Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (I) Parte 1
Antes de comenzar nuestra reunión de hoy, escucharemos una conversación. Dos personas están hablando. La primera dice: “Si me podaran, los hermanos y hermanas ya no querrían cumplir sus deberes”. La segunda dice: “¿No querrían cumplir sus deberes? ¡Pues vaya cosa! Si a mí me reemplazaran, los hermanos y hermanas se volverían negativos y débiles”. Al ver que lo ha superado, la primera dice: “Si yo dejara de creer, todos los hermanos y hermanas de donde estoy me seguirían”. Al oír eso, la segunda dice: “Bueno, entonces, tu presencia es más fuerte que la mía. De todos modos, si a mí me echaran, muchas personas de nuestra iglesia dejarían de creer. ¿Qué piensas de eso? Mi presencia es más fuerte que la tuya, ¿no?”. ¿Comprendéis lo que están diciendo en esta conversación? ¿Por qué están compitiendo? (Están compitiendo a ver quién es más capaz de ganarse a las personas, de establecer un reino independiente; están viendo quién de ellas es un poco más astuta que la otra). Están compitiendo para ver quién es más astuta, más capaz, quién tiene la mayor aptitud y quién de ellas se ha ganado a más personas. ¿Están compitiendo para ver quién posee más realidad-verdad? ¿Para ver quién tiene más humanidad? ¿Para ver cuál de ellas comprende más la verdad? (No. Están compitiendo para ver a cuál de ellas correrían a defender más personas en caso de que la reemplazaran o la echaran). ¿Qué tipo de aptitud es esa por la que están compitiendo? Están compitiendo por ver quién es más capaz de controlar, enredar y desorientar a la gente. A ver si adivináis: ¿qué clase de personas son estas dos? (Ambas son anticristos). ¿Qué son? ¿No son un par de personas malvadas, de tiranos? (Lo son). Está a la vista que son un par de personas malvadas: compiten descaradamente por ver quién es más capaz de hacer el mal, de desorientar y controlar a las personas, de ganarse a personas, quién tiene mejor capacidad de competir con Dios por Su pueblo escogido. Aquella de ellas que pueda controlar a más personas, esa es la que tiene mayor capacidad. Eso es por lo que están compitiendo. Decidme, ¿hay anticristos que compiten de esa manera? (Los hay). ¿Lo hacen públicamente o compiten entre ellos en secreto? (En secreto). Entonces, ¿existe el contenido de la conversación entre los dos de esta historia? ¿Es real? (Existe y es real). Dado que compiten entre ellos en secreto, ¿dirían esas cosas abiertamente? La amplia mayoría de los anticristos son taimados y perversos; no las dirían en público o de manera directa para no darle a la gente argumentos en su contra. Pero así es como piensan en secreto y, de hecho, es lo que hacen. Sea como sea que intenten cubrir y esconder las cosas y disfrazarse, su naturaleza de anticristo y su naturaleza malévola no se pueden ocultar. Sin duda, todo quedará en evidencia. Puede que no digan nada en voz alta, y no hay nada obvio que los demás puedan escuchar, pero actúan sin una pizca de ocultación ni de ambigüedad, sin encubrimiento ni reserva. Tampoco actúan a espaldas de la gente y mucho menos hacen concesiones. No hay ambigüedad ni dejamiento algunos en sus comportamientos y acciones para enredar, desorientar y controlar a las personas y establecer un reino independiente. Se oponen a Dios abiertamente y de esa misma manera atrapan y desorientan a la gente. Confían en que, si los fueran a podar, muchos hermanos y hermanas saldrían en su defensa, se opondrían a Dios y a Su casa, se volverían negativos, holgazanearían y no cumplirían sus deberes. Eso les encantaría y satisfaría su deseo. Si los reemplazan, tras bambalinas están desesperados por que muchas personas se vuelvan negativas, alcen la voz por ellos, salgan en su defensa y den explicaciones y argumentos a favor de ellos. Están desesperados por que la gente lleve la cuenta de sus méritos, defienda que tienen razón e incluso juzgue y condene las disposiciones de la casa de Dios, que se alce contra Dios en secreto en su corazón, negando Su justicia y negando que todo lo que Él dice y hace es la verdad y que todo son cosas positivas. Y, si dejan de creer, están desesperados por que todos los sigan con su incredulidad, que se vayan con ellos y se conviertan en sus seguidores; están desesperados por que todos nieguen que Dios es la verdad y creen que son ellos quienes la tienen, que todo lo que hacen es correcto y que pueden cambiar a la gente y salvarla. Si la iglesia los echa o expulsa por hacer el mal, se desesperan por que muchas personas nieguen la existencia de Dios y regresen al mundo, donde se volverán personas que no creen. Eso les encantaría. Eso devolvería el equilibrio a su corazón y sería una liberación para ellos. Estas revelaciones de un carácter satánico, estos comportamientos, estas esencias e incluso estas ideas y pensamientos intrincados y detallados, ¿a quién le hablan? ¿Estas personas son hermanos y hermanas de verdad? ¿Tienen auténtica fe en Dios? ¿Se someten realmente a Él? ¿Tienen aunque sea el más mínimo temor de Dios? (No). A partir de esto se puede ver que los anticristos son en esencia adversos a Dios y que son Sus enemigos. ¿Es exacta esta afirmación? ¿Es la verdad? (Es exacta y es la verdad). Es exactamente como son las cosas. Esa afirmación es la verdad simple y llana porque es un hecho, un hecho eternamente invariable. Así es como piensan los anticristos y eso es lo que hacen. Todas sus acciones y obras se rigen por sus ambiciones y deseos personales y es la naturaleza de los anticristos la que las rige y las incita. Entonces, ¿pueden ser salvadas las personas como los anticristos? (No). Son adversas a Dios y a la verdad a cada oportunidad. A su modo de verlo, quienquiera que perjudique sus intereses, que las haga perder reputación y las prive de sus deseos y ambiciones, de su esperanza de ser bendecidas, será su enemigo y se levantarán resistiéndose contra él, sin importar si lo que hizo fue algo bueno o malo. Esa es la naturaleza de los anticristos. Esa es la razón por la que, independientemente de qué cosas malas y erradas han hecho o de qué acciones han cometido que vayan en contra de los principios y los arreglos de la obra de la casa de Dios, no permitirán que otros los poden o que los dejen en evidencia y se encarguen de ellos. En cuanto estas cosas les suceden, no solo no se someten a ellas ni las aceptan y se niegan a reconocer que lo que han cometido es un hecho malvado; no, también contraatacan e intentan limpiar su nombre de la manera que sea necesario. Por todos los medios posibles intentarán endilgarle a otro sus pecados y sus errores y no asumirán nada de responsabilidad. Y es más: su mayor deseo es que puedan timar y desorientar a las personas para que justifiquen sus acciones malvadas y para que discutan por defenderlos, y que más gente pueda alzarse y hablar a favor de ellos. Eso es lo que más les gustaría ver.
Terminaremos aquí nuestra historia. Habéis adivinado correctamente: esos dos son, en efecto, anticristos. Solo los anticristos podrían tener una conversación así, decir en voz alta y desear cosas como esas. La gente corrupta normal puede tener unas pocas ideas semejantes a veces, pero, cuando realmente les sucede algo, regresan ante Dios para buscar y orar. Poco a poco, llegarán a someterse. Todos los que son creyentes verdaderos, los que tienen conciencia y razón, tienen un corazón aunque sea un poco temeroso de Dios cuando los podan o reemplazan. Tienen cierta actitud de sumisión, una disposición a someterse. No desean estar del lado contrario ni ser adversos a Dios. Así es como debería comportarse una persona común con un carácter corrupto. En cambio, un anticristo no posee nada de eso. Por muchos sermones que escuche, no se desprenderá de sus deseos ni de tales ambiciones suyas, como la de controlar a las personas, ganárselas y desorientarlas. Es más, esas cosas no disminuirán en absoluto; a medida que pasa el tiempo y cambian las circunstancias, sus ambiciones y deseos se volverán incluso más grandes, cada vez más excesivos. Esa es la diferencia radical entre la esencia-naturaleza de los anticristos y la de las personas corruptas comunes.
Hemos finalizado de hablar sobre el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos. Ahora hablaremos sobre el décimo punto: desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios. Despreciar la verdad, desacatar con descaro los principios e ignorar las disposiciones de la casa de Dios; cualquiera de estas cosas sería suficientemente grave por sí sola y ninguna de ellas es una revelación de un carácter corrupto común. En todas ellas se puede ver que la esencia de los anticristos que incluyen trae consigo crueldad y perversidad. Esos son los dos elementos obvios y graves. En este caso, ¿se puede describir la esencia de los anticristos con la arrogancia, la intransigencia y la falsedad? (No). Sería muy difícil llegar al fondo de esos rasgos de la esencia de un anticristo con esos descriptores. Solo las dos actitudes de crueldad y perversidad se pueden usar para encapsular la esencia de los anticristos.
Analizaremos estas cosas una por una. Desprecian la verdad: ¿qué quiere decir “despreciar”? (Considerar que algo es inferior). (Menospreciar, desdeñar y trivializar algo). (Pensar que algo es indigno de respeto). Todas las palabras que estáis usando significan más o menos lo mismo. “Despreciar” algo significa desestimarlo, considerarlo inferior, trivializarlo, menospreciarlo y desdeñarlo. En términos generales, significa resistirse a algo, sentir repulsión por ello y odiarlo desde el fondo del corazón, no aceptarlo e incluso condenarlo también, sumado a un juicio hostil y a la difamación. ¿En qué grado se compara esto con lo que habéis dicho vosotros? (Es más detallado y específico). Es más específico y práctico que lo que habéis dicho. La mayoría de las definiciones que habéis propuesto eran sinónimos de “despreciar”. Lo que Yo he dicho es un refinamiento más extenso de la esencia de la acción y el comportamiento de “despreciar”; es una descripción concreta y detallada del comportamiento y la esencia de despreciar la verdad. Quiere decir que, cuando alguien desprecia la verdad, la gente puede ver en lo que hace, en cómo trata la verdad en su vida diaria y en la actitud que adopta en su corazón hacia los asuntos que involucran la verdad y las cosas positivas que su actitud hacia ella es de no aceptación, de resistencia y de sentir aversión por ella; incluso también de juicio, condena y vilipendio hacia ella. Todas esas son formas específicas en las que se manifiesta y se revela “despreciar la verdad”, tan específicas como para incluir cada aspecto de las actitudes de ese tipo de persona hacia la verdad y sus formas de abordarla: la verdad, las palabras de Dios y las cosas positivas le causan repulsión. Se resiste a ellas desde el fondo de su corazón y no las acepta. Cuando le dices que algo es las palabras de Dios, que es la verdad, ¿cuál será su actitud? “Las palabras de dios, la verdad, ¡a quién le importa! Para todo usas las palabras de dios y la verdad. ¿No hay nada más que las palabras de dios en la vida que llevamos la gente? Hemos leído muchos libros, hemos adquirido tanta educación, ¿todo eso fue en vano? Las personas tienen cerebro y mente, tienen la capacidad de pensar en los problemas de manera independiente. Basar todo en las palabras de dios y en la verdad, ¿no es demasiado dogmático?”. ¿Cuál será su actitud cuando le pase algo y tú le digas que es necesario que ore a Dios y lo busque y lea Sus palabras? “¿Leer las palabras de dios? Cuando algo nos ocurre, es nuestro problema. ¿Qué tienen que ver con dios los problemas del hombre? ¿Qué tienen que ver con la verdad? ¿Realmente crees que todo está ahí, en las palabras de dios, que son una enciclopedia? Las palabras de dios no necesariamente lo mencionan todo. Los problemas de las personas deben resolverlos las personas, y cada problema requiere una solución específica. Y, si no puedes ocuparte de algo, búscalo en Internet o consúltale sobre ello a un experto. Hay incluso profesores universitarios en nuestra iglesia, y muchos de los hermanos y hermanas estudian una carrera. ¿Acaso no podemos todos nosotros juntos estar a la altura de la verdad?”. En cuanto mencionas buscar a Dios y buscar la verdad, en cuanto dices que debe leer las palabras de Dios, se le mete en la cabeza menospreciarte. No está dispuesto a practicar de esa manera, le parece demasiado degradante y humillante y piensa que lo hará parecer incompetente. ¿No es esa una de las formas que toma el despreciar algo? Es una manifestación real, un comportamiento real de despreciar la verdad. Las personas así no son la minoría. Puede que escuchen sermones a menudo y que tengan volúmenes de las palabras de Dios en la mano y que lleven a cabo deberes en la casa de Dios, pero, cuando les ocurre algo y les dicen que busquen la verdad y lean las palabras de Dios, les parece absurdo y sienten aversión por ello. No pueden aceptarlo, incluso les causa repulsión. Por eso, cuando les ocurre algo, lo resuelven con métodos humanos, diciendo: “Un asunto específico requiere una solución específica, y los problemas de la gente debe resolverlos la gente. No es necesario buscar a dios. Él no tiene por qué encargarse de todo. Además, hay cosas de las que no se puede encargar. Se trata de nuestros asuntos privados, que no tienen nada que ver con él y no tienen nada que ver con la verdad. Dios no debería interferir con nuestra libertad personal ni con nuestros asuntos privados. Tenemos derecho a elegir y a decidir cómo vivir, cómo comportarnos y cómo hablar. La verdad y las palabras de dios son para tiempos de máxima necesidad, para momentos críticos, para tiempos de máxima pobreza; cuando a alguien le ocurre algo que no puede resolver, algo que no tiene remedio, ahí es cuando deben sacar las palabras de dios y leerlas un poco, para sentir alivio, para tener un poco de consuelo espiritual. Eso es más que suficiente”. Aquí se puede ver que la actitud hacia la verdad que tienen las personas como los anticristos claramente no reconoce que la verdad puede ser la vida del hombre, o que las palabras de Dios están relacionadas con todo lo que sucede en la vida real de las personas, y menos todavía creen en el hecho de que Dios tiene en Su mano todo lo referido al hombre.
Los anticristos desprecian la verdad. Esto abarca muchas cosas. ¿Qué quiere decir que los anticristos desprecian la verdad? ¿Qué alcance tiene? Lo dividiremos en tres puntos para diseccionarlo. De esa manera os resultará más claro. Primero, desprecian la identidad y la esencia de Dios. ¿Acaso la identidad de Dios y Su esencia no significan la verdad? (Lo hacen). Después, desprecian la carne en que Dios se encarna. ¿Acaso la forma en la que Dios se encarnó y la obra que Él lleva a cabo no son la verdad? (Lo son). El último es que desprecian las palabras de Dios. El primero es que desprecian la identidad y la esencia de Dios, el segundo se podría resumir en decir que desprecian a Cristo, y el tercero es que desprecian las palabras de Dios. A continuación, diseccionaremos cada uno de estos puntos por separado.
I. Desprecio por la identidad y esencia de Dios
Primero hablaremos sobre el tipo de actitudes que tienen los anticristos hacia la identidad y la esencia de Dios, lo que demostrará que, en ese sentido, desprecian la verdad. ¿Cuál es la actitud de un anticristo hacia la identidad y la esencia de Dios? ¿Qué piensa de esas cosas? ¿Cómo las define? ¿Qué las considera? ¿Qué implica la esencia de Dios? Su carácter justo, Su omnipotencia, Su santidad y Su unicidad. Con respecto a Su identidad como el Creador, que es soberano sobre el destino de toda la especie humana, ¿los anticristos lo reconocen así? (No). ¿Cómo se manifiesta, específicamente ese no reconocimiento? (Los anticristos no aceptan a las personas, los acontecimientos y las cosas con las que se encuentran cada día de parte de Dios; por el contrario, solo sobreanalizan esos asuntos y los abordan con nociones y figuraciones humanas). ¿Los abordan con nociones y figuraciones humanas? La primera parte de lo que has dicho es correcta: cuando algo le ocurre a un anticristo, solo va a sobreanalizar el asunto. La segunda parte, en cambio, donde has dicho que aborda las cosas a partir de nociones y figuraciones humanas, esos son comportamientos de las personas corruptas comunes. De lo que estamos hablando aquí y lo que estamos exponiendo es que los anticristos desprecian la verdad y el hecho de la soberanía de Dios sobre el destino de la especie humana. Para encontrar pruebas de eso, debes buscar métodos y comportamientos relevantes de los anticristos. De hecho, los anticristos sí reconocen, con sus palabras, que “el hombre fue hecho por dios y su destino está en las manos de dios, por lo que la gente debería someterse a su dominio”, pero ¿lo aceptan de esa manera cuando les ocurren cosas? Esas palabras que dicen son bastante agradables y correctas, pero no es así como practican cuando les suceden las cosas. Son su enfoque y actitud hacia las cosas cuando les pasa algo los que revelan que las palabras que dicen son eslóganes y no conocimiento verdadero. Cuando les pasan cosas, ¿qué tipo de opiniones, pensamientos, enunciados y actitudes tienen que demuestran que tienen la esencia de un anticristo? Cuando algo acaece a un anticristo, ¿es su primera reacción aceptar este hecho? Calmarse y someterse ante Dios y aceptar el entorno que Él ha dispuesto, ya sea bueno o malo y lo beneficie o no, ¿es esa la actitud que tiene? Obviamente, no tiene esa actitud. Lo primero que tiene en cuenta cuando le ocurre algo es cómo eso afecta sus intereses y su posición; después maquina formas de liberarse, de encontrar una ruta de escape, de evadirlo. Dado que no quiere asumir la responsabilidad de ello, indirectamente busca razonamientos y excusas; usa esos métodos humanos para resolverlo y usa su cerebro para analizar y abordar el asunto. Incluso les endilgará la responsabilidad a otros, quejándose de que esta persona está equivocada y de que la otra no hace lo que le dicen, mientras se lamenta de que han sido descuidados y negligentes y de que las cosas fueron de esa manera en primer lugar. Está claro que tiene una actitud de resistencia, evasión, rechazo y no aceptación hacia las circunstancias que se le presentan, las circunstancias que Dios instrumenta. Su primera reacción a ellas es luchar contra su llegada; la segunda es usar métodos humanos para suavizarlas, para resistir la tormenta por medios humanos e incluso usar dichos medios para ocultar los hechos y para encubrir las pérdidas que ha causado a la obra de la iglesia y a la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Pone todas sus energías mentales en usar métodos humanos para cubrir y ocultar sus acciones malvadas. No reconoce la naturaleza de las cosas malas que ha hecho o qué principios-verdad ha vulnerado, e incluso instruye a los demás: “No dejéis que esto salga de aquí. No digamos nada, nadie más puede saberlo”. No solo no se somete y se niega a aceptar estas circunstancias, sino que también contraataca, engañando y guardándose cosas, intentando ocultar cuáles son los hechos reales con la esperanza de volver a convertir la montaña en un grano de arena y de trivializarlo para que los líderes superiores o Dios no se enteren de ello. Así es como los anticristos lidian con las cosas que les suceden. Esa manera de lidiar con las cosas, ¿es coherente con los eslóganes que gritan? Entre los eslóganes que gritan y su actitud cuando les suceden cosas, ¿cuál de las dos es una revelación de su esencia-naturaleza? (Su actitud cuando les suceden cosas). Y ¿cuál es esa actitud, exactamente? ¿Es una actitud de sumisión? ¿Es su actitud la de aceptar humildemente que Dios los discipline y los pode? ¿Tienen una disposición a someterse a la soberanía de Dios? ¿Son su actitud y su comportamiento genuino los de creer en que, sin importar lo que les suceda, Dios es quien tiene soberanía sobre todo lo referido al hombre? (No). Ni en lo más mínimo. ¿Cuál es su actitud, entonces? Es bastante evidente: pretenden rechazar las cosas, ocultarlas y engañar; pretenden oponerse hasta el fin y no dejar que Dios actúe ni sea soberano. Creen que tienen la aptitud y la capacidad de enmendar todo. En su territorio, nadie debe intervenir en su trabajo ni dirigirlos; ellos deben ser los más grandes. Entonces, ¿el dios en el que creen aún existe en ese momento? Ya no: ahora es un cascarón vacío. Así que ¿cómo es su fe en ese momento? Es vaga y hueca y contiene engaño. No tienen una fe genuina.
Cuando no le ha ocurrido nada al anticristo, simulará que escucha sermones, que lee las palabras de Dios y que aprende himnos. Participará en la vida de iglesia y se implicará proactivamente en todos los proyectos de la obra de la iglesia, a menudo diciendo: “Creemos en dios, así que debemos creer en su soberanía y someternos a ella. Todo está en las manos de dios y todo lo que él hace es bueno”. Es más, frecuentemente instruirá a otros: “La gente no debería insistir en actuar por su cuenta. Cuando algo ocurre, deberían orar a dios, porque todo está en sus manos”. Dice esos eslóganes en voz alta de manera bastante altiva y su actitud parece muy decidida y absoluta, pero no está a la altura de las expectativas porque, cuando algo le sobreviene, los hechos como son, lo que realmente revela deja en evidencia su verdadera estatura y su esencia, de forma total y completa. Queda en evidencia que no cree en el hecho de la identidad y en la esencia del Creador ni en el hecho de que Él es soberano sobre todas las cosas. No está dispuesto a aceptar esos hechos y mucho menos a reconocerlos. Más nefasto aún, no solo no los reconoce ni los acepta, sino que sostiene tercamente su oposición hasta el final. Cuando algo le ocurre, se siente agraviado; si no es por una cosa, será por otra. No se presenta ante Dios de una manera educada y sumisa para buscar Sus deseos y Sus intenciones; no se presenta ante Dios sumisamente, ni se somete a Su soberanía y disposiciones ni acepta Sus instrumentaciones y Su soberanía, y no acepta sumisamente Su disciplina. Por el contrario, desea suavizar el asunto con técnicas y maquinaciones humanas, por medios humanos, para suprimirlo, para cubrirles los ojos a los demás y a Dios. Cree que si suaviza el asunto lo hará desaparecer; que así sus errores y su carácter corrupto quedarán cubiertos y nadie sabrá de ellos ni podrá detectar nada malo en el anticristo ni indagar más en el tema. Habrá logrado algo enorme y, entonces, estará satisfecho. A juzgar por las palabras y los comportamientos del anticristo y por sus obras y actos cuando algo le sucede, así como por la esencia de su comportamiento y de su desempeño, se opone con terquedad a la soberanía de Dios. Luchará contra ella obstinadamente hasta el fin. En lo que sea que se haya equivocado, no permitirá que Dios lo pode o que disponga entornos con los que disciplinarlo, y mucho menos le permitirá que lo desenmascare y lo deje en evidencia. En cuanto es desenmascarado, en cuanto la verdad sale a la luz, entra en pánico y se frustra y exaspera; incluso puede que dé la vuelta a las cosas y lance acusaciones preventivamente diciendo que Dios no lo protegió, que no lo bendijo, que es injusto. De lo contrario, ¿por qué, siendo que le pasaron las mismas cosas que a alguien más, Dios no dejó en evidencia al otro, sino solo a él? ¿Por qué otro motivo, ante la misma situación, Dios no disciplinaría a la otra persona, sino únicamente a él? Hasta puede que diga: “Como veo que dios no es justo, tendré que protegerme solo, con métodos humanos; mis propios métodos”. Cree que dios no puede disciplinarlo y ponerlo al descubierto cuando hace algo malo, sino que debe encubrirlo, dándole el visto bueno a cada oportunidad, la salida fácil, y dejando pasar cada una de sus ofensas. Cree que eso es lo que haría dios. Si Él lo pone en evidencia y no lo trata con una preferencia especial cuando le ocurre algo y no le otorga una visión o un liderazgo especiales, siente que ese no es un Dios amoroso y que no es apto para ser soberano sobre su destino. Por eso, cuando algo le sobreviene, no quiere someterse a Dios y aceptar todo lo que viene de Dios como ser creado; en vez de eso, quiere que Dios lo sirva a él, que le dé ventaja en todo e incluso que no lo amoneste ni lo discipline por ninguna de las transgresiones que comete ni por la corrupción, rebeldía y resistencia que revela. En cada comportamiento y manifestación de un anticristo se puede ver que no tiene verdadera fe en Dios. Su supuesta fe no es más que un intento de acumular beneficios y ganar ventajas. No se somete a las instrumentaciones de Dios, sino que quiere instrumentar a Dios, con la intención de explotarlo para que haga todas las cosas por él y le abra las puertas. Como ser creado corrupto, no acepta la soberanía y disposiciones de Dios ni Su salvación. En cambio, siente que le está haciendo a Dios un favor extraordinario al creer en Él y que Dios debería recordarlo y protegerlo, bendecirlo de manera incondicional y perdonarlo sin importar qué maldad haya hecho, dándole un indulto especial. Los anticristos son un tipo de persona realmente malvado. No tienen la más mínima vergüenza. Ni siquiera saben el tipo de cosa que son o quiénes son, por eso cuando les ocurre algo ofrecen justificaciones y excusas con descaro, abogan y presionan por su caso, escurren el bulto y ocultan los hechos. Se oponen a Dios hasta el fin por miedo a que, si los ponen al descubierto y la gente los cala, se queden sin estatus ni prestigio. Su fe en Dios se queda en las palabras; no entregan nada y no se someten de manera genuina y mucho menos se acercan ni remotamente a la aceptación. Por eso, con respecto a la identidad de Dios, se puede ver en la esencia de un anticristo que se opone a ella desde lo profundo de su corazón: no está dispuesto a permitir que Dios tenga soberanía sobre su destino y que instrumente todo lo que a él se refiere. No quiere permitir que Dios sea soberano. ¿Quién le gustaría que fuese soberano? Quiere tener él mismo la última palabra, lo que significa, implícitamente, permitir que Satanás manipule las cosas y dejar que un carácter corrupto y que la esencia corrupta de Satanás sea su vida y que manden en su corazón como un rey. Así son las cosas. Y, con respecto a la esencia de Dios, ¿cómo la trata un anticristo? Él alberga dudas sobre los elementos que incluye la esencia de Dios. No cree, sino que duda. Incluso tiene nociones sobre todos esos elementos, y también condenación. A veces hasta usa sus figuraciones, su conocimiento y su inteligencia para analizar e interpretar esos elementos. Algunas personas necias incluso creen que sus interpretaciones son bastante buenas, espirituales, legítimas y prácticas. Eso es todavía más repulsivo.
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