Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (V) Parte 2
En cuanto a falsear e interpretar las palabras de Dios, ¿podéis aportar algún ejemplo relacionado con esta manifestación? (Durante la producción del vigésimo video del álbum de música coral, Dios nos pidió que enumeráramos las escrituras una por una en la pantalla. En esa ocasión, algunos hermanos y hermanas se dieron cuenta de que las escrituras eran demasiado extensas y eliminaron algunas frases. Más tarde, Dios se enteró de este problema y al diseccionarlo con severidad dijo que constituía una blasfemia contra las palabras de Dios). En lo que respecta a las palabras originales de Dios documentadas en la Biblia, son las palabras de Dios y las personas no deben cambiarlas. Lo mismo ocurre con las profecías de algunos profetas. También son palabras de Dios, Él las ha inspirado y tampoco deben alterarse. En Mi opinión, aunque estas palabras no están en el idioma original y son traducciones, el significado del texto traducido ha sido en gran medida preciso a lo largo de muchos años de revisiones, esto es algo que debes reconocer. Por lo tanto, si utilizamos estas palabras en la charla habitual, no es necesario narrarlas en su totalidad; se puede transmitir la esencia. Sin embargo, los hechos concretos no deben alterarse. Al citar, se debe utilizar la oración original completa. ¿Qué te parece este principio? (Está bien). ¿Por qué debemos hacerlo de esa manera? Algunas personas dicen: “Eso es cosa del pasado, ¿es necesario que nos lo tomemos tan en serio?”. No, se trata de una postura, de una mentalidad. Ya sea en el pasado, el presente o el futuro, las palabras de Dios son Sus palabras y no deben equipararse con las palabras humanas. Las personas deben adoptar una actitud rigurosa con respecto a las palabras de Dios. Después de que la Biblia fue traducida del texto original a varios idiomas, puede que algunos significados no concuerden con el original de manera precisa, o quizá existan discrepancias entre una oración del texto original y su traducción. Los traductores pueden añadir: “Nota: esto y lo otro”. Pueden también agregar entre corchetes: “O traducido como…”. ¿Acaso creéis que todas las personas que tradujeron los textos originales de la Biblia creían en Dios? (No necesariamente). Desde luego no eran personas que temían a Dios y evitaban el mal. Entonces, ¿por qué pudieron desempeñar esa tarea con tanta precisión? Los no creyentes lo llaman profesionalismo, pero los creyentes deberían llamarlo tener un corazón temeroso de Dios. Si ni siquiera tienes un corazón temeroso de Dios, ¿eres un creyente?
Debes adoptar una actitud devota hacia las palabras de Dios y cuando te reúnas y las compartas, una vez que las hayas leído, puedes añadir tus experiencias personales a medida que hablas sobre tu propio conocimiento y de lo que has aprendido a partir de estas experiencias. No obstante, no debes tratar las palabras de Dios como si se tratara de tus propias obras personales ni interpretarlas como te dé la gana. Las palabras de Dios no necesitan que las expliques ni sabrías explicarlas de forma clara o comprensible. Con que tengas algo de esclarecimiento e iluminación o experiencia, es suficiente, pero tratar de explicar la verdad o de explicarla para que la gente entienda las intenciones de Dios sería imposible. No es la manera correcta de actuar. Por ejemplo, algunas personas leen en las palabras de Dios que Dios ama a las personas honestas. Dios le dijo al hombre una vez: “Sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal” (Mateo 5:37). Hoy en día, las palabras de Dios también llaman a la honestidad de la gente. Así pues, ¿cuál debería ser la actitud correcta hacia las palabras y las exigencias de Dios? Busca en las palabras de Dios, que dijo: “Sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’”. Exactamente, ¿cómo se comportan entonces los que son honestos a los ojos de Dios? ¿Cómo hablan, cómo actúan, cómo se plantean el deber y cómo trabajan en armonía con los demás? Las personas han de buscar en las palabras de Dios estos principios y sendas de práctica y convertirse en las personas honestas que Él exige. Esta es la actitud correcta, la actitud que han de tener los que buscan la verdad. ¿Y cómo se comportan aquellos que no buscan la verdad, no la aman y no tienen un corazón temeroso de Dios y Sus palabras? Tras leer las palabras de Dios piensan: “Dios exige que la gente sea honesta, eso dijo el señor Jesús anteriormente. Hoy en día, dios dice una vez más que la gente ha de ser honesta. Ya, lo entiendo, ¿acaso la gente honesta no es sino aquella que es ingenua? ¿Acaso no es como suele afirmarse, que la gente ingenua llega a todos lados, que los buenos viven en paz y que es pecado engañar a los ingenuos? Mira, dios va a compensar las injusticias padecidas por los ingenuos”. ¿Son estas palabras la verdad? ¿Se trata de principios-verdad que han descubierto a partir de las palabras de Dios? (No). Entonces, ¿qué son estas palabras? ¿Se les podría denominar herejías y falacias? (Sí). Los que carecen de comprensión espiritual y no aman la verdad siempre relacionan las palabras de Dios con lo que la humanidad cree agradable al oído y correcto. ¿No es esto rebajar el valor de las palabras de Dios? ¿No es convertir la verdad en una especie de lema entre la humanidad, un argumento para saber cómo comportarse uno mismo? Dios exhorta a las personas a ser honestas, pero estos individuos ignoran cómo se comportan los honestos, cómo ser honesto y cuáles son los preceptos para serlo, y afirman de forma desvergonzada que Dios pide que la gente sea ingenua y que la gente ingenua, inútil y necia es honesta. ¿No es esta una malinterpretación de las palabras de Dios? Malinterpretan las palabras de Dios, pero aun así se creen muy listos y al mismo tiempo piensan que las palabras de Dios no son más que esto: “La verdad no es tan profunda; ¿no se trata solamente de ser una persona ingenua? Es bastante sencillo ser una persona ingenua: no robar y no blasfemar contra las personas ni golpear a los demás. ‘Es inútil decapitar a un hombre muerto; sé indulgente siempre que puedas’. Sé indulgente con los demás en todas las cosas, sé estricto contigo mismo y tolerante con los demás, sé una buena persona, y los buenos viven en paz”. Dicen muchas cosas, pero ninguna en consonancia con la verdad; no son más que herejías y falacias. Parecen tener alguna relación con las palabras de Dios, parecen tener cierta conexión con ellas, pero una vez que uno reflexiona y discierne el asunto, se da cuenta de que no son más que enunciados desorientados, falacias que perturban el pensamiento de la gente. Por ejemplo, Dios dice que hay amor en Su esencia, que Él ama al hombre. Dios muestra a la gente Su amor por el hombre por medio de lo que dice, de la forma en que trata al hombre, de Sus meticulosos esfuerzos por salvarlo y de la infinidad de aspectos de la manera en que Él obra en el hombre y, al tiempo que muestra Su salvación del hombre, también hace evidentes Su intención y los medios por los que lo salva, con el fin de que la gente conozca Su amor. ¿Qué opinan los que carecen de comprensión espiritual? “Dios es un dios que ama al hombre, dios quiere que todas las personas se salven y que nadie sufra la perdición. Dios ha dicho que el hijo pródigo que ha regresado vale más que el oro”. ¿Dijo esto Dios? ¿Son las palabras originales de Dios? (No). ¿Qué más dicen? “Salvar una vida vale más que construir una pagoda de siete plantas” y “El Buda es benevolente”. ¿Acaso no están revolviendo las cosas? Está claro que solo fingen que son espirituales, que entienden las palabras de Dios y aman la verdad; obviamente, son extraños, legos y necios que carecen de comprensión espiritual. He conocido a muchas personas así, gente impulsiva, de discurso audaz pero desprovistas de inteligencia, y los pensamientos y lo que sale de sus mentes no son más que herejías, falacias y falsedades. Esas personas que poseen los mayores poderes para desorientar a los demás y que son capaces de emplear estas herejías y falacias y algunos argumentos teológicos aparentemente sólidos para desorientar a los demás, a quienes obligan a obedecer y practicar lo que dicen, estas personas son anticristos. A todas luces parecen sumamente espirituales, pues a menudo citan pasajes de las palabras de Dios frente a los demás, y una vez que han terminado de interpretarlas de forma arbitraria sueltan algunas herejías y falacias. Hay personas así en todas las iglesias. Ayudan a la gente y la guían bajo la consigna de citar y compartir las palabras de Dios, pero, en realidad, lo que le inculcan no es lo que las palabras de Dios le exigen al hombre ni los principios-verdad que contienen, sino herejías y falacias que elaboran mediante el tratamiento, la interpretación y las figuraciones basadas en las palabras de Dios, lo que causa que la gente se aparte de estas y, por el contrario, los obedezca a ellos, y esto conlleva que se perturbe y desoriente a las personas. Por ejemplo, hay quienes dicen: “Al llevar a cabo la obra de su plan de gestión de 6000 años, dios ha experimentado el abandono y la resistencia de toda la humanidad; ¡dios es dios y su corazón no tiene límites! Como dice la gente: ‘El corazón de un primer ministro es lo suficientemente grande como para navegar en él’ y ‘La venganza siempre se sirve en plato frío’. ¡Qué magnánimo es dios!”. Todo parece indicar que dan testimonio a las personas de Dios y de lo que Dios tiene y es, pero ¿qué mensaje transmiten en realidad? ¿Es la verdad? ¿Es realmente la esencia de Dios? (No). ¿De quién dan testimonio? Dan testimonio del primer ministro. Comparan a Dios con un primer ministro, con un caballero; ¿no es una blasfemia? ¿Pueden encontrarse dichas palabras en las palabras de Dios? (No). Entonces, ¿de dónde han salido estas palabras? De Satanás. Los anticristos no solo no dan testimonio de Dios, sino que, además, tergiversan los hechos y blasfeman contra Dios, con lo que habitualmente desorientan a los que no tienen una base, a los que carecen de verdadera fe en Dios y que no comprenden la verdad. Estas personas son de poca estatura, no tienen una base ni habilidad para comprender la verdad, por lo que se dejan desorientar por estas herejías y falacias. Los anticristos consideran las herejías y falacias como máximas espirituales y una cosa que dicen sobre el amor de Dios es: “Dios quiere que todas las personas se salven y que nadie sufra la perdición”. Al hablar sobre lo que Dios le exige al hombre, afirman también: “Los buenos viven en paz”. Y sobre el hecho de que Dios no recuerde las transgresiones de la gente y le dé la oportunidad de arrepentirse, dicen: “Es inútil decapitar a un hombre muerto; sé indulgente siempre que puedas”. ¿Pueden encontrarse dichas palabras en las palabras de Dios? (No). ¿Por qué me enfado tanto en cuanto las oigo? ¿Por qué me molestan tanto? ¿Por qué me altero tanto? ¿Cuántos años llevan estas personas leyendo las palabras de Dios? ¿Son necias o se han vuelto locas? ¿En qué parte de las palabras de Dios se mencionan esas cosas? ¿Cuándo exigió Dios que la gente fuera ingenua? ¿Cuándo le exigió que acatara el dicho “Es inútil decapitar a un hombre muerto; sé indulgente siempre que puedas”? ¿Acaso Dios hace esto? ¿Qué parte de estas herejías y falacias que abrazan puede relacionarse con lo que Dios exige a la humanidad, con Sus intenciones y con los principios-verdad? No guardan ninguna relación. Por ejemplo, Dios les permite a las personas tener ideales, determinación, y aspiraciones, pero lo que los anticristos dicen es: “Dios nos incentiva a tener aspiraciones. El dicho ‘Un soldado que no quiere ser general no es un buen soldado’ lo expresa bien”. Este dicho es una especie de tendencia social, un punto de vista de la sociedad. ¿Es apropiado usarlo en la casa de Dios? ¿Es útil? (No). ¿Con qué palabras de Dios se relaciona este enunciado? ¿Se ajusta a las palabras de Dios? (No). Entonces, ¿por qué los anticristos lo afirman? Porque su objetivo es hacer que las personas perciban con suma claridad que son muy espirituales, que a partir de las palabras de Dios poseen entendimiento y esclarecimiento, que tienen la capacidad de comprender la verdad y que no son simples ignorantes. Sin embargo, ¿logra el propósito que ellos esperan? Al escuchar estas palabras, ¿sentís aprobación o rechazo en vuestro corazón? (Rechazo). ¿Qué es lo que os genera este rechazo? (Los anticristos asocian las falacias de Satanás con las palabras de Dios y las malinterpretan. Todas las palabras que dicen carecen de comprensión espiritual). Solo dicen palabras que evidencian una falta de comprensión espiritual y hacen que las personas sientan repulsión y aversión al escucharlas. Es obvio que no comprenden las palabras de Dios, no pueden captarlas y carecen del calibre y la capacidad para entenderlas. De todas maneras, fingen entenderlas y las interpretan para otros sin vergüenza utilizando palabras irrelevantes y torpes que provocan rechazo en las personas, no les ofrecen edificación y, por el contrario, perturban sus pensamientos. ¡Es verdaderamente detestable! ¿Qué debéis hacer cuando os encontráis con personas así? (Debemos diseccionar las partes falaces de lo que dicen). ¿Cómo debéis proceder? De hecho, es bastante sencillo. Les dices: “No me parece que hayas captado mucho después de leer las palabras de Dios”. Ellos responden: “No estoy de acuerdo. Yo considero que está bien”. Dices: “Independientemente de lo que sea, te parece bien. Entonces, según tu razonamiento, ¿quiere eso decir que las palabras de Dios son iguales a las herejías y las falacias humanas? Si estás de acuerdo con estas herejías y falacias, ¿por qué lees las palabras de Dios? No necesitas leerlas. Ahora tu problema es muy serio. Tratas las palabras de Dios como la filosofía para los asuntos mundanos de la humanidad perversa, como los métodos para manejar las cosas y los puntos de vista de dicha humanidad. Según tu punto de vista, las personas honestas de las que Dios habla son exactamente iguales a las personas ingenuas, imbéciles y tontas. Interpretas cada palabra que Dios dice usando términos humanos, y las equiparas con falacias y dichos que la humanidad perversa ha resumido. ¿Insinúas entonces que las palabras de Dios son palabras, lenguas, herejías y falacias humanas? Al entender las palabras de Dios de esta manera, no las estás comprendiendo; estás blasfemando contra ellas y contra Dios”. ¿Seríais capaces de expresar lo que he dicho con claridad? Si las palabras de Dios significaran lo que los anticristos dicen, ¿por qué Dios no se limitaría a decirlas directamente? Cuando Dios les dice a las personas que sean honestas, ¿por qué no les dice simplemente que sean ingenuas y buenas personas y nada más? ¿Es simplemente una diferencia en la forma de expresarlo? (No). Las palabras de Dios son la verdad, y en ellas se encuentra la senda para que las personas practiquen. Si estas actúan y viven de acuerdo con las palabras de Dios, pueden convertirse en personas que temen a Dios y evitan el mal, en personas que están en armonía con las intenciones de Dios. En cambio, actuar y vivir de acuerdo con lo que dicen los humanos lo convierte a uno en un completo atolondrado, en un verdadero Satanás viviente. ¿Reconocéis este punto? ¿Cuál sería el resultado si actuarais y practicarais de acuerdo con lo que Dios llama ser una persona honesta? ¿Y qué pasaría si actuarais y vivierais según lo que los humanos denominan una buena persona o una persona ingenua? ¿No serían diferentes los resultados? (Sí). ¿Qué resultado se obtiene si se vive como una persona honesta? (Es posible poseer una humanidad normal, tener la capacidad de adorar a Dios, llamar a las cosas por su nombre y ser franco y abierto con Dios. Cuando alguien se comporta de acuerdo con la definición de persona ingenua o buena de los humanos, se vuelve cada vez más astuto y experto en ocultar su verdadera naturaleza, solo dice palabras agradables, vive según la filosofía de Satanás para los asuntos mundanos y se convierte en un Satanás viviente). ¿Ves la diferencia? Actuar y vivir de acuerdo con lo que Dios denomina una persona honesta hace que el corazón de la gente se vuelva cada vez más puro; puede estar abierto a Dios y entregarse a Él sin disimulos, trampas ni mentiras. Su corazón no se oculta de Dios, sino que está simplemente abierto a Él; lo que piensa en su interior se revela y se vive hacia el exterior, y esto es coherente con lo que lleva adentro. Esto es lo que Dios quiere; esta es la verdad. Por otra parte, ¿cuáles son los principios de conducta y de práctica de aquellos a quienes la gente llama ingenuos o buenos? En realidad, es todo apariencia. No expresan lo que están pensando sin reparos ni dejan que los demás lo vean. No hieren de manera precipitada la autoestima ni los intereses de los demás, pero no dañar a otros es también una forma de protegerse a sí mismos. Son cautelosos por dentro, pero por fuera aparentan; simulan ser especialmente devotos, tolerantes, pacientes y compasivos. No obstante, nadie puede ver lo que piensan en su interior; dentro de ellos hay corrupción, resistencia y rebeldía, pero los demás no lo perciben. Exteriormente, fingen parecer sumamente edificantes, amables y bondadosos. No importa cuántas malas acciones cometan ni cuán rebeldes o perversos sean en su interior, nadie se da cuenta. En apariencia, también están dispuestos a ayudar a otros y a colaborar con los necesitados; siempre están listos para dar una respuesta; son verdaderos Lei Feng vivientes. Sonríen y siempre muestran su lado más positivo y, sin importar cuántas lágrimas hayan derramado en privado, frente a los demás siempre se muestran sonrientes y hacen que la gente se sienta edificada. ¿No es esto lo que la gente llama una buena persona? Si comparamos a esta persona buena con una persona honesta, ¿cuál es la positiva? ¿Cuál posee la realidad-verdad? (La persona honesta). Las personas honestas poseen la realidad-verdad; Dios las ama y cumplen con los estándares que Él exige. En cambio, las personas buenas e ingenuas no lo hacen; son precisamente el tipo de personas que Dios condena y desdeña. Cuando los anticristos interpretan arbitrariamente que las personas que son honestas como Dios lo exige son simplemente buenas o ingenuas, ¿no están, de alguna manera, condenando imperceptiblemente lo que Dios ha dicho? ¿No es esto blasfemar contra las palabras de Dios? ¿No es blasfemar contra la verdad? Es un hecho evidente. Los anticristos no entienden las palabras de Dios, mucho menos lo que es la verdad y, sin embargo, recurren a argumentos erróneos y aplican a ciegas sus propias interpretaciones, fingen entender cuando no tienen ni idea, malinterpretan salvajemente las palabras de Dios a su antojo y desorientan y perturban a los demás. ¿Actuaríais así? Fingir entender las palabras de Dios cuando uno claramente no las entiende y utilizar el propio vocabulario, expresiones y opiniones basándose en una comprensión literal personal para interpretar y delimitar las palabras de Dios es propio del carácter de un anticristo.
¿Qué diferencia esencial hay entre las palabras de Dios y del hombre y entre la verdad y la doctrina? Las palabras de Dios hacen que la gente crezca en razón y conciencia, que actúe con principios y que lo que viva tenga una realidad cada vez mayor de las cosas positivas. Las palabras del hombre, por otra parte, es posible que parezcan encajar perfectamente con los gustos y nociones de la gente; sin embargo, no son la verdad, están repletas de peligros, tentaciones, herejías y falacias, por lo que, si la gente actúa de acuerdo con ellas, lo que viva se apartará cada vez más de Dios y de las normas de Dios. Para más inri, la manera de vivir de la gente será cada vez más malvada y parecida a la de Satanás. Cuando la gente vive y actúa íntegramente según las herejías y falacias del hombre, cuando ha abrazado totalmente estos argumentos, vive como Satanás. ¿Y vivir como Satanás no implica que son satanases? (Sí). Así pues, han “logrado” convertirse en satanases vivientes. Algunos dicen: “Yo no creo eso. Solo quiero ser una persona ingenua que caiga bien a los demás. Quiero ser alguien a quien la mayoría considere bueno, y entonces veré si dios se deleita en mí o no”. Si no crees en lo que dice Dios, ve a comprobar si las palabras de Dios son la verdad o si las nociones del hombre son la verdad. Esta es la diferencia esencial entre las palabras de Dios y las del hombre. La distinción esencial entre la verdad y las herejías y falacias. Por más que las herejías y falacias del hombre parezcan encajar con los gustos de la gente, nunca pueden convertirse en su vida; mientras tanto, por más que las palabras de Dios parezcan sencillas, vulgares y contrarias a las nociones de las personas, su esencia es la verdad, y si lo que hacen y viven las personas está de acuerdo con los principios de las palabras de Dios, algún día, finalmente, se convertirán en auténticos seres creados aptos, capaces de temerlo y de evitar el mal. Por el contrario, si las personas no practican según las palabras de Dios y no actúan conforme a Sus exigencias, no pueden convertirse en seres creados aptos. Dios simplemente desdeñará sus acciones y la senda que recorren; es un hecho. ¿Habéis logrado mediante esta enseñanza una nueva comprensión o concepto de las palabras de Dios? ¿Qué son las palabras de Dios? Son la verdad, el camino y la vida; no existe falsedad en eso. Solo los anticristos, aquellos que por naturaleza sienten aversión por las cosas positivas y las odian, tratan las palabras de Dios con indiferencia, no consideran que sean la verdad y niegan el hecho de que son la verdad, el camino y la vida. En ningún momento aceptarán las palabras de Dios como su vida; son un grupo de personas que están más allá de la salvación. Después de tal charla, algunos entienden que estas manifestaciones equivalen a falsear y a interpretar arbitrariamente las palabras de Dios y que son propias de los anticristos. ¿Diríais que esto incluye a aquellos que ordenan las palabras de Dios? (Sí). ¿Los incluye? ¿Qué significa falsear? (Significa eliminar o agregar algo de manera arbitraria y, por consiguiente, cambiar el significado original de las palabras de Dios. Eso es falsear. Cuando Sus palabras se ordenan según los principios, no se lo considera falsear). Así es, eso es lo que necesitan entender. Si lo comprendéis, al ordenar Sus palabras no os preocuparéis, ¿no es cierto? ¿Podéis ahora captar los principios con claridad? Cuando se te pide que ordenes, no es una invitación a falsear. Lo mismo sucede en el caso de aquellos que realizan trabajos de traducción. A estas personas se les pide que traduzcan las palabras de Dios de un modo directo, que traduzcan el significado original de las palabras de Dios y Sus propias palabras a otro idioma, no que las interpreten a medida que las traducen. No cuentas con la capacidad para interpretar, y debes prestar atención y ser cuidadoso con eso. Si captas bien los principios y entiendes qué constituye falsear y qué no, será difícil cometer tales errores. Si no los comprendes y mientras ordenas las palabras de Dios siempre quieres agregar o modificar el significado, siempre sientes que la forma en que Dios lo expresa no es perfecta o que la manera en la que dice algo en particular parece incorrecta y piensas que debería decirse de cierta manera, tales pensamientos te harán propenso a cometer el error de falsear. En cuanto a los traductores que dicen: “Sé lo que significa esta frase de las palabras de Dios, así que la traduciré basándome en ese significado. Una vez traducidas, ¿acaso simplemente no las entenderá el lector? No habrá necesidad de buscar ni de orar-leer; recibirán de forma directa el esclarecimiento y la luz”. ¿No es esto un error? Esto vulnera los principios; es interpretar arbitrariamente las palabras de Dios. En resumen, nunca trates las palabras de Dios como tratarías las palabras humanas, como una novela, como un texto de una persona famosa o algo relacionado con una disertación académica. Además de no falsearlas ni interpretarlas arbitrariamente, debes acercarte a ellas con una actitud de búsqueda, aceptación y sumisión al comer y beber y orar-leer las palabras de Dios. Solo entonces es posible ver la verdad, entender las intenciones de Dios, encontrar la senda para practicar en Sus palabras y resolver su carácter corrupto y las diversas dificultades que se enfrentan al cumplir con el deber y en la vida. Lograr este resultado demuestra que tu actitud hacia Sus palabras es correcta. Concluimos aquí nuestra charla sobre la primera manifestación de los anticristos de mostrar desprecio por las palabras de Dios: falsean e interpretan arbitrariamente las palabras de Dios.
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