Las responsabilidades de los líderes y obreros (29) Parte 2

III. Cómo deberían los líderes y obreros hacer el trabajo de disponer la colocación del personal

En cuanto al entorno de vida del personal de tareas importantes, ya tenga que ver con el entorno interno o externo, los líderes y obreros deberían considerar todos los aspectos a conciencia. No deberían ser simplistas en su pensamiento, asumir siempre que si no interactuamos con el mundo exterior no sucederá nada. La sociedad de hoy es increíblemente compleja, está llena de toda clase de demonios, y sea cual sea el lugar, siempre hay entrometidos que te observan, que hacen imposible evitar su escrutinio. Podrías pensar: “No he quebrantado ninguna ley ni he hecho nada malo al creer en Dios. Me limito a hacer mi deber; no debería ocurrirme nada, ¿verdad?”. Pero los hechos no son tan simples como imaginas. ¿Por qué empleó tanto personal y recursos el PCCh para resistirse a Dios y reprimir a Su iglesia? ¿Puedes extraerle un sentido a esto? Nunca podrás hacerlo. ¿Cuánto puedes desentrañar de la naturaleza de los diablos y satanases? Entiendes demasiado poco de los diablos y satanases. Esta sociedad es increíblemente compleja, y los diablos y satanases son miserables que cometen acciones malvadas. Lo que más desean es arrestar al pueblo escogido de Dios y perturbar el trabajo de la iglesia. Si siempre contemplas a los satanases solo como personas corrientes, entonces eres realmente ignorante; demuestra que no has desentrañado la maldad de esta sociedad, y desde luego no has desentrañado lo odioso de los diablos y satanases. Por tanto, para que los líderes y obreros hagan bien el trabajo de la iglesia, han de garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber; esto es de enorme importancia. En un país regido por una dictadura, donde no hay libertad de creencia, garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber es bastante difícil. Sin embargo, no importa lo difícil que sea, se deben elegir con cuidado los lugares adecuados para vivir; no puede haber descuidos en este asunto. Los arreglos del trabajo de la casa de Dios han incluido la charla sobre estos asuntos. Los líderes y obreros deben garantizar que los hermanos y hermanas puedan hacer su deber libres de perturbaciones y de la interferencia del mundo exterior; mientras pongan en ello el corazón, pueden lograrlo. Solo se preocupan cuando actúan de manera superficial e irresponsable, solo cuidan de su propia seguridad mientras ignoran la seguridad de los hermanos y hermanas. Esto hace imposible que desempeñen bien el trabajo de la iglesia. Si debido a tu descuido, falta de seriedad, irresponsabilidad o miedo al entorno y los problemas, no logras hacer tales cosas, lo que resulta en el arresto del personal que hace deberes importantes y en la amenaza a la vida de los hermanos y hermanas, lo cual demora el trabajo de la iglesia y causa daño a los hermanos y hermanas, entonces, como líder u obrero, deberías cargar con la responsabilidad. Esta responsabilidad no puede resolverse simplemente al gastar algo de dinero en compensaciones o al confesar por medio de la oración; no es tan simple. Por tanto, ¿cuál es la naturaleza de este asunto? Es una mancha indeleble, una transgresión imperecedera; se te ha atribuido un demérito. Este “demérito” no indica un error corriente; a ojos de Dios, es una transgresión. Si tus transgresiones son demasiadas —al haber cometido transgresiones en el pasado, seguir cometiéndolas hoy y luego cometer más en el futuro— con varias transgresiones importantes combinadas, sufrirás la perdición y la destrucción. Dios ya no te salvará y tu creencia en Él habrá sido en vano. No solo no tendrás esperanzas de salvación, sino que además te enfrentarás al castigo. Por tanto, ¡es crucial que los líderes y obreros hagan su trabajo de acuerdo con los principios! ¿Has memorizado esto? (Sí). Los líderes y obreros deberían cumplir bien sus responsabilidades, y no importa lo adverso o peligroso que pueda ser el entorno, han de hacer todo lo posible conforme a las condiciones locales para proteger la seguridad del personal de tareas importantes y disponer de manera adecuada su colocación. El objetivo es asegurar que el trabajo de la iglesia pueda avanzar con normalidad.

A fin de que los líderes y obreros garanticen que los lugares dispuestos para el personal de tareas importantes estén libres de interferencia del mundo exterior, así como contar con requerimientos y principios para la residencia y su entorno, hay además requerimientos y principios para diversos aspectos de la situación de la familia anfitriona. Cuando los líderes y obreros encuentran a una potencial familia anfitriona, primero deberían indagar sobre cómo es el entorno de la familia y sus condiciones, la situación de sus miembros, si tienen alguna disputa con los demás, algún enemigo, algún enredo con el gobierno, si se implican con frecuencia en demandas legales, si tienen relaciones sociales complicadas y demás. Todas estas situaciones básicas se deberían indagar y averiguar a conciencia. Si el anfitrión o sus hijos y otros miembros de la familia tienen relaciones sociales complicadas, y la familia está inquieta constantemente —con visitas frecuentes de individuos turbios que vienen en busca de problemas o para cobrar deudas, o reciben cartas amenazantes de bandidos o ladrones, además de citaciones por parte del gobierno o el juzgado—, todos estos son asuntos muy problemáticos. ¿Acaso no se producirían perturbaciones si te reunieras o hicieras tu deber en este domicilio? Por tanto, cuando encuentres a esta familia de acogida, primero deberías hacer preguntas y enterarte de su situación básica. Es mejor si estos problemas no están presentes, pero si es así y en este momento no puedes encontrar un lugar más adecuado, entonces considera si el anfitrión puede lidiar de manera eficaz con estos problemas. Si no es el caso y tampoco puede deshacerse de estos caóticos problemas, entonces este domicilio no es adecuado para acoger a hermanos y hermanas, ya que vivir aquí significaría que podrían sufrir en cualquier momento la interferencia del mundo exterior y de personas, acontecimientos y cosas externos. Estos entornos no tienen como objetivo directo a las personas que creen en Dios. Sin embargo, los creyentes son un grupo particularmente sensible en un país donde se persigue la religión y, además, después de los exhaustivos esfuerzos del gobierno para difundir propaganda, lavar cerebros, inventar rumores y difamar, los no creyentes no solo fracasan a la hora de entender a las personas que creen en Dios, sino que incluso llegan a creerse la retórica del PCCh y desarrollan un odio y una hostilidad particular hacia los creyentes. Por tanto, si averiguan que en cierto domicilio se acoge a creyentes, se vuelve muy peligroso tanto para la familia anfitriona como para los hermanos y hermanas. Cuando los hermanos y hermanas viven en un entorno tal, no solo sufren con frecuencia la interferencia, sino que además no se puede garantizar su seguridad. Por tanto, ¿por qué continuar haciéndolos vivir allí? Está claro que es un lugar peligroso, no es apropiado para vivir; se los debería recolocar rápido. Los líderes y obreros no deberían limitarse a disponer la colocación de los hermanos y hermanas y luego lavarse las manos del asunto, y pensar: “Mientras haya un lugar para comer y dormir, al cobijo de los elementos, con eso basta. Mientras puedan hacer su deber, no hay problema. De todos modos, ¿dónde íbamos a encontrar tantos lugares adecuados?”. ¡Esto es muy irresponsable! Si en ese momento no hay ningún lugar adecuado disponible, se pueden quedar allí un tiempo, pero deberías buscar de inmediato otro sitio apropiado para recolocarlos lo antes posible; no la consideres una residencia a largo plazo.

Algunos líderes y obreros no llevan a cabo trabajo real. Disponen la colocación del personal de tareas importantes en cierto lugar, preguntan cómo son las condiciones de comida y descanso y si algún no creyente ha estado vigilando. Al oír que no se ha notado nada inusual durante un par de días, olvidan el asunto, no vuelven a comprobar cómo están hasta pasados seis meses o más. Creen haber dispuesto bien las colocaciones y cumplido bien su responsabilidad, consideran que todo está concluido y es correcto. En cuanto a si el entorno sufrirá después de la interferencia o si hay riesgos potenciales de seguridad, no prestan más atención. ¿Es esto lo apropiado? (No). ¿Por qué no? (Después de disponer las colocaciones, los líderes y obreros han de hacer seguimiento. Si no lo hacen y los hermanos y hermanas se ven a sí mismos en una situación peligrosa y no pueden recolocarse, podrían acabar arrestados). Sin embargo, algunos líderes y obreros piensan: “Todos sois adultos, ¿de veras necesito hacer yo un seguimiento? ¿Acaso no puedes percibir tú si existe un peligro? Si no eres capaz de verlo, ¡eso es que tu cerebro no funciona! Si notas peligro, limítate a recolocarte, ¿de veras te lo tengo que decir yo?”. Así razonan. ¿Pensáis que este razonamiento tiene sentido? (No). ¿Por qué no? (Porque garantizar la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes es la innata responsabilidad de los líderes y obreros; es trabajo que se incluye en su papel y han de llevarlo a cabo). No lo ven como parte del trabajo que deberían hacer los líderes y obreros; piensan que se trata simplemente de ayudar a los hermanos y hermanas, como seguir el ejemplo de Lei Feng de hacer buenas obras. Además, no contemplan que se haga para defender el trabajo de la iglesia, en su lugar lo ven como un mero arreglo de colocación de personal, sin relación con el trabajo de la iglesia. ¿Acaso no dirías que es una necedad? ¿Qué clase de persona pensaría así? (Una sin sentido de la responsabilidad). Esos falsos líderes holgazanes, desleales e irresponsables piensan de esta manera. No defienden el trabajo de la casa de Dios; después de buscarles un lugar a los hermanos y hermanas, piensan: “He dispuesto vuestra colocación en un muy buen lugar, ¡qué gran favor os he hecho!”. No ven esto como defender el trabajo de la iglesia. Como líderes y obreros, si no disponéis de manera adecuada la colocación del personal de tareas importantes ni garantizáis su seguridad de manera eficaz, entonces, si se enfrentan al peligro y no pueden hacer su deber con normalidad, ¿acaso no se demorará el trabajo de la iglesia? Primero debes disponer de manera adecuada su colocación para que se garantice su seguridad, y solo entonces pueden seguir trabajando con normalidad. Sin embargo, esos falsos líderes no piensan de ese modo; sueltan a esa gente en un lugar y luego la ignoran y no comprueban su estado durante mucho tiempo. Cuando surge una situación peligrosa y no pueden llegar hasta su líder, no les queda otra opción que recolocarse por su cuenta. Para cuando el líder se entera y al final va a comprobarlo, la gente ya hace mucho que se ha marchado y el líder no tiene ni idea de adónde. ¿Qué clase de persona es esta? ¿Qué clase de líder u obrero es? Un falso líder. En especial, a los hermanos y hermanas que han venido de otras zonas y no están familiarizados con el entorno local, los líderes y obreros necesitan visitarlos aún más y hacer seguimiento de ellos con regularidad. Los líderes y obreros no deberían asumir que solo disponer su colocación ya lo resuelve todo de manera permanente; en realidad, este trabajo queda lejos de completarse. Han de visitarlos y hacer seguimiento de ellos con frecuencia. Si resulta inconveniente para los líderes y obreros mostrar su rostro en la localización, deberían asignar a otros para comprobarlo. Como poco, necesitan hacer seguimiento sobre este trabajo, evaluar el entorno de vida de este personal de tareas importantes, comprobar si hay algún peligro o algo inusual, o si algunas circunstancias especiales han tenido lugar, y si es necesaria la recolocación. Todo esto se debe averiguar y se ha de hacer seguimiento de ello. Si este lugar parece de lo más apropiado a corto plazo, eso está bien, pero pasado un breve periodo, deberían volver para ver el estado de su entorno y su seguridad, así como si disponen de suficiente comida y suministros; se debería indagar sobre todos estos detalles. Es posible que los líderes y obreros no entiendan el trabajo del personal de tareas importantes, en cuyo caso no deberían interferir con ese aspecto, pero disponer de manera adecuada su colocación es una responsabilidad de los líderes y obreros; no hacerlo demuestra que son negligentes con su responsabilidad y que son falsos líderes que no hacen trabajo real. En especial, los hermanos y hermanas que provienen de otras zonas requieren incluso una atención adicional y más cercana y no se los debería tratar de manera descuidada. Los líderes y obreros deberían comprobar de vez en cuando cómo están, ver si tienen alguna dificultad que necesite resolverse, y si ha habido algún problema o circunstancia especial en el entorno en el que están haciendo su deber durante este tiempo; por ejemplo, si se ha producido alguna actividad inusual relativa al gobierno local, el comité del vecindario o la comisaría de policía. Los líderes y obreros deberían indagar y preguntar por estas cosas, de modo que puedan permanecer bien informados. Entonces, los líderes y obreros deberían compartir con la familia anfitriona los principios y sendas de práctica para acoger y proteger adecuadamente a aquellos que hacen su deber, de modo que la familia anfitriona entienda por completo estos principios y sendas de práctica. Este sigue sin ser el final del asunto. Los líderes y obreros deben además visitar e indagar sobre la situación de la familia anfitriona de vez en cuando. Cualquier problema que detecten debería resolverse de inmediato para garantizar que no surjan inconvenientes. Solo entonces se hace el trabajo realmente bien. Si el anfitrión se enfrenta a dificultades con la acogida, como a limitaciones financieras o falta de sabiduría que lo hace incapaz de responder a las situaciones que surjan o lidiar con ellas, entonces los líderes y obreros deben ayudar a resolver estos problemas. Las limitaciones financieras son fáciles de resolver, la casa de Dios puede aportar los fondos para la acogida, mientras que la familia anfitriona solo ha de contribuir con el personal. Si al anfitrión le falta sabiduría, es un problema importante. Los líderes y obreros deben explicar con claridad la sabiduría necesaria y unos cuantos principios de práctica relativos a este ámbito. Si el anfitrión sigue sin estar a la altura, entonces, los líderes y obreros deberían encontrar a un hermano o hermana sabio cercano para que coopere con la familia anfitriona en desempeñar bien el trabajo. Si el problema reside en el propio anfitrión —como que esté cohibido o tema el arresto—, entonces los líderes y obreros deberían compartir la verdad para ofrecer apoyo y ayuda, compartir las intenciones de Dios, además del valor y el significado de hacer este deber. Si es un problema con el entorno objetivo, no se debe demorar o meramente dejarlo pasar, y desde luego no se debe tratar con descuido; se debería resolver de inmediato. Por ejemplo, si la gente ya ha reparado en este lugar, hay extraños sospechosos que vienen y van a menudo por la zona, y es posible que alguien vigile la localización, entonces esto supone un peligro oculto. Por tanto, recoloca a los hermanos y hermanas de inmediato, pues si se espera a que algo vaya mal, será demasiado tarde. Si la situación es temporal y solo se trata de un procedimiento normal y rutinario, entonces todavía puede sobrellevarse, aunque sea a duras penas. Haz que los hermanos y hermanas se marchen un tiempo para evitarlo durante un día o dos, ya regresarán más adelante. Si la gente ya se ha dado cuenta, entonces quedarse allí ya no es una opción y es necesaria una recolocación permanente. Estos son algunos de los detallados problemas con los que los líderes y obreros han de lidiar y que han de resolver en este trabajo. Este trabajo no se limita en ningún caso a colocar a unas cuantas personas en una localización con comida y cobijo y ya con eso basta; hay muchos detalles involucrados. En especial, en un país como China, donde el entorno es particularmente hostil y la persecución religiosa es grave, los líderes y obreros deben estar incluso más excepcionalmente atentos y vigilar de cerca el entorno de vida y los problemas de seguridad del personal de tareas importantes. No pueden ser descuidados. Todos los aspectos del trabajo específico se deben hacer bien para garantizar la seguridad de este personal de tareas importantes y para que pueda hacer su deber con paz mental. De esta manera, el trabajo se lleva a cabo de manera óptima. Este es el trabajo relacionado con las familias anfitrionas que los líderes y obreros deben hacer y aquí hay bastantes detalles implicados.

Algunos líderes y obreros, después de disponer que cierto personal de tareas importantes se coloque en hogares anfitriones apropiados, ignoran por completo a estas personas y no hacen un seguimiento continuado de la situación de las familias anfitrionas. Dicen: “Estoy ocupado a diario con el trabajo de la iglesia, ¿cómo iba a tener tiempo para visitar a estas personas? Aparte, hay mucho trabajo de otro tipo, y también es bastante peligroso. ¡No es fácil hacer nuestro trabajo!”. Enfatizan continuamente las razones objetivas, sin embargo, no quieren cumplir bien sus propias responsabilidades. ¿Qué pensáis? ¿Se sostiene esta afirmación suya? (No). ¿Por qué no? (De hecho, hacer este trabajo no requiere de demasiado tiempo y energía por parte de los líderes y obreros. Podrían visitarlos de paso ya que están fuera. Y si no tienen tiempo, también podrían disponer que los hermanos y hermanas cercanos fueran de visita). Si los líderes y obreros quieren hacer bien este trabajo, aunque su principal tarea los mantenga un poco ocupados, seguirán haciendo tiempo para centrarse en este trabajo. Si no tienen tiempo de ir ellos mismos, pueden disponer que vayan otros. Ya puedan disponer que vayan otros o ir ellos mismos, al final el trabajo recae dentro del ámbito de la responsabilidad de los líderes y obreros. Hacer bien este trabajo es una responsabilidad importante para ellos y no se puede descuidar. Si los líderes y obreros están demasiado ocupados y no disponen de tiempo, y tampoco lo organizan para que acudan otros, entonces nadie atenderá este asunto. Si algo va mal, esto sería una dejación de la responsabilidad por parte de los líderes y obreros. Para impedir que aquellos que están haciendo deberes importantes sufran la interferencia del mundo exterior, los líderes y obreros deben tener en cuenta todos los aspectos de los problemas, garantizar en la mayor medida posible que puedan hacer sus deberes en paz y llevar a cabo el trabajo en cuestión de manera ordenada. Si el personal de tareas importantes está bien protegido, eso equivale a proteger el trabajo importante en sí mismo. Cuando el personal de tareas importantes puede desempeñarlas con normalidad, estas tareas importantes también pueden avanzar de manera ordenada. Por tanto, el propósito de que los líderes y obreros protejan al personal de tareas importantes es, de hecho, salvaguardar cada aspecto importante del trabajo. Si algunos líderes y obreros dicen: “Estás haciendo un deber importante y se me pide que te proteja, pero me encuentro en una posición de liderazgo y tampoco estoy a salvo. No puedo siquiera garantizar mi propia seguridad, ¿cómo voy a protegeros entonces a vosotros?”, ¿es correcta esta afirmación? (No). ¿Qué clase de comprensión tienen tales líderes y obreros? (Su comprensión es escasa; tales personas son egoístas y propensas a las distorsiones). Son personas propensas a distorsiones. ¿Los individuos propensos a las distorsiones carecen de racionalidad? (Sí). Si estos hermanos y hermanas no estuvieran haciendo su deber en la casa de Dios, sino que en su lugar estuvieran ocupados en sus empleos y viviendo sus vidas en el mundo, ¿seguirían necesitando protección? Precisamente porque están haciendo trabajo de iglesia y deberes importantes en la casa de Dios, y porque si son arrestados pueden acabar sentenciados a prisión o golpeados hasta el punto de sufrir lesiones o una discapacidad, lo cual afecta gravemente al trabajo de la iglesia, el personal de tareas importantes debe estar bien protegido. Solo de esta manera puede avanzar el trabajo de la iglesia de manera ordenada. Si están en algunos países democráticos donde hay libertad de creencia religiosa y los creyentes en Dios no son perseguidos, entonces este trabajo se vuelve simple para los líderes y obreros. Básicamente, solo necesitan encontrar una casa apropiada y, de acuerdo con las leyes y preceptos locales, colocar en ubicaciones adecuadas a aquellos que hacen su deber. Como mucho, solo han de preguntar cómo les van las cosas últimamente en su vida cotidiana y si el entorno de vida vulnera cualquier precepto del gobierno. Si hay una vulneración, es necesario aclarar cuál es el problema, además de cómo se debería corregir y resolver. Si no se produce ninguna vulneración, pero el gobierno está causando problemas, o personas malvadas o individuos desconocidos se están dedicando a acosar, entonces es necesario consultar a un abogado para lidiar con estos asuntos de manera adecuada. En algunos países libres y democráticos, como máximo solo es necesaria esta clase de trabajo. Sin embargo, en las dictaduras donde no hay libertad de creencia religiosa, los requerimientos para el entorno y las condiciones de las familias anfitrionas deben ser más estrictos, y se debe hacer más trabajo —que además ha de ser más detallado— en lo relativo a la seguridad. Por supuesto, la dificultad involucrada en tal trabajo es además mayor. En cuanto al trabajo de proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior, si cada aspecto del entorno se considera a fondo, las interferencias que surjan del entorno serán relativamente escasas. Si tanto el entorno externo como el interno se toman del todo en cuenta, entonces se puede encontrar una senda realista y factible. De esta manera, el entorno se puede mejorar hasta cierto grado, y se pueden reducir las interferencias. Este enfoque es relativamente apropiado.

Mantener a salvo al personal de tareas importantes

I. Cómo garantizar la seguridad del pueblo escogido de Dios en los países donde se persigue la fe

La decimoquinta responsabilidad de los líderes y obreros es, en primer lugar, proteger al personal de tareas importantes de la interferencia del mundo exterior; asimismo, los líderes y obreros deben además mantener a estas personas a salvo. Los requerimientos para mantenerlos a salvo son incluso más estrictos. Primero vamos a fijarnos en qué aspectos hay relativos a la seguridad; ¿qué problemas relacionados con la seguridad se os ocurren? Para garantizar la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes, lo esencial es garantizar ante todo que no les afecte la interferencia del mundo exterior; este es el mínimo que se debe lograr, y solo sobre esta base puede acabar por garantizarse su seguridad. Esta seguridad de la que hablamos aquí simplemente significa ser capaz de garantizar que no se perturba ni se arresta a aquellos que hacen sus deberes y que los pueden desempeñar con normalidad. Es tan simple como eso. Si los líderes y obreros no pueden garantizar que aquellos que hacen su deber sean protegidos de la interferencia y el arresto, entonces no hay manera de que se garantice su seguridad. Pensadlo, ¿a qué deberían prestarle atención los líderes y obreros para garantizar la seguridad del personal de tareas importantes? Primero, deben disponer que al personal de tareas importantes se lo coloque en una localización adecuada. ¿Qué significa que sea adecuada? Debe cumplir al menos dos condiciones. Primero, esta localización debe estar libre de cualquier interferencia del entorno. Segundo, no debe llamar la atención; solo unos pocos hermanos y hermanas locales saben que esta familia cree en Dios y acoge a otros, nadie más tiene conocimiento de ello. Solo un lugar semejante es apropiado para acoger a aquellos que hacen deberes importantes. Después de que ese personal de tareas importantes se mude allí, no se debería divulgar a la ligera la información personal como el nombre y lugar de origen de cada persona, además de las situaciones específicas, como el tipo de trabajo de iglesia al que se dedican y si los han arrestado con anterioridad o si el gobierno los busca. Mientras menos gente lo sepa, mejor. Como la estatura de las personas es demasiado pequeña y no es seguro que puedan mantenerse firmes si las arrestaran y encarcelaran, deberían tener autoconciencia y contenerse a la hora de indagar a la ligera sobre la información personal de los hermanos y hermanas, para evitar causarse problemas futuros a sí mismos. Los principios y la sabiduría a este respecto deberían compartirse con frecuencia de modo que todo el mundo los entienda. Esto no solo es beneficioso para la obra de la casa de Dios, sino también para cada individuo. Por tanto, los líderes y obreros deberían instruir a los hermanos y hermanas de familias anfitrionas para que mantengan la boca cerrada y no divulguen información personal sobre aquellos que hacen deberes importantes a otros hermanos y hermanas o a los miembros no creyentes de su familia. ¿Es necesario hacer este trabajo? (Sí). Algunos hermanos y hermanas de familias anfitrionas son incapaces de mantener la boca cerrada. Por ejemplo, hubo alguien que acogió a unos cuantos líderes y obreros y se familiarizó con las situaciones personales y los trasfondos familiares de estas personas, así como con los deberes que estaban haciendo. Entonces, le contó a su hijo: “Mira, es de la misma edad que tú. Hace diez años que cree en Dios e incluso dejó su trabajo para hacer su deber. Solía trabajar en un departamento del gobierno en tal o cual ciudad, ¡con ingresos anuales de decenas de miles de yuanes!”. Ves que, como si se tratara de una charla ociosa, le reveló a un miembro no creyente de su familia la situación de esta persona que lleva a cabo deberes importantes. Los hay incluso que, cuando acogen a hermanos y hermanas a los que han arrestado y encarcelado con anterioridad, le dicen a algún miembro de su familia: “Mira, estuvieron en prisión durante años y nunca se convirtieron en judas. Después de que los liberaran, siguen haciendo su deber. Ahora el gobierno quiere arrestarlos de nuevo, así que no pueden irse a casa para reunirse con sus familias, sin embargo, no se muestran negativos. ¿Ves lo grande que es su fe? ¿Por qué no puedes creer tú de manera adecuada?”. Así, divulgan a la ligera información importante sobre los hermanos y hermanas como método para instruir a sus hijos. ¿Puede conllevar esto inconvenientes en el futuro? (Sí). ¿Es esto un problema? (Sí). Si no sucede nada a raíz de ello, está bien; pero una vez que el gran dragón rojo lleva a cabo arrestos, los miembros no creyentes de su familia son los primeros en salir a denunciar a los hermanos y hermanas: “¡Agente! Tal o cual es un líder, es al que queréis”. Entonces, el gran dragón rojo arresta a la persona delatada y la deja medio muerta de una paliza, lo que crea el interrogante de si será capaz de continuar haciendo su deber o de vivir una vida normal. Esta es la consecuencia de la traición. ¿Acaso esto no lo provoca la charla a la ligera del anfitrión? (Sí). Si el personal de tareas importantes queda expuesto a tales riesgos de seguridad, ¿acaso no significa eso que los líderes y obreros no han hecho su trabajo a fondo? (Sí). El anfitrión piensa: “Los miembros de nuestra familia son todos buenas personas; no os venderán. Apoyan la creencia en Dios; ¡incluso compran verduras y carne cuando venís!”. Tratan a los miembros no creyentes de su familia como si fueran hermanos y hermanas, incapaces de ver con claridad qué es capaz de hacer su familia o lo graves que podrían ser las consecuencias si vendieran a los hermanos y hermanas. Además, son muy inquisitivos respecto a la situación de los hermanos y hermanas, preguntan: “¿Cuántos años llevas haciendo este deber? ¿Has hecho alguna vez un deber peligroso? ¿Se te conoce bien en el ámbito local como creyente en Dios? ¿Te han arrestado alguna vez?”. En particular, en lo que respecta a aquellos que son buscados o están fichados por la policía debido a su creencia en Dios y predican el evangelio en otra región o país, el anfitrión siempre indaga sobre su información, pregunta: “¿Estás siendo buscado? ¿Es una orden de arresto local, provincial o nacional?”. “Estás fichado, ¿cuántas veces te han arrestado? ¿Cuántos años te condenaron a prisión?”. Pregunta sobre estos asuntos con un detalle extremo. Los hermanos y hermanas que se hospedan en su casa notan que son bastante entusiastas en su labor de acogida y no son malas personas. Si no comparten esta información, les parece que podría ser de mala educación, lo cual los coloca en una situación complicada. Algunas personas se sienten forzadas a decir varias cosas, y después de hablar, eso a veces lleva de manera inevitable a consecuencias serias. Por tanto, los líderes y obreros deberían dar las siguientes instrucciones directas al anfitrión: “Hay unas cuantas reglas que debes seguir cuando acoges a hermanos y hermanas. No indagues ni hagas preguntas despreocupadamente, saber demasiado sobre ellos no te va a beneficiar. Si te ocurre algo y no puedes soportar el tormento de la tortura, puedes acabar por volverte un judas. En ese caso, la información de la que te has enterado y que has captado sirve en esencia para marcar el camino de convertirte en un judas. Si eso ocurre, te arrepentirás toda la vida y al final te enfrentarás al castigo. Si no conoces estos detalles, no te convertirás en judas. Así que, de ninguna manera debes indagar ni intentar enterarte sobre estos asuntos. El desconocimiento te protege y no afecta a tu labor de acogida o a que alcances la verdad en tu creencia en Dios. Es mejor que no lo sepas. Tienes claro que estos hermanos y hermanas están aquí para hacer su deber y que no son personas malas ni malvadas, así que no hay necesidad de indagar más. Cumplir bien tu deber de ser su anfitrión es lo más importante, y basta con garantizar su seguridad”. Este es un aspecto del trabajo que los líderes y obreros deben hacer. Asimismo, esos creyentes locales que carecen de base en su fe y solo son creyentes de nombre, aquellos a los que se les suelta la lengua y son propensos a hacer indagaciones, los que mantienen un contacto cercano con el personal del gobierno y los que se esconden de inmediato como tortugas que ocultan la cabeza en su caparazón cuando surge un problema —y que podrían incluso vender a la iglesia y volverse judas—, no se les debe permitir en absoluto que sepan que las familias anfitrionas acogen a los hermanos y hermanas. Si hace falta la ayuda de algunos hermanos y hermanas con la labor de acoger al personal de tareas importantes, solo se debería seleccionar para cooperar a aquellos con una base en su creencia en Dios y que poseen sabiduría. Aquellos sin una base ni sabiduría no son para nada apropiados. Por tanto, ¿cómo se debería exactamente proporcionar asistencia? Los hermanos y hermanas de las familias anfitrionas se centran en acoger en sus hogares, mientras que los hermanos y hermanas locales con sabiduría y fe aportan asistencia desde fuera al proporcionar cobertura y salvaguarda del entorno. Deberían asociarse con gente influyente, estar al día de las políticas, tendencias y operaciones potenciales del gobierno, e informar con prontitud a los hermanos y hermanas de las familias anfitrionas. De este modo, si el gobierno inicia cualquier operación de arrestos, las medidas preventivas se pueden implantar enseguida, y todavía habrá tiempo para la evacuación y la recolocación, o para la ocultación, con lo que se evita cualquier peligro. Solo de esta manera se puede garantizar en lo esencial la seguridad de aquellos que hacen deberes importantes. En resumen, no está bien que los líderes y obreros aborden este trabajo con una mentalidad simplista; pensar con complejidad a este respecto siempre es mejor que pensar con simpleza, porque los problemas de seguridad no se pueden ignorar; ¡si algo va mal, no va a tratarse de un asunto menor!

Hay además situaciones específicas a las que prestar atención en el trabajo de garantizar la seguridad del personal de tareas importantes. Algunas personas asumen deberes arriesgados, como transportar libros de las palabras de Dios o, en las zonas comprometidas, entregar instrucciones del trabajo o lidiar con las secuelas. Aquellos que hacen ese trabajo peligroso no deben vivir nunca con aquellos que hacen deberes importantes ni deberían saber dónde viven esos individuos o qué familia los acoge. Esto se debe a que aquellos que hacen trabajo peligroso corren el riesgo de que los rastreen y arresten en cualquier momento. Si los atrapan y los someten a tortura, puede que traicionen a la iglesia, lo que a su vez implicaría a aquellos que hacen deberes importantes y a las familias anfitrionas. ¿Acaso no guarda esto relación con el problema de la seguridad? Si parte del personal que hace deberes importantes sale a lidiar con asuntos y ha convenido regresar en tres días, pero a los tres días no ha vuelto, ¿diríais que su situación es peligrosa? ¿Se debería evacuar al resto de personal que hace sus deberes? (Sí). En tales casos, la evacuación inmediata es necesaria; no debe haber ninguna demora ni adoptarse ningún riesgo; no pueden tener una mentalidad de depender de la suerte. Algunas personas son holgazanas, les parece problemático y son reacias a evacuar, dicen: “¿Qué tiene de malo esperar un día más? Tal vez solo se demoró por una situación especial”. Esperar un día más solo aumenta el peligro. Si evacúas y no ocurre nada, siempre puedes regresar y eso no sería un error. Sin embargo, si no evacúas y esperas un día más, podría tener lugar algún incidente, y entonces ya será demasiado tarde para arrepentirse. Por tanto, si los hermanos y hermanas que salieron a lidiar con los asuntos no regresan transcurrido el periodo convenido, es posible que algo haya ido mal. Para protegerse de cualquier eventualidad, a los hermanos y hermanas relacionados se les debería evacuar y recolocar de inmediato en un lugar relativamente seguro. Una vez que se halla una localización adecuada, pueden reanudar sus deberes con normalidad, sin que sea demasiado tarde. Otra situación se da cuando el gran dragón rojo arresta a la persona de la iglesia local responsable del trabajo de disponer la colocación de los hermanos y hermanas. ¿Qué se debería hacer en tales casos? (Recolocar de inmediato al personal de tareas importantes). La primera prioridad de los líderes y obreros es recolocar de inmediato a ese personal de tareas importantes en un lugar relativamente seguro. Por encima de todo lo demás, se debe garantizar su seguridad. No deberían exponerse a ningún riesgo. Después de recolocarlos, el trabajo consecuente se puede llevar entonces a cabo. Algunos atolondrados siempre tienen la mentalidad de depender de la suerte: “Arrestaron a tal o cual, pero no pasa nada; su fe es bastante sólida, y siempre se muestra especialmente fuerte en circunstancias adversas. En ningún caso cometería traición. Por tanto, puedo garantizar que no existe ningún peligro en absoluto; no hay necesidad de que nadie se recoloque”. ¿Son correctas estas palabras? (No). Hay además personas que dicen: “Aunque traicionen, serán selectivos al respecto; solo delatarán información sobre asuntos nada importantes, lo que en definitiva no va a afectar a vuestra seguridad”. ¿Son correctas estas palabras? (No). ¡Estas palabras no se sostienen! ¿Puede la gente ver a los demás con claridad? Aunque la persona en cuestión tenga estatura, deberíamos evitar hablar con demasiada confianza, ya que nadie puede cargar con las consecuencias si algo de veras va mal. ¿Qué otro trabajo se necesita para proteger la seguridad del personal que hace deberes importantes? Cuando empiecen a desempeñar sus deberes, los líderes y obreros deberían compartir con claridad los principios-verdad relacionados con hacer su deber, además de qué principios y sabiduría aplicar cuando surjan situaciones. Asimismo, cuando salen a hacer sus deberes, los líderes y obreros deberían asignar a una o dos personas con experiencia social y sabiduría para cooperar con ellos. Este es el único enfoque seguro y fiable. Practicar de esta manera puede, por un lado, proteger su seguridad personal. Por otro, puede ayudarlos a resolver algunos problemas que no pueden resolver por su cuenta. Esto prevendrá ciertos inconvenientes y garantizará que aquellos que salgan a hacer sus deberes puedan llevarlos a cabo con normalidad. En cuanto a los líderes y obreros, garantizar la seguridad de aquellos que hacen su deber es un aspecto muy importante del trabajo, en especial en países sin libertad de creencia. Para hacer bien el trabajo de la iglesia, la primera prioridad es garantizar la seguridad del personal que desempeña su deber, con independencia de si lo llevan a cabo de manera local o lo hacen en el exterior. Solo los líderes y obreros que pueden ocuparse bien de la tarea de la seguridad son adecuados para el uso de Dios. Aquellos que no pueden hacer este trabajo cuentan con una humanidad inmadura y carecen de perspectiva y sabiduría. Les resultaría complicado llegar a ser aptos para el uso de Dios.

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