Las responsabilidades de los líderes y obreros (8) Parte 5

Aquellos que sirven como líderes deben al menos entender un poco de la verdad y tener algunas experiencias prácticas. Si no tienen experiencias en absoluto, no cabe duda de que no entienden nada de la verdad. A algunas personas que sirven como líderes se les da bien predicar palabras y doctrinas, y son capaces de lograr la aprobación y la alabanza de la mayoría de las personas. Aunque en apariencia los falsos líderes son capaces de responder preguntas, no son capaces de hablar sobre los principios-verdad. Lo único que predican es teoría vacía, y no hay nada de práctico en ello en absoluto. Cuando la gente los oye predicar, siente que coincide con sus propios gustos, y aquellos sin discernimiento lo aprueban mucho. Después, sin embargo, todavía no tienen senda de práctica ni pueden encontrar los principios para practicar. ¿Se puede considerar entonces que esto ha resuelto algunos problemas? ¿No están siendo superficiales? ¿Se puede considerar trabajo real tratar de resolver los problemas de esta manera? Los falsos líderes no hacen trabajo real, pero saben comportarse como funcionarios. ¿Qué es lo primero que hacen una vez que se convierten en líderes? Comprar el favor de la gente. Adoptan el enfoque de “Los nuevos funcionarios quieren impresionar”. Para empezar, hacen algunas cosas para ganarse el favor de los demás y lidian con ciertos elementos que mejoran el bienestar diario de todo el mundo. Primero intentan causar una buena impresión en ellos, para mostrar a todos que están en sintonía con las masas, para que todo el mundo los elogie y diga: “Este líder se comporta como un padre con nosotros”. Entonces, asumen oficialmente el cargo. Sienten que tienen apoyo popular y que se ha asegurado su posición; entonces empiezan a disfrutar de los beneficios del estatus, como si fuera lo que les corresponde. Sus lemas son: “La vida solo consiste en comer y vestirse”, “aprovecha el momento, la vida es corta” y “vive hoy sin preocuparte por el mañana”. Disfrutan de cada día tal y como viene, se divierten mientras pueden y no piensan en el futuro, y mucho menos se plantean qué responsabilidades debe cumplir un líder y qué deberes ha de hacer. Predican algunas palabras y doctrinas y desempeñan algunas tareas para guardar las apariencias como una cuestión de rutina; no realizan ningún trabajo real. No están desenterrando problemas reales en la iglesia y resolviéndolos por completo, entonces, ¿qué sentido tiene que hagan tareas tan superficiales? ¿No es esto engañoso? ¿Se pueden confiar tareas importantes a este tipo de falsos líderes? ¿Se ajustan a los principios y condiciones de la casa de Dios para la selección de líderes y obreros? (No). Estas personas no tienen nada de conciencia o razón, están desprovistas de todo sentido de la responsabilidad y, sin embargo, todavía desean ostentar algún puesto oficial, ser líderes en la iglesia: ¿por qué son tan desvergonzadas? En cuanto a algunas personas que tienen sentido de la responsabilidad, si son de escaso calibre, no pueden ser líderes, y eso por no hablar de los inútiles que no tienen ningún sentido de la responsabilidad; son menos aptos aún para ser líderes. ¿Qué grado de pereza tienen estos falsos líderes glotones e indolentes? Incluso cuando descubren un problema, y son conscientes de que es un problema, no se lo toman en serio y no le dan importancia. ¡Son tan irresponsables! Aunque hablan con soltura y parezca que tengan algo de calibre, son incapaces de resolver diversos problemas en el trabajo de la iglesia, lo que lleva a que este se paralice; los problemas no paran de amontonarse, pero tales líderes no se preocupan por ellos e insisten en llevar a cabo con toda normalidad unas cuantas tareas superficiales como una cuestión de rutina. ¿Y al final cuál es el resultado? ¿Acaso no estropean el trabajo de la iglesia, no lo fastidian? ¿Acaso no causan caos y falta de unidad en la iglesia? Ese es el inevitable desenlace. En esta situación, ¿informarán los falsos líderes a lo Alto? Desde luego que no. Si alguien en la iglesia quiere informar a lo Alto de los problemas de los falsos líderes, ¿acaso lo van a consentir estos? Sin duda, reprimirán y bloquearán a esa persona, no permitirán que nadie informe de un problema a lo Alto y restringirán, reprimirán y aislarán a cualquiera que lo haga. Decidme, ¿acaso no son muy despreciables estos falsos líderes? Da igual cuánto hayan perjudicado el trabajo de la iglesia, seguirán sin permitir que lo Alto lo sepa, y mucho menos que lo resuelva. Lo único que les importa es disfrutar de los beneficios de su estatus y proteger su propia vanidad y orgullo; ¡tales personas son del todo despreciables y desvergonzadas! ¿Acaso no carecen del todo de conciencia y humanidad? Cuando lo Alto indaga sobre el trabajo, los falsos líderes dicen con decisión que no hay problemas, con lo que tergiversan y engatusan a lo Alto; al hacer esto, ¿acaso no están engañando a lo Alto y les esconden cosas a aquellos por debajo de ellos? Se siguen acumulando problemas en el trabajo de la iglesia y los falsos líderes no pueden resolverlos por sí mismos, sin embargo, tampoco informan de estos problemas a lo Alto. En estas circunstancias, se comportan como si nada fuera mal; disfrutan de la comodidad de la misma manera, se quedan sentados todo el día sin hacer nada, pasando todas sus jornadas ociosos, y para nada se ponen nerviosos. Y, cuando se dejan en evidencia los problemas y lo Alto sondea esto, siguen diciendo: “He organizado que las personas hagan este trabajo. He cumplido mis responsabilidades. Si el trabajo no se hace bien, eso es cosa de otros. ¿Qué tiene que ver conmigo?”. Con estas pocas palabras, se eximen por completo a sí mismos de la responsabilidad. Es como si no tuvieran responsabilidad en absoluto respecto a este asunto. No solo no reflexionan sobre sí mismos, también se sienten justificados y en calma, y dicen: “En cualquier caso, no he sido ocioso en mi deber; no soy un gorrón. Si lo Alto no me destituye, continuaré sirviendo como líder. Si ofrezco mi renuncia, ¿acaso no estaré traicionando a Dios? ¿No estaré mostrando deslealtad hacia mi deber?”. Si los podas, se les podrán ocurrir muchas razones para refutarte. No dirán que son responsables de este asunto, no dirán cuáles son sus responsabilidades ni reflexionarán sobre cuál es la naturaleza de que no resuelvan problemas y de que no hagan trabajo real. ¿Acaso no son muy odiosas tales personas? Paralizan el trabajo de la iglesia y perjudican al pueblo escogido de Dios durante mucho tiempo sin un ápice de remordimiento en su fuero interno; ¿son todavía humanos? ¿Aún tienen un ápice de conciencia o razón? Hay quien dice: “A la gente así no la deberían elegir para ser líderes”. Así es en teoría; sin embargo, en realidad hay algunas personas como estas entre los líderes y obreros electos; esto es un hecho. Todo esto ocurre porque el pueblo escogido de Dios carece de discernimiento, y es además porque a la mayoría de la gente le agradan los complacientes y, en consecuencia, elige a algunos falsos líderes y obreros. Por consiguiente, antes de las elecciones de la iglesia, hay que hablar más sobre los principios para elegir a líderes y obreros, al igual que sobre los principios para discernirlos; esto garantizará que más personas voten conforme a los principios. Solo al hacer esto pueden surgir buenos resultados de las elecciones en la iglesia.

Decidme, ¿pueden unos zánganos tan despreciables y desvergonzados hacer una buena labor con el trabajo de la iglesia como líderes y obreros? ¿Pueden resolver los problemas existentes en la iglesia o las dificultades que afronta el pueblo escogido de Dios? (No). Por tanto, ¿qué deberíais hacer cuando os enfrentáis a tales falsos líderes? Supongamos que alguien dice: “Nuestro calibre es pobre y carecemos de discernimiento, así que no hay nada que podamos hacer si nos encontramos con un falso líder”. ¿Es esto correcto? Claro que no todo el mundo en la iglesia es de pobre calibre y carece de discernimiento, ¿no? Al menos debe haber varias personas que relativamente entiendan la verdad. Por tanto, si alguien encuentra a un falso líder que sea incapaz de hacer trabajo real y de resolver ningún problema, entonces debería compartir con aquellos que entienden la verdad y pedirles que usen su discernimiento y hagan un juicio. ¿Es esto apropiado? (Sí). ¿Por qué es apropiado? ¿Cuáles serán las consecuencias si un líder de iglesia no es capaz de hacer trabajo real? ¿Quiénes serán las víctimas? ¿Acaso no lo será el pueblo escogido de Dios en la iglesia? Si un falso líder controla la iglesia durante tres o cinco años, entonces, ¿cuánta gente verá afectado su entendimiento de la verdad y su entrada en la realidad? ¿Cuánta verá cómo se demora alcanzar su salvación por parte de Dios? Resulta insoportable imaginarse las consecuencias. Por tanto, cuando se descubre que un falso líder no hace trabajo real y es incapaz de resolver cualquier problema, esto es grave para cada uno de los miembros del pueblo escogido de Dios, y deberían desenmascarar con prontitud al falso líder e informar sobre él para evitar causar demoras en el trabajo. El perjudicado por el hecho de que los líderes de la iglesia no hagan trabajo real es el pueblo escogido de Dios. Si nadie del pueblo escogido de Dios los desenmascara ni informa sobre ellos y todos se muestran apáticos respecto a hacer esto, entonces no hay esperanzas para esa iglesia. Supongamos que en vuestro fuero interno siempre albergáis pensamientos de no responsabilizaros, como: “Al fin y al cabo, eres el líder. No eres capaz de hacer trabajo real y sin embargo no informas de problemas a lo Alto; si esto demora el trabajo de la iglesia, lo Alto te hará responsable. ¿Qué tiene eso que ver con nosotros? ¿Qué sentido tiene preocuparse por ello? No somos nosotros los que estamos a cargo. Esta responsabilidad recae sobre ti”. Si siempre albergáis esta noción en vuestro corazón, ¿no demorará eso las cosas? ¿Acaso no impactará en que persigáis la verdad, entréis en la realidad y logréis la salvación de Dios? Si nadie en la iglesia se responsabiliza, es difícil saber si esta iglesia puede dar testimonio de Dios y recibe Sus bendiciones, y es incluso más difícil saber cuántas personas lograrán la salvación en esta iglesia. Si todo el mundo en esta iglesia piensa de este modo y mantiene este punto de vista, entonces no hay esperanza alguna para ella. ¿Acaso no tienen ahora mismo este problema los equipos de producción de películas? Algunos de vuestros líderes no se ocupan de los problemas ni informan de ellos; son falsos líderes. ¿Os dais cuenta? Estos líderes no resuelven vuestros problemas, ¿no habéis descubierto que esto es un problema? ¿De veras os hace esto felices? “Nuestro líder no informa del problema y este no se puede resolver, así que es un buen momento para que nos tomemos un descanso. ¡Es genial! Además, hace tiempo que lo Alto no pregunta personalmente por este tema, así que tampoco hay necesidad de que nosotros informemos del problema. ¿Por qué no deberíamos intentar tener un poco de tiempo de ocio? ¿Tenemos que rodar la película así de rápido y acabarla a tiempo? ¡Nuestro progreso es bueno! Por tanto, ¿qué pasa si no hemos acabado de rodar? ¿Nos condenarán por ello?”. ¿Es esta vuestra actitud? ¿Pensáis que no hay un calendario tan estricto para el trabajo de la casa de Dios, así que podéis demorarlo indefinidamente y que, mientras lo Alto no pregunte ni indague en el asunto, no hay necesidad de que os preocupéis ni sintáis ninguna presión, y simplemente podéis resolver cualquier problema que os sea posible y dejar pasar cualquiera que no? ¿Es esta vuestra perspectiva? (No). Por tanto, ¿por qué no informáis de los problemas cuando los tenéis? ¿Acaso estos falsos líderes os tienen bajo su control u os han dado una poción mágica aturdidora que ha causado que deliréis y seáis incapaces de hablar? ¿Cuál es aquí el problema? Cuando existen problemas, ¿sabéis algo de ellos? Si decís que no sabéis nada de ellos, estáis mintiendo; si los conocéis y aun así no informáis, entonces sois negligentes, es una grave dejación de vuestro deber y de ninguna manera tenéis lealtad hacia este. Aunque trabajes en el mundo para ganar dinero, todavía has de ser merecedor de tu pequeño salario. Por no mencionar que hoy consumes la comida de la casa de Dios; persigues la salvación mientras cumples tu deber y, al hacerlo, estás allanando el terreno y preparándote para tu propio destino. No estás haciendo esto para la casa de Dios ni por ningún individuo, ni mucho menos para Mí; lo haces para ti mismo. Dicho en términos agradables, la gente hace su deber para lograr la salvación, pero, para ser precisos, lo hace para sí misma, para obtener bendiciones y tener un buen destino. Debes entender este asunto con claridad; no seas necio. No estás haciendo tu deber para otras personas ni por tus padres, ni tampoco lo haces para glorificar a tus ancestros ni honrar el nombre de tu familia; lo haces por ti mismo. Dios te creó y, desde que Él creó el mundo, predestinó que nacerías en los últimos días. Te llevó a Su casa, te permitió oír Su voz, te dejó comer y beber de Sus palabras todos los días y recibir la dotación de la vida, y te dio una oportunidad para que pudieras hacer tu deber en la casa de Dios. Esta es tu mejor oportunidad como ser creado para lograr la salvación y además es la única que tienes. Si, mientras haces tu deber, destruyes esta oportunidad, entonces no importa que recibas castigo o haya llantos y rechinar de dientes cuando al final caigas en los desastres, todo será obra tuya, ¡y te lo merecerás! Será tu propia culpa. No hay necesidad de que otras personas asuman tus responsabilidades ni de que tú asumas las de nadie. Solo tú puedes responsabilizarte de la senda por la que caminas y de todo lo que haces hoy, y solo tú puedes cargar con las últimas consecuencias. Lo que Yo puedo hacer es lograr que entendáis las cosas que Yo debería decir y os digo, y allanaros el camino para que os podáis embarcar en la senda de la salvación. Lo he explicado todo con claridad, por tanto, cómo os comportéis específicamente depende de vosotros. No me preocupo de vuestros asuntos; solo desempeño el trabajo que recae sobre Mí y no hago ninguno más que ese. ¿Acaso no es un hecho que estés haciendo tu deber en aras de tu propio destino? Si dices: “Hay muchos problemas, pero mi líder no está informando sobre ellos, así que yo tampoco lo haré”, entonces, ¿no es esto estúpido? ¿No es eso calculador? ¿Cuál es tu responsabilidad cuando ves un problema? Tu responsabilidad es convocar a todo el mundo y aquietarte para buscar el problema y hablar sobre él, ver en qué ámbito ha surgido y encontrar su causa raíz. Si, después de alguna discusión, se encuentra la causa raíz, pero no sois capaces de resolver los problemas por vuestra cuenta, deberíais informar de inmediato a lo Alto. ¿Quién debería informar de ello? Deberías dar un paso al frente y decir: “Informaré de ello. Si eso no funciona, entonces podemos seleccionar a unos pocos representantes e informar juntos”. Algunas personas dicen: “¿No tenemos a un líder?”. Respondes: “¡No es un líder! No cumple las responsabilidades de un ser humano en absoluto. ¡Es solo una bestia con piel humana y se le debería echar de una patada y destituirlo! No está informando del problema, así que nosotros mismos deberíamos informar de ello; esta es nuestra responsabilidad. Dios solo nos tratará como seres humanos cuando hayamos cumplido nuestras responsabilidades. Si sabemos claramente cuáles son nuestras responsabilidades, pero no las cumplimos, entonces no merecemos ser humanos y de ninguna manera Dios nos considerará como tales”. Si Dios no te considera humano, ¿qué es lo que implica esto que te considera? Implica que te considera un cerdo o un perro. ¿Y aún te salvaría Dios en ese caso? De ninguna manera. Por tanto, si no acabas con un buen destino, ¿acaso no te lo habrás buscado tú solo? ¿Y acaso no habrás hecho tu deber para nada? Es cosa tuya escoger tu senda y también depende de ti recorrerla. No importa qué senda escojas o cuáles sean las últimas consecuencias, eres tú quien carga con la responsabilidad; nadie se responsabilizará de la senda por la que camines ni de las consecuencias resultantes.

Si, como líderes y obreros, ignoráis los problemas que surgen en el cumplimiento de los deberes e incluso buscáis diversos pretextos y excusas para eludir la responsabilidad, y no resolvéis algunos problemas que sabéis resolver, y no informáis de los problemas que no sabéis resolver a lo Alto, como si no tuvieran nada que ver con vosotros, ¿no es eso un incumplimiento del deber? ¿Es inteligente o insensato tratar de este modo el trabajo de la iglesia? (Es una insensatez). ¿Acaso no son escurridizos esos líderes y obreros? ¿No están desprovistos de todo sentido de la responsabilidad? Cuando afrontan problemas, los ignoran; ¿acaso no son personas inconscientes? ¿No son astutas? Las personas astutas son las más insensatas. Debes ser una persona honesta, debes tener sentido de la responsabilidad al enfrentarte a los problemas e intentar por todos los medios posibles buscar la verdad para resolverlos. No debes ser una persona astuta bajo ningún concepto. Si solo te preocupas de eludir la responsabilidad y de lavarte las manos cuando surgen problemas, incluso los no creyentes te condenarían por este comportamiento, ¡ya no digamos en la casa de Dios! Él va a condenar y maldecir este comportamiento con total seguridad, y el pueblo escogido de Dios lo detesta y rechaza. A Dios le gustan los honestos y detesta a los falsos y escurridizos. Si eres una persona astuta y te comportas de manera escurridiza, ¿acaso Dios no te detestará? ¿La casa de Dios dejará que eludas las consecuencias? Tarde o temprano tendrás que rendir cuentas. A Dios le agradan los honestos y le desagradan los astutos. Todo el mundo debería entender esto claramente y dejar de ser atolondrado y de hacer tonterías. La ignorancia momentánea es excusable pero, si una persona no acepta la verdad en absoluto, entonces es demasiado obstinada. Los honestos pueden asumir la responsabilidad. No se preocupan de sus propios beneficios y pérdidas, solo salvaguardan la obra y los intereses de la casa de Dios. Tienen un corazón bondadoso y honesto que es como un recipiente de agua cristalina cuyo fondo puede verse de un vistazo. También hay transparencia en sus actos. Una persona falsa se comporta de una manera escurridiza, se dedica siempre a fingir, se oculta y esconde cosas, y se enmascara increíblemente bien. Nadie puede desentrañar a esta clase de persona. La gente no puede dilucidar los pensamientos en tu interior, pero Dios puede escrutar lo más profundo de tu corazón. Cuando Él ve que no eres una persona honesta, que eres algo escurridiza, que nunca aceptas la verdad, que siempre te dedicas a engañarlo y nunca le entregas tu corazón, no le gustas a Dios, te detesta y te abandona. ¿Qué clase de personas son aquellas que prosperan entre los no creyentes? ¿Y aquellas que tienen labia e ingenio? ¿Lo veis claro? ¿Cuál es su esencia? Se puede decir que son todas extraordinariamente inescrutables, falsas y astutas hasta el extremo, que son auténticos diablos y satanases. ¿Podría Dios salvar a la gente así? No hay nada que Dios deteste más que a los diablos, a las personas falsas y astutas, y no cabe duda de que no las va a salvar. No debéis ser así en ningún caso. Aquellos que siempre se muestran observadores y alertas cuando hablan, que son diestros y hábiles y desempeñan un papel para ajustarse a la ocasión cuando manejan sus asuntos; esos, te digo, son aquellos a los que más aborrece Dios, la gente así está más allá de la salvación. Respecto a todos aquellos que pertenecen a la categoría de falsos y astutos, por muy bien que suenen sus palabras, estas no dejan de ser engañosas, endiabladas. Cuanto más bonitas suenan sus palabras, más diabólicos y satanases son tales personas. Este es exactamente el tipo de persona que Dios más detesta. Esto es tal que así. A ver qué me decís de esto: ¿puede la gente falsa, que miente a menudo y tiene labia obtener la obra del Espíritu Santo? ¿Puede obtener el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo? Por supuesto que no. ¿Cuál es la actitud de Dios hacia las personas que son falsas y astutas? Las desdeña, las aparta y no les presta atención, las considera de la misma clase que los animales. A ojos de Dios, tales personas simplemente visten piel humana y, en su esencia, son diablos y satanases, son cadáveres andantes, y Dios no las salvará en ningún caso. Por tanto, ¿en qué estado están ahora estas personas? Hay oscuridad en su corazón, carecen de verdadera fe, y les pase lo que les pase, nunca experimentan el esclarecimiento o la iluminación. Le oran a Dios cuando se enfrentan a los desastres y las tribulaciones, pero Él no está con ellos y no tienen nada en su corazón de lo que puedan depender de veras. Para obtener bendiciones, tratan de dar un buen espectáculo, pero no pueden reprimirse porque carecen de conciencia y razón. No podrían ser buenos ni aunque quisieran, ni aunque su intención fuera dejar de hacer cosas malas; no podrían controlarse, eso no funcionaría. ¿Serán capaces de conocerse a sí mismos después de haber sido despedidos y descartados? Aunque sabrán que merecían esto, no se lo admitirán a nadie y, aunque parezcan capaces de cumplir algo de deber, seguirán intentando comportarse de manera escurridiza y su trabajo apenas generará resultados. Entonces, ¿qué decís? ¿Son estas personas capaces de arrepentirse de verdad? Para nada. Esto es porque no poseen conciencia ni razón y no aman la verdad. Dios no salva a este tipo de persona astuta y malvada. ¿Qué esperanza en creer en Dios hay para este tipo de personas? Su fe carece ya de significado y están destinadas a no recibir nada de esta. Si en el transcurso de su fe en Dios la gente no persigue la verdad, da igual cuántos años crea, no tendrá ningún efecto; aunque crea hasta el final, no recibirá nada. Para ganar a Dios, la gente debe alcanzar la verdad. Solo si comprende la verdad, la practica y entra en la realidad-verdad, habrá alcanzado la verdad y logrará la salvación de Dios; será entonces cuando obtendrá el reconocimiento y las bendiciones de Dios, y solo esto es alcanzar a Dios. Si las personas quieren obtener la verdad, entonces el primer paso que deberían dar es aprender a cumplir sus responsabilidades, es decir, deberían hacer bien su deber; esto es lo más básico. La gente no debe aprender de los falsos líderes en absoluto, limitarse a predicar palabras y doctrinas sin hacer trabajo real, no responsabilizarse por nada de lo que hagan, hacerlo todo de manera superficial y acabar siendo descartados. Hacer el deber de uno no es una cuestión menor; la gente queda muy en evidencia en el cumplimiento de su deber, y Dios determina los desenlaces de las personas en función de su continuado desempeño al hacer su deber. ¿Qué significa cuando alguien no hace bien su deber? Significa que no acepta la verdad ni se arrepiente de veras, y Dios lo descarta. Cuando se destituye a los falsos líderes y falsos obreros, ¿qué representa esto? Esta es la actitud de la casa de Dios hacia tales personas y, por supuesto, representa además la actitud de Dios hacia ellas. Por tanto, ¿cuál es la actitud de Dios hacia las personas inútiles como estas? Él las desdeña, las condena y descarta. Por tanto, ¿todavía queréis disfrutar de los beneficios del estatus y ser falsos líderes?

Después de que las personas llegan a creer en Dios, ¿cuál es la cosa más dolorosa y terrible que les puede ocurrir? Lo peor de todo es descubrir que se han deshecho de ellas o las han expulsado, y que Dios las ha revelado y descartado; es lo más doloroso y triste y nadie quiere que le pase esto después de llegar a creer en Dios. ¿Cómo puede evitar la gente que le suceda esto? Como mínimo, debe actuar de acuerdo con su conciencia; es decir, primero debe aprender a cumplir con sus responsabilidades, no debe en absoluto ser superficial ni retrasar lo que Dios le ha encomendado. Dado que eres una persona, debes meditar sobre cuáles son las responsabilidades de una. No hace falta mencionar las responsabilidades que más valoran los no creyentes, como ser buen hijo, mantener a tus padres y labrar una reputación a tu familia. Todas ellas están vacías y carecen de significado real. ¿Cuál es la responsabilidad mínima que debe cumplir una persona? Lo más realista es cómo cumples bien con tu deber ahora. Conformarse siempre con actuar por inercia no es cumplir bien con tu responsabilidad, y solo ser capaz de decir palabras y doctrinas tampoco. Únicamente practicar la verdad y hacer cosas según los principios supone cumplir tu responsabilidad. Solo cuando tu práctica de la verdad haya sido eficaz y beneficiosa para la gente, de veras habrás cumplido bien tu responsabilidad. Sea cual sea el deber que cumplas, solo cuando persistas en actuar según los principios-verdad en todas las cosas habrás cumplido verdaderamente con tu responsabilidad. Actuar por inercia, de acuerdo con la forma humana de hacer las cosas, es ser superficial; atenerse a los principios-verdad es el único modo de cumplir adecuadamente el deber y cumplir bien tu responsabilidad. Y cuando cumples tu responsabilidad, ¿no es esa la manifestación de la lealtad? Es la manifestación de cumplir tu deber con lealtad. Solo cuando tengas este sentido de la responsabilidad, esta aspiración y este deseo, y esta manifestación de la lealtad con relación a tu deber, será cuando Dios te mirará con favor y aprobación. Si ni siquiera tienes este sentido de la responsabilidad, Dios te considerará ocioso, necio, y te despreciará. Desde el punto de vista humano, eso significa faltarte al respeto, no tomarte en serio y menospreciarte. Es como cuando has estado en contacto con alguien durante un tiempo y ves que habla sobre cuestiones caprichosas, poco prácticas, se lanza a decir cosas nada realistas, y te das cuenta de que le gusta presumir y alardear y de que no es de fiar; ¿lo respetarías? ¿Te atreverías a confiarle alguna tarea? Quizá la retrasaría por una razón u otra y, por tanto, no te atreverías a confiar nada a alguien así. Lo detestarías desde lo más hondo del corazón y te arrepentirías de haberte relacionado alguna vez con él. Te sentirías afortunado de no haberle confiado ninguna tarea, y pensarías que, si lo hubieras hecho, lo habrías lamentado durante el resto de tu vida. Digamos que te relacionas con alguien y, a través de la conversación y del contacto con él, ves que no solo tiene buena humanidad, sino también sentido de la responsabilidad y, cuando le confías una tarea, aunque solo se lo digas de pasada, se lo graba en la mente y busca formas de manejar bien la tarea para dejarte satisfecho, y, si no lo consigue, después se siente incómodo al verte; así es alguien con sentido de la responsabilidad. Mientras se les diga o asigne algo, ya sea un líder, un obrero o lo Alto, la gente con sentido de la responsabilidad siempre pensará: “Bueno, ya que tiene tan buen concepto de mí, debo ocuparme bien de este asunto y no defraudarlo”. ¿Verdad que te sentirías tranquilo al encomendarle una tarea a tal persona que posee conciencia y razón? La gente a la que puedes confiar una tarea es sin duda aquella a la que miras con favor y en la que confías. En particular, si se ha encargado de varias tareas a petición tuya y las ha llevado a cabo todas de forma muy concienzuda y ha satisfecho totalmente tus exigencias, pensarás que es digna de confianza. En tu corazón, verdaderamente la admirarás y tendrás buen concepto de ella. La gente está dispuesta a relacionarse con este tipo de personas, ya no digamos Dios. ¿Creéis que Dios estaría dispuesto a confiar el trabajo de la iglesia y el deber que el ser humano está obligado a hacer a una persona que no es digna de confianza? (No). Cuando Dios le encarga un trabajo de la iglesia a alguien, ¿cuál es la expectativa de Dios hacia él? En primer lugar, Dios espera que sea diligente y responsable, que trate este trabajo como un asunto importante, lo maneje en consecuencia y lo haga bien. En segundo lugar, Dios espera que sea una persona digna de confianza que, por mucho tiempo que pase y por mucho que cambie el entorno, su sentido de la responsabilidad no flaquee y su integridad resista la prueba. Si es una persona digna de confianza, Dios estará tranquilo y ya no supervisará ni hará seguimiento de este asunto. Esto es porque, en Su corazón, confía en ella y está seguro de completar la tarea que se le ha asignado sin que nada vaya mal. Cuando Dios le encomienda a alguien una tarea, ¿no es esto lo que espera? (Sí). Entonces, una vez que comprendes la intención de Dios, deberías saber en tu corazón cómo comportarte para cumplir Sus requisitos, cómo conseguir favor a Sus ojos y cómo ganarse Su confianza. Si puedes ver claramente tus propias manifestaciones y tu comportamiento y la actitud con que afrontas el deber, si tienes autoconciencia y sabes lo que eres, ¿acaso no será poco razonable por tu parte exigir que Dios te vea con buenos ojos y te muestre Su gracia o te trate de manera especial? (Sí). Si hasta tú te tienes en baja estima, te desprecias y sin embargo le exiges a Dios que te muestre Su favor; esto no tiene sentido. Por tanto, si quieres que Dios te mire con buenos ojos, al menos deberías hacerte ver digno de confianza a ojos de otras personas. Si quieres que otros confíen en ti, que te miren favorablemente, que tengan un alto concepto de ti, al menos debes ser digno, tener sentido de la responsabilidad, ser fiel a tu palabra y digno de confianza. Asimismo, debes llegar a ser diligente, responsable y leal ante Dios; entonces habrás cumplido esencialmente bien con las exigencias de Dios para contigo. Así pues, habrá esperanza de que recibas la aprobación de Dios, ¿no es cierto? (Sí, la habrá). ¿Cuesta lograrlo? (No). La gente quiere encontrar una persona de confianza que se ocupe de las tareas y con quien relacionarse; por tanto, ¿es excesivo por parte de Dios que le pida a la gente que realice bien sus deberes y que tenga este pequeño requisito para ellos? (No, no es excesivo). No lo es en absoluto. No es complicar las cosas a la gente, sino que es muy correcto. Lo que pasa es que las personas no tienen corazón para hacer esto ni contemplan los pensamientos de Dios ni entienden Sus intenciones. Lo único que pueden hacer es exigir cosas a Dios constantemente y decir: “¡Tienes que bendecirme! ¡Tienes que mostrarme Tu gracia! ¡Tienes que guiarme!”. ¿Qué estás haciendo? ¿Puedes cumplir realmente tu deber de acuerdo con tu conciencia y tu razón? ¿Puedes de veras ser diligente, responsable y leal? Esta es la condición mínima indispensable que debes satisfacer para que Dios te mire favorablemente. ¿Acaso no es esta la dirección en la que la gente debería trabajar duro? Dado que crees en Dios, debes esforzarte por la verdad y Sus requisitos; esta es la dirección en la que la gente debería trabajar duro. Las personas deben trabajar duro en la dirección correcta. De esa manera, su búsqueda de satisfacer a Dios ya no será vacía.

En su fuero interno, ¿tienen los falsos líderes algún concepto de satisfacer a Dios en su creencia en Él? ¿Tienen algo de actitud? Está claro que no. Su actitud es solo la de hacer las cosas por inercia en el mundo y tratan a Dios de la misma manera, de un modo que es increíblemente irreverente y desdeñoso. Esta clase de actitud humilla y blasfema gravemente a Dios, y Él la detesta. Dios le dio a esa persona la vida y todo lo que posee, y sin embargo su actitud hacia todo lo que Dios le ha dado, hacia los arreglos que hace para su vida, hacia la comisión y el trabajo de Dios y hacia sus propios deberes es de desprecio y desdén. ¿Qué significa “desdén”? Significa querer pasar los días dejándose llevar por la inercia y no tomarse nada en serio. Dios detesta esta actitud suya hasta el extremo y por eso no va a salvar en ningún caso a tales personas. ¿Qué es lo que deberíais entender aquí? Que no debéis ser esta clase de persona. Con independencia de si eres un líder o no, o de si tienes la ambición y el deseo de convertirte en un líder o no, primero debes aprender cómo comportarte y no ser en absoluto un zángano, un holgazán ni alguien ruin. En tu comportamiento, debes tener una actitud honrada, dignidad y sentido de la responsabilidad; es lo mínimo. Solo sobre esta base puede la gente satisfacer los requerimientos de Dios y completar Su comisión. Si ni siquiera tienes esta poca base, entonces no hay nada que hablar.

3 de abril de 2021

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