberíamos poner requisitos demasiado altos; mientras el entorno de vida sea seguro, será suficiente. Además, si la casa está localizada en una zona de mucho tráfico, como cerca de un semáforo o una intersección, habrá innumerables peatones y vehículos pasando a diario. Una casa así está expuesta a las miradas de numerosos viandantes y, de un simple vistazo, la gente que pasa puede ver fácilmente a los que hay dentro. Sobre todo por la noche, cuando las luces están encendidas, la situación de dentro de la casa es claramente visible. ¿Dirías que una casa tal todavía es aceptable para hospedarse? ¿Es apropiado este entorno? (No). En efecto, no lo es. Aquellos que se hospedan en un lugar así suelen sufrir interferencias, a menudo notan la presencia de extraños que los observan. Cuando sus ojos se encuentran con los de un extraño, se sorprenden, se sienten intranquilos todos los días, les parece que los observan constantemente; quién sabe si alguien está detrás, dirigiendo y controlando las cosas. ¿Crees que uno podría sentirse tranquilo viviendo en un entorno así? Además, algunas casas son de mala calidad y con mal aislamiento del sonido, así que cuando se habla en alto o se reproducen himnos dentro, la gente de fuera puede oírlo todo. Asimismo, algunas casas se hallan en el punto más alto de la comunidad, en cuyo caso no solo son susceptibles al impacto de rayos, sino que además permiten a los vecinos de alrededor ver a los hermanos y hermanas cada vez que salen. Ni siquiera les conviene abrir las ventanas de vez en cuando para ventilar o refrescarse; deben permanecer cerradas a cal y canto, con las cortinas echadas —de modo que nunca entra la luz— y salir a dar una pequeña vuelta es incluso menos conveniente. Hay una constante preocupación respecto a que la gente de fuera te observe y repare en ti. Aunque los hermanos y hermanas no entran y salen todos al mismo tiempo, cada vez que alguien lo hace, la gente lo ve con claridad desde fuera. Al final, se harán una idea general de cuántos extraños viven en esta casa. ¿Diríais que todavía se puede garantizar la seguridad de las personas que se hospedan aquí? (No). Hay gente que piensa: “La mayor parte del tiempo hacemos nuestro deber en el interior y, aunque salgamos, lo hacemos por turnos y no salimos todos a la vez. Al practicar de esta manera, los vecinos de alrededor no se darán cuenta de nada”. Sin embargo, aunque salgas por turnos, seguirá habiendo problemas si alguien se da cuenta de que eres un extraño. La vida que llevan muchos no creyentes no es muy buena; por el contrario, obtienen un particular placer de observar los asuntos de los demás y entrometerse en ellos. Algunos llegan incluso a usar prismáticos para espiarte, para ver lo que haces en el interior. Si descubren que los creyentes se reúnen, se apresuran a denunciarlo al gobierno a cambio de una recompensa. Cuando esa persona ha fijado sus ojos en ti, ¿acaso no se trata de una situación peligrosa? (Sí). Una vez que se ha fijado en ti, ¿acaso puede salir algo bueno de ahí? ¡Seguro que acabas arrestado! Da igual el país o la región, nunca faltan entrometidos. Aunque no ganen un céntimo por vigilarte, están más que dispuestos a hacerlo; hasta pagarían de su propio bolsillo y demorarían su propio trabajo para pasar tiempo de vigía. Y si existe una recompensa por denunciarte, estarán incluso más ansiosos por hacerlo. En especial, en una dictadura como China hay demasiadas personas que vigilan a aquellos que creen en Dios. Como sienten aversión por la verdad y hacia aquellos que creen en Él, en cuanto descubren a creyentes que interactúan entre ellos o se reúnen, los denuncian. Si hay una recompensa por denunciar, encuentran una satisfacción incansable al hacerlo. ¿Acaso esto no causa problemas a la iglesia con gran facilidad? (Sí). Si interfieren contigo de esta manera, ¿acaso no es porque los líderes y obreros no dispusieron bien las colocaciones? Si la localización y el entorno para colocar al personal de tareas importantes son inadecuados porque los líderes y obreros no consideraron las cosas con cuidado, estas son las consecuencias resultantes. Si el lugar donde uno vive atrae demasiada atención, eso puede conducir fácilmente a que las cosas vayan mal. Una vez que algo va mal y solo en ese momento te das cuenta de que este lugar no es adecuado para hospedarse, ya es demasiado tarde. Por tanto, elegir un lugar apropiado para que lo habiten aquellos que hacen su deber también es una tarea clave, y es fácil que una mala elección lleve al peligro.
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