Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (III) Parte 4
2. Cómo tratan los anticristos a quienes son más fuertes que ellos
En lo que respecta al deseo de los anticristos de proteger su propia reputación y estatus, no solo exhiben y revelan su esencia-naturaleza cuando se los poda; los anticristos se topan con muchas otras clases de situaciones y asuntos. Por tanto, el segundo tema que vamos a compartir es cómo mantienen los anticristos su estatus y reputación en los grupos. Mientras se hallan entre un conjunto de personas, ¿qué conductas muestran los anticristos que sirven para ilustrar su afán de proteger su propia reputación y estatus en todo lo que hacen? ¿Está claro este tema? ¿Es su alcance grande o pequeño? ¿Es representativo o no lo es? (Sí. Es representativo). Este tema está directamente relacionado con la esencia-naturaleza de los anticristos. ¿Qué manifestaciones muestran los anticristos mientras viven en comunidad? ¿Qué clase de actitud y qué acciones usan para proteger su reputación y estatus? Para empezar, si los anticristos no tienen estatus, ¿son aún anticristos? (Sí). Has de tener un entendimiento claro de este concepto. No pienses que solo las personas con estatus pueden poseer la esencia de los anticristos y serlo, o que la gente corriente sin estatus no son anticristos. El alcance es en realidad bastante grande. Cualquier persona que posea la esencia de los anticristos es todavía un anticristo, tenga estatus o no, y ya sea un líder o un creyente corriente, esto lo determina su esencia. Por tanto, ¿qué manifestaciones muestran los que tienen la esencia de los anticristos mientras son seguidores corrientes? ¿Qué revelaciones de la esencia-naturaleza sirven como prueba suficiente de que son anticristos? Para empezar, vamos a fijarnos en cómo viven entre los grupos de personas, cómo tratan a los demás y la actitud que albergan hacia la verdad. Sobre lo que más debemos hablar no es sobre lo que comen los anticristos, lo que visten, dónde viven o cómo se mueven, sino sobre cómo protegen su reputación y estatus mientras están en grupo. Aunque sean creyentes corrientes, tratan siempre de proteger su reputación y estatus, revelando constantemente este tipo de carácter y esencia, y haciendo esta clase de cosas. Por tanto, esto nos permite dar un paso más allá en nuestro entendimiento del carácter y esencia de los anticristos. Tengan o no estatus los anticristos e, independientemente del momento o el lugar, el carácter y la esencia de los anticristos siempre se revelan y se manifiestan en ellos. Esto no está restringido a ningún espacio ni geografía, así como tampoco a personas, acontecimientos y cosas.
Cuando los anticristos cumplen un deber, sea cual sea y sin importar el grupo en el que se encuentren, muestran una conducta obvia, que consiste en querer siempre destacar y exhibirse en todo, siempre tienden a limitar a la gente y a controlarla, quieren dirigir y llevar la voz cantante, quieren tener el protagonismo, quieren atraer las miradas y la atención de la gente y quieren la admiración de todo el mundo. Cuando los anticristos se unen a un grupo, da igual su número de miembros, quiénes lo formen o cuál sea su profesión o identidad, los anticristos primero evalúan la situación para ver quién es imponente y destaca, quién es elocuente, quién es notable y quién está cualificado o tiene prestigio. Valoran a quién pueden vencer y a quién no, además de quién los supera y quién es inferior. Esas son las primeras cosas que miran. Tras esta rápida evaluación, comienzan a actuar apartando e ignorando, a partir de ese momento, a los que están por debajo de ellos. Primero se dirigen a los que creen superiores, a los que tienen cierto prestigio y estatus, o a los que tienen dones y talento. Estas son las personas con las que se miden primero. Si alguna de ellas es estimada por los hermanos y hermanas o lleva mucho tiempo creyendo en Dios y tiene una buena posición, se convierte en objeto de la envidia de los anticristos y, por supuesto, la ven como competencia. Los anticristos se comparan en silencio con estas personas que tienen prestigio, estatus y que disfrutan de la admiración de los hermanos y hermanas. Empiezan a analizarlas, examinan de lo que son capaces y en qué son versadas, y por qué alguna gente las aprecia. Mirando y observando comprueban que estas personas son expertas en una determinada profesión, además de que todo el mundo las tiene en alta estima porque llevan creyendo más tiempo en Dios y pueden compartir algunos testimonios vivenciales. Los anticristos consideran a esta gente “presas”, los reconocen como oponentes, y trazan un plan de acción. ¿Qué plan de acción? Se fijan en qué aspectos no son tan buenos como sus oponentes y entonces empiezan a trabajarlos. Por ejemplo, si no son tan hábiles como ellos en una profesión, la estudian leyendo más libros, buscando todo tipo de información y pidiendo humildemente instrucción adicional a otros. Participan en todo tipo de trabajos relacionados con esa profesión, acumulan experiencia poco a poco y cultivan su propio poder. Y cuando creen que cuentan con el capital para enfrentarse a sus rivales, expresan con frecuencia sus “opiniones brillantes” y a menudo refutan y menosprecian deliberadamente a sus oponentes para avergonzarlos y ensuciar su nombre, y así resaltar lo inteligentes y extraordinarios que son ellos y suprimir a sus rivales. Los más lúcidos son capaces de notar todas estas cosas, solo aquellos que son estúpidos e ignorantes y carecen de discernimiento no pueden hacerlo. La mayoría de la gente solo ve el entusiasmo de los anticristos, su búsqueda, su sufrimiento, el precio que pagan y su buena conducta cara al exterior, pero la auténtica situación permanece oculta en el fondo del corazón de los anticristos. ¿Cuál es su objetivo principal? Ganar estatus. El objetivo en el que centran todo su trabajo, todo su esfuerzo y el precio que pagan es lo que más adoran en lo más profundo de su ser: el estatus y el poder.
A fin de obtener poder y estatus, lo primero que hacen los anticristos en la iglesia es tratar de ganarse la confianza y la estima de otros, de modo que puedan convencer a más gente y hacer que más personas los admiren e idolatren, para así lograr su meta de tener la última palabra en la iglesia y ostentar el poder. En lo que se refiere a obtener poder, son los más diestros a la hora de competir y luchar contra otras personas. Su competencia principal son aquellos que persiguen la verdad, que tienen prestigio en la iglesia y que son amados por los hermanos y hermanas. Cualquier persona que suponga una amenaza para su estatus es su oposición. Compiten con determinación contra aquellos más fuertes que ellos y, también, contra los más débiles sin sentir lástima alguna. Su corazón está lleno de filosofías de batalla. Creen que nadie podrá obtener ningún beneficio si no compite y lucha, y que solo si lo hacen les será posible conseguir lo que quieren. Con el fin de obtener estatus y lograr una posición destacada entre un grupo de personas, hacen todo lo que sea necesario para competir con los demás y no se apiadan de nadie que suponga una amenaza para su estatus. Se relacionen con quien se relacionen, rebosan de ganas de batallar y siguen luchando incluso cuando llegan a viejos. A menudo dicen: “¿Podría ganarle a esa persona si compitiera contra ella?”. Cualquiera que sea elocuente y sea capaz de hablar de manera lógica, estructurada y metódica, se convierte en el objetivo de su envidia y de su imitación. Más aún, se convierte en su competencia. Cualquiera que persiga la verdad y posea fe, que sea capaz de ayudar y apoyar a los hermanos y hermanas con frecuencia, y les permita resurgir de la negatividad y la debilidad, se convierte también en su competencia, igual que cualquiera que sea un experto en cierta profesión y cuente de algún modo con la estima de los hermanos y hermanas. Quien consigue resultados en su trabajo y obtiene el reconocimiento de lo Alto, se convierte naturalmente en una fuente incluso más grande de rivalidad para ellos. ¿Cuáles son los lemas de los anticristos, sea cual sea el grupo en el que se encuentren? Compartid vuestros pensamientos. (Luchar contra otras personas y contra el cielo es una fuente de infinita diversión). ¿Acaso no es esto una locura? Sí. ¿Alguno más? (Dios, ¿acaso no piensan: “Yo soy el único soberano del universo”? Es decir, quieren ser los más grandes y, estén con quien estén, siempre quieren superarlo). Esta es una de sus ideas. ¿Alguna otra? (Dios, he pensado en cinco palabras: “El ganador es el rey”. Creo que siempre quieren ser superiores a los demás y destacar, estén donde estén, y se esfuerzan por ser los más grandes). La mayoría de lo que habéis dicho son tipos de ideas; tratad de emplear un tipo de comportamiento para describirlos. Los anticristos no quieren necesariamente ocupar el mejor puesto independientemente de donde se encuentren. Cada vez que van a alguna parte, tienen un carácter y una mentalidad que los incitan a actuar. ¿Qué mentalidad es esta? La de “¡Debo competir! ¡Competir! ¡Competir!”. ¿Por qué “competir” tres veces y no solo una? (La competición se ha convertido en su vida, viven para ello). Este es su carácter. Nacieron con un carácter salvajemente arrogante y difícil de contener, es decir, se ven a sí mismos como mejores que el resto y son extremadamente egoístas. Nadie puede limitar su carácter increíblemente arrogante, ni ellos mismos son tampoco capaces de controlarlo. Así que su vida es lucha y competición. ¿Por qué luchan y compiten? Naturalmente, compiten por fama, ganancias, estatus, imagen y por sus propios intereses. No importa qué métodos tengan que utilizar, mientras todo el mundo se someta a ellos y siempre que obtengan beneficios y estatus para sí mismos, habrán alcanzado su objetivo. Su voluntad de competir no es un entretenimiento temporal, es un tipo de carácter que viene de una naturaleza satánica. Es igual que el carácter del gran dragón rojo que lucha contra el Cielo, lucha contra la tierra y contra la gente. Así, cuando los anticristos luchan y compiten con otros en la iglesia, ¿qué quieren? Sin duda, compiten por reputación y estatus. Y cuando ganan estatus, ¿de qué les sirve? ¿De qué les vale que los otros los escuchen, admiren y veneren? Ni siquiera los propios anticristos pueden explicarlo. En realidad, les gusta disfrutar de la reputación y el estatus, que todo el mundo les sonría y que los saluden con halagos y lisonjas. Así que, cada vez que un anticristo va a la iglesia, hace una cosa: lucha y compite con los demás. Incluso si gana poder y estatus, no le basta. Para proteger su estatus y asegurar su poder, continúa luchando y compitiendo con los demás. Se comportará así hasta que muera. La filosofía de los anticristos es: “Nunca dejes de luchar mientras vivas”. Si una persona así de malvada existe en la iglesia, ¿perturbará a los hermanos y las hermanas? Por ejemplo, digamos que todo el mundo está comiendo y bebiendo tranquilamente las palabras de Dios y compartiendo la verdad y la atmósfera es de paz y el ambiente agradable. En un momento así, el anticristo acumulará insatisfacción. Se pondrá celoso de aquellos que hablan sobre la verdad y los odiará. Empezará a atacar y a emitir juicios sobre ellos. ¿Acaso no perturba eso la atmósfera pacífica? Se trata de una persona malvada que perturba y repugna a los demás. Así son los anticristos. Algunas veces, los anticristos no buscan destruir o derrotar a los que compiten con ellos y suprimirlos. Mientras obtengan reputación, estatus, orgullo e imagen, y hagan que la gente los admire, habrán logrado su objetivo. Al competir, revelan un claro carácter satánico. ¿Qué carácter es este? El de que, sea cual sea la iglesia en la que aparecen, siempre quieren competir y luchar contra otras personas, siempre quieren rivalizar por fama, ganancias y estatus, y solo sienten que han logrado su objetivo cuando la iglesia se sume en el desorden y el caos, cuando han obtenido estatus y todos se rinden ante ellos. Esta es la naturaleza de los anticristos, es decir, se sirven de la competición y de la lucha para lograr sus objetivos.
¿Cuál es el lema de los anticristos en cualquier grupo en que estén? “¡Debo competir! ¡Competir! ¡Competir! ¡Debo competir por ser el más grande y el mejor!”. Este es el carácter de los anticristos; allá donde van, rivalizan y tratan de lograr sus objetivos. Son lacayos de Satanás y perturban la labor de la iglesia. Así es el carácter de los anticristos: lo primero que hacen es permanecer atentos en la iglesia para averiguar quién lleva creyendo muchos años en Dios y tiene capital, quién tiene algunos dones o talentos, quién ha sido de utilidad para los hermanos y hermanas en su entrada en la vida, quién tiene mayor prestigio, antigüedad, de quien hablan bien los hermanos y hermanas, quién tiene más cosas positivas. Esas personas serán sus rivales. En resumen, cada vez que los anticristos se encuentran en un grupo de personas esto es lo que hacen siempre: compiten por el estatus, compiten por tener buena reputación, compiten por tener la última palabra sobre los asuntos y el derecho a tomar decisiones en el grupo, lo cual, una vez alcanzado, los hace felices. ¿Son capaces de hacer trabajo real después de obtener estas cosas? En absoluto, no compiten ni pelean con el fin de hacer trabajo real; su objetivo es imponerse a todos los demás. “No me importa si estás dispuesto a ceder ante mí o no: en cuanto a capital, yo soy el más grande; en cuanto a habilidades discursivas, soy el mejor, y en cuanto a dones y talentos, soy el que tiene más”. En cualquier campo, siempre quieren rivalizar por el primer lugar. Si los hermanos y hermanas los eligen para ser supervisores, competirán con sus compañeros para tener la última palabra y el derecho a tomar decisiones. Si la iglesia los pone a cargo de un trabajo, insistirán en llevar la voz cantante sobre cómo se lleva a cabo. Querrán esforzarse para que todo lo que digan y todo lo que decidan tenga éxito y se convierta en realidad. Si los hermanos y hermanas adoptan la idea de otra persona, ¿acaso a ellos les pasará desapercibido? (No). Eso implica problemas. Si no los escuchas, te darán una lección, te harán sentir que no puedes prescindir de ellos y te mostrarán las consecuencias de que no los obedezcas. Así de vanidoso, odioso e irracional es el carácter de los anticristos. No tienen ni conciencia ni razón, ni siquiera una pizca de la verdad. Uno puede ver en las acciones y los actos de los anticristos que lo que hacen no tiene nada de la razón de una persona normal, y, aunque se les puede comunicar la verdad, no la aceptan. Por muy correcto que sea lo que digas, para ellos no tiene sentido. Lo único que les gusta buscar es la reputación y el estatus, que es lo que veneran. Mientras puedan disfrutar de los beneficios del estatus, están contentos. Ellos creen que ese es el valor de su existencia. En cualquier grupo de gente en que se encuentren, tienen que mostrar la “luz” y “calidez” que aportan, sus talentos, su singularidad. Y como se creen especiales, piensan, naturalmente, que hay que tratarlos mejor que a la gente corriente, que deben recibir el respaldo y la admiración de la gente, que esta ha de respetarlos y adorarlos; se creen que todo esto es lo que les corresponde. ¿Acaso no es gente descarada y sinvergüenza? ¿No es un problema tener a esa gente presente en la iglesia? Cuando ocurre algo, es de sentido común que la gente escuche a quien hable correctamente, se someta a quien haga una sugerencia que sea beneficiosa para la obra de la casa de Dios, y adopte la sugerencia de quienquiera que se ajuste a los principios-verdad. Si los anticristos dicen algo que no concuerda con los principios, puede que los demás no lo escuchen ni adopten su sugerencia. En ese caso, ¿qué harán los anticristos? Seguirán intentando defenderse y justificarse a sí mismos y pensarán maneras de convencer a los demás y de hacer que los hermanos y hermanas escuchen y adopten su sugerencia. No considerarán qué efecto podría tener en la obra de la iglesia que se adopte su sugerencia. Esto no entra en su ámbito de consideración. ¿Qué es lo único que van a tener en cuenta? “Si no se acepta mi sugerencia, ¿dónde podré figurar? He de competir y esforzarme para que se adopte mi sugerencia”. Piensan y actúan así cada vez que ocurre algo. Nunca reflexionan sobre si eso se ajusta a los principios o no y nunca aceptan la verdad. Este es el carácter de los anticristos.
¿Cuál es la principal manifestación de la completa falta de razón de los anticristos? Creen que tienen dones, que son competentes, poseen buen calibre y que los demás los deben idolatrar y apoyar, y que la casa de Dios ha de colocarlos en un puesto importante. Asimismo, creen que la casa de Dios debería adoptar y promover todas las sugerencias e ideas que propongan, y si eso no sucede, se enfadan mucho, se ponen en contra de la casa de Dios y fundan sus propios reinos independientes. ¿Acaso esta revelación del carácter y la esencia de los anticristos causa trastornos y perturbaciones en la iglesia? Se puede decir que todas las acciones de los anticristos causan inmensos trastornos y perturbaciones en la obra de la iglesia y en la entrada en la vida del pueblo escogido de Dios. Cuando los anticristos compiten por los puestos de liderazgo de la iglesia y por el prestigio entre el pueblo escogido de Dios, hacen uso de todos los medios que pueden para atacar a otros y encumbrarse. No consideran cuánto daño pueden llegar a hacerle a la obra de la casa de Dios y a la entrada en la vida de Su pueblo escogido. Solo les preocupa si pueden satisfacer sus ambiciones y deseos y si pueden asegurar su propio estatus y reputación. Su papel en las iglesias y entre el pueblo escogido de Dios es como el de los demonios, como el de los malvados, los lacayos de Satanás. No son en absoluto personas que crean realmente en Dios ni son Sus seguidores, y mucho menos aman y aceptan la verdad. Cuando aún no han alcanzado sus intenciones y objetivos, nunca reflexionan sobre sí mismos ni se conocen, jamás reflexionan sobre si sus intenciones y metas se ajustan a la verdad, nunca buscan cómo recorrer la senda de la búsqueda de la verdad para alcanzar la salvación. No creen en Dios ni eligen la senda que deben tomar con un estado mental sumiso. En su lugar, se devanan los sesos pensando: “¿Cómo puedo alcanzar la posición de líder u obrero? ¿Cómo puedo competir con los líderes y obreros de la iglesia? ¿Cómo puedo desorientar y controlar al pueblo escogido de dios, y convertir a cristo en una mera figura decorativa? ¿Cómo puedo garantizarme un lugar en la iglesia? ¿Cómo puedo asegurarme una posición sólida en la iglesia y obtener estatus, garantizarme el éxito y no fracasar, y lograr, en última instancia, mi objetivo de controlar al pueblo escogido de dios y establecer mi propio reino?”. Los anticristos dan vueltas a estas cosas día y noche en su cabeza. ¿Qué carácter y naturaleza son estos? Por ejemplo, cuando los hermanos y hermanas corrientes escriben testimonios vivenciales, piensan en cómo expresar fielmente por escrito sus experiencias y su entendimiento. Por tanto, oran ante Dios con la esperanza de que les conceda más esclarecimiento sobre la verdad y les permita obtener una comprensión mayor y más profunda de ella. Mientras que cuando los anticristos escriben artículos, se devanan los sesos para reflexionar sobre cómo escribir de una manera que haga que más gente los entienda, los conozca y los admire, y de modo que obtengan estatus en la mente de más personas. Desean usar una cosa tan corriente y sin importancia para incrementar su fama. No pueden dejar escapar esta oportunidad. ¿Qué clase de personas son? Algunos anticristos, al ver que otros pueden escribir artículos de testimonios vivenciales, desean escribir algo que sea más maravilloso que el testimonio vivencial de nadie, en su afán por rivalizar con ellos por estatus y prestigio. Así pues, se inventan y plagian historias. Incluso se atreven a hacer cosas como dar falso testimonio. A fin de hacerse un nombre, de que más gente los conozca y de difundir su identidad, los anticristos no dudan en hacer toda clase de cosas vergonzosas. No dejan pasar ni la menor oportunidad para darse a conocer, para obtener estatus y para ser estimados entre un grupo de personas y considerados con un respeto especial. ¿Qué propósito tiene que los miren con un respeto especial? ¿Qué resultados y objetivos desean alcanzar los anticristos? Quieren que los demás los vean como gente extraordinaria, como alguien más noble que nadie y que destaca en ciertos campos; quieren dejar una buena impresión en la mente de los demás, una impresión profunda, e incluso hacer que gradualmente la gente los envidie, los admire y los tenga en alta consideración. Mientras se empeñan con todas sus fuerzas en lograr este objetivo, también siguen recorriendo la misma senda que antes.
Sea cual sea el grupo de personas en el que se hallen, independientemente de si fingen o se esfuerzan, lo que se esconde en el fondo del corazón de los anticristos no es más que un deseo de estatus. La esencia que revelan y manifiestan no es más que lucha y competición. Al margen de lo que hagan, los anticristos compiten con otros por estatus, imagen e intereses. La manifestación más común de esto es competir por un buen nombre, una buena valoración y un buen estatus en opinión de las personas, de modo que los estimen y los idolatren, y giren y se concentren en torno a ellos. Esta es la senda por la que caminan los anticristos, es por lo que compiten. No importa cómo condenen y diseccionen estas cosas las palabras de Dios, los anticristos no aceptarán la verdad ni el juicio y castigo de las palabras de Dios, ni renunciarán a estas cosas que Dios juzga y condena. Al contrario, mientras más en evidencia deja Dios estas cosas, más astutos se vuelven los anticristos. Adoptan métodos más solapados y escurridizos en su afán por buscarlas, de modo que la gente no pueda ver lo que están haciendo y crea de manera errónea que han renunciado a ellas. Cuanto más deja Dios al descubierto tales cosas, más encuentran los anticristos maneras de usar métodos más retorcidos e inteligentes para buscarlas y obtenerlas. Asimismo, emplean palabras que suenan agradables para camuflar sus motivaciones ocultas. En resumen, los anticristos no aceptan para nada la verdad, no reflexionan sobre su comportamiento ni se presentan ante Dios orando y buscando la verdad. Al contrario, están incluso más insatisfechos en su corazón con la exposición y el juicio de Dios, hasta el punto de que adoptan una actitud hostil hacia ambos. No solo no renuncian a su búsqueda de reputación y estatus, sino que aprecian más si cabe estas cosas y piensan maneras de esconder y ocultar su búsqueda y de impedir que los demás la desentrañen y la detecten. Sea cual sea la situación, los anticristos no solo no logran practicar la verdad, sino que cuando se revela su verdadero rostro, es decir, cuando muestran de manera accidental sus ambiciones y deseos, les preocupa aún más que otros diluciden su esencia y su verdadero rostro a partir de las palabras de Dios y de la verdad, así que tratan de ocultarlos y hacen todo lo posible por defenderse. ¿Con qué propósito los ocultan? Con el de proteger su estatus y reputación para no sufrir pérdidas y conservar la fuerza para la siguiente lucha. Esta es la esencia de los anticristos. Da igual cuándo sea o cuál sea la situación, los objetivos y el rumbo de su comportamiento no van a cambiar, ni tampoco lo harán sus objetivos en la vida, ni los principios detrás de sus acciones, ni el deseo, la ambición y el propósito de buscar estatus en el fondo de su corazón. No solo harán todo lo posible por lograr estatus, sino que incrementarán sus esfuerzos para obtenerlo. Cuanto más comparta la casa de Dios sobre la verdad, más evitarán ellos, de manera inteligente, adoptar comportamientos y manifestaciones obvios que otros puedan dilucidar y discernir. Cambiarán a un método distinto y llorarán amargamente a la vez que admiten sus errores y se condenan a sí mismos, se ganan la simpatía de los demás, les hacen creer de manera errónea que se han arrepentido y han cambiado, y hacen que a la gente les resulte más complicado discernirlos. ¿Cuál es la esencia de los anticristos? ¿Acaso no es un poco retorcida? (Sí). Cuando la gente es así de retorcida, es que son diablos. ¿Se pueden arrepentir de verdad los diablos? ¿Pueden dejar de lado con sinceridad su ambición y deseo de buscar estatus? Los diablos preferirían morir a renunciar a esta ambición. Sea cual sea la manera en la que compartas la verdad con ellos, será inútil, no dejarán de lado esta ambición. Si pierden la pelea en esta situación y los hermanos y hermanas los dejan en evidencia, seguirán luchando y compitiendo por estatus, imagen, por tener la última palabra y el derecho a tomar decisiones cuando continúen hacia el siguiente grupo. Competirán por estas cosas. No importa cuál sea la situación o en qué grupo de personas se encuentren, el principio que siempre observan es el de competir: “Yo soy el único que puede ser líder, nadie me puede liderar a mí”. No están en absoluto dispuestos a ser seguidores corrientes ni a aceptar el liderazgo ni la ayuda de nadie. Esta es la esencia de los anticristos.
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