Las responsabilidades de los líderes y obreros (3) Parte 5
III. Cómo tratan los falsos líderes a los supervisores que atormentan a otros y perturban el trabajo de la iglesia
La tercera clase de situación implica a los supervisores que atormentan y limitan a otros, con lo que perturban el trabajo de la iglesia. La primera situación de la que hablamos antes era una en la que algunos supervisores, a pesar de tener un calibre relativamente bueno y capacidad para asumir su trabajo, no se lo toman en serio y solo se comportan de manera superficial, mientras que los falsos líderes ignoran esto y no los despiden enseguida. La segunda situación implica a algunos supervisores que tienen poco calibre y no son capaces de asumir el trabajo, pero los falsos líderes no se dan cuenta de esto ni los sustituyen enseguida. La tercera situación trata sobre los supervisores que, ya sea bueno o malo su propio calibre, no se ocupan del trabajo que les corresponde y solo atormentan y limitan a los demás, con lo que perturban el trabajo de la iglesia. Desde el momento que se les selecciona como supervisores, no intentan aprender sobre su campo ni estudiarlo, tampoco buscan los principios-verdad y, desde luego, no guían a otros a hacer su deber de manera adecuada. En su lugar, en cuanto tienen ocasión, se ceban con alguien y se mofan y denigran a otro cualquiera; alardean de sí mismos en cuanto tienen oportunidad y, hagan lo que hagan, nunca tienen los pies bien plantados en la tierra. Un día le dicen a la gente que haga las cosas de cierta manera, y al siguiente le dicen que las haga de otra. Se les ocurren nuevos trucos, siempre quieren sobresalir. Todo esto coloca a la gente en un estado de ansiedad. Cada vez que hablan, hay quien siente que se le estremece el corazón. Cuando hayan subyugado a todo el mundo y hayan hecho que todos los teman y obedezcan, se pondrán eufóricos. Ya sean falsos líderes o anticristos, y al margen de que ostenten o no el poder, esta clase de personas arruinan la tranquilidad de la iglesia. No solo no pueden hacer trabajo real ni cumplir su deber con normalidad, además siembran la discordia y crean conflictos entre los demás, con lo que perturban la vida de la iglesia. No solo es que no puedan ayudar a otros a entender la verdad, además suelen emitir juicios sobre la gente y la condenan, y la obligan a obedecerlos en todo, la limitan hasta tal punto que no sabe cómo comportarse adecuadamente. En especial, en lo relativo a cómo viven, la gente no puede dormir ni un poco más tarde ni más temprano. Hagan lo que hagan, tienen que observar las expresiones faciales de estas personas, lo que vuelve la vida extremadamente cansada. Si los que son así se convierten en supervisores, todo el mundo lo pasará mal. Si les hablas con honestidad y pones al descubierto sus problemas, dirán que vas a por ellos y los estás poniendo al descubierto deliberadamente. Si no hablas con ellos sobre sus problemas, dirán que los menosprecias. Si eres serio y responsable respecto al trabajo y les das algún consejo, se mostrarán desafiantes y dirán que los estás atacando y te llamarán arrogante. En cualquier caso, hagas lo que hagas, les parecerá desagradable. Siempre piensan en atormentar a la gente y la limitan para que esté atada de pies y manos y sienta que nada de lo que hace está bien. Tales supervisores perturban el trabajo de la iglesia.
Los falsos líderes son buenos para hacer un trabajo superficial, pero nunca realizan ningún trabajo real. No inspeccionan, supervisan ni guían los diversos trabajos profesionales ni averiguan qué pasa en distintos equipos a tiempo, inspeccionando cómo progresa el trabajo, qué problemas hay, si los supervisores de equipo son competentes en su trabajo y cómo los hermanos y las hermanas informan sobre los supervisores o los evalúan. No comprueban si los líderes de equipo o los supervisores constriñen a alguien, si se adoptan las sugerencias correctas que hace la gente, si se reprime o se excluye a alguien con talento o que persigue la verdad, si se acosa a gente ingenua, si se ataca, se represalia, se echa o se expulsa a personas que desenmascaran a falsos líderes e informan sobre ellos, si los líderes de equipo o los supervisores son gente malvada y si se mortifica a alguien. Si los falsos líderes no realizan ninguna de estas tareas concretas, deberían destituirlos. Por ejemplo, supongamos que alguien informa a un falso líder de que hay un supervisor que suele constreñir y reprimir a la gente. El supervisor ha hecho algunas cosas mal, pero no deja que los hermanos y las hermanas hagan sugerencias, e incluso busca excusas para justificarse y defenderse y nunca admite sus errores. ¿Acaso no se debería destituir de inmediato a un supervisor como este? Los líderes deberían corregir estos problemas a tiempo. Algunos falsos líderes no permiten que se desenmascare a los supervisores que han designado, al margen de los problemas que hayan surgido en su trabajo, y sin duda alguna no toleran que informen de ellos a los de arriba; incluso dicen a la gente que aprenda a someterse. Si alguien pone al descubierto los problemas de un supervisor, estos falsos líderes intentan escudarlo o encubrir los hechos y dicen: “Esto es un problema con la entrada en la vida del supervisor. Es normal que tenga una actitud arrogante; todo el mundo con un poco de calibre es arrogante. No pasa nada, solo tengo que charlar con él un poco”. A lo largo de la conversación, el supervisor expresa su postura y dice: “Admito que soy arrogante. Admito que a veces me preocupo por mi vanidad, orgullo y estatus, sin aceptar las sugerencias de los demás. Pero los demás no son buenos en esta profesión y suelen proponer sugerencias inservibles, así que hay un motivo por el que no las escucho”. Los falsos líderes no intentan entender a fondo la situación ni se fijan en los resultados del trabajo del supervisor y mucho menos en cómo son su humanidad, carácter y búsqueda. Lo único que hacen es restar importancia a las cosas y decir: “Me han informado de esto; por tanto, te estoy vigilando. Te estoy dando otra oportunidad”. Después de la charla, el supervisor dice que está dispuesto a arrepentirse, pero los falsos líderes no prestan atención a si en realidad se arrepiente posteriormente o solo miente y engaña. Si alguien plantea preguntas sobre este asunto, los falsos líderes dicen: “Ya les he hablado e incluso he compartido con ellos muchos pasajes de las palabras de Dios. Están dispuestos a arrepentirse y el problema ya se ha resuelto”. Cuando esa persona pregunta: “¿Cómo es la humanidad de este supervisor? ¿Es una persona que acepte la verdad? Le has dado una oportunidad, pero ¿podrá aún ser capaz de arrepentirse y cambiar de veras?”. Los falsos líderes, incapaces de desentrañar esto, responden: “Todavía la estoy observando”. Esa persona replica: “¿Cuánto hace que la observas? ¿Has llegado a alguna conclusión?”. Los falsos líderes dicen: “Hace más de seis meses y todavía no he alcanzado ninguna conclusión”. Si no han obtenido resultados después de más de seis meses de observación, ¿qué clase de eficacia en el trabajo es esa? Los falsos líderes creen que tener una conversación con el supervisor es eficaz y resuelve el problema. ¿Es válida esa idea? Creen que en cuanto terminan de hablar con alguien, esa persona podrá cambiar, y si alguien expresa su determinación de no volverlo a hacer, le creen totalmente, sin llevar a cabo ninguna indagación adicional ni volver a ahondar en la situación. Si nadie insiste en el asunto, puede que ni siquiera se molesten en indagar ni en hacer un seguimiento del trabajo durante medio año. Los falsos líderes siguen sin ser conscientes de ello incluso cuando ese supervisor estropea el trabajo. No pueden discernir cómo el supervisor los está engañando y jugando con ellos. Lo que es incluso más odioso es que cuando alguien denuncia los problemas del supervisor, los falsos líderes lo ignoran y no investigan realmente si los problemas existen o son reales. No tienen en cuenta estas cuestiones: ¡no hay duda de que tienen demasiada fe en sí mismos! Sean cuales sean las situaciones que surjan en el trabajo de la iglesia, los falsos líderes no se apresuran a abordarlas; creen que en cierta forma no es asunto suyo. La respuesta de los falsos líderes a estos problemas es extremadamente lenta, toman medidas y se mueven muy despacio, vacilan sin parar y le siguen dando a la gente otra oportunidad de arrepentirse, como si las oportunidades que ellos dan fueran tan preciosas e importantes, como si pudieran cambiar el porvenir de los demás. Los falsos líderes no saben ver la esencia-naturaleza de alguien a través de lo que se manifiesta en él ni juzgar qué senda recorre una persona a partir de su esencia-naturaleza, o dilucidar si alguien es apto o no para ser supervisor o para el trabajo de líder en función de la senda que recorre. Son incapaces de ver las cosas de esa manera. Los falsos líderes solo son capaces de hacer dos cosas en su trabajo: una, llamar a la gente para charlar y actuar por inercia; dos, dar oportunidades a la gente, complacer a los demás y no ofender a nadie. ¿Hacen trabajo real? Claro que no. Sin embargo, los falsos líderes creen que llamar a alguien para charlar es trabajo real. Consideran estas conversaciones muy valiosas e importantes, y las palabras y doctrinas vacías que sueltan, sumamente trascendentales. Creen haber resuelto grandes problemas por medio de estas conversaciones y haber hecho trabajo real. No saben por qué Dios juzga, castiga, poda o prueba y refina a la gente. No saben que únicamente las palabras de Dios y la verdad pueden corregir las actitudes corruptas del hombre. ¡Simplifican demasiado la obra de Dios y Su salvación de la especie humana! Creen posible suplir la obra de Dios con unas pocas palabras y doctrinas, que eso puede resolver el problema de la corrupción del hombre. ¿Esto no es necedad e ignorancia por parte de los falsos líderes? Los falsos líderes no tienen la más mínima realidad-verdad; entonces, ¿por qué están tan seguros? ¿Se conocerá la gente a sí misma si suelta unas cuantas doctrinas? ¿Le permitirá despojarse de sus actitudes corruptas? ¿Cómo pueden ser tan ignorantes e ingenuos estos falsos líderes? ¿Es realmente tan sencillo corregir las prácticas erróneas y la conducta corrupta de una persona? ¿Así de fácil se resuelve el problema de las actitudes corruptas del hombre? ¡Qué necios y superficiales son los falsos líderes! Dios no emplea un único método para resolver el problema de la corrupción del hombre. Emplea muchos métodos y orquesta distintas situaciones para revelar, purificar y perfeccionar a la gente. Los falsos líderes, por el contrario, hacen el trabajo de una manera increíblemente monótona y superficial: reúnen a gente para conversaciones, llevan a cabo un poco de trabajo psicológico, exhortan a los demás un poco y piensan que esto es hacer un trabajo real. Esto es superficial, ¿cierto? ¿Y qué problema se esconde tras esta superficialidad? ¿Acaso no es la ingenuidad? Los falsos líderes son sumamente ingenuos y también contemplan a las personas y las cosas con una ingenuidad increíble. Nada cuesta más de resolver que el carácter corrupto de la gente; la cabra siempre tira al monte. Los falsos líderes no pueden en absoluto ver este problema por lo que es. Por tanto, respecto al tipo de supervisores en la iglesia que siempre causan perturbaciones y constriñen y mortifican a la gente, los falsos líderes no hacen nada salvo hablar con ellos, así como podarlos con un par de palabras; eso es todo. No los destituyen ni los reasignan de inmediato. Este enfoque de los falsos líderes causa un daño tremendo a la obra de la iglesia y suele provocar que la obra de la iglesia se retenga, se retrase, resulte perjudicada y no pueda progresar con normalidad, soltura y eficacia debido a las perturbaciones de algunas personas malvadas; todo esto es una consecuencia grave de que los falsos líderes actúen según sus sentimientos, infrinjan los principios-verdad y empleen a la gente equivocada. Por fuera, los falsos líderes no cometen de forma deliberada una infinidad de maldades ni hacen las cosas a su propia manera ni establecen sus propios reinos independientes, como hacen los anticristos. Pero los falsos líderes no son capaces de resolver de inmediato los diversos problemas que surgen en la obra de la iglesia y, cuando hay problemas con supervisores de varios equipos y cuando esos supervisores son incapaces de asumir su trabajo, los falsos líderes no son capaces de alterar sus deberes o destituirlos de inmediato, lo que supone unas pérdidas graves para la obra de la iglesia. Y la causa de todo esto es la negligencia de los falsos líderes. ¿Acaso no son muy detestables los falsos líderes? (Sí).
IV. Cómo tratan los falsos líderes a los supervisores que van en contra de los arreglos de la obra y hacen las cosas a su manera
Los falsos líderes no son capaces de lidiar enseguida con las acciones malvadas que ocurren en la iglesia, como que los supervisores atormenten a los demás, los limiten y perturben el trabajo de la iglesia. Del mismo modo, cuando algunos supervisores van en contra de los arreglos de la obra de la casa de Dios y hacen las cosas a su manera, a los falsos líderes no se les ocurren soluciones adecuadas para resolver rápido tales problemas. Esto da como resultado pérdidas en el trabajo de la iglesia y los recursos materiales y financieros de la casa de Dios. Los falsos líderes son ingenuos y superficiales, incapaces de entender los principios-verdad, y sobre todo incapaces de desentrañar las esencias-naturaleza de las personas. En consecuencia, a menudo hacen su trabajo de manera superficial, actúan por inercia, se atienen a los preceptos y entonan consignas, pero no acuden al lugar para inspeccionar el trabajo, para observar y preguntar acerca de cada supervisor ni para inquirir de manera puntual sobre lo que han hecho estos supervisores, cómo son los principios que guían sus acciones y cuáles son los efectos derivados. El resultado es que son del todo ignorantes respecto a quiénes son en realidad las personas de las que se sirven y lo que han hecho. Por tanto, cuando estos supervisores se oponen en secreto a los arreglos de la obra de la casa de Dios y hacen las cosas a su manera, no solo es que los falsos líderes no sepan sobre esto, sino que incluso intentan defender a los supervisores. Aunque se enteren de ello, no indagan ni lidian con el asunto enseguida. Por una parte, los falsos líderes son incompetentes en su trabajo, y por otra, son negligentes en sus deberes. Vamos a poner un ejemplo. Cierto líder seleccionó a alguien que había sido descartada de otro equipo para ejercer como técnica de plantación. No comprobó si esta persona contaba con experiencia y pericia relevantes, si podía hacer bien el trabajo, o si tenía una actitud seria y responsable, y después de asignarle ese puesto, la dejó por completo a su aire, dijo: “Adelante, empieza a plantar hortalizas. Puedes elegir las semillas y yo aprobaré cualquier cantidad que gastes. ¡Lleva a cabo este trabajo como creas oportuno!”. El líder dijo esto, así que esta supervisora empezó a hacer el trabajo como estimó oportuno. Su primera tarea fue seleccionar las semillas. Cuando lo comprobó en internet, descubrió que: “Hay demasiadas variedades de hortalizas; ¡este enorme mundo está lleno de cosas extraordinarias! Elegir semillas es bastante divertido. Nunca he hecho este trabajo antes y no sabía que me interesaría tanto. Ya que estoy tan interesada, ¡iré a por todas!”. Empezó por abrir la sección en las semillas de tomate y se quedó sencillamente sorprendida. Había variedades y clases de todo tipo y tamaño, y en cuanto a color los había rojos, amarillos y verdes. Existía incluso un tipo multicolor; nunca había visto nada parecido, ¡y esto de veras amplió sus horizontes! Pero ¿cómo iba a elegir las semillas adecuadas? Decidió plantar unas pocas de cada variedad, en especial la multicolor de aspecto tan singular. La supervisora seleccionó más de diez variedades de tomates de diferentes tamaños, colores y formas. Después de seleccionar las semillas de tomate, era el momento de hacer lo mismo con las de berenjena. Las típicas que come la gente son las alargadas y moradas, o las blancas, pero pensó: “Las berenjenas no deberían limitarse a estos dos tipos. Existen variedades verdes, con patrones, largas, redondas y ovaladas. Elegiré unas pocas de cada tipo, de modo que todo el mundo pueda expandir su mente y comer toda clase de berenjenas diferentes. Como supervisora, mira lo bien que se me da y lo valiente que soy al seleccionar semillas, lo considerada que soy hacia los hermanos y hermanas; satisfago los gustos de todo el mundo”. Entonces, escogió las semillas de cebolla. Había un total de 14 variedades de cebollas a nivel local y las eligió todas, y cuando terminó se sintió bastante satisfecha. ¿Es “valiente” esta supervisora? ¿Quién se atrevería a elegir tantas variedades? Más adelante, seguí diseccionando este asunto y alguien llegó a decir: “No hay solo 14 variedades a nivel local, ¡hay unas pocas más que no seleccionó!”. Lo que querían decir era que 14 variedades no eran tantas, y que había otras más que la supervisora no seleccionó, así que no había hecho nada malo. ¿Acaso la persona que dijo esto no es lenta? Esto es ser lenta, no entender el lenguaje humano e ignorar por qué estaba Yo diseccionando el asunto. Después de seleccionar semillas de cebolla, la supervisora eligió además al menos ocho variedades de patatas. ¿Qué objetivo tenía al seleccionar tantas variedades? Ampliar los horizontes de todo el mundo y dejar que probaran sabores diferentes. La supervisora creía que la selección de semillas debería basarse en el principio de beneficiar a los hermanos y hermanas. ¿Qué pensáis de su motivación? ¿Acaso obrar según una actitud de pensar por los demás y servirlos a todos es el principio que requiere la casa de Dios? (No). Entonces, ¿cuál es el principio de la casa de Dios para la selección de semillas? No plantes alguna variedad extraña y rara que no comemos habitualmente. En cuanto a las variedades que se suelen comer, si no las hemos plantado antes ni sabemos si son aptas para el suelo y el clima locales, escoge una o dos, tres o cuatro a lo sumo. Para empezar, han de ser aptas para el suelo y el clima locales; en segundo lugar, han de ser fáciles de cultivar y no ser propensas a las enfermedades y las plagas; en tercer lugar, deberían producir semillas para el año siguiente; por último, deberían generar una buena cosecha. Si son deliciosas pero la cosecha es escasa, no son aptas. A juzgar por el asunto de la selección de semillas, ¿actuó esta supervisora de acuerdo con los principios? ¿Buscó? ¿Se sometió? ¿Mostró consideración por la casa de Dios? ¿Obró con la actitud que debería poseer en el cumplimiento de un deber? (No). ¡Está claro que andaba desbocada haciendo cosas malas, que iba abiertamente contra los arreglos de la obra de la casa de Dios y las hacía a su manera! Despilfarró las ofrendas de Dios de esta manera para satisfacer su curiosidad personal y su deseo de diversión, y trató esa importante tarea como un juego, pero su falso líder la dejó hacer lo que le vino en gana sin cuestionarla ni intervenir. Al interrogarle al respecto: “¿Hizo realmente algo de trabajo la supervisora que elegiste? ¿Cuáles fueron los resultados? ¿La ayudaste llevando a cabo comprobaciones respecto a la selección de la semilla?”. No prestó atención a estos asuntos, y solo dijo: “Se han plantado las semillas; visitamos el lugar durante la plantación”. No le importaban otros problemas. Al final, ¿cómo se descubrió el problema de la supervisora? Plantó algunas fresas y, conforme a las especificaciones técnicas relevantes, las plantas de fresa no deberían estar cubiertas ni se les ha de permitir que den fruto el primer año, y se deberían arrancar todas las flores; de lo contrario, no saldrá fruta el segundo año y, aunque el primer año salga alguna, serán muy pequeñas. Si bien los expertos le transmitieron esto a la supervisora, ella hizo oídos sordos. Basaba su razonamiento en la información en internet que afirmaba que se podía cubrir la fresa con plástico el primer año y permitir que diera fruto. El resultado fue que surgieron varias fresas pequeñas e informes cubiertas de semillas, algunas agrias, otras dulces y algunas sin sabor; las había de todas clases. El problema se había vuelto muy grave; sin embargo, los falsos líderes de allí lo ignoraron por completo. ¿Por qué? Pensaron que, como en cualquier caso no iban a poder comerse esas fresas, mejor elegían ignorar el problema. ¿No poder comer algo significa que no debería importarles? ¿Qué hay de las patatas y las cebollas que se iban a comer, esas les importaban? A ninguno de estos falsos líderes les importaba; se limitaban a observar mientras la supervisora hacía lo que le venía en gana. Un día los visité y alguien denunció que la lechuga se había pasado y que, si no se recogía pronto, nadie se la podría comer y se malgastaría. Sin embargo, la supervisora insistió en dejarla, y dijo que, si la recogían, habría que plantar otras hortalizas, lo cual a ella le resultaba problemático. A pesar de saber esto, los falsos líderes no hicieron nada. Al final, lo Alto tuvo que ordenar que recogieran rápido la lechuga y lidiaran con la situación; de lo contrario, la lechuga se adueñaría de la tierra e impediría que se plantaran las hortalizas de verano. A pesar de que surgiera un problema tan significativo en el trabajo, ninguno de los falsos líderes hizo nada al respecto, les asustaba demasiado ofender a alguien. Dado que a la supervisora la había ascendido un falso líder, y este nunca la controló después de ascenderla, le permitió actuar con libertad y le brindó su apoyo y la respaldó, los otros líderes no se atrevieron a intervenir y se compincharon con ellos, así que muchos problemas acabaron por surgir. Este es el trabajo que hicieron los líderes. ¿Se les puede aún llamar líderes? A pesar de que un problema tan grave estaba teniendo lugar en sus narices, no lograron reconocerlo como un problema, y menos aún resolverlo. ¿Acaso no son falsos líderes? (Sí). Por una parte, eran complacientes y temían ofender a los demás. Por otra, no sabían lo serio que era el problema, carecían de un juicio acertado, desconocían que era un problema y no eran conscientes de que este trabajo recaía en el ámbito de sus responsabilidades. ¿Acaso no son unos inútiles y unos haraganes? ¿No es esto descuidar el deber? (Sí). Esta es la cuarta situación: supervisores que van en contra de los arreglos de la obra de la casa de Dios y hacen las cosas a su manera. Hemos aportado un ejemplo que expone la manifestación de los falsos líderes de ser descuidados en su deber en este asunto y saca a la luz la esencia-naturaleza de los falsos líderes.
V. Cómo tratan los falsos líderes a los supervisores que son anticristos y fundan reinos independientes
Otra situación es cuando los supervisores se rebelan en contra de sus superiores y fundan reinos independientes; estos supervisores son anticristos. Los falsos líderes no pueden desempeñar el papel de controladores en problemas tales como supervisores que tienen poco calibre, poseen mala humanidad o van desbocados haciendo cosas malas. Además, no inspeccionan enseguida ni preguntan por el trabajo que desempeña esta clase de supervisores ni por sus problemas para determinar su idoneidad. De igual modo, los falsos líderes son incluso más incapaces de desentrañar la esencia-naturaleza de los anticristos, que son siniestros y crueles. No solo son incapaces de desentrañar esto, al mismo tiempo, en cierto modo les asustan estas personas, y se sienten un poco indefensos e impotentes, hasta tal punto que, a menudo, se dejan controlar por los anticristos. ¿Cómo de grave se puede poner esto? Puede que los anticristos formen cuadrillas en los ámbitos de trabajo de los falsos líderes, atraigan sus propias fuerzas y funden reinos independientes, y con el tiempo, puede que se hagan con el poder, empiecen a llevar la voz cantante y conviertan a los falsos líderes en figuras decorativas. De alguna manera, estos falsos líderes permanecen ajenos a lo que los anticristos deciden y saben, y no se enteran de nada. Solo se dan cuenta de estas cosas después de que algo suceda y alguien informe, pero para entonces ya es demasiado tarde. Los falsos líderes les llegan a preguntar a los anticristos por qué no fueron informados, y su respuesta es: “¿De qué sirve contártelo? No puedes tomar decisiones sobre nada, así que no hacía falta discutir esto contigo, tomamos la decisión nosotros mismos. Aunque te hubiéramos informado, sin duda alguna habrías estado de acuerdo. ¿Qué opinión podrías haber tenido?”. Los falsos líderes están indefensos en tales asuntos. Si no pueden discernir, resolver ni manejar a estos anticristos, deberían informar de ello a lo Alto, pero no se atreven siquiera a hacer esto; ¿es que no son unos inútiles? (Sí). Al afrontar tales asuntos, estos pedazo de inútiles acuden a Mí para quejarse entre lágrimas, refunfuñan: “No es mi culpa; no tomé esta decisión. Ya fuera correcta o no la decisión que tomaron, eso no tenía nada que ver conmigo, porque no me informaron ni me lo contaron cuando lo hicieron”. ¿Qué quieren decir con esto? (Están eludiendo la responsabilidad). Como líderes, deberían saber y captar estos asuntos; si los anticristos no les informan sobre nada, ¿por qué no van ellos mismos a preguntar de manera proactiva? Como líderes, deberían organizar, presidir y tomar decisiones sobre todos los asuntos; si los anticristos no les informan de nada y toman las decisiones por su cuenta, y después les envían a estos líderes facturas para que las firmen, ¿acaso no están usurpando su autoridad? Una vez que los falsos líderes se topan con anticristos que perturban el trabajo de la iglesia, se quedan estupefactos; están tan indefensos como los necios que se enfrentan a un lobo y se quedan quietos e impotentes mientras se convierten en figuras decorativas y ven usurpada su autoridad. No pueden hacer nada al respecto; ¡qué panda de miserables inútiles! No pueden resolver los problemas, no pueden discernir ni desenmascarar a los anticristos y, desde luego, no pueden impedirles que cometan cualquier acción malvada. Al mismo tiempo, no denuncian estos problemas a lo Alto. ¿Acaso no son unos inútiles? ¿De qué sirve elegirlos líderes? Los anticristos van desbocados haciendo cosas malas, despilfarran ofrendas abiertamente, y forman fuerzas que ellos lideran y fundan reinos independientes en la iglesia. Entretanto, estos líderes no los supervisan para nada, ni los exponen, limitan ni lidian con ellos, si bien acuden a Mí con sus quejas. ¿Qué clase de líderes son? ¡Son unos auténticos inútiles! No importa lo que estén haciendo, estas bandas lideradas por los anticristos mantienen discusiones secretas entre ellas y luego toman decisiones sin autorización. Ni siquiera les dan a los líderes el derecho a saber qué está ocurriendo, menos aún el de tomar decisiones. Niegan directamente a los líderes, ellos mismos ostentan todo el poder y llevan siempre la voz cantante. En medio de todo esto, ¿qué hacen los líderes encargados de la tarea de gestionarlos? Fracasan por completo a la hora de inspeccionar, supervisar, gestionar o tomar decisiones respecto a este trabajo. Al final, permiten a los anticristos tomar el mando y gestionarlos desde lo alto. ¿Acaso no surge este problema a partir del trabajo de los falsos líderes? ¿Cuál es la esencia de este problema? ¿De dónde proviene? Proviene de que los falsos líderes tengan poco calibre, carezcan de capacidad de trabajo y los anticristos no tengan consideración alguna hacia ellos. Los anticristos piensan: “¿Qué puedes hacer como líder? Seguiré sin escucharte y continuaré pasando por encima de ti para hacer cosas. ¡Si denuncias esto a lo Alto, te atormentaremos!”. Los falsos líderes no se atreven a denunciar tales asuntos. No solo es que los falsos líderes carezcan de capacidad de trabajo, además carecen del coraje para defender los principios, temen ofender a la gente y carecen por completo de lealtad; ¿no es esto un problema grave? Si de veras tuvieran algo de calibre y entendieran la verdad, con solo ver que estos tipos son malos, dirían: “No me atrevo a desenmascararlos yo solo, así que voy a compartir con varios hermanos y hermanas que persiguen y entienden más la verdad para resolver estos problemas. Si después de compartir con ellos, seguimos sin poder lidiar con los anticristos, denunciaré el problema a lo Alto y dejaré que lo resuelvan. No puedo hacer nada más, pero primero debo salvaguardar los intereses de la casa de Dios; en absoluto se debe permitir que los problemas que he desentrañado y los que he descubierto se continúen sucediendo”. ¿No es esta una manera de abordar el problema? ¿Acaso no se puede considerar además como cumplir una responsabilidad? Si pudieran hacer esto, lo Alto no dirá entonces que tienen poco calibre y que carecen de capacidad de trabajo. Sin embargo, estos líderes no pueden siquiera denunciar problemas a lo Alto, así que se los caracteriza como inútiles y falsos líderes. No solo tienen poco calibre y carecen de capacidad de trabajo, ni siquiera cuentan con la fe y el coraje de confiar en Dios para exponer a los anticristos y luchar contra ellos. ¿Es que no son unos inútiles? ¿Son dignos de lástima aquellos a los que han usurpado los anticristos? Puede que suene a que son penosos; no han hecho nada malo y son muy cautos en su trabajo, muy temerosos de cometer errores o de recibir la poda, y de que los hermanos y hermanas los desdeñen. Sin embargo, acaban totalmente usurpados por los anticristos ante sus mismos ojos, nada de lo que dicen causa ningún efecto, y en realidad no importa si están allí o no. Puede que en apariencia sean penosos, pero en realidad son bastante detestables. Decidme, ¿la casa de Dios es capaz de resolver problemas que la gente no puede? ¿Debería la gente denunciar problemas a lo Alto? (Sí). En la casa de Dios no hay problemas que no se puedan resolver y las palabras de Dios pueden resolver cualquier problema. ¿Tienen esas personas auténtica fe en Dios? Si ni siquiera tienen este poco de fe, ¿es que están cualificados para ser líderes? ¿No son unos miserables inútiles? No solo es cuestión de ser falsos líderes, carecen incluso de la fe más básica en Dios. ¡Son incrédulos y no merecen ser líderes!
En cuanto a la cuarta responsabilidad de los líderes y obreros, hemos enumerado cinco situaciones para poner al descubierto cómo abordan los falsos líderes los diversos aspectos del trabajo y a los supervisores. En función de estas cinco situaciones, diseccionamos diversas manifestaciones del calibre extremadamente pobre, la incompetencia y la incapacidad de los falsos líderes de hacer trabajo real. Al compartir de esta manera, ¿acaso no tienes un poco más claro cómo discernir a los falsos líderes? (Sí). Bueno, concluyamos aquí nuestra charla de hoy. ¡Hasta pronto!
23 de enero de 2021
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