Punto 10: Desprecian la verdad, desacatan con descaro los principios e ignoran las disposiciones de la casa de Dios (VII) Parte 2
Cuando los anticristos leen las palabras de Dios, su enfoque y sus intenciones son completamente opuestos a los de aquellos que persiguen la verdad. Aquellos que persiguen la verdad, independientemente de la forma de hablar de Dios, solo están interesados en entender Sus intenciones, los principios-verdad y lo que las personas deben defender y seguir. En cambio, los anticristos relegan estas cuestiones al fondo de sus mentes, las ignoran e incluso sienten aversión por las afirmaciones que se relacionan con ellas, y contradicen en secreto las afirmaciones y los términos concernientes a estas cosas. Después de lograr ciertos “resultados”, siguen indagando con mayor profundidad y de manera más meticulosa a fin de escrutar cómo es la forma de hablar de Dios y Su tono, cuáles son los matices de Su entonación, qué palabras elige, sin dejar de lado ni los detalles de Su gramática ni de Su sintaxis habitual, usando el mismo enfoque de antes. Para acercarse más a su objetivo, los anticristos resuelven secretamente en su corazón escrutar en aún mayor medida y con mayor intensidad y profundidad las palabras de Dios, escrutando los propósitos y objetivos detrás de Su discurso e incluso la manera en que se expresa Dios, el Orador, cuando se dirige a la humanidad y al universo entero. Los anticristos escrutan sin descanso cada aspecto del habla de Dios e intentan imitar Su discurso y hacerse pasar por poseedores de Su esencia, de lo que Él tiene y es, y de Su carácter. Todo esto parece ocurrir de manera muy natural y fluida. Trabajan y actúan por sus metas de manera lógica y, asimismo de manera lógica y sin darse cuenta, se transforman en dios, en figuras de admiración y seguimiento para otros. Escrutan cómo las palabras de Dios tocan el corazón de las personas y exponen su carácter corrupto y sus diversos estados, y hasta cómo logran efectos en ellas. ¿Cuál es su propósito al escrutar todo esto? Es entrar en los corazones de las personas, captar sus situaciones reales y, al percibir completamente sus pensamientos internos, desorientarlas y controlarlas. Cuando las palabras de Dios exponen el carácter corrupto de las personas y las golpean en sus puntos débiles, los anticristos piensan: “¡Estas palabras y esta manera son tan grandes y maravillosas! Yo también quiero hablar así, quiero emplear esta forma de hablar y tratar a la gente de esta manera”. A lo largo de sus muchos años leyendo y familiarizándose con las palabras de Dios, los anticristos consideran cada vez más su deseo y anhelo de convertirse en dios como su único objetivo al creer en Dios. Por lo tanto, no importa cómo las palabras de Dios hablen sobre la necesidad de que las personas persigan la verdad y actúen conforme a los principios, así como todas las demás realidades de las cosas positivas, los anticristos no toman esto en cuenta y lo ignoran. Persiguen su propio objetivo de manera decidida, haciendo lo que quieren según sus propios motivos, como si nadie más importara. Ni una sola frase de las palabras de Dios conmueve su corazón ni cambia su perspectiva de la vida ni su filosofía para los asuntos mundanos, y mucho menos ninguna oración, ningún sermón ni ninguna declaración de Dios los llevan a tener un corazón arrepentido. Independientemente de lo que expongan las palabras de Dios, sin importar qué carácter corrupto del hombre expongan, los anticristos solo escrutan la forma de hablar de Dios, Su tono, los efectos que las palabras de Dios pretenden lograr en las personas y otros asuntos no relacionados con la verdad. Por lo tanto, cuanto más expuestos están los anticristos a las palabras de Dios, más fuerte se vuelve su deseo interno de ser dios. ¿Qué tan intenso es este deseo? Llega al punto de que incluso recitan las palabras de Dios en sus sueños, a menudo hablan solos y practican la prédica de las palabras de Dios usando Su forma de hablar y Su tono. En lo profundo de su corazón, repiten constantemente la forma de hablar de Dios y Su tono, como si estuvieran poseídos. Así son los anticristos. No importa cuán específicas, sinceras o genuinas sean las palabras de Dios, ni cuánta ayuda o inspiración ofrezcan a las personas, los anticristos siguen siendo indiferentes e ignoran todo esto. No valoran estas palabras de Dios. ¿Dónde están sus corazones? Están enfocados en cómo imitar las palabras de Dios de una manera que haga que las personas los idolatren. Cuanto más intenso es su deseo, más esperan escuchar la voz de Dios y poder comprender el propósito, el deseo y los pensamientos detrás de cada oración que Dios pronuncia, incluso Sus pensamientos más profundos. Cuanto más intensos se vuelven los deseos y anhelos de los anticristos, más quieren imitar la forma de hablar de Dios y más aspiran a transformarse rápidamente para ser más como dios en poco tiempo, al poseer la forma de hablar y el tono de dios. Además, algunos incluso desean adoptar el estilo y la actitud de dios en sus acciones. Los anticristos están en esta condición y viven todos los días bajo estos pensamientos, ideas, intenciones y motivos. ¿Qué están haciendo? Se obligan diariamente a caminar por la senda de convertirse en dios y en cristo. Creen que esta senda es legítima, que es un camino brillante. Así que, ya sea en reuniones o en encuentros, no importa cómo los demás compartan su comprensión de las palabras de Dios y lo que sienten al experimentarlas, nada puede conmoverlos ni cambiar sus metas y deseos. Caminan decididamente por la senda tendiente a convertirse en cristo, a convertirse en dios, como si estuvieran poseídos o controlados por una entidad invisible, o como si llevaran grilletes invisibles. ¿Qué clase de mentalidad es esta? ¿No es vil? (Sí).
Al leer las palabras de Dios, los anticristos absorben cada aspecto de ellas como si fueran sus propias posesiones y las consideran bienes de consumo que pueden conseguirles mayores beneficios y más dinero. Cuando estos bienes de consumo se venden, cuando se hace alarde de estas cosas, obtienen los beneficios que desean. Cuanto más hacen esto, más satisfechos se sienten por dentro, y más grande e intenso se vuelve su deseo de ser dios. ¿Qué tipo de actitud y de situación es esta? ¿Por qué es tan fuerte el deseo de ser dios que tienen los anticristos? ¿Es algo que alguien les enseñó? ¿Quién los ha instigado o instruido? ¿Las palabras de Dios exigen esto? (No). Es la senda que los anticristos han elegido por sí mismos. Aunque no reciben ayuda externa, tienen una gran motivación. ¿A qué se debe esto? A que esta motivación está determinada por su esencia-naturaleza. Los anticristos caminan por esta senda incansablemente, sin vacilaciones ni arrepentimiento, sin ninguna ayuda externa. No importa cómo los condenes, no sirve de nada; no importa cómo los disecciones, no lo asimilan ni lo entienden; es como si estuvieran poseídos. Estas cuestiones están determinadas por su naturaleza. A simple vista, el tratamiento de las palabras de Dios por parte de los anticristos parece no ser resistente ni calumnioso. Ponen esfuerzo, más incluso que las personas promedio. Si no sabes lo que están pensando internamente o qué senda están siguiendo, entonces, basándote en las apariencias externas, su tratamiento de las palabras de Dios parece ser de anhelo; al menos podría usarse este término para describirlo. Pero ¿se puede ver la esencia de una persona simplemente por su apariencia externa? (No). Entonces, ¿dónde se puede ver? Aunque parece que anhelaran las palabras de Dios, las leen y escuchan con frecuencia, e incluso las memorizan, y aunque al juzgar por estas acciones externas no se los debería categorizar como anticristos, cuando se trata de poner en práctica las palabras de Dios en situaciones reales, ¿lo hacen? (No). Después de leer las palabras de Dios y memorizarlas, cuando se enfrentan a situaciones reales, a veces pueden citar un pasaje o recitar algunas frases, incluso con precisión en algunas ocasiones. Pero después de citar las palabras de Dios, observa lo que hacen, qué senda toman y qué elecciones hacen ante las situaciones. Si involucra su estatus o a algo que podría dañar su reputación o imagen, de ninguna manera actuarán según las palabras de Dios. Protegen su propia imagen y estatus. Si hacen algo mal, no lo admitirán por ningún motivo. En cambio, encontrarán todo tipo de formas de encubrir o de evitar el asunto, no mencionándolo e incluso responsabilizando a otros por algo que hicieron en lugar de admitir su propia culpa. Ponen esfuerzo en leer las palabras de Dios y en salvaguardar su estatus, pero cuando se trata de dejar de lado sus propios intereses y soportar dificultades físicas para practicar la verdad y actuar de acuerdo con los principios-verdad, observa cómo eligen. Si deben actuar de acuerdo con los principios, para proteger los intereses de la casa de Dios sin importar quiénes se vean perjudicados o se ofendan, ¿lo harán? De ninguna manera. Su primera elección siempre es protegerse a sí mismos. Incluso si saben quién tiene la culpa o quién ha cometido el mal, no lo expondrán. Hasta podrían regocijarse en secreto por dentro. Si alguien desenmascara a las personas malvadas, ellos incluso defenderán y buscarán excusas para los malos. Está claro que los anticristos son personas que se complacen con las desgracias ajenas. Independientemente de la situación que enfrenten, observa qué eligen y qué senda toman. Si eligen actuar de acuerdo con los principios-verdad, entonces el hecho de haber comido y bebido las palabras de Dios ha dado fruto. De lo contrario, sin importar cómo coman y beban las palabras de Dios o qué tan bien las memoricen, no sirve de nada: siguen sin tratarlas como la verdad. Además, ¿los anticristos se conocen a sí mismos? (No). Algunas personas dicen: “Pero los anticristos incluso reconocen su arrogancia y sentenciosidad, diciendo que son demonios y satanases”. Simplemente dicen estas cosas, pero ¿qué hacen realmente cuando se enfrentan a una situación real? Si alguien está trabajando con un anticristo y dice algo correcto, algo conforme a los principios-verdad que contradice algo incorrecto que el anticristo dijo, y si esa persona se niega a aceptar lo que el anticristo dice, este sentirá que se han dañado su imagen y su estatus. ¿Qué eligen entonces? ¿Podrían elegir dejarse a sí mismos de lado para escuchar a la otra persona y actuar de acuerdo con los principios-verdad? Desde luego que no. Entonces, ¿esas palabras correctas que dicen sirven para algo? ¿Reflejan su realidad, su verdadera estatura, sus elecciones o la senda que siguen? No, esas palabras no nacen de su experiencia, simplemente son palabras que han aprendido. Lo que sale de su boca son solo doctrinas, palabras engañosas. Tan pronto como su estatus o interés personal se ve involucrado, la primera elección de los anticristos siempre será preservarse y protegerse, desorientar y embotar a los demás, y evitar asumir cualquier responsabilidad o admitir cualquier transgresión. Considerando estas esencias de los anticristos, ¿están persiguiendo la verdad? ¿Están leyendo las palabras de Dios para entender la verdad y llegar a un punto en el que puedan practicarla? No. Dadas las intenciones y metas de los anticristos al leer las palabras de Dios, nunca lograrán entenderlas. Esto se debe a que no las leen como la verdad que debe ser comprendida, sino más bien como un medio para alcanzar sus propios objetivos. Aunque los anticristos no expresan explícitamente: “Quiero ser dios, quiero ser cristo”, su objetivo de convertirse en cristo es claro a partir de la esencia de sus acciones y de cómo tratan las palabras de Dios. ¿Cómo puede observarse esto? Usan las palabras de Dios y lo que ven revelado por Él, como Sus posesiones, Su ser y demás cuestiones, para desorientar a las personas, a aquellos que no entienden la verdad, a los ignorantes, a los que tienen escasa estatura, a los que no persiguen la verdad, a los incrédulos e incluso a alguna gente malvada. Los conducen a creer que poseen la verdad, que son personas correctas, y que son figuras dignas de admiración y confianza. Los anticristos tienen como objetivo hacer que estas personas depositen esperanzas en ellos y los consulten a ellos y, cuando esto ocurre, se sienten satisfechos por dentro.
Los anticristos nunca admiten que Dios es único, que las palabras de Dios son la verdad, ni que solo Dios puede expresar la verdad. A juzgar por su actitud hacia las palabras de Dios, el esfuerzo que ponen en ellas y su deseo de ser dios, de convertirse en cristo, los anticristos creen que es fácil para una persona convertirse en dios, que es algo alcanzable por los humanos. Dicen: “Dios encarnado se llama cristo simplemente porque puede decir algunas de las palabras de dios, ¿no? ¿No es tan solo un portavoz de las palabras de dios? ¿No se trata simplemente de que lo sigan muchas personas? Entonces, si una persona también tiene el mismo estatus y reputación entre la gente, si también la idolatran y admiran tantas personas, ¿no puede disfrutar del trato de cristo, del trato de ser dios? Poder disfrutar del trato de cristo, de quien tiene la identidad y la esencia de dios, ¿no convierte a uno en dios? ¿Qué tiene eso de difícil?”. Así, el deseo de los anticristos de ser dios es inherente; comparten la misma ambición y esencia que Satanás. Es precisamente porque son anticristos y poseen la esencia de los anticristos que muestran estas reacciones hacia las palabras de Dios. Lo que a los anticristos los hace felices es que Dios se haya encarnado; la gente puede escuchar Sus palabras y, al mismo tiempo, ellos pueden verlo. Se trata de una persona común que se puede ver y tocar, y es precisamente porque esta persona común, insignificante y anodina puede hablar tanto y, por lo tanto, ser llamada Dios que los anticristos ven que finalmente ha llegado su oportunidad de convertirse en dios. Si esta persona común no hablara, los anticristos pensarían que su esperanza de convertirse en dios o en cristo es muy escasa. Pero precisamente porque esta persona común ha dicho las palabras de Dios y ha hecho Su obra, representándolo para salvar a la gente entre ellos, los anticristos ven esto como su oportunidad, como una ocasión para aprovechar, ya que les brinda más pistas para imitar el discurso de Dios, Su tono y forma de hablar, e incluso Su carácter, para parecerse cada vez más a dios y a cristo. Así, en lo profundo de su corazón, los anticristos sienten que cada vez se parecen más a dios y se aproximan más a él. Sienten una gran envidia por un Dios que se reverencia, se sigue y en quien se confía para todas las cosas, un Dios a quien la gente busca y admira en todo. Envidian la identidad y el valor personal de Cristo. ¿Qué piensan los anticristos por dentro? ¿No son oscuras y perversas las profundidades de su corazón? ¿No son despreciables, sórdidas y vergonzosas? (Sí). ¡Son totalmente repugnantes!
Algunas personas dicen: “Te hemos escuchado hablar mucho sobre los anticristos, pero ¿cómo es que nunca hemos visto a una persona así? ¿Solo nos estás contando historias? ¿Estás hablando de cosas que son inverosímiles?”. ¿Pensáis que tales personas existen? (Sí). ¿Cuántas habéis conocido? ¿Sois una de ellas? (Nosotros también mostramos estos estados y revelamos aspectos similares. No son tan graves como los de los anticristos, pero la esencia-naturaleza es la misma). ¿Creéis que tener estos estados es peligroso? (Sí). Si sabéis que es peligroso, es necesario que cambiéis. ¿Es fácil cambiar? En realidad, puede ser tanto fácil como difícil. Si tomas las palabras de Dios como la verdad a la que debes ceñirte, tan simplemente como dijo el Señor Jesús: “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’”, entonces puedes arrepentirte de verdad. Por ejemplo, Dios te indica que implementes algo, diciendo: “Después de comer, lame el cuenco hasta dejarlo limpio, como si estuviera lavado. Eso es ahorrar comida y también ser higiénico”. ¿Son simples estas instrucciones? ¿Son fáciles de implementar? (Sí). Si Dios hace tal petición, solo estas pocas frases, sin entrar en las dificultades de la gente o en sus estados, y sin hablar de carácter corrupto ni diferenciar diversas circunstancias, ¿cómo implementarías y practicarías este único asunto? Para ti, estas frases son las palabras de Dios, la verdad y algo a lo que deberías ceñirte. Lo que deberías hacer es cumplir con el requisito de Dios cada día, cada vez que termines de comer; entonces estarás siguiendo el camino de Dios y tratando Sus palabras como la verdad y como algo que debes obedecer. Te conviertes en una persona que practica las palabras de Dios y, en este asunto tan simple, desechas el carácter de un anticristo. Como alternativa, en lugar de esto, después de escuchar estas pocas palabras podrías estar de acuerdo con ellas verbalmente y recordarlas, pero después de comer, cuando ves que quedaron algunos granos de arroz en el cuenco, piensas: “¡Estoy ocupado con otras cosas!” y simplemente lo dejas tal y como está. Y en la siguiente comida, haces lo mismo. Tienes presentes estas pocas instrucciones de Dios, pero realmente no tienes pensado ponerlas en práctica en ningún momento específico. Con el tiempo, te olvidas de estas palabras. Así que no solo no practicas las palabras de Dios, sino que también las descartas. ¿En qué clase de persona te convierte eso? Si no implementas estas palabras, ¿eres alguien que puede seguir el camino de Dios al escucharlas? ¿Eres alguien que persigue la verdad? Está claro que no. Si uno no persigue la verdad, ¿se lo puede caracterizar como anticristo? ¿No practicar la verdad equivale necesariamente a ser un anticristo? (No). Esta clase de persona trata las palabras de Dios como el viento que pasa por sus oídos, como algo sin importancia, no las practica y no les da mucha importancia; simplemente las olvida. Este no es un anticristo. Hay otro tipo de persona que, después de escuchar estas instrucciones de Dios, piensa: “¿Lamer el cuenco después de comer? ¡Qué vergüenza! No soy un mendigo y, además, no es que falte la comida. ¡Definitivamente no haré eso! Quienes estén dispuestos a lamer sus cuencos hasta dejarlos limpios, que lo hagan”. Cuando alguien dice: “Este es un requisito de Dios”, este tipo de persona piensa: “Incluso si es el requisito de Dios, es inaceptable. Dios no debería exigir tales cosas. ¡Estas palabras no son la verdad! Dios también dice cosas que son insignificantes, ilógicas y no tan buenas. No todas las exigencias de dios hacia la gente son necesariamente la verdad. Esta exigencia en particular no me parece la verdad. El Señor Jesús dijo: ‘Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre’. ¡Palabras como estas son la verdad! ¿Lamer un cuenco limpio después de comer es ser higiénico? Con lavarlo directamente sería suficiente. ¿Por qué hacernos lamer los platos? Esta exigencia no encaja con mis nociones e imaginaciones; sería inaceptable en cualquier lugar. Hacerme lamer un plato… ¡ni en broma! ¿Es así como se define la higiene? Yo lavo mi cuenco con agua y desinfectante, ¡a eso le llamo higiene!”. Este tipo de persona, tras escuchar estas palabras, tiene sus propios pensamientos y su propia resistencia interna; incluso se burla de ellas y las desacredita. Dado que estas palabras provienen de Dios, no se atreven a juzgarlas abiertamente, pero eso no significa que no tengan opiniones o nociones sobre ellas. ¿Dónde se manifiestan sus opiniones y nociones? No aceptan ni practican estas palabras; tienen sus propios pensamientos al respecto y son capaces de juzgarlas y de formarse nociones sobre ellas. Por lo tanto, cuando terminan su comida y ven a algunas personas lamiendo sus platos limpios, se abstienen de hacerlo, e incluso albergan desprecio en su corazón por aquellos que practican conforme a las palabras de Dios. A menudo, exteriorizan la burla y el ridículo, y hasta una actitud de querer corregir el comportamiento de los demás. No solo no actúan de acuerdo con lo que Dios dice, sino que incluso actúan de manera contraria, llevando a cabo acciones opuestas a Sus palabras. Usan sus acciones para negar las exigencias de Dios, para resistirse a lo que Dios ha dicho, y también buscan llamar más la atención por medio de sus acciones y persuadir a más personas de que lo que Dios dice es incorrecto y que solo su forma de actuar es la correcta, con lo que las llevan a resistirse y condenar las palabras de Dios. Simplemente no actúan como Dios ha instruido; cada vez que terminan de comer, no solo enjuagan su cuenco con agua, sino que también lo lavan repetidamente con desinfectante y detergente, y luego lo esterilizan en un gabinete de desinfección. Mientras hacen esto, también generan algunas declaraciones inconscientemente y dicen a todo el mundo: “En realidad, lamer no elimina los gérmenes, y tampoco lo hace lavar con agua. Solo con desinfectante, combinado con alta temperatura, se lo puede esterilizar completamente. Eso es ser higiénico”. No solo se niegan a aceptar lo que Dios dice y a practicar como Él instruye, sino que incluso usan sus propias palabras y acciones para resistirse, condenar y juzgar lo que Él requiere. En los casos más extremos, usan algunas opiniones que consideran correctas para incitar y desorientar a más personas para que se unan a ellos en condenar, resistirse y juzgar los requisitos de Dios. ¿Qué papel desempeñan así? No es para guiar a más personas a escuchar las palabras de Dios y someterse incondicionalmente a Él, ni para resolver sus nociones cuando estas surgen, ni para resolver las contradicciones entre las personas y Dios o el carácter corrupto de la gente cuando surgen estas contradicciones. En su lugar, incitan y desorientan a más personas para que juzguen a Dios, y se unen a ellas para analizar y escrutar la corrección de las palabras de Dios. Por fuera, parecen ser defensores de la rectitud que se involucran en lo que parece ser legítimo. Pero, ¿es esta conducta legítima propia de alguien que sigue a Dios? ¿Es este un sentido de la rectitud humano? (No). Entonces, ¿cuál es exactamente la esencia de este tipo de persona detrás de su comportamiento? (Tienen la esencia de anticristos, de demonios). Estos individuos no solo no consideran las palabras de Dios como la verdad, sino que lo más vergonzoso es que pueden hacerse pasar por personas espirituales, usando a menudo las palabras de Dios para instruir a otros, adornándose a sí mismos y ganando admiración. Ellos mismos no practican las palabras de Dios ni las tratan como la verdad que hay que experimentar e implementar. Sin embargo, a menudo dicen con severidad y solemnidad a los demás: “Dios dijo que, después de comer, se debe lamer el plato limpio; es un buen hábito y ahorra comida”. Con cada palabra y frase, enarbolan la bandera de “dios dijo”, “es palabra de dios” o “esta es la verdad”, pero ellos mismos no la aceptan ni la practican en absoluto. Además, producen diversos juicios e interpretaciones falaces de las palabras de Dios. Esto es lo que hacen los anticristos.
Tras analizar las manifestaciones de estos tres tipos de personas, ¿cuál es el más grave? (El último). Este tipo de persona no practica las palabras de Dios y está lleno de diversos juicios y resistencias contra ellas. Además, usa las palabras de Dios para desorientar a los demás y lograr sus propios objetivos. Estas personas son anticristos. Independientemente del aspecto de las palabras de Dios, incluso si estas concuerdan con sus nociones, no las consideran como la verdad; esto es especialmente cierto respecto de las palabras de Dios que contradicen por completo las nociones, la cultura tradicional y la filosofía humanas: los anticristos les dan aún menos importancia. ¿Por qué predicarían las palabras de Dios si no las consideran importantes? Quieren usarlas para cumplir sus propios propósitos. El más peligroso de estos tres tipos de personas es el último. ¿Qué hay del primer tipo? (Escuchan las palabras de Dios y las practican). ¿Pensáis que los que escuchan las palabras de Dios y las practican son todos tontos? A simple vista, ¿parece algo tonto obedecer estrictamente lo que Dios dice y hace que las personas hagan? (No). Los que practican las palabras de Dios son los más inteligentes. El segundo tipo de personas se enfocan en la acción; no practican la verdad, sino que solo actúan según su propia voluntad y contribuyen con cierta mano de obra. No prestan atención al significado ni a los requisitos y estándares de las palabras de Dios. No comprenden las intenciones de Dios ni Su voz interior, y solo se enfocan en hacer. Piensan: “Sé que Tú quieres lo mejor para nosotros. Todo lo que dices es correcto. Debemos someternos y practicar lo que dices; Tú solo céntrate en hablar, y nosotros te escucharemos”. Pero, en realidad, no toman en serio lo que Dios dice ni los requisitos detallados que Dios tiene para las personas. Simplemente, actúan sin pensar. Actuar sin pensar puede llevar a veces a comportarse de forma desenfrenada e inescrupulosa, a causar trastornos y perturbaciones, y a resistirse a Dios. Resistirse a Dios en gran medida a veces causa muchos problemas y esto, a su vez, puede conducir a la destrucción. Esta es la consecuencia más grave para aquellos que no persiguen la verdad, y algunas personas pueden llegar hasta este punto. El tercer tipo de persona, los anticristos, son seguidores fanáticos de Satanás. Nunca practican la verdad, pase lo que pase. Incluso si lo que dices es correcto, no te escucharán, y mucho menos cuando tienen sus propias nociones. Son los enemigos acérrimos de Dios y de la verdad. Por fuera, estas parecen ser las personas más astutas y perspicaces. Disciernen y escrutan todo, reflexionan y se esfuerzan por entender todos los asuntos. Sin embargo, después de tanto escrutinio, acaban escrutando a Dios Mismo, y desarrollan nociones y opiniones sobre Él. No importa lo que haga Dios, si su propio juicio no lo aprueba, lo condenan sin excepción; se niegan a practicarlo, pues temen que eso pueda perjudicarlos. Por otro lado, aquellos que parecen necios por fuera, como si les faltara inteligencia, hacen exactamente lo que Dios dice. Parecen excepcionalmente simples y honestos, comparten abiertamente incluso lo que no debería compartirse, informan lo que no es necesario, y a veces hasta llegan a mostrar un comportamiento algo ingenuo. ¿Qué indica esto? Muestra que el corazón de esas personas está abierto a Dios, no cerrado ni bloqueado para Él. Al hablar de este sencillo ejemplo, el propósito es ayudaros a comprender exactamente qué es un anticristo y cuál es su verdadera actitud hacia las palabras de Dios. Es para ayudaros a discernir qué tipo de personas son anticristos y cuáles no practican la verdad, pero no son anticristos. Se trata de tener este tipo de discernimiento. He mencionado este ejemplo de manera casual para que os sea más fácil entender el tema del que estamos hablando hoy. No es que realmente os esté pidiendo que lamáis vuestros cuencos después de las comidas. Tampoco he determinado que lamer los cuencos sea sinónimo de higiene o de no desperdiciar comida. No es necesario que hagáis esto; no debéis malinterpretarlo.
Hoy, se ha compartido un punto adicional sobre cómo los anticristos desprecian las palabras de Dios: los anticristos consideran las palabras de Dios un bien de consumo. Cuando se trata de bienes de consumo, están involucrados la venta, el comercio, el beneficio y el dinero. Que los anticristos consideren las palabras de Dios un bien de consumo es algo que absolutamente nunca se debe hacer; es completamente pecaminoso. ¿Por qué? Cuando apenas comenzamos la reunión, todos compartieron su comprensión de las palabras de Dios y la verdad con sus propias palabras, resumiendo de la manera más sencilla. En términos generales, las palabras de Dios son la verdad. Para la humanidad, la verdad tiene una importancia crucial. La verdad puede ser la vida del hombre, puede salvar a las personas y resucitarlas de entre los muertos, y permitir que uno se convierta en un ser creado cualificado. El valor de la verdad para la humanidad no puede medirse con palabras, objetos materiales o dinero. Merece ser apreciada y atesorada, y es digna de ser la guía, la dirección y el objetivo para las acciones, la conducta, la vida y la existencia entera de una persona. Las personas deben alcanzar la senda de la práctica partiendo desde la verdad, así como la senda de temer a Dios y apartarse del mal, entre otras. Para las personas, la verdad es equivalente a la propia vida. Ningún objeto material o riqueza puede mencionarse al mismo tiempo que la verdad. En este mundo material, o en todo el mundo-universo, no hay nada que sea digno de compararse con la verdad ni que pueda equipararse a ella. De esto, queda claro que para la humanidad necesitada de salvación, la verdad es el bien más preciado, y es invaluable. Sin embargo, sorprendentemente, hay individuos que tratan algo tan valioso como un bien de consumo que se vende y comercia con ánimo de lucro. ¿Pueden caracterizarse tales individuos como demonios, como satanases? ¡Por supuesto! En el reino espiritual, tales individuos son demonios y satanases; entre las personas, son anticristos.
Acabamos de compartir algunas de las manifestaciones de cómo los anticristos consideran las palabras de Dios bienes de consumo para vender y obtener beneficios personales. Por supuesto, esto se dice en cierto sentido y no coincide completamente con el significado literal: no es evidentemente visible que consideren las palabras de Dios bienes de consumo para vender. Sin embargo, en realidad, a juzgar por su comportamiento, enfoque e incluso su esencia, ya han considerado o con toda certeza las consideran bienes de consumo, como algo material para poseer. Una vez que las poseen, consideran las palabras de Dios como un artículo en su pequeña tienda, y las venden en el momento oportuno a quien las necesite y obtienen un beneficio de ello. ¿Qué beneficios obtienen los anticristos de esto? Entre estos, se incluyen su reputación, el respeto y la idolatría de los demás, las miradas admirativas dirigidas hacia ellos y la protección que otros brindan, como la protección de su estatus y prestigio. Incluso cuando sean apartados y descartados, la gente hablará en su favor y los defenderá. Estos son los beneficios que los anticristos obtienen de las palabras de Dios. Estos beneficios son exactamente lo que los anticristos desean y persiguen, lo que han planeado desde hace mucho en su interior. Esta es la esencia de los anticristos. Su naturaleza impulsa y domina sus acciones y su comportamiento y, a partir de estas manifestaciones, se puede ver la esencia-naturaleza de los anticristos.
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