Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (I) Parte 2

Aunque algunas personas van al extranjero y se ponen en contacto con ciertas culturas, tradiciones, reglas y tales cosas materiales como las necesidades básicas para vivir en Europa y otros países asiáticos, y se familiarizan con algunas de las leyes y el conocimiento común de otros países, es difícil dejar atrás esas tradiciones de su propio país. Aunque hayas dejado tu país natal y hayas aceptado los aspectos cotidianos de la vida en otro país, e incluso sus leyes y su sistema, no sabes lo que piensas cada día ni cómo te enfrentas a las cuestiones cuando te ocurre algo ni cuál es tu punto de vista y la perspectiva que adoptas. Hay quien piensa: “Estoy en Occidente, ¿soy entonces occidental?” o “Estoy en Japón, ¿es que soy japonés?”. ¿Es así? (No). Los japoneses dicen: “Lo que más nos gusta es comer sushi y fideos udon. ¿No nos convierte eso en nobles?”. Los surcoreanos dicen: “Nos gusta comer arroz y kimchi. ¿Acaso no es noble nuestra gran nación de Corea del Sur? Los chinos decís que vuestra cultura es antigua, miles de años anterior a la nuestra, ¿pero mostráis piedad filial hacia vuestros ancianos como lo hacemos nosotros? ¿Sois tan tradicionales como nosotros? ¿Tenéis tantas reglas como nosotros? Hoy en día no habláis sobre estas cosas, os habéis quedado atrás; ¡nosotros somos el pueblo realmente tradicional y nuestra cultura es auténtica!”. Creen que su cultura tradicional es elevada y luego compiten para declarar patrimonio de la humanidad muchos elementos de esta. ¿Por qué tanta competición? Cada país, cada raza e incluso cada pequeño grupo étnico cree que las cosas, las reglas, las tradiciones, las costumbres y las convenciones que dejaron atrás sus propios ancestros son buenas y positivas, y se pueden diseminar por la raza humana. ¿Acaso esta idea y punto de vista suyos no implican que tales aspectos son verdades, que son buenos y positivos y que esta raza humana debería transmitirlos? Por tanto, ¿estas cosas que se transmiten entran en conflicto con la libertad? Acabo de dar el ejemplo de un joven que se había liberado de los grilletes de su familia, está cubierto de pírsines y aros, y tiene tatuajes por todo el cuerpo, e incluso tiene una novia extranjera. En cuanto a su apariencia externa y su carne, parece que no se atiene a las reglas familiares y se ha despojado de la tradición. En lo referente a las formalidades y a su comportamiento, e incluso en cuanto a su voluntad subjetiva, se ha despojado de aspectos tales como la familia, la tradición y las costumbres. Sin embargo, un regalo de cumpleaños lo deja en evidencia, desmiente y condena su creencia de que “no es nada tradicional”. Entonces, en realidad, ¿esta persona es tradicional o no? (Es tradicional). ¿Ser tradicional es bueno o malo? (Es malo). Por ese motivo, ya te consideres muy tradicional o muy poco tradicional, al margen de tu raza —sea esta supuestamente noble o corriente—, tus pensamientos internos son confinados. Da igual lo mucho que busques y veneres la libertad, da igual lo grande que sea tu determinación, tu deseo y tu ambición de liberarte de las fuerzas de la tradición y de las convenciones familiares tradicionales, o cómo de inspiradoras y poderosas sean tus acciones reales; si no entiendes la verdad, solo puedes tener un tira y afloja con las enseñanzas y falacias que te inculca Satanás, incapaces de surgir. A algunas personas les influye la cultura tradicional, a otras una educación ideológica, a otras la posición y el estatus, mientras que a otras más les influye un sistema ideológico de alguna clase. Fijaos en los que se dedican a la política, por ejemplo en aquellos que propugnaron el comunismo. Empezaron como un grupo de proletarios, aceptaron el manifiesto comunista y sus teorías, rompieron con la tradición, con la monarquía feudal, con las viejas costumbres, y luego aceptaron el marxismo-leninismo y el comunismo. Tras aceptar estas cosas, ¿fueron libres o estaban todo el tiempo restringidos? (Estaban todo el tiempo restringidos). Pensaban que, al pasar de lo antiguo a lo nuevo, ganarían libertad. ¿Acaso no se trata de una idea errónea? (Sí). Es errónea. La gente puede pasar de lo antiguo a cualquier cosa nueva, pero mientras no se trate de la verdad, siempre se verán atrapados en la red de Satanás; esto no es verdadera libertad. Algunas personas se dedican con devoción al comunismo o a cierta causa, otras se dedican con devoción a un juramento, mientras que otras, a una teoría e incluso hay quienes se atienen a dichos como “Daría la vida por un amigo” o “Un individuo leal no puede servir a dos señores” o “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”. ¿Pertenecen estos dichos a la cultura tradicional? (Sí). En apariencia, estas cosas parecen muy positivas, muy adecuadas y especialmente elevadas y nobles entre la especie humana, pero de hecho, desde otra perspectiva y empleando otros medios, atan el alma de las personas, las restringen y les impiden lograr la auténtica libertad. Sin embargo, antes de que los humanos entiendan la verdad, solo pueden sentirse perdidos y aceptar así estas cosas, que son consideradas entre la especie humana como relativamente positivas, como su modo de existencia. Por tanto, las personas aceptan de manera natural estas supuestas culturas tradicionales, estas cosas que los humanos creen que son bastante buenas en el mundo. Después de aceptarlas, la gente siente que vive con capital, con confianza y motivación. Por ejemplo, algunos han aceptado una orientación de esta sociedad y de esta raza humana referente al conocimiento y a las credenciales. ¿Cuál es esta orientación? (El conocimiento puede cambiar tu destino). (Los libros son superiores a todo afán). En el fondo de su corazón, la gente está de acuerdo y además acepta y aprueba estas cosas. Al mismo tiempo que las aceptan y aprueban, mientras más luchen contra la adversidad en esta sociedad, más aprecio les tienen a estas cosas. ¿Por qué? Todo el mundo confía en el conocimiento en la vida. Sin conocimiento y sin estas credenciales, os sentís incapaces de asentaros en la sociedad. Los demás te van a intimidar y a discriminar, así que persigues estas cosas con desesperación. Mientras más altas sean tus credenciales, más alto será tu estatus social en la sociedad o entre tu raza o comunidad, y mayor y mejor serán la admiración que te tenga la gente, el trato que recibas de ella y otros aspectos. En cierto sentido, las credenciales de una persona han llegado a determinar su estatus social.

Hace tiempo, un grupo de siete u ocho profesores universitarios fueron a Pekín para ampliar sus estudios. Es posible que por aquel entonces los servicios de recogida o de chófer todavía no estuvieran disponibles, así que tuvieron que tomar un autobús tras llegar a Pekín. De hecho, había muchos profesores como ellos en la ciudad. No se les consideraba nada especial, solo gente corriente. Sin embargo, ellos eso no lo sabían y ahí radica la gravedad del problema; este asunto surgió a raíz de ello. ¿Qué fue lo que ocurrió? Este grupo de profesores aguardaba el autobús en la parada. Mientras esperaban, cada vez se congregaba más gente y, a medida que crecía la multitud, todo el mundo se puso más nervioso. Entonces, cuando llegó el autobús, subió todo el mundo sin esperar a que bajaran los pasajeros, se empujaron, se dieron codazos y armaron un gran alboroto. La escena fue muy caótica. Los profesores se quedaron pensativos y dijeron: “Está claro que nuestros conciudadanos de Pekín no lo tienen fácil al coger el autobús para ir y volver del trabajo todos los días. Como profesores universitarios, debemos ser considerados con las circunstancias de la gente. Al ser intelectuales de alto nivel, no podemos competir contra la gente corriente. Hemos de mostrar el espíritu generoso de Lei Feng y dejarlos subir primero al autobús, así que no nos vamos a apretar dentro”. Todos estuvieron de acuerdo en esto y decidieron esperar al siguiente. Sin embargo, resultó haber la misma cantidad de gente para el siguiente autobús y esta se apretó dentro de nuevo cuando llegó, como una turba desordenada. Los profesores se quedaron estupefactos. Vieron que el autobús se llenaba y luego se alejaba, y de nuevo no habían logrado hacerse con un sitio dentro. Lo volvieron a discutir y dijeron: “No tenemos prisa. Después de todo somos intelectuales de alto nivel, no podemos enfrentarnos a la gente corriente para subirnos al autobús. Vamos a tomarnos nuestro tiempo, puede que no haya tanta gente esperando el siguiente”. Mientras esperaban el tercer autobús, estos profesores se pusieron algo ansiosos. Algunos apretaron los puños y dijeron: “Si hay tantas personas para este autobús, ¿nos apretamos dentro? Si no lo hacemos, creo que no podremos montarnos en el quinto o ni siquiera en el sexto, ¡así que mejor será que nos apretemos!”. Otros dijeron: “¿Pueden apretarse en los autobuses los intelectuales de alto nivel? ¡Eso dañaría nuestra imagen! ¡Qué vergüenza si alguien se entera algún día de que unos intelectuales de alto nivel han ido apretados en el autobús!”. Entre ellos había división de opiniones. Mientras discutían, se reunió otra multitud para esperar. Llegado ese punto, los profesores se habían puesto muy nerviosos y dejaron de discutir. Cuando llegó el autobús, en cuanto las puertas se abrieron e incluso antes de que todo el mundo hubiera bajado, los profesores imitaron a la última turba de gente y entraron en él dando empujones con todas sus fuerzas. Algunos se las arreglaron para entrar, mientras que unos cuantos intelectuales refinados —académicos refinados— no lo lograron porque carecían de este impulso y espíritu combativo. Dejemos así este asunto. Decidme, ¿no es esto un hecho? (Sí). Esta masificación en los autobuses es muy habitual, ¡y a estos intelectuales se les daba demasiado bien aparentar! Decidme, ¿cuál era aquí el problema? Hablemos primero de estos intelectuales, que recibieron un nivel superior de educación y se convirtieron en profesores que enseñan y educan a la gente, y que se transformaron en intelectuales de alto nivel. Es decir, la educación que recibieron y los conocimientos que poseían eran superiores al nivel alcanzado por la gente normal, y sus conocimientos les bastaban para ser profesores y tutores de la gente, educarla e impartirle conocimientos, de ahí que se les llame intelectuales de alto nivel. ¿Había algún problema con las ideas y puntos de vista de estos intelectuales de alto nivel? Desde luego que los había. Entonces, ¿dónde radicaba el problema? Analicemos esta cuestión. Al haber recibido tantos conocimientos y un nivel tan alto de educación, ¿su pensamiento era rígido o libre? (Rígido). ¿Cómo sabéis que era rígido? ¿Dónde radicaban sus problemas? En primer lugar, se autoproclamaban intelectuales de alto nivel. ¿Tenía algo de malo esta afirmación? (Sí). Suponía un problema. A continuación, dijeron: “Cuando los intelectuales de alto nivel nos subimos al autobús, no deberíamos pelearnos ni empujar a los demás para entrar”. ¿Había algún problema con esta frase? (Sí). Este fue el segundo problema. El tercer problema fue cuando dijeron: “Los intelectuales de alto nivel podemos esperar el siguiente autobús”, ¿Causó este punto algún problema? (Sí). Todos estos puntos causaron problemas. Adelante, diseccionad el asunto a partir de estos tres puntos, a fin de dilucidar qué problemas se produjeron. Si comprendéis a fondo los problemas, entonces, en primer lugar, dejaréis de idolatrar a los intelectuales de alto nivel y, en segundo, dejaréis de querer ser uno de ellos.

¿Cuál era el primer punto? Que se autoproclamaron intelectuales de alto nivel. ¿Había algún problema con esta afirmación? (Sí). No tiene nada de malo el término “autoproclamación”, que en este caso significa erigirse como un intelectual de alto nivel. Por tanto, ¿hay algún problema con la frase “como un intelectual de alto nivel”? El hecho es que los profesores de universidad son intelectuales de alto nivel en la sociedad. Dado que esto es un hecho, ¿por qué había un problema con esta frase? (Pensaban que, al haber adquirido conocimiento, ocupaban una posición superior a la de los demás). Superior a los demás; no cabe duda de que aquí subyacía un tema de carácter. (Pensaban que, cómo habían adquirido mayor conocimiento, se encontraban por encima de los demás. En realidad, estas cosas no pueden cambiar el carácter de una persona). Esto es en parte correcto, pero no lo explica con claridad. ¿Quién puede añadir algo? (Dios, ¿acaso no eran petulantes y sentenciosos?). Esto es correcto, pero no habéis explicado la esencia con claridad, explicadla con algo más de detalle. (Una vez que habían adquirido algo de conocimiento, sintieron que eran más elevados y nobles que otros, así que no podían considerarse corrientes. Para la gente normal que vive en esta sociedad, tener que apretarse en los autobuses viene dictado por su entorno de vida real y es algo normal. Sin embargo, una vez que estos intelectuales se llegaron a considerar muy elevados y nobles, ya no podían actuar como la gente normal y pensaban que las actividades de la gente normal eran dañinas para su identidad, así que me parece que no eran normales). No eran normales. El significado que se infiere de que se autoproclamen intelectuales de alto nivel no era normal. Es decir, había algo torcido en su humanidad. Se sentían más elevados y valiosos que el resto. ¿En qué se basaban? En que habían recibido mucha educación y tenían grandes conocimientos y, se encontraran con quien se encontraran, nunca se quedaban sin cosas que decir y le podían impartir enseñanzas. ¿Cómo consideraban el conocimiento? Como un criterio para su conducta y sus acciones, así como para su moral. Creían que ahora que tenían conocimiento, su integridad, calidad humana e identidad eran nobles, preciados y valiosos, la implicación era que los intelectuales de alto nivel son santos. ¿No es así? (Sí). Esto es lo que era para ellos ser intelectuales de alto nivel, así que cuando tuvieron que apelotonarse en un autobús, no lo hicieron. ¿Por qué no? ¿Qué los gobernaba? ¿A qué limitaciones y restricciones estaban sujetos? Sentían que apretarse dentro de un autobús dañaría su identidad e imagen. Creían que el conocimiento les había concedido su identidad e imagen, así que se autoproclamaron intelectuales de alto nivel. A partir de este análisis, ¿acaso no es repulsivo lo que decían? Sí, bastante. Sin embargo, iban por ahí alardeando y diciendo “nosotros los intelectuales de alto nivel”. De hecho, otros pensaban que solo eran intelectuales, con sus modales paupérrimos y pedantes que la gente llegaba incluso a menospreciar, pero ellos se seguían creyendo especialmente nobles. ¿Acaso no era esto problemático? Creían que eran muy nobles y de identidad elevada, incluso hasta el punto de querer erigirse como santos. ¿Era este punto de vista en cierto modo una limitación para ellos? ¿Cuál era su planteamiento respecto al conocimiento? Era que, una vez que la gente tiene conocimiento, su integridad es mayor, se vuelven distinguidos y nobles y se les debería respetar. Por tanto, despreciaban y condenaban algunas acciones relativamente normales que hace la gente corriente. Por ejemplo, cuando los intelectuales estornudan, miran a la gente a su alrededor y se disculpan a toda prisa, mientras que la gente corriente no le da importancia a estornudar. De hecho, eructar y estornudar son cosas normales en la vida, pero a ojos de esos intelectuales, se trata de comportamientos vulgares y groseros, así que los desprecian y los contemplan con desdén, dicen: “¡Mira a esta gente común maleducada, la forma en la que estornudan y se sientan y se ponen de pie es muy indecorosa, y cuando llegan los autobuses se aprietan en ellos y no saben abrirse paso de forma educada!”. En lo que respecta al conocimiento, su planteamiento es que el conocimiento es un símbolo de identidad y puede cambiar el destino de las personas, además de su identidad y valía.

¿Cuál era el segundo punto? (Que los intelectuales de alto nivel no pueden empujar a los demás para subirse a los autobuses). No pueden empujar a los demás para subirse a los autobuses. Apretarse en un autobús no era más que una nimiedad que se encontraron en su vida. ¿Qué representa esto? En concreto, creían que la forma de hablar y de comportarse de las personas que poseían ciertos conocimientos debía ser refinada y ajustarse a su identidad. Por ejemplo, esas personas debían caminar despacio y, al entrar en contacto con la gente, debían hacer que los demás sintieran que eran amables, accesibles y dignos de respeto, y su forma de hablar y de comportarse debía ser refinada. No podían ser iguales a la gente corriente, tenían que hacer que se notara la diferencia entre ellos y la gente corriente: solo así podían presumir de que su identidad era distinguida y distinta a la de los demás. En el fondo de su corazón, estos profesores creían que cosas como apretarse en los autobuses eran algo que hacían las personas de los sectores más bajos de la sociedad y los que no habían recibido un alto nivel de educación, así como los que no tenían conocimientos avanzados ni la identidad de un intelectual de alto nivel. Entonces, ¿qué cosas hacían estos intelectuales de alto nivel? Ponerse ante el atril a predicar doctrinas, impartir conocimientos y resolver las dudas de la gente: esas eran sus tareas, que representaban su identidad, su imagen y su profesión. Solo podían hacer estas cosas. Los quehaceres cotidianos y las rutinas de la gente corriente no podían tener nada que ver con ellos, que eran una clase de personas desvinculadas de esos “gustos vulgares y humildes”. ¿Cómo calificaban los quehaceres cotidianos y las rutinas de la gente corriente, e incluso acciones como apretarse en el autobús? (Como vulgares). Así es, vulgares y groseros. Esta era una definición que les salía de lo más profundo del corazón para referirse a la gente común y corriente, de un nivel inferior al suyo.

Hablemos sobre el tercer punto: “Los intelectuales de alto nivel podemos esperar el siguiente autobús”. ¿Qué clase de espíritu es este? ¿No es este el espíritu de Kong Rong cuando entrega las peras, como se cuenta en la cultura tradicional? La influencia de la cultura tradicional en los intelectuales es especialmente profunda. No solo aceptan la cultura tradicional, sino que también aceptan en su corazón muchas ideas y puntos de vista de esta, y los tratan como cosas positivas, incluso hasta el punto de tomar algunos dichos bien conocidos como lemas, y al hacerlo se embarcan en la senda equivocada en la vida. La cultura tradicional está representada por la doctrina de Confucio. La doctrina de Confucio abarca toda una serie de teorías ideológicas, promueve sobre todo la cultura moral tradicional y fue venerada por las clases regentes de las dinastías a lo largo de la historia, que veneraban a Confucio y a Mencio como a santos. La doctrina confucianista sostiene que una persona debe defender los valores de la benevolencia, la justicia, la decencia, la sabiduría y la fiabilidad, aprender primero a mantener la calma, la serenidad y la paciencia ante cualquier eventualidad, conservar los nervios y hablar las cosas, no pelearse ni enzarzarse por ellas, y aprender a ser cortésmente complaciente y a ganarse el respeto de todo el mundo: esto es comportarse con decoro. Los intelectuales se colocan a sí mismos en una posición superior a la de la plebe y, a sus ojos, todas las personas merecen su paciencia y tolerancia. ¡Los “efectos” del conocimiento son bastante grandes! Esta gente se parece mucho a los falsos caballeros, ¿verdad? Las personas que adquieren demasiados conocimientos se convierten en falsos caballeros. Si este grupo de refinados eruditos se describe en una frase, sería refinada elegancia erudita. ¿Cuáles son los principios según los que estos refinados eruditos interactúan entre sí? ¿Cuál es su enfoque de los asuntos mundanos? Por ejemplo, el pueblo llano se refiere a los hombres apellidados Li como “Lao Li”[a] o “Xiao Li”. ¿Se referirían así a ellos los intelectuales? (No). ¿Cómo se referirían a ellos? (Señor Li). Si vieran a una mujer, se referirían a ella como señora tal o cual, y serían especialmente respetuosos y elegantes, como caballeros. Son especialistas en aprender e imitar la refinada elegancia que muestran los caballeros. ¿En qué tono y de qué manera hablan y discuten entre ellos? Sus expresiones faciales son especialmente amables y hablan con educación y reserva. Solo expresan sus propias opiniones y no dicen nada aunque sepan que las de los demás son erróneas. Nadie hiere los sentimientos de nadie y sus palabras son extremadamente suaves, como si estuvieran envueltas en algodón para no herir ni irritar a los demás, lo que llega a provocarte náuseas, ansiedad o enfado con solo escucharlas. El hecho es que nadie tiene puntos de vista claros ni cede ante los demás. A este tipo de personas se les da muy bien disimular. Ante el asunto más trivial, se disfrazan y se enmascaran, y ninguno da una explicación clara. Ante la gente corriente, ¿qué postura quieren adoptar y qué imagen quieren dar? En concreto, hacer ver a la gente corriente que son modestos caballeros. Los caballeros están por encima de los demás y son objeto de la veneración de la gente. Las personas creen que tienen más perspicacia que la gente corriente y que entienden mejor las cosas que esta, por lo que todo el mundo les consulta cuando tienen un problema. Este es precisamente el resultado que desean estos intelectuales, todos esperan que se les venere como a santos.

Al considerarlo desde los tres puntos que acabamos de diseccionar, una vez que estos profesores recibieron el título de “intelectuales de alto nivel”, ¿su pensamiento fue más libre o estaba más confinado? (Más confinado). Se vio confinado. ¿Por qué? (Por el conocimiento). El conocimiento es algo dentro de su profesión. De hecho, el conocimiento no los confinó en realidad. ¿Qué los confinó? Su actitud hacia el conocimiento y la influencia que este tuvo en su pensamiento, así como los puntos de vista que les inculcó; este es el problema. Por tanto, mientras más alto sea el nivel de conocimiento que adquirieron, más sintieron que su identidad y estatus eran diferentes del resto, más sintieron que eran nobles y grandes y, al mismo tiempo, más se limitó su pensamiento. Desde este punto de vista, ¿la gente que ha adquirido más conocimiento ha obtenido libertad o la ha perdido? (La ha perdido). Lo cierto es que han perdido libertad. El conocimiento tiene influencia sobre el pensamiento de las personas y el estatus de la sociedad, y la influencia que ejerce en las personas no es positiva. Nunca se da el caso de que mientras más conocimiento adquieras, mejor vas a entender los principios, la dirección y los objetivos que te corresponden en cuanto a tu conducta. Al contrario, mientras más persigas el conocimiento y más exhaustivo sea el conocimiento que adquieras, más te vas a apartar de los pensamientos y puntos de vista que las personas con humanidad normal deberían tener. Es como ese grupo de intelectuales que habían recibido mucho conocimiento y educación, pero ni siquiera entendían una cuestión básica de sentido común. ¿Qué sentido común es ese? Cuando hay muchas personas, te tienes que apretar para entrar en el autobús. Si no te aprietas, no vas a entrar nunca; ni siquiera conocían esta regla tan simple. Decidme, ¿se habían vuelto inteligentes o tontos? (Se habían vuelto tontos). De hecho, eran un puñado de idiotas. La gente corriente no ha recibido un conocimiento tan avanzado ni una educación de alto nivel, y no cuenta con este estatus, pero entienden este punto y dicen: “Cuando te montas en un autobús y hay mucha gente, tienes que apretarte y poner toda la carne en el asador, porque si aflojas lo más mínimo y tu cerebro reacciona algo más despacio, puede que termines al final de la cola y tengas que tomar el siguiente autobús”. Este es un asunto básico de sentido común en la vida, la gente corriente está familiarizada con ello, pero estos intelectuales no lo entendían, así que esperaron un autobús tras otro. ¿Qué los restringía? Estaban firmemente ligados a la afirmación de que “somos intelectuales de alto nivel”. Así era. Ni siquiera sabían cómo afrontar o lidiar con un problema tan simple de la vida real. ¡Eran un puñado de tontos! ¿Qué les trajo el conocimiento? Los condujo a perder el contacto con el resto de la población, no sabían vivir ni lidiar con las cosas que ocurren en la vida real. Emplearon alguna teoría elevada para abordar uno de los problemas más comunes que se encuentra la gente corriente en la vida real y no sabían cuáles serían las consecuencias después de ocuparse de ello de esta manera; tal vez todavía no lo entiendan a día de hoy. Tal vez solo sean capaces de pensar en profundidad sobre este asunto cuando se hagan viejos. Llegado ese momento, ya no tendrán laureles y ya habrán disfrutado lo suficiente de la honorable reputación de un intelectual de alto nivel a lo largo de su vida. Puede que un día recuerden el ridículo que hicieron aquel día con el autobús y se den cuenta de repente que no son tan nobles ni tan elevados, y de que: “¿Puede mi refinamiento erudito poner comida en la mesa? ¿Acaso no sigo necesitando tres comidas al día como la gente corriente? No soy diferente a los demás. ¿Acaso no camino también encorvado en mi vejez? ¿Es que cada vez que me encuentro ante un peligro no tiemblo también de miedo y siento temor? Y ante la muerte de un ser querido o un alegre acontecimiento, ¿acaso no estoy también triste o alegre, según corresponda? ¿Acaso no vivo como la gente corriente? ¡No soy diferente de los demás!”. Adquirirán este conocimiento demasiado tarde. Estos son los diversos tipos de fealdad que muestran aquellos que aceptan unos pocos supuestos dichos y puntos de vista positivos cuando no entienden la verdad. Cuando no saben si estos puntos de vista son correctos o no, a menudo los consideran verdades a las que atenerse y que han de aplicar, y cuando los aplican, tienden a sufrir consecuencias de todo tipo y se producen toda clase de situaciones incómodas. ¿Qué consecuencias tiene esto para las personas? Mientras la gente busca constantemente la libertad, también oscilan sin cesar de una vorágine a otra y de un tipo de atadura a otro. ¿No es así? Por consiguiente, cuando no comprendes la verdad, ya sea que te aferres a un punto de vista, a una cultura tradicional o a algún tipo de regla, sistema o teoría, y ya sea que estas cosas sean relativamente anticuadas en la sociedad o muy de vanguardia y estén de moda, ninguna de ellas puede reemplazar nunca a la verdad, porque no son la verdad. No importa cuánto te aferres a ellas o lo bien que las apliques, al final solo conseguirán alejarte de la verdad, en lugar de obtenerla. Cuanto más te apegues a estas cosas, más te alejarás de la verdad y más te desviarás del camino de Dios y del de la verdad. Por otro lado, si puedes tomar activamente la iniciativa de desprenderte de estas supuestas cosas positivas, teorías y falsas verdades, entonces puedes entrar en la verdad relativamente rápido. De esta manera, la gente no utilizará estas supuestas culturas tradicionales ni estas falsas verdades como principios de práctica en su vida diaria, en lugar de la verdad y las palabras de Dios, y esta incomodidad se aliviará paulatinamente y se resolverá poco a poco.

Hay quienes piensan que han obtenido la verdad al despojarse de la cultura tradicional de una familia y un país, y al aceptar una cultura tradicional extranjera de fuera; hay quienes piensan que han obtenido la verdad al despojarse de una cultura tradicional y vieja, y de ideas y puntos de vista viejos, y al aceptar ideas ligeramente más avanzadas y modernas. Visto ahora, ¿estas personas aciertan o se equivocan? (Se equivocan). Todas están equivocadas. Piensan que obtendrán libertad solo con despojarse de cosas viejas. ¿Qué implicación tiene obtener libertad? Significa que uno ha obtenido la verdad y la auténtica manera de vivir que debería tener. La gente piensa que el camino verdadero se obtiene de ese modo. ¿De veras esto es así? ¿Es correcto? No. Con independencia de qué cultura moderna y avanzada acepte la especie humana, no deja de ser cultura tradicional y su esencia no cambia. La cultura tradicional lo seguirá siendo hasta no se sabe cuándo. Da igual que resista la verificación del tiempo o de los hechos, o que la especie humana la venere, al final sigue siendo cultura tradicional. ¿Por qué estas culturas tradicionales no son la verdad? A lo único que se reduce todo es a que estas cosas son ideas que surgieron después de que Satanás corrompiera a la especie humana. No provienen de Dios. Están adulteradas por algunas de las figuraciones y nociones de las personas, y además son consecuencia de la corrupción de la especie humana por parte de Satanás. Este aprovecha las ideas, los puntos de vista y todo tipo de dichos y argumentos de la especie humana corrupta a fin de limitar el pensamiento de la gente y corromper el pensamiento de las personas. Si Satanás se sirviera de algunas cosas que fueran obviamente absurdas, ridículas y equivocadas para desorientar a las personas, la gente tendría discernimiento; serían capaces de distinguir entre el bien y el mal y emplearían este discernimiento para negar y condenar esas cosas. Así, estas enseñanzas no resistirían el escrutinio. Sin embargo, cuando Satanás, a fin de condicionar a las personas, influir en ellas e inculcárselas, se sirve de algunas ideas y teorías que se conforman a las nociones y figuraciones de las personas, y que piensa que van a resistir el escrutinio cuando se digan en voz alta, la especie humana se desorienta con facilidad y estos dichos se aceptan y se difunden fácilmente, de modo que duran una generación tras otra, hasta el mismo presente. Tomemos como ejemplo algunas historias sobre héroes chinos, como las historias patrióticas sobre Yue Fei, los generales de la familia Yang y Wen Tianxiang. ¿Cómo es que estas ideas se han transmitido hasta el presente? Si lo observamos desde el aspecto de las personas, en todas las eras hay un tipo de persona o de regente que usa sin cesar estos ejemplos y las ideas y el espíritu de esos personajes para enseñar a una generación tras otra, a fin de que acepten obedientes y dóciles su gobierno, de tal modo que puedan gobernar con facilidad a una generación tras otra de personas y dar estabilidad a su reinado. Al hablar de su estúpida devoción a Yue Fei o a los generales de la familia Yang, así como al espíritu patriota de Wen Tianxiang y Qu Yuan, educan a sus súbditos para que conozcan una regla: uno debe comportarse con lealtad; esto es lo que debe poseer una persona cuya calidad humana sea noble y moral. ¿Lealtad en qué medida? En la medida que “cuando el emperador manda a sus oficiales a morir, no tienen más remedio que morir” y “un individuo leal no puede servir a dos señores”, este es otro dicho que veneran. También veneran a aquellos que aman su país. ¿Qué significa amar al propio país? ¿Amar qué o a quién? ¿Amar la tierra? ¿Amar a la gente en ella? ¿Y qué es un país? (Los gobernantes). Los gobernantes son los representantes del país. Si dices: “Mi amor por mi país es en realidad amor por mi ciudad natal y mis padres. ¡Gobernantes, no os amo a vosotros!”, entonces estos se enfadarán. Si dices: “Mi amor por mi país es amor por los gobernantes, desde lo más profundo de mi corazón”, aceptarán y aprobarán ese amor; si les haces entender y les dejas claro que no son ellos a los que amas, no lo aprobarán. ¿Qué representan los gobernantes a lo largo de las eras? (A Satanás). Representan a Satanás, son miembros de la banda de Satanás y son diablos. Es imposible que eduquen a la gente para que adore a Dios, para que adore al Creador. Es imposible que lo hagan. En cambio, le dicen a la gente que el gobernante es el hijo del cielo. ¿Qué significa “hijo del cielo”? Significa que el cielo le concede el poder a alguien y a esta persona se la llama el “hijo del cielo” y ostenta el poder de reinar sobre todos aquellos bajo el cielo. ¿Es esta una idea que los gobernantes han inculcado en la gente? (Sí). Cuando una persona se convierte en hijo del cielo, está determinada por el cielo y la voluntad del cielo está con ellos, así que la gente debe aceptar el gobierno de esa persona de manera incondicional, sea cual sea. Lo que inculcan en estas personas es esta idea, que te hace aceptar a esa persona como hijo del cielo porque reconoces la existencia del cielo. ¿Qué propósito tiene que aceptes a esa persona como el hijo del cielo? No es hacerte reconocer que hay un cielo o un Dios o un Creador, sino hacerte aceptar el hecho mismo de que esta persona es el hijo del cielo y, al serlo, al haber surgido a partir de la existencia de la voluntad del cielo, la gente debe aceptar su gobierno; este es el tipo de ideas que inculcan. Detrás de todas estas ideas que se han desarrollado desde el principio de la especie humana hasta el presente —ya se trate aquello que diseccionamos de frases y expresiones que contengan alusiones o de proverbios populares y dichos comunes que carecen por completo de ellas— residen los vínculos de Satanás y su forma de desorientar a la especie humana, además de la definición falaz de la especie humana corrupta de estas propias ideas. ¿Qué influencia tiene esta definición falaz en la especie humana de los periodos posteriores? ¿Es buena, positiva o negativa? (Es negativa). Es fundamentalmente negativa. Tomemos como ejemplo los dichos “Dormir sobre maleza y lamer la hiel”, “Ocultar la propia luz y reunir fuerzas en la oscuridad”, “Soportar la humillación y llevar una pesada carga” y “Pelear sin claudicar”, así como “Fingir una cosa mientras se hace otra”; ¿qué influencia tienen en la especie humana estos dichos en los periodos posteriores? En concreto, que una vez que la gente acepte estas ideas de la cultura tradicional, cada una de las sucesivas generaciones se aleje cada vez más de Dios, y más y más de Su creación y de la salvación de la gente, así como de Su obra de plan de gestión. Una vez que las personas aceptan estos puntos de vista erróneos de la cultura tradicional, sienten de manera creciente que el destino humano debe estar en sus propias manos y que ellas mismas deben crear la felicidad, como también que las oportunidades están reservadas para aquellos que están preparados, lo que lleva a la especie humana a negar cada vez más a Dios, a negar Su soberanía y a vivir bajo el poder de Satanás. Si comparáis los temas de los que les gusta hablar a la gente de la era moderna con los de la de hace dos mil años, el sentido del pensamiento que hay detrás de estas cosas es en realidad el mismo. Lo que ocurre es que la gente de hoy en día habla de esas cosas de una forma más concreta y es más directa al respecto. No solo niegan la existencia y la soberanía de Dios, sino que también se resisten y condenan a Dios a un nivel cada vez más grave.

Por ejemplo, la gente en la antigüedad decía: “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”, un dicho que ha llegado a nuestros días. La gente aprecia este dicho, en especial los patriotas, que lo consideran su lema. Ahora que habéis venido al extranjero, si alguien os cuenta que ha sucedido algún incidente en China, ¿tiene algo que ver con vosotros? (No). ¿Por qué decís que no tiene nada que ver con vosotros? Hay algunos que dicen: “Odio ese país. Ahora ocupan el poder los comunistas, ese malvado partido político. El Partido Comunista es el diablo Satanás, es un régimen totalitario y no tiene nada que ver conmigo. Nos persigue e impide que creamos en Dios. Lo odio”. Si ese país un día llega a estar a punto de perecer, puede que no sientas nada en el corazón, pero cuando te enteres de que tu provincia de origen ha sido invadida y ocupada por grupos extranjeros, sentirás que te has convertido en un refugiado, en un vagabundo sin hogar al que volver, y te alterarás y sentirás que no puedes regresar a tus raíces como las hojas caídas. Regresar a tus raíces como las hojas caídas, esa es otra idea tradicional. Imagina que, luego de eso, un día te enteras de repente de que tu ciudad, la tierra donde naciste y te criaste, se ha visto invadida y ocupada por grupos extranjeros, que estos grupos extranjeros han tomado la senda que recorrías para ir a la escuela a diario y se han apropiado de tu casa y de las tierras de tu familia. Lo que una vez fue tuyo, ha desaparecido, esta pequeña porción de tierra que está profundamente grabada en tu mente, la porción de tierra con la que tienes el vínculo más cercano ya no existe y ya no están allí ninguno de tus parientes. En ese momento, pensarás: “¿Cómo voy a tener un hogar si no tengo país? Ahora de veras me he convertido en un refugiado, soy, en efecto, alguien sin hogar, un vagabundo. ¡Parece que es correcto el dicho: Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte!”. Cuando llegue ese momento, cambiarás. Por tanto, ¿por qué ahora no piensas que este dicho sea correcto? Hay un antecedente y una premisa para esto, porque ese país te persigue y te causa demasiada angustia, y además no te acepta y tú lo odias. El hecho es que lo que en realidad odias no es esa tierra, sino al régimen satánico que te persigue. No lo reconoces como tu país, así que en este momento, cuando otros dicen: “Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte”, tú respondes: “Eso no tiene nada que ver conmigo”. Sin embargo, cuando cierto día la tierra en la que naciste y te criaste ya no te pertenezca y ya no tengas una ciudad natal, te sentirás como un vagabundo y una persona sin nacionalidad, y te parecerá que de veras has perdido a tu país. En ese momento sentirás una punzada en el corazón. ¿A qué se debe esa punzada? Puede que ahora mismo no la sientas muy profundamente, pero un día te afectará mucho. ¿En qué circunstancias te afectará de manera profunda? Que tu país muera y te conviertas en miembro de una nación conquistada no da miedo. ¿Qué es lo que da miedo? Cuando te conviertas en miembro de una nación conquistada y se te intimide, vilipendie, discrimine, pisotee y no dispongas de un lugar en el que vivir en paz, en ese momento pensarás: “Qué valioso es tener un país. Sin un país, la gente no tiene un hogar real. La gente tiene un hogar en cuanto que tiene un país, así que estos dichos lo expresan bien: ‘Cuando la nación tiene problemas, la responsabilidad de todos es hacer su parte’”. En la frase: “la responsabilidad de todos es hacer su parte”, ¿para qué es esta “responsabilidad”? Para la paz de tu propio hogar, para ser capaz de proteger tu propio hogar. Cuando pienses sobre esto, cuando te discriminen grupos extranjeros o en una tierra extranjera, cuando necesites pertenecer a un lugar y necesites el apoyo de un país que consolide tu dignidad, tu imagen, tu identidad y tu estatus, ¿cómo te vas a sentir? Pensarás: “Si una persona en un país extranjero tiene un apoyo poderoso detrás, ¡ha de ser el de una gran patria!”. ¿Será entonces diferente tu estado de ánimo, comparado con el actual? (Sí). Ahora te ha dado un ataque de indignación, así que aseguras que nada de lo que ocurre en tu país es asunto tuyo. Si aún puedes decir lo mismo llegado el momento, ¿qué clase de estatura debes tener? Hay un hecho en este mundo que puede que sepáis todos, y es que, sin el apoyo de una patria poderosa, no hay duda de que se te va a discriminar e intimidar en países extranjeros. Cuando llegue el momento de que de veras experimentes esto, ¿qué será lo primero que pidas? Habrá quienes digan: “Sería genial ser judío o japonés. Nadie se atrevería a intimidarme. Se me tendría una gran consideración en cualquier país al que fuera. ¿Por qué nací en China? Es un país incompetente y al pueblo chino se le intimida allá donde va”. ¿Qué será lo primero que penséis cuando suceda algo de esto? (Tenemos fe en Dios y nos sometemos a Su instrumentación y arreglos). Esto es cierto. Sin embargo, ¿cuántas verdades debe entender una persona, qué experiencia debe haber tenido y cuánto entendimiento vivencial debería poseer para poder decir algo así y convertirlo en su propia estatura? Cuando ocurre algo semejante, ¿qué clase de ideas, entendimiento y experiencia real debes tener para no ser débil ni alterarte, aunque alguien te escupa encima y te llame miembro de una nación conquistada? ¿Qué clase de estatura debes tener para no sentirte alterado ni sufrir estas limitaciones? ¿Tenéis ahora esta clase de estatura? (No). Ahora no la tenéis, ¿pero podríais tenerla algún día? ¿Con qué verdades debéis dotaros? ¿Qué verdades debéis entender? Hoy en día, en cuanto algunas personas oyen que los miembros de su familia en China continental han sido arrestados por creer en Dios, lo que entienden en su corazón —que todo está en manos de Dios— se convierte para ellos en doctrina y están limitados por el hecho de que los miembros de su familia hayan sido arrestados y no estén dispuestos a hacer sus deberes. Si se enteran de que un pariente está muerto, puede que se desmayen directamente. ¿Cómo os sentiríais si se destruyera esa tierra y muriera toda la gente en ella? ¿Cuánto peso tienen los aspectos tradicionales como el país, el hogar, la ciudad natal y la patria, así como ciertas ideas tradicionales y la cultura asociadas a estas palabras que se aferran al fondo de vuestro corazón? ¿Dominan aún todas las acciones en tu vida y todos tus pensamientos y comportamientos? Si tu corazón todavía está ocupado por todas estas cosas tradicionales con las que tienes conexión, como el país, la raza, la nación, la familia, la ciudad natal, la tierra y demás, es decir, que esos aspectos todavía tienen cierto matiz de cultura tradicional en tu corazón, entonces los sermones que escuchas y las verdades que entiendes son todo doctrinas para ti. Si has escuchado muchos sermones, pero no puedes desprenderte siquiera de las cosas más básicas de las que la gente debería desprenderse y separarse, así como tampoco tratarlas correctamente, ¿qué problemas concretos resuelven esas verdades que sí entiendes?

Nota al pie:

a. “Lao” y “Xiao” son prefijos que se añaden a los apellidos en lengua china, se trata de una forma de dirigirse a alguien que expresa la familiaridad o informalidad que comparten el hablante y el oyente.

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