Las responsabilidades de los líderes y obreros (6) Parte 1
Hoy continuaremos compartiendo acerca de las responsabilidades de los líderes y obreros y de las diversas manifestaciones de los falsos líderes. En la reunión anterior compartimos el punto seis de las responsabilidades de los líderes y obreros. ¿Cuál es el contenido principal de este aspecto? (El punto seis es “ascender y cultivar a todo tipo de talento cualificado para que todos aquellos que persigan la verdad tengan la oportunidad de formarse y entrar en la realidad-verdad lo antes posible”). La última vez hablamos principalmente sobre los principios de la casa de Dios para ascender y cultivar a la gente y por qué la casa de Dios asciende y cultiva a las personas. Además, diseccionamos los problemas que existen con los falsos líderes cuando se trata de ascender y cultivar a diferentes clases de personas con talento. ¿Cuáles son las principales manifestaciones de los falsos líderes en el marco de estos dos puntos? ¿Por qué decimos que son falsos líderes? Hay dos aspectos principales. Uno es que los falsos líderes no entienden los principios para ascender, cultivar y usar a diferentes clases de personas ni buscan estos principios. No saben qué aspectos del calibre es importante que posean las personas o qué criterio es fundamental cumplir para ser líder u obrero. En consecuencia, usan a las personas indiscriminadamente en función de sus propias nociones y figuraciones. Otro problema serio es que, tras ascender, cultivar y usar a estas personas, no hacen un seguimiento de su trabajo ni lo comprueban, y tampoco averiguan cómo les va o si hacen trabajo real o son capaces de cumplir bien sus responsabilidades, ni cómo es su calidad humana o si los deberes que desempeñan son adecuados para ellas. No prestan atención a si las personas a las que ascienden, cultivan y usan cumplen con el estándar y se ajustan a los principios; nunca comprueban estos aspectos. Los falsos líderes piensan que solo se trata de ascender a personas y asignarles un trabajo y que de esta forma se cumplen bien sus responsabilidades. Así es como los falsos líderes hacen su trabajo y estos son también su punto de vista y su actitud mientras trabajan. Por tanto, ¿son estas dos manifestaciones principales de los falsos líderes prueba fehaciente de que ni cumplen ni pueden cumplir bien sus responsabilidades en lo que se refiere a ascender, cultivar y utilizar a las personas? (Sí). Los falsos líderes no verifican el trabajo ni observan a las diferentes clases de personas, ni mucho menos son meticulosos en lo que respecta a la verdad y los principios comparando las manifestaciones y estados de las diferentes clases de personas con las verdades que entienden y los principios requeridos por la casa de Dios. Asimismo, no pueden discernir la humanidad y los puntos fuertes de diferentes clases de personas de acuerdo con los principios requeridos por la casa de Dios para usar a las personas. Por estas razones, son especialmente atolondrados y torpes a la hora de ascender y usar a las personas y de organizar el trabajo para ellas, y lo único que hacen es actuar por inercia y hacer trabajo superficial a partir de sus nociones y figuraciones. Así las cosas, si a los falsos líderes se les pide que usen a diferentes clases de personas con sensatez y acierto en función de su humanidad y sus puntos fuertes, ¿serán capaces de hacerlo? (No). Dejemos de lado de momento cómo es el calibre de los falsos líderes. Fijémonos solo en su actitud hacia el trabajo y en sus maneras y métodos para desempeñarlo y en el hecho de que no hacen ningún trabajo real en absoluto, sino que solo manejan los asuntos generales y hacen un poco de trabajo superficial que los coloca en el candelero, y, también, en que no hacen para nada el trabajo de proveer de la verdad a las personas ni saben cómo usar la verdad para resolver problemas; todo esto ya es suficiente para demostrar que los falsos líderes no pueden hacer el trabajo real de la iglesia. Solo a partir del hecho de que los falsos líderes no hacen trabajo real ni se comprometen plenamente con los hermanos y hermanas para resolver problemas reales y, en cambio, actúan con gran superioridad dando órdenes, se puede confirmar que son incapaces de realizar bien todos los aspectos del trabajo de la iglesia para ascender y cultivar a personas para la casa de Dios.
Punto 7: Destinar y utilizar sabiamente a distintos tipos de personas en función de su humanidad y sus puntos fuertes, de modo que se obtenga el máximo aprovechamiento de cada una de ellas (I)
Usar a diferentes tipos de personas con sensatez en función de su humanidad
¿Qué sabéis sobre cómo se organiza y se utiliza a diferentes clases de personas? (La casa de Dios requiere de diferentes estándares para las diversas clases de personas que asciende y cultiva, y se las debería ascender y usar de acuerdo con los principios y estándares de la casa de Dios para ascender a las personas. Si algunas son aptas para ser líderes y obreros, se las debe cultivar como líderes, obreros y supervisores; si otras poseen puntos fuertes en algún campo profesional, entonces el deber que realizan se debe organizar conforme a sus puntos fuertes profesionales, de modo que se las destine y se haga uso de ellas con sensatez). ¿Tiene alguien algo que añadir? (Otra posibilidad es medir a las personas en función de su humanidad. Si la humanidad de alguien es relativamente buena y ama la verdad y tiene capacidad de comprensión, es candidato para el ascenso y el cultivo. Si su humanidad es promedio, pero tiene puntos fuertes y puede desempeñar un deber en la casa de Dios y rendir servicio, a este tipo de persona también se le puede asignar un deber apropiado basado en sus puntos fuertes, de modo que se les dé el mejor uso posible. Si es una persona con una humanidad más bien deficiente y puede causar trastornos y perturbaciones, el hecho de que haga un deber supondría más problemas que beneficios, así que no es adecuado disponer que lo haga). Si se diferencia a las personas en función de su humanidad, siempre y cuando no sean malvadas, no causen trastornos o perturbaciones y sean capaces de hacer un deber, se ajustan a los principios de la casa de Dios para hacer uso de las personas. Aparte de las personas y los espíritus malvados, otro tipo de personas que no se puede usar son las que tienen una inteligencia inadecuada; es decir, las que no consiguen nada, son incapaces de llevar nada a cabo, de aprender una profesión, de encargarse de asuntos generales sencillos, que no pueden siquiera desempeñar trabajos físicos. No se puede usar a la gente que es de una inteligencia y humanidad inadecuadas. ¿Qué personas entran en esta categoría de tener una inteligencia inadecuada? Aquellas que no entienden el lenguaje humano, que carecen de comprensión pura, que siempre malinterpretan las cosas, las entienden mal y dan respuestas irrelevantes a las preguntas, y que son de la misma clase que los necios o los discapacitados mentales; todas ellas poseen una inteligencia inadecuada. Luego están las personas que son extremadamente absurdas y lo comprenden todo de manera diferente a la gente normal; también tienen un problema de inteligencia. ¿La inteligencia inadecuada también incluye la incapacidad para aprender cualquier cosa? (Sí). Así pues, ¿ser incapaz de aprender a escribir artículos cuenta como tener inteligencia inadecuada? (No). No se puede considerar que este tipo de personas tiene una inteligencia inadecuada. Es como aprender a cantar y bailar, a manejar un ordenador o a hablar una lengua extranjera, por ejemplo; ser incapaz de aprender este tipo de cosas no implica tener una inteligencia inadecuada. Por tanto, ¿cuáles son las cosas que la incapacidad de aprenderlas indica una inteligencia inadecuada? Por ejemplo, hay quienes tienen algunos conocimientos, pero son incapaces de aprender a organizar su lenguaje cuando hablan con otros. ¿Puede la gente de este tipo compartir la verdad, orar y comunicarse con otros con normalidad cuando cree en Dios? (No). Cuando tienen una idea en mente o se hallan en un estado y quieren abrirse y hablarles a las personas sobre ello y buscar la senda hacia una solución, reflexionan sin parar durante días y no saben por dónde empezar ni cómo expresarse. En cuanto hablan, se confunden y lo hacen de manera confusa, su boca parece negarse a hacer lo que se les dice y sus pensamientos están dispersos. Por ejemplo, les dices: “Hoy hace buen tiempo y brilla el sol” y ellos responden: “Ayer llovió y hubo un accidente de coche en la carretera”. No están en la misma onda que las personas con las que conversan. ¿Tiene esta clase de persona una inteligencia inadecuada? (Sí). Por ejemplo, si tiene un dolor de cabeza y le preguntas qué le sucede, te dirá que siente un peso en el corazón. Esta respuesta es irrelevante para la pregunta, ¿no? (Sí). Denota una enorme falta de inteligencia. Hay muchas personas así. ¿Podéis poner un ejemplo? (Hay quienes siempre se salen del tema cuando responden a las preguntas; sencillamente no entienden lo que otros les preguntan). Desviarse del tema a menudo mientras se habla es propio de una inteligencia inadecuada. Luego están los que, cuando hablan, son incapaces de distinguir entre la gente de dentro y la de fuera y a veces se traicionan a sí mismos al hablar sin ni siquiera darse cuenta; esto es también una inteligencia inadecuada. Por ejemplo, algunos hermanos y hermanas viven con miembros de su familia no creyentes que les preguntan: “¿Qué os dice vuestro Dios que hagáis?”. Responden: “El Dios en el que creemos es muy bueno. Nos enseña a ser honestos y que no se nos permite mentirle a nadie y debemos hablarle con honestidad a todo el mundo”. Aparentemente, suena a que dan testimonio de la obra de Dios, lo glorifican y transmiten a los que escuchan una buena impresión de los creyentes y hacen que confíen en ellos, pero, ¿es realmente así? ¿Qué dirán los no creyentes cuando oigan esto? Dirán: “Ya que Dios os ha pedido que seáis honestos, dinos la verdad: ¿cuánto dinero tiene vuestra iglesia? ¿Quién da más ofrendas? ¿Quién es el líder de vuestra iglesia? ¿Cuántos lugares de reunión tenéis?”. Esos hermanos y hermanas se quedarán estupefactos, ¿verdad? ¿Acaso la gente así no es tonta? ¿Por qué hablan con diablos y no creyentes sobre ser una persona honesta? En realidad, no son tan honestos ante Dios. ¿No se traicionan a sí mismos al ponerse tan serios con los no creyentes? ¿No están cavando un hoyo y tendiéndose una trampa a sí mismos? ¿No son unos necios? Al abrirle tu corazón a alguien o al hablarle con honestidad, debes tener en cuenta a quién te diriges; si es un diablo o un Satanás, ¿puedes decirles lo que sucede en realidad? Por tanto, en lo que respecta a la gente así, es necesario practicar ser “astuto como las serpientes e inocente como las palomas”; esta es la enseñanza de Dios a la especie humana. Los necios no saben hacer esto. Solo saben atenerse a los preceptos y decir cosas como: “Nosotros los creyentes somos muy honestos, no engañamos a nadie. Fijaos en vosotros los no creyentes, estáis llenos de mentiras, mientras que todos nosotros hablamos con honestidad”. Y después de haber hablado con honestidad, la gente cuenta con ventaja para usarla en su contra. ¿No significa eso que no saben distinguir entre los de dentro y los de fuera? ¿No les falta un hervor? Entienden algunas doctrinas, pero no saben cómo aplicarlas. Gritan algunas consignas y luego sienten que son realmente espirituales y además creen que entienden la verdad y poseen la realidad-verdad. Van presumiendo por todas partes, pero, al final, los satanases y los diablos se aprovechan de esto y lo usan en su contra. Esto es una inteligencia inadecuada.
Acabamos de hablar sobre varias clases de personas que tienen una inteligencia inadecuada. Una clase es la de aquellos que no entienden el lenguaje humano y que no logran comprender ni captar el quid y los puntos clave de las palabras de otras personas; otra clase es la de los cabezas huecas, que son incapaces de conseguir nada y no pueden captar los principios ni los puntos clave, hagan lo que hagan; una clase adicional es la de aquellos que tienen unos puntos de vista extremadamente intolerantes y absurdos respecto a todo. Otra clase más es la de los que son incapaces de aprender nada, ni siquiera a hablar o a conversar o a expresar sus pensamientos y opiniones con claridad, de modo que otros puedan entenderlos; aunque tienen algo de cultura, no saben organizar el lenguaje en su cabeza ni hablar con claridad, ni pueden expresar puntos de vista correctos ni lograr nada. Todas ellas son personas de inteligencia inadecuada. Por muchas destrezas o habilidades que aprendan, son incapaces de captar los principios y las reglas. Aunque de vez en cuando lleven a cabo bien una destreza o una habilidad, es por casualidad; no saben cómo lo han hecho bien. Si la próxima vez no logran hacerlo bien, tampoco saben por qué. Son incapaces de aprender nada ni de llegar a ser competentes en ello. Si se les pide que aprendan un oficio o una habilidad técnica, por mucho tiempo que pasen formándose, solo captarán la teoría. Han escuchado sermones durante muchos años, pero no han entendido la verdad. Si se les pide que tomen las palabras y las afirmaciones concretas que la casa de Dios comparte a menudo y las conviertan en un principio y una senda de práctica, serán incapaces de hacerlo, aunque se maten a trabajar y con independencia de cómo se les enseñe. Esto confirma que estas personas tienen una inteligencia inadecuada. Algunas logran exactamente los mismos resultados al hacer algo a la edad de 50 o 60 años que a los 30; no han progresado nada. No han logrado aprender ni una sola cosa en toda su vida. No es que hayan permanecido ociosos, están muy atentos y se esfuerzan, pero no han logrado aprender nada; esto demuestra que tienen una inteligencia inadecuada. A partir de lo que hemos compartido, se ha ampliado el ámbito de lo que se considera inteligencia inadecuada, ¿no? ¿Os incluiríais entre los que tienen inteligencia inadecuada? (Sí). Un poco, en mayor o menor medida. ¿Por qué lo digo? La mayoría de la gente ha escuchado sermones durante cinco años, pero siguen sin entender qué es la verdad o cuáles son las intenciones de Dios. Hay quienes llevan escuchando sermones durante 10 años, o incluso 20 o 30, y siguen sin entender qué es la realidad-verdad y qué son las palabras y doctrinas, se les llena la boca de doctrinas y las sueltan a la perfección; se trata de un problema de su inteligencia. Si por ahora dejamos de lado la comprensión de la verdad, podemos decir que las personas muestran las siguientes manifestaciones hacia algunas cosas externas y asuntos de sentido común en la vida humana: por muchos años que lleven haciendo algo, su situación, su estado y su percepción siguen siendo los mismos que cuando empezaron a aprender, y da igual cómo se las guíe y enseñe o cómo practiquen, siguen sin hacer ningún progreso. Esto es inteligencia inadecuada.
Seleccionar y hacer uso de las personas a partir de si tienen o no humanidad es algo que se ajusta a los principios; así que decidme, ¿deberíamos cultivar y hacer uso de las personas que tienen escasa humanidad, una inteligencia inadecuada o de aquellas en las que obran espíritus malvados? En absoluto. Aparte de estas diversas clases de personas que no se ajustan a los principios de la casa de Dios para usarlas, a la mayoría de las demás se las puede usar con sensatez conforme a su humanidad. Las que tienen una humanidad media, de las que no se puede decir que sean malas ni tampoco buenas, pueden ser miembros normales del equipo, sin más. Respecto a las que tienen una humanidad bastante buena, son muy racionales y poseen consciencia, aman las cosas positivas, son especialmente íntegras, tienen sentido de la rectitud y son capaces de defender los intereses de la casa de Dios, se puede poner el énfasis en cultivarlas y usarlas. En cuanto a si cultivarlas y usarlas como líderes o responsables de equipo, o bien para hacer algún trabajo importante, esto depende de su calibre y de sus puntos fuertes. Así se sopesa cómo usar a diferentes clases de personas en función de su humanidad.
Usar a diferentes tipos de personas con sensatez en función de sus puntos fuertes
Hablemos más sobre cómo usar a diferentes clases de personas en función de sus puntos fuertes. Además de calibre, algunas personas tienen algunas habilidades profesionales en las que destacan. ¿Qué significa “puntos fuertes”? (Tener una habilidad en un campo especializado, como poder componer música, tocar un instrumento o pintar cuadros). Entender de teoría de la música, de arte y también de danza y escritura; todos estos son puntos fuertes. Actuar y dirigir son puntos fuertes relacionados con la producción de películas, la traducción es un punto fuerte lingüístico y la producción de vídeo y los efectos especiales son puntos fuertes en campos específicos. Cuando hablamos sobre puntos fuertes, nos referimos a habilidades profesionales relativas al trabajo central de la iglesia. Algunas personas ya tienen un nivel básico de competencia, otras estudian estas materias después de llegar a la casa de Dios. Si alguien tiene una competencia básica pero su humanidad no está a la altura del estándar y tiene una inteligencia inadecuada o es una persona o un espíritu malvado, entonces no se lo puede usar. Si la humanidad de la persona está a la altura del estándar y posee un punto fuerte que la casa de Dios necesita, se la puede ascender, cultivar y usar, asignarla al equipo que se ajuste a sus puntos fuertes o que está relacionado con las habilidades profesionales que posee, y ponerla a trabajar de inmediato. Algunas personas todavía no tienen un punto fuerte profesional, pero están dispuestas a aprender y lo consiguen muy rápido. Si su humanidad está a la altura del estándar, la casa de Dios puede cultivarlas y crear las condiciones para que aprendan, y también se las puede usar. En resumen, la asignación de deberes se basa en el calibre y los puntos fuertes de las personas y en la medida de lo posible, se debería organizar a la gente con diferentes puntos fuertes para que trabajara en su campo de experiencia, a fin de que saquen partido de estos puntos fuertes. Si ya no se requieren más sus puntos fuertes para la casa de Dios, se puede disponer que hagan cualquier cosa de la que sean capaces, en función de su calibre y humanidad; esto es usar a las personas con sensatez. Si la casa de Dios todavía precisa sus puntos fuertes, se les debería permitir que continúen haciendo su deber en este campo y evitar que se las pueda transferir con arbitrariedad, a menos que haya muchas personas trabajando en esta profesión, en cuyo caso debería reducirse su número de acuerdo con la situación mediante la reasignación de otros deberes a aquellos menos competentes; esto es usar a las personas con sensatez.
Hay cierto tipo de personas que no tienen habilidades especiales; más o menos saben escribir artículos, entonan cuando cantan y aprenden a hacer cualquier cosa, pero no son los mejores en nada. ¿Qué se les da mejor? Tienen un poco de calibre, poseen un relativo sentido de la rectitud y buen ojo para juzgar y usar a las personas. Más allá de esto, su característica más notable es su habilidad organizativa. Si les asignas una tarea o una faena, pueden organizar a la gente para hacerlo. Al mismo tiempo, poseen capacidad de trabajo; es decir, si les encargas una tarea, cuentan con la habilidad para hacerla bien y finalizarla. Tienen un plan en mente, con pasos y una estructura. Saben cómo usar a las personas, cómo distribuir el tiempo y a quién utilizar para determinada tarea. Si surge un problema, saben cómo debatir la solución con todo el mundo. Saben cómo equilibrar y resolver todas estas cuestiones. Una persona así no solo posee capacidad de trabajo, además habla relativamente bien. Sus palabras son claras y ordenadas y no confunden a la gente. Cuando asignan un trabajo, todos lo entienden claramente y saben qué debe hacer cada persona; nadie está ocioso y no hay descuidos en el trabajo. Su explicación de los detalles del trabajo es también relativamente clara y ordenada y, para los problemas especialmente complicados, ofrecen análisis, comparten y enumeran los detalles de modo que todo el mundo entienda los problemas, sepa cómo hacer el trabajo y cómo proceder. Además, son capaces de compartir qué maneras de actuar pueden ser erróneas, qué métodos de trabajo repercutirán en la eficiencia, a qué debería prestar atención la gente en el transcurso de su trabajo, etc. Es decir, piensan más que otros antes de empezar a trabajar; piensan con mayor detalle, de manera más realista y exhaustiva que los demás. Por un lado, tienen cerebro y, por otro, son elocuentes. Tener cerebro significa que hacen las cosas de manera organizada, siguen los pasos y se ajustan a un plan con gran claridad. Ser elocuentes significa que pueden usar el lenguaje para expresar, de manera clara y comprensible, los pensamientos, planes y cálculos que tienen en mente y que saben cómo hablar con simpleza y de manera concisa para no confundir a sus oyentes. Se expresan con un lenguaje particularmente claro, preciso, sincero y adecuado. Eso significa ser elocuente. La gente así es elocuente, posee capacidad de trabajo, habilidades organizativas y, además de eso, tiene sentido de la responsabilidad y un relativo sentido de la rectitud. No son complacientes ni conciliadores. Cuando ven a personas malvadas causar trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia o a necios y gente ruin que no se ocupan de sus propios asuntos y actúan de manera escurridiza, estas personas se enfadan, se sienten disgustadas y enseguida se ocupan de estos problemas y los resuelven, y, además, protegen la obra y los intereses de la casa de Dios. El sentido de la responsabilidad y de la rectitud, ¿no son acaso las características destacadas de la humanidad de esta clase de personas? (Sí). A la gente así puede que no se le dé bien socializar o una habilidad profesional concreta, pero si poseen las características que acabo de describir, se los puede cultivar como líderes y obreros. Estas características son además sus puntos fuertes, es decir, son elocuentes, poseen capacidad de trabajo, habilidades organizativas y un relativo sentido de la rectitud. Tener sentido de la rectitud es fundamental. ¿Tienen las personas malvadas y los anticristos sentido de la rectitud? (No). Los anticristos tienen una naturaleza perversa; les resulta imposible tener sentido de la rectitud. Otras características cruciales de esta clase de personas son que tienen entendimiento espiritual y capacidad para comprender la verdad, lo cual tiene que ver con su calibre. Los puntos fuertes de esta clase de personas son las características y talentos de la humanidad que acabo de mencionar, además de los tres estándares de tener la capacidad de comprender la verdad, llevar una carga para la iglesia y poseer capacidad de trabajo. A tales personas se las puede cultivar como líderes; no supone ningún problema. Además de tener cerebro y calibre, un líder debe tener capacidad para comprender la verdad, habilidades organizativas y capacidad de trabajo en su empleo, así como elocuencia. Algunas personas tienen muy buen calibre, poseen entendimiento espiritual, pero cuando llega el momento de compartir en las reuniones, convierten lo que intentan decir en un caos, carecen por completo de capacidad para organizar las palabras y lo que dicen está totalmente desprovisto de lógica. ¿Se puede cultivar a esas personas para que sean líderes? (No). Algunos apenas logran hablar con un número muy reducido de personas; pueden compartir algunos estados, opiniones y comprensión de la verdad y pueden apoyar, proveer y ayudar a otros, pero si tienen a más personas alrededor, no se atreven a hablar y se asustan, y puede que incluso se pongan tan nerviosos que se echen a llorar. ¿Se puede cultivar a esas personas? Respecto a las personas que son de humanidad bastante débil y tímida y que tienden al miedo escénico, si poseen humanidad, puntos fuertes y capacidad de comprensión para ser líderes, se los puede cultivar para que sean responsables de equipo o líderes de la iglesia. Primero solo hay que cultivarlos y formarlos; después de que hayan experimentado durante un tiempo, ganarán perspectiva y, por lo tanto, se volverán más valientes y ya no temerán hablar ni sentirán miedo escénico. En resumen, en lo que respecta a aquellos que tienen las características de humanidad y los puntos fuertes de los que acabamos de hablar, se los puede cultivar para que se conviertan en líderes, siempre que su humanidad esté a la altura. Como dijimos la última vez, para que se cultive a alguien como líder, no hace falta necesariamente que entienda todas las verdades, sea capaz de someterse a Dios, tenga un corazón temeroso de Él, etc. No es absolutamente necesario satisfacer estos criterios. Si alguien posee cierto calibre, entendimiento espiritual y es capaz de aceptar la verdad, se lo puede ascender y cultivar. ¿Acaso no es esto usar a las personas con sensatez? (Sí). El criterio más fundamental es si la humanidad de alguien está o no a la altura del estándar.
Algunas personas, después de escuchar lo que he dicho, piensan que ya cumplen los criterios para ser líderes y que se los debería ascender. Este es un malentendido por su parte, ¿no? ¿Es tan sencillo ser líder? Piensan: “Soy realmente metódico, tengo habilidades organizativas y soy elocuente, en el sentido de que puedo explicar incluso los asuntos más complejos con claridad, ¿por qué la casa de Dios no me asciende? ¿Por qué los hermanos y hermanas no me eligen líder? ¿Cómo es que los líderes superiores no se dan cuenta de que tengo talento?”. No te preocupes. Si de veras satisfaces los criterios para ser líder u obrero, tarde o temprano te ascenderán y se te permitirá formarte. Lo que importa ahora es que debes entrenarte a fin de practicar la verdad y manejar los asuntos de acuerdo con los principios y ayudar a otros proactivamente y resolver problemas reales para el pueblo escogido de Dios. Cuando el pueblo escogido de Dios vea que tienes buen calibre y puedes resolver problemas reales, te recomendarán y te elegirán. Si no tomas la iniciativa para hacer un poco de trabajo real y solo esperas que llegue el día en el que te elijan de repente como líder o lo Alto te ascienda por excepción, eso no va a suceder nunca. Has de hacer trabajo real para que todo el mundo lo vea; una vez que todo el mundo haya visto con sus propios ojos tus puntos fuertes y les parezca que eres alguien al que se debería ascender, cultivar y usar, te recomendarán y elegirán de manera natural. Si ahora mismo sientes que eres apto para ser líder, pero nadie te ha elegido y la casa de Dios no te ha ascendido, ¿a qué se debe? Una cosa está clara: los hermanos y hermanas todavía no te aprueban. Tal vez sea tu humanidad, tal vez sea tu búsqueda o quizá son tus puntos fuertes o tu calibre. Si los hermanos y hermanas no reconocen ni aprueban uno de estos aspectos, no te elegirán ni te recomendarán. Así que tienes que continuar trabajando duro, seguir buscando y formándote a ti mismo, y, cuando realmente entiendas la verdad y puedas tratar los asuntos de acuerdo con los principios, la gente te recomendará y te elegirá de manera natural. Se trata de que las cosas sigan su curso cuando se den las condiciones adecuadas. No hay necesidad de esperar constantemente ser un líder ni pensar en ello todo el tiempo, es un deseo extravagante. Deberías tener un corazón corriente, ser alguien que persigue la verdad, ser considerado con las intenciones de Dios y aprender a ser sumiso y paciente. No puedes perseguir ciegamente convertirte en líder; es una ambición y no es la senda correcta. No deberías tener en todo momento esta ambición y este deseo. Aunque en realidad tengas calibre, has de esperar a entrar en la realidad-verdad antes de lograr estar a la altura de la tarea de servir como líder u obrero. Si no entiendes la verdad ni sabes practicarla, aunque te seleccionen para ser líder u obrero no serás capaz de hacer ningún trabajo real y tendrán que despedirte y descartarte, algo que sucede a menudo. Si te crees apto para ser líder, poseedor de talento, aptitud y humanidad para el liderazgo, pero la casa de Dios no te ha ascendido y los hermanos y las hermanas no te han elegido, ¿cómo debes abordar el asunto? Aquí hay una senda de práctica que puedes seguir. Debes conocerte a fondo. Comprueba si todo se reduce a que tienes un problema de humanidad o que la revelación de algún aspecto de tu carácter corrupto repele a la gente; o si se trata de que no posees la realidad-verdad y eres poco convincente para los demás, o que el cumplimiento de tu deber no está a la altura del estándar. Debes reflexionar sobre todas estas cosas y descubrir en qué te quedas corto exactamente. Tras haber reflexionado un tiempo y haber descubierto dónde radica tu problema, debes buscar enseguida la verdad para resolverlo, entrar en la realidad-verdad y esforzarte por alcanzar una transformación y crecer de modo que, cuando lo vean los que te rodean, digan: “Hoy día es mucho mejor que antes. Trabaja de manera sólida, se toma en serio su profesión y está particularmente centrado en los principios-verdad. No hace las cosas impetuosamente ni de forma superficial, y es más concienzudo y responsable en el trabajo. Solía gustarle alardear de vez en cuando y presumía en todo momento, pero ahora ya es mucho más sencillo y nada prepotente. Aunque sea capaz de hacer algunas cosas, no se jacta de ello y, cuando ha terminado algo, reflexiona reiteradamente sobre ello por miedo a hacer algo mal. Actúa con mucha más cautela que antes, y con un corazón temeroso de Dios; y, sobre todo, es capaz de compartir la verdad para resolver algunos problemas. En efecto, ha crecido”. Los que te rodean que se han relacionado contigo durante un tiempo, descubren que has experimentado una transformación y un crecimiento evidentes; tanto en tu vida humana como en tu control de ti mismo, en tu manera de tratar los asuntos, en tu actitud hacia el trabajo y en tu consideración de los principios-verdad, te esfuerzas más que antes y eres riguroso de palabra y obra. Los hermanos y las hermanas descubren todo esto y lo interiorizan. Tal vez, entonces, puedas presentarte como candidato en las próximas elecciones y tendrás esperanza de que te elijan como líder. Si realmente eres capaz de cumplir con un deber importante, recibirás la bendición de Dios. Si realmente tienes una carga, tienes ese sentido de la responsabilidad y deseas llevar una carga, apresúrate a formarte. Céntrate en practicar la verdad y logra actuar con principios. Una vez que tengas experiencia de vida y puedas escribir artículos de testimonio, habrás crecido verdaderamente. Y si puedes dar testimonio de Dios, sin duda puedes recibir la obra del Espíritu Santo. Si el Espíritu Santo está obrando en ti, eso quiere decir que Dios te mira con favor, y con la guía del Espíritu Santo, pronto se presentará tu oportunidad. Puede que ahora tengas una carga, pero tu estatura sea insuficiente y tu experiencia de vida demasiado superficial, por lo que, aunque llegaras a líder, serías susceptible de caer. Debes buscar la entrada en la vida, corregir primero tus deseos extravagantes, ser un seguidor de buena gana y llegar a someterte a Dios realmente, sin quejas por lo que Él orqueste o disponga. Cuando tengas esta estatura, tu oportunidad llegará. Es bueno que desees asumir una carga pesada, que tengas esta carga. Indica que tienes un corazón proactivo que busca progresar y que quieres tener en consideración las intenciones de Dios y seguir Su voluntad. Esto no es una ambición, sino una verdadera carga, la responsabilidad de aquellos que persiguen la verdad y el objeto de su búsqueda. No tienes motivos egoístas ni vas a lo tuyo, sino a dar testimonio de Dios y a satisfacerlo; esto es lo que más bendice Dios y Él dispondrá lo más adecuado para ti. De momento, solo preocúpate de perseguir la entrada en la vida, primero cumple bien tu deber y luego escribe unos pocos artículos de testimonios vivenciales para dar testimonio de Dios. Si tus testimonios son auténticos y prácticos, la gente que los lea te admirará y serás de su agrado, estará dispuesta a relacionarse contigo y a recomendarte, y así llegará tu oportunidad. Por tanto, sin duda debes equiparte con la verdad antes de que llegue la oportunidad. Ten experiencia práctica primero y obtendrás de manera natural un testimonio auténtico; los resultados de tu deber serán cada vez mejores y para entonces no podrás pasar desapercibido aunque quieras, y los hermanos y hermanas a tu alrededor te recomendarán. Se debe a que las personas que tienen la realidad-verdad no solo son necesarias para la casa de Dios, sino también para el pueblo escogido de Dios. A todo el mundo le gusta alternar con las personas que poseen la realidad-verdad y a todo el mundo le gusta relacionarse con amigos que la poseen. Si experimentas hasta este punto y todo el mundo ve que posees auténtico testimonio y reconoce que tienes la realidad-verdad, no serás capaz de evitar convertirte en líder, aunque lo pretendas, y los hermanos y hermanas insistirán en elegirte. ¿No es así? Cuando el hijo pródigo rectifica y regresa a Dios, Él está complacido, feliz, y Su corazón se reconforta. Si eres una persona con la realidad-verdad, ¿cómo no te va a usar Dios? Eso resultaría imposible. La intención de Dios es ganarse a más gente capaz de dar testimonio de Él, perfeccionar a todos los que lo aman y formar lo antes posible un grupo de personas de un corazón y un alma con Él. Por tanto, en la casa de Dios, todos los que persiguen la verdad tienen grandes perspectivas futuras, y las perspectivas de los que aman a Dios sinceramente son ilimitadas. Todos deben comprender Su intención. En efecto, es positivo tener esta carga, algo que deben poseer los que tengan conciencia y razón, pero no todos serán necesariamente capaces de asumir una carga pesada. ¿De dónde viene esta discrepancia? Sean cuales sean tus fortalezas o capacidades, y por muy alto que sea tu cociente intelectual, lo crucial es tu búsqueda y la senda que recorras. Si tu humanidad está a la altura del estándar y tienes cierto calibre, pero no eres alguien que persigue la verdad y simplemente tienes buena humanidad y un poco de sentido de la carga, ¿puedes hacer bien el trabajo de un líder de la iglesia? ¿Garantizas que puedes resolver problemas usando la verdad? Si no puedes asegurarlo, sigues siendo incompetente en tu trabajo. Aunque se te elija líder o se te designe como tal, todavía serías incapaz de hacer el trabajo; por tanto, ¿de qué serviría? Aunque satisfaría tu vanidad, perjudicaría a los hermanos y hermanas y demoraría el trabajo de la iglesia. Si cumples los criterios para ser líder u obrero y eres alguien que persigue la verdad y además tienes algunos testimonios vivenciales, entonces sin duda serás capaz de hacer un buen trabajo como líder, porque tienes testimonios vivenciales, eres alguien que entiende la verdad y puede asumir la pesada carga de ser líder de la iglesia. Que tu humanidad esté a la altura del estándar y además tengas ciertos puntos fuertes son solo criterios básicos para que se te ascienda, se te cultive y la casa de Dios te use, pero que puedas hacer un buen trabajo como líder depende de si posees experiencia real y la realidad-verdad; esto es lo más importante. Hay quienes son correctos y persiguen la verdad, pero llevan creyendo solo de tres a cinco años y no tienen experiencia real. ¿Pueden tales personas hacer bien el trabajo de un líder de iglesia? Me temo que no van a ser competentes en el trabajo. ¿En qué se quedan cortos? Carecen de experiencia práctica y no han llegado todavía a entender la verdad. Aunque digan muchas palabras y doctrinas, todavía les viene grande resolver problemas usando la verdad. Por tanto, aún no son competentes en el trabajo de un líder y necesitan continuar formándose para lograr un entendimiento de la verdad y la entrada en la realidad-verdad. Por ejemplo, si una persona tiene una humanidad a la altura del estándar y es bastante honesta, y rara vez miente y engaña, y hace su deber sin causar trastornos y perturbaciones, pero se le da mal perseguir la verdad, ¿puede esta persona cultivarse para ser líder u obrero? Sería muy difícil. Una persona que satisface los criterios para que se la ascienda, se la cultive y se la use, pero no persigue la verdad, ¿es capaz de convertirse en alguien que persigue la verdad si se la asciende para ser líder u obrero? ¿Sería capaz de empezar a perseguir la verdad? ¿Sería capaz de entrar en la realidad-verdad después de trabajar como líder u obrero durante un periodo de tiempo? Eso resultaría imposible. No importa qué criterios satisfaga una persona, mientras no sea alguien que persiga la verdad, no se la puede elegir en absoluto ni ascenderla a líder u obrero. Si una persona posee una humanidad y un calibre a la altura del estándar, y además es capaz de aceptar la verdad y experimentar algunos cambios, se la puede ascender, cultivar y usar, y, por consiguiente, tendrá la oportunidad de formarse, entrar en la realidad-verdad y embarcarse en la senda de la salvación y la perfección. Por tanto, no importa a quién ascienda la casa de Dios para ser líder, obrero o supervisor, el propósito no es satisfacer tus deseos y ambiciones personales, ni conseguir tus ideales, sino permitir que te embarques en la senda de la salvación y convertirte en una persona perfeccionada.
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