Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (II) Parte 5

En las iglesias en las que los anticristos ejercen el poder, no se pueden llevar a cabo los arreglos de la obra de la casa de Dios. Al mismo tiempo, se produce un fenómeno extraño en esas iglesias: las únicas tareas que se realizan allí son trabajos que no tienen nada que ver con los arreglos de la obra de la casa de Dios o que van en contra de ellos. Esto hace que se formen opiniones y surjan discusiones entre los hermanos y las hermanas y siembra el caos en la iglesia. ¿Cómo actúan los falsos líderes? No trabajan según los arreglos de la obra de la casa de Dios; es como si ellos no tuvieran nada que hacer, no reaccionan en absoluto a la organización de la obra de Dios. La gente bajo el mando de estos líderes no tiene ni idea de nada; son como un montón de arena, nadie se encarga de la organización y todo el mundo hace lo que quiere y como quiere. Los falsos líderes no expresan enunciados ni asumen su responsabilidad. Los anticristos, sin embargo, actúan de una manera distinta. No solo no llevan a cabo los arreglos de la obra, sino que también se inventan sus propios enunciados y sus prácticas. Algunos modifican los arreglos de la obra de lo Alto, los convierten en sus propios enunciados y, posteriormente, los aplican, mientras que otros no actúan para nada según los arreglos de la obra de lo Alto y van a la suya. Ocultan los arreglos de la obra de lo Alto y no los transmiten, de manera que mantienen desinformados a sus subordinados mientras hacen lo que les place e incluso elaboran sus propias teorías y sus enunciados para desorientar y embaucar a sus subalternos. Por tanto, no te fijes en la cantidad de cosas a las que pueden renunciar los anticristos ni en el sufrimiento que pueden llegar a soportar a primera vista. Deja de lado sus acciones y comportamientos superficiales y observa la esencia de lo que hacen. ¿Qué tipo de relación tienen con Dios? Se oponen a todo lo que Él ha dicho y hecho, a todo lo que Él requiere que entiendan los hermanos y las hermanas y a todo lo que Él pide que se lleve a cabo en el plano inferior de la iglesia; se resisten a todo esto. Algunos podrían preguntar: “¿No poner en práctica estas cosas es lo mismo que oponerse a ellas?”. ¿Por qué no las implementan? Porque no están de acuerdo con ellas. En vista de su desacuerdo, ¿son superiores a la casa de Dios? En vista de que no están de acuerdo con estas cosas, ¿tienen algún plan mejor? No. Así pues, ¿cómo se atreven a no llevarlas a cabo solo porque no están de acuerdo con ellas? Porque quieren dominar y controlar la iglesia. Creen que si hicieran las cosas absolutamente de acuerdo con los arreglos de la obra y los requisitos de lo Alto, sus contribuciones podrían pasar desapercibidas, sin destacar, y nadie las notaría. Para los anticristos, esto sería un desastre. Si todo el mundo diera testimonio de Dios y compartiera la verdad de manera habitual, si todo el mundo pudiera entender la verdad, llevar los asuntos según los principios, buscar la verdad y orar y recurrir a Dios al enfrentarse a los problemas, ¿cuál sería su función? Los anticristos no persiguen la verdad, de modo que no tendrían ninguna función; se convertirían en simples objetos decorativos. En tal caso, y si nadie les prestara ya atención alguna, ¿lo aceptarían? No. Pensarían en algún modo de salvar la situación. Los anticristos tienen un carácter y una esencia perversos; ¿pueden prever que los revelarían si todos los hermanos y las hermanas persiguieran la verdad? Los anticristos son muy malos y no persiguen la verdad; son perversos, falsos e insidiosos y no aman las cosas positivas. Si todo el mundo entendiera la verdad, discerniría a los anticristos. ¿Saben esto los anticristos? Sí. Pueden sentirlo en sus espíritus. Es como cuando vas a alguna parte y te encuentras con un espíritu malvado. Cuando te mira, te encuentra desagradable y, a ti, solo con echarle un vistazo, este espíritu malvado te parece repulsivo y no quieres hablarle. En realidad, no te ha ofendido ni ha hecho nada para perjudicarte, pero te repugna mirarlo y te sientes aún más asqueado al escucharlo hablar. De hecho, ni te conoce ni tú lo conoces. ¿Qué ha pasado? Puedes percibir en tu espíritu que los dos no sois de la misma especie. Los anticristos son los enemigos del pueblo escogido de Dios. Si careces de percepción o conciencia al interactuar con ellos, ¿acaso no estás completamente anestesiado? Digamos que cuando un anticristo no habla demasiado y simplemente pronuncia unas pocas palabras al expresar un argumento, proponer un punto de vista o exhibir cierta actitud en sus acciones, no puedes ver con claridad nada de todo esto. Si interactúas con él durante largo tiempo sin llegar a tener este conocimiento, y solo el día en el que lo Alto lo define como un anticristo tienes finalmente esta epifanía, y te sientes algo asustado y piensas: “¡Cómo no fui capaz de discernir a un anticristo tan manifiesto! ¡Ha faltado poco!”, ¡qué lerdo y atontado debes ser!

La perversidad de los anticristos tiene una característica obvia y compartiré con vosotros el secreto para discernirla: tanto en su habla como en sus acciones, no puedes sondear sus profundidades ni ver en su corazón. Cuando te hablan, sus ojos siempre giran y no puedes entrever el tipo de argucia que están tramando. A veces, hacen que sientas que son leales o bastante sinceros, pero ese no es el caso; nunca puedes descifrarlos. Tienes un sentimiento particular en el corazón, la sensación de que sus pensamientos están impregnados de una profunda sutileza y de una hondura insondable, y de que ellos son retorcidos. Esta es la primera característica de la perversidad de los anticristos e indica que estos poseen un atributo de perversidad. ¿Cuál es la segunda característica de la perversidad de los anticristos? Es que todo lo que dicen y hacen es muy desorientador. ¿En qué se muestra esto? En su habilidad particular para estudiar la psicología de las personas y para decir cosas que se ajustan a las nociones y figuraciones de la gente y que son fáciles de aceptar. No obstante, deberías distinguir un aspecto: nunca se aplican a sí mismos las cosas agradables que dicen. Por ejemplo, predican doctrinas a otros y les dicen cómo ser personas honestas, cómo orar y dejar que Dios sea su maestro cuando les pase algo, pero cuando les ocurre algo a ellos mismos, no practican la verdad. Lo único que hacen es actuar según su propia voluntad y pensar en infinidad de maneras de beneficiarse y hacen que todos los demás los sirvan y se ocupen de sus asuntos. Nunca oran a Dios ni dejan que Él sea su maestro. Dicen cosas agradables de oír, pero sus acciones no están en consonancia con lo que expresan. Lo primero que tienen en cuenta al llevar a cabo una acción es su propio beneficio; no aceptan las instrumentaciones ni los arreglos de Dios. La gente ve que no son obedientes al hacer cosas y que siempre buscan una manera de beneficiarse y progresar. Este es el lado falso y perverso de los anticristos que las personas pueden ver. Cuando trabajan, los anticristos pueden a veces soportar adversidades y pagar un precio, e incluso privarse de dormir y comer, pero solo para ganar estatus o hacerse un nombre. Sufren adversidades en aras de sus ambiciones y objetivos, pero realizan de manera superficial el trabajo importante que la casa de Dios dispone para ellos, y apenas hacen lo mínimo. Por tanto, ¿se someten a los arreglos de Dios en todo lo que hacen? ¿Cumplen sus deberes? Aquí hay un problema. Otro tipo de comportamiento se produce cuando los hermanos y las hermanas expresan opiniones distintas: los anticristos las rechazan con rodeos, dando vueltas en círculos y haciendo creer a esas personas que han compartido y comentado cosas con ellas; pero, a la hora de la verdad, todo el mundo debe hacer lo que ellos digan. Siempre buscan maneras de ignorar las sugerencias de los demás, de forma que sigan sus ideas y hagan lo que dicen. ¿Es esto buscar los principios-verdad? De ningún modo. Así pues, ¿cuál es el principio de su trabajo? Que todo el mundo debe escucharlos y obedecerlos, que no hay que hacer caso a nadie más que a ellos y que sus ideas son las mejores y más nobles. Los anticristos desearían que todos sintieran que lo que ellos dicen es correcto y que ellos son la verdad. ¿Acaso no es esto perverso? Esta es la segunda característica de la perversidad de los anticristos. La tercera es que cuando dan testimonio de sí mismos, suelen manifestar sus contribuciones, las adversidades que han sufrido y las cosas beneficiosas que han hecho para todo el mundo, e inculcan estas ideas en la mente de las personas para que recuerden que la luz de los anticristos las ilumina. Si alguien elogia o da las gracias a un anticristo por algo, es posible que este incluso pronuncie palabras muy espirituales, como: “Gracias a dios. Todo esto es su obra. Con su gracia nos basta”, para que todo el mundo vea que es una persona muy espiritual y un buen servidor de Dios. En realidad, se exalta y da testimonio de sí mismo y en su corazón no hay lugar para Él. En la mente de todos los demás, el estatus del anticristo ya ha superado con creces el de Dios. ¿Acaso no es esta una prueba real de que los anticristos dan testimonio de sí mismos? En las iglesias en las que un anticristo tiene el poder y el control, él es quien ocupa el estatus más elevado en el corazón de la gente. Dios solo puede estar en segundo o tercer lugar. Si Dios va a una iglesia en la que un anticristo tiene el poder y dice algo, ¿llegará lo que Él diga a los miembros de dicha iglesia? ¿Lo aceptarán desde el corazón? Es difícil decirlo. Esto basta para demostrar cómo se esfuerzan los anticristos para dar testimonio de sí mismos. No dan testimonio de Dios en absoluto; por el contrario, aprovechan todas las oportunidades de dar testimonio de Dios para dar testimonio de sí mismos. ¿Acaso no es insidiosa esta táctica que utilizan los anticristos? ¿Acaso no es increíblemente perversa? Gracias a estas tres características que hemos compartido aquí, es fácil discernir a los anticristos.

Los anticristos tienen una característica más, que también es una manifestación principal de su carácter perverso: al margen de cómo la casa de Dios comparta la verdad y de cómo el pueblo escogido de Dios comparta su autoconocimiento o acepte el juicio, el castigo y la poda, los anticristos no toman nota de ello. Siguen persiguiendo fama, ganancias y estatus y nunca se desprenden de su intención y deseo de obtener bendiciones. En la mente de los anticristos, mientras alguien sea capaz de hacer un deber, pague un precio y sufra algunas adversidades, debe ser bendecido por Dios. Y así, después de un tiempo de trabajo en la iglesia, empiezan a hacer balance de cuáles son los trabajos que han hecho para esta, qué contribuciones han realizado a la casa de Dios y qué han hecho por los hermanos y las hermanas. Todo esto lo tienen muy presente y esperan a ver las gracias y bendiciones de Dios que les reportarán tales cosas para determinar si vale la pena hacerlas. ¿Por qué siempre se preocupan por este tipo de cosas? ¿Qué es lo que persiguen en el fondo de su corazón? ¿Cuál es el objetivo de su fe en Dios? Desde el principio, su creencia en Dios ha girado en torno a obtener bendiciones. Y no importa cuántos años llevan escuchando sermones ni cuántas palabras de Dios comen y beben ni cuántas doctrinas entienden, nunca se desprenderán de su deseo e intención de ser bendecidos. Si les pides que sean un ser creado obediente y que acepten la soberanía y los arreglos de Dios, dirán: “Eso no tiene nada que ver conmigo. No es por lo que debería esforzarme. A lo que debería aspirar es a que, cuando haya peleado la batalla, cuando haya hecho el esfuerzo necesario y haya sufrido las adversidades requeridas, una vez que haya hecho esto según lo que dios requiere, él debería recompensarme y permitir que me quede, que sea coronado en el reino y que ocupe una posición más alta que el pueblo de dios. Debería estar a cargo de dos o tres ciudades como mínimo”. Esto es lo que más preocupa a los anticristos. Al margen de cómo la casa de Dios comparta la verdad, su intención y su deseo de obtener bendiciones no pueden disiparse; son el mismo tipo de persona que Pablo. ¿Acaso una transacción tan evidente como esta no alberga un tipo de carácter perverso y brutal? Algunos religiosos dicen: “Nuestra generación sigue a dios por la senda de la cruz. Él nos eligió, de modo que tenemos derecho a ser bendecidos. Hemos sufrido y pagado un precio, y hemos bebido de la copa amarga. Algunos de nosotros incluso hemos sido arrestados y condenados a la cárcel. Después de sufrir todas estas adversidades, de oír tantos sermones y de aprender tanto sobre la Biblia, si un día no somos bendecidos, iremos al tercer cielo y discutiremos con dios”. ¿Habéis oído alguna vez semejante cosa? Afirman que irán al tercer cielo a discutir con Dios; ¿cuán atrevido es eso? ¿No os da miedo solo oírlo? ¿Quién se atreve a intentar discutir con Dios? Por suerte, el Jesús en el que creen ascendió al cielo hace mucho tiempo. Si Él estuviera todavía en la tierra, ¿acaso no volverían a intentar crucificarlo? Está claro que, al principio, algunos pudieron encontrar estas palabras potentes e impresionantes cuando comenzaron a creer en Dios y pensaron que la gente debería tener este tipo de entereza y determinación. Pero, después de todo el tiempo que lleváis creyendo, ¿qué os parecen ahora estas palabras? ¿Acaso no son arcángeles estas personas? ¿Acaso no son satanases? Puedes discutir con quien sea, pero no con Dios. No deberías hacer eso, ni siquiera pensar en hacerlo. Las bendiciones vienen de Dios: Él las concede a quien desea. Aun en el caso de que reúnas las condiciones para recibir bendiciones y Él no te las conceda, no deberías discutir con Él. El universo entero y la humanidad en su totalidad están supeditados a la ley de Dios; Él está al mando. ¿Cómo puedes tú, un minúsculo ser humano, atreverte a discutir con Dios? ¿Cómo puedes sobrestimar tanto tus capacidades? ¿Por qué no te miras en el espejo para ver quién eres? Al osar clamar contra el Creador y enfrentarte a Él de esta manera, ¿acaso no estás buscando la muerte? “Si un día no somos bendecidos, iremos al tercer cielo y discutiremos con dios” es un enunciado que clama abiertamente contra Él. ¿Qué tipo de lugar es el tercer cielo? Es donde Dios reside. ¡Atreverse a ir al tercer cielo a discutir con Él equivale a intentar “derrocarlo”! ¿No es así? Algunos podrían preguntar: “¿Qué tiene que ver esto con los anticristos?”. Tiene mucho que ver con ellos, porque todos los que quieren ir al tercer cielo para discutir con Dios son anticristos. Solo los anticristos pueden decir cosas semejantes. Las palabras de este tipo son la voz que los anticristos albergan en el fondo del corazón. Esta es su perversidad. Si bien es posible que los anticristos no pronuncien abiertamente estas palabras, en realidad las llevan en el corazón, sin atreverse a revelarlas ni dejar que nadie lo sepa. Sin embargo, los deseos y las ambiciones que anidan en el fondo de su corazón arden como un fuego inextinguible. ¿A qué se debe esto? A que los anticristos no aman la verdad ni la imparcialidad y la justicia de Dios ni Su juicio y castigo y, sin duda alguna, no aman Su omnipotencia, sabiduría y soberanía por encima de todas las cosas. No aman nada de todo esto, sino que lo odian. Así pues, ¿qué aman? Aman el estatus y les importan las recompensas. Dicen: “Tengo dones, talentos y habilidades. ¡He trabajado para la iglesia, de modo que dios debe recompensarme!”. ¿Acaso no tienen un problema? ¿Acaso no es esto cortejar la muerte? ¿Acaso no es un desafío directo a Dios? ¿Acaso no es desafiar al Creador? Atreverse a dirigir las puntas de sus lanzas directamente contra Dios, el Creador: esto es algo que solo el arcángel, Satanás, es capaz de hacer. Si existen realmente personas con estos puntos de vista, capaces de realizar estas acciones, no cabe la menor duda de que son anticristos. En la tierra, solo los anticristos se atreven a resistirse y juzgar a Dios de esta manera, y hacen ambas cosas abiertamente. Algunos podrían decir: “Los anticristos que hemos visto no eran tan osados ni descarados”. Esta situación debe contemplarse de acuerdo con el contexto y el entorno en el que se encuentran los anticristos. ¿Cómo podrían atreverse a mostrar su peor cara cuando no han conseguido el poder ni se han establecido por completo? Los anticristos saben aguardar el momento y esperar la ocasión oportuna para alzarse. Cuando se sienten seguros se destapa completamente su peor cara. Aunque algunos anticristos ocultan bastante bien sus verdaderas intenciones mientras carecen de estatus, y, a primera vista, no se observa en ellos ningún problema, en cuanto consiguen tener estatus y establecerse, su perversidad y su fealdad quedan totalmente al descubierto. Es lo mismo que ocurre con ciertas personas que carecen de la realidad-verdad. Cuando no tienen ningún estatus, solo pueden someterse a la poda a regañadientes y no son insolentes en su corazón. Sin embargo, si se convierten en líderes u obreros y adquieren cierto prestigio entre el pueblo escogido de Dios, lo más probable es que al ser podados se ponga en evidencia su verdadera naturaleza y comiencen a discutir con Dios y a clamar contra Él. Es lo que ocurre con algunas personas que hacen bien sus deberes y no se quejan en circunstancias normales, pero si deben enfrentarse a un cáncer y a una muerte inminente, es muy probable que quede al descubierto su auténtico yo. Comenzarán a quejarse de Dios, a discutir con Él y a clamar contra Él. Estas personas, es decir, los anticristos, sienten aversión por la verdad, la odian y nunca la practican. ¿Por qué, entonces, aun después de ser puestos al descubierto y revelados, siguen dispuestos a ser mano de obra en la iglesia e incluso a ser el más insignificante de los seguidores? ¿Qué ocurre? Tienen un objetivo: nunca se han desprendido de su intención de obtener bendiciones. Su mentalidad es: “Voy a agarrarme fuerte a esta última cuerda salvavidas. Si no puedo obtener bendiciones, nunca dejaré en paz a dios. ¡Si no puedo conseguir bendiciones, entonces dios no es dios!”. ¿Qué tipo de carácter es este? Atreverse a negar a Dios descaradamente y a clamar contra Él es perversidad. Mientras tengan la más mínima esperanza de obtener bendiciones, permanecerán en la casa de Dios y esperarán esas bendiciones. ¿Cómo se puede ver esta situación? Son como los fariseos, siempre fingen que son buenos. ¿Acaso no son obvias la intención y la finalidad que hay tras todo esto? A pesar de lo bueno que pueda parecer su comportamiento exterior, a pesar de lo mucho que puedan sufrir en apariencia, nunca practican la verdad ni la buscan en sus acciones, ni oran a Dios ni buscan Sus intenciones. Nunca hacen cosas que le gustan a Él. En cambio, hacen lo que están dispuestos a hacer y lo que les gusta y solo se esfuerzan por satisfacer su propia ambición y su deseo de obtener bendiciones. ¿Acaso esto no les creará problemas? ¿Acaso no pone al descubierto la esencia de los anticristos? Lo que los anticristos aman y persiguen simplemente representa su carácter satánico. Tratan lo que aman y persiguen como cosas positivas que complacen a Dios e intentan que Él las acepte y los bendiga. ¿Está esto en consonancia con los principios-verdad? ¿Acaso no es esto oponerse a Dios y ponerse en contra de Él? Los anticristos intentan hacer tratos con Dios a cada instante. Utilizan su propio sufrimiento y el precio que pagan para exigirle recompensas y coronas, para intercambiarlos por un buen destino. Pero ¿acaso no han calculado mal? Al resistirse a Dios de esta manera, ¿cómo no van a recibir Su castigo? Esto es lo que se merecen por sus pecados. El castigo.

Había una vez un anticristo que conocía un poco el arte de cantar y bailar y, en ese momento, se dispuso que dirigiera a los hermanos y las hermanas en el coro para que aprendieran ese arte. Esos hermanos y hermanas eran jóvenes y la mayoría de ellos no hacía mucho tiempo que creían en Dios; eran sencillamente personas entregadas y dispuestas a hacer sus deberes, eso era todo, pero no entendían la verdad y algunos de ellos ni siquiera habían establecido una base. Mientras ese anticristo trabajaba, los guio para que experimentaran el sentimiento de la obra del Espíritu Santo, para que percibieran la diferencia entre el sentimiento de la presencia de Dios y el de Su ausencia: en todo momento hizo que se basaran en sus sentimientos. Ese anticristo no entendía la verdad ni tenía ninguna experiencia real, pero desorientó y engañó a los hermanos y las hermanas así, sobre la base de sus nociones y figuraciones. Lo Alto sabía que él no tenía la realidad-verdad y simplemente le pidió que enseñara y explicara ese arte. Llevar a cabo este aspecto de su deber ya hubiera sido adecuado y se habría considerado que había cumplido con su responsabilidad. Pero él seguía queriendo “compartir la verdad” y hacer que la gente captara sus sentimientos y se basara en ellos. Al actuar así, ¿acaso no le habría resultado sencillo llevar a esas personas hacia el sentimiento sobrenatural de la obra de un espíritu malvado? ¡Esto es muy peligroso! Cuando un espíritu malvado aprovecha una oportunidad así y posee a alguien, esa persona queda destruida. Durante el período de formación, hizo que estas personas oraran y, después de orar, hizo que vieran cómo obraba el Espíritu Santo y comprobaran si sudaban, lloraban o tenían otros sentimientos en el cuerpo. Recalcó estas cosas, pero en realidad todo esto ya se había explicado de manera suficientemente clara. Existen muchas verdades, pero no las compartió ni llevó a esas personas a comer y beber las palabras de Dios ni atendió al trabajo que le correspondía. No permitió que los hermanos y las hermanas coreografiaran bailes y, en su lugar, dejó que todo el mundo bailara en el escenario como le apeteciera, improvisara como quisiera e incluso dijo: “Está bien, dios nos dirige, así que no tenemos miedo, ¡el espíritu santo está obrando!”. Este anticristo no entendía la verdad, de modo que siempre hacía estupideces. Los hermanos y las hermanas no tenían discernimiento alguno, así que lo escucharon y comenzaron a orar: “Dios, por favor, obra, Dios, por favor, obra…”. Se esforzaron al máximo para orar “con todo su corazón” e incluso lloraron después de orar; luego, salieron al escenario e improvisaron bailes. ¡Los que miraban desde abajo del escenario sintieron que el ambiente era fenomenal y que el Espíritu Santo estaba haciendo una obra impactante! Lloraron mientras miraban a los otros bailar, como si hubieran sentido la obra del Espíritu Santo. Al final, estas personas lo grabaron todo y tomaron fotografías para que Yo las viera. Algunos de los que salían en las fotos lloraban con los ojos cerrados y, en mitad del invierno, tenían la cara enrojecida del calor. Vi que se avecinaban problemas y que ese anticristo echaría a perder a toda esa gente. Solo se le había pedido que enseñara ese arte y él no entendía nada de la verdad. Solo actuaba a ciegas según sus figuraciones con la intención de encontrar el sentimiento de la obra del Espíritu Santo. ¿Es la obra del Espíritu Santo una cuestión de sentimientos? Tienes que entender la verdad; eso es real. Los sentimientos por sí solos están vacíos y son inútiles. ¿Puedes entender la verdad y las intenciones de Dios en función de tus sentimientos? De ninguna manera. No tienes que buscar un sentimiento, solo los principios y las intenciones de Dios de acuerdo con Sus palabras; después, compáralas con las cosas que te ocurren. Esto es muy práctico y poco a poco llegarás a entender la verdad. Cuando practiques según las palabras de Dios, el Espíritu Santo comenzará a obrar de manera natural. Aun en el caso de que no lo hiciera, como has practicado según las palabras de Dios, Dios te reconocerá como Su seguidor: esto es muy práctico, es lo más real. Ese anticristo no compartía así, sino que animaba continuamente a esas personas a buscar sentimientos, cosas como señales y milagros y sueños. Era un seglar que carecía de entendimiento espiritual y llevaba a un grupo de niños estúpidos e ignorantes a hacer cosas ridículas. La gente que salía en las fotos lloraba. ¿Qué quiere decir eso? No quiere decir nada, pero hay algo que explica la naturaleza de lo que él hacía. Este anticristo tomó fotografías de todas estas cosas y las etiquetó como “detalles de la obra de Dios”. ¿Qué eran estos “detalles”? Esa gente no entendía la verdad, buscaba el sentimiento de la obra del Espíritu Santo, improvisaba sin razón alguna y cada vez bailaba de forma diferente, porque el sentimiento era distinto y la “dirección de Dios” también era diferente en cada ocasión: esos eran los “detalles”. ¿Qué más incluían esos “detalles”? El anticristo también dijo que eran los resultados de la obra del Espíritu Santo. Al decir esto, los hermanos y las hermanas se entusiasmaron aún más, como si su fe y su estatura hubieran crecido de manera significativa de repente. ¿Por qué habló él de “detalles”? ¿De dónde provenía la palabra “detalles”? Una vez mencioné los detalles de la obra de Dios. ¿A qué se refieren estos detalles? Son los resultados de la obra de Dios en las personas que el hombre puede ver y captar y que no son ni sobrenaturales ni vagos. Son algo que se puede sentir cuando Dios ha obrado mucho en ti, te ha dicho muchas palabras, se ha esforzado de manera concienzuda y, por tanto, ha cambiado tu forma de existir, tus ideas sobre las cosas, la actitud que albergas al hacer cosas y tu actitud hacia Dios, así como otros aspectos de tu ser. Es decir, son las ganancias y el fruto de la obra de Dios: esto es lo que se entiende por “detalles”. Ese anticristo también utilizó el término “detalles” para referirse a las cosas que hacía. Dejando de lado por ahora la naturaleza de estas cosas, ¿qué podéis ver solo con analizar esta frase? Dios obra en las personas y ha dicho que estas verán los detalles de Su obra en ellas, pero este anticristo descontroló a todo el mundo y lo convirtió todo en un desastre; sin embargo, también lo calificó como “detalles”. ¿Qué intentaba hacer? (Quería ser igual que Dios). Eso es. ¿De dónde provenía el hecho de que utilizara el término “detalles”? De su deseo de ser igual que Dios e imitarlo. Al usar esta palabra, él quería decir: “Dios obra en detalle, y a lo que llevo a hacer a este grupo de gente también es en detalle”. El complemento que va a continuación de “detalles” es “de la obra de Dios”, pero, en realidad, en su fuero interno se atribuía los resultados de los detalles de la obra del Espíritu Santo a sí mismo, que es lo que hacen los anticristos. Siempre que haya una ocasión de ser el centro de atención, cada vez que haya un atisbo de oportunidad, no la desaprovecharán; competirán con Dios por la gente. ¿Por qué tipo de personas compiten con Él? Algunas de ellas no entienden la verdad ni pueden discernir a otros según los principios-verdad y son estúpidas e ignorantes; algunas no persiguen la verdad y les gusta seguir al rebaño y actuar a ciegas exteriormente; y hay otras que son nuevos creyentes y tienen una base superficial: todavía no entienden en qué consiste creer en Dios y los anticristos los desorientan. Este comportamiento fue detenido más adelante, justo a tiempo. El hecho de que se detuviera no es nada extraordinario, pero significó que se pusieron al descubierto las estupideces que hizo el anticristo, todas de golpe. En el momento en el que se habló sobre el asunto y se hizo memoria, todo el mundo dijo: “Antes de que viniera este anticristo, a pesar de que a veces no conseguíamos llegar a ninguna parte en lo que se refiere a los aspectos profesionales y técnicos del canto, cuando cantábamos sentíamos que nos lo podíamos tomar en serio y que podíamos cantar cada palabra con el corazón. Después de que él viniera y hablara de teorías profesionales, todos nos sentimos consumidos y ya no quisimos cantar más, porque no podíamos saborear lo que Dios decía en cada palabra, no podíamos sentir a Dios”. ¿Acaso no tenían un problema estas personas? En cuanto los anticristos alargan la mano para actuar, la consecuencia es que la gente ya no puede sentir dónde está Dios ni sabe comportarse de manera apropiada. Pierde el rumbo. Una vez que las personas son incapaces de sentir a Dios, ¿pueden seguir cumpliendo sus deberes? ¿Pueden seguir haciendo cosas con lealtad para dar testimonio de Dios? Después de que Satanás corrompiera a los humanos, estos desarrollaron su característica afición a seguir al rebaño. Son como las moscas: no hace falta tener ningún objetivo claro; mientras haya un líder, los demás lo seguirán a ciegas y tontearán, porque así todo es más animado y cuando actúan de esa manera no necesitan constreñirse, sus acciones carecen de punto de referencia y nadie se comporta según los principios. No les hace falta orar ni buscar ni ser devotos o sosegados; mientras tengan cabecillas y puedan respirar, actuarán así. ¿Acaso no es esto más o menos lo mismo que en el caso de los animales? Debido a que los humanos corruptos tienen esta característica, es muy fácil desorientarlos, pero si tú entiendes la verdad y puedes discernir estas cosas, no te desorientarán tan fácilmente. Después de dejar en evidencia a este anticristo, todo el mundo diseccionó las cosas desorientadoras que dijo y las tácticas que utilizó para actuar así y las comparó con las palabras de Dios. Todos se dieron cuenta de que este tipo era muy hábil a la hora de desorientar a la gente, de que lo había desordenado todo y de que, aunque los había inducido a hacer cosas que parecían bastante impresionantes y había sido como si sintieran la potente obra del Espíritu Santo, en realidad, no habían podido sentir a Dios en absoluto. A primera vista, había parecido como si todos tuvieran un gran fervor y que su fe y su estatura hubieran crecido de repente; pero en realidad, esto fue una ilusión, la obra de un espíritu malvado. Aparecieron estas circunstancias sobrenaturales, de modo que el Espíritu Santo no obró. Posteriormente, durante un tiempo, a base de compartir la verdad, todo el mundo fue capaz de discernir al anticristo y volvió a un estado normal poco a poco. El anticristo había desorientado a estas personas, que se habían distanciado de Mí. Cuando les hablé, me miraron como si fuera un extraño, no querían contestar a Mis preguntas e inmediatamente fuimos como desconocidos. Esperaban a que el anticristo hablara antes de obedecer; escuchaban cualquier cosa que dijera el anticristo, y todo lo que decía los representaba. Por tanto, esa gente no tenía ni voz ni voto en nada y querían que fuera así; esperaban que él hablara y los controlara. Los espíritus malvados y los anticristos hacen estas cosas para desorientar a las personas.

Algunas cosas perversas se pueden expresar de manera clara con palabras y es posible diseccionarlas, pero de otras solo se puede decir que hay espíritus malvados que actúan en su interior, que no se pueden expresar claramente en palabras y que tú solo puedes discernir sobre la base de tus sentimientos o a partir de las verdades que entiendes y de tus experiencias. Se logró discernir rápidamente a este anticristo y ocuparse de él y la vida de la iglesia volvió a la normalidad. Después, todos sentían un miedo persistente cuando hablaban sobre este caso. Decían: “¡Aquello fue realmente peligroso! Lo que ese anticristo llamaba ‘detalles’ nos perjudicó tanto que casi nos arruinó”. Por tanto, tenéis que aprender a discernir a los anticristos. Si nunca te tomas en serio el hecho de discernirlos, correrás peligro y, quién sabe cuándo o en qué circunstancias, alguno de ellos te desorientará. Es posible que incluso sigas a un anticristo de una manera atolondrada sin saber qué ocurre. En ese momento no sentirás que pasa nada malo e incluso te parecerá que lo que dice ese anticristo es correcto; de esta manera, te habrá desorientado sin que te hayas dado cuenta. El hecho de que te haya desorientado demuestra que has traicionado a Dios y, por ello, Él no tendrá forma de salvarte. Hay personas que suelen actuar bien, pero los anticristos las engañan durante un tiempo y la iglesia las recupera al final a través de la disuasión y la enseñanza. Sin embargo, otras no regresan por mucho que se comparta la verdad con ellas y están empecinadas en ir con los anticristos; ¿acaso no están completamente arruinadas en ese caso? Se niegan con firmeza a volver atrás y Dios deja de obrar en ellas. Hay gente que carece de discernimiento y se compadece de este tipo de personas; dicen: “Esa persona es bastante decente; ha creído en Dios durante muchos años, ha renunciado a cosas y se ha esforzado; solía cumplir su deber con bastante lealtad, su fe en Dios era grande y él era un verdadero creyente; ¿acaso no deberíamos darle otra oportunidad?”. ¿Es correcto este punto de vista? ¿Se aviene a la verdad? La gente solo puede ver el exterior de las personas, no el corazón; no puede ver de manera clara qué tipo de personas son en realidad o qué tipo de esencia tienen. Hay que estar en contacto con ellas u observarlas durante un tiempo, y esas personas deben pasar por situaciones que las pongan en evidencia para que sea posible calarlas. Además, si intentas ayudarlas desde la bondad de tu corazón, pero no vuelven sobre sus pasos por mucho que compartas con ellas, no sabrás cuál es la razón oculta de su actitud. En realidad, Dios ya ha desenmascarado a estas personas y las ha descartado. ¿Por qué las ha descartado? La razón más clara es que algunos anticristos son obviamente espíritus malvados y se pueden clasificar como anticristos con espíritus malvados que actúan en ellos. Si la gente los sigue durante un tiempo se le oscurecerá el corazón y se debilitará tanto que se desplomará, lo que demuestra que Dios ha renunciado a ellos hace mucho tiempo. Él tiene un carácter justo y odia a Satanás. Puesto que estas personas siguen a Satanás y a los espíritus malvados, ¿puede seguir Dios reconociéndolas como Sus seguidores? Él es santo y aborrece el mal. No quiere a quienes han seguido a espíritus malvados; aunque otros piensen que son buenas personas, Él no las quiere. ¿Qué significa que Dios aborrece el mal? ¿Qué indica la expresión “aborrecer el mal”? Escuchad lo que voy a decir ahora y lo entenderéis. Desde que Dios elige a alguien hasta que esa persona reconoce que Dios es verdad, justicia, sabiduría y omnipotencia y que Él es el único Dios verdadero, cuando esa persona haya entendido estas cosas y después de que haya tenido algunas experiencias, tendrá en el fondo del corazón un entendimiento básico del carácter y de la esencia de Dios y de lo que Él tiene y es, y este entendimiento básico se convertirá en su fe. También lo motivará a seguir a Dios, a esforzarse por Él y a hacer su deber. Cuando tenga experiencia y entienda la verdad y cuando la comprensión del carácter de Dios y el conocimiento de Dios hayan arraigado en su corazón, cuando posea esta estatura, no negará a Dios. Pero si carece de un verdadero conocimiento de Cristo, el Dios práctico, y tiende a adorar y seguir a un anticristo, entonces sigue en peligro. Todavía podría dar la espalda a Cristo encarnado y seguir a un anticristo perverso. Esto supondría negar abiertamente a Cristo y cortar los lazos con Dios. El significado entre líneas de esto sería: “Ya no sigo a Dios, sino a Satanás. Amo a Satanás y estoy dispuesto a servirlo y a seguirlo. No me importa cómo me trata, me arruina, abusa de mí y me corrompe, estoy más que dispuesto. Por muy justo y santo que sea Dios, por mucha verdad que exprese, no deseo seguirlo. Me desagrada la verdad. Me gustan la fama, el estatus, las recompensas y las coronas; aunque no pueda obtener ninguna de esas cosas, me gustan”. Así, sin más, esta persona ha seguido a alguien que no tiene nada que ver con él y se ha ido con un anticristo que se opone a Dios. ¿Seguiría Él queriendo a una persona así? Sin duda, no. ¿Es razonable que Dios no la quiera? Absolutamente. Sabes por la doctrina que Dios es un Dios que aborrece el mal y es santo. Entiendes esta doctrina, pero ¿sabes cómo trata Dios a la gente así? Si Dios desdeña a alguien, lo abandonará sin dudarlo. ¿Acaso no son las cosas tal como digo? (Sí). Así son las cosas. Por tanto, el hecho de que Dios abandone a alguien así, ¿significa que Él tiene un corazón cruel? (No). Dios es recto en Sus acciones. Si sabes quién es Él, pero no te gusta seguirlo, si sabes quién es Satanás y sigues insistiendo en seguirlo, Dios no te forzará. Adelante, y sigue a Satanás para siempre. No regreses; Dios te ha abandonado. ¿Cómo puede uno entender el carácter de Dios? Su carácter es justo y santo y contiene un rasgo que aborrece el mal. En otras palabras, si como ser creado estás dispuesto a pervertirte, ¿qué puede decir Dios? Él nunca fuerza a nadie a hacer cosas que no esté dispuesto a hacer. Nunca fuerza a la gente a aceptar la verdad. Si deseas pervertirte, es tu elección personal; al final, serás tú quien cargará con las consecuencias y solo podrás culparte a ti mismo. Los principios de Dios para ocuparse de la gente son inmutables, de modo que si estás satisfecho con la depravación, tu final inevitable será ser castigado. Al margen de la cantidad de años que hayas podido seguir a Dios, si deseas pervertirte, Él no te forzará a que te arrepientas. Eres tú quien está dispuesto a seguir a Satanás, a que él te desoriente y te eche a perder, y, por eso, al final, serás tú quien cargue con las consecuencias. Algunos se apenan por la gente así y derrochan bondad para ayudarlos, pero por mucho que se los aliente, no volverán atrás. ¿Qué ocurre? La cuestión es que Dios no salva a personas así; si Él no las quiere, ¿qué puede hacer el hombre? Es la razón subyacente. Sin embargo, cuando las personas no pueden ver una situación con claridad, deberían hacer lo que se supone que deben hacer y cumplir las obligaciones y responsabilidades que se esperan de ellas. Por lo que se refiere a los resultados que se producirán al llevar a cabo estas tareas, deben fijarse en la dirección de Dios. ¿Acaso no habéis llegado a entender en parte la frase “Dios es un Dios que aborrece el mal” a través de estos detalles sobre los que os he hablado? Este es un aspecto de la cuestión, que Dios no quiere a quienes están contaminados por los espíritus malvados. ¿Por qué Dios no los quiere? Si has elegido a Satanás, ¿cómo podría Él seguir queriéndote? Si has elegido a Satanás, ¿cómo podría Él seguir apiadándose de ti y conmover tu corazón para hacer que volvieras? ¿Es Dios capaz de hacer eso? Él es más que capaz, pero elige no hacer esta obra porque Su carácter es justo y porque Él es un Dios que aborrece el mal.

En nuestra última charla, nos centramos en la principal manifestación de la esencia perversa de los anticristos, que es su hostilidad y aversión hacia todas las cosas positivas y hacia las verdades. Hoy voy a compartir este tema desde otra perspectiva, la de que los anticristos aman todo lo que es opuesto a las cosas positivas. ¿Y qué es eso? (Las cosas negativas). Sí, las cosas negativas, eso es, todo lo que va en contra de la verdad, la contradice y no concuerda con ella. A los anticristos no les gustan las cosas positivas, de modo que tendrá que haber algo que les guste, ¿verdad? ¿Y qué les gusta? Los engaños y las mentiras, así como las argucias, las conspiraciones y las tácticas. ¿Hay anticristos que leen Treinta y seis estratagemas en su tiempo libre? Me imagino que sí. ¿Crees que yo leo Treinta y seis estratagemas? No lo leo ni lo estudio. ¿De qué sirve leerlo? Leerlo me provoca náuseas y me revuelve el estómago. ¿Cómo te sientes después de leer Treinta y seis estratagemas? ¿Acaso no te sientes aún más asqueado de la humanidad perversa? ¿Tienes este sentimiento? Cuanto más lees ese libro, más asco sientes. ¡Percibes que esa persona es demasiado malvada! ¿Vale la pena tener que usar estratagemas para cada pequeña cosa y llegar a extremos como no poder dormir por la noche ni comer durante el día o devanarse los sesos para averiguar cómo luchar? Es posible que algunos anticristos estudien Treinta y seis estratagemas en su tiempo libre y pongan a prueba su ingenio contra otra persona y contra Dios. Les gustan las mentiras, el engaño, las conspiraciones, las argucias, las tácticas y las estrategias, pero ¿les gustan la ecuanimidad y la justicia de Dios? ¿Cuáles son los antónimos de ecuanimidad y justicia? (Perversidad y fealdad). Perversidad y fealdad. Les gustan las cosas feas, todo lo que es inicuo y parcial, todo lo que es injusto e inapropiado. Por ejemplo, perseguir la verdad es una causa recta. ¿Cómo definen esto los anticristos? Dicen: “¡Los que persiguen la verdad son tontos! ¿Qué valor tiene vivir si uno no vive de la manera que quiere? ¡La gente debe vivir para sí misma y todos los que viven para la verdad y la rectitud son idiotas!”. Ese es su punto de vista. Así pues, ¿son capaces de hacer cosas rectas? No. ¿Pueden ponerse en pie y hablar cuando en la iglesia surgen problemas que perturban y trastornan la obra de la iglesia? No solo no se ponen en pie, sino que se divierten y se regocijan en secreto con este infortunio; son malas semillas. Nunca les preocupan los asuntos relacionados con la obra de la casa de Dios ni se levantan y hacen lo que haga falta para proteger al pueblo escogido de Dios. Los que se divierten en secreto y se burlan de la casa de Dios cuando ven a personas malvadas hacer el mal y a malas personas oprimir a la iglesia, ¿qué clase de individuos son? Son individuos perversos. ¿Y qué clase de personas son los líderes capaces de proteger a estas personas malvadas? Son anticristos. No permitirán que se vean perjudicados sus intereses, pero harán caso omiso cuando se vean perjudicados los intereses de la iglesia y no se entristecerán en absoluto. A puertas cerradas, incluso se alegrarán de no haber perdido nada. Esta es la perversidad de los anticristos.

Acabamos de hablar sobre cómo los anticristos sienten aversión por la verdad, cómo les gustan las cosas injustas y perversas, cómo persiguen intereses y bendiciones, cómo nunca se desprenden de su intención y deseo de obtener bendiciones y cómo siempre intentan hacer tratos con Dios. ¿Cómo se debería discernir y clasificar este asunto? Si lo llamáramos “anteponer el beneficio a todo lo demás”, seríamos demasiado moderados. Es como cuando Pablo reconoció que tenía una espina en la carne y que debía trabajar para expiar sus pecados, pero al final aún deseaba ganar una corona de justicia. ¿Cuál es la naturaleza de este hecho? (La malicia). Es un tipo de carácter malicioso. Pero ¿cuál es su naturaleza? (Hacer tratos con Dios). Tiene esta naturaleza. Él buscó el beneficio en todo lo que hizo y lo trató todo como una transacción. Hay un dicho entre los no creyentes: “Nadie da nada por nada”. Los anticristos también albergan esta lógica y piensan: “Si trabajo para ti, ¿qué me darás a cambio? ¿Qué beneficios puedo obtener?”. ¿Cómo se podría resumir esta naturaleza? Está guiada por el beneficio, antepone el beneficio a todo lo demás y es egoísta y despreciable. Esta es la esencia-naturaleza de los anticristos. Creen en Dios solo con el propósito de obtener beneficios y bendiciones. Incluso si soportan un poco de sufrimiento o pagan algún precio, todo tiene la finalidad de hacer un trato con Dios. Su intención y su deseo de obtener bendiciones y recompensas son inmensos y se aferran a ellos con fuerza. No aceptan ninguna de las muchas verdades que Dios ha expresado, siempre piensan en el corazón que creer en Dios consiste en obtener bendiciones y procurarse un buen destino, que este es el principio más elevado y que nada puede sobrepasarlo. Piensan que la gente no debería creer en Dios, salvo por ganar bendiciones y que si no fuera por estas, creer en Él no tendría ningún significado ni valor, perdería ambas cosas. ¿Alguna otra persona inculcó estas ideas en los anticristos? ¿Se derivan de la formación o la influencia de otra persona? No, estas ideas vienen determinadas por la esencia-naturaleza inherente de los anticristos, que nadie puede cambiar. A pesar de que el Dios encarnado pronuncia muchas palabras hoy en día, los anticristos no aceptan ninguna de ellas y, por el contrario, se resisten a ellas y las condenan. Su naturaleza de sentir aversión por la verdad y de odiarla nunca puede cambiar. Si no pueden cambiar, ¿qué indica esto? Que su naturaleza es perversa. Esto no es una cuestión de perseguir o no la verdad; es un carácter perverso, es clamar y contrariar a Dios de forma descarada. Esta es la esencia-naturaleza de los anticristos; es su verdadera cara. Dado que los anticristos son capaces de clamar y oponerse a Dios de forma descarada, ¿cuál es su carácter? Es perverso. ¿Por qué digo que es perverso? Los anticristos se atreven a resistirse a Dios y a clamar contra Él por obtener bendiciones y por la fama, las ganancias y el estatus. ¿Por qué se atreven a hacer esto? En el fondo del corazón, tienen una fuerza, un carácter perverso que los gobierna, de modo que son capaces de actuar sin escrúpulos, de discutir con Dios y de clamar contra Él. Antes incluso de que Dios diga que no les dará ninguna corona, antes de que Él les retire su destino, su carácter perverso brota del interior de su corazón y dicen: “¡Si no me das una corona y un destino, iré al tercer cielo y discutiré contigo!”. Si no fuera por su carácter perverso, ¿de dónde sacarían tal energía? ¿Puede la mayoría de la gente reunir tal energía? ¿Por qué no creen los anticristos que las palabras de Dios son la verdad? ¿Por qué se aferran con tenacidad a su deseo de obtener bendiciones? ¿Acaso no es esto, una vez más, una manifestación de su perversidad? (Lo es). Las propias bendiciones que Dios promete conceder a la gente se han convertido en la ambición y el deseo de los anticristos. Están determinados a obtenerlas, pero no quieren seguir el camino de Dios ni aman la verdad. Por el contrario, persiguen bendiciones, recompensas y coronas. Incluso antes de que Dios diga que no les dará estas cosas, quieren enfrentarse a Él. ¿Cuál es su lógica? “¡Si no puedo obtener bendiciones ni recompensas, discutiré contigo, me opondré a ti y diré que tú no eres dios!”. ¿Acaso no amenazan a Dios al decir estas cosas? ¿Acaso no intentan derrocarlo? Incluso se atreven a negar la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Cuando Sus acciones no están en consonancia con su voluntad, se atreven a negar que Dios es el Creador, el único Dios verdadero. ¿Acaso no es este el carácter de Satanás? ¿Acaso no es esta la perversidad de Satanás? ¿Existe alguna diferencia entre la manera de actuar de los anticristos y la actitud de Satanás hacia Dios? Estos dos planteamientos pueden equipararse por completo. Los anticristos se niegan a reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas y quieren arrancar bendiciones, recompensas y coronas de las manos de Dios. ¿Qué tipo de carácter es este? ¿Sobre qué base desean actuar y apoderarse de cosas como esta? ¿Cómo pueden reunir tal energía? Ahora se puede resumir la razón: esta es la perversidad de los anticristos. Los anticristos no aman la verdad; sin embargo, siguen queriendo obtener bendiciones y coronas y arrancar estas recompensas de las manos de Dios. ¿Acaso no es esto buscar la muerte? ¿Se dan cuenta de que cortejan a la muerte? (No se dan cuenta). También podrían tener una leve sensación de que obtener recompensas es imposible, de modo que primero expresan un enunciado como: “¡Si no puedo obtener bendiciones, iré al tercer cielo y discutiré con dios!”. Ya prevén que les resultará imposible obtener bendiciones. Al fin y al cabo, Satanás ha clamado contra Dios en el aire durante muchos años y ¿qué le ha dado Él? El único enunciado de Dios al respecto es: “Una vez terminada la obra, te tiraré al pozo sin fondo. ¡Perteneces al pozo sin fondo!”. Esta es la única “promesa” de Dios a Satanás. ¿Acaso no es retorcido que él siga deseando recompensas? Esto es perversidad. La esencia inherente de los anticristos es hostil a Dios y los anticristos ni siquiera saben por qué es así. Tienen el corazón centrado únicamente en ganar bendiciones y coronas. Siempre que algo está relacionado con la verdad o con Dios, surge en su interior un arranque de resistencia e ira. Esto es perversidad. La gente normal probablemente no puede entender los sentimientos internos de los anticristos; eso es bastante duro para ellos, porque tienen unas ambiciones inmensas, albergan una energía perversa inmensa en su interior y tienen un gran deseo de bendiciones. Para describirlos se puede decir que arden en deseos. Pero en la casa de Dios se comparte la verdad sin cesar: debe ser muy doloroso y difícil para ellos oír esas charlas. Se hacen daño a sí mismos y fingen mucho para soportarlo. ¿Acaso no es este un tipo de energía perversa? Si la gente corriente no amara la verdad, no le parecería interesante la vida en la iglesia e incluso sentiría repulsión hacia ella. Leer las palabras de Dios y compartir la verdad serían más un sufrimiento que un placer para ellos. Así pues, ¿cómo pueden soportarlo los anticristos? Es porque su deseo de obtener bendiciones es tan inmenso que los fuerza a hacerse mal a sí mismos y a soportarlo de mala gana. Además, se escabullen en la casa de Dios para actuar como lacayos de Satanás y se dedican a causar trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia. Creen que esta es su misión y, hasta que finalizan su tarea de resistirse a Dios, están a disgusto y sienten que han decepcionado a Satanás. Esto está determinado por la naturaleza de los anticristos.

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.