Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (I) Parte 4
Una disección de cómo los anticristos cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones, sin considerar nunca los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal
I. Cuáles son los intereses de Dios y los de la gente
Esta vez vamos a hablar sobre el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos: cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones, sin considerar nunca los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal. En nuestra vida cotidiana, enfatizamos a menudo los intereses de Dios y de Su casa. Sin embargo, algunas personas tienden a no considerar los intereses de la casa de Dios, y colocan en su lugar y delante de todo sus propios intereses. Estas personas son especialmente egoístas. Además, al manejar sus asuntos, protegen con frecuencia sus propios intereses en detrimento de los de la casa de Dios, hasta tal punto que hacen peticiones indirectas a la casa de Dios con el fin de satisfacer sus propios deseos. ¿Cuál es aquí la palabra clave? ¿De qué se habla principalmente? (Intereses). ¿Qué se quiere decir con “intereses”? ¿Qué se incluye en este término? ¿Qué considera uno que son los intereses de las personas? ¿Qué engloban los intereses de las personas? El estatus, la reputación y las cosas relacionadas con los intereses materiales. Por ejemplo, cuando una persona desorienta a los demás para que la admiren y la adoren, está buscando sus propios intereses psicológicos; además, existen los intereses materiales, que la gente busca aprovechándose de los demás, recogiendo beneficios para sí misma o robando los bienes de la casa de Dios, por citar algunos ejemplos. Los anticristos solo buscan el beneficio. Sin importar si buscan intereses psicológicos o materiales, los anticristos son avaros e insaciables, y procurarán apoderarse de todas estas cosas para ellos mismos. Los asuntos relacionados con los intereses de una persona son los que más la revelan. Los intereses están íntimamente ligados a la vida de cada persona, y todo aquello con lo que una persona entra en contacto cada día tiene que ver con sus intereses. Por ejemplo, cuando se dice algo o se habla de un asunto, ¿qué intereses intervienen? Cuando dos personas discuten un tema, se trata de una cuestión de quién es elocuente y quién no, a quién tienen los demás en alta consideración y a quién menosprecian, y es además una cuestión de las diferentes consecuencias de sus distintas maneras de hablar. ¿Acaso no es una cuestión de intereses? Por tanto, ¿qué hace la gente cuando les ocurren problemas de este tipo? Se esfuerzan al máximo para alardear, se devanan los sesos para organizar su discurso de modo que expliquen el asunto con claridad y expresen las palabras con mayor elegancia y suenen más amables, y además tengan un sentido estructural y dejen una impresión duradera en las personas. Servirse de este enfoque, de la propia elocuencia, el propio cerebro y conocimiento para ganarse el favor de las personas y dejar una honda impresión en ellas es una especie de interés. ¿Qué otros aspectos están relacionados con los intereses que busca la gente? Cuando se ocupa de sus asuntos, la gente valora las cosas, las calcula y medita sin cesar en su fuero interno, se devana los sesos para sopesar qué acciones le interesan y cuáles no, qué acciones pueden ampliar sus intereses, cuáles al menos no los dañan y qué acciones pueden hacerle obtener mayor gloria y ganancia material, así como convertirlos en los más beneficiados. Estos son los dos intereses por los que lucha la gente cada vez que le ocurre algún problema. Los intereses que buscan se centran en estos dos aspectos y nada más: por un lado, el de obtener beneficios materiales, o al menos no salir perdiendo, y aprovecharse de los demás. Asimismo, a un nivel psicológico, pretenden que la gente los aprecie y admire, ganarse el corazón de las personas. A veces, a fin de obtener poder y estatus, pueden incluso renunciar a intereses materiales, es decir, incurrirán en pequeñas pérdidas para obtener a continuación una mayor ventaja sobre los demás. En resumen, todas estas cosas relacionadas con la reputación, el estatus, la gloria y las cosas materiales de un individuo se encuadran en la categoría de intereses de las personas y todas estas son intereses que la gente busca.
¿Cuál es la naturaleza de la búsqueda de estos intereses por parte de las personas? ¿Por qué buscan estas cosas? ¿Es legítimo hacerlo? ¿Es razonable? ¿Concuerda con los requerimientos de Dios para las personas? ¿Es este el estándar que Dios exige de los seres creados? En palabras de Dios, ¿menciona Él lo siguiente?: “Deberíais buscar vuestros propios intereses y maximizarlos. No sacrifiquéis vuestros propios intereses solo porque creáis en Dios y llevéis a cabo un deber. Deberíais apreciar vuestro estatus, reputación y poder, así como proteger estas cosas a toda costa. Si Dios te concede estatus, deberías apreciarlo y convertirlo en tu gloria en lugar de en tu vergüenza. Esta es la comisión que te hace Dios”. ¿Ha dicho Dios alguna vez tal cosa? (No). Ya que no hay nada semejante en las palabras de Dios, ¿qué es entonces lo que Dios requiere de los seres creados en Su corazón? ¿Cómo requiere Dios que las personas consideren los intereses? Por una parte, Dios quiere que renuncien a sus intereses; este es un planteamiento general. Asimismo, Dios les proporciona sendas de práctica apropiadas en incluso más aspectos, les dice cómo comportarse para que sigan la senda que les corresponde, cómo practicar del modo que debería hacerlo un ser creado, qué puntos de vista y actitudes deberían adoptar hacia las cosas materiales, la fama y la ganancia, y cómo deberían elegir. No hace falta decir que, aunque las palabras de Dios no les dicen directamente a las personas cómo considerar los intereses, Sus palabras expresan entrelíneas cuáles son exactamente los puntos de vista de Dios respecto a los intereses de la especie humana corrupta, y dejan muy claro que las personas deberían dejar de lado sus propios puntos de vista, actuar de acuerdo con los principios-verdad, comportarse conforme a su posición como seres creados y atenerse al lugar que les corresponde. Según Su corazón, ¿está Dios privando de manera intencionada a las personas de sus intereses al requerirles que actúen de este modo? En absoluto. Hay quien dice: “En la iglesia, siempre se habla sobre los intereses de la casa de dios y de la iglesia, pero ¿cómo es que nadie habla de nuestros intereses, los de las personas? ¿Quién cuida de ellos? ¿Acaso no deberíamos tener también algunos derechos humanos? Se nos deben conceder también algunas ganancias. ¿Por qué no se nos da siquiera algo pequeño? ¿Cómo es que todos los intereses pertenecen a dios? ¿Es que dios no es también egoísta?”. Decir esto es extremadamente rebelde y traicionero. Resulta evidente que esto no es correcto. Desde luego, una persona con humanidad no puede decir esto, solo los diablos se atreven a decir toda clase de cosas rebeldes. Otros afirman: “Dios siempre les dice a las personas que no consideren sus intereses personales. Él siempre dice que no intriguemos en nuestro propio beneficio. La gente quiere sobresalir haciendo o logrando algo que provoque que todo el mundo la adore. Dios dice que esto es una ambición. Las personas quieren luchar por sus propios intereses, disfrutar de buena comida, de la vida, codiciar las comodidades de la carne y vivir de manera respetable entre la especie humana. Dios dice que de esta manera solo alimentan sus propios intereses y que deben dejar estos a un lado. Si dejamos a un lado todos estos intereses, ¿cómo vamos a vivir mejor?”. Si la gente no entiende las intenciones de Dios, siempre estarán en conflicto con los requerimientos de Dios y siempre mantendrán disputas con Él a causa de estos asuntos. Es como algunos padres que han trabajado con afán durante media vida para criar a sus hijos y están tan cansados que sufren todo tipo de dolencias. Los padres están preocupados de que sus cuerpos les fallen y de que sus hijos no tengan entonces a nadie que los mantenga, así que se compran productos de salud. Los hijos no entienden nada y dicen al ver estos productos: “Ni siquiera he podido comprarme ropa nueva desde hace años, ¿cómo es que tú te puedes comprar productos de salud? Deberías ahorrar ese dinero para mandarme a la universidad”. ¿Este comentario hiere los sentimientos de los padres? Ellos no hacen todo esto por su propio interés ni porque quieran disfrutar de las comodidades de la carne o vivir un poco más y con mayor comodidad, ni para sacar tajada de la buena fortuna de sus hijos en el futuro. No es por estas razones. ¿Por qué lo hacen? Lo hacen por sus hijos. Los hijos no lo entienden e incluso culpan a sus padres, ¿acaso no es eso traicionero? (Sí). Si los hijos no entienden las intenciones de sus padres, puede que entren en conflicto con ellos, hasta el punto de causar disputas y herir sus sentimientos. Por tanto, ¿entendéis el corazón de Dios? Es una cuestión de entender la verdad. ¿Por qué condena Dios las prácticas de las personas de alimentar sus propios intereses y ambiciones? ¿Es que Dios es egoísta? ¿Es que Dios le dice a la gente que no busque intereses personales para que sean pobres y miserables? (No). Desde luego que no es eso. Dios quiere que la gente sea buena y Él viene a hacer Su obra de salvar a las personas a fin de conceder bendiciones a la especie humana y llevarla a un hermoso destino. Todo lo que hace Dios es para que la gente obtenga la verdad y la vida, para que sea apta para recibir la promesa y las bendiciones de Dios. Sin embargo, la gente ha sido hondamente corrompida por Satanás y manifiesta actitudes corruptas y ha de sufrir mucho para obtener la verdad y la vida. Si todo el mundo persigue sus intereses personales y quiere vivir una buena vida para satisfacer los deseos extravagantes de la carne, pero no dedica esfuerzo a perseguir la verdad, ¿cuáles serán las consecuencias? Serán incapaces de obtener la verdad y de que se les purifique y se les salve. ¿Cuáles son las consecuencias de que no se salven? Todos deben morir en los desastres. ¿Es este el momento de entregarse a los placeres de la carne? No. Quien no obtenga la verdad, debe morir. Por tanto, Dios requiere que las personas renuncien a sus intereses carnales y persigan la verdad. Esto es por el bien de las personas, de sus vidas y de su salvación. Una vez que obtengan la verdad y se salven, la promesa y las bendiciones de Dios vendrán en cualquier momento. Las bendiciones que Dios le concede al ser humano son cientos o, quién sabe, miles de veces más grandes que los placeres de la carne, más de lo que la gente podría llegar a imaginar. ¿Cómo es que nadie puede verlas? ¿Está la gente ciega ante ellas? ¿Por qué entonces Dios siempre requiere que las personas dejen de lado sus propios intereses y defiendan los de Dios y los de Su casa? ¿Quién puede explicar este asunto? (Dios requiere que las personas renuncien a los intereses personales porque Satanás las ha corrompido y estos no concuerdan con la verdad. Al requerir a las personas que defiendan los intereses de la casa de Dios, Él les enseña cómo comportarse. También se debe a que toda la obra que hace Dios tiene como objetivo salvar a las personas, y si alguien no sabe defender los intereses de la casa de Dios, no es digno de considerarse humano). Hay algunos elementos prácticos en lo que dices. (Me gustaría añadir algo. Estaba obsesionado con la fama, la ganancia y el estatus. Me parecía que tenía algunos dones y que se me debería ascender a supervisor. Sin embargo, cada vez que había una elección, la perdía y culpaba a Dios en mi corazón; ¿por qué Dios no me concedía este pequeño deseo? Luego, tras haber experimentado algunos fracasos, leí las palabras de Dios y reflexioné sobre mí mismo y reconocí que a menudo caía en la envidia y la disputa por la búsqueda de la fama, la ganancia y el estatus, y no cooperaba en armonía con mis hermanos y hermanas. No solo no había realizado ningún progreso en mi vida, sino que también había causado algunas pérdidas a la obra de la casa de Dios. Me acabé dando cuenta de que buscar la fama, la ganancia y los intereses personales no es la perspectiva correcta en la vida ni un objetivo correcto en el que afanarse, sino un punto de vista erróneo que Satanás inculca en las personas para desorientarlas, y de que esa búsqueda es muy peligrosa. Dios le dice a la gente que no busque la fama, la ganancia y el estatus, no porque quiera que tengan problemas ni para ser duro con ellos, sino porque es una senda muy peligrosa y esos afanes solo pueden llevar a uno a que al final termine con las manos vacías). “Con las manos vacías” y “muy peligrosa”; ¿de qué peligro creéis que habla? ¿En serio es solo cuestión de acabar con las manos vacías y nada más? ¿Qué clase de senda es esta? (La senda de la destrucción). Esta búsqueda es una senda de resistirse a Dios. No es perseguir la verdad, sino más bien estatus y prestigio. Es caminar por la senda de los anticristos. No importa lo legítimos que pienses que son tus deseos y aspiraciones, Dios no quiere esto, no es esta clase de búsqueda. Dios no quiere que busques este camino. Si insistes en atenerte a tu propio trayecto, al final tu desenlace no solo será acabar con las manos vacías, sino que te embarcarás en una senda de resistirte a Dios. ¿Qué peligro entraña esto? Te resistirás a Dios, lo atacarás y te opondrás a Él y lo contradecirás, y el desenlace será la destrucción. ¿Hay algo que añadir? (Dios, me gustaría añadir algo. Dios acaba de preguntar por qué Él no quiere que la gente defienda sus propios intereses, sino que mejor defienda los de la casa de Dios. Tal como yo lo entiendo, Dios lo creó todo y todo proviene de Dios. Todas y cada una de las cosas que Dios creó son para las personas. Cada cosa que hace Dios —incluido encarnarse dos veces para llevar a cabo toda su obra además de toda su obra actual de fundar la iglesia— es en realidad para salvar a las personas. Una vez que la gente cree en Dios, empieza a vivir la vida de iglesia y puede ejecutar sus deberes, cuenta con una senda de salvación. Por tanto, que Dios nos pida que dejemos de lado nuestros intereses personales no es privarnos de nada, porque somos nosotros mismos los que al final nos beneficiamos de defender los intereses de Dios y los de Su casa). Muy bien. El significado general de lo que habéis compartido es básicamente correcto. Algunos hablan sobre sus propias experiencias personales y otros se refieren a ello desde una perspectiva teórica. En esencia, lo que entendéis coincide con que los intereses de Dios son legítimos y los intereses de las personas no lo son. Solo se les puede llamar intereses a los intereses de Dios, mientras que los de las personas no deberían existir. En particular, los “intereses de las personas” —esta frase, esta expresión, este hecho— no son algo que la gente debería disfrutar. Los intereses de Dios se anteponen a cualquier otra cosa y se deberían defender. Básicamente, esto es lo que entendéis. Es decir, la gente debería tener la responsabilidad de defender los intereses de Dios y considerarlos correctamente, mientras que los de las personas los habría que considerar con desprecio y despojarse de ellos, puesto que no son tan gloriosos. Desde un punto de vista humano —dado que en su raíz la gente tiene actitudes corruptas y en su fuero interno están adulterados por ellas— todos los intereses de las personas, los mires como los mires, ya sean perceptibles o imperceptibles, se encuadran en la categoría de ilegítimos. Por tanto, ya pueda la gente dejarlos de lado o no, de manera subjetiva ya se han dado cuenta de que los intereses de las personas se deben dejar de lado y por los que hay que luchar y los que se han de defender son los intereses de Dios. Hay consenso respecto a este punto; ahora que hemos alcanzado este consenso, vamos a hablar de cuáles son exactamente los intereses de Dios.
¿Cuáles son exactamente los intereses de Dios? ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? Se puede decir que “Dios” es un título y también un sinónimo de la esencia de Dios. ¿Qué hay de “la casa de Dios” y “la iglesia”? La casa de Dios tiene un alcance bastante amplio, mientras que la iglesia es más específica. ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? (No). Hay quienes dicen que no se puede, ¿pero es así en realidad? ¿Son la misma cosa los decretos administrativos de la casa de Dios, los de la iglesia y los que promulga Dios? (Sí). Son lo mismo. Si hablamos desde esa perspectiva, los intereses de los tres se pueden equiparar. La casa de Dios solo nace con Dios y Su pueblo escogido, mientras que la iglesia solo nace con ese pueblo escogido de la casa de Dios. La iglesia es una “unidad subordinada” más específica de la casa de Dios. La casa de Dios es un término más amplio, mientras que la iglesia es uno más específico. ¿Pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? ¿Creéis que deberían equipararse? ¿No lo sabéis? Entonces primero vamos a intentar equipararlos a fin de analizarlos. Por ejemplo, la gloria de Dios es el interés de Dios. ¿Sería adecuado decir que es la gloria de la casa de Dios? (No). Eso no estaría bien. La casa de Dios es un nombre, no representa a la esencia de Dios. ¿Estaría bien decir que la gloria de Dios es la gloria de la iglesia? (No). Es obvio que eso tampoco estaría bien. La gloria de la iglesia es la de todos los hermanos y hermanas. Equipararla con la gloria de Dios sería aberrante. La gente no puede asumir esta gloria ni tampoco puede hacerlo la casa de Dios ni la iglesia. Si hablamos desde esta perspectiva, ¿pueden equipararse los intereses de Dios, los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia? (No). No pueden equipararse. Desde otra perspectiva, ¿puede equipararse parte de la obra de Dios, parte de la obra de la casa de Dios y parte de la obra de la iglesia? Por ejemplo, Dios les dice a las personas que prediquen el evangelio y difundan Sus palabras. Esta es la intención de Dios y es también la comisión de Dios para las personas. Cuando se le hace esta comisión a la casa de Dios, ¿puede equipararse con la obra que planea hacer Dios? La comisión de Dios es también una parte de Su obra y esta parte específica se puede equiparar con la obra que Dios planea hacer. Cuando luego se le dicta esta comisión a la iglesia, ¿se puede equiparar con la obra de Dios? (Sí). Sí. Uno de estos dos ejemplos involucra algo de la esencia de Dios, en cuyo caso Dios, Su casa y la iglesia no se pueden equiparar. El otro ejemplo involucra a la obra que hace Dios, Su comisión y, más en concreto, los requerimientos de Dios hacia todo el mundo; estas son cosas que sí se pueden equiparar. En lo que respecta a elementos que involucran a la gloria de Dios, a Su identidad, Su esencia y Su testimonio, ¿pueden equipararse a Dios, a la casa de Dios y a la iglesia? (No). La casa de Dios y la iglesia no pueden poseer este testimonio ni esta gloria ni pueden equipararse a Dios, pero cuando se trata de un trabajo específico o de cierta comisión, sí se pueden equiparar. Hemos compartido con anterioridad los intereses de la casa de Dios y de la iglesia, de los que hemos hablado mucho. Hoy vamos a centrarnos en hablar sobre cuáles son exactamente los intereses de Dios y cuáles son exactamente las cosas desconocidas para las personas, en las que la gente nunca ha pensado y que están relacionadas de manera estrecha con Dios y se consideran Sus intereses. Ya se trate de un nombre, de un dicho o de algo asociado con la esencia e identidad de Dios, ¿qué cosas son los intereses de Dios? (La gloria de Dios). La gloria de Dios es, sin duda, el testimonio que Dios obtiene de las personas. ¿Qué más hay? La obra de Dios, el plan de gestión de Dios, el nombre de Dios, el testimonio de Dios, Su identidad y Su estatus; estos son Sus intereses. Para Dios, ¿qué es lo más preciado que Él quiere proteger? ¿El nombre de Dios, la gloria de Dios, Su testimonio o la identidad y estatus de Dios? ¿Qué exactamente? Lo más preciado que quiere proteger es el plan de gestión de Dios para salvar a la humanidad. Su plan de gestión de 6000 años es toda la obra que Dios planea hacer en este periodo de 6000 años. Para Él, esto es lo más importante. Se puede decir que este debería ser el interés de Dios que se puede ver en los ojos de los seres humanos creados. Lo que más o menos pueden entender las personas sobre los intereses de Dios y lo que la gente debería entender puede detenerse esencialmente ahí. A continuación, hablemos sobre los intereses de la casa de Dios. En lo que respecta a los intereses de la casa de Dios, además de defender Su nombre, Su gloria y Su testimonio, ¿qué más es una comisión de Dios a la especie humana que la gente debería defender? (El plan de gestión de Dios). Eso es. La mayor comisión de Dios a la especie humana es el mayor interés de la casa de Dios. Por tanto, ¿cuál es este interés? Es llevar a cabo Su plan de gestión de 6000 años entre la especie humana, y esto por supuesto incluye toda clase de aspectos. ¿Qué es lo que incluye? Incluye que la iglesia se funde y se forme, y que surjan los líderes y obreros de todos los niveles de la iglesia, de modo que las diversas tareas de la iglesia y la obra de difundir el evangelio puedan proceder sin obstáculos; todo esto involucra a los intereses de la casa de Dios. Estas son las cosas más importantes de las que solemos hablar respecto a los intereses de Dios, de la casa de Dios y de la iglesia. Los objetivos y el núcleo de toda la obra de Dios son los siguientes: que se difunda la obra de Dios, que Su plan de gestión proceda sin impedimentos, que Su intención y Su voluntad se desarrollen sin trabas entre la especie humana y que las palabras de Dios se difundan, se esparzan y se proclamen entre las personas a mayor escala, de modo que acudan más de ellas ante Dios. Como tal, aquello que impliquen los intereses de la casa de Dios y los de la iglesia debe sin duda involucrar a la voluntad de Dios y al plan de gestión de Dios. En concreto, es una cuestión de si, en todas las eras y todas las etapas, la obra de Dios es capaz de proceder sin impedimentos y de difundirse, y de si se lleva a cabo y progresa sin trabas entre la especie humana. Si todo esto es proceder con normalidad, entonces los intereses de la casa de Dios y de la iglesia se verán protegidos, al igual que la gloria de Dios y Su testimonio. Si la obra de Dios en Su casa y en la iglesia está obstruida y no puede proceder sin obstáculos, y la intención de Dios y la obra que Él planea hacer cuentan con impedimentos, entonces los intereses de la casa de Dios y de la iglesia seguro que se ven dañados en gran medida; son cosas conectadas. Es decir, cuando los intereses de la casa de Dios y de la iglesia se dañen en gran medida o sufran grandes impedimentos, no cabe duda de que el plan de gestión de Dios se verá seriamente frustrado y los intereses de Dios también sufrirán un daño grave.
Ya que hemos terminado de hablar sobre cuáles son los intereses de Dios, a continuación, vamos a compartir cuáles son los intereses de las personas. Acabamos de hablar un poco sobre ellos, ahora vamos a referirnos a la naturaleza de los intereses de las personas en cuanto a su definición y a determinar su naturaleza. ¿Por qué requiere Dios de las personas que dejen de lado sus intereses? ¿Acaso no cuentan con este derecho? ¿No se lo concede Dios? ¿No merecen tales derechos? ¿No es así? Desde la perspectiva de estos graves aspectos de los intereses de las personas de los que acabamos de hablar, ¿para quién buscan intereses las personas? (Para sí mismas). “Para sí mismas” es una generalización. ¿A quién nos referimos con “sí mismas”? (A Satanases). Si las personas entienden la verdad y son capaces de vivir según ella y logran un cambio de carácter y se salvan, además de perseguir lo que quieren, ¿acaso esta búsqueda no será compatible con Dios? Pero antes de cambiar y salvarse, las únicas cosas que la gente busca son la fama y la ganancia, los múltiples aspectos relacionados con la carne. Estas son totalmente hostiles a la verdad y la contradicen, son una auténtica vulneración de la verdad, son todo lo contrario a ella. Si alguien dice que ama y persigue la verdad, pero, en esencia, el objetivo que persigue es distinguirse, alardear, hacer que la gente piense bien de él y lograr sus propios intereses; y el cumplimiento de su deber no consiste en someterse ni en satisfacer a Dios, sino que en cambio tiene como fin lograr fama, ganancia y estatus, entonces su búsqueda no es legítima. En ese caso, cuando se trata del trabajo de la iglesia, ¿son sus acciones un obstáculo o ayudan a que avance? Claramente son un obstáculo, no hacen que avance. Algunas personas enarbolan la bandera de realizar el trabajo de la iglesia mientras buscan su propia fama, ganancia y estatus, se ocupan de sus propios asuntos, crean su propio grupito y su propio pequeño reino: ¿acaso esta clase de persona lleva a cabo su deber? En esencia, todo el trabajo que hacen interrumpe, perturba y perjudica el trabajo de la iglesia. ¿Cuál es la consecuencia de su búsqueda de fama, ganancia y estatus? En primer lugar, esto afecta la manera en la cual el pueblo escogido de Dios come y bebe Su palabra con normalidad y entiende la verdad; obstaculiza su entrada en la vida, les impide ingresar en la vía correcta de la fe en Dios, y los conduce hacia la senda equivocada, lo que perjudica a los escogidos y los lleva a la ruina. Y, en definitiva, ¿qué ocasiona eso al trabajo de la iglesia? Lo perturba, lo perjudica y lo desorganiza. Esta es la consecuencia derivada de que la gente busque la fama, la ganancia y el estatus. Cuando llevan a cabo su deber de esta manera, ¿acaso no puede definirse esto como caminar por la senda de un anticristo? Cuando Dios pide que las personas dejen de lado la fama, la ganancia y el estatus, no es que les esté privando del derecho de elegir; más bien es porque, durante la búsqueda de fama, ganancia y estatus, las personas interrumpen y perturban el trabajo de la iglesia y la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios, e incluso puede que afecten al hecho de que más personas coman y beban las palabras de Dios, comprendan la verdad y, así, logren la salvación de Dios. Es un hecho indiscutible. Cuando la gente se afana por la fama, la ganancia y el estatus, es indudable que no busca la verdad y no cumple fielmente y bien con el deber. Solo habla y actúa en aras de la fama, la ganancia y el estatus, y todo trabajo que hace, sin la más mínima excepción, es en beneficio de esas cosas. Esa forma de comportarse y actuar implica, sin duda, ir por la senda de los anticristos; es una interrupción y perturbación de la obra de Dios, y sus diversas consecuencias obstaculizan la difusión del evangelio del reino y el desempeño de la voluntad de Dios en la iglesia. Así pues, se puede afirmar con certeza que la senda que recorren los que van en pos de la fama, la ganancia y el estatus es la senda de resistencia a Dios. Es una resistencia intencionada a Él contrariándolo; es decir, cooperar con Satanás para resistirse a Dios y oponerse a Él. Esta es la naturaleza de la búsqueda de fama, ganancia y estatus por parte de la gente. El problema de las personas que buscan sus propios intereses es que los objetivos que persiguen son los mismos que los de Satanás, unos objetivos malvados e injustos. Cuando las personas buscan sus intereses personales, como la fama, la ganancia y el estatus, se convierten involuntariamente en una herramienta de Satanás, en un altavoz de este y, además, se convierten en una personificación de Satanás. Desempeñan un papel negativo en la iglesia; el efecto que causan en el trabajo de la iglesia y en la vida normal de la iglesia y la búsqueda normal del pueblo escogido de Dios es el de perturbar y perjudicar. Causan un efecto negativo y adverso. Cuando alguien busca la verdad, es capaz de ser considerado con las intenciones de Dios y con Su carga. Cuando hace su deber, defiende el trabajo de la iglesia en todos los aspectos. Es capaz de exaltarlo y de dar testimonio de Él, genera beneficio en los hermanos y hermanas, les brinda apoyo y les provee, y Dios obtiene gloria y testimonio, lo que humilla a Satanás. Como resultado de su búsqueda, Dios gana a un ser creado que es realmente capaz de temer a Dios y de apartarse del mal, que es capaz de adorarlo. A consecuencia de su búsqueda, además, se concreta la voluntad de Dios, y Su obra logra progresar. A ojos de Dios, tal búsqueda es positiva, es impecable. Dicha búsqueda es de enorme beneficio para los escogidos de Dios y absolutamente beneficiosa para el trabajo de la iglesia, ayuda a mover las cosas hacia adelante y Dios lo aprueba.
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.