Punto 7: Son perversos, insidiosos y falsos (III) Parte 5
Vamos a continuar con un debate acerca de Pablo. ¿En qué clase de familia nació? En una familia de intelectuales, culta. Así era la familia en la que nació, y el contexto de su nacimiento se consideraba bueno. Tenía una educación superior. De acuerdo con los estándares actuales, puede que fuera de los que estudian teología o van a la universidad. ¿Era su conocimiento y su aprendizaje superior al de la mayoría? (Sí). A juzgar por el conocimiento y la erudición de Pablo, ¿le hubiera resultado fácil reconocer que el Señor Jesús era Cristo? (Sí). Muy fácil. Sin embargo, ¿por qué no reconoció al Señor Jesús como Cristo? (Idolatraba el conocimiento y sentía que el Señor Jesús no tenía tanto como él, así que se negaba a reconocerlo). Es demasiado simple expresarlo así. Si el Señor Jesús no poseía tantos conocimientos como él, no podía reconocerlo; si los tuviera, es posible que lo reconociera. Esta deducción se queda un poco a medio camino. Ahora bien, solo decimos que los anticristos idolatran el conocimiento; es decir, cuando escuchan a las personas y lidian con estas y con los asuntos, tienen un punto de vista que permite a otros ser conscientes de que idolatran el conocimiento y la erudición. Por ejemplo, si tus palabras son muy lógicas, de alto nivel, inteligentes, insondables y abstractas, eso es justamente lo que le gusta. Abstracto y conforme a la lógica, a la filosofía e incluso a cierto conocimiento; esto es exactamente lo que quiere. El Señor Jesús es la encarnación de Dios, y todo lo que Él expresa son las palabras y verdades de Dios. Por tanto, cuando las personas con conocimiento y erudición se fijan en estas palabras y verdades, ¿cómo las evalúan? “Las palabras que tú dices son demasiado vulgares y superficiales. Todas son cosas triviales sobre creer en dios. No son ni profundas ni insondables. No hay misterios. Sin embargo, tú dices que son la verdad. ¿Qué tiene de elevado la verdad? ¡Yo también puedo decir estas cosas!”. ¿No creen esto los anticristos? (Sí). Lo sopesan así, y piensan: “Déjame ver si, después de todo, las cosas de las que hablas se hallan por encima o por debajo de mi conocimiento”. En cuanto las oyen, las desafían y dicen: “Suenas como un estudiante de primaria, yo soy universitario, ¡así que tú no eres tan bueno como yo!”. Entonces encuentran algún fallo en las palabras de Dios, y dicen: “Parece que no entiendes de gramática, y a veces las palabras que tú usas al hablar no son adecuadas. No pareces ser dios”. Se fijan en Su apariencia para ver si es Dios o no; no escuchan el contenido de Sus palabras ni si lo que se expresa es la verdad o se trata de palabras que provienen de Dios. ¿Acaso no es eso carecer de comprensión espiritual? (Sí). Por tanto, los anticristos también cuentan con otra característica. Carecen de comprensión espiritual. Dado que valoran el conocimiento y la erudición, no comprenden la verdad. Nunca serán capaces de comprenderla. Tales personas están destinadas a pertenecer al mismo tipo que aquellos que carecen de comprensión espiritual. Usan su conocimiento para sopesar cada frase que dice Dios. ¿Pueden entender la verdad? ¿Pueden saber que esto es la verdad? Al final, ¿son capaces de llegar a una conclusión y de decir que todas estas palabras que dice Dios son la verdad? ¿Son capaces de reconocer esto? No son capaces de reconocerlo. Por consiguiente, desde su punto de vista, ¿cómo contemplan a Dios encarnado? Piensan: “Lo mire como lo mire, es un ser humano. Soy incapaz de percibir la calidad de dios. Da igual cómo lo escuche, no sé distinguir cuáles de sus palabras concuerdan con la verdad y cuáles son la verdad”. Por tanto, en el fondo de su corazón, piensan: “Si tienes algo nuevo y original, y puedo obtener algo de teoría y extraer un poco de capital de ti, te seguiré de momento y a ver cuál es el resultado”. Sin embargo, ¿pueden aceptar al Señor Jesús desde el fondo de su corazón? (No). En absoluto. ¿Por qué no lo aceptan? ¿Cuál es el motivo? Les gusta demasiado el conocimiento. Los gustos y el conocimiento del que están dotados y que han aprendido les ciegan los ojos y la mente, les impiden ver todo lo que ha hecho Dios. Aunque es obvio que lo que Él dice es la verdad, aunque la obra que realiza expresa con claridad Su identidad y esencia, no son capaces de verlo. ¿Por qué no? Porque su conocimiento y aprendizaje los hace llenarse de nociones, figuraciones y veredictos acerca de Dios. Al final, no importa cómo escuchen los sermones o se pongan en contacto con Dios, no pueden entender lo que dice, y menos aún aceptar que lo que ha dicho esta persona puede cambiar a la gente o se trata de la verdad, el camino y la vida. Bajo ninguna circunstancia pueden aceptarlo. No pueden de ninguna manera aceptar algo semejante, lo que los destina a no salvarse, igual que Pablo. ¿Confesó Pablo que el Señor Jesús era Cristo? No lo admitió ni siquiera al final. Hay quien dice: “¿Acaso no llamó al Señor cuando lo derribó en el camino a Damasco? Debió haber confesado. ¿Cómo se puede decir que no confesó?”. Un hecho prueba que Pablo nunca reconoció al Señor Jesucristo como su Salvador. Es decir, incluso después de que lo derribara, no paró de perseguir convertirse en Cristo. ¿Puede alguien convertirse en Cristo así como así? Cristo es Dios encarnado como humano. Es Dios y nadie puede convertirse en Él solo con desearlo. ¿Quién no quiere ser Cristo? Pero ¿es eso algo que pueden hacer los humanos? No es una cuestión de que la gente quiera hacerlo. Pablo incluso quería ser Cristo. A juzgar por la búsqueda de Pablo, ¿podría reconocer que el Señor Jesús es Cristo y el Señor? (No). ¿Dónde posicionó pues la identidad y el estatus del Señor Jesús? Como Hijo de Dios. ¿Qué es el Hijo de Dios? Lo siguiente: “No eres dios, eres un hijo de dios, eres más pequeño que dios, eres igual que nosotros, que somos hijos de dios, y tú eres también un hijo de dios, pero él te ha encargado una comisión distinta y has hecho obra diferente. Si dios me encargara a mí este trabajo, yo también podría hacerlo y soportarlo”. ¿No significa esto que Pablo no reconocía el hecho de que el Señor Jesucristo es Dios? (Sí). Creía que el dios de su fe estaba en el cielo, que este Cristo no era dios, y que la identidad de dios y su estatus no tenían nada que ver con este Cristo. ¿Cómo se desarrolló su comprensión y actitud hacia el Señor Jesús? Se dedujo a partir de su conocimiento y figuraciones. ¿Cómo lo dedujo? ¿En qué frase lo vio? El Señor Jesús dijo: “Mi Padre es así o asá” y “Hago esto o aquello por medio de Mi padre en el cielo”, y Pablo lo oyó y pensó: “¿Tú también te refieres a dios como dios? ¿También te refieres al dios en el cielo como padre? En ese caso, ¿eres un hijo de dios?”. ¿No es esto una figuración del cerebro humano? Se trata de una conclusión que extrajo alguien con conocimiento: “Si llamas padre al dios en el cielo y nosotros también lo llamamos padre, entonces somos hermanos. Tú eres el hijo mayor, nosotros los segundos y el dios en el cielo es nuestro dios común. Así pues, tú no eres dios y todos estamos al mismo nivel. Por tanto, no es el señor Jesucristo el que al final decide quién es recompensado, a quién se castiga y cuál es su desenlace; no es el señor Jesucristo, sino dios en el cielo”. Todas estas conclusiones y puntos de vista absurdos de Pablo los obtuvo al usar su mente para juzgar y analizar, después de estudiar teología y conocimiento. Este fue el resultado.
Pablo consideraba el conocimiento como un salvavidas, como su capital y, ante todo, como el objetivo de su búsqueda. Si Pablo no hubiera idolatrado el conocimiento, y hubiera sido capaz de desprenderse del que había adquirido antes, de considerar al Señor Jesús como el Señor, como el Único al que se puede seguir, el Único que puede expresar la verdad, y de considerar las palabras del Señor Jesús como la verdad que se ha de obedecer y practicar, el resultado hubiera sido diferente. El hecho de que Pedro pudiera negar al Señor tres veces fue, por un lado, porque tenía miedo y, por otro, porque entendió que el Señor Jesús era un hombre corriente al que habían arrestado y estaba sufriendo. Había debilidad en su corazón; ese no fue el fatídico error. Tampoco que fuera capaz de negarlo a Él durante un momento. Esta no es la prueba que puede determinar de manera definitiva el desenlace de una persona. ¿Qué puede determinarlo? El hecho de tratar las palabras de Dios como tales, y de poder aceptar, obedecer y practicar Sus palabras como la verdad. Pablo y Pedro son dos ejemplos completamente diferentes. Pedro fue débil una vez, negó en una ocasión al Señor, una vez dudó de Él, pero al final el resultado fue que Pedro fue perfeccionado. Pablo obró para el Señor y sufrió muchos años. Lo razonable es que hubiera podido recibir una corona, pero ¿por qué Dios lo acabó castigando? ¿Por qué fue diferente su desenlace al de Pedro? Esto depende de la esencia-naturaleza de una persona y de la senda que persiga. ¿Cuál era la esencia-naturaleza de Pablo? Como poco hay un elemento de perversidad. Persiguió frenéticamente el conocimiento y el estatus, persiguió recompensas y una corona, y corrió de un lado a otro, obró y pagó el precio por la corona, sin perseguir la verdad en absoluto. Asimismo, en el transcurso de su obra, nunca dio testimonio de las palabras del Señor Jesús ni de que el Señor Jesús es Cristo, es Dios o Dios encarnado, de que el Señor Jesús representa a Dios, y todas las palabras que Él dice son las de Dios. Pablo no podía comprender estas cosas. Entonces, ¿cuál fue la senda que tomó Pablo? Persiguió con terquedad el conocimiento y la teología, desafió la verdad, rechazó aceptarla, y usó sus dones y su conocimiento para hacer la obra de gestionar, mantener y consolidar su estatus. ¿Cuál fue su desenlace definitivo? Tal vez no puedas ver desde fuera qué castigo recibió antes de su muerte, o si tenía una manifestación anormal, pero su desenlace definitivo fue diferente al de Pedro. ¿De qué depende esta “diferencia”? Una cosa es la esencia-naturaleza de una persona y otra la senda que toma. En cuanto a la actitud de Pablo y al punto de vista respecto al Señor Jesús, ¿en qué sentido se diferenciaba su resistencia respecto a la de la gente normal? Además, ¿qué diferencia hay entre que Pablo negara y rechazara al Señor y que Pedro negara el nombre de Dios y no reconociera al Señor tres veces por debilidad y miedo? Pablo se servía del conocimiento, de la erudición y de sus dones para hacer su obra. No practicaba la verdad en absoluto ni seguía el camino de Dios. Por tanto, ¿eras capaz de ver su debilidad en el periodo que pasó corriendo de un lado a otro y obrando o en sus cartas? No eras capaz, ¿a que no? Una y otra vez le enseñó a la gente cómo actuar y la incitó a perseguir la consecución de recompensas, coronas y un buen destino. No tenía experiencia, comprensión ni apreciación para practicar la verdad. Sin embargo, Pedro mantenía un perfil muy bajo en sus acciones. No tenía estas teorías profundas ni cartas tan famosas. Poseía algo de comprensión real y de práctica de la verdad. Aunque experimentaba debilidad y corrupción en su vida, tras muchas pruebas, la relación que estableció con Dios era la que hay entre el hombre y Dios, la cual era completamente diferente a la de Pablo. Aunque Pablo obraba, nada de lo que hacía estaba relacionado con Dios. No daba testimonio de las palabras de Dios, Su obra, Su amor o Su salvación de la humanidad, e incluso menos sobre las intenciones de Dios hacia las personas o Sus exigencias. Incluso le decía a la gente a menudo que el Señor Jesús era el Hijo de Dios, lo que al final la condujo a contemplar a Dios como una Trinidad. El término “Trinidad” proviene de Pablo. Si no hay nada semejante a “Padre e Hijo”, ¿puede haber una “Trinidad”? No. Las figuraciones humanas son demasiado “prolíficas”. Si no eres capaz de entender la encarnación de Dios, no dictes veredictos ni emitas juicios a ciegas. Solo escucha las palabras del Señor Jesús y trátalo como a Dios, como a Su aparición en la carne que se convierte en un ser humano. Lo más objetivo es tratarlo de este modo.
Cuando se dio testimonio por primera vez de la encarnación de Dios como mujer en esta etapa de Su obra, muchos no pudieron aceptarlo y se quedaron bloqueados. Sentían que “todas las palabras que se están diciendo son verdades, la obra que se está haciendo es la del juicio mediante palabras; estas cosas parecen obra de Dios, y soy capaz de admitir que esta persona es Dios encarnado; es solo que no es fácil aceptar su género”. Sin embargo, como todas estas palabras son la verdad, lo acaban por aceptar a Él de mala gana, y en el fondo piensan: “Primero lo seguiré y comprobaré si es realmente Dios”; hubo muchos que lo siguieron de este modo. La creación de Dios de la humanidad está en los dos géneros de varón y mujer, y la encarnación de Dios no es una excepción, o es varón o es mujer. Un día, de repente, alguien me preguntó: “¿Cómo se comprende que esta vez la encarnación sea mujer?”. Respondí: “Bueno, ¿cómo lo contemplas tú? Dios no actúa en conformidad con las nociones de las personas. Si estás seguro de que esto lo ha hecho Dios, entonces no deberías investigar lo que Él hace, y si no lo entiendes, deberías esperar. Si buscas y sigues sin obtener resultados, limítate a ver si te puedes someter. Si puedes, es que eres racional, pero si te bloqueas por este motivo y niegas todo lo que ha hecho Dios, no eres racional, no eres un auténtico creyente. Él hace diez cosas que tú contemplas como correctas y conforme a tus nociones, pero si una no concuerda con ellas, tachas las otras diez, ¿qué clase de acto miserable es ese? ¿Acaso no es propio de un diablo?”. Cuando compartí de esa manera, dijeron: “Sí, ahora he de aceptarlo”. Tras concluir Mi charla, la comprendieron y la aceptaron de inmediato, ¿acaso no tienen bastante buen calibre? Digamos que sí. Continuaron diciendo que: “Dios creó al hombre y a la mujer, y la primera vez que dios se hizo carne fue un hombre, un hijo de dios. Esta vez él se ha hecho carne como mujer, ¿no sería una hija de dios? Dime si mi manera de entenderlo es la correcta. Cuando la gente tiene hijos desea tener tanto un hijo como una hija, ¿quiere dios también tener ambos?”. ¿Cómo debí haberles respondido y explicado este asunto? ¿No debería tomarse en serio? ¿Acaso no hace falta que se corrija? ¿Hay algún problema en lo que dicen? Lo hay. Han dicho: “Dios tiene un hijo, el señor Jesús, y esta vez la encarnación es mujer, así que en este caso es su hija. Por tanto, dios tiene un hijo y una hija. Tiene a ambos, así que no hace falta el espíritu santo. Están el santo padre, el santo hijo y la santa hija, ¡esta Trinidad es muy apropiada y digna! Sin una hija, no estaría completa”. ¿Cómo te sientes tras escuchar eso? No sabes si reír o llorar. Decidme, ¿acaso no es una broma? (Sí). ¿Hay alguna diferencia entre su entendimiento de la encarnación y el de Pablo? (No). No hay diferencia. Si la gente siempre confía en su ingenio, figuraciones y nociones para hacer deducciones e inferencias sobre cuestiones del entendimiento de Dios, en especial para abordar temas sobre Su identidad y esencia, y los aplican en ciertos puntos de vista, esto resultará problemático, y cometerán errores y se toparán con complicaciones. Por tanto, ¿cuál es el camino más apropiado para lidiar con este asunto? Algunos asuntos son más profundos y abstractos, no son fáciles de entender y no es sencillo desentrañar la esencia y la causa raíz de este problema; si estas cosas no implican a la verdad ni afectan a tu búsqueda de esta, ¿qué debes hacer entonces? Desprenderte primero de ellas. ¿Qué sentido tiene investigarlas? No te corresponde investigar este asunto. Lo único que tienes que hacer es centrarte en la entrada en la vida y ser capaz de realizar bien tu deber. Algún día entenderás estos asuntos con naturalidad. Hay quienes dicen que no son capaces de desprenderse de ellos y quieren investigarlos, lo cual es problemático. No debes investigarlos. La gente no ha de abordar los asuntos relativos a la identidad, la esencia y el estatus de Dios con una actitud de investigación. Si continúas investigando, eso causará consecuencias graves. En los casos más severos, blasfemarás contra Dios. ¿Cómo debe la gente lidiar con asuntos relacionados con la identidad y esencia de Dios? Con sencillez, e incluso si no tienes el asunto lo bastante claro, una cosa es cierta: Él puede representar a Dios, es Su aparición, lo que expresa es la verdad, lo que la gente ha de aceptar es la verdad, lo cual es suficiente para obtenerla.
Si os fijáis en la esencia-naturaleza de los anticristos, ¿qué es lo que más idolatran? Las supuestas teorías teológicas elevadas, vacías y abstractas. Para ellos, estas teorías son extremadamente valiosas. Valoran y aman mucho estas cosas, y se les ocurren todo tipo de maneras de adquirirlas, a fin de destacar entre el resto. Toman nota de estas cosas en su corazón y las contemplan como capital, como piedras angulares a partir de las que hacer realidad sus propios objetivos vitales, sin saber que, en lo fundamental, no son la verdad. Sin embargo, les gusta dotarse de estas teorías teológicas, que luego se arraigan, y las toman como la verdad. Usan este conocimiento teológico para estudiar las palabras de Dios y las verdades que Él expresa. Cuando ven que las palabras de Dios y las verdades que expresa no son consistentes con las teorías teológicas que defienden, no pueden contenerse y juzgan y condenan las palabras de Dios. No sienten temor en sus corazones, creen que tienen una base bíblica para hacerlo. Algunos incluso condenan las palabras de Dios, dicen: “Las palabras de dios son demasiado tediosas. Algunas no son lógicas, otras no son gramaticales e, incluso algo del vocabulario que él usa no termina de funcionar”. Viven solo dentro de su propia cabeza y de sus pensamientos, se sirven del conocimiento y la erudición que poseen para analizar y estudiar las palabras de Dios. Muchos usan incluso sus figuraciones y su juicio para encontrar, en las palabras de Dios, cómo define Él a ciertas personas y qué destinos decide para algunas, y luego analiza y condena esas cosas de acuerdo con lo que dice la Biblia, con lo que comienzan así a negar las palabras de Dios. A medida que analizan y condenan Sus palabras, ocurre algo terrible. ¿Sabéis lo que es? Cuando la gente analiza y estudia a Dios, y cuando una mentalidad de condena surge en ella, el Espíritu Santo la desdeña y no obra en las personas. ¿No es algo terrible? Y sabéis lo que conlleva que el Espíritu Santo no obre. Cuando el Espíritu Santo no obra, se aleja de estas personas, lo que es equiparable a que se las abandone. En otras palabras, Dios no las va a salvar. Podemos analizar la razón. ¿De dónde provienen las teorías teológicas tras las que se han atrincherado durante media vida? ¿A quién representan? No lo tienen claro en el corazón. En realidad, estas cosas no provienen en absoluto de Dios ni tampoco son puro entendimiento humano. Son las interpretaciones falaces de la gente, y como tales, uno puede decir que provienen de Satanás y lo representan por completo. ¿Qué más incluye este conocimiento teológico? Aparte de las interpretaciones falaces de la Biblia, incluye la lógica y el razonamiento, las nociones y figuraciones, así como las experiencias, la ética, la moral y las ideas filosóficas de la gente. Cuando utilizan tales cosas para evaluar lo que dice Dios y Su obra, resulta obvio que se colocan del lado de Satanás en lo que se refiere a su trato de Dios. Por tanto, Él esconde Su rostro de ellos, y el Espíritu Santo los abandona. ¿Habéis experimentado esto alguna vez? Con anterioridad, algunos debatieron sus experiencias a este respecto, y dijeron: “Cuando empecé a creer en Dios, estaba deseando estudiarlo; estudié lo que Él dice, el uso que hace de las palabras, cómo trata a la gente, con quién es bueno y qué clase de persona le agrada o a cuál odia. Como consecuencia de todo este estudio, mi corazón se ensombreció, no era capaz de sentir a Dios en mis oraciones, desapareció la condición de libertad y liberación en mi corazón, y dejé de sentir paz y alegría. Era como si una piedra me aplastara el corazón”. ¿Habéis tenido alguna vez una experiencia así? (Sí). Aquellos que estudian constantemente a Dios no obtienen esclarecimiento ni iluminación del Espíritu Santo. Ni siquiera leer las palabras de Dios les trae alguna luz. A los anticristos se les da bien estudiar a Dios, pero no aceptan la verdad en absoluto. No mantienen relaciones personales normales en la iglesia y siempre se posicionan por encima de los demás para sermonearlos. A menudo se jactan de sus conocimientos y menosprecian a los hermanos y hermanas corrientes. Si interactúas con un anticristo y este se entera de que no posees una buena educación, no perderá el tiempo contigo. Incluso si cumples con los criterios para ser líder de iglesia o líder de equipo, no hará uso de ti. ¿De qué tipo de personas se sirven? Buscan a aquellas con estatus social, poder, conocimiento y dones, que puedan hablar con elocuencia; fijan sus ojos en ellas y se proponen utilizarlas. Si les corresponde a ellos elegir a las personas y utilizarlas, solo seleccionan a individuos elocuentes, con un alto nivel de educación, conocimientos y estatus en la sociedad. Aunque esas personas no persigan la verdad ni puedan hacer ningún trabajo, siguen siendo de su agrado. ¿Qué indica esto? Que pertenecen a la misma categoría. Al fin y al cabo, son tal para cual. Algunos anticristos entienden ciertas palabras y doctrinas, y luego buscan todas las formas posibles para practicar la predicación de sermones. ¿Hasta qué punto practican? En la medida en que pueden hablar de manera elocuente y amplia, subir al escenario sin utilizar anotaciones y hablar sin parar durante horas. Piensan que eso es trabajar, que es su momento de mayor gloria, el momento en que mejor pueden exhibirse. Aprovechan esas oportunidades y nunca las dejan escapar. Sin embargo, en cuanto a los temas sobre los que Dios suele compartir, cosas relacionadas con la humanidad normal, con la conciencia y la razón de la gente, y las relacionadas más estrechamente con la humanidad en la vida real de las personas, aunque les puedan parecer detalles pequeños e insignificantes, en realidad, guardan una íntima relación con entrar en la realidad-verdad. ¿Cómo consideran los anticristos estas cosas? Las desprecian de corazón, no se toman estas palabras en serio, y condenan tales asuntos en el fondo de su ser, al considerar que carecen de sentido. Por mucho que compartas la realidad-verdad; por ejemplo, que hables sobre cómo ser una persona honesta, alguien leal o con los pies en la tierra y que es responsable, por mucho que hables sobre esto, su punto de vista no cambia. Quieren ser alguien capaz de hablar con elocuencia, que parezca rebosante de talento y posea destrezas especiales, o incluso sobrenaturales, como hablar en lenguas, ser capaz de leer con extraordinaria rapidez, disponer de memoria fotográfica, etcétera. Si también poseyeran estas habilidades, entonces se les llenaría de alegría el corazón. En el fondo de su ser, persiguen y aprecian estas cosas. Por ejemplo, acabo de terminar de decir algo, y pasado un momento, lo olvido. Cuando se lo pregunto a todo el mundo, nadie lo recuerda tampoco. Ya ves, la memoria que tenemos todos es bastante similar, ¿verdad? (Sí). Sin embargo, cuando los anticristos ven esto, dicen: “¡Tampoco tienes buena memoria! Fíjate en esta o aquella persona espiritual; practica la lectura rápida y tiene memoria fotográfica. Eres cristo, ¿cuántas líneas eres capaz de leer de un solo vistazo?”. Yo digo: “No tengo esa habilidad supernatural. A veces no me acuerdo de una frase después de leerla y tengo que volver a hacerlo”. Replican: “¿No se supone que dios es todopoderoso?”. Así es como se empiezan a formar nociones. En el fondo de su corazón, ¿cómo contemplan al Dios encarnado? “El dios encarnado no es más que una persona perfectamente normal y corriente. No tiene buena memoria, su complexión no es gran cosa, no se parece a dios en ningún aspecto”. Por tanto, cuando oyen a alguien predicar sobre amar a Dios, piensan: “Si tal o cual persona espiritual o esta o aquella persona famosa fuera dios, podría aceptarla y amarla. Sin embargo, si este cristo actual es dios, no soy capaz de amarlo porque no se parece a dios para nada”. En su corazón, uno debe parecerse a dios para serlo; él debe hablar, actuar y parecerse a dios, de modo que cuando las personas lo vean, no tengan ninguna noción en absoluto; esto es lo que piensan. ¿Por qué? Consideran que: “Para empezar, no posees habilidades sobrenaturales. Segundo, no cuentas con talentos especiales. Tercero, no tienes los dones de esas personas en el mundo que consiguen grandes cosas. No eres excepcional en ningún sentido, ¿por qué debería escuchar lo que dices? ¿Por qué debería respetarte? ¿Por qué habría de someterme a ti? No soy capaz de someterme”. ¿Qué problema es este? ¿De qué tipo de carácter se trata? Aunque no entiendan la verdad, deberían tener la conciencia y razón de una persona normal. La gente alberga nociones, y Dios no la condena por ello, pero si, además de tenerlas, luego se resisten con obstinación y condenan a Dios, eso ofende con facilidad Su carácter. Que a los anticristos les sea posible condenar con total libertad y resistirse a Dios se debe a su naturaleza perversa. Tras adquirir conocimiento, cuentan con figuraciones más prolíficas, amplias y extensas sobre Dios y Su majestuosidad, esencia, autoridad y omnipotencia. Entonces tratan de cotejar esas figuraciones con el Dios al que pueden ver y con el que se relacionan. ¿Lo logran? Nunca van a poder equipararlos. Mientras más estudian a Dios, más lo niegan en su corazón, y es posible que condenen y se resistan a Dios; es algo inevitable.
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