Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (I) Parte 2

A. Desprecio por la justicia de Dios

Las personas que son anticristos siempre tratan la justicia y el carácter de Dios con nociones, dudas y resistencia. Piensan: “Que dios sea justo es solo una teoría. ¿Existe realmente la justicia en este mundo? En todos los años de mi vida, no la he encontrado ni la he visto una sola vez. El mundo es muy oscuro y malvado, y a la gente malvada y a los demonios les va bastante bien, viven satisfechos. No he visto que reciban su merecido. En esto no veo dónde está la justicia de dios; me pregunto, ¿existe realmente la justicia de dios? ¿Quién la ha visto? Nadie la ha visto, y nadie puede dar fe de ella”. Esto es lo que piensan para sí mismos. No aceptan toda la obra de Dios, todas Sus palabras y Sus instrumentaciones basándose en la creencia de que Él es justo, sino que siempre están dudando y emitiendo juicios, siempre llenos de nociones, y nunca buscan la verdad para resolverlo. Los anticristos siempre creen así en Dios. ¿Tienen una verdadera fe en Dios? No. Los anticristos siempre mantienen una actitud de duda cuando se trata de la justicia de Dios. Por supuesto que tienen sus dudas sobre el carácter de Dios, Su santidad y lo que Él tiene y es. No creen en esas cosas, sino que se guían solo por lo que pueden ver: si no pueden ver algo con sus propios ojos, jamás creerán en ello. Son como Tomás, siempre dudando del Señor Jesús; no creen que Él resucitó de la muerte ni creen en Su gran poder. Una escoria como los anticristos, que no tienen entendimiento espiritual ni persiguen la verdad, ¿cómo podría creer que las palabras de Dios son la verdad? ¿Podrían creer en Su omnipotencia y Su sabiduría? No creen en nada de eso; en el fondo, siempre tienen sus dudas. A juzgar por su esencia, los anticristos se guían por lo que pueden ver, así que son materialistas. No pueden ver la omnipotencia de Dios y no creen que Sus palabras sean la verdad, que sean hechos que Él ya ha realizado. Como no tienen entendimiento espiritual ni fe verdadera, no tienen forma de ver las acciones de Dios. Lo cierto es que su creencia en Él tiene una intención oculta. Son alborotadores sin sentido, sirvientes de Satanás. ¿Puede descubrir la existencia de la verdad una persona que no acepta la verdad ni cree en la existencia de Dios y que mira todas las cosas desde la óptica del hombre? ¿Puede descubrir el hecho de que Dios es soberano sobre la especie humana? Desde luego que no. Los anticristos observan las cosas con una mirada escrutadora y recelosa y una actitud escéptica, e incluso se oponen a todo lo que Dios hace, así que son incrédulos de Su carácter justo. Tienen sus dudas y no lo aceptan. ¿Qué comportamientos de los anticristos demuestran a los demás que no aceptan la verdad ni reconocen la esencia de Dios? Hay muchos comportamientos concretos. Por ejemplo, cuando surge un problema en la obra de la iglesia, no importa la gravedad de la culpa ni cuáles sean sus consecuencias, la primera reacción de un anticristo es desmarcarse y echar la culpa a otro. Para no ser considerados responsables, dirigirán las miradas hacia otro lado, diciendo algunas cosas correctas y que suenen bien, y haciendo un arreglo superficial para encubrir la verdad del asunto. En tiempos corrientes, la gente no puede verlo, pero cuando les ocurre algo, queda en evidencia la fealdad del anticristo. Como un erizo, con todas sus púas enhiestas, se protegen con todas sus fuerzas, deseando no asumir ninguna responsabilidad. ¿Qué clase de actitud es esta? ¿Acaso no es de no creer que Dios es justo? No creen que Dios lo escrute todo o que sea justo; desean utilizar sus propios métodos para protegerse. Ellos creen: “Si yo no me protejo, nadie lo hará. Dios tampoco puede protegerme. Dicen que él es justo, pero, cuando la gente se mete en problemas, ¿los trata dios realmente con justicia? De ninguna manera: él no hace eso”. Cuando se enfrentan a los problemas o a la persecución, se sienten faltos de ayuda, y piensan: “Entonces, ¿dónde está dios? La gente no puede verlo ni tocarlo. Nadie puede ayudarme; nadie puede ofrecerme justicia y defender la equidad en mi nombre”. Creen que la única manera de protegerse es siguiendo sus propios métodos, que de lo contrario sufrirán pérdidas, los acosarán y perseguirán, y que la casa de Dios no es una excepción a este respecto. Un anticristo ya lo tendrá todo planeado para sí mismo antes de que le ocurra cualquier cosa. Por una parte, se esfuerzan mucho en hacerse pasar por alguien tan poderoso que nadie se atrevería a molestarlo, meterse con él o acosarlo. Por otra parte, son absolutamente leales a las filosofías de Satanás y a sus leyes para la existencia. En términos generales, ¿de cuáles se trata? “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”, “agua que no has de beber, déjala correr”, “el sensato se protege nada más que para no equivocarse”, obrando según lo permitan las circunstancias, siendo pícaro y astuto, “yo no ataco a menos que me ataquen”, “la armonía es un tesoro y la paciencia, una virtud”, “di palabras de bien de acuerdo con los sentimientos y la razón de los demás, pues la franqueza incomoda”, “las personas inteligentes saben someterse a las circunstancias”, y otras filosofías satánicas por el estilo. No aman la verdad, sino que aceptan las filosofías de Satanás como si fueran cosas positivas, pues creen que les servirán de protección. Viven conforme a estas cosas; no le hablan a nadie con sinceridad, sino que dicen sin excepción cosas agradables, para congraciarse, halagadoras, que no ofenden a nadie, y buscan la manera de exhibirse para que los demás los estimen. Solo se preocupan por su propia búsqueda de fama, ganancia y estatus, y no hacen nada en absoluto para defender el trabajo de la iglesia. No exponen ni denuncian a quienquiera que haga algo malo y perjudique los intereses de la casa de Dios, sino que actúan como si no lo hubieran visto. Si nos fijamos en sus principios para manejar las cosas y el tratamiento que hacen de lo que sucede a su alrededor, ¿acaso tienen algún conocimiento del carácter justo de Dios? ¿Tienen alguna fe en ello? No tienen ninguna. “Ninguna” aquí no significa que no tengan conocimiento de ello, sino que albergan dudas sobre el carácter justo de Dios en su corazón. No aceptan ni reconocen que Dios es justo. Cuando ven a muchas personas testificando que la verdad y la justicia reinan en la casa de Dios, se resisten y emiten juicios en su corazón, diciendo: “¿Por qué el gran dragón rojo no ha sufrido retribución alguna por perseguir tanto al pueblo escogido de dios? Las personas malvadas que viven entre los no creyentes abusan del pueblo escogido de dios y lo difaman y lo juzgan, y ellas tampoco han sufrido retribución alguna. Todas ellas están en una situación favorable. ¿Por qué son siempre los que creen en dios de quienes abusan?”. En el fondo, ellos no creen en el carácter justo de Dios. No creen que Él trate a cada persona con justicia ni creen en las ideas de que Él retribuirá a cada persona lo que le corresponde conforme a sus actos y que solo aquellos que persiguen la verdad recibirán Su bendición y conseguirán un destino hermoso. Los anticristos no creen en esas cosas. Se dicen a sí mismos: “Si esos son hechos, ¿cómo es que no los he visto? Dices que quienes persiguen la verdad serán bendecidos por dios. Pues fulano, de nuestra iglesia, persigue la verdad y se esfuerza por dios, y lleva a cabo su deber con bastante lealtad. ¿Cómo le ha resultado eso? El gran dragón rojo lo persigue a tal punto que apenas puede ir a su casa; lo han separado de su familia por la fuerza y ni siquiera puede ver a sus hijos. ¿Esa es la justicia de dios? Y está mengano, a quien metieron en prisión por creer en dios y torturaron hasta quedar medio muerto. ¿Dónde estaba el carácter justo de dios en ese momento? Él se mantuvo firme en su testimonio, no fue un Judas. ¿Por qué dios no lo bendijo y lo protegió? ¿Y por qué permitió que el gran dragón rojo lo golpeara hasta dejarlo casi muerto? También hubo un líder de nuestra iglesia que dejó a su familia y su profesión por la obra de la iglesia. Durante años llevó a cabo su deber y atravesó unas cuantas adversidades y, al final, lo condenaron y echaron por haber hecho un poco de mal y por haber perturbado la obra de la iglesia. ¿Dónde estaba el carácter justo de dios? Y hay algunos hermanos y hermanas bastante jóvenes realizando deberes en la casa de dios, resistiendo adversidades y esforzándose; sin embargo, en cuanto cometen un error y vulneran los principios, los podan. Algunos de ellos lloran con bastante pena por miedo a que los echen y descarten y no hay nadie allí para darles consuelo. ¿Por qué no puedo ver la justicia de dios en eso? ¿De qué manera exactamente se manifiesta el carácter justo de dios en estas cosas? ¿Por qué no lo puedo ver? Y también está mi propio caso: puede que yo sea un poco superficial al cumplir mi deber y que a veces revele un carácter algo corrupto, pero, aun así, tengo talento. ¿Por qué la casa de dios no me asciende?”. En todos esos asuntos, los anticristos no pueden ver claramente lo que está sucediendo. Pueden ver solo los fenómenos externos, pero no cuáles son las intenciones de Dios detrás de las cosas. El fondo de su corazón está lleno de recelos y dudas, de ideas y nociones, y hay allí muchos nudos que no pueden desatar. Cuando piensan en esas cosas, se llenan de resentimiento, de condenación y de blasfemia contra el carácter justo de Dios. Agraviados, se dicen a sí mismos: “Si dios es justo, ¿por qué podan a la gente ingenua? Si él es justo, ¿por qué no perdona a las personas por revelar un poco de corrupción? Si él es justo, ¿por qué a algunas personas que han cumplido su deber y sufrido tanto las echan solo por no hacer trabajo real? Si dios es justo, ¿por qué a nosotros, que lo seguimos con vigorosa devoción, nos persiguen y torturan, y posiblemente nos envíen a prisión y, en ciertos casos, incluso nos golpeen hasta la muerte?”. Los anticristos no tienen una explicación clara para ninguno de estos fenómenos, no saben lo que pasa con ellos, no pueden verlo con claridad. A menudo se preguntan: “El dios en el que creo, ¿es justo o no? ¿Existe o no el dios justo? ¿Dónde está? Cuando afrontamos dificultades, cuando nos persiguen, ¿qué está haciendo él? ¿Puede salvarnos o no puede? Si él es justo, ¿por qué no destruye a Satanás? ¿Por qué no destruye al gran dragón rojo? ¿Por qué no castiga a esta especie humana perversa? ¿Por qué no nos brinda rectitud y defiende la justicia por nosotros, que creemos en él y hemos padecido terriblemente? ¿Por qué no nos defiende? Odiamos a los diablos, a Satanás y a las personas malvadas, ¿por qué dios no nos venga cuando sufrimos agravios?”. Un “por qué” tras otro salen sin cesar del corazón de un anticristo como si fuese una ametralladora que no se puede controlar de ninguna manera. Cuando no pueden controlar estas cosas, ¿por qué no se presentan ante Dios para orar y buscar o leen Sus palabras y tratan de hallar hermanos y hermanas con quienes compartir? ¿No solucionarían así dichos problemas, uno por uno? ¿Es realmente difícil solucionar esos problemas? Si adoptas una actitud de sumisión a Dios y a la verdad, de aceptar la verdad, ya no serán problemas: todos tienen solución. ¿Por qué no son capaces de hacer eso los anticristos? Porque no aceptan la verdad ni creen que las palabras de Dios sean la verdad ni reconocen la verdad. No pueden someterse a toda la soberanía de Dios y a Sus disposiciones y mucho menos aceptar de Él todas las cosas que suceden. Por eso los anticristos tienen el corazón lleno de dudas sobre la justicia de Dios. Cuando se enfrenten a la verificación, las dudas que colman su corazón saldrán despedidas y, por dentro, cuestionarán a Dios: “Si dios es justo, ¿por qué permite que suframos tanto? Si es justo, ¿por qué no tiene misericordia de aquellos que hemos soportado suficiente desgracia siguiendo a cristo? Si dios es justo, ¿por qué no protege a quienes nos gastamos por él y cumplimos nuestro deber, ni tampoco a nuestras familias? Si dios es justo, ¿por qué permite que algunas personas que creen sinceramente en él mueran en prisión a manos del gran dragón rojo?”. Entonces comienzan a clamar contra Dios: “Si dios es justo, no debería dejar que sufriéramos tanto; si dios es justo, no debería disciplinarnos ni ponernos en evidencia sin ton ni son; si dios es justo, debería ser tolerante con todas nuestras acciones malvadas, perdonar toda nuestra negatividad y debilidad y ser permisivo con todas nuestras transgresiones. Si no puedes siquiera hacer esas cosas, ¡entonces no eres un dios justo!”. Todas esas cosas tienen en la mente los anticristos. Están repletos de nociones sobre Dios y no buscan la verdad en absoluto para corregirlas. Esas nociones están destinadas a salir despedidas cuando llegue el día en que sean reveladas. Tal es la mentalidad espantosa y el verdadero rostro de los anticristos.

Los anticristos no reconocen ni aceptan la verdad y mucho menos admiten el hecho de que Dios es el Creador, así que, para ellos, el carácter justo de Dios es una gran incógnita. Y, con el paso del tiempo, el devenir de los acontecimientos y la aparición de diversos problemas, ese interrogante se vuelve cada vez más grande y, poco a poco, se transforma en un tachón. ¿Qué significa ese tachón? Que niegan completamente el hecho de que Dios es justo. Y, cuando ese tachón se ha hecho, cuando un anticristo niega que Dios es justo, todos sus deseos y fantasías se desvanecen. Pensad en esto: ¿Cuál es el punto de partida que lleva a una consecuencia así? (Los anticristos piensan que, por creer en Dios, deben ser bendecidos y recibir Su protección. Entonces, cuando la obra de Dios no coincide con sus nociones y figuraciones, sienten que Él no es justo y no pueden aceptarla de Él. Además, no oran a Dios ni buscan la verdad una vez han surgido sus nociones sobre Él y no pueden corregirlas de inmediato. De esa manera, sus nociones se acumulan y se amontonan; eso es lo que, al final, lleva a una consecuencia como esa). Estáis hablando sobre fenómenos superficiales, no estáis llegando a la raíz. ¿Por qué lo digo? Porque hay algo en la raíz de la capacidad de los anticristos de comportarse de esa manera y tener esas ideas, de su capacidad de dudar de Dios y de negarlo: está determinada por la esencia-naturaleza del anticristo, por supuesto. Esa es la raíz; lo dejaremos ahí. La causa radical principal, entonces, es que los anticristos han carecido desde el principio de amor por la verdad o aceptación de la misma. ¿Por qué no la aceptan? Eso también tiene su raíz: no reconocen que Dios es la verdad, que Sus palabras son la verdad, y, al no reconocerlo, no pueden aceptarlo. Dado que no aceptan la verdad, ¿pueden contemplar algún problema con la mirada de la verdad? (No). No pueden hacerlo, así que ¿cuáles son las consecuencias? No pueden ver tal y como son las cosas que les suceden, cualesquiera sean; las cosas grandes y pequeñas que suceden a su alrededor ni las palabras de los demás. No pueden ver tal y como son a las personas o los acontecimientos; no ver nada tal y como es. Algunas cosas parecen, desde fuera, ser como ellos dicen, pero no es así como son en esencia. Esto tiene que ver con la verdad. Si no comprendes la verdad ni la aceptas, ¿puedes entender la verdad que involucran estas cosas? No, así que lo único que puedes hacer es analizarlas y estudiarlas desde la mirada humana, desde el conocimiento humano y con un cerebro humano. ¿Qué resultados tendrá ese estudio? ¿Estarán de acuerdo con la verdad? ¿Estarán de acuerdo con los requisitos y las intenciones de Dios? No, jamás lo estarán. Es como en la historia de Job, que todos los que creen en Dios conocen. Todos los que reconocen y aceptan la verdad y que son capaces de creer en Dios y de someterse a Él elogian y admiran a Job por naturaleza; todos desean ser una persona como él. También elogian y admiran sus expresiones de alabanza a Dios y su conocimiento de Él en medio de sus pruebas. Las personas, en su interior, pueden comprender que las diversas tribulaciones y agonías que afectaron a Job fueron obra de Dios. Job, como persona, en su conjunto, es a lo que aspiran todos los que persiguen la verdad. Todos quieren seguir su ejemplo y ser una persona así. Y ¿cómo se consigue un desenlace tan positivo? ¿En qué se basa? En la creencia sincera y el reconocimiento de que esa es la verdad, que todo esto es la obra de Dios; es sobre esa base que uno llega, paso a paso, a desear ser una persona como Job, a desear convertirse en alguien que teme a Dios y evita el mal. Ellos creen en todo eso y lo reconocen de corazón y, finalmente, terminan aspirando a ello y continúan buscándolo en su vida. Para lograr un resultado como ese, lo más básico es que uno reconozca todo eso y lo crea en su corazón. Entonces, ¿está en los anticristos ese reconocer y creer? No lo está. ¿Cómo ven ellos todas las cosas por las que Job pasó? ¿Piensan que todo lo que Dios hizo tiene un significado? ¿Pueden ver que todo ello estuvo regido por Él? No pueden ver eso y tampoco el significado de todo lo que Dios hizo. ¿Qué ven? Job tenía grandes riquezas, tantas ovejas y bueyes como para llenar una montaña, y los hijos e hijas más hermosos del territorio. Eso sí lo ven. Y entonces, después de todos sus padecimientos, Dios lo volvió a bendecir. ¿Qué ven en eso? Ellos dirían: “El hombre hizo un trato por esas bendiciones; se las ganó. Que dios se las concediera no es más que lo correcto”. En su comprensión general del asunto, ¿el punto de vista de los anticristos es de aceptar la verdad y someterse a Dios? (No). ¿Qué tipo de punto de vista adoptan, entonces? Hay una sola perspectiva desde la cual ven todo el asunto, y es la de un incrédulo. Un incrédulo mira si se obtuvieron ganancias o ventajas o si se sufrieron pérdidas; cómo sacar provecho y cómo no hacerlo; qué conducirá a pérdidas y sufrimiento; qué vale la pena hacer y qué no. Ese es el punto de vista de los incrédulos. Los incrédulos ven, tratan y hacen todo de esa manera, con ese tipo de esencia. Esa es la actitud de los anticristos hacia el carácter justo de Dios.

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