Las responsabilidades de los líderes y obreros (8) Parte 3

II. Falsos líderes que tienen un calibre pobre

Acabamos de compartir las manifestaciones que posee un tipo de falso líder respecto a informar y buscar con prontitud cómo resolver las confusiones y dificultades que afronten en el trabajo, junto a las razones por las que las personas así no son capaces de cumplir las responsabilidades de los líderes y obreros. Tales personas son seudoespirituales; como no pueden descubrir las confusiones y dificultades en el trabajo, no son capaces de cumplir esta responsabilidad. Este es un tipo de persona. Existe otro tipo que es igual que esa gente seudoespiritual, que tampoco es capaz de descubrir los problemas que existen en el trabajo y por eso no puede informar con prontitud a lo Alto ni tampoco buscar soluciones de parte de este. Tales personas también se mantienen ocupadas con el trabajo, se pasan todo el día atareadas sin permanecer ociosas. Están ocupadas dando sermones, visitando a hermanos y hermanas en diversos lugares, haciendo arreglos para la obra e incluso comprando toda clase de artículos para el trabajo de la iglesia. Si alguien se pone enfermo, lo ayudan a encontrar a un médico; si alguien tiene dificultades en casa, le organizan una ayuda económica; si el estado de alguien es malo, toman la iniciativa de apoyarlo y lo asisten activamente para resolver sus problemas. En resumen, siempre están ocupadas con algo de trabajo de asuntos generales. Se muestran indiferentes respecto a la obra real de la iglesia, el trabajo evangélico y los problemas de la vida de iglesia. Se cansan cada día yendo de un lado a otro y se mantienen ocupadas manejando y resolviendo los asuntos de la iglesia y las cuestiones privadas de los hermanos y hermanas. Creen que, como líderes, deberían desempeñar estas tareas, pero nunca son conscientes de cuál es el trabajo esencial de un líder y, por mucho que trabajen, siguen sin poder dar con los problemas reales y críticos que existen en la iglesia. Por tanto, cuando surgen en la vida de iglesia perturbaciones y obstáculos y el pueblo escogido de Dios se encuentra con dificultades en la entrada en la vida, estos líderes no son capaces de resolver estas cosas con prontitud. Aunque se mantengan ocupados trabajando y pasen cada día sin estar ociosos, ¿acaso consiguen algo por estar así de ocupados? Existen muchos problemas en el trabajo de la iglesia, pero ellos no son capaces de descubrirlos. Desde fuera, parecen ser diligentes, concienzudos y no ser ociosos, sin embargo, no paran de surgir problemas en el trabajo y están ocupados tapando agujeros, resolviendo toda clase de “problemas complejos y difíciles” y lidiando con todo tipo de personas malvadas y con gente que causa perturbaciones y trastornos que aparecen en la iglesia. Se ocupan de trabajos semejantes, sin embargo, ni siquiera son capaces de discernir los problemas más básicos. No son capaces de discernir con claridad qué es la buena humanidad y qué es la mala humanidad, qué es el buen calibre y qué es el pobre calibre, qué es poseer talento y conocimiento reales y qué es tener dones. Además, no pueden desentrañar a qué clase de personas cultiva la casa de Dios y a qué clases descarta, qué personas persiguen la verdad y cuáles no, qué personas hacen su deber voluntariamente y cuáles no hacen su deber, quiénes se pueden perfeccionar para formar parte del pueblo de Dios y quiénes son mano de obra, etcétera. Tratan como objetivos clave para el cultivo a aquellos que pueden hablar con grandilocuencia y soltar teorías vacías, pero que son incapaces de hacer trabajo real, y les confían trabajo importante y disponen que lo desempeñen, al tiempo que demoran el ascenso y el cultivo de aquellos que tienen una comprensión pura, calibre y la capacidad de entender la verdad, solo porque no hace mucho que esas personas creen en Dios o porque han revelado un carácter arrogante. A menudo surgen problemas así en la iglesia y esto causa un impacto en el progreso del trabajo de esta. Estos son los auténticos problemas y, sin embargo, este tipo de líder no puede percibirlos ni descubrirlos e incluso no tiene para nada consciencia de ellos. Cuando las personas malvadas causan perturbaciones y trastornos, el líder les da la oportunidad de observarse y de reflexionar sobre sí mismas, mientras que, cuando otras que no son malvadas cometen en ocasiones algunos pequeños errores porque son jóvenes e ignorantes y actúan sin principios —errores que no son problemas de principio—, este tipo de líder trata estos errores como pecados imperdonables y manda a estas personas a casa. Este tipo de falso líder está ocupado con el trabajo todos los días y, desde fuera, parece estar dedicando un gran esfuerzo y empleando mucho de su tiempo; no obstante, trabaje como trabaje, nadie recibe auténtica dotación de vida a partir de ello. Sean cuales sean los problemas y dificultades que tenga el pueblo escogido de Dios, este tipo de falso líder no puede resolverlos hablando sobre la verdad, y lo único que puede hacer es exhortarlos con un corazón amoroso y predicar palabras y doctrinas para alentarlos. Por tanto, bajo el liderazgo de tales personas, el pueblo escogido de Dios no recibe dotación de vida, solo creen en Él y hacen sus deberes desde el entusiasmo y no logran la entrada en la vida; ¿cuánto tiempo pueden seguir así? A consecuencia de ello, algunas personas son a menudo negativas y débiles y siempre anhelan que llegue el día de Dios, y las visiones les resultan cada vez menos claras, así que, cuando afrontan problemas, llegan a tener nociones y malentendidos respecto a Dios, y algunos incluso llegan a dudar de Él y a guardarse de Él. Los falsos líderes, al enfrentarse a estos problemas, son del todo incapaces de resolverlos, y lo único que hacen es evadirlos. Nunca leen las palabras de Dios ni le oran junto a Su pueblo escogido para buscar la verdad y resolver problemas, nunca desempeñan este trabajo. Se limitan a ocuparse todos los días con algo de trabajo de asuntos generales y con ciertos asuntos externos, asuntos que no tienen nada que ver con la entrada en la vida ni con la verdad. Creen que, mientras estén ocupados haciendo cosas, eso significa que están haciendo su deber y cumpliendo sus responsabilidades, y que de ninguna manera es posible que sean falsos líderes. De hecho, que se ocupen de estos asuntos generales no ayuda para nada al progreso en la vida de los hermanos y hermanas, ni mucho menos capacita al pueblo escogido de Dios para entrar en la realidad-verdad. Decidme, ¿acaso no hay un problema con el calibre de este tipo de falso líder? No pueden desentrañar nada y creen que, mientras estén ocupados trabajando, entonces todos los problemas desaparecerán sin más y se resolverán indirectamente. ¿Acaso estas personas no están muy atolondradas? ¿Acaso su calibre no es muy pobre? No pueden desentrañar nada, no pueden hacer ningún trabajo real y eso las convierte en falsos líderes y obreros de la cabeza a los pies. Este es un asunto que es más sencillo de discernir.

Los falsos líderes y obreros están ahora presentes en las iglesias de todas partes. Solo confían en su entusiasmo para trabajar y no tienen entendimiento de la verdad en absoluto. No saben qué es el trabajo de un líder u obrero ni son capaces de hablar sobre la verdad para resolver problemas; solo se pasan el día entero ocupados a ciegas en algunos trabajos de asuntos generales. Por ejemplo, digamos que la iglesia necesita comprar un artículo. Esta tarea no es gran cosa; solo hace falta que se disponga que alguien con conocimientos en el ámbito relevante vaya a comprarlo. Un falso líder, sin embargo, tenía miedo de gastar demasiado dinero, así que dispuso que alguien visitara varios lugares para comprar en el más barato. El resultado fue que se adquirió un producto barato que se rompió tras apenas unos días de uso e hizo falta ir a comprar otro. No solo no ahorraron dinero, sino que, por el contrario, acabaron gastando más. ¿Es esta una forma de abordar la tarea con principios? Cuando se hace alguna compra, no hace falta que sea una marca famosa, sino que lo apropiado es comprar algo que al menos tenga una calidad adecuada y sea utilizable. A los falsos líderes les preocupa mucho el trabajo de asuntos generales y no hay nada de malo en ello. Sin embargo, no se toman en serio el trabajo fundamental de la casa de Dios, lo cual es un gran error; no desempeñan trabajo esencial. Los aspectos del trabajo como el trabajo evangélico, el de producción de películas, el relacionado con textos, el de los vídeos de testimonios vivenciales y el trabajo de ajustar los deberes de los líderes y obreros son todos fundamentales, y sin embargo los falsos líderes no creen que sean importantes y dejan de lado estos aspectos del trabajo y los ignoran. Tienen un calibre insuficiente y no saben cómo hacer el trabajo, si bien tampoco tratan de aprender, y en su lugar piensan: “Mientras haya alguien a cargo de este trabajo, no pasa nada. Está claro que yo no hago falta también, ¿verdad? Yo manejo los trabajos importantes. Estas solo son cosas menores y no hace falta que me moleste con ellas. Una vez que les haya contado los principios, mi trabajo está hecho”. Por fuera, los falsos líderes parecen estar muy ocupados, pero, cuando te fijas en las cosas en las que se ocupan en su trabajo, ninguna de ellas es una tarea crucial de la iglesia, no se trata de ninguna tarea que provea para las vidas de las personas ni tampoco que implique usar la verdad para resolver los problemas. Las cosas en las que se ocupan no tienen valor alguno, y estos falsos líderes simplemente se mantienen ocupados a ciegas. No saben qué trabajo deberían hacer los líderes y obreros para que sea conforme a las intenciones de Dios; solo confían en su entusiasmo para ocuparse de ciertas tareas que disfrutan haciendo. Indagan al detalle sobre asuntos triviales que no están relacionados con el trabajo de la iglesia, como qué ropa se ponen los hermanos y hermanas, qué peinados llevan, cómo interactúan con otros y cómo hablan y se comportan. Piensan que esto es ser amable y accesible, que resolver los problemas en la vida real de las personas es algo que un líder debería hacer, algo que la humanidad normal debería poseer. Y, sin embargo, no se toman en serio trabajos cruciales como el evangélico, el de producción de películas, el de himnos, el relacionado con textos, el administrativo, el de regar a los nuevos creyentes, el de fundar iglesias, el de ascender y cultivar a las personas, etcétera. No participan en ninguno de estos trabajos ni les hacen seguimiento; es como si no tuvieran nada que ver con ellos. Estos falsos líderes no resuelven los muchos problemas que se están acumulando en la iglesia, no destituyen a los falsos líderes que deberían, no restringen ni manejan a las personas malvadas que hacen el mal y van desbocadas haciendo cosas malas, y tampoco hablan sobre la verdad para resolver el problema de que algunas personas sean superficiales, descontroladas e indisciplinadas y se demoren en el cumplimiento de sus deberes. ¿Qué problema es este? No buscan la verdad para resolver estos problemas reales, ¿acaso son personas que hagan trabajo real? En su fuero interno, las tareas insignificantes e irrelevantes que desempeñan les parecen cruciales e importantes. Se ocupan de tales cosas inútiles todo el día, creen que cumplen sus responsabilidades y son leales, pero no llevan a cabo ni un solo aspecto esencial del trabajo que Dios les ha encomendado, ¿acaso no son falsos líderes las personas así? Son el equivalente a los directores de las oficinas de distrito en la sociedad, son simplemente los entrometidos del barrio; ¿son todavía líderes y obreros de la casa de Dios? Son falsos líderes y obreros de la cabeza a los pies. ¿Por qué razón se define a estas personas como falsos líderes y obreros? (Como su calibre es demasiado pobre, no son capaces de hacer trabajo real y lo único que pueden hacer es lidiar con asuntos triviales). Esta es la razón específica. El calibre de estas personas es demasiado pobre; no importa cuántos sermones escuchen, cuántos arreglos del trabajo lean, cuántos años hagan su deber en la casa de Dios ni durante cuántos años sean líderes, no saben lo que están haciendo, si es correcto o incorrecto ni si están cumpliendo las responsabilidades que deberían. Su definición de la etiqueta y el título de líderes y obreros es que está bien mientras se mantengan ocupados. Como un burro que gira una rueda de molino, tiran sin parar hasta que ya no pueden moverse más, y consideran que esto es cumplir sus responsabilidades. Sea cual sea la dirección en la que tiren, y ya sea correcta o no la energía que pongan en tirar, desde su punto de vista están cumpliendo sus responsabilidades. Hay muchos problemas que no son capaces de desentrañar y no intentan resolverlos ni informar sobre estos a lo Alto ni buscar soluciones de parte de este. Con independencia de cuántos años trabajen o cuántos pasen en contacto con las personas, no saben siquiera si las manifestaciones de una persona son las de un nuevo creyente que cuenta con una base superficial en su fe y no entiende la verdad o si son las de un incrédulo, y además no saben cómo deberían discernirlas ni caracterizarlas. Cuando hay dos personas que se encuentran en un estado negativo, no saben cuál de las dos merece el cultivo y cuál no; cuando dos personas son un tanto superficiales al hacer sus deberes, no pueden distinguir cuál de ellas persigue la verdad y cuál es mano de obra, cuál es capaz de entrar en la realidad-verdad y cuál no la tiene. No saben qué personas seguirán potencialmente la senda de los anticristos una vez que se conviertan en líderes, incluso si se han asociado con estas personas durante años. Por muchos ejercicios inútiles en los que participen o por muchos trabajos inútiles que desempeñen o por muchos problemas que haya a su alrededor, no son conscientes de ello ni se dan cuenta de que son problemas. Como tales personas son de un calibre pobre, atolondradas en su pensamiento e incapaces de desempeñar trabajo, les resulta muy difícil cumplir las responsabilidades de un líder u obrero. Aparte de su capacidad para hacer algunos simples trabajos de asuntos generales, estos líderes y obreros no son capaces de hacer nada relacionado con la obra esencial de la iglesia ni de ver ni de resolver ningún problema real en el trabajo. ¿Merece esta clase de líder con este calibre que lo cultiven? Ni siquiera saben qué son las confusiones o las dificultades, y se quedan si cabe más cortos a la hora de lidiar con ellas de acuerdo con los principios. Aunque los problemas que afrontan en el trabajo de la iglesia son muy comunes, siguen sin poder resumirlos ni clasificarlos, y tampoco saben cómo hablar sobre la verdad para resolverlos; este tipo de falso líder es uniformemente incapaz de lidiar con estos problemas que surgen a menudo en la iglesia o de resolverlos. Su mayor problema no es que no estén dispuestos a pagar un precio o que teman estar ocupados y sentirse cansados, sino más bien que tienen un calibre pobre, una mente poco clara y no son capaces de hacer el trabajo importante y real de la iglesia. En su lugar, solo hacen algo de trabajo de asuntos generales o disfrutan preocupándose de algunas cosas irrelevantes, y luego quieren desempeñar el papel de líderes y obreros; ¿acaso no se trata de personas atolondradas que cuentan con unas ambiciones y unos deseos demasiado grandes? Los líderes de un calibre pobre son uniformemente incapaces de hacer el trabajo central de la iglesia, el que implica a los principios-verdad, o un trabajo profesional complicado, como el de difundir el evangelio, el de regar a los nuevos creyentes en la iglesia, el de producción de películas, el relacionado con textos y el de personal que involucra a líderes y obreros de diversos niveles. ¿Por qué son incapaces de hacer estos trabajos? Como su calibre es demasiado pobre y no pueden captar los principios, se quedan cortos de manera uniforme en todo este trabajo y son incapaces de aprender cómo hacerlo. Por ejemplo, digamos que a un líder como este le asignan cinco personas y le piden que reparta trabajo entre cada una de ellas en función de su nivel de educación, su calibre y sus puntos fuertes, así como su calidad humana. ¿Es esta una tarea fácil de cumplir? ¿Tiene algo que ver con el calibre de los líderes y obreros? (Sí). Los líderes y obreros de calibre promedio repartirán el trabajo de manera relativamente acertada después de pasar algún tiempo observando y conociendo a las cinco personas y asociándose con ellas. Los líderes y obreros de un calibre pobre pensarán que cinco personas son demasiadas; cuando hay demasiadas personas, les entra confusión y no saben cómo repartirles el trabajo e, incluso si lo reparten, en su fuero interno no sabrán si lo están haciendo de manera apropiada o no. Esto es en cuanto al aspecto del personal. En lo que respecta a lidiar con los asuntos, por ejemplo, si han de lidiar y resolver dos o tres asuntos de manera simultánea, no sabrán cómo juzgar ni discernir la relación entre estos asuntos ni serán capaces de sopesar qué problema deberían resolver primero y cuál se puede resolver luego sin que se haya causado ninguna demora. Es decir, no saben cómo sopesar los pros y contras ni cómo priorizar las tareas en orden de importancia y urgencia, y tampoco saben cómo resolver problemas. Sin embargo, como son líderes y obreros, aunque no entiendan algo, han de fingir que sí lo hacen, aunque no comprendan algo, deben fingir que lo hacen y no hay nada que puedan hacer excepto aguantar y predicar algunas doctrinas para salir del paso, y decir unas pocas palabras que suenan agradables y dar las cosas por concluidas a toda prisa. Tienen perfectamente claro si lo que dicen es preciso o no, si es conforme a los principios o no, si puede resolver problemas o no, pero solo quieren salir del paso. Saben muy bien que no serán capaces de resolver problemas con lo que están haciendo, pero siguen sin informar de los problemas a lo Alto, así que acaban causando demoras en el trabajo y los destituyen. Decidme, ¿acaso no son unos necios? Cuando algunos líderes y obreros informan de problemas, relatan todos los acontecimientos antiguos y poco importantes que han sucedido hasta el día de hoy y, después de que hayan dicho un montón de cosas, sigues teniendo que ayudarlos a analizar y juzgar qué problemas están presentes. Ni siquiera entienden cómo plantear un problema, y pueden hablar durante horas sin explicar con claridad cuáles son el enfoque y la esencia de una cuestión. ¡Todo lo que dicen solo guarda relación con las cosas a un nivel superficial y no se trata más que de un montón de sinsentidos! ¿Acaso su calibre no es demasiado pobre y son un poco cortos de entendederas? ¿Está dispuesta a escuchar estas cosas la gente con calibre? La persona con la que hablan solo quiere saber cuál es la situación actual, cuáles son las manifestaciones de la persona sobre la que están informando y qué estado les causa confusión y son incapaces de resolver. Y, pese a ello, esta gente siempre habla sobre qué trabajo hizo tal persona en el pasado y no sobre su situación actual, y no expresan qué confusiones y problemas tienen ellos mismos. Dicen un montón de cosas y nadie puede saber con exactitud de qué están hablando. Aunque quieran hacer una pregunta, no saben por dónde empezar, no saben cómo expresarlo de una manera que pueda ser efectiva y permita que la gente los entienda; no disponen siquiera de la capacidad de organizar su lenguaje. ¿No es esta una manifestación de tener un calibre extremadamente pobre? Algunos falsos líderes tienen un calibre pobre y, cuando informan de un problema, dicen un montón de cosas tontas e ininteligibles y luego piensan: “Te he dado una cantidad lo bastante grande de información, ¿no? Incluso te he dicho todo lo pasado y presente respecto a esta cuestión, así que ¿no te das cuenta ahora de cuál es la pregunta que quiero hacer?”. Da igual lo que les preguntes o cómo los orientes, no saben qué decir ni pueden expresar nunca el punto clave del problema. No es que les falten palabras para expresarse ni tengan un bajo nivel de educación, sino que más bien su calibre es pobre y son unos descerebrados, así que no saben cómo expresar estas cosas, su mente está atolondrada y no pueden explicarse con claridad para que otros puedan entenderles. Tienen un poco de sentido de la carga y, a medida que pasa el tiempo, llegan a tener algo de conciencia de ciertos problemas, pero no saben cómo expresarlos, no pueden comprender cuál es la esencia de los problemas y menos aún resumirlos. ¿Pueden hacer trabajo aquellos cuyo calibre es así de pobre? ¿Pueden cumplir las responsabilidades de los líderes y obreros? No, no pueden. Aunque les des tiempo y oportunidades y permitas que describan los problemas e informen de ellos, no pueden hacerlo, así que ¿puedes todavía tener una conversación con tales personas? ¿Aún se las puede usar? (No). ¿Por qué no se las puede usar? Ni siquiera pueden hablar con claridad ni tienen el menor instinto de un ser humano para usar el lenguaje a fin de expresar sus pensamientos, ideas y actitudes, así que ¿qué trabajo pueden hacer? Aunque puede que tengan algo de fuerza, genuino entusiasmo, un poco de sentido de la responsabilidad y un corazón bastante honrado, su calibre es demasiado pobre, no son capaces de aprender nada les enseñes como les enseñes, y aunque les enseñes a hablar no serán capaces de pillarle el truco, así que te agitarás y te enfadarás. Cuando hablan es un desastre y te dejan confuso; no pueden decir nada con claridad y lo que dicen es simplemente un montón de sinsentidos. Lo más penoso respecto a ellos es que no entienden el lenguaje humano y aun así siguen actuando a ciegas, aún se creen aptos y se muestran desafiantes cuando los podas. ¿Cómo pueden hacer bien el trabajo de un líder? Cuando el calibre de un líder o un obrero es tan pobre que no tienen la capacidad de expresarse con el lenguaje, ¿pueden ser todavía competentes en el trabajo? (No). ¿Y qué significa no ser competente en su trabajo? Significa que son incapaces de descubrir con prontitud las dificultades y los problemas que afrontan en el trabajo y, por supuesto, significa que, sean cuales sean los problemas que surjan en el trabajo, no pueden resolverlos nunca con prontitud ni pueden informar de ellos a lo Alto con celeridad ni buscar soluciones de parte de este; esto les resulta demasiado difícil y son incapaces de hacerlo. Cuando se trata de personas como estas, que poseen un calibre pobre, este trabajo es extremadamente difícil para ellos, equivale a pedirle peras al olmo, a pedir lo imposible; es muy extenuante.

Hay quien dice: “Me siento mal por esas personas. Van mucho de un lado para otro llevando a cabo todo tipo de tareas y los acaban definiendo como falsos líderes por su calibre pobre. Por tanto, ¿significa esto que todo el sufrimiento que han soportado ha sido en vano? ¿No es eso tratar a las personas injustamente?”. Destituir a los falsos líderes significa responsabilizarse del pueblo escogido de Dios y del trabajo de la iglesia, así que ¿cómo puede ser eso tratar a la gente injustamente? Si insistes en permitir que los falsos líderes continúen en su papel como líderes, ¿no es esto perjudicar al pueblo escogido de Dios? ¿Pretendes decir que perjudicar al pueblo escogido de Dios no es tratar a las personas injustamente? Al destituir a un falso líder, la casa de Dios no condena a ese falso líder ni lo envía al infierno, sino que en su lugar le está dando a esa persona una ocasión de lograr la salvación. ¿Puede lograr la salvación si sigue siendo un falso líder? Al final, ¿cuál será su desenlace final? ¿Por qué no consideras el problema de esta manera? Asimismo, ¿cuál es el propósito de creer en Dios? Seguro que ser un líder no es el único camino hacia delante, ¿verdad? ¿No hay otros deberes que hacer si uno no es líder? ¿Carecen de una senda de supervivencia aquellos que no son líderes y poseen un calibre pobre? (No, eso no es verdad). Por tanto, ¿cuál es entonces la senda de práctica? Lo que estamos diseccionando ahora son las manifestaciones y los problemas que existen en este tipo de falso líder que es de un calibre pobre; no lo estamos condenando ni maldiciendo, lo estamos diseccionando. El propósito de diseccionarlo es lograr que este tipo de persona se conozca y se oriente a sí misma con precisión, sepa su propia medida y entienda con exactitud qué son los líderes y obreros, así como qué trabajo deberían hacer estos, y luego este tipo de persona se compara con estas cosas para ver si es apto para ser líder u obrero. Si de veras tu calibre es muy pobre, tanto que no tienes la capacidad de expresarte con tu lenguaje, ni la de expresar tus pensamientos y puntos de vista, ni la de descubrir problemas, entonces no eres apto para seguir siendo un líder u obrero, no eres competente para hacer el deber de uno o de otro y eres incapaz de hacer el trabajo de estos. Y dado que eres de un calibre pobre, debes tener esta especie de autoconciencia. Hay quienes dicen: “Mi calibre es escaso; bueno, ¿y qué? Tengo buena humanidad, así que debería ser líder”. ¿Es este el principio? Otros dicen: “Aparte de tener buena humanidad, también estoy dispuesto a padecer sufrimiento y pagar un precio, puedo predicar sermones, mi fe tiene una base y he estado encarcelado debido a mi creencia en Dios. ¿Acaso estas cosas me cuentan como capital para ser líder u obrero?”. ¿Es la verdad que uno debe tener capital para ser líder u obrero? (No). Lo que estamos comentando ahora son las responsabilidades de los líderes y obreros y, dentro de este tema, estamos hablando de la cuestión del calibre. Si tu calibre es pobre y no eres capaz de cumplir estas responsabilidades, entonces la autoconciencia que deberías tener es: “No tengo este calibre y no puedo ser líder u obrero. Sea cual sea el capital que tenga, no sirve de nada”. Dices que tienes buena humanidad y eres fiable, que tienes determinación para soportar el sufrimiento y estás dispuesto a pagar un precio; ¿te ha tratado la casa de Dios injustamente? La casa de Dios emplea a las personas de tal manera que les da a todas el mejor uso, adecúa sus funciones a cada una y lo hace de tal manera que es sencillamente lo correcto. Si tienes buena humanidad, pero tu calibre es pobre, entonces deberías hacer bien tu deber con todo tu corazón y todas tus fuerzas; no es que debas ser líder u obrero para que Dios te apruebe. Aunque estés dispuesto a preocuparte, no puedes hacerlo de la manera en la que debe hacerlo un líder, y no posees el calibre que deberías tener para ser líder ni estás a la altura; ¿qué puedes hacer entonces? No deberías forzarte ni complicarte las cosas a ti mismo; si puedes cargar 25 kilos, pues carga 25 kilos. No deberías intentar alardear al exigirte a ti mismo sobrepasar tus propios límites, diciendo: “25 kilos no es suficiente. Quiero llevar incluso más. Quiero cargar 50 kilos. ¡Estoy dispuesto a hacerlo, aunque muera de agotamiento!”. No eres capaz de ser líder ni obrero, pero, si todavía te sigues exigiendo a ti mismo más de lo que puedes a fin de alardear, aunque no te agotes, causarás demoras en el trabajo de la iglesia, afectarás al progreso y la eficiencia del trabajo y demorarás el progreso vital de muchas personas; esta no es una responsabilidad que puedas permitirte soportar. Como tu calibre es insuficiente, si tienes autoconciencia, de manera proactiva deberías ofrecer tu renuncia y nominar a alguien de buen calibre, que ame la verdad y sea más responsable que tú para ser líder u obrero. Esto sería lo sensato, y solo al hacerlo así serías alguien que de veras tiene humanidad y razón, alguien que de veras entiende y practica la verdad. Si renuncias a tu puesto porque eres incapaz de hacer el trabajo de un líder, y luego eliges un deber apto para ti y ofreces tu lealtad para que Dios te pueda aprobar, entonces eres una persona excepcionalmente inteligente. Siempre piensas: “Aunque soy de un calibre pobre, tengo buena humanidad, estoy dispuesto a preocuparme, padecer sufrimiento y pagar un precio, tengo determinación, soy más resiliente que todos vosotros en todo lo que hago, tengo la mente abierta y no temo recibir la poda o que me prueben. Aunque mi calibre es un poco pobre, todavía puedo ser líder”. Tener un calibre pobre no es un problema. Esto no pretende ser una condena hacia ti, sino clasificarte y hacerte entender con claridad lo que puedes hacer exactamente y para qué clase de deber eres apto. El problema actual, sin embargo, es que tu calibre es pobre y no eres capaz de ser líder u obrero. Aunque se te ha elegido para ser líder u obrero, no eres capaz de hacer bien este trabajo, y lo único que logras es que sea un desastre. Si tienes buena humanidad, si tienes conciencia y razón y estás dispuesto a preocuparte y a pagar un precio, entonces existirá una labor para la que seas apto y un deber que deberías cumplir, y la casa de Dios llevará a cabo arreglos razonables para ti. No permitir que seas líder va en función de los preceptos y los principios de la casa de Dios. Sin embargo, la casa de Dios no te negará en absoluto tu derecho a hacer un deber o a creer en Dios y seguirlo porque seas de un calibre pobre. ¿No es esto lo apropiado? (Sí). ¿Es necesario que hablemos sobre esta cuestión en mayor detalle? Algunas personas de un calibre pobre oyen esto y reflexionan: “No vuelvas a hablar sobre ello. Me siento demasiado avergonzado para enfrentarme a cualquiera. Sé que soy de un calibre pobre y no volveré a ser líder ni obrero de la iglesia. Me limitaré a ser líder de equipo o supervisor o, si no, haré trabajos ocasionales, cocinaré o limpiaré. Cualquier cosa está bien. Cargaré con las adversidades de mi puesto sin quejarme, me someteré a la organización de la casa de Dios y a Sus instrumentaciones. El hecho de que yo tenga un calibre pobre es por la gracia de Dios y en ello residen Sus buenas intenciones. Todo lo que hace Dios es acertado”. Si puedes ver las cosas de este modo, eso está bien y significa que tienes algo de autoconciencia. No voy a hablar sobre este problema extensamente. En resumen, en cuanto a estas personas de calibre pobre, solo estamos diseccionando el problema y dejando en evidencia la verdad de los hechos de modo que más gente tenga la actitud y la perspectiva correctas respecto a estas personas, y a fin de que dispongan de la actitud y la perspectiva correctas respecto a este problema de su propio calibre pobre y puedan entonces orientarse con precisión y buscar un puesto y un deber que sean apropiados para ellos, con lo cual se permite que se utilicen y se empleen de manera razonable su perseverancia a la hora de pagar un precio y su determinación para soportar sufrimiento. Esto no afecta a tu entendimiento ni a tu práctica de la verdad ni tampoco a tu imagen en la casa de Dios.

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