Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (I) Parte 5

El carácter de los anticristos es perverso; no solo no aceptan la verdad, sino que también pueden resistirse a Dios y establecer sus propios reinos y se oponen a Él de manera implacable; esto es un carácter perverso. ¿Tenéis algún entendimiento de las actitudes perversas? La mayoría de las personas quizá no saben cómo discernirlas, de modo que pongamos un ejemplo. Algunos suelen comportarse de una manera muy normal en circunstancias típicas: hablan e interactúan con otros con mucha normalidad, parecen individuos normales y no hacen nada malo. No obstante, cuando asisten a reuniones y leen las palabras de Dios y comparten la verdad, algunos de ellos no están dispuestos a escuchar, otros se amodorran, otros sienten aversión hacia la verdad, les cuesta soportarla y no quieren escucharla, y otros se duermen sin darse cuenta y no se enteran de nada; ¿qué ocurre? ¿Por qué se manifiestan tantos fenómenos anormales cuando alguien comienza a hablar sobre la verdad? Algunas de estas personas están en un estado anormal, pero otras son perversas. No se puede excluir la posibilidad de que unos espíritus malvados las hayan poseído y, a veces, la gente no puede comprender esto del todo ni discernirlo con claridad. Los anticristos tienen espíritus malvados en su interior. Si les preguntas por qué son hostiles hacia la verdad, dicen que no lo son y se niegan a admitirlo de manera obstinada, cuando en realidad saben en su corazón que no aman la verdad. Cuando nadie lee las palabras de Dios, se relacionan con los demás como si fueran gente normal y no te das cuenta de su trasfondo. Sin embargo, cuando alguien lee las palabras de Dios, no quieren escucharlas y se les llena el corazón de repulsión. De esta manera se revela su naturaleza: son espíritus malvados; son ese tipo de cosa. ¿Las palabras de Dios han dejado en evidencia la esencia de estas personas o han metido el dedo en la llaga? Nada de eso. Cuando asisten a reuniones, no quieren escuchar a nadie que lea las palabras de Dios; ¿acaso no son perversos? ¿Qué significa “ser perverso”? Quiere decir ser hostil hacia la verdad y hacia las cosas y las personas positivas sin razón alguna; ni siquiera ellos saben cuál es la razón, simplemente tienen que actuar de esa manera. Esto es lo que significa ser perverso y, en lenguaje llano, equivale a ser una mala persona. Algunos anticristos dicen: “Solo hace falta que alguien comience a leer las palabras de Dios para que yo no quiera escuchar. Solo hace falta que alguien dé testimonio de Dios para que me repugne y ni siquiera sé el porqué. Cuando veo a alguien que ama y persigue la verdad, no puedo llevarme bien con él. Quiero ponerme en su contra, siempre quiero maldecirlo, perjudicarlo a sus espaldas y mortificarlo hasta la muerte”. Aunque no sepan por qué se sienten de esta manera, son perversos. ¿Cuál es la razón real de esto? Sencillamente, los anticristos no tienen el espíritu de una persona normal en su interior, no tienen una humanidad normal; este es el análisis final. Si una persona normal oye a Dios hablar de una manera tan clara y lúcida sobre diversos aspectos de la verdad, pensará: “En una época tan perversa y promiscua, en la que no se distingue el bien del mal y se confunde lo bueno y lo malo, es muy preciado y excepcional ser capaz de oír tanta verdad y unas palabras tan excelentes”. ¿Por qué es algo preciado? Las palabras de Dios despiertan los deseos y la inspiración de aquellos que tienen tanto corazón como espíritu. ¿De qué inspiración hablamos? Estas personas anhelan la rectitud y las cosas positivas, vivir ante Dios, que haya imparcialidad y justicia en la sociedad y que Él venga y ejerza su poder sobre el mundo; esto es lo que reclaman todos los que aman la verdad. No obstante, ¿anhelan los anticristos estas cosas? (No). ¿Qué anhelan los anticristos? “¡Si tuviera poder, destruiría a todos los que no me gustan! Cuando alguien da testimonio de que cristo es dios que aparece y obra, de que dios es el soberano de la humanidad y de que sus palabras son la verdad, la máxima de vida más elevada de la humanidad y la base de la supervivencia humana, siento repulsión, odio y no quiero escucharlo”. Esto es algo que los anticristos tienen muy arraigado. ¿Acaso no tienen los anticristos este carácter? Mientras alguien los adore, los admire y los siga, serán amigos y estarán del mismo lado; si alguien siempre habla sobre la verdad y da testimonio de Dios, el anticristo se aparta de él, siente repulsión hacia esa persona e incluso la atacará, la excluirá y la mortificará; esto es perversidad. Cuando hablamos de la perversidad, siempre es en referencia a las argucias taimadas de Satanás; las cosas que hacen Satanás, el gran dragón rojo y los anticristos son perversas, y cuando decimos que todos ellos son perversos, nos referimos principalmente a que son hostiles hacia todas las cosas positivas y, en especial, a que se oponen a la verdad y a Dios; esto es perversidad y este es el carácter de los anticristos.

Pensad en qué anticristos de los que os habéis encontrado y de cuya existencia os habéis enterado exhiben este carácter perverso. Una vez conocí a una arpía con una humanidad increíblemente maliciosa. Siempre que en la casa de Dios se predicaba sobre el hecho de que pronto llegarán los grandes desastres, de que no quedaba mucho tiempo, de que los hermanos y las hermanas deberían preparar buenas obras, esforzarse por perseguir la verdad y cumplir bien sus deberes para satisfacer las intenciones de Dios y de que no deberían arrepentirse de nada, siempre que se predicaban estas cosas en la casa de Dios, esta mujer maldecía desde el corazón y pensaba: “¿El fin del mundo? La vida es fantástica. ¡Puede que sea el fin del mundo para ti, pero no para mí! Aunque hayan llegado los grandes desastres, yo debería seguir viviendo. ¡Si alguien tiene que morir, ya os podéis morir vosotros!”. ¿Es esta mujer poco razonable, o qué pasa? Cada vez que alguien compartía este aspecto de la verdad, ella se mostraba irrazonable, se le llenaba el corazón de repulsión y pensaba: “¡Mi vida está bien así! Tengo mucho dinero, coches, casas y una renta elevada. Soy alguien importante en mi círculo local y nadie se atrevería a ofenderme. Mis condiciones de vida son tan buenas que, si vienen los grandes desastres, ¿sufriré alguna pérdida? ¡Todavía no estoy preparada para morir!”. ¿Cuál era su perspectiva sobre la obra de Dios y sobre el hecho de que Él quiera destruir esta humanidad y este mundo perversos? (Ella era hostil hacia todo esto). Al margen de lo que Dios hiciera, si se vieran implicados o perjudicados sus intereses, ella lo odiaría, sería hostil hacia ello, no lo aceptaría y pensaría: “¡Lo que haces está mal!”, y negaría las obras de Dios al instante. Además, lo más perverso de ella era que no le gustaba que la imparcialidad y la rectitud lo rigieran todo; al margen de quien tuviera el poder, aunque fuera Dios quien lo ejerciera y hubiera imparcialidad y rectitud, si eso perjudicaba sus intereses, entonces no servía; para ella, sus intereses eran más importantes que Dios. ¿Acaso no tenían sus acciones una naturaleza demoníaca? Y cuando una naturaleza demoníaca está en juego, ¿acaso no es la misma naturaleza que cuando un espíritu malvado posee a alguien y este dice que no quiere oír las palabras de Dios? (Sí). Siempre que alguien lea las palabras de Dios, ese espíritu malvado dirá que no quiere oírlas. Siempre que cualquier hermano o hermana hablaba sobre la pronta llegada del día de Dios o de los grandes desastres, esta arpía lo odiaba y lo maldecía en el corazón. ¿Por qué lo maldecía? Si Dios viniera a destruir el mundo, ella perdería todas sus propiedades; siempre que cualquier cosa afectara a sus intereses, ella lo maldecía. Por tanto, sus maldiciones tienen la misma naturaleza que un espíritu malvado cuando dice que no quiere oír las palabras de Dios. Comparten una característica común: siempre que alguien menciona la verdad, se exponen las profundidades de su alma, se quedan al desnudo su fealdad, su perversidad y su insidia, se les llena el corazón de odio, conflicto y resistencia y, seguidamente maldicen e insultan; así es un espíritu malvado. Por fuera, esta arpía hablaba y se comportaba como una persona normal, y no como si estuviera poseída por un demonio; sin embargo, la naturaleza de sus acciones era la misma que la de ese demonio. Cuando tengáis la oportunidad, podéis preguntar a la gente rica de la iglesia: “Cuando lleguen el día de Dios y los grandes desastres, y pierdas todas tus propiedades familiares, ¿te sentirás disgustado? ¿Ansías la llegada del día de Dios? ¿Deseas que Él tome el poder y que la imparcialidad y la rectitud lo rijan todo? ¿Anhelas que Dios aniquile a esta humanidad perversa, aun sabiendo que también te aniquilará a ti? ¿Estás dispuesto a que esto ocurra?”. Fijaos en cuál es su punto de vista. Algunos estarán dispuestos a que esto ocurra y otros, no. Considerad todo el mundo, el universo entero, todas las cosas materiales que Dios gobierna; aquí no estamos hablando sobre bienes inmateriales, solo sobre aquello que entra en el ámbito material: las propiedades familiares, los coches, las casas o el dinero, entre otros; si se toma todo esto de manera conjunta, ¿llega a representar tanto como un grano de arena en la mano de Dios? (No). Sin embargo, cuando la gente consigue estas cosas, no quiere abandonarlas y siente que tiene el capital para enfrentarse a Dios y decir: “¡Si te llevas mis propiedades familiares, te odiaré, me opondré a ti y no reconoceré que eres Dios!”. Así, ¿Dios es Dios o no lo es en función de si tú lo reconoces? (No). ¿Tienes el capital de enfrentarte a Él con tan pocas propiedades familiares? ¡Eres un ignorante! Los diamantes son lo más valioso de la Tierra. Cuando la gente corriente ve un diamante de un quilate, se queda fascinada y dice: “¡Qué gran diamante! ¡Debe valer diez o veinte mil dólares estadounidenses!”. Piensa que los diamantes son muy valiosos. Pero, después, oí la noticia de que un planeta no muy alejado de la Tierra estaba hecho de diamante por entero y, de repente, me di cuenta de algo: las personas son muy cortas de miras. Cuando ves un diamante que brilla, te gusta mucho y piensas que es algo fabuloso, pero cuando oyes que un planeta entero está hecho de diamante, ¿cuál es tu perspectiva, entonces? Tu perspectiva sobre los diamantes cambia. Es decir, cuando te llega otra información, se amplía tu horizonte de repente, dejas de ver solo el pequeño espacio que hay ante ti y ya no eres una rana que no alcanza a ver más allá de su charca, porque tienes más información y tu percepción ha cambiado y ha crecido. Al vivir en este mundo, en el que las personas se encuentran en todo momento con todo tipo de situaciones y distintos entornos, sus horizontes cambian constantemente y, a la vez, sus perspectivas se renuevan sin cesar. Esto es normal y es el proceso en el que Dios hace que la gente progrese de manera gradual en esta vida y avance de forma constante en conocimiento, perspectiva y entendimiento del mundo entero y de las obras de Dios. Por tanto, ahora que me habéis escuchado relatar este asunto, ¿cómo deberíais tratarlo? ¿Deberíais pensar: “¡Oh, la gente en la Tierra es muy ignorante, le falta conocimiento y sabe muy poco!”? O sea, tus ideas y percepciones sobre el universo entero, sobre toda la raza humana y sobre todas las cosas y todo lo que Dios dirige tal vez pueden ser los mismos que tu entendimiento de un pequeño diamante cuyo valor se compara con un planeta, ¿verdad? (Verdad). ¿Qué conclusión podemos sacar de esto? En el planeta Tierra, al margen de los logros que haya alcanzado, del prestigio que haya obtenido, de las cosas magníficas que haya llevado a cabo, nadie debe fanfarronear; ¡los seres humanos son insignificantes y no valen un céntimo! Dios colocó algunos diamantes en la Tierra y la gente se pelea para conseguirlos. ¿Acaso no sabe cuántos planetas hay en la mano de Dios que contienen cosas incluso mejores que los diamantes? ¿Acaso no son patéticas las personas? (Sí). Dan pena; son muy ignorantes.

Los anticristos no pueden evitar resistirse a Dios; de manera inherente, odian la verdad y las cosas positivas y ni siquiera pueden dejar en paz a aquellos que persiguen la verdad y aman las cosas positivas; por el contrario, condenan, oprimen y excluyen a estas personas. Por otro lado, los que se confabulan con ellos se les unen de manera natural y se protegen, se defienden y se adulan entre sí. A partir de esto, podemos ver que estos individuos que son anticristos son espíritus malvados reencarnados y demonios impuros, carentes de una humanidad normal. Por mucho que entiendan la verdad sobre la que les hablan, o por mucha claridad que tengan al predicar palabras y doctrinas, a la hora de practicar lo único que eligen hacer es ir en contra de la verdad, resistirse a Dios y salvaguardar su posición y sus intereses; esta es su perversidad. ¿En qué sentido son más perversos? En que odian la verdad; la odian sin explicación ni razón alguna. Si les preguntas por qué odian la verdad, tal vez no sean capaces de explicarlo, pero cada una de sus acciones tiene el carácter y los métodos de los anticristos, desorienta y enreda a la gente y perturba y trastorna la obra de la casa de Dios; este es el resultado de sus acciones. Haced una comparación y fijaos en los líderes y los obreros en cada nivel o en los hermanos y hermanas corrientes que tenéis alrededor vuestro, a los que conocéis y con los que tenéis contacto, para observar si alguno de ellos odia sin razón alguna a esos hermanos y hermanas que persiguen la verdad y siempre quiere atacarlos y excluirlos. Esta persona sabe que eso no está bien, pero es incapaz de evitarlo y pronuncia palabras agradables ante estos hermanos y hermanas, pero se comporta de una manera bastante distinta a sus espaldas, revelando así su semblante demoníaco y comenzando a oponerse a ellos. Si esto no es perversidad, ¿qué es entonces? ¿Qué es lo más repugnante de los anticristos? Suelen decir cosas correctas para desorientar al pueblo escogido de Dios y a los que están alrededor de ellos, e incluso para engatusar y engañar a lo Alto; y aún más, quieren hacer trampas a Dios y ganarse la confianza de la gente con palabras floridas para después correr fuera de control, comportarse de manera temeraria y hacer lo que les apetezca en la casa de Dios. Saben hablar con y sin corrección, saben cómo se supone que deben actuar y cómo no deben hacerlo, saben cuáles son y cuáles no son los principios y saben qué es ir en contra de los principios y qué es actuar de acuerdo con ellos. Tienen estas cosas muy claras en su corazón y algunos incluso saben todo esto de un modo muy transparente y lúcido, pero por muy bien que entiendan los principios y por mucho que los conozcan con claridad, cuando hacen cosas no practican la verdad en absoluto y, sin escatimar esfuerzos, cometen malas acciones de acuerdo con sus deseos. Esto determina que su naturaleza es satánica y la de un anticristo. No solo sienten aversión por la verdad y la odian, sino que suelen odiar y condenar las cosas positivas. ¿Por qué odia el gran dragón rojo la verdad y a Dios? Esto viene totalmente determinado por su naturaleza satánica. Algunos hermanos y hermanas sufren tal persecución que no pueden regresar a sus hogares, y esos diablos y satanases dicen: “Esta gente ya no vive con normalidad; ha abandonado a su familia”. En realidad, no pueden volver a casa porque el gran dragón rojo los persigue. Este tipo de situación se produce con mucha frecuencia. ¿Sobre qué otro tipo de situaciones habéis oído hablar? (El gran dragón rojo dice que si la gente lee demasiado las palabras de Dios sufre un lavado de cerebro). El gran dragón rojo dice: “Las palabras de Dios lavan el cerebro a las personas; han sido deificadas”. Esto es darle la vuelta a la verdad. No cabe duda de que es el gran dragón rojo el que corrompe y lava el cerebro a la gente; sin embargo, le da un giro y dice que las palabras de Dios lavan el cerebro a las personas; ¡estos demonios son muy perversos! El gran dragón rojo reclama para sí todas las buenas obras que han hecho otros y culpa a terceros de las malas acciones que comete. Los anticristos hacen lo mismo; sus métodos son exactamente iguales que los del gran dragón rojo y los de Satanás. ¡Son realmente lacayos de Satanás!

¿Hemos terminado ya de hablar sobre las manifestaciones perversas, insidiosas y falsas de los anticristos? ¿Acaso lo que he compartido hoy no es diferente y más real que lo que podéis entender literalmente? La casa de Dios ha producido muchos vídeos en los últimos años, así como algunos himnos y películas, y todos se han colgado en internet. Un anticristo de China continental vio en línea estas producciones y dijo: “Habéis producido estos programas en el extranjero y esto también podemos hacerlo en China”. Se puso a reclutar a gente, encontró a un grupo de personas y montó un coro en la nación del gran dragón rojo. Al final, los arrestaron a todos. ¿Por qué tenía que hacer esto ese anticristo? ¿Tenía alguna intención? (Sí). ¿Cuál era? (Controlar a la gente). Pero no se trataba de algo tan simple. Quería establecer su propia facción. Su idea era: “¡Si la casa de Dios puede tener un coro, yo también puedo! Si me sale bien, tendré mi propia facción. ¡Solo con que agite el brazo, mucha gente vendrá!”. De este modo, pudo suplantar a la iglesia de Dios. ¿Acaso no es este el propósito que quería conseguir? Pero el resultado fue que el gran dragón rojo tomó medidas drásticas y sus ilusiones quedaron en nada. La casa de Dios lleva a cabo su obra bajo la premisa de la seguridad garantizada. En el caso de este anticristo, ¿se daba esta condición en el país gobernado por el gran dragón rojo? No se daba en su caso; aun así, quería lucirse. No lo hizo muy bien y, al final, todo le salió mal. Hace unos años, otro grupo de personas produjo un programa y lo publicó en internet. Cantaban canciones antiguas, acompañadas de danzas, y llevaban vestidos con motivos florales al estilo de las minorías étnicas. Todo era demasiado convencional y anticuado. Decidme, ¿acaso no causaron perturbaciones estos anticristos? (Sí). Los no creyentes y la gente religiosa no conocían la situación real y creyeron que la iglesia había hecho realmente estas cosas. Los anticristos siempre cometen estupideces; no solo son perversos, sino también bobos. ¿Por qué son tontos? ¿Es porque son tan perversos que se han vuelto estúpidos con la perversidad? No. Da igual el calibre que tenga una persona; si entiende algo de la verdad, aunque no tenga un camino a seguir al hacer las cosas ni sepa lo que es apropiado o inapropiado hacer, tiene un principio esencial: no se comportará con temeridad ni a ciegas. ¿Acaso no es esta la situación? (Sí, lo es). No obstante, aquellos que no entienden la verdad y son tan arrogantes como para perder la razón pueden actuar sin control. ¿Qué supone actuar sin control? Este tipo de gente no tiene ningún sentido de la razón y las personas que carecen de este sentido son incapaces de considerar los problemas. ¿Qué quiero decir con “considerar”? Me refiero a establecer qué hacer en las primeras etapas, qué preparar, qué es necesario para realizar el programa, por qué debe realizarse este programa y, una vez producido, a cuántas personas puede afectar e instruir y si hay consecuencias o desventajas; todo esto debe evaluarse. Este proceso de evaluación se denomina “consideración”. ¿Pueden estos estúpidos considerar las cosas? (No). La gente que no puede considerar los problemas carece de racionalidad; ¿tienen algún entendimiento de la verdad? Sin duda alguna, no. Si alguien entiende realmente algo de la verdad, su sentido de la razón se hará más claro y profundo. Puede tener más claro lo que es positivo, lo que es negativo, lo que está bien, lo que está mal y el ámbito en el que encaja tal o cual principio; es decir, al margen de lo que haga, tanto si hace algo bueno como si hace algo malo, tiene una norma en el corazón. Por ejemplo, si alguien te dijera que corrieras desnudo por la calle, ¿lo harías? (No). ¿Lo harías si alguien te pegara? ¿Lo harías si alguien te diera diez mil yuanes? (Eso sería algo vergonzoso. No podría hacerlo). Saber que esto sería algo vergonzoso de hacer es un tipo de pensamiento, de opinión y de actitud que surge de la racionalidad; es decir, solo con esta racionalidad eres capaz de tener este pensamiento y esta actitud. Por tanto, al margen de que te tienten con dinero o de que te mortifiquen y te atormenten con crueldad, independientemente del punto hasta el que te veas forzado, seguirías sin hacerlo, nada de eso te afectaría en absoluto y te mantendrías firme. Los anticristos no entienden la verdad y por eso no tienen ningún concepto de nada de lo que hacen. ¿Qué significa “concepto” aquí? Quiere decir que no saben qué hacer para dar testimonio de Dios. Este anticristo creía que tenía un corazón tremendamente amoroso, reunió a un grupo de personas para hacer un vídeo de un coro y acabó gastando mucho dinero y poniéndose en riesgo. La situación en China continental es peor que en el extranjero, de modo que, ¿qué pasa si algo sale mal? ¿Consideró él esto? Pudo haber considerado la situación hasta cierto punto, pero no sabía qué programas hacer ni qué resultados lograr; no entendía nada en absoluto. ¿Por qué no entendía? Carecía de racionalidad. ¿Cómo surge la racionalidad? La razón de las personas solo se hace clara y profunda poco a poco a través del hecho de entender la verdad. Los anticristos tienen una naturaleza que odia la verdad, se oponen de manera inherente a las cosas positivas y en lo más íntimo del corazón nunca pueden amar la verdad, así que, ¿pueden entenderla? (No). Si no pueden entender la verdad, ¿pueden tener el pensamiento de la humanidad normal? Nunca pueden tenerlo. ¿Tiene racionalidad la gente que carece del pensamiento de la humanidad normal? No, no la tiene. Cuando los anticristos hacen y dicen algo, sus puntos de vista y todas las cosas que hacen no son distintos de lo que hacen los diablos y los espíritus malvados. ¿Por qué digo que no son distintos? Por ejemplo, a alguien le encanta realmente predicar y alardear, de modo que siempre busca personas que lo escuchen predicar sermones. Aunque a la gente no le guste escucharlo, él predica de todas formas; cuando causa repulsión a otros, no es capaz de percibirlo ni intenta observarlos ni ve lo que necesitan los demás; solo se satisface a sí mismo. ¿Acaso no es esto algo ignominioso? Lo es, y él carece de racionalidad. ¿Hay alguna diferencia entre esta falta de racionalidad y el habla y las acciones arbitrarias y sin sentido de alguien poseído por Satanás y los espíritus malvados? A pesar de que tal vez él no parezca un enfermo mental que corre desnudo por la calle como un loco, puedes ver que se comporta sin racionalidad. Cuando le piden que riegue a varios hermanos y hermanas, o que predique el evangelio o que cumpla algún deber, carece por completo de principios y actúa con temeridad como le apetece. Algunos se han pasado 20 años predicando el evangelio sin ganar a una sola persona y, sin embargo, siguen queriendo ser líderes. ¿Verdad que hay gente así? Sí, la hay. No tienen ningún tipo de principios, convierten en un desastre todo lo que hacen y, aun así, quieren ser líderes y dirigir a otros; hay muchas personas así, seguro. Han creído en Dios durante muchos años, han leído muchas de las palabras de Dios y han escuchado muchos sermones, pero no entienden ninguna verdad. Por tanto, ¿con qué se relaciona su falta de entendimiento? ¿Qué motivo las ha llevado a no entender? ¿Es que están demasiado faltas de calibre y capacidad de comprensión, o es que su calidad humana es mala y no aman la verdad? (Tiene que ver con su esencia). ¿Por qué tiene que ver con su esencia? (Porque su esencia es perversa, no pueden recibir la obra del Espíritu Santo y Dios no obra en ellas, de modo que por mucho que coman y beban las palabras de Dios, nunca entenderán la verdad). Este es un motivo objetivo. La causa objetiva es, por supuesto, que el Espíritu Santo no obra en ellas y, por tanto, no serán capaces de ninguna manera de entender nada; esto se aplica a cualquier persona. También hay un motivo subjetivo, ¿cuál es? (Este tipo de personas odian la verdad). ¿Y cómo considera la verdad la gente que la odia? (Como su antítesis). La considera como su antítesis; ese es un aspecto. ¿Qué más? ¿Son capaces estos individuos de comprender el lado práctico de la verdad? Nunca. Si no pueden ni siquiera comprender este nivel, dime, ¿son capaces de entender la verdad? Nunca, no pueden entenderla. La causa objetiva es que estas personas son incapaces de recibir la obra del Espíritu Santo, y Dios no las esclarece. La causa subjetiva es que son hostiles hacia Él, hacia la verdad y las cosas positivas, y por lo que a ellas atañe, ninguna cosa positiva es positiva. Así pues, ¿qué cosas creen en el corazón que son positivas? Todo aquello que Satanás propugna: cosas que todas son perversas, vacías y vagas. Por tanto, ¿son capaces de entender la verdad estas personas perversas que la odian? Nunca pueden entenderla porque no la aceptan. Ahora, dime, ¿tiene algún sentido compartir la verdad con estos individuos? ¿Pueden estar dispuestos a escuchar cuando les lees las palabras de Dios? Todos ellos son no creyentes y demonios, de modo que ¿cómo podrían escuchar las palabras de Dios? Algunos no pueden comprender este asunto y dicen: “¿Por qué no entienden cuando comparto la verdad con ellos? ¿Acaso no son humanos?”. Te sientes desconcertado y no logras que te entiendan. Las palabras de algunos no se pueden escuchar y las cosas que hacen son simplemente absurdas; son no creyentes y demonios que hacen oídos sordos a toda razón. ¿Por qué digo estas cinco palabras “oídos sordos a toda razón”? Crees que Dios existe y que Él tiene soberanía sobre todas las cosas; ¿acaso no son positivas estas cosas? (Lo son). ¿Y qué cree esta gente? “¿Así es como dios tiene soberanía sobre todo? Él no es gran cosa”. ¿Acaso no hacen oídos sordos a toda razón? (Los hacen). No hay manera de comunicarse con estas personas; son un mundo aparte, bestias, sordas a toda razón. Las bestias nunca entienden qué son las cosas positivas ni qué es la verdad, de modo que no hay forma de comunicarse con ellas. El hecho de que seas incapaz de comunicarte con ellas no es una cuestión de tiempo ni de si haces un esfuerzo arduo ni de cuánto te esfuerces, sino más bien es que simplemente son incapaces de entender, de forma que, ¿qué más se les puede decir? ¿Qué hay exactamente en el interior de esta gente? No hay honestidad ni rectitud ni bondad en su corazón; solo perversidad: está lleno de perversidad. Este es el motivo por el que estas personas hacen oídos sordos a toda razón y no pueden salvarse.

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