Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (II) Parte 2

Los anticristos creen en Dios para obtener bendiciones. Nunca se preocupan por nada relacionado con la casa de Dios o Sus intereses. Cualquier cosa que hagan tiene que girar en torno a sus intereses personales. Si la obra de la casa de Dios no involucra a estos intereses personales, sencillamente no les importa y no indagan sobre ella. ¡Qué egoístas deben ser! Cuando ciertos anticristos eran líderes, el gran dragón rojo saqueó grandes cantidades de ofrendas que estaban bajo su supervisión y se perdió una cantidad asombrosa. Sin embargo, estos anticristos no se culparon en absoluto de ello. Después llegaron incluso a decir: “No es responsabilidad mía. ¿Por qué se me culpa de todo? Además, esta clase de situación es inevitable”. No sentían ningún remordimiento en absoluto, cargaron a otros con la culpa y, llenos de excusas, trataron de defenderse. ¿Qué son estas personas? ¿Acaso no se las debería expulsar? ¿No se las debería maldecir y castigar? (Sí). Después de cometer un error tan significativo, ¡estos anticristos carecían completamente de remordimiento! ¿Qué manifestaciones exhibe una persona normal, con humanidad, que es leal a Dios o tiene un corazón temeroso de Dios, si su negligencia llevó a que el gran dragón rojo se apoderara de los bienes de Su casa? (Tendría remordimientos, se culparía a sí misma y en su corazón sentiría que no cumplió bien ni de manera adecuada su deber). ¿Qué haría luego? Pensaría en una manera de resarcirse. Desde el fondo de su corazón, sentiría que tiene una deuda, albergaría remordimientos; al margen de lo que otros dijeran, no pronunciarían ni una sola queja, no se defendería. Reconocería que fue su propia negligencia, su transgresión. Aceptaría lo que Dios le dijera y la manera en la que la casa de Dios decidiera ocuparse de ella fuera cual fuera. Así pues, ¿por qué los anticristos no aceptan esto? ¿Por qué se sienten tan llenos de agravios después de haber sido expulsados? Esto revela la naturaleza de los anticristos. Estos anticristos causaron pérdidas muy significativas a la obra de la casa de Dios, se desperdició mucho esfuerzo de los demás debido a que ellos descuidaron sus deberes y el gran dragón rojo se llevó muchas ofrendas, sin embargo, no sintieron ninguna culpa ni que estuvieran en deuda, e incluso se defendieron. Cuando la casa de Dios se ocupó de ellos, se negaron a someterse y esparcieron por todas partes su desafío. ¿Qué clase de personas son? ¿Acaso no es esto cortejar a la muerte? (Sí). Es cortejar a la muerte. Si nos fijamos en el núcleo de los anticristos, en su esencia-naturaleza hay hostilidad hacia la verdad y hacia Dios. Les falta humanidad; son demonios vivientes, satanases, bestias ataviadas de humanos. Cuando la gente con humanidad comete un pequeño error o dice algo equivocado, sienten autorreproche. Sin embargo, no sucede lo mismo con los demonios vivientes, con los anticristos. Incluso tras cometer un error tan grave, esos anticristos no sintieron ningún autorreproche y llegaron incluso a tratar de defenderse. Por tanto, ¿cuál es la verdad para ellos? ¿Reconocen la verdad en su corazón? Las palabras de Dios son la verdad y Dios es la verdad, ¿reconocen este hecho? (No). Está claro que no lo reconocen. En su corazón, consideran que ellos son la verdad, que son Dios; creen que no existe otro Dios aparte de ellos. ¿Es que no son diablos? (Sí). Se trata de diablos, de los típicos diablos. Los anticristos no indagan en absoluto sobre los recursos de la iglesia ni hacen arreglos específicos respecto a ellos. Sin embargo, si resulta que tienen en su poder algo preciado, puedes estar seguro de que lo van a cuidar de manera excelente. No revelarán ni una palabra sobre ello siquiera en sueños y no podrías sacarles nada ni a golpes. Lo guardan excepcionalmente bien. Sin embargo, en lo que respecta a los recursos de la casa de Dios, su actitud es completamente diferente. En realidad, la clase de actitud que tienen es la siguiente: “¿Qué tiene que ver esto conmigo? Yo no voy a disfrutar de este recurso y no me pertenece. Aunque cuide bien de ello, ¡puede que se lo den a otro! ¿De qué sirve guardarlo bien?”. No consideran este asunto su deber. ¿Acaso no es esto carecer de humanidad? (Sí). Es una manifestación de carecer de humanidad. ¿Cómo se le llama a esto? Ser poco fiable. Dios te ha confiado a ti este trabajo y te ha encargado los deberes que te corresponden, forma parte de tu labor. Deberías ocuparte de estos asuntos de manera adecuada, llevarlos a cabo uno a uno, seguir los principios que requirió Dios y los arreglos de obra de la casa de Dios, y disponerlos adecuadamente, entonces tu responsabilidad se cumplirá bien. Sin embargo, ¿tienen los anticristos esta mentalidad o idea? (No). En absoluto. Esto es una completa falta de humanidad. ¿Cuál es la manifestación específica de carecer de humanidad? Es que no te importe tener conciencia ni razón, es ser egoísta y despreciable, no ser digno de confianza ni fiable y no merecer que se te confíe nada.

En lo que respecta a las cuestiones de personal en la iglesia, como quién está haciendo qué trabajo y dónde, si lo hace adecuadamente, si está desempeñando su deber de manera efectiva, si han surgido algunos ejemplos de trastornos o perturbaciones o cómo es la retroalimentación de los hermanos y hermanas, los anticristos nunca indagan en detalle ni hacen arreglos respecto a estas cosas. Por ejemplo, cuando la casa de Dios les pide que aporten diversos tipos de individuos talentosos, los anticristos solo echan un vistazo a las presentaciones escritas de estos sin averiguar de manera específica ni indagar sobre su situación, es decir, si estos individuos poseen o no fundamentos en su fe, cómo es su humanidad, si pueden aceptar la verdad, si sus talentos y capacidades técnicas particulares se conforman a los estándares requeridos por la casa de Dios, y si son apropiados para cultivar y asumir deberes importantes. Los anticristos se limitan a salir del paso respecto a estas cosas, construyen una fachada, repasan brevemente las presentaciones escritas y eso es todo. En realidad, nunca interactúan con los individuos aportados ni buscan un entendimiento detallado ni profundo de ellos. En consecuencia, la mayoría de las personas que seleccionan acaban descartadas porque fracasan a la hora de realizar sus deberes o de ocuparse del trabajo que les corresponde. ¿Cómo contemplan los anticristos esta situación? “No es que me asciendan para que ejecute estos deberes; no tienen nada que ver conmigo. ¿Qué más da quién vaya? Mientras apruebe las recomendaciones y provea a estas personas, eso cuenta como que hago mi trabajo. Asimismo, los individuos que ascendieron me deberán un favor. Sean o no adecuados para que se los cultive, eso no es asunto mío”. Si los anticristos aportan individuos que no son apropiados, que obstaculizan la obra de la casa de Dios, ¿recae sobre ellos alguna responsabilidad? (Sí). Cargan con mucha responsabilidad, pero estos endiablados no hacen ninguna verificación en absoluto. Algunos dicen: “En ciertos lugares con entornos hostiles, no podemos interactuar con la gente cara a cara. ¿Cómo podemos verificarlos?”. Por muy duro que sea el entorno, existen métodos y enfoques para encargarse de estos asuntos. Depende de si eres responsable y estás realmente implicado. ¿No es así? (Sí). Si ofreces tu lealtad y responsabilidad, incluso si el desenlace no es ideal, Dios lo escruta y lo sabe, y la responsabilidad no recaerá sobre ti. Sin embargo, si no ofreces tu lealtad y responsabilidad, incluso si nada va mal y al final no acarrea ninguna consecuencia, Dios lo escrutará. La naturaleza de estos dos enfoques es diferente y Dios los tratará de manera diferente. Los anticristos intrigan además en lo que se refiere a aportar personas, cuentan también con motivos egoístas y despreciables, y les falta lealtad. No importa lo que hagan, los anticristos hacen sus propios cálculos y no se apegan a los principios. Asimismo, para que se haga bien un trabajo concreto, tienen que mostrar su rostro, viajar de un lado a otro para conocer a más gente, soportar adversidades y asumir riesgos. En cuanto algo afecta al asunto de su propia seguridad, los anticristos vuelven a ser calculadores y se revela su naturaleza. ¿Qué se revela? Creen que interactuar con demasiadas personas es un riesgo para su propia seguridad y que no pueden ponerse en contacto con la gente de manera arbitraria. Los anticristos no interactúan con aquellos que deberían y no se encuentran con nadie, en su lugar buscan un lugar seguro en el que quedarse, se esconden y no hacen nada más que tareas simples. Respecto a lo bien que se lleven a cabo otros aspectos del trabajo, a si hay personas que causen perturbaciones o a si los arreglos de obra, los diversos libros de las palabras de Dios o los sermones grabados se distribuyen, los anticristos nunca hacen arreglos o indagaciones concretos sobre estas cosas. Ni hablar de asumir riesgos, mostrar su rostro y toparse con problemas para que se los considere leales. ¿Qué problema hay aquí? ¿Quién puede explicarlo? (Cuando empezaron con este trabajo, nunca consideraron cómo hacerlo bien o si el personal recomendado era el adecuado, y jamás actuaron con todo su corazón ni cumplieron bien su responsabilidad. Nunca pensaron en estas cosas). No muestran lealtad, así de simple. Existe una diferencia en la naturaleza de cómo trabajan las personas que tienen lealtad a la obra de Dios en comparación con aquellas que no la tienen. Cuando ambas se encuentran con asuntos que entrañan peligro, los que tienen lealtad son capaces de afrontar el peligro y hacer su obra, emplean sabiduría y métodos para implementar los arreglos de obra. Sin embargo, los anticristos no emprenden trabajos concretos, al margen de que exista peligro o no, y nunca implementan los arreglos de obra. Esa es la distinción. Puede que los anticristos indaguen verbalmente sobre la situación de la iglesia, distintas tareas y demás, pero incluso estas indagaciones son meras formalidades, solo realizan algunos esfuerzos superficiales y no son para nada meticulosos respecto a ello. Desde fuera, podría parecer que están haciendo un trabajo concreto, pero en realidad no entienden el trabajo, no toman notas, no meditan sobre ello ni oran ni buscan. No dedican energía a considerar cómo progresan los diferentes segmentos del trabajo o quién es responsable de las áreas donde no se hacen bien las cosas, o qué líderes podrían ser inadecuados o dónde no se ha implementado el trabajo. No consideran estas cosas, solo salen del paso y, cuando identifican los problemas, no los resuelven. Algunos supuestos líderes solo congregan a las personas para las reuniones, indagan sobre la situación y analizan e investigan el trabajo. En cuanto está involucrado un trabajo concreto que requiere que sufran y paguen un precio, que implique poner en riesgo su seguridad personal y cierto nivel de dificultad, no lo hacen. Llegados a ese punto, dejan de trabajar, priorizan la autopreservación. Incluso cuando reconocen los problemas, no hacen arreglos específicos. Si son bien conocidos por su fe y están en peligro de ser capturados, ¿delegan estas tareas en otros? No. No disponen que otros se encarguen de estas tareas, y ese es el problema. Por tanto, ¿qué esencia revela la gente así? Carecen de lealtad, son egoístas y despreciables y consideran su propia seguridad en todo. Nunca indagan sobre si se están implementando los arreglos de obra de la casa de Dios o sobre el progreso de la obra de Su casa, son cosas que no les importan. No han ofrecido su lealtad, no la muestran. Para ellos, es suficiente con salir del paso respecto a estos problemas, a esto lo consideran hacer trabajo. Si el riesgo es pequeño, puede que hagan algo de obra a regañadientes. Sin embargo, si el riesgo es grande y existe la posibilidad de que los capturen, no la llevarán a cabo, por muy fundamental que sea la tarea. Esta es la esencia de los anticristos. En el fondo de su corazón, en cuanto sus intereses están garantizados, son capaces de vender a cualquiera. Alcanzan sus intereses a costa de los de la casa de Dios; para ellos, sus intereses son supremos. ¿Pueden los anticristos ser leales una vez que han asumido un deber? (No). La lealtad les resulta imposible. ¿Pueden considerar las vidas y la seguridad de sus hermanos y hermanas? (No). En lo que respecta a su propia seguridad, los anticristos solo se preservarán a sí mismos, empujarán a los hermanos y hermanas a la fosa ardiente y los usarán como peones para el sacrificio. Esa es la esencia-naturaleza de los anticristos.

Aparte de considerar su propia seguridad, ¿en qué piensan además ciertos anticristos? Dicen: “Ahora mismo nuestro entorno no es favorable, así que vamos a mostrar menos nuestros rostros y a difundir menos el evangelio. De este modo, es menos probable que nos atrapen y no se destruirá la obra de la iglesia. Si evitamos que nos atrapen, no nos convertiremos en Judas y seremos capaces de persistir en el futuro, ¿verdad?”. ¿Acaso no hay anticristos que usen tales excusas para desorientar a sus hermanos y hermanas? A algunos anticristos les asusta mucho la muerte y llevan existencias innobles; también les gustan la reputación y el estatus, y están dispuestos a asumir papeles de liderazgo. Aunque sepan que: “No es fácil de asumir la obra de un líder, si el gran dragón rojo averigua que se me ha nombrado líder, me haré famoso y puede que me pongan en una lista de buscados, y en cuanto me atrapen mi vida estará en peligro”, ignoran estos peligros en aras de disfrutar de los beneficios de este estatus. Cuando sirven como líderes, solo les importa su disfrute carnal y no hacen trabajo real. Aparte de intercambiar un poco de correspondencia con diversas iglesias, no hacen nada más. Se esconden en algún lugar y no se encuentran con nadie, se mantienen aislados y los hermanos y hermanas no saben quién es su líder; hasta tal punto están asustados. Por tanto, ¿no es correcto decir que son líderes solo de nombre? (Sí). No hacen trabajo real como líderes, solo les importa esconderse. Cuando otros preguntan: “¿Cómo es ser líder?”, dirán: “Estoy increíblemente ocupado y, en aras de la seguridad, tengo que seguir cambiando de casa. Este entorno es tan inquietante que no me puedo concentrar en mi trabajo”. Siempre sienten que muchos ojos los observan y no saben dónde es seguro esconderse. Aparte de llevar disfraces, esconderse en lugares diferentes y no permanecer en una sola localización, no hacen nada de trabajo real a diario. ¿Existen tales líderes? (Sí). ¿Qué principios siguen? Esta gente dice: “Un conejo astuto tiene tres madrigueras. Para que un conejo pueda protegerse del ataque de un depredador, tiene que preparar tres madrigueras en las que esconderse. ¿Es aceptable que una persona que se encuentra en peligro y ha de huir no tenga dónde esconderse? ¡Hemos de aprender de los conejos! Los animales creados por Dios cuentan con esta capacidad de supervivencia y la gente debería aprender de ellos”. Desde que asumen los puestos de liderazgo, han llegado a darse cuenta de esta doctrina, e incluso creen que han entendido la verdad. En realidad, están terriblemente asustados. En cuanto oyen hablar de un líder al que denunciaron a la policía porque no vivía en un lugar seguro, o de otro líder al que los espías del gran dragón rojo persiguieron por salir demasiado a menudo para hacer su deber e interactuar con demasiadas personas, y de cómo estos acabaron arrestados y condenados, se asustan enseguida. Piensan: “Oh, no, ¿seré yo el siguiente al que arresten? Debo aprender de ello. No debería ser demasiado activo. Si puedo evitar hacer algo del trabajo de la iglesia, no lo desempeñaré. Si puedo evitar dejarme ver, lo evitaré. Minimizaré mi trabajo tanto como sea posible, evitaré salir y relacionarme con las personas y me aseguraré de que nadie sepa que soy líder. Estos días, ¿quién se puede permitir preocuparse por los demás? ¡Estar vivo ya supone un desafío!”. Desde que adoptan el papel de líder, aparte de acarrear una maleta y ocultarse, no hacen ningún trabajo. Viven con el alma en vilo, con el constante temor de que los atrapen y los condenen. Supongamos que oyen a alguien decir: “¡Si te atrapan, te matarán! Si no fueras líder, si solo fueras un creyente corriente, puede que te soltarían tras pagar solo una pequeña multa, pero dado que eres líder, es difícil saberlo. ¡Es demasiado peligroso! Algunos líderes u obreros a los que atraparon se negaron a revelar información alguna y la policía los golpeó hasta la muerte”. Una vez que oyen que han golpeado a alguien hasta la muerte, su miedo se intensifica y trabajar les aterra incluso más. En lo único que piensan todos los días es en cómo evitar que los atrapen, en evitar dejarse ver, en impedir que los vigilen y en evitar el contacto con los hermanos y hermanas. Se devanan los sesos pensando en estas cosas y se olvidan completamente de sus deberes. ¿Son leales estas personas? ¿Puede la gente así ocuparse de trabajo alguno? (No). La gente así es simplemente tímida y no podemos ponerles la etiqueta definitiva de anticristos solo en función de esta manifestación, pero ¿cuál es la naturaleza de esta manifestación? La esencia de esta manifestación es la de un incrédulo. No creen que Dios pueda proteger la seguridad de las personas y, desde luego, no creen que dedicarse a esforzarse por Dios sea consagrarse a la verdad ni sea algo que Él apruebe. No temen a Dios en su corazón; solo les asustan Satanás y los perversos partidos políticos. No creen en la existencia de Dios, no creen que todo esté en Sus manos y, por supuesto, no creen que Dios apruebe que una persona se gaste por completo para Él y en aras de seguir Su camino y de completar Su comisión. No son capaces de ver nada de esto. ¿En qué creen? Creen que, en caso de caer en manos del gran dragón rojo, tendrán un mal final, que se les sentenciará o incluso correrán el riesgo de perder la vida. En su corazón, solo consideran su propia seguridad y no la obra de la iglesia. ¿Acaso no son incrédulos? (Sí). ¿Qué dice la Biblia? “El que ha perdido su vida por mi causa, la hallará” (Mateo 10:39). ¿Creen estas palabras? (No). Si se les pide que asuman un riesgo mientras hacen su deber, desearán esconderse y no permitir que nadie los vea; querrán ser invisibles. Así de asustados están. No creen que Dios sea el apoyo del hombre, que todo esté en manos de Dios, que si algo va realmente mal o de veras los atrapan es que Dios lo ha permitido y que esa gente debería tener un corazón sumiso. Estas personas no poseen este corazón, este entendimiento ni esta preparación. ¿Creen de verdad en Dios? (No). ¿No es la esencia de esta manifestación la de un incrédulo? (Sí). Así es. La gente como esta es excepcionalmente tímida, está muy asustada y teme el sufrimiento físico y que algo malo les ocurra. Se tornan en pájaros asustadizos y ya no pueden desempeñar su trabajo. El tipo de persona del que hemos hablado antes simplemente no desempeña ningún trabajo en absoluto, aunque sea capaz de hacerlo. Incluso si es consciente de que hay un problema, no lidia con él. Solo se protege a sí mismo y es en especial egoísta y despreciable. Ambos tipos de personas son incrédulos. El primero es escurridizo y traicionero, tiene miedo de la adversidad y la fatiga, le preocupa la carne y no hace trabajo real. El segundo tipo es tímido y está asustado, no se atreve a desempeñar trabajo real y tiene miedo de que el gran dragón rojo lo atrape y lo persiga. ¿Acaso no existe una diferencia entre estos dos tipos de personas? (Sí).

¿Conocéis algunos ejemplos sobre cómo los anticristos protegen su propia seguridad? (Dios, conozco un caso así. El gran dragón rojo destruyó una iglesia porque estaba controlada por un anticristo que andaba desbocado haciendo cosas malas, y arrestaron a los líderes, a los diáconos y a algunos hermanos y hermanas. En aquel momento, el anticristo tenía miedo de que lo atraparan. Sin hacer arreglos para la obra de lidiar con las repercusiones, se escondió en un lugar remoto. Incluso rechazó alojarse con una familia de acogida e insistió en utilizar las ofrendas para alquilar un alojamiento. Como no hizo los arreglos apropiados para el trabajo posterior ni eliminó enseguida los peligros ocultos, arrestaron a varios hermanos y hermanas, y se tuvo que detener el trabajo de la iglesia. Está claro que los anticristos son excepcionalmente egoístas y despreciables. En momentos críticos, solo protegen sus propios intereses y no protegen en absoluto los intereses de la casa de Dios). Los anticristos son extremadamente egoístas y despreciables. No tienen verdadera fe en Dios, y mucho menos lealtad a Él. Cuando se topan con un problema, solo se protegen y se salvaguardan a sí mismos. Para ellos, nada es más importante que su propia seguridad. Siempre y cuando puedan vivir y no los detengan, no les importa el daño causado a la obra de la iglesia. Estas personas son egoístas hasta el extremo, no piensan en absoluto en los hermanos y hermanas ni en la obra de la iglesia, solo en su propia seguridad. Son anticristos. Entonces, cuando les ocurre lo mismo a los que son leales a Dios y tienen verdadera fe en Él, ¿cómo lo gestionan? Lo que hacen, ¿de qué modo difiere de lo que hacen los anticristos? (Cuando esas cosas les suceden a quienes son leales a Dios, buscan la manera de salvaguardar los intereses de la casa de Dios, de proteger Sus ofrendas para que no sufran pérdidas, y hacen los arreglos necesarios para los líderes y obreros y los hermanos y hermanas, para minimizar las pérdidas. Los anticristos, en cambio, se aseguran de protegerse a sí mismos primero. No les importa la obra de la iglesia ni la seguridad del pueblo escogido de Dios, y cuando la iglesia se enfrenta a detenciones, eso ocasiona un perjuicio a la obra de esta). Los anticristos abandonan la obra de la iglesia y las ofrendas de Dios, y no organizan que la gente se ocupe de la situación posterior. Eso equivale a permitir que el gran dragón rojo se apodere de las ofrendas de Dios y de Su pueblo escogido. ¿No es eso una traición encubierta a las ofrendas de Dios y a Su pueblo escogido? Cuando los que son leales a Dios tienen claro que es peligroso un entorno, pese a ello aceptan el riesgo de hacer la tarea de ocuparse de la situación posterior y mantienen en mínimos las pérdidas a la casa de Dios antes de retirarse. No priorizan su propia seguridad. Dime, en este perverso país del gran dragón rojo, ¿quién podría asegurar que no hay peligro alguno en creer en Dios y cumplir con un deber? Cualquiera que sea el deber que uno asuma, conlleva cierto riesgo; sin embargo, el cumplimiento del deber es una comisión de Dios y, al seguir a Dios, uno ha de asumir el riesgo de cumplir con su deber. Uno debe hacer un ejercicio de sabiduría y ha de tomar medidas para garantizar su seguridad, pero no debe priorizar su seguridad personal. Debe tener en cuenta las intenciones de Dios y priorizar el trabajo de Su casa y la difusión del evangelio. Lo principal, y lo primero, es cumplir con la comisión de Dios para uno. Los anticristos dan máxima prioridad a su seguridad personal, creen que lo demás no tiene que ver con ellos. No les importa que le pase algo a otra persona, sea quien sea. Mientras no les pase nada malo a los propios anticristos, ellos están tranquilos. Carecen de toda lealtad, lo cual viene determinado por la esencia-naturaleza de los anticristos. En el entorno de China continental, ¿es posible evitar asumir cualquier riesgo y asegurar que nada malo ocurra mientras se lleva a cabo un deber? Ni siquiera la persona más cauta puede garantizar esto. Sin embargo, la cautela es necesaria. Prepararse bien con antelación mejorará un poco las cosas y puede ayudar a minimizar pérdidas cuando algo sale mal. Si no hay preparación en absoluto, las pérdidas serán sustanciales. ¿Veis con claridad la diferencia entre estas dos situaciones? Por tanto, no importa si se refiere a las reuniones o al desempeño de cualquier clase de deber, es mejor ser cauto y es necesario tomar algunas medidas preventivas. Cuando una persona leal cumple su deber, es capaz de pensar de forma un poco más exhaustiva y concienzuda. Quiere organizar las cosas lo mejor posible para que, si algo sale mal, las pérdidas sean mínimas. Considera que debe alcanzar este resultado. Alguien que carece de lealtad no tiene en cuenta estas cosas. Piensa que no tienen importancia y no las considera su responsabilidad ni su deber. Cuando algo sale mal, no se siente culpable. Esta es una manifestación de falta de lealtad. Los anticristos no muestran lealtad a Dios. Cuando se les asigna un trabajo, lo aceptan con bastante alegría, y hacen algunas declaraciones bonitas, pero cuando llega el peligro, son los que huyen más rápido, los primeros en echar a correr, los primeros en escapar. Esto demuestra que su egoísmo y despreciabilidad son particularmente graves. No tienen ningún sentido de la responsabilidad ni de la lealtad. Cuando se enfrentan a un problema, solo saben huir y esconderse, y piensan únicamente en protegerse a sí mismos, sin tener nunca en cuenta sus responsabilidades y deberes. En aras de su propia seguridad personal, los anticristos muestran constantemente su naturaleza egoísta y despreciable. No dan prioridad a la obra de la casa de Dios ni a sus propios deberes. Y menos aún dan prioridad a los intereses de la casa de Dios. En cambio, priorizan su propia seguridad.

El apartado que acabamos de compartir está relacionado con el punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos, el de que nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal, ¿verdad? (Sí). A fin de protegerse a sí mismos, para evitar el peligro y el sufrimiento físico, los anticristos adoptan una actitud superficial hacia la obra de la casa de Dios y sus propios deberes. Ocupan puestos sin hacer trabajo real. ¿No es esto vender los intereses de la casa de Dios? ¿Acaso no es ignorar los intereses de la casa de Dios, la obra de Dios y sus propias responsabilidades a cambio de seguridad personal? (Sí). Las manifestaciones que hemos diseccionado en este apartado exponen por completo la esencia egoísta y despreciable de los anticristos. ¿Sobre qué hemos compartido primordialmente? Los anticristos, por miedo a meterse en problemas y a fin de protegerse, no cumplen bien su deber ni le muestran a Dios lealtad de ningún tipo. ¿Hay algo de realidad-verdad en esta manifestación? ¿Acaso no es una pérdida de conciencia y razón? ¡Es una completa falta de humanidad!

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