Las responsabilidades de los líderes y obreros (5) Parte 4

Acabamos de compartir los criterios y objetivos de ascender y cultivar a diversas clases de talentos cualificados, además del entendimiento y el punto de vista que uno debería tener respecto al ascenso y el cultivo de diversas clases de personas con talento por parte de la casa de Dios. Otro aspecto adicional es la actitud y el enfoque que uno debería tener hacia las diversas clases de personas con talento a las que se asciende y cultiva. Estos son algunos problemas que deberían compartirse en el punto seis. Por tanto, a continuación, en concreto respecto al punto seis, vamos a desenmascarar y diseccionar cómo llevan a cabo los falsos líderes el trabajo de ascender y cultivar a diferentes clases de personas con talento. Este es el contenido principal que vamos a compartir.

Las actitudes y manifestaciones de los falsos líderes respecto a ascender y cultivar a toda clase de personas con talento

Los falsos líderes no entienden la verdad ni la buscan. Por tanto, en lo que respecta al trabajo importante de ascender y cultivar a toda clase de talentos cualificados en la casa de Dios, además lo convierten en un desastre, lo destrozan por completo y sencillamente fracasan a la hora de satisfacer los requerimientos de la casa de Dios. Como no entienden los criterios, y menos aún las intenciones de Dios, en lo que respecta al ascenso y el cultivo de diversas clases de talento cualificado, ni tampoco entienden el significado de ascender y cultivar a diversas clases de talentos cualificados, es muy difícil para ellos hacer este trabajo acorde al estándar y con principios. Las diversas clases de personas “con talento” que cultivan los falsos líderes en el transcurso de hacer su trabajo son sin duda un cajón de sastre. En lugar de ascender y cultivar a los talentos cualificados, los falsos líderes ascienden a personas que en ningún caso deberían ascender ni cultivar para servir como líderes u obreros, y les permiten vivir de la iglesia y despilfarrar las ofrendas de Dios. Todos los falsos líderes hacen cosas como esta, lo que provoca que se pisotee a algunas personas que persiguen la verdad y tienen sentido de la rectitud y no se las ascienda ni se las use. En cambio, las que son unas inútiles se convierten en supuestas personas con talento a ojos de los falsos líderes, y estos las ascienden y cultivan. Por tanto, ¿cuáles son las manifestaciones de los falsos líderes cuando hacen este trabajo? Por ejemplo, vamos a asumir que, debido a las necesidades de su trabajo, la casa de Dios debe encontrar a quienes lidien con los asuntos externos. Por tanto, ¿a qué personas deberían buscar? Acabo de enumerar diversos criterios, como tener capacidad de trabajo, ser capaz de hacer los propios deberes de acuerdo con los principios que requiere la casa de Dios y ser capaz de defender los intereses de esta. ¿Conoce un falso líder estos principios? Es obvio que no, ¿cómo encuentran a alguien que se ocupe de los asuntos externos? Piensan: “¿Quién puede ocuparse de los asuntos externos? Hay una hermana que es muy aguda y reacciona con rapidez, habla bien y sabe cómo tratar a la gente. Sus ojos oscilan de un lado a otro de manera calculadora cuando habla y una persona promedio no es capaz de calarla. No sería muy adecuada como líder de una iglesia, pero manejaría muy bien los asuntos externos, así que la elegiré a ella. Lo que sucede es que, como su nivel de educación es un poco bajo, me preocupa que los no creyentes la menosprecien, así que voy a buscar a una licenciada universitaria, que fue presidenta de su sindicato de estudiantes, para que la acompañe. Se trata de alguien bastante inteligente, pero con relativamente poca experiencia en la sociedad y que en comparación ha visto poco mundo, por lo que puede aprender de su compañera. Entre estas dos personas, una de un escaso nivel educativo y otra de uno alto, una con experiencia en la sociedad y la otra sin ella, forman una pareja adecuada, ¿no?”. Una es elocuente y expresiva, ingeniosa y muy hábil en las relaciones sociales; cuando se relaciona con no creyentes, estos no se dan cuenta de que es creyente. La otra tiene un alto nivel de educación y estatus social; cada vez que se relaciona con no creyentes, estos no la miran por encima del hombro. ¿Qué opináis de los principios según los cuales este falso líder selecciona a estas dos personas? El falso líder cree que mientras alguien tenga el don de la labia, un ingenio mordaz y reflejos rápidos, puede manejar los asuntos generales de la casa de Dios. ¿Es esta una manera adecuada de seleccionar a las personas? (No). ¿Por qué no es adecuada? (Tales personas suelen ser bastante astutas; aunque puedan aplicar filosofías para los asuntos mundanos con los demás y sepan manejar a la gente, no por ello van a ser necesariamente capaces de defender los intereses de la casa de Dios). Así es. Lo más importante es que, sean cuales sean los asuntos que alguien maneje para la casa de Dios, al menos debe ser honrado y capaz de defender los intereses de esta. ¿Tener un pico de oro y hablar por los codos significa que pueda defender los intereses de la casa de Dios? ¿Ser ingenioso, elocuente y expresivo significa que pueda defender los intereses de la casa de Dios? (No). Aunque hagan un juramento, eso no vale de nada y es igual de inútil que les hagas exigencias; deben tener esa calidad humana. No obstante, el falso líder no investiga estas cosas, sino que se limita a fijarse en quién tiene experiencia en la sociedad, quién es astuto, ingenioso, elocuente y expresivo, quién sabe cómo actuar para adaptarse a la situación, y quién es un camaleón y un pez gordo social. Creen que tales personas pueden manejar los asuntos generales de la casa de Dios. ¿No es esto un error? Es un error desde el punto de vista de los principios y estándares para seleccionar a la gente. El caso es que este tipo de personas tienen un pico de oro muy acentuado. Traten con quien traten, todo lo que dicen es mentira y no pueden cambiar por muchos juramentos que hagan. A la hora de hacer las cosas, solo defienden sus propios intereses, y en particular cuando se enfrentan a un peligro, ante todo se protegen a sí mismos y ni una sola vez consideran los intereses de la casa de Dios. Mientras tengan una buena relación con los no creyentes, para ellos es suficiente; en cuanto a si los intereses de la casa de Dios se ven perjudicados o no, les importa un comino. La seguridad de los hermanos y hermanas tampoco es algo que tengan en cuenta, ni les importa si se deshonra el nombre de Dios; solo se guardan sus propias espaldas. El falso líder no puede desentrañar a esta clase de persona y piensa que es la más apropiada para lidiar con los asuntos externos de la casa de Dios. ¿No es una necedad? Esa persona vende los intereses de la casa de Dios, pero el falso líder ni siquiera lo sabe y, sin embargo, le asigna tareas importantes y depende de ella para todo. ¿No es esto el colmo de la necedad? ¿Tienen intenciones honradas las personas elocuentes, expresivas e ingeniosas? Si no has tratado con ellas ni las has observado con cuidado, no lo sabrás. Cuando haces tratos con ellas y lidias con asuntos en su compañía, no tienes más que fijarte en si lo que dicen se corresponde con lo que hacen. Esto se puede probar mediante un acontecimiento. Digamos, por ejemplo, que estás transportando algo. Ellos lo ven, pero no te ayudan. Solo cuando finalices el trabajo vendrán a decirte: “¿Cómo haces un trabajo tan cansado tú solo? Te hubiera ayudado si me lo hubieras pedido, por muy ocupado que estuviera. Pareces cansado, luego te cocino algo, hoy no lo hagas tú”. Después de decirlo, desaparecen. Estás exhausto y además tienes que cocinar. Entonces, cuando has terminado de cocinar, vienen a comer y llegan a decir: “¿Por qué no me has llamado cuando te ibas a poner a cocinar? Estás muy cansado y me estás haciendo la comida, eso no está bien. Ya que la has hecho, me la voy a comer. La próxima la preparo yo, y si en el futuro necesitas hacer alguna tarea, me lo dices”. Este acontecimiento es lo único que hace falta para desentrañarlos. Tienen la lengua muy ágil, son ingeniosos y saben qué decir. Saben cómo actuar en cada ocasión, y lo único que hacen es decir palabras que suenan bien, sin hacer nunca ningún trabajo real. ¿Son confiables estas personas? Si les pides que gestionen los asuntos de la casa de Dios, ¿pueden defender los intereses de estos? ¿Pueden defender la reputación de la iglesia y proteger la seguridad de los hermanos y hermanas? (No). ¿Es su prioridad principal la propiedad de la casa de Dios y todos sus intereses? Ni de lejos. Sus ojos y su mente de falsos líderes están cegados ante problemas tan fáciles de detectar, simplemente no reparan en ellos. En su lugar, solo pueden hablar de palabras y doctrinas. ¿A quién ama Dios y a quién no? ¿Quién ama la verdad y quién no? ¿Qué significa poseer una base en la propia fe en Dios y qué clase de personas no la tienen? ¿Qué clase de personas son leales al hacer su deber y cuáles no? Hablan sobre estas cosas de manera racional y lógica, y parece que de veras las entienden, pero son charlas y doctrinas vacías. Cuando se les pide que disciernan a las personas, sus ojos y su mente están ciegos; simplemente no saben cómo interpretarlas. Por mucho tiempo que se relacionen con este tipo de personas, siguen sin desentrañarlas e incluso les asignan tareas importantes.

Ya resulta abominable que los falsos líderes usen a las personas equivocadas, sin embargo, empeoran esta fechoría al hacer cosas incluso más abominables. Digamos, por ejemplo, que un falso líder usara a la persona equivocada. Esta no es en absoluto apropiada para ser supervisor y no satisface los criterios de la casa de Dios para que se la ascienda y cultive. Aun así, el falso líder sigue insistiendo en usarla y nunca inspecciona su trabajo, pues cree que: “Uno no debe dudar de aquellos a quienes emplea ni emplear a aquellos de quienes duda. Ya que te he elegido y ascendido, serás capaz de hacer bien este trabajo, así que adelante y hazlo de la manera que te parezca adecuada. Te apoyaré vayas donde vayas, ¡y no tiene sentido que nadie ponga objeciones a esto!”. Se sirvió de la persona incorrecta y a pesar de ello dejó que su error perdurara hasta el final; creen mucho en sí mismos. Los falsos líderes están todos ciegos. No detectan ningún problema, no pueden distinguir qué personas son malvadas o incrédulas, y sea quien sea el que trastorne y perturbe el trabajo de la iglesia, ellos no son conscientes e incluso asignan tareas importantes a gente atolondrada. Los falsos líderes depositan una gran confianza en cualquiera al que asciendan, y le confían alegremente trabajo importante. Como resultado, esas personas estropean el trabajo de la iglesia, lo que afecta gravemente a la difusión del evangelio y daña los intereses de la casa de Dios. Los falsos líderes incluso fingen no saber nada sobre esto. Lo Alto les pregunta: “¿Cómo le va en el trabajo a la persona que ascendiste? ¿Es adecuada para desempeñarlo? ¿Está defendiendo el trabajo de la iglesia y los intereses de la casa de Dios? En los momentos fundamentales, ¿se protegerá a sí misma o defenderá el trabajo de la iglesia?”. Estos falsos líderes responden: “Hizo el juramento de defender el trabajo de la iglesia. Aparte, lleva 20 años creyendo en Dios. ¿Cómo iba a protegerse a sí misma y a vender los intereses de la casa de Dios? Es probable que defienda los intereses de la casa de Dios”. Lo Alto responde: “¿Es preciso lo que dices? ¿Has inspeccionado su trabajo?”. Los falsos líderes responden: “No he inspeccionado su trabajo, pero le dije que no defendiera sus propios intereses y que ha de defender el trabajo de la iglesia, y me prometió que lo haría”. ¿De qué servía que esta persona hiciera una promesa? Ni siquiera puede cumplir el juramento que hizo ante Dios. ¿Creen que solo porque esa persona les hiciera una promesa ya es una apuesta segura? ¿Se puede garantizar que cumpla lo prometido? Ya que estos falsos líderes no han inspeccionado el trabajo de esta persona, ¿cómo saben si es alguien que defiende los intereses de la casa de Dios? ¿Cómo es que creen tanto en ellos mismos? ¿Acaso no son tales falsos líderes unos bribones? Al utilizar a la persona equivocada, ya han cometido un gran error, y luego lo agravan por no indagar nunca, por no tratar de obtener más información ni inspeccionar el trabajo de esta persona, por no supervisarlo ni observarlo. Lo único que hacen es seguir tolerando que obre con imprudencia y cometa fechorías. Así trabajan los falsos líderes. Cuando en un aspecto del trabajo falta gente, los falsos líderes disponen alegremente que alguien sea responsable de ello y se acabó; nunca inspeccionan el trabajo ni van realmente al lugar para interactuar con esa persona, observarla y procurar obtener más información sobre ella. En ciertos lugares, el entorno no es propicio para reunirse y pasar tiempo con ella, pero esos líderes deben hacer averiguaciones sobre el trabajo de esa persona y hacer preguntas indirectas sobre lo que ha estado haciendo y cómo lo ha estado haciendo. Les pueden preguntar a los hermanos y hermanas o a alguien cercano a ella. ¿Acaso no es factible? No obstante, los falsos líderes ni siquiera se molestan en preguntar, así son de confiados. En su trabajo, solo celebran reuniones y predican doctrinas, y cuando las reuniones han terminado y se ha organizado el trabajo, no hacen nada más; no siguen haciendo un seguimiento ni averiguan si la persona a la que eligieron sabe hacer trabajo real. Al principio no entendían a esa persona, pero, a tenor de su calibre, sus manifestaciones y su entusiasmo a nivel superficial, les pareció adecuada para este trabajo, por lo que la utilizaron. Esto no tiene nada de malo, pues nadie sabe cómo va a resultar esa gente. Sin embargo, tras ascenderla, ¿no deberían estos líderes hacer un seguimiento e investigar si hace un trabajo real, cómo trabaja y si ha sido superficial, escurridiza o ha holgazaneado? Este es justo el trabajo que deberían hacer, pero no hacen nada de eso, no asumen ninguna responsabilidad. Son falsos líderes y se los debería despedir y descartar.

Los falsos líderes cometen un error grave, pues después de ascender a las personas, les explican el trabajo, luego sueltan un poco de doctrina, ofrecen unas pocas palabras de aliento y ahí lo dejan, sin siquiera hacer un seguimiento ni involucrarse en tareas específicas. Si dicen que tienen calibre escaso y carecen de percepción respecto a las personas, entonces podrían hacer seguimiento y averiguar cómo van las tareas específicas, así como manejar por completo la situación. Sin embargo, los falsos líderes no hacen seguimiento y en ningún caso averiguan cómo va el trabajo. Hablemos de imprimir libros, por ejemplo, lo cual es un trabajo específico. Un falso líder asignó a alguien para encargarse de este trabajo, pero no lo controló siquiera una vez en medio año. En consecuencia, pasados seis meses, todos los libros impresos resultaron ser defectuosos, ¡menudo desastre! Así son los falsos líderes, no hacen nada específico en absoluto. ¿Qué deberías hacer si estás organizando la impresión de un libro? Primero debes asignar a un supervisor adecuado, y luego supervisar y comprobar si hace bien su trabajo y si pudiera llegar a estropearlo. Debes supervisar y hacer seguimiento del trabajo, y resolver directamente problemas si descubres alguno; solo esto puede asegurar que no surjan complicaciones. Sin embargo, los falsos líderes no hacen esto. Piensan que sus responsabilidades solo consisten en soltarles doctrinas a las personas y hacer que las entiendan, y que mientras sea así, los problemas pueden resolverse. Por tanto, solo prestan atención a soltar doctrinas y gritar consignas, y no se involucran en tareas específicas. En lo que respecta a los falsos líderes, creen que no es asunto suyo implicarse en tareas específicas, y que esta debería ser la preocupación de aquellos a los que tienen por debajo. Por tanto, ¿qué hacen ellos? Dominan la situación general desde arriba y se convierten en un funcionario ineficaz. Sea cual sea el trabajo, no están presentes ni implicados en ello. Después de hablarle a la gente de los principios, si se les pregunta por asuntos detallados o sendas específicas, dirán: “El trabajo específico depende de vosotros, yo no entiendo de esto”. Por tanto, no saben cómo se manejan los que tienen por debajo de ellos al hacer el trabajo. En cuanto a si el supervisor es competente y está a la altura del trabajo, o a cómo es su humanidad o si es una persona que persigue la verdad, si es responsable al hacer su deber o es superficial, o acaso va desbocado haciendo cosas malas, hay retrasos en el trabajo y cosas de este estilo, los falsos líderes lo desconocen por completo, solo se pasean por ahí como funcionarios no creyentes y chupatintas, sin hacer ningún trabajo real. En las iglesias donde trabajan, los falsos líderes no se enteran cuando algunos supervisores han estancado el trabajo, o cuando otros supervisores están fundando sus propios reinos independientes, o cuando otros más no se ocupan de los deberes que les corresponden y en vez de eso se pasan el día comiendo, bebiendo y divirtiéndose, e incluso hacen la vista gorda cuando algunos supervisores tienen un calibre sumamente pobre, una comprensión distorsionada, y no pueden hacer el trabajo en absoluto. Estos falsos líderes son solo cascarones vacíos, son líderes solo de nombre, y no hacen nada del trabajo sustancial de un líder. A simple vista, parece que estos falsos líderes se comportan bastante bien. Asignan supervisores para cada aspecto del trabajo, convocan a estas personas para una reunión de vez en cuando, y pasan el resto de su tiempo en el mismo lugar dedicándose a devociones espirituales, orando, leyendo las palabras de Dios, escuchando sermones, aprendiendo himnos y escribiendo sus propios sermones. Hay algunos falsos líderes que ni siquiera salen de su habitación en toda la semana. Hay también falsos líderes que no hacen más que celebrar reuniones online, sin acudir nunca a los lugares de trabajo para entender la situación. Los hermanos y hermanas no los ven en persona durante largos periodos, y no tienen ni idea de cómo son las experiencias de vida o la estatura de los falsos líderes. Durante las reuniones, los falsos líderes solo se ocupan de algunos asuntos generales, pero en lo referente a qué hace en concreto cada supervisor, y a si las personas a las que ascendieron y cultivaron son adecuadas para ese determinado trabajo, o cuál es la actitud de estas personas al cumplir con su deber, o si son atentas y minuciosas en su trabajo, o si son negativas y superficiales, o si están siguiendo la senda correcta, o si son adecuadas; a los falsos líderes no les importa ni preguntan por ninguno de estos asuntos, y tampoco quieren saber nada de ellos. ¿Acaso no es grave la naturaleza de este problema? (Sí).

La casa de Dios necesita de algunas personas con talento que entiendan ciertos campos profesionales y que posean ciertas habilidades, y cultivará a tales personas en el estudio de esas profesiones para que puedan hacer un deber en la casa de Dios. ¿A qué clase de persona creéis que encuentran los falsos líderes? Reúnen a todos los jóvenes que han ido a la universidad y han seguido a sus padres en la creencia en Dios, y se fijan en quién es elocuente y le gusta ser el centro de atención, y les dicen: “La casa de Dios quiere cultivaros; sois los reservistas y las nuevas fuerzas”. Entonces, les encargan que lleven a cabo un deber. En realidad, nunca han desempeñado uno, carecen de experiencia de diversa índole y no entienden la verdad en ningún caso. Sin embargo, son del agrado de los falsos líderes y estos les muestran su favor, así que empiezan a cultivarlos. Asignan a estas personas para que hagan deberes a partir de lo que su pericia los capacita para aprender; a algunos se les asignan trabajos relacionados con textos, a otros en producción de películas, a algunos se les asigna hacer vídeos y a otros ser actores. A los falsos líderes les basta con que estas personas tengan un deber que hacer. Los falsos líderes no investigan si estas personas aman la verdad o logran aceptarla, ni indagan lo que buscan o cuáles son sus objetivos. ¿Qué ocurre al final? A algunas de estas personas se las descarta. Esto es porque son disolutas y desenfrenadas, y persiguen las tendencias mundanas, se pasan el día arreglándose y coqueteando, y no entienden ninguna regla ni tienen modales en absoluto. Resulta obvio que son incrédulas y no creyentes. No se ocupan del trabajo que les corresponde mientras cumplen sus deberes, y todo lo hacen de manera superficial, pero los falsos líderes no perciben esto en ningún caso. ¿Acaso no están ciegos? (Sí). ¿Qué causa esta ceguera? ¿Es que no se debe a que los falsos líderes son ciegos de mente? La ceguera visual y la ceguera de mente son dos características de los falsos líderes. Aunque tienen los ojos abiertos de par en par, los falsos líderes no entienden nada ni desentrañan a nadie, es decir, sus ojos están ciegos. No tienen discernimiento ni criterio sobre nada ni nadie en su mente, y vean lo que vean, no tienen capacidad para distinguir el bien del mal, y no cuentan con actitudes ni opiniones ni definiciones; este es un caso agudo de estar ciego de mente. Todos los falsos líderes son personas que han creído en Dios durante muchos años y a menudo escuchan sermones, así que ¿por qué no pueden identificar a esos incrédulos? Esta es una prueba adicional de que los falsos líderes tienen muy poco calibre, que son incapaces de comprender la verdad y que, por muchas verdades que oigan, de nada sirve y no las entienden. Son ciegos de vista y de mente, y del todo incapaces de discernir a las personas. ¿Cómo podrían ser aptos para desempeñarse como líderes u obreros en la iglesia? Creen que los buenos oradores son gente con talento, y que los que saben cantar y bailar también son individuos con talento. Cuando ven a gente con gafas o que ha ido a la universidad, piensan que son individuos con talento, y cuando ven a los que son de estatus en la sociedad, a personas ricas, a las que saben hacer negocios y dedicarse a prácticas engañosas, y a las que hacen algún tipo de trabajo importante en la sociedad, los falsos líderes creen que son individuos con talento. Creen que la casa de Dios debería cultivar a estos tipos de personas. No se fijan en la calidad humana de estas ni en si su fe en Dios tiene un fundamento, y mucho menos observan la actitud con la cual consideran a Dios y la verdad. Solo se fijan en su estatus social y sus antecedentes. ¿No es absurdo que los falsos líderes contemplen a las personas y las cosas de esta manera? Los falsos líderes contemplan a las personas y las cosas igual que los no creyentes; la suya es la visión que los no creyentes tienen de las cosas. Esto basta para probar que los falsos líderes no son personas que amen y comprendan la verdad, y que carecen de cualquier discernimiento. ¿Acaso no son superficiales hasta el extremo? ¡De veras están ciegos, y mucho!

Hace tiempo conocí a un falso líder que hablaba y se reía cuando conversaba con él, pero en cuanto le preguntaba por el trabajo, miraba al infinito de manera bobalicona y tonta y no reaccionaba a nada de lo que le decía. El calibre de esta persona era demasiado pobre para que se la pudiera usar. No supone una sorpresa que no entendiera nada de lo que le dijera ni pudiera llevarlo a término. Ante cualquier cosa que hablara con él, no paraba de decir: “Organicé una reunión y comprobé el trabajo hace unos días”. Le dije: “¿No tienes otras tareas aparte de organizar reuniones? Hay mucho trabajo pendiente en la iglesia, ¿por qué no te buscas otra cosa que hacer?”. Me contestó: “¿Acaso ser líder u obrero no consiste solo en organizar reuniones? No hay nada más que hacer excepto celebrar reuniones, ¡no sé hacer nada más!”. ¡Esto muestra que estaba destinado a ser un falso líder cuando ocupó ese puesto y que no podía hacer ningún trabajo real porque su calibre era extremadamente escaso! Un calibre tan escaso conduce a la ceguera de vista y de mente. ¿Qué significa ceguera de vista? Significa que vea lo que vea una persona, es incapaz de localizar los problemas concretos, así que sus ojos no le sirven de nada. ¿Qué significa la ceguera de mente? Que pase lo que pase, una persona no es consciente y no alcanza a entender el problema en cuestión, y es incapaz de ver dónde radica la esencia del problema; esto es lo que significa la ceguera de mente. Si una persona es ciega de mente, entonces está totalmente acabada. De este modo, los falsos líderes son así de ciegos de vista y de mente. ¿Diríais que a los falsos líderes les molesta oír estas palabras? Piensan: “Tengo los ojos bastante grandes, pero Él dice que soy ciego de vista; y tengo buenas intenciones en la mente, sin embargo, Él dice que soy ciego de mente; Su definición no es especialmente precisa, ¿no? ¿Por qué no llamarme falso líder sin más? ¿Por qué añadir también que soy ciego de vista y de mente?”. Si no lo formulo así, a juzgar por el calibre de los falsos líderes, ¿podrían darse cuenta de que son de escaso calibre? (No). ¿Acaso expresar que estos falsos líderes son ciegos de vista y de mente no explica el asunto a la perfección? Por ejemplo, digamos que un anticristo funda su propio reino independiente en la iglesia. No obstante, el falso líder dice: “Esta persona es muy capaz. Solía ser profesor de universidad y habla con claridad, metódicamente, y de una manera ordenada y elocuente. Es más, no tiene miedo escénico, por mucho público que haya”. Está claro como el agua que esta persona de la que hablan es un fariseo que ha fundado su propio reino independiente y, sin embargo, el falso líder todavía la alaba. ¿Acaso no es eso ceguera de vista? (Sí). Si alguien canta desafinado y no lo oyes, ¿se puede considerar eso ceguera de vista? (No). Es un tema profesional, en lugar de una cuestión de calibre. Sin embargo, después de haber escuchado tantas verdades, los falsos líderes no pueden siquiera discernir a los anticristos tal y como son, y no pueden distinguir si la humanidad de una persona es buena o mala, o si alguien es candidato al ascenso y el cultivo por parte de la casa de Dios, o si se trata de un incrédulo o si esa persona cree con sinceridad en Dios, y tampoco pueden saber si alguien es leal al hacer su deber. ¿Qué han obtenido entonces de escuchar sermones todos estos años? No han obtenido ninguna verdad, lo cual significa que son unos necios ciegos; así de ciegos están los falsos líderes. Creen que el trabajo principal de un líder es ser capaz de predicar sermones y hacerlo durante dos o tres horas, y que mientras puedan decir palabras y doctrinas, gritar consignas y levantar a la gente, se trata de un líder acorde al estándar, son capaces de asumir el trabajo, tienen la realidad-verdad y Dios está satisfecho con ellos. ¿Qué clase de lógica es esta? Como los falsos líderes no entienden la verdad y cuentan con demasiado poco calibre, además de ser ciegos de vista y de mente, no poseen habilidad alguna para discernir a los diversos tipos de personas ni pueden desentrañarlas. Entonces, ¿son capaces de usar a esos diversos tipos de personas de manera razonable? (No). Solo tienen una estrategia: a aquellos que solían ser maestros se les asigna predicar sermones, a los que se han implicado en comercio exterior se les encarga manejar los asuntos generales, a los que hablan inglés se les asigna ser traductores, y a cualquiera que sea elocuente y no se ofenda con facilidad se le encarga predicar el evangelio. A los que son tímidos se les pone a escribir artículos de testimonio vivencial en casa, a los que son atrevidos y les encanta interpretar se les asigna ser actores, y a los que quieren convertirse en funcionarios se los coloca como líderes o directores. Así es como usan a las personas los falsos líderes, sin principios de ninguna clase.

En el ámbito de trabajo del que los falsos líderes son responsables, suele haber algunos que persiguen realmente la verdad y cumplen los criterios para el ascenso y el cultivo, pero se los pasa por alto. Algunas de estas personas predican el evangelio y a otras les asignan deberes de alojamiento. La cuestión es que todas ellas tienen calibre, entienden algunas verdades y vale la pena que las cultiven como líderes y obreros, pero no les gusta alardear ni ser el centro de atención. Y aun así, los falsos líderes no se percatan de estas personas. No se relacionan con ellas ni preguntan sobre ellas ni cultivan a la gente con talento para la casa de Dios. Solo se centran en atrapar a los que los adulan para satisfacer sus propios deseos egoístas. Como resultado, no se asciende ni se cultiva a los que persiguen realmente la verdad, mientras que se promociona a todos a los que les gusta ser el centro de atención, que son elocuentes, que saben engatusar a la gente y que son amantes de la fama, las ganancias y el estatus; incluso se asignan cargos importantes a los que han sido funcionarios o directores ejecutivos de empresas o a los que han estudiado administración empresarial en la sociedad. Independientemente de si son auténticos creyentes o de si persiguen la verdad son, en cualquier caso, las personas a las que se asciende y se emplea en el ámbito de trabajo del que son responsables los falsos líderes. ¿Es esto emplear a la gente de acuerdo con los principios? El hecho de que los falsos líderes solo asciendan a estas personas, ¿no responde exactamente al modo en que funciona la sociedad de los no creyentes? Durante el período en el que trabajan los falsos líderes no se asciende ni se cultiva a los que realmente pueden terminar las cosas cumpliendo su deber ni a los que tienen sentido de la rectitud ni a los que aman la verdad y las cosas positivas, y, además, todos ellos tienen dificultades para conseguir oportunidades de formación. Por el contrario, los falsos líderes asignan los cargos importantes a los elocuentes, los que aman alardear, los que saben lisonjear a la gente y los amantes de la fama, las ganancias y el estatus. Estas personas parecen bastante inteligentes, pero en realidad carecen de capacidad de comprensión, tienen mal calibre y una humanidad deficiente, no llevan ninguna carga real con relación a sus deberes ni son dignas en absoluto de que las cultiven. No obstante, ocupan los cargos de líderes y obreros en la iglesia. El resultado es que no es posible poner en marcha a tiempo y de forma fluida una gran parte de la obra de la iglesia o que progresa muy lenta y que los arreglos de la obra de la casa de Dios tardan demasiado en implementarse. Estos son los efectos y las consecuencias que causa en la obra de la iglesia el hecho de que los falsos líderes empleen a gente de manera inapropiada.

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