Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (III) Parte 1
II. Los intereses de los anticristos
B. Su propia reputación y estatus
La última vez hablamos del punto nueve de las diversas manifestaciones de los anticristos. Vamos a hacer una simple recapitulación sobre el tema. ¿En cuántos apartados dividimos los intereses de los anticristos para nuestra disección? (En tres apartados. El primero es la propia seguridad de los anticristos; el segundo, su propia reputación y estatus y el tercero, los beneficios). Los intereses relacionados con los anticristos afectan a estos tres apartados: su propia seguridad, su estatus y sus beneficios personales, ¿es correcto? (Sí). El primer apartado, su propia seguridad, es relativamente fácil de entender. Guarda relación con los peligrosos entornos en los que se hallan y afecta a los intereses directos de los anticristos: su seguridad personal. Básicamente, hemos terminado de hablar sobre este apartado. El segundo apartado es su propia reputación y estatus. La vez anterior hablamos sobre algunas de las manifestaciones de esta sección, pero lo hicimos de manera muy general. Considero que todos contáis con una comprensión y un conocimiento conceptuales de este apartado. Si no os diera algunos ejemplos ni os aportara un análisis detallado y concreto, puede que solo poseyerais un poco de entendimiento doctrinal y literal de este aspecto de la esencia y manifestaciones de los anticristos, y puede que no fuerais capaces de reconocer ninguna de estas revelaciones y manifestaciones reales y específicas. Desde vuestra perspectiva, en lo que se refiere a compartir estos temas, mientras más concretos seamos, mejor, ¿no? (Sí). Os agrada oír cosas listas para consumir, no os gusta tener que reflexionar sobre ellas. Después de escuchar estos sermones, ¿hacéis algunas de vuestras tareas? Si hablo con mucho detalle, ¿os parecerá que soy demasiado pedante y que me extiendo? Podríais decir: “Subestimas nuestro coeficiente intelectual, ¿de veras tenemos tan poco calibre? Basta con que nos des uno o dos ejemplos. Además, en lo que respecta a diseccionar la esencia de los anticristos, ya hemos compartido bastantes cosas sobre su amor al estatus y al poder. ¿Por qué nuestra charla sobre los intereses de los anticristos también trata sobre este tema? ¿Acaso no es demasiado repetitiva y puntillosa? ¿De verdad es necesario hablar sobre esto?”. En realidad, un poco de repetición no tiene nada de malo. Si compartimos desde todos los ángulos, tendremos un entendimiento más riguroso de este aspecto de la esencia de los anticristos. Asimismo, al hablar sobre la verdad, no debes rehuir la repetición. Hay algunas verdades que se han compartido durante años sin que la gente logre entrar en ellas. ¿Es acertado esforzarse siempre por evitar la repetición y buscar en todo momento estilos y expresiones nuevos? (Es un error). La propia verdad está íntimamente relacionada con las vidas de las personas. Todos los diversos aspectos y actitudes corruptos que la gente revela en su vida, todas las manifestaciones y puntos de vista y actitudes que tienen hacia todo tipo de cosas suceden constantemente, una y otra vez, a diario. Compartir la verdad y diseccionar diferentes contenidos y esencias desde diversos ángulos es absolutamente beneficioso para la entrada en la verdad de las personas. La última vez compartimos de una manera simple y extensa sobre el segundo apartado de los intereses de los anticristos: su propia reputación y estatus. Hoy voy a aportar algunos ejemplos para que podamos hablar sobre esto con mayor detalle. Por supuesto, si habéis conseguido algún nuevo entendimiento u obtenido alguna revelación o luz sobre las bases de Mi charla, o si habéis visto algunos ejemplos relevantes en el curso de vuestra propia experiencia o vida, también podéis compartirlos. A continuación, vamos a diseccionar de manera específica, desde la perspectiva de los intereses de los anticristos, qué es lo que estos manifiestan sobre su propia reputación y estatus, qué actitudes corruptas revelan los anticristos y de qué manera revelan tales esencias-naturaleza.
El aprecio de los anticristos por su reputación y estatus va más allá del de la gente normal y forma parte de su esencia-carácter; no es un interés temporal ni un efecto transitorio de su entorno, sino algo que está dentro de su vida, de sus huesos y, por lo tanto, es su esencia. Es decir, en todo lo que hacen los anticristos, lo primero en lo que piensan es en su reputación y su estatus, nada más. Para los anticristos, la reputación y el estatus son su vida y su objetivo durante toda su existencia. En todo lo que hacen, su primera consideración es: “¿Qué pasará con mi estatus? ¿Y con mi reputación? ¿Me dará una buena reputación hacer esto? ¿Elevará mi estatus en la opinión de la gente?”. Eso es lo primero que piensan, lo cual es prueba fehaciente de que tienen el carácter y la esencia de los anticristos; si no, no considerarían estos problemas. Se puede decir que, para los anticristos, la reputación y el estatus no son un requisito añadido y, ni mucho menos, algo superfluo de lo que podrían prescindir. Forman parte de la naturaleza de los anticristos, los llevan en los huesos, en la sangre, son innatos en ellos. Los anticristos no son indiferentes a la posesión de reputación y estatus; su actitud no es esa. Entonces, ¿cuál es? La reputación y el estatus están íntimamente relacionados con su vida diaria, con su estado diario, con aquello que buscan día tras día. Por eso, para los anticristos el estatus y la reputación son su vida. Sin importar cómo vivan, el entorno en que vivan, el trabajo que realicen, lo que busquen, los objetivos que tengan y su rumbo en la vida, todo gira en torno a tener una buena reputación y un estatus alto. Y este objetivo no cambia, nunca pueden dejar de lado tales cosas. Este es el verdadero rostro de los anticristos, su esencia. Podrías dejarlos en un bosque primitivo en las profundidades de las montañas y seguirían sin dejar de lado su búsqueda de reputación y estatus. Puedes colocarlos en medio de cualquier grupo de gente e, igualmente, no pueden pensar más que en reputación y estatus. Si bien los anticristos también creen en Dios, consideran que la búsqueda de reputación y estatus es equivalente a la fe en Dios y le asignan la misma importancia. Es decir, a medida que recorren la senda de la fe en Dios, también persiguen la reputación y el estatus. Se puede decir que los anticristos creen de corazón que la búsqueda de la verdad en su fe en Dios es la búsqueda de reputación y estatus; que la búsqueda de reputación y estatus es también la búsqueda de la verdad, y que adquirir reputación y estatus supone adquirir la verdad y la vida. Si les parece que no tienen reputación, ganancias ni estatus, que nadie los admira ni los estima ni los sigue, se sienten muy decepcionados, creen que no tiene sentido creer en Dios, que no sirve de nada, y se dicen a sí mismos: “¿Es la fe en dios un fracaso? ¿Es inútil?”. A menudo reflexionan sobre estas cuestiones en su corazón, sobre cómo pueden hacerse un lugar en la casa de Dios, cómo pueden obtener una gran reputación en la iglesia, con el fin de que la gente los escuche cuando hablan, los apoye cuando actúen y los siga adondequiera que vayan, de forma que tengan la última palabra en la iglesia y fama, ganancias y estatus; tales son las cosas en las que de verdad se concentran en su fuero interno, son las cosas que buscan. ¿Por qué están pensando siempre en esas cosas? Tras leer las palabras de Dios, tras escuchar sermones, ¿realmente no entienden todo esto? ¿De verdad no son capaces de discernirlo todo? ¿Realmente las palabras de Dios y la verdad no pueden cambiar sus nociones, ideas y opiniones? No es así en absoluto. El problema radica en ellos, se debe enteramente a que no aman la verdad, porque, en su corazón, sienten aversión por la verdad y, como resultado, no la aceptan en absoluto, lo cual viene determinado por su esencia-naturaleza.
Después de escuchar las palabras de Dios y la verdad, los anticristos parecen encontrar una dirección en su corazón. ¿Pero qué es en realidad este supuesto rumbo? Es que encuentran una herramienta o se podría decir, un arma provechosa, que les permite estar aún más seguros de obtener estatus. Por tanto, se sirven de esta oportunidad para escuchar más, leer más, aprender más, compartir más y practicar más, y, poco a poco, alcanzan un punto en el que pueden decir muchas palabras y doctrinas y predicar una gran cantidad de supuestos sermones que son memorables y provocan que la gente los estime. Una vez que han entendido estas doctrinas que la gente piensa que son buenas en su significado literal, es como si se hubieran agarrado a un salvavidas y encontrado un rumbo y la luz del amanecer. Por tanto, los anticristos no escuchan sermones ni leen palabras de Dios por el bien de su práctica o para seguir el camino de Dios, y desde luego no hacen estas cosas para entender Sus intenciones. Las hacen para poder ganarse a más personas y seducirlas, de modo que estas las adoren y las sigan a través de las palabras de Dios, de estas teorías que creen espirituales o de la predicación de sermones elevados. De manera intangible, las palabras de Dios, la verdad y Su camino se convierten en un canal, una especie de escalera y de herramienta que estas personas emplean para obtener estatus y prestigio entre los demás. Por tanto, lo miréis como lo miréis, no vais a encontrar auténtica fe ni sumisión real entre los anticristos. Al contrario, al margen de cuánto esfuerzo le dediquen a escuchar estos sermones y a leer las palabras de Dios, y por muy “piadosa” que parezca ser su creencia en Sus palabras, hay algo que no se puede negar, que es que mientras los anticristos hacen estas cosas, su intención y su plan no son seguir la voluntad de Dios y, desde luego, tampoco cumplir bien su deber. No desean ser los creyentes más humildes ni tampoco seres creados que aceptan la comisión de Dios y Su soberanía y arreglos con obediencia y buenas maneras. En su lugar, solo quieren usar estas cosas para lograr sus objetivos individuales, obtener un lugar en el corazón de los demás y una evaluación positiva ante Dios; esto es lo único que quieren. Por tanto, no importa cómo los anticristos prediquen las palabras de Dios, ni lo correctos, elevados, espirituales y apropiados para los gustos de la gente que sean los sermones que predican, pues su práctica y entrada serán nulas. Al mismo tiempo, su búsqueda de estatus y reputación dará cada vez más “frutos”. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque no importa lo que hagan las personas como estas, lo que se las arreglen para lograr mediante este gran esfuerzo, el rumbo y los objetivos que busquen, así como el motivo y el punto de origen que alberguen en el fondo de su corazón cada vez que obren, nada de eso se podrá separar del estatus y la reputación, tan estrechamente vinculados con sus propios intereses.
Dice el dicho que recoges lo que siembras. Da igual qué clase de buen calibre y de dones posean los anticristos, o qué manifestaciones piadosas y espirituales exhiban, dado que albergan la ambición y el deseo de ostentar poder y controlar al pueblo escogido de Dios, y, dado que no persiguen la verdad y solo buscan reputación y estatus, ¿pueden practicar de acuerdo con los requisitos de Dios? ¿Pueden cumplir en sus acciones las normas que Dios exige? (No). Por tanto, ¿a qué consecuencias conducirán en realidad sus acciones y su comportamiento? (No cabe duda de a que establezcan su propio reino independiente y lleven la voz cantante). Eso es. Hagan lo que hagan los anticristos, ese es el resultado final. Por tanto, ¿a qué se debe esta consecuencia? Se debe ante todo a su incapacidad para aceptar la verdad. No importa que se les pode, juzgue o castigue, los anticristos no lo aceptarán en su corazón. Da igual lo que hagan, los anticristos siempre tienen sus propios objetivos e intenciones, siempre actúan de acuerdo con su propio plan y su actitud hacia los arreglos y la obra de la casa de Dios es: “Tú puedes tener mil planes, pero yo tengo una sola regla”; todo esto lo determina la naturaleza de los anticristos. ¿Pueden los anticristos cambiar su mentalidad y obrar de acuerdo con los principios-verdad? Eso sería del todo imposible, a menos que lo Alto les exija directamente que lo hagan, en cuyo caso, por necesidad, podrían hacer un poco a regañadientes. Si no hicieran nada en absoluto, quedarían en evidencia y se los despediría. Solo en estas circunstancias son capaces de hacer un poco de trabajo real. Esta es la actitud que los anticristos tienen respecto a hacer deberes. Esta es también la actitud que tienen hacia practicar la verdad. Cuando la práctica de la verdad les resulta beneficiosa, cuando todo el mundo les va a conceder su aprobación y a admirarlos por ello, seguro que acceden y realizan algunos esfuerzos simbólicos que los demás consideran casi aceptables. Si practicar la verdad no los beneficia, si nadie lo ve, y los líderes superiores no se dan cuenta, en esos momentos no hay ninguna posibilidad de que practiquen la verdad. Su práctica de la verdad depende del contexto y de la situación y calculan cómo pueden hacerlo de manera que sea visible para los demás y lo grandes que serán los beneficios; tienen una comprensión ingeniosa de estas cosas y se pueden adaptar a diferentes situaciones. Piensan en todo momento en su propia fama, ganancia y estatus, y no muestran ningún tipo de consideración hacia las intenciones de Dios, y de este modo se quedan cortos a la hora de practicar la verdad y defender los principios. Los anticristos solo prestan atención a su propia fama, ganancias, estatus e intereses personales, les resulta inaceptable no obtener ningún beneficio ni poder exhibirse, y la práctica de la verdad les resulta problemática. Si no se reconocen sus esfuerzos y su trabajo no se percibe, ni aunque lo realicen delante de otros, entonces no practicarán verdad alguna. Si el trabajo es organizado directamente por la casa de Dios, y no les queda otra opción que hacerlo, se plantean si eso beneficiará a su estatus y reputación. Si resulta bueno para su estatus y puede mejorar su reputación, ponen todo su empeño en esta tarea y hacen un buen trabajo; sienten que están matando dos pájaros de un tiro. Si no resulta beneficioso para su fama, ganancias y estatus y hacerlo mal podría acabar por desacreditarles, piensan en una manera o excusa para librarse de ello. Sea cual sea el deber que realicen los anticristos, siempre se atienen al mismo principio: han de obtener algo en cuanto a reputación, a estatus o a sus intereses y no deben incurrir en pérdidas. El tipo de trabajo que más les gusta a los anticristos es aquel en el que no tienen que sufrir ni pagar ningún precio y obtienen beneficios para su reputación y estatus. En resumen, no importa lo que estén haciendo, los anticristos consideran primero sus propios intereses y solo actúan una vez que lo han pensado todo bien; no se someten verdadera, sincera y absolutamente a la verdad sin compromiso, sino que lo hacen de manera selectiva y condicional. ¿Cuáles son las condiciones? Se trata de que su estatus y reputación estén a salvo y de que no deben sufrir ninguna pérdida. Solo después de que se satisfaga esta condición, decidirán y elegirán qué hacer. Es decir, los anticristos consideran muy seriamente la manera de tratar los principios-verdad, las comisiones de Dios y la obra de la casa de Dios o cómo ocuparse de las cosas a las que se enfrentan. No les importa cómo satisfacer las intenciones de Dios, cómo evitar dañar los intereses de Su casa, cómo contentar a Dios o cómo beneficiar a los hermanos y hermanas; esas no son las cosas que les interesan. ¿Qué les importa a los anticristos? Si su propio estatus y su reputación van a verse afectados y si su prestigio va a disminuir. Si hacer algo de acuerdo con los principios-verdad beneficia a la obra de la iglesia y a los hermanos y hermanas, pero puede provocar que su propia reputación se vea afectada y causar que mucha gente se dé cuenta de su verdadera estatura y sepa qué tipo de esencia-naturaleza tiene, entonces no cabe duda de que no van a actuar de acuerdo con los principios-verdad. Si piensan que hacer algo de trabajo real provocará que más personas piensen bien de ellos, los respeten y los admiren, que les dará incluso un mayor prestigio o hará que sus palabras tengan autoridad y causará que más personas se sometan a ellos, entonces elegirán hacerlo así. De lo contrario, nunca escogerán renunciar a sus propios intereses por consideración hacia los intereses de la casa de Dios o de los hermanos y hermanas. Esta es la esencia-naturaleza de los anticristos. ¿Acaso no es egoísta y despreciable? En cualquier situación, los anticristos ven su estatus y reputación como algo de suma importancia. Nadie puede competir con ellos. No importa el método que sea necesario, mientras sirva para ganarse a la gente y que los demás lo adoren, los anticristos lo emplearán. Si el pueblo escogido de Dios estima y aprueba a alguien por dar testimonio de Dios, los anticristos también emplearán este método para ganarse a las personas. Sin embargo, los anticristos no poseen la verdad ni experiencia práctica, así que se devanan los sesos inventando una serie de teorías que dan testimonio de Dios a partir de figuraciones humanas, de hablar de lo grande que es Dios, de cuánto ama a los seres humanos, de que paga un precio para salvarlos y de hasta qué punto Él se humilla y se oculta. Después de dar testimonio de Dios de esta manera, el resultado que logran es que la gente los estime aún más y reserve un hueco mayor para ellos en su corazón y no deje espacio para Él. Si ven que hablar sobre autoconocimiento puede hacer que más gente confíe en ellos, los admire y estime, hablarán a menudo sobre conocerse a sí mismos y se diseccionarán con frecuencia. Diseccionarán el hecho de que son unos diablos, que no son humanos, que no tienen razón, que no persiguen ni poseen la verdad. Hablarán sobre unos pocos temas engañosos e insignificantes para desorientar a los demás, ganarse su confianza y hacer que más gente los alabe y admire. Así es como obran los anticristos. Si cierto método de compartir testimonio vivencial les va a permitir ganarse la aprobación y admiración de otras personas, no dudarán en usarlo. Se concentrarán, se esforzarán y se devanarán mucho los sesos con este método. En resumen, su objetivo y motivación para hacer todo esto solo gira en torno al estatus y la reputación. Ya se trate de su lenguaje, sus métodos o su comportamiento externos, o bien de un tipo de pensamiento, punto de vista o método de búsqueda, todas estas cosas giran en torno a la reputación y el estatus. Así es como obran los anticristos.
Para los anticristos, que se les ataque y se les quite su reputación o estatus es algo incluso más grave que intentar quitarles la vida. Da igual cuántos sermones escuchen o cuántas palabras de Dios lean, no sienten tristeza o arrepentimiento por no haber practicado nunca la verdad y haber tomado la senda de los anticristos, ni por poseer la esencia-naturaleza de los anticristos. Por el contrario, siempre se devanan los sesos buscando formas de ganar estatus y mejorar su reputación. Se puede decir que todo lo que hacen los anticristos es para alardear delante de los demás, y no lo hacen ante Dios. ¿Por qué lo digo? Porque estas personas están tan enamoradas del estatus que lo consideran como su propia vida, como su objetivo en la vida. Además, como aman tanto el estatus, nunca creen en la existencia de la verdad, e incluso puede decirse que no albergan en absoluto ninguna creencia en la existencia de Dios. Por tanto, da igual cómo calculen para obtener reputación y estatus y cómo traten de usar las falsas apariencias para engañar a la gente y a Dios, en lo más profundo de su corazón no sienten ninguna consciencia o reproche, y mucho menos ansiedad alguna. En su búsqueda constante de reputación y estatus, también niegan deliberadamente lo que Dios ha hecho. ¿Por qué digo eso? En el fondo del corazón, los anticristos creen: “Toda la reputación y todo el estatus se obtienen mediante el propio esfuerzo. La única manera de gozar de las bendiciones de dios es logrando una posición firme entre las personas y obteniendo reputación y estatus. La vida solo tiene valor cuando la gente logra poder y estatus absolutos. Solo eso es vivir como un ser humano. Por el contrario, sería inútil vivir de la manera de la que habla la palabra de dios, someterse a la soberanía y las disposiciones de dios en todo, ponerse voluntariamente en la posición de un ser creado y vivir como una persona normal. Nadie admiraría a alguien así. El estatus, la reputación y la felicidad de una persona deben ser ganados a través de sus propias batallas, se debe luchar por ellos y acometerlos con una actitud positiva y proactiva. Nadie más te los va a dar, esperar de manera pasiva solo puede llevar al fracaso”. Así es como calculan los anticristos. Este es el carácter de los anticristos. Si esperas que acepten la verdad, admitan los errores y tengan verdadero arrepentimiento, eso es imposible; no lo pueden hacer de ninguna manera. Los anticristos poseen la esencia-naturaleza de Satanás y odian la verdad, así que, vayan donde vayan, aunque sea a los confines de la tierra, su ambición por buscar reputación y estatus jamás cambiará, así como tampoco lo harán sus puntos de vista sobre las cosas o la senda por la que caminan. Habrá quienes digan: “Hay unos pocos anticristos capaces de cambiar sus puntos de vista sobre esto”. ¿Es correcta esta afirmación? Si de veras pueden cambiar, ¿siguen siendo anticristos? Aquellos que tienen la naturaleza de un anticristo nunca cambiarán. Aquellos que poseen el carácter de un anticristo solo cambiarán si persiguen la verdad. Algunos de los que caminan por la senda de un anticristo hacen algún mal que perturba la obra de la iglesia, y aunque se los califica de anticristos, sienten verdadero arrepentimiento cuando son destituidos, por lo que deciden cambiar su comportamiento y después de un periodo de reflexión, autoconocimiento y arrepentimiento, experimentan un cambio real. En este caso, a esta gente no se la puede catalogar de anticristos; solo poseen el carácter de un anticristo. Si persiguen la verdad, pueden cambiar. Sin embargo, no cabe duda de que se puede decir que la mayoría de aquellos a los que se califica de anticristos, a los que se echa o expulsa de la iglesia, no se van a arrepentir de verdad ni tampoco van a cambiar. Si alguno lo hace, es que es un caso raro. Alguna gente pregunta: “¿Se ha hecho una clasificación equivocada de esos casos raros?”. Eso es imposible. Cometieron algunas maldades, después de todo, y eso no se puede borrar. Sin embargo, si de veras se pueden arrepentir, si están dispuestos a llevar a cabo un deber y poseen verdadero testimonio de su arrepentimiento, la iglesia todavía puede admitirlos. Si esta gente rehúsa por completo admitir la culpa o arrepentirse después de que se los clasifique como anticristos, y si no paran de intentar justificarse de cualquier manera posible, entonces es acertado y del todo correcto clasificarlos como anticristos. Si hubieran reconocido sus errores y sintieran auténtico remordimiento, ¿cómo los podría clasificar la iglesia como anticristos? Eso sería imposible. Sean quienes sean, por muchas maldades que cometan o muy graves que sean sus errores, que una persona esté determinada a ser un anticristo o posea el carácter de un anticristo depende de que sea capaz de aceptar la verdad y la poden y de que sus remordimientos sean auténticos. Si puede aceptar la verdad y que la poden, si cuenta con verdadero arrepentimiento y está dispuesta a pasar toda su vida siendo mano de obra para Dios, esos son indicativos veraces de algo de arrepentimiento. A una persona así no se la puede catalogar de anticristo. ¿Son capaces de aceptar realmente la verdad los auténticos anticristos? En absoluto. Precisamente porque no aman la verdad y sienten aversión por ella, no van a ser nunca capaces de desprenderse de la reputación y el estatus con el que están tan estrechamente vinculados durante toda su vida. Los anticristos creen firmemente en su corazón que solo con reputación y estatus tienen dignidad y son seres creados genuinos, y que solo con estatus se les recompensará y coronará, serán aptos para tener la aprobación de Dios, ganarlo todo y ser personas auténticas. ¿Cómo consideran los anticristos el estatus? Lo ven como la verdad, el objetivo más elevado que la gente debe buscar. ¿No es eso un problema? La gente que se puede obsesionar con el estatus de esta manera son auténticos anticristos. Son del mismo tipo de personas que Pablo. Creen que perseguir la verdad, la búsqueda de sumisión a Dios y la búsqueda de la honestidad son todos procesos que guían a uno al estatus más alto posible; son meros procesos, no el objetivo y el estándar de ser humano, y se hacen enteramente para que Dios los vea. ¡Esta concepción es absurda y ridícula! Solo los absurdos que odian la verdad pueden concebir una idea tan ridícula.
En lo que respecta a los anticristos, sea cual sea el aspecto de la verdad que compartas, su método de comprensión y entendimiento será diferente al de aquellos que persiguen la verdad. Tras oír la verdad, la gente que la persigue piensa: “No poseo este aspecto de la verdad y puedo vincular este estado que Dios me ha revelado. Tras escucharlo, ¿por qué me siento tan lleno de remordimientos y tan en deuda con Dios? Me sigo quedando corto a la hora de perseguir la verdad y no estoy cerca siquiera de ser capaz de someterme de veras. Estoy muy asustado, esto me ha servido como una llamada de atención. Creía que me iba bastante bien últimamente y no tenía ni idea de que en realidad no soy alguien que practica la verdad ni complace a Dios. A partir de ahora, he de ser cuidadoso y prudente y centrarme en orar ante Dios e implorarle guía e iluminación. No debo obrar por mi cuenta. Voy a profundizar en este aspecto de la verdad y sigo teniendo margen para progresar. Espero que Dios disponga un entorno que me permita actuar mejor y ofrecer mi sinceridad y lealtad”. Así piensan aquellos que persiguen la verdad. Por consiguiente, ¿cómo comprenden los anticristos los diversos tipos de verdades? Tras oír las palabras de Dios que reprochan al hombre, ¿qué piensan? “No he hecho un buen trabajo al respecto, se me escapó algo en mis acciones y aparecieron errores. ¿Cuánta gente se ha enterado? Las palabras de dios se expresaron con gran claridad; ¿significa eso que él ha visto a través de mí? Bueno, no es un gran resultado, no es lo que quiero. Si dios ha visto a través de mí, ¿lo sabe alguien más? Si alguien lo ha averiguado, sería incluso peor. Si solo lo sabe dios y nadie más, está bien. Si alguien oye estas palabras de dios que dejan en evidencia al ser humano y las vincula conmigo y me las aplica, eso sería malo para mi reputación. Se me tiene que ocurrir una manera de remediar esto. ¿Cómo puedo hacerlo?”. Así reflexionan los anticristos. Por ejemplo, tras escuchar la charla de Dios sobre que las personas deben ser honestas, un anticristo pensará de inmediato: “Solo los idiotas tratan de ser honestos. ¿Cómo alguien tan inteligente como yo puede ser una persona honesta? Los honestos son bobos e idiotas; dicen cualquier cosa que se les pasa por la mente, se lo cuentan todo a los demás y facilitan que lo entiendan. ¡Yo nunca haría eso! Que dios diga que deberíamos ser honestos es relativo, así que voy a ser una persona sabia y ya está. Respecto a ser una persona honesta, elegiré cuándo serlo. Me abriré respecto a algunas cosas, pero no hablaré sobre todos esos secretos y cosas ocultas que albergo en el fondo de mi corazón, cosas que podrían hacer que la gente me menospreciara si hablara sobre ellas. ¿Qué ventajas tiene ser una persona honesta? No creo que tenga ninguna. Algunas personas siempre se diseccionan a sí mismas, tratan de ser honestas y de hablar con honestidad, y sacan a la luz sus actitudes corruptas, pero no se han ganado la gracia de dios y, cuando hay que podarlas, se las poda igualmente; dios no les otorga ninguna exaltación adicional”. No paran de reflexionar: “Tendré que elegir otro camino. Esta no es la senda en la que debería hallarme. Se la dejaré a otros y ya está. ¿Cómo puede vivir así una persona inteligente como yo?”. Sea cual sea el aspecto de la verdad que oiga un anticristo, ¿qué cálculos realiza en su corazón? ¿Puede comprender esa verdad con pureza? ¿Es capaz de aceptarla como la verdad en el fondo de su corazón? En absoluto. Calcula y trama continuamente, no para de observar. Al final, ¿cómo responde? Se transforma conforme a la situación, se adapta a las condiciones, es ágil y hábil a la hora de tratar con otras personas, y actúa con total secretismo. Haga lo que haga, piense lo que piense o calcule lo que calcule en el fondo, no puede permitir que los demás lo sepan ni que Dios lo sepa; no puede poner en evidencia estas cosas ante Él, y mucho menos transmitírselas claramente a la gente; cree que se trata de un asunto personal. Por tanto, los anticristos son ese tipo de personas que son por entero incapaces de practicar la verdad. Aparte de no practicarla ellos mismos, también desprecian a las personas que sí lo hacen y, es más, se burlan de aquellos que son podados porque han cometido algunas desviaciones al practicar la verdad o bien han dado algunos pasos en falso o han cometido algunos errores, y se ríen de ellos desde la barrera. No creen en la justicia de Dios, y mucho menos en que las diversas formas en que Él trata a las personas contengan la verdad y Su amor; los anticristos no creen en estas cosas. Desde su punto de vista, consideran que todo esto son mentiras destinadas a engañar a la gente; les parece que no son más que una especie de excusas, un montón de dichos que suenan bonitos. ¿Y en qué se deleitan a menudo en secreto? “Por suerte, no soy tan tonto como para entregarlo todo; por suerte, no he hablado de las cosas sucias y feas que albergo en mi interior; por suerte, me sigo aferrando a mi estatus y a mi reputación y hago todo lo posible por buscarlos, y corro de un lado para otro por ellos. Si no corriera en mi propio beneficio, ¿quién se preocuparía por mí?”. Los anticristos no solo son falsos, sino que también son perversos, sienten aversión por la verdad y son crueles de carácter; es decir, todos los aspectos de las actitudes corruptas que se manifiestan en los humanos corruptos se han confirmado en los anticristos y han ido “un paso más allá”. Si quieres observar las actitudes corruptas de la humanidad, encuentra un anticristo para diseccionarlo y relacionarte con él; esa es la mejor manera de ilustrar el problema, así como de dilucidar la esencia corrupta de la humanidad corrupta y el rostro de Satanás. Si tomas a un anticristo como principal ejemplo y lo diseccionas y lo llegas a conocer, serás capaz de entender estas cosas con mayor claridad.
La búsqueda de estatus y reputación de los anticristos va más allá de la que emprende la gente corriente, e igual sucede con su deseo de estatus y reputación. La gente corriente no tiene un deseo tan enorme de esas cosas, mientras que el deseo en los anticristos es extremadamente fuerte y obvio. Una vez que te has relacionado con un anticristo y has hablado y pasado tiempo con él, su esencia-naturaleza se pondrá al descubierto ante tus ojos y lo desentrañarás de inmediato. Así de grande es su deseo. Cuando tus interacciones con él sean más profundas, te sentirás asqueado y lo rechazarás. Al final, no solo lo rechazarás, sino que llegarás incluso a condenarlo y maldecirlo. Los anticristos no son nada bueno, son los enemigos de Dios, así como los enemigos de cualquiera que persiga la verdad. Los anticristos sienten aversión por la verdad y son capaces de hacer toda clase de cosas malas en aras del estatus y la reputación. Se camuflarán en todo lo que hagan, imitarán y actuarán conforme a la situación, se comprometerán en aras del estatus y la reputación. Las meras almas y esencias de las personas como estas son repugnantes, asquerosas. No tienen ni un ápice de amor por la verdad ni por las cosas positivas. Al mismo tiempo, se sirven de cosas positivas y de predicar palabras correctas y doctrinas para desorientar a las personas, de modo que puedan obtener reputación y estatus, así como satisfacer sus deseos y ambiciones. Esta es la conducta y la esencia de los anticristos. No eres capaz de ver el aspecto de Satanás, cómo se comporta en el mundo y trata con las personas, y qué clase de esencia-naturaleza tiene; no sabes qué es exactamente Satanás a ojos de Dios. Esto no supone un problema; lo único que tienes que hacer es observar y diseccionar a un anticristo y verás todas estas cosas: la esencia-naturaleza de Satanás, su feo rostro y su perversidad y crueldad; tendrás todo eso a la vista. Los anticristos son satanases vivientes, son demonios vivientes.
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