Las responsabilidades de los líderes y obreros (9) Parte 3
VI. Gestión de los bienes
Aspecto seis, la gestión de los bienes. Aunque en la labor de gestión de los bienes no se transmitan a menudo unas organizaciones del trabajo como sucede con el trabajo evangélico o las diversas clases de trabajo profesional, la casa de Dios todavía cuenta con organizaciones específicas del trabajo para ello. ¿Qué implica la gestión de los bienes? Tiene que ver con cómo se almacenan los bienes, dónde se guardan, quién los gestiona y cómo se destinan, gestionan y transfieren cuando surge algún peligro o entornos adversos, además de otras circunstancias especiales semejantes. Las organizaciones del trabajo contienen de hecho estipulaciones relativas a todas estas cosas y, en lo que respecta a este aspecto del trabajo, los líderes y obreros no deberían esperar a que lo Alto dé órdenes directamente ni transmita las organizaciones del trabajo, y solo entonces empezar de manera pasiva a gestionar los bienes. Si no hay organizaciones del trabajo inmediatas que requieran que los líderes y obreros gestionen los bienes de manera específica, en circunstancias especiales, cuando no saben cómo gestionarlos y no son capaces de recibir respuestas a tiempo de lo Alto, ¿qué deberían hacer? La seguridad es la prioridad número uno y es su responsabilidad custodiar los bienes de la casa de Dios. En lo que respecta a los libros de las palabras de Dios impresos por la casa de Dios, junto a todas las diferentes clases de maquinaria, productos alimenticios, dinero y otros bienes semejantes, los líderes y obreros deberían guardarlos en localizaciones seguras de acuerdo con las disposiciones de la casa de Dios, y no dejar que estas cosas se humedezcan, se pongan mohosas o se las coman los insectos, ni mucho menos permitir a las personas malvadas o al gran dragón rojo apropiarse de ellas. Asimismo, además de gestionar bien estos bienes de la casa de Dios, los líderes y obreros deberían mantener una estricta confidencialidad. A la gente que no tiene nada que ver con estos asuntos se le debería impedir de manera unánime que estén al tanto de ellos, y los que sí están informados deben mantener la boca cerrada y no hablar de manera indiscreta. La casa de Dios posee unas organizaciones del trabajo específicas relativas a este aspecto del trabajo, y no es apropiado transmitir ni revelar parte de ellas por escrito. Si a los líderes y obreros se les ocurren maneras y métodos mejores para llevar la gestión de los bienes, entonces, por supuesto, mientras se atengan a los principios de gestionar y custodiar de manera adecuada los bienes de la casa de Dios para protegerlos de cualquier pérdida, pueden debatir el asunto con otros líderes y obreros y tomar una decisión independientemente. Este es un aspecto especial del trabajo, y no hay que permitir que lo conozcan por igual aquellos que no mantienen la boca cerrada, que carecen de sentido de la responsabilidad, que cuentan con motivos inapropiados, aquellos que acaban de empezar a creer y no tienen base en su fe, y los que siempre están observando con codicia los bienes de la casa de Dios. Estas cosas no se pueden afirmar de manera explícita en las organizaciones del trabajo de la casa de Dios, pero ¿no deberían ser conscientes de esto los líderes, los obreros y los custodios fiables? (Sí). Se da aquí una circunstancia especial. Supongamos que un líder recién elegido ha creído en Dios durante solo tres años, es de buen calibre, muy entusiasta y en apariencia está bien; sin embargo, se desconoce su calidad humana, cómo contempla los bienes o si es o no avaricioso. Estas cosas son desconocidas e inciertas, y los hermanos y hermanas que llevan mucho tiempo creyendo en Dios no conocen muy bien a esta persona, no la conocen a fondo. ¿Qué se debería hacer en una situación así? Cuando llega el momento de entregarle el trabajo, le traspasan la totalidad del resto de tareas, pero ¿se le debería encargar el trabajo relativo a los bienes? (No). ¿Por qué no? El trabajo principal de los líderes y obreros no es solo gestionar los bienes; los bienes forman solo una parte de su trabajo. Si de veras hay una persona apta para gestionar los bienes y este líder recién elegido no es fiable, es correcto no cederle este trabajo de momento, dado que sigue sin conocerse si va a creer en Dios durante mucho tiempo o si puede mantenerse firme. En el pasado, alguien acababa de ser elegido líder de la iglesia y, en cuanto ocupó su puesto, lo primero que hizo fue preguntar al pueblo escogido de Dios los números de cuenta y las contraseñas para acceder a donde se guardaban las ofrendas. Preguntó quién tenía estas cuentas y contraseñas y lo presionó para que le cediera de inmediato esta labor. Dada la situación, ¿se le debería delegar este trabajo? No le preocupaba ni le importunaba ningún otro trabajo, pero se tomaba este asunto con especial ansiedad y seriedad; ¿era alguien fiable? No creas que alguien es fiable solo porque sea líder u obrero. En realidad, solo los custodios a los que de veras se ha seleccionado conforme a los principios son fiables; son capaces de ofrecer sus vidas para custodiar los bienes de la casa de Dios. La gente como esta es la más digna de confianza. Por tanto, ¿son todos los líderes y obreros capaces de esto? No necesariamente. Hace tiempo, el gran dragón rojo atrapó a un líder regional, que traicionó a la iglesia y reveló dónde estaban todos sus bienes, lo que llevó a que se perdieran gran cantidad de ellos. Si no hubiera sabido dónde estaban, ¿acaso no habría sido incapaz de revelarlo aunque le hubieran dado una paliza de muerte, y entonces los bienes de la casa de Dios no habrían sufrido pérdidas? Precisamente porque sabía demasiado, lo soltó todo cuando no pudo soportar la tortura y las terribles palizas, así que ese dinero acabó en manos del gran dragón rojo. Si no le hubieran permitido saber dónde se hallaban los bienes y si el que los estaba custodiando hubiera sido fiable, ¿habría sufrido pérdidas el dinero de la casa de Dios y se habría apoderado el gran dragón rojo de este por la fuerza? No. Esta es una lección importante. Por tanto, el punto más importante en lo que respecta a la organización de este trabajo es que la seguridad es lo primero, las pérdidas se deben reducir al mínimo absoluto y el trabajo se debería hacer de la manera más segura posible. Encuentra a alguien que muestre lealtad a la hora de gestionar los bienes de la casa de Dios para que los gestione; este es el rumbo de acción más fiable. Aunque esta persona no pueda hacer nada más, será leal y sin duda será apta en lo que respecta a custodiar el dinero, así que usar a esta persona para custodiar los bienes es lo correcto. Dado que este aspecto del trabajo es una tarea simple, las organizaciones para este son también muy sencillas: encontrar a las personas adecuadas para custodiar los bienes y encontrar un lugar seguro donde guardarlos. Asimismo, también hay estipulaciones específicas en las organizaciones del trabajo de la casa de Dios relativas al reparto y el gasto de los bienes de la casa de Dios; el dinero se puede emplear en gastos necesarios, pero no en los innecesarios. Hay una cosa más, y es que hay un sistema regulador estricto para gastos relacionados con los bienes, y la casa de Dios dispone estipulaciones específicas para los diversos procesos y procedimientos, requiere firmas de varios individuos y demás. Hay gestión, hay custodia, hay gasto y también hay contabilidad; hay organizaciones específicas del trabajo para todas estas cosas.
VII. Trabajo de depuración
Aspecto siete, el trabajo de depuración. La casa de Dios también realiza unas organizaciones del trabajo constantes para este aspecto del trabajo. Las organizaciones del trabajo se hacen, por un lado, en función de las necesidades de la obra de la casa de Dios y, por otro, según la separación de cada uno a partir del tipo que le corresponde, de acuerdo con la clasificación y definición de las diferentes clases de personas, así como de las manifestaciones de estas, una vez que se han revelado. La casa de Dios tiene principios para lidiar con toda clase de anticristos, con personas malvadas y con incrédulos; a algunos los depura de las filas de aquellos que desempeñan deberes, a otros los depura de las iglesias cuyo deber es a tiempo completo y los manda a iglesias cuyo deber es a tiempo parcial o a iglesias corrientes, a otros los depura de las iglesias corrientes y los manda a grupos B, y a otros los echa o expulsa directamente. La casa de Dios hace repetidas veces las organizaciones del trabajo de depurar la iglesia, y tiene además unas organizaciones del trabajo específicas relativas a las diferentes clases de personas que cumplen las condiciones para que las depuren. Según las actitudes que tienen al hacer su deber y las transgresiones que han cometido mientras lo desempeñan, además de la esencia corrupta que se revela en las diversas clases de personas, la casa de Dios crea al final planes específicos para lidiar con estas personas. Por tanto, el manejo de las diversas clases de personas malvadas, incrédulos y anticristos por parte de la casa de Dios se lleva a cabo enteramente de acuerdo con Sus palabras y los principios-verdad, y se hace completamente de acuerdo a las intenciones de Dios. En lo que respecta a estas organizaciones del trabajo, por un lado, es necesario hablar sobre los principios-verdad para que la gente los entienda y aprenda a discernir a diferentes clases de personas, mientras que, por otro lado, es necesario transmitir estas organizaciones del trabajo a las iglesias a fin de que puedan hablar sobre ellas y ponerlas en marcha. En cualquier caso, el trabajo de depurar la iglesia se debe poner en marcha lo antes posible y nunca en absoluto se debe interrumpir. Debe continuar hasta que ya no queden personas malvadas en la iglesia. No es que los líderes y obreros solo deban cumplir el trabajo de depuración durante un periodo de tiempo una vez que lo Alto transmita una organización del trabajo que ordene que la iglesia se depure, y que, si se descubre de nuevo que existen personas malvadas que causan perturbaciones poco tiempo después de que se haya realizado la depuración, pero lo Alto no ha hecho ninguna organización del trabajo al respecto, entonces no hace falta que los líderes y obreros se molesten con estas personas malvadas ni las depuren; simplemente, eso no serviría. El trabajo de depuración de la iglesia se debe continuar llevando a cabo de manera ordenada; debe proseguir mientras haya a quienes echar o expulsar. No esperes con pasividad a que lo Alto dé órdenes o a que los líderes superiores te las comuniquen, ni a que más hermanos y hermanas denuncien a alguien. En cuanto el pueblo escogido de Dios pone al descubierto y denuncia a alguien, los líderes y obreros deberían disponerse a investigar y manejar ese caso. Si los líderes y obreros retienen la carta de denuncia y no se ocupan del asunto, habría que investigarlos y lidiar con ellos y, si se averigua que están protegiendo a una persona malvada, entonces hay que echarlos de la iglesia junto a esta. Cualquier líder u obrero que no ejerza el trabajo de depuración de la iglesia es un falso líder u obrero y hay que destituirlo de inmediato. Si incluso ampara y protege a personas malvadas, entonces se le puede calificar como un anticristo y echarlo y expulsarlo de la iglesia. Estas son las estipulaciones específicas que ha hecho la casa de Dios en cuanto al trabajo de depuración de la iglesia. Este es una prioridad urgente y tiene una profunda importancia. Decidme, ¿no se depura la iglesia para purificarla? Si la iglesia se ha purificado, es decir, si no hay personas malvadas que causen perturbaciones en ella ni incrédulos mezclados entre sus miembros, será entonces una auténtica iglesia, y se verán también los mejores resultados para la vida de iglesia. ¿Acaso no sería este otro enorme paso hacia la materialización del reino de Cristo? Una iglesia pura como esta sería más beneficiosa para la difusión del evangelio del reino, ya que todo el mundo poseería la realidad-verdad, todo el mundo sería capaz de dar testimonio de Dios y ser completado como el pueblo de Dios, y no habría ninguna persona malvada que causara perturbaciones. Naturalmente, una iglesia así estaría de lo más bendecida. Por tanto, depurar la iglesia es un aspecto del trabajo de lo más significativo y se hace por entero para que el entorno en el que el pueblo escogido de Dios lleva a cabo sus deberes tenga mayor paz y carezca de las perturbaciones de las personas malvadas. Asimismo, la casa de Dios no apoya a los holgazanes y a los inútiles ni a los parásitos que disfrutan de la comodidad y comen hasta saciarse. Hay que deshacerse de todos aquellos que no hacen su deber en absoluto y perturban e impactan a otros que sí lo llevan a cabo, así como de todos los que hacen comentarios irresponsables, se entrometen y no se ocupan de su debido trabajo en la iglesia. Ahora se han revelado por completo todos los diferentes tipos de personas, el trabajo de depuración de la iglesia es imperativo y se debe hacer bien y a conciencia. Dios desdeña a todas estas personas malvadas, anticristos, incrédulos, inútiles y parásitos que se han revelado, y su salvación es ya imposible. Si la iglesia no emprende el trabajo de depuración, esto impactaría al trabajo de difusión del evangelio. Por tanto, la labor de depuración de la iglesia es un aspecto importante del trabajo que necesita con urgencia hacerse bien en este momento. Solo aquellos líderes y obreros que pueden hacer el trabajo de depurar bien la iglesia merecen que se les cultive y pueden continuar siendo líderes y obreros. Cualquier líder u obrero que obstruya el trabajo de depurar la iglesia es una piedra en el camino y un obstáculo, y el pueblo escogido de Dios debe desenmascararlo y denunciarlo. Los líderes y obreros de todos los niveles deben primero deshacerse y resolver a conciencia todas esas piedras en el camino y obstáculos para el trabajo de la iglesia; esto es conforme a las intenciones de Dios. Solo esto es propicio para la progresión fluida de los diversos aspectos de la obra de la iglesia, y para que la iglesia lleve a cabo la voluntad de Dios a fin de que Él pueda obtener toda la gloria.
VIII. Asuntos externos
Aspecto ocho, asuntos externos. El trabajo de los asuntos externos no es un gran aspecto del trabajo ni tampoco es pequeño, y hay varios principios enmarcados en las organizaciones del trabajo de la casa de Dios relativas a los asuntos externos. Uno es aprender las leyes y preceptos locales específicos. Es decir, da igual lo que la iglesia haga en cierto lugar, primero debes aprender las leyes locales; este es un principio. Otro principio es que, cuando encuentres problemas relacionados con los asuntos externos que no entiendas o no estén claros, debes consultar con un abogado y los profesionales legales pertinentes, y no hacer juicios desinformados por tu cuenta; has de crear planes específicos para manejar los asuntos de acuerdo con las diferentes condiciones nacionales de diferentes países. Por tanto, ¿cómo surgen estos planes? Debes regirte por lo que dice el abogado y dejar que este tome las decisiones; no hagas juicios arbitrarios ni tomes decisiones arbitrarias por tu cuenta. Las condiciones, políticas, leyes y preceptos nacionales son diferentes en cada país, así que no te comportes según tu imaginación. Por ejemplo, digamos que ves que atracan a alguien por la calle en China. Las leyes en China estipulan que cualquier transeúnte que sea testigo de ello puede intervenir con valentía, capturar primero al ladrón y luego entregárselo a la policía. Si haces esto, te convertirás en un héroe de a pie, no tendrás que cargar con ninguna responsabilidad legal y te deberían elogiar. La situación y el sistema nacionales en China son estos, y es una especie de cultura tradicional allí; los chinos lo describen con el bonito nombre de “virtud tradicional”. En Occidente, sin embargo, sobre todo en países como Estados Unidos y Canadá, si capturas de inmediato a un ladrón tras verlo robar algo y esperas a que la policía vaya a arrestarlo, eso está mal, supone quebrantar la ley. Esto es porque solo eres un ciudadano corriente y no eres un agente de la ley, no tienes derecho a arrestar a nadie; solo la policía lo tiene. Cuando ves a un ladrón robando algo, puedes denunciarlo a la policía, pero tú mismo no puedes arrestarlo. Si arrestas a un ladrón al azar, estás actuando de manera ilegal; esta es la ley en Occidente. No es apropiado practicar la “virtud tradicional” del pueblo chino en Occidente; allí cuentan con sus propias leyes. Si ves a alguien que se cae en la calle en un país occidental, ¿qué estipula la ley? Debes acercarte y preguntarle: “¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?”. Si la persona dice que no necesita ninguna ayuda, puedes irte. Si ves a alguien caerse, pero no le preguntas si está bien ni lo compruebas y te limitas a seguir tu camino, estás quebrantando la ley. Si te encuentras con una situación así en China, puede que se trate de un fraude, y no pasará nada si lo ignoras. Si preguntas: “¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?”, puede acabar suponiéndote un problema, esa persona podría timarte y ya te puedes olvidar de volver a tener una buena vida. ¿Qué os dicen estos dos asuntos? La educación en diferentes países y entre distintas razas es totalmente diferente, al igual que los entornos y sistemas sociales y, por supuesto, las leyes y preceptos. En lo que respecta al trabajo de los asuntos externos, por un lado, la gente que cumple con este deber necesita entender con precisión las leyes, preceptos y provisiones relacionadas con el trabajo de la iglesia y, por otro lado, debería además propagar algún conocimiento común de la vida o provisiones legales que los hermanos y hermanas han de saber. Por tanto, la casa de Dios posee las organizaciones del trabajo relativas a este aspecto del trabajo, las cuales requieren que aquellos que lo desempeñan consulten siempre primero las leyes relevantes y los preceptos del gobierno en cualquier cosa que hagan. En especial, al encontrarse con problemas difíciles de resolver, deben consultarlos con un abogado y no emitir sus propios juicios a ciegas ni formular soluciones conformes al pensamiento y lógica del pueblo chino; esta es una manera necia e ignorante de actuar. Una vez que entiendes estas cosas, debes entonces conocer la importancia del trabajo de los asuntos externos, qué resultados se supone que han de lograr, así como hasta qué punto es necesario para la casa de Dios realizar estas organizaciones del trabajo. El alcance de este aspecto del trabajo no es muy grande, así que en la mayoría de las circunstancias solo basta con hacer que el personal involucrado en esta labor posea un claro entendimiento de sus organizaciones del trabajo. Si es algo que los hermanos y hermanas han de saber, entonces ayúdalos a entenderlo y captarlo. El trabajo de los asuntos externos es también muy importante, porque no vale de nada si los hermanos y hermanas no entienden las leyes y preceptos relacionados con vivir y trabajar en el extranjero. La casa de Dios tiene organizaciones específicas del trabajo relativas a lo que se requiere a este respecto, y solo es necesario poner en marcha esto según las organizaciones del trabajo. Si surgen circunstancias especiales, la casa de Dios creará algunas soluciones de emergencia. Si una labor guarda relación con el trabajo de los asuntos externos, debes consultar con el personal de asuntos externos y ver con qué organizaciones específicas cuenta la casa de Dios respecto a esta labor, no confíes ciegamente en tu imaginación ni actúes sin informarte. Eso tenderá a crear problemas, y las consecuencias serán impensables. El trabajo de asuntos externos es además una sola tarea, no es complicada, y deberías ser capaz de encontrar los asuntos de trabajo más específicos en las organizaciones del trabajo. Cuando la gente empieza a hacer trabajo de asuntos externos en el extranjero, puede parecer un tanto complicado, pero, después de llevarlo a cabo durante un tiempo, encuentras patrones y métodos y ya no parece tan complicado. Al principio, a los chinos que se fueron al extranjero los denunciaban por tirar basura, irse a la cama demasiado tarde por las noches, levantarse demasiado temprano por la mañana, molestar a la gente con el ladrido de sus perros, colgar la ropa en los balcones y aparcar mal; los denunciaban por muchas cosas. Al final, recibieron muchas denuncias, la policía siempre venía a llamar a su puerta para orientarlos, y solo pasado un largo tiempo se dieron cuenta de que estaban en el extranjero y no en China. Poco a poco, se pusieron alerta, llegaron a ser algo conscientes de la ley y a entender algunas de las reglas sobre la vida, el trabajo, la conducción y demás. Cuando el pueblo chino salió al extranjero por primera vez, solo entendía algo de etiqueta básica relativa a cómo comportarse y no tenía el conocimiento por sentido común de la mayoría de los asuntos legales; eran igual que animales salvajes, sin ser conscientes de la ley en absoluto. Pasados unos años, adquirieron algo de conocimiento y entendieron algunas reglas, como si los hubieran domesticado, y mejoraron un poco.
IX. El bienestar de la iglesia
Aspecto nueve, el bienestar de la iglesia. La casa de Dios ha realizado con anterioridad organizaciones del trabajo respecto al bienestar de la iglesia y, si aquellos que hacen su deber a tiempo completo o sus familias necesitan ayuda para subsistir, los líderes de la iglesia deben resolver este problema. En estas organizaciones del trabajo se puede encontrar la puesta en marcha específica de planes y principios, y la casa de Dios ha provisto enunciados y estipulaciones específicos. La iglesia debería aportar asistencia y soluciones para los hermanos y hermanas encarcelados por su creencia en Dios y que suponen penurias a la vida diaria de sus familias, los padres que hacen sus deberes durante largos periodos fuera de casa y no tienen a nadie que cuide de sus hijos, los hermanos y hermanas enfermos que han hecho su deber durante muchos años, y otras dificultades semejantes. Hay una circunstancia especial relacionada con este aspecto del trabajo, y es cuando determinadas familias cumplen las condiciones para acoger a los hermanos y hermanas en sus casas, pero no tienen una fuente de ingresos. ¿Cómo se deberían manejar entonces los gastos de los hermanos y hermanas anfitriones? Esto corresponde al trabajo del bienestar de la iglesia. Las estipulaciones relativas a esto se pueden encontrar en las organizaciones del trabajo, o los líderes y obreros pueden destinar de manera razonable los recursos de la iglesia de acuerdo con la situación local para llevar a cabo el trabajo de acogida; la iglesia cuenta con estipulaciones específicas para todas estas cosas. Si aparecen de repente algunas circunstancias especiales fuera del alcance de estas estipulaciones específicas, entonces los líderes y obreros pueden compartir y debatir el asunto, y hacer arreglos concretos y razonables basados en los estándares normales de vida de esa localidad. Aunque este no sea un aspecto del trabajo a gran escala ni sea una tarea importante, es un trabajo que recae en el ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros, y no se puede pasar por alto. Si no hay nadie que necesite apoyo ni ayuda financiera para llegar a fin de mes, entonces no hay necesidad de que los líderes y obreros hagan un esfuerzo especial para encontrar a alguien que sí. Si hay tales personas, entonces los líderes y obreros no deberían evitarlas, y mucho menos deberían ignorarlas, permanecer impasibles o hacer como si no las ven. Deberían comportarse de acuerdo con los principios; esta es su responsabilidad.
X. Planes de emergencia
Aspecto diez, planes de emergencia. Los planes de emergencia abordan cuestiones especiales que surgen en cualquier parte de la obra de la casa de Dios. Con independencia de si aparecen problemas que necesitan solución urgente en el trabajo evangélico, administrativo o profesional, o si se está manejando un caso que involucre a los anticristos o los falsos líderes, o si se está discerniendo alguna situación especial donde se ha desorientado a la gente, todo esto pertenece a la categoría de planes de emergencia. Por ejemplo, si alguien causa trastornos y perturbaciones, o si un anticristo está siendo arbitrario y dictatorial e intentando fundar su propio reino, etcétera, en cuanto la casa de Dios descubre que merece la pena crear una organización del trabajo para planes específicos relativos a una de estas situaciones, se comunicará por escrito de la manera correspondiente. Los planes de emergencia se basan en ciertas situaciones de urgencia que se dan en la iglesia en ese momento, y lo Alto crea unas organizaciones del trabajo específicas de acuerdo con la gravedad de las circunstancias, y luego las transmite y las comunica. El plan específico puede guardar relación con cualquier aspecto del trabajo que los líderes y obreros deberían hacer, mientras que lo Alto lo disponga y les requiera a los líderes y obreros que lo pongan en marcha, tras lo que estos deben transmitirlo y ponerlo en marcha de acuerdo con las organizaciones del trabajo de lo Alto. No deben ser frívolos respecto a estas. Cuando lo Alto hace esta clase de organizaciones del trabajo, no es menos que cualquier trabajo administrativo ni que cualquier trabajo profesional específico. Aunque estas organizaciones del trabajo solo sean temporales, de igual modo los líderes y obreros deberían transmitirlas, comunicarlas, ponerlas en marcha y hacer seguimiento de ellas como con las organizaciones del trabajo corrientes, y luego informar y reportar a lo Alto; esta es la responsabilidad de los líderes y obreros. Los planes de emergencia no están enfocados a ningún aspecto del trabajo en particular, es decir, en cualquier momento lo Alto asignará una tarea, hará un requerimiento o les dará una organización del trabajo a los líderes de todos los niveles en todas las zonas, y los líderes y obreros no deben ignorar esta clase de trabajo. Dado que se trata de organizaciones del trabajo y se transmiten para todos los líderes de todos los niveles y de todas las zonas, se trata de trabajo que recae dentro del ámbito de las responsabilidades de los líderes y obreros. Los líderes y obreros no deben permanecer inactivos ni clasificar el trabajo en términos de alcance, ni en términos de si es un trabajo que les corresponde o no, ni especular sobre el tono y la urgencia de lo Alto en las organizaciones del trabajo para determinar si las ponen en marcha en el momento oportuno. Tales cosas no deberían ocurrir, sino que los líderes y obreros deberían llevar a cabo el trabajo igual que harían con cualquier otra labor normal, y completarlo al tiempo que lo tratan como una tarea y una comisión importante; esta es la responsabilidad de los líderes y obreros. Hay planes de emergencia en circunstancias especiales, y este es un trabajo que se lleva a cabo en contextos especiales. Cuando suceden ciertas cosas específicas y especiales, lo Alto usará estos contextos y acontecimientos para que los líderes y obreros o los hermanos y hermanas se sirvan de esta oportunidad para llegar a discernir a las personas y las cosas por medio de la verdad de manera más práctica, aprender a desentrañar a las personas y las cosas y alcanzar un mayor entendimiento de la verdad. Esto se hace con el propósito de permitir a las personas discernir a los falsos líderes y a los anticristos. Aparte de esto, se hace para permitir que los hermanos y hermanas cuenten con un entorno tranquilo, apropiado y sin molestias para su vida de iglesia. A otro respecto, se hace para capacitar a las personas para que aprendan diversas lecciones de manera oportuna y reciban formación; después de formarse una vez de esta manera, la gente hará un tremendo progreso en sus vidas. Esta es una manera en la que lo Alto forma a los líderes y obreros de todos los niveles y a los hermanos y hermanas, en particular a aquellos que persiguen la verdad. No existe malicia en ello, lo Alto no atormenta a las personas ni hace una montaña de un grano de arena. Aunque se trata de planes de emergencia, que son una organización del trabajo temporal, todos son significativos y valiosos, y espero que los líderes y obreros de todos los niveles y los hermanos y hermanas puedan entender esto y abordarlos de manera correcta.
Hemos enumerado un total de diez aspectos de las organizaciones del trabajo, y ahora básicamente he terminado de hablar sobre ellos. No he hablado sobre ellos en gran detalle, apenas el suficiente para permitiros entender y comprender qué son exactamente las organizaciones del trabajo y qué trabajo específico hace la casa de Dios. Por otra parte, esto os ha permitido entender lo que está haciendo Dios exactamente en la iglesia y entre aquellos que ha escogido a través de estos aspectos concretos. La obra de la casa de Dios no consiste en dedicarse a un negocio, a la política o a los derechos humanos, ni consiste en participar en cualquier actividad comercial; los aspectos del trabajo que hace la casa de Dios son los que se encuentran en las organizaciones del trabajo. Y, por tanto, algunos partidos en el poder y algunas instituciones sociales siempre rastrean, indagan e investigan qué pasa con la Iglesia de Dios Todopoderoso, y tal vez al inspeccionar esto, al ver los vídeos y páginas web de la casa de Dios, han confirmado que la Iglesia de Dios Todopoderoso es una fe auténtica y no está involucrada en las actividades políticas de ningún país. La Iglesia de Dios Todopoderoso ha sufrido la frenética represión y los ataques del PCCh durante muchos años y sin embargo continúa predicando el evangelio y da testimonio de Dios, y ha subido a internet las palabras de Dios, la verdad y toda clase de vídeos de testimonios, con lo que le ha acarreado grandes y numerosos beneficios a la sociedad humana y ha corroborado por completo que Dios expresa constantemente la verdad y salva a la especie humana en los últimos días. Siguen investigando sin parar, ¿y qué resultado obtienen de su investigación? ¿Acaso no se decepcionan terriblemente? Incluso reflexionan sobre qué provecho pueden sacar de ponerle la etiqueta de “secta” a nuestra iglesia, y de catalogarla como antipartido y antiestado. Sin embargo, ahora ven que no pueden hacer esto; a juzgar por las organizaciones del trabajo que ha dictado la iglesia a lo largo de los años, no tienen manera de endosarle estas etiquetas a la iglesia, y toda su investigación ha sido en vano. Esto es igual que cuando los judíos estudiaron al Señor Jesús en aquellos días. Los escribas, los fariseos y los funcionarios superiores del gobierno estudiaron lo que dijo e hizo el Señor Jesús y se dieron cuenta de que nada de lo que hacía iba en contra de la ley ni era político, que todo lo que decía y hacía el Señor Jesús era correcto, era la verdad, y estaba en total conformidad con las escrituras, así que al final les supuso una decepción. El mundo religioso ve ahora que la casa de Dios está produciendo cada vez más películas y vídeos de testimonios vivenciales, y en particular los libros y recitales de las palabras de Dios están aumentando en número, ¿y qué piensan de ello entonces? ¡Si no son capaces de ver que todas estas cosas provienen de Dios, es que de veras son increíblemente necios! Aquello que proviene de Dios debe prosperar, este es el resultado de la obra del Espíritu Santo, y nadie puede ocultarlo. Ahora las palabras de Dios se han propagado por todo el mundo y las verdades que Él expresa se presentan ante toda la especie humana; la aparición de Dios y Su trabajo fluyen hacia delante con potencia, ninguna nación o fuerza puede oponerse. ¡El gran dragón rojo ya está plenamente humillado y derrotado! Por mucho que el mundo religioso condene la obra de Dios, no es capaz de resistirse a ella y, al final, solo puede ser descartado y ahogado por su torrente.
Ahora he terminado de hablar sobre los aspectos de las organizaciones del trabajo. ¿Acaso lo que he compartido no es todo el trabajo que hace la casa de Dios? Este trabajo es lo que veis con vuestros ojos, lo que oís con vuestros oídos, y lo que experimentáis y apreciáis en persona, no tiene nada de confidencial. El gran dragón rojo tiene todas las organizaciones del trabajo de todos estos años; las que poseen son numerosas y minuciosas. La estudian a diario y no paran de hacerlo hasta que al final llegan a esta conclusión: “Si estas personas difunden las palabras de Dios y dan testimonio de Su obra constantemente de esta manera, ¡eso será terrible! Hay que exterminarlas a todas y no deben librarse ni aunque huyan al extranjero”. Como ves, los diablos no son iguales que la gente corrupta corriente; se opondrán a Dios hasta sus últimas consecuencias. Si la gente corrupta corriente ve los testimonios de la iglesia, puede entenderlos, piensa que son razonables y no participará en ninguna persecución. Satanás y los diablos, sin embargo, no son así. Cuando te ven seguir a Dios y dar testimonio de Él, te odian, quieren matarte y no te permiten vivir. Si no haces lo que dicen ni los veneras, nunca habrán acabado contigo ni te permitirán vivir. Te acecharán hasta la muerte allá donde vayas; no te dejarán escapar ni aunque te marches a los confines de la tierra. Esto es lo que hace el gran dragón rojo. Esta es la perversidad de Satanás, y es diferente a las personas corruptas corrientes. Has de tener claro este punto.
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.