Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I) Parte 4
¿Cuál es la principal manifestación de la perversidad de un anticristo? Que sabe de sobra lo que está bien y lo que es conforme a la verdad, pero llegado el momento de hacer algo, solo elegirá aquello que vulnere los principios y que vaya en contra de la verdad, y que satisfaga sus propios intereses y su posición: esta es la principal manifestación del carácter perverso de un anticristo. Por muchas palabras y doctrinas que entienda, por muy complaciente que sea el lenguaje que utilice en los sermones o por mucho que a otras personas les parezca que tiene entendimiento espiritual, cuando hace algo, solo elige un principio y un método, que es el de ir en contra de la verdad, el de proteger sus propios intereses y el de resistirse a la verdad hasta el final, al cien por cien: este es el principio y el método según el cual elige actuar. Además de todo esto, ¿cuál es exactamente el Dios y la verdad que se imagina en su fuero interno? Su actitud hacia la verdad es simplemente la de querer ser capaz de hablar sobre ella y predicarla y no la de querer ponerla en práctica. Se limita a hablar sobre la verdad y quiere que el pueblo escogido de Dios lo tenga en gran estima y aprovechar esta circunstancia para ocupar la posición de líder de iglesia y lograr su propósito de dominar al pueblo escogido de Dios. Se sirve de predicar la doctrina para alcanzar sus fines; ¿acaso no es esto despreciar y pisotear la verdad y burlarse de ella? ¿Acaso no ofende al carácter de Dios al tratar la verdad así? Tan solo la utiliza. En su corazón, la verdad es un eslogan, algunas palabras elevadas que él puede usar para desorientar a la gente y ganársela y que pueden satisfacer el ansia de cosas maravillosas de las personas. Piensa que no hay nadie en este mundo que pueda practicar o vivir la verdad, que las cosas no son así, que esto es imposible y que la verdad solo es aquello que todo el mundo reconoce y que es factible. Aunque hable sobre la verdad, en su corazón no reconoce que lo es. ¿Cómo comprobamos esta cuestión? (No practica la verdad). Nunca la practica; este es un aspecto. ¿Y cuál es otro aspecto importante? Cuando se encuentra en determinadas situaciones de la vida real, la doctrina que entiende nunca es factible. Parece como si realmente tuviera entendimiento espiritual, y predica una doctrina tras otra, pero cuando se encuentra con problemas, sus métodos están distorsionados. Aunque es incapaz de practicar la verdad, lo que hace al menos debe estar en consonancia con las nociones y figuraciones humanas y con las normas y gustos humanos, y debe al menos pasar el examen de los demás. De este modo, su posición se mantendrá estable. No obstante, en la vida real, las cosas que hace están increíblemente distorsionadas, y puede verse a simple vista que no entiende la verdad. ¿Por qué no la entiende? En su corazón, siente aversión por la verdad, no la reconoce, disfruta haciendo cosas según las filosofías satánicas, siempre quiere resolver los asuntos mediante métodos humanos y, si puede convencer a otros y ganar prestigio al hacerlo de esta manera, eso ya le basta. Si un anticristo oye a alguien predicar una teoría vacía cuando va a algún lugar, se entusiasma, pero si ahí hay alguien que predica la realidad-verdad y entra en detalles como los diversos estados de la gente, siente que el orador lo critica y que le apuñala en el corazón, de modo que le repugna y no quiere oírlo. Si le piden que hable sobre su estado reciente, si ha hecho algún progreso y si tuvo problemas para cumplir su deber, no tiene nada que decir. Si continúas hablándole sobre este aspecto de la verdad, se duerme; no disfruta al oírlo. También hay algunos que parecen interesados cuando charlas con ellos, pero en el momento en el que oyen a alguien compartir la verdad, se esconden en un rincón y echan una cabezada; no aman la verdad en absoluto. ¿Hasta qué punto no la aman? Por decirlo suavemente, no les interesa la verdad y les basta con ser mano de obra; hablando en serio, sienten aversión por la verdad, les repugna de manera particular y no pueden aceptarla. Si este tipo de persona es un líder, se trata de un anticristo; si es un seguidor corriente, se mantiene en la senda de los anticristos y es su sucesor. Desde fuera, parecen inteligentes y dotados, con cierto potencial, pero su esencia-naturaleza es la de un anticristo; eso es así. ¿En qué se basan estos juicios? Todos ellos se basan en la actitud de estas personas hacia la verdad y las cosas positivas. Este es el aspecto relacionado con el acercamiento de las personas a la verdad. El otro aspecto es que, en muchas ocasiones, las personas no afrontan directamente la verdad, algunas cosas no guardan relación alguna con la verdad, la gente es incapaz de pensar en qué aspecto de la verdad está involucrado y, por tanto, ¿a quién se encaran directamente estas personas? El Único a quien se encaran directamente es a Dios. ¿Y cómo tratan a Dios estas personas? ¿En qué manifestaciones muestran sus actitudes perversas? ¿Practican una oración y una comunión reales con Dios? ¿Tienen una actitud honesta? ¿Tienen una fe verdadera? (No). ¿Confían de veras en Dios y se encomiendan realmente a Él? ¿Temen de verdad a Dios? (No). Todo esto son cuestiones prácticas y no son en absoluto comentarios o tópicos vacíos. Si no llegas a entender que estas palabras son prácticas, no tienes entendimiento espiritual. Dejadme que os ponga un ejemplo de las manifestaciones de este tipo de personas. En las reuniones, algunos aprietan los puños, hacen juramentos y dicen: “¡No me casaré en la vida, dejaré mi trabajo, lo abandonaré todo y seguiré a Dios hasta el final!”. Cuando han terminado de vocear y se disponen a entregarse a Dios, meditan: “¿Cómo puedo recibir más bendiciones de Dios? Tengo que hacer algo que sea evidente para Él”. No obstante, oyen que Dios dice que no ama a las personas como ellos y piensan: “Y ahora, ¿qué voy a hacer? Me distanciaré de Dios para que Él no pueda verme”. ¿Qué estado es ese? (Cauteloso). Se apartan de Dios para protegerse de Él. ¿Y qué carácter reside en su ánimo de protección? La perversidad. Siempre se protegen de Dios cuando hacen cosas, temen que Él los desenmascare y no aceptan Su escrutinio; ¿es esto creer en Dios? ¿Acaso no es resistirse a Él? Se trata de un estado muy negativo, no es normal. Aunque todavía pueden seguir comiendo y bebiendo las palabras de Dios, en el instante en el que oyen a Dios proferir palabras para juzgar y poner al descubierto a la gente, huyen o bien se apresuran a fingir y encontrar alguna forma de compromiso para cubrirse las espaldas. Se esfuerzan por ocultarse y hacen todo lo posible para mostrarse evasivos y protegerse, a la vez que en su corazón luchan contra Dios. No buscan las intenciones de Dios ni la verdad en lo que hacen. Por el contrario, quieren aparentar aún más que pueden aceptar la verdad y someterse a Dios sin quejarse, intentando ganarse la aprobación de todos a través del fingimiento y de la falsedad. Por lo que respecta a lo que dice Dios, a lo que Él requiere de estas personas y a cómo las evalúa y define, a ellos no les importan estas cosas ni quieren saberlas. No tienen nada claro en el corazón quién es Dios exactamente, sino que, por el contrario, todo son imaginaciones y juicios. Cuando Dios hace algo que no concuerda con sus nociones, lo condenan en su corazón. Aunque dicen que creen en Dios, tienen el corazón lleno de dudas. Este es el carácter perverso de la gente.
Algunos anticristos intentan a menudo verificar a Dios. Se anticipan a los hechos, observan la situación y dan otro paso; dicho de una manera sencilla, podría decirse que su actitud consiste en “esperar a ver”. ¿Qué significa “esperar a ver”? Dejadme que os ponga un ejemplo. Supongamos que alguien deja el trabajo y ora ante Dios: “Oh, Dios, ya no tengo trabajo. Espero que me sustentes en el futuro. Lo pongo todo en tus manos. Dedico mi vida a ti”. Una vez que ha terminado de orar, espera a ver si Dios le concede alguna bendición, si Él le hace alguna revelación sobrenatural o le ofrece una gracia superior o si al menos consigue y disfruta más que cuando realizaba su trabajo en el mundo. Esto es verificar a Dios. ¿Qué representan esta oración y esta dedicación? (Son una transacción). ¿Acaso no hay un carácter perverso en esta transacción? (Sí). Su planteamiento consiste en echar la bola a rodar ofreciendo un incentivo modesto con el fin de atraer una contribución más valiosa pidiendo gracia y bendiciones a Dios; este es su propósito. Alguien dice: “La situación en China es terrible. El tema de los arrestos que practica el gran dragón rojo está empeorando cada vez más. Incluso es peligroso que se reúnan dos personas o una familia de cuatro miembros. Dadas las circunstancias, es muy peligroso creer en Dios en China. Si algo fuera realmente mal, ¿nos salvaríamos? ¿No creeríamos en vano?”. Llega a pensar: “Tengo que encontrar una manera de marchar del país. Cuando la situación era buena en el pasado, ambicionaba la vida fácil y el confort y no quería irme de China. Era maravilloso reunirme con la familia y también podía creer en dios y recibir bendiciones; todo era bueno para todo el mundo. Ahora, las cosas van mal, han llegado los desastres y debo apresurarme a marchar de China. Puedo seguir cumpliendo mi deber cuando haya dejado el país; de esta manera, tendré la oportunidad de conseguir bendiciones”. Al final, huye del país. ¿Qué es esto? Es oportunismo. Todo el mundo puede ser calculador y tener una mentalidad transaccional; ¿acaso no es esto perverso? ¿Hay gente así entre vosotros? En su corazón, esta persona dice: “Si me acosan en el mundo, mis padres y familiares pueden protegerme. Si me arrestan por creer en dios, ¿me mantendrá él a salvo? Parece que es difícil saberlo seguro. Así pues, ¿qué debería hacer si no puedo estar seguro? Sin duda alguna, mis padres no serían capaces de protegerme. Cuando arrestan a alguien por creer en dios, la gente corriente no tiene medios para rescatarlo; si no puedo soportar las crueles torturas y tormentos a manos del gran dragón rojo y me convierto en un Judas, ¿acaso no arruinaré mi insignificante vida? Será mejor que me vaya del país y crea en dios en el extranjero”. ¿Hay alguien que piense así? Debe haberlo, ¿verdad? Por tanto, ¿hay alguien que diga: “Nos denigras; nosotros no hemos pensado eso”? Definitivamente, la gente así no es una minoría y, con el tiempo, lo verás y lo entenderás.
¿Cuáles son las principales características de la perversidad de los anticristos? La primera es que no reconocen las cosas positivas ni que existe algo como la verdad y piensan que sus falacias heréticas y sus cosas negativas perversas son la verdad; esta es una manifestación de la perversidad de los anticristos. Por ejemplo, algunos dicen: “Nuestra felicidad está en nuestras manos” y “Solo con poder es posible tenerlo todo”; esta es la lógica de los anticristos. Creen que con poder tendrán al lado a gente que los adulará y halagará, que les hará regalos y les dará coba, así como todo tipo de beneficios de estatus y toda clase de placeres; creen que ya nadie podrá mangonearlos ni dirigirlos y que ellos pueden mandar a otros; esta es su prioridad más importante. ¿Qué pensáis de que hagan este tipo de cálculos? ¿Acaso no es algo perverso? (Sí). Los anticristos utilizan su lógica satánica y sus falacias heréticas en lugar de la verdad; este es un aspecto de su perversidad. En primer lugar, no reconocen la verdad ni que haya cosas positivas ni la rectitud de las cosas positivas. Además, aunque algunos reconocen que hay cosas positivas y negativas en este mundo, ¿cómo se plantean las cosas positivas y la existencia de la verdad? Siguen sin amarla y la vida que han elegido y la senda que recorren en su creencia en Dios siguen siendo negativas y no se corresponden con la verdad. Solo protegen sus intereses. Tanto si algo es positivo como si es negativo, mientras sirva para proteger sus intereses, es correcto y supremo. ¿Acaso no es este un carácter perverso? Hay otro aspecto: este tipo de gente, que tiene una esencia perversa, desprecia de manera inherente la humildad y la ocultación, la lealtad y la bondad de Dios; desprecia de manera inherente estas cosas positivas. Por ejemplo, fijaos en Mí: ¿acaso no soy una persona totalmente corriente? Lo soy, ¿por qué no os atrevéis a decirlo? Yo mismo reconozco que soy corriente. Nunca he pensado que Yo fuera extraordinario ni fabuloso. Solo soy una persona corriente; siempre he reconocido este hecho y me atrevo a afrontarlo. No quiero ser ningún superhumano ni una persona maravillosa; ¡eso sería agotador! Algunos menosprecian la persona corriente que soy y tienen nociones sobre Mí. Cuando comparecen ante Mí aquellos que creen realmente en Dios, siguen viniendo con cierta devoción, al margen de Mi aspecto exterior. Otros, a pesar de hablarme con mucha educación, muestran una actitud despectiva hacia Mí en su corazón, y puedo asegurarlo por su tono de voz y su expresión corporal. Aunque a veces parecen muy respetuosos, les diga lo que les diga, siempre responden con un “No” y niegan lo que digo. Por ejemplo, si comento que hoy hace mucho calor, responden: “No, no es cierto. Ayer sí que hizo mucho calor”. Niegan lo que digo, ¿verdad? No importa lo que les digas, siempre lo niegan. ¿Acaso no hay gente así por ahí? (La hay). Si digo: “La comida está salada hoy. ¿No lleva demasiada sal o salsa de soja?”, contestan: “Nada de eso. Le han echado demasiado azúcar”. Diga lo que diga, lo niegan, de modo que me callo, porque no nos ponemos de acuerdo y hablamos idiomas distintos. Otros, cuando me oyen hablar sobre la fe en Dios, dicen: “Eres un experto en este tema, así que te escucharé”. Si hablo un poco sobre algo externo, ya no quieren escuchar, como si no supiera nada sobre las cosas externas. Está bien que no quieran prestarme atención, quiero estar tranquilo. No me hace falta que me presten atención, me limito a hacer lo que debería hacer. Tengo Mis responsabilidades y Mi estilo de vida. Dime, ¿qué demuestran estas actitudes de la gente? Todos ven que no parezco una persona ni fenomenal ni competente y que hablo y actúo como alguien corriente, de modo que piensan: “¿Cómo es que no eres como dios? Mírame. Si yo fuera dios, lo más probable es que fuera como él”. No se trata de ser o no ser como Dios. Eres tú quien pides que Yo sea como Dios; nunca dije que fuera como Él ni quise ser como Él; solo hago lo que debería hacer. Si voy a un lugar y algunos no me reconocen, no pasa nada, ya que eso me ahorra problemas. Ya ves, el Señor Jesús habló y obró mucho en Judea en aquel entonces, y al margen de las actitudes corruptas que tuvieran los discípulos que lo siguieron, su actitud hacia Él fue la del hombre hacia Dios: una relación normal. Sin embargo, algunos dijeron del Señor Jesús: “¿Acaso no es el hijo de un carpintero?”, e incluso otros que lo siguieron durante mucho tiempo albergaron esta actitud en todo momento. Esto es algo a lo que el Dios encarnado suele enfrentarse al convertirse en un ser humano normal y corriente y ocurre a menudo. Algunos se entusiasman cuando me ven por primera vez y, al marcharme, se postran y lloran, pero esto no se produce en una interacción normal, y la mayor parte del tiempo tengo que soportarlo. ¿Por qué tengo que aguantarlo? Porque algunos son estúpidos, otros no pueden ser refinados, otros son necesarios como servidores y otros hacen oídos sordos a toda razón. Por eso, en ocasiones, tengo que soportarlo y otras veces no puedo permitir que ciertas personas se me acerquen; esta gente es demasiado repugnante y tiene un carácter antagónico. ¿Cuán antagónico? Por ejemplo, si veo un perrito encantador y digo: “Llamémoslo Huamao”, ¿qué actitud tiene la mayoría de la gente hacia este nombre? Solo es un nombre y, en vista de que fui el primero en proponerlo, así se llamará el perro; es una cuestión muy normal. Ciertos individuos con un carácter antagónico no lo llamarán con ese nombre y dirán: “¿Qué tipo de nombre es Huamao? Nunca he oído que llamen Huamao a un perro. No lo nombremos así, deberíamos ponerle un nombre inglés”. Respondo: “No soy muy hábil eligiendo nombres en inglés, así que llamadlo como queráis y respetaré vuestra decisión”. ¿Por qué respetaré su decisión? Es una cuestión de poca importancia, de modo que ¿por qué discutir al respecto? Algunos no ceden y, por el contrario, deben discutir sobre estas cosas. El hecho de que Yo ceda no significa que crea haberme equivocado; solo es el principio por el que me comporto y actúo. Si no discuto contigo, no quiere decir que te tenga miedo. No discuto, pero sé en el corazón que eres un incrédulo y preferiría tener tratos con un perro antes que con gente como tú. Aparte de aquellos pocos con los que debo interactuar en el ámbito de Mi círculo personal, la gente con quien tendré tratos son hermanos y hermanas, los miembros de la casa de Dios; este es Mi principio. No interactúo ni siquiera con un solo no creyente; no me hace falta hacerlo. No obstante, si hay incrédulos en la casa de Dios que son amigables con la casa de Dios, pueden ser amigos de la iglesia. Tanto si ayudan a la iglesia como si llevan a cabo algún proyecto o gestionan algún asunto para la iglesia, esta puede darles cabida, pero no tendré tratos con ellos como los tengo con los hermanos y las hermanas; estoy muy ocupado con Mi trabajo y no tengo tiempo para encargarme de estos temas. Algunos que han creído en Dios durante varios años deberían tener algún concepto de la obra de Dios, del Dios encarnado y del hecho de que Él salva a la gente; sin embargo, no tienen un corazón temeroso de Dios en absoluto. Son iguales que los no creyentes y no han cambiado para nada. Decidme, ¿qué son estas personas? Son diablos natos, los enemigos de Dios. Cuando la asociación con gente satánica y diabólica se hace más profunda, todo se convierte en una calamidad y un desastre.
En vuestras vidas cotidianas, todos podéis apreciar que, al margen del grupo de gente al que te unas, siempre habrá alguien a quien no le gustes y, aunque no lo provoques ni lo contraríes, hablará mal de ti, te juzgará y te difamará. No tienes ni idea de lo que ha ocurrido; aun así, no le gustas, no se lleva bien contigo y quiere acosarte; ¿cuál es la situación? No sabes qué has hecho para disgustarlo, pero él te importuna por alguna razón desconocida. ¿Hay gente malvada de este tipo? (Sí). Son tus adversarios, y solo se puede explicar de esta manera. Antes de que incluso interactúes con ellos, sienten una antipatía inmediata hacia ti y piensan en cómo pueden perjudicarte; ¿acaso no son tus implacables adversarios? (Sí, lo son). ¿Puedes llevarte bien con un adversario implacable? ¿Puedes recorrer la misma senda? Sin duda, no. Así pues, ¿discreparías de este tipo de personas y discutirías con ellas? (No, no lo haría). ¿Por qué no? Porque hacen oídos sordos a toda razón. Algunos sienten una aversión y una repulsión inherentes por las cosas positivas, correctas y que, comparativamente, son buenas en la humanidad; es decir, las cosas positivas que la gente más bien anhela y quiere; un carácter claro que tienen las personas de este tipo es la perversidad: es gente perversa. Por ejemplo, un hombre busca novia y piensa: “Tanto si es fea o hermosa, mientras sea virtuosa y buena y nos llevemos bien, con eso basta. Sobre todo si es una mujer con humanidad y fe, no importa si soy rico o pobre, feo o guapo, o si enfermo, ella estará comprometida por completo a estar conmigo”. La gente decente suele tener esta opinión. ¿A qué clase de personas les desagrada esta idea o la desaprueban? (Los perversos). Dime, pues, ¿qué opina la gente perversa? ¿Cómo reacciona al oír estas palabras? Te mira con desdén y dice: “Idiota. ¿En qué era vivimos? ¿Y tú buscas a alguien así? ¡Deberías buscar a una mujer rica y bella!”. Los hombres corrientes se casan con mujeres decentes y virtuosas y viven juntos de una manera digna y adecuada en una familia unida y feliz; viven limpiamente. ¿Piensan así las personas perversas? (No). Dicen: “En este mundo de hoy en día, ¿se puede seguir llamando hombre a un hombre que no haya tenido al menos diez novias y varias esposas? ¡Si no ha sido así, vaya vida más desaprovechada!”. Todos piensan así. Les dices: “Encuentra a una mujer decente, virtuosa y buena y, en especial, que tenga humanidad y fe”, ¿les resulta esto aceptable? (No). Te miran con desprecio y dicen: “¡Eres tan tonto! En el mundo actual nadie se preocupa por los asuntos de los demás todo el mundo vive liberado y libre. Sobre todo cuando te marchas de China y vas a Occidente; hay más libertad incluso y nadie te vigila. ¿Por qué eres tan duro contigo mismo? ¡Eres un bobo!”. Esta es la idea que tienen. Por tanto, ¿cómo se sienten cuando les hablas sobre cosas positivas, sobre las cosas positivas más maravillosas del hombre que corresponden a la verdad y la rectitud? Eso les repugna y te maldicen en su corazón. Una vez que sepan que tú eres este tipo de persona, su corazón se pondrá en guardia y te evitarán. Las personas de tipos diferentes no siguen la misma senda. Saben que sientes repulsión por las personas como ellas y menosprecian a la gente como tú en su fuero interno. No quieren hablar contigo sobre cómo se ponen elegantes y tontean con los demás. Temen que compartas la verdad con ellas e intentes hacer que sigan la senda correcta y eso les repugna por completo; en otras palabras, en lo más hondo del corazón, menosprecian todas las cosas positivas. Por tanto, si os encontráis con gente así cuando prediquéis el evangelio, no se lo podéis predicar. Aun en el caso de que lo hagáis y alguno llegue a creer, seguirá siendo un anticristo y no se podrá salvar. ¿Por qué podéis estar ahí sentados y escuchar Mi sermón? ¿Acaso no es porque amáis un poco la verdad en el corazón? Siempre y cuando tengáis al Espíritu Santo obrando en vosotros mientras os hablo, os sentiréis hondamente conmovidos y motivados y desearéis comprometeros, sufrir y esforzaros en la búsqueda de la rectitud, la verdad y la salvación. En el momento en el que los perversos oyen a alguien hablar de esforzarse por la rectitud, la verdad y Dios, sienten que estas palabras están vacías, que son eslóganes y que no se pueden comprender y discriminan a quien las expresa. Por tanto, si os cruzáis con estas personas perversas, no compartáis nada con ellas, ya que no sois de la misma clase de personas, mantened la distancia. Cuando me encuentro con alguien así y veo que tiene esta actitud hacia Mí y habla con cierto tono de voz, ¿debería podarlo y regañarlo? (No, no es necesario). No hace falta prestarle atención ni responderle. ¿Podrías cambiarlo si lo hicieras? No puedes cambiarlo. Tan solo apártalo a un lado y olvídalo; este tipo de personas no creerán en Dios durante mucho tiempo. Uno: no aman la verdad; dos: les repugnan las cosas positivas; tres: discriminan a Dios y tienen por Su carácter y por todo lo que es adorable en Él la menor consideración y el mayor desprecio; estas cosas determinan que Dios nunca las salvará. No importa dónde se encuentre esta gente, si es ingenua o traidora, el hecho de que tenga estas manifestaciones determina que hay cierta perversidad en su carácter, sin duda alguna.
Siempre que un anticristo ejerce su control, la vida de la iglesia y los resultados que logre el pueblo escogido de Dios al cumplir sus deberes no serán buenos y la obra de la casa de Dios se verá obstruida, de modo que si no se pone arreglo y se expulsa a los anticristos, la obra de la iglesia sufrirá grandes pérdidas y se verán perjudicados muchos miembros del pueblo escogido de Dios. Ante todo, los falsos líderes no pueden realizar un trabajo real y, cuando se ocupan de asuntos generales, progresan de manera lenta e infructuosa. Además, no saben cómo cultivar ni usar a la buena gente con calibre adecuado que persigue la verdad. ¿Y qué podemos decir de los anticristos? Cuando un anticristo ejerce su control, actúa solo por su fama, ganancia y estatus, no hace ningún trabajo real en absoluto y, trastorna y perturba directamente la obra de la iglesia; en concreto, se dedica a destruir y no se diferencia de Satanás para nada. Si un anticristo ve a alguien que ama y persigue la verdad, se siente incómodo. ¿De dónde proviene este malestar? De su carácter perverso; es decir, en su naturaleza hay un carácter perverso que odia la rectitud, las cosas positivas y la verdad y se opone a Dios. Por eso, cuando ve a alguien que persigue la verdad, dice: “No tienes mucha formación ni pareces gran cosa; aun así, persigues realmente la verdad”. ¿Qué refleja esta actitud? Esto es desprecio. Por ejemplo, algunos hermanos y hermanas tienen cierto don o aptitud especial y quieren cumplir un deber relacionado con él. En realidad, esto es adecuado por lo que respecta a sus diversas condiciones, pero ¿cómo tratan los anticristos a estos hermanos y hermanas? En su fuero interno piensan: “Si quieres cumplir este deber, primero debes hacerte amigo mío y estar de mi parte; solo entonces te permitiré cumplir este deber. De lo contrario, ¡sigue soñando!”. ¿Acaso no actúan así los anticristos? ¿Por qué les repugnan tanto a los anticristos aquellos que creen de manera sincera en Dios, que tienen cierto sentido de la rectitud y algo de humanidad y que se esfuerzan por perseguir la verdad? ¿Por qué siempre están en desacuerdo con esta gente? Cuando ven a alguien que persigue la verdad y se comporta bien, que nunca es negativo y que tiene buenas intenciones, se sienten incómodos. Cuando los anticristos ven a alguien que actúa de manera imparcial, que puede cumplir su deber según los principios y que puede poner la verdad en práctica una vez que la ha entendido, se vuelven realmente iracundos, se devanan los sesos intentando encontrar una manera de mortificar a esta gente y tratan de ponerles las cosas difíciles. Si alguien cala la esencia-naturaleza de un anticristo, descubre su insidia y su perversidad y desea ponerlas al descubierto e informar sobre ellas, ¿qué hará el anticristo? Pensará en todas las maneras posibles de deshacerse de esa molestia y de sacarse ese fastidio de encima e incitará a los hermanos y hermanas para que rechacen a esa persona. Un hermano o una hermana corrientes no tienen prestigio ni estatus en la iglesia; solo tienen cierto discernimiento de este anticristo y no representan ninguna amenaza para él. ¿Por qué, entonces, al anticristo siempre le caen mal estas personas y las tratan como si fueran una molestia y un fastidio? ¿Cómo se interponen estas personas en el mundo del anticristo? ¿Por qué no puede el anticristo adaptarse a esta gente? Porque en su interior hay un carácter perverso. No puede tolerar que alguien persiga la verdad o siga la senda adecuada. Se pone en contra de quien quiere seguir la senda correcta y, de manera intencionada, te pondrá las cosas difíciles, se devanará los sesos intentando encontrar una manera de deshacerse de ti o, si no, te oprimirá para que te vuelvas negativo y débil o encontrará tus flaquezas y las difundirá con el fin de que los demás te rechacen; y, de ese modo, será feliz. Si no lo escuchas ni haces lo que dice y continúas persiguiendo la verdad, siguiendo la senda apropiada y siendo una buena persona, se siente molesto, descontento e incómodo al ver que cumples tu deber. ¿De qué va esto? ¿Lo has disgustado? No. ¿Por qué te trata así cuando no le has hecho nada ni has perjudicado sus intereses de ninguna manera? Esto solo muestra que la naturaleza de esta clase de cosas —los anticristos— es perversa y que ellos se oponen de manera inherente a la rectitud, las cosas positivas y la verdad. Si les preguntas qué ocurre exactamente, ni siquiera lo saben; se limitan a ponerte las cosas difíciles a propósito. Si propones hacer algo de una manera, ellos tienen que hacerlo de otra; si dices que fulano no es gran cosa, ellos dicen que esa persona es fenomenal; si dices que esta es una gran manera de divulgar el evangelio, ellos dicen que es mala; si dices que una hermana que solo lleva creyendo en Dios uno o dos años se ha vuelto negativa y débil y debería recibir ayuda, ellos dicen: “No hace falta, ella es más fuerte que tú”. En resumen, siempre están en desacuerdo contigo y actúan en tu contra a posta. ¿Cuál es su principio para estar en desacuerdo contigo? El de que todo lo que digas que está bien, ellos dicen que está mal, y todo lo que digas que está mal, ellos dicen que está bien. ¿Hay algún principio-verdad en sus acciones? Ninguno en absoluto. Solo quieren ponerte en ridículo, que quedes en evidencia, hundirte y desanimarte hasta que no puedas mantener la cabeza alta, que dejes de perseguir la verdad, que te vuelvas débil y ya no creas más, y, si logran su objetivo, se alegran en el corazón. ¿Qué está pasando? Esta es la esencia perversa de la clase de personas que son los anticristos. Si ven a hermanos y hermanas que alaban a Dios y dan testimonio de Él, sin prestarles ninguna atención a ellos, ¿son felices? No, no lo son. ¿Cómo se sienten? Celosos. Por lo general, cuando alguien oye a otra persona alabar a un tercero, su reacción normal es: “Yo soy bastante bueno igualmente; ¿por qué no me alabas también?”. Tiene este pensamiento, pero cuando oye a alguien dar testimonio de Dios, piensa: “Tiene mucha experiencia, da este testimonio y todo el mundo lo aprueba. Tiene este entendimiento; ¿por qué yo no lo tengo?”. Envidia y admira a esta persona. Los anticristos tienen una característica determinada: cuando oyen a alguien que da testimonio de Dios y dice: “Esta es la acción de Dios, Su disciplina, Sus obras y Sus arreglos y estoy dispuesto a someterme”, se sienten infelices y piensan: “Dices que todo es la acción de dios. ¿Has visto cómo él gobierna sobre algo? ¿Has sentido cómo él arregla algo? ¿Cómo es que yo no sé nada de todo esto?”. Por una parte, es que ellos son como Satanás en la manera en la que él trató la aprobación de Job por parte de Dios. Los anticristos tienen la misma mentalidad que Satanás cuando Dios gana una persona; tienen el carácter de Satanás. Por otra parte, es que, si alguien entiende la verdad y es capaz de discernir a los anticristos y no los sigue, sino que los rechaza, los anticristos enloquecen y piensan: “¡No puedo ganar a esta persona de ninguna manera, por tanto la aniquilaré!”. Cuando Job se enfrentó a pruebas, Dios dijo a Satanás: “Él está en tu mano; pero guarda su vida”. Si Él no hubiera dicho esto, ¿se habría apiadado Satanás? (No). Es totalmente cierto; no se habría apiadado en absoluto.
¿Qué actitud tienen los anticristos hacia los hermanos y hermanas que persiguen y aman la verdad, hacia la gente que tiene algo de fe y cumple su deber con cierta lealtad? ¿Y qué actitud tienen hacia determinadas personas que hablan sobre experiencias vivenciales para dar testimonio de Dios y suelen compartir la verdad con los hermanos y hermanas? (Sienten celos y odio). ¿De qué depende su actitud? De su carácter perverso. Así pues, cuando sueles ver que, de manera inexplicable, oprimen, odian y hacen sufrir a ciertas personas, sabes que nadie puede cambiar el carácter perverso de un anticristo, que está profundamente arraigado y que es innato. Desde ese momento, está claro que estas personas que son anticristos no pueden alcanzar la salvación. No permiten que los hermanos y hermanas den testimonio de Dios; entonces, ¿pueden dar testimonio de Dios ellos mismos? (No). Odian tanto que otros den testimonio de Dios que llegan a rechinar los dientes; por tanto, dime, ¿pueden dar testimonio de Dios? Son absolutamente incapaces de hacerlo. Algunos dicen: “Eso no es cierto, algunos anticristos dan muy buen testimonio de Dios, y los hermanos y hermanas lloran cuando lo oyen”. ¿Qué tipo de testimonio es este? Tenéis que escuchar este tipo de “testimonio” para determinar si es un testimonio real o no. Supongamos que alguien tiene un buen trabajo y una buena familia y, conmovido por Dios, deja su trabajo y su familia y se dedica en cuerpo y alma a entregarse a Dios; aunque se siente afligido en su corazón, sin embargo, lo abandona todo. Los hermanos y hermanas le dicen: “¿No te sientes siquiera un poco débil?”. Y él responde: “Sí, un poco, pero el hecho de que yo haya sido capaz de dejar a mi familia y mi trabajo, ¿acaso no es la acción de Dios? Solía ganar mucho dinero y poseía muchos bienes. Después de empezar a creer en Dios, con el fin de cumplir mi deber entregué mis bienes a otra persona para que se ocupara de ellos”. Los otros le preguntan: “¿No has administrado tus bienes después de entregarlos a alguien? ¿Ahora ya no posees ni una parte de ellos? ¿Cómo te desprendiste de tus bienes?”. Él responde: “Fue la acción de Dios”. ¿No es esto demasiado ambiguo? (Sí). Solo son palabras vacías. Además, ¿acaso no dice cuánto gana para alardear? ¿Por qué lo explica? Porque da testimonio de la cantidad de cosas a las que ha renunciado. ¿Da testimonio de Dios? Da testimonio de su pedacito de historia “gloriosa”, del precio que ha pagado y de lo mucho que se ha esforzado en el pasado, de su gran dedicación y de que no se queja de Dios. ¿Hay alguna parte de todo esto que dé testimonio de Dios? En todas estas cosas, no habéis visto lo que Dios ha hecho, ¿verdad? No es cierto que él dé testimonio de Dios; sin duda alguna, da testimonio de sí mismo; ¡sin embargo, dice que da testimonio de Dios! ¿Acaso no es esto engañar? Finge dar testimonio de Dios para dar testimonio de sí mismo; ¿acaso no es esto hipocresía? Así, ¿por qué algunos se sienten tan conmovidos y no paran de llorar al oírlo? ¡El mundo está lleno de todo tipo de idiotas! Cuando alguien menciona que da testimonio de Dios, los anticristos tienen que hablar sobre las pequeñas tareas que han llevado a cabo, las pocas cosas a las que se han dedicado y el poco tiempo que han pasado esforzándose; a medida que pasa el tiempo, la gente deja de prestar atención y por eso deben inventarse nuevas cosas que decir; de esta manera, dan testimonio de sí mismos. Si alguien es mejor que ellos y sabe compartir mejor, aportando algo de luz de la verdad, se sienten incómodos. ¿Se sienten así porque sus esfuerzos con la verdad son inferiores a los de los demás y tienen ganas de sobresalir? No, no permitirán que nadie sea mejor que ellos, no pueden soportarlo y solo son felices cuando son mejores que los demás. ¿Acaso no es esto perverso? Si otra persona es mejor que tú y entiende la verdad mejor que tú, deberías aprender de ella; ¿acaso no es esto algo bueno? Es algo de lo que todo el mundo debería regocijarse. Por ejemplo, tenemos el caso de Job, uno de los seguidores de Dios en la historia de la humanidad. ¿Fue esto algo glorioso que ocurrió en los seis mil años de obra de gestión de Dios o fue una ignominia? (Fue algo glorioso). Lo fue. ¿Qué actitud deberías adoptar hacia este asunto? ¿Qué perspectiva deberías tener? Deberías estar feliz por Dios, celebrarlo y alabar Su poderío y el hecho de que Él ha ganado gloria; esto fue algo bueno. Fue algo muy bueno; sin embargo, a algunos incluso les repugna y lo detestan. ¿Acaso no son perversos? Para ser sincero, son perversos y esto se debe a su carácter perverso.
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