Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (IV) Parte 2

Sea cual sea el grado de sufrimiento que experimente un anticristo o el precio que pague en la iglesia, ellos no sienten que forme parte de su obligación, que sea el deber que ha de hacer un ser creado, sino que lo consideran como su aportación, de la cual Dios debería acordarse. Piensan que si Dios recuerda su contribución, entonces debería darles de inmediato bendiciones, promesas y favores materiales especiales, y permitirles ganar ciertas ventajas y obtener ciertos beneficios especiales. Solo entonces el anticristo quedará satisfecho. ¿Cómo entienden los anticristos el deber? No sienten que el deber sea una obligación que deban asumir los seres creados, ni que sea una responsabilidad que deban cumplir los que siguen a Dios. En cambio, les parece que el cumplimiento del deber es una moneda de cambio en una transacción con Dios, algo que puede ser intercambiado por Sus recompensas, y una forma de satisfacer sus propias ambiciones y deseos y obtener bendiciones por su creencia en Dios. Creen que contar con la gracia y la bendición de Dios debe ser una condición previa para cumplir con su deber y que eso proporciona a la gente una verdadera fe en Dios, que la gente solo puede estar tranquila al hacer sus deberes si Dios les asegura que están libres de futuras preocupaciones. También piensan que Dios debe proveer todas las comodidades y un trato preferencial a quienes cumplen con su deber, y que la gente debe disfrutar de todos los beneficios provistos por la casa de Dios durante el cumplimiento de su deber. Estas son las cosas que debería recibir la gente. Así es como piensan los anticristos en su fuero interno. Estas formas de pensar son precisamente la perspectiva y la máxima de los anticristos, y representan su actitud hacia el deber. No importa cómo se comunique la casa de Dios respecto a la verdad sobre el cumplimiento del deber, las cosas que los anticristos albergan en su corazón nunca cambiarán. Siempre se atendrán a su punto de vista respecto al cumplimiento del deber. Hay una frase relacionada con esta manifestación que podemos usar, ¿cuál es? Supone colocar lo material por encima de todo lo demás; es decir, solo las cosas que pueden sostener en sus manos son reales, y no tiene sentido hacer promesas. La esencia de las manifestaciones que tienen estas personas es materialista, ¿no? (Sí). El materialismo es ateísmo; solo se rigen por lo que pueden ver y tocar, para ellos solo cuenta lo que tienen ante sus ojos, y niegan la existencia de cualquier cosa que no sean capaces de ver. Por tanto, se puede determinar que el conocimiento y la comprensión del deber de un anticristo es sin duda contrario a los principios-verdad, y que es totalmente el mismo que el punto de vista de los no creyentes; en realidad, son incrédulos. No creen en la existencia de Dios, y no creen que todas las palabras de Dios sean la verdad, el camino verdadero. Solo creen que la fama, la ganancia y el estatus son reales, y que todo lo que buscan y disfrutan solo puede obtenerse a través del esfuerzo y la lucha humana, y mediante el precio que pagan. ¿Cuál es la diferencia con el punto de vista que dice: “La gente debe crear la felicidad con sus propias manos”? No hay ninguna diferencia. No creen que la gente, en última instancia, obtenga la verdad y la vida esforzándose y pagando el precio de hacer bien sus deberes en aras de Dios. Tampoco creen que las personas que actúan de acuerdo con los requisitos de Dios, y de ese modo cumplen con el estándar, puedan alcanzar la aprobación y las bendiciones del Creador. Esto demuestra que no creen en la promesa de Dios a la humanidad ni en las bendiciones de Dios. No creen en el hecho de la soberanía de Dios sobre todo, por lo que no poseen una fe verdadera. Solo creen: “Cumplo con mi deber, por lo que debería disfrutar de un trato especial de la casa de dios y de las bendiciones materiales. La casa de dios debería proporcionarme todos los privilegios y disfrutes materiales. Eso sería lo razonable”. Esa es la mentalidad y el punto de vista de un anticristo. No creen que las promesas de Dios sean fiables ni el hecho de que, al obtener la verdad, uno obtiene la vida y Dios lo bendice. En cuanto a hacer su deber, simplemente no buscan la verdad, no la aceptan y menos aún reconocen esta verdad: que el hombre sea capaz de cumplir el deber de un ser creado es la mayor bendición de Dios y algo que Él recordará, y durante ese proceso, el hombre puede obtener la verdad y, en última instancia, ser salvado por Dios; esa es la mayor promesa que Dios le ha hecho al hombre. Si crees en las promesas que Dios te ha hecho y puedes aceptarlas, tienes auténtica fe en Él. ¿Cómo se sienten los anticristos y los incrédulos cuando oyen estas palabras? (No creen lo que dice Dios y piensan que es un engaño). Creen que, con estas palabras que dice, Dios solo alimenta las ilusiones de las personas a fin de lograr que unos necios y unos idiotas de mente simple rindan servicio a Dios, para luego echarlos una vez que su servicio haya terminado. Piensan: “¿Obtener la verdad? ¡Ja! ¿Quién es capaz de ver qué es la verdad? ¿Quién puede tocar aquello que son las promesas de dios? ¿Quién las ha recibido? Las promesas de dios no son realistas, lo único realista es obtener fama y ganancia y disfrutar de los beneficios del estatus; lo único real es esforzarse por la fama y la ganancia y disfrutar de los beneficios del estatus. Llevo años escuchando las promesas que dios le concede al hombre y la verdad que le proporciona, y no he cambiado en absoluto, no he obtenido ningún beneficio y ni mucho menos esas cosas me han permitido llevar una vida excelsa con estatus. Aunque algunas personas dicen al dar testimonio que han obtenido la verdad y han cambiado, que han recibido las bendiciones de dios, siguen pareciendo muy corrientes, todas son personas normales, así que, ¿cómo pueden obtener las bendiciones de dios y entrar en el reino del cielo?”. Creen que solo las cosas que se pueden agarrar y obtener con las manos son las más reales, ¿Acaso no es ese el punto de vista de los incrédulos? Sin ninguna duda. Por tanto, una vez que los anticristos entran en la iglesia, lo observan todo con suspicacia, siempre reflexionan sobre dónde pueden obtener algún beneficio, de qué oportunidad se pueden servir para sacar algo de ventaja y lograr mayores beneficios prácticos para su fe en Dios; calculan a menudo estas cosas en su cabeza. Tienen la sensación de que solo al obtener fama, ganancia y estatus pueden recibir cualquier beneficio, así que eligen buscar estatus y dedicarse solo a esforzarse por esas cosas. Nunca piensan en la verdad ni buscan las intenciones de Dios, y solo comen y beben las palabras de Dios para consolar su corazón y llenar el vacío, no para perseguir la verdad. En cualquier momento, si le pides a un anticristo que se desprenda de su avaricia y sus deseos, que desista por completo de su búsqueda de fama, ganancia y estatus y que renuncie a esos beneficios que desea obtener de su fe en Dios, no será capaz de hacerlo. Hacerles desprenderse de esas cosas hace que se sientan como si estuvieras intentando despellejarlos o arrancarles los tendones; sin esas cosas, sienten que les han quitado el corazón, como si hubieran perdido el alma, y sin esas ambiciones y deseos, sienten que no hay esperanza para su fe en Dios y la vida pierde su significado. A sus ojos, aquellos que se gastan y se entregan y pagan un precio en aras de su deber, que no buscan beneficios personales, son todos unos idiotas. El principio para los asuntos mundanos que adoptan los anticristos es “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”. Piensan: “¿Cómo pueden las personas no pensar en ellas mismas? ¿Cómo pueden no esforzarse por su propio beneficio?”. En su corazón, desprecian a aquellos que renuncian a todo y se esfuerzan con sinceridad por Dios, a quienes hacen su deber con lealtad y llevan una vida material muy sobria y sencilla, y a los que son perseguidos por creer en Dios y cumplir un deber y, a consecuencia de ello, no pueden regresar a casa. Se ríen a menudo de esas personas en su fuero interno, y dicen: “Habéis perdido la casa debido a vuestra fe en dios. No podéis estar con vuestra familia y vivís en la miseria. ¡Sois muy estúpidos! Haga lo que haga una persona, incluso en su fe en dios, debe adoptar un principio para los asuntos mundanos. No debe sufrir pérdidas en absoluto. Debe ser capaz de ver y tocar las promesas y las bendiciones de dios, y la única actitud apropiada que debe adoptar es la de no soltar al halcón hasta ver la liebre. ¡Sois muy estúpidos! Fijaos en mí. Creo en dios y además busco fama, ganancia y estatus. Disfruto de todo el buen trato de la casa de dios y también puedo obtener bendiciones en el futuro. No me hace falta padecer ningún sufrimiento, y las bendiciones que reciba serán mayores que las vuestras. No pago un precio como vosotros, que renunciáis a vuestras familias y vuestros empleos y no podéis regresar a casa, que no tenéis ninguna certeza sobre si seréis capaces de recibir ninguna bendición en el futuro”. ¿Qué son esas personas? No persiguen la verdad, no hacen su deber con sinceridad y, sin embargo, desprecian a aquellos que persiguen la verdad y que renuncian a sus familias y sus empleos, soportan el sufrimiento y pagan un precio en aras de hacer su deber, cumplir la comisión de Dios y seguir Su voluntad. ¿Hay mucha gente así? (Sí). Están presentes en todas las iglesias. ¿Son auténticos creyentes en Dios? ¿Se pueden salvar? (No). No son auténticos creyentes en Dios y mucho menos pueden salvarse.

Sea cual sea el problema con el que se encuentren los anticristos o hagan lo que hagan, en lo primero que piensan no es en si pueden obtener la verdad y lograr la salvación, sino en todos sus beneficios carnales. En su fuero interno, todos los beneficios relacionados con su carne ocupan el lugar más importante, el más elevado, el supremo. En su corazón, nunca consideran las intenciones de Dios ni Su obra, y mucho menos se plantean qué deber ha de cumplir el hombre. Sea cual sea la forma en la que Dios requiera a las personas que cumplan con el estándar, con independencia de cómo les exija que sean seres creados aptos, los anticristos se muestran completamente indiferentes. Sean cuales sean los métodos que Dios adopte o las palabras que diga, no puede conmover a estas personas para así hacer que cambien de planes y abandonen su avaricia y sus deseos. Tanto de nombre como de hecho, estas personas son materialistas e incrédulos entre los anticristos. Por tanto, ¿se las puede considerar la escoria entre las filas de los anticristos? (Sí, porque algunos anticristos pueden todavía rendir algo de servicio en aras de estatus, mientras que estas personas no están siquiera dispuestas a rendir servicio). Eso es. Esta gente quiere beneficios. En lo único que fijan su mirada y en lo que piensan todo el día es en los beneficios, y todo lo que hacen gira en torno a estos. Algunas personas realizan deberes de acogida y, cuando se les acaban los huevos, el arroz o la harina, le dicen de inmediato a la iglesia que mande a alguien para comprar más. Ellas no compran nada, es como si nunca hubieran comido esas cosas en su casa antes de empezar a hacer deberes de acogida. Antes de empezar a hacer ese deber, ellas mismas compraban esas cosas, pero en cuanto empiezan con ese deber, ponen excusas, se sienten bien y seguras de sí mismas y se convierten en cobradores de deudas, en los acreedores de la casa de Dios, como si esta les debiera algo. La gente así no es buena.

Me he hospedado en algunas casas de anfitriones en China continental, y algunos de los hermanos y hermanas poseían una humanidad fantástica. Aunque llevaran creyendo solo dos o tres años y no entendieran gran parte de la verdad, realizaban sus deberes de acogida con sinceridad. Si la casa de Dios intentaba darles dinero, lo rechazaban; eran ellos los que lo daban a cambio de cualquier cosa que los hermanos y hermanas les proporcionaran, y cuidaban con esmero todo aquello que perteneciera a la casa de Dios. Si no se daba uso a algo que había comprado la casa de Dios, ellos incluso le devolvían a esta el valor equivalente en dinero. Algunos a los que les iba mejor en lo económico eran anfitriones voluntariosos y no aceptaban ni un céntimo de la casa de Dios. A otros no les iba tan bien, y sin embargo no aceptaban dinero de ella. No malversaban lo que les daba la iglesia o los hermanos y hermanas para que lo usaran en sus deberes de acogida, fuera cual fuera la cuantía. ¿Acaso era así porque entendían la verdad? No, era una cuestión de calidad humana. Asimismo, y lo que es más importante, eran auténticos creyentes y, además de poseer buena calidad humana, eran capaces de hacerlo, de otro modo no hubieran podido. He estado en algunas casas de anfitriones que sacaban sus mejores colchas y mantas para que las usara, pero Yo les decía: “Son nuevas y están sin usar. Vuélvelas a meter en la bolsa, no las voy a usar”. Insistían en que las usara. Además, ha habido algunas familias anfitrionas que han comprado cosas nuevas para que Yo las usara, y yo les decía: “No compréis nada nuevo, es malgastar el dinero. Me limitaré a usar lo que tenéis aquí. No gastéis nada. Yo no sugiero que la gente compre esto o aquello en cualquier lugar al que voy. No es necesario usar siempre cosas nuevas”. Hubo quienes siguieron insistiendo en gastarse el dinero. Había también algunas familias de acogida que preparaban muchos platos a la hora de comer. Como no sabían lo que me gustaba, hacían mucha variedad para que tuviera donde elegir, ya que les preocupaba que no comiera muy bien si solo preparaban unos cuantos platos. También hay mucha gente así. Algunas casas anfitrionas, sin embargo, son diferentes. Cuando iba allí, los anfitriones habían preparado al azar algunos artículos de uso diario con los que me tenía que conformar, los ingredientes que usaban al cocinar no eran más que las cosas que los hermanos y hermanas les habían traído, y cuando hacía falta que fueran a comprar más, extendían la mano para que les diera dinero. Luego hay otras casas anfitrionas en las que dejé algunas pertenencias para que me las guardaran. Como no regresé durante un tiempo, abrieron el cajón para ver lo que había y algunas desaparecieron. Todos creen en Dios y hacen deberes de acogida, ¿pero es sustancial la diferencia que existe entre ellos? Algunos que creen en Dios son capaces de tales cosas; ¿es esto algo propio de los humanos? Es lo que hacen los ladrones, los bandidos, los villanos y los pícaros. ¿Son los auténticos creyentes capaces de hacer tales cosas? Si un auténtico creyente te guarda algo, da igual cuánto tiempo pases fuera, aunque sean ocho o diez años, siempre te lo mantendrá a salvo; no lo tocará, no lo mirará ni lo registrará. Sin embargo, en el caso de ciertas familias anfitrionas, si les dejas algo, lo abrirán y echarán un vistazo en cuanto salgas por la puerta. ¿Qué es lo que buscan? Hurgarán en tu bolsa para ver si hay algo valioso dentro, como joyas, un teléfono móvil o dinero; rebuscan todas esas cosas. ¿Dónde suelen rebuscar algunas mujeres? Quieren ver si tienes buenas prendas de ropa. En cuanto han rebuscado, piensan: “Qué ropa tan bonita. Me la voy a probar”. Decidme, ¿acaso no pasan estas cosas? (Sí). ¿Cómo lo sabes? ¿Las habéis presenciado? Dispongo de pruebas sólidas para decir que estas cosas suceden. Cierto año, a finales de otoño, dejé algo de ropa en una casa anfitriona. Un día de repente me acordé de algunas de aquellas prendas y me propuse ir a recogerlas, así que acudí a la casa anfitriona. Adivinad lo que sucedió. Cuando entré en la casa, la vieja anfitriona estaba allí probándose Mi abrigo de lana. Fue una coincidencia que la viera. Le dije: “¿Qué estás haciendo?”. Se quedó estupefacta. Nunca imaginó que se diera la casualidad de que Yo fuera a ver lo que estaba haciendo, y se sintió muy avergonzada. Sin embargo, la gente así es muy insensible, y enseguida dijo: “Vaya, ¿no crees que tu abrigo de lana me sienta de maravilla?”. Yo respondí: “Es Mi abrigo. Si lo llevas tú, no puedo ponérmelo Yo”. Ella dijo: “Toma, no lo quiero”. Le contesté: “¿Para qué te lo pruebas si no lo quieres? ¿Acaso no estaba cerrada la puerta del armario?”. Me dijo: “Lo que pasa es que no tenía nada que hacer hoy y lo he sacado para echarle un vistazo”. Le dije: “No es tuyo, así que no deberías haberlo tocado”. Este es un ejemplo de algo que sucedió en realidad. No sé cuál era su intención al hacer eso. Decidme, ¿es alguien así una persona que cree en Dios? ¿Debo considerarla creyente en Dios y miembro de la casa de Dios? (No). No es digna de ser seguidora de Dios, pertenece al bando de Satanás, no tiene vergüenza, conciencia ni racionalidad y no posee humanidad alguna; es una canalla. ¿Salvará Dios a las personas así? No tienen la menor integridad ni dignidad, ni el más mínimo respeto a Dios; Él no puede salvarlas. La verdad que dice Dios y la vida que Él proporciona al hombre no se les concede a tales personas; no son miembros de la casa de Dios, sino más bien son incrédulos ajenos a la casa de Dios que pertenecen a los diablos. Aparte del hecho de que la esencia-naturaleza de los anticristos es la de no amar la verdad y sentir aversión por ella, su calidad humana también es increíblemente baja y despreciable, y tales personas son repugnantes, despreciables y detestables. Las manifestaciones de estas personas de las que acabamos de hablar, las que malversan los bienes de la casa de Dios, bastan para evidenciar que, sea cual sea el deber que realicen, nunca se gastan de verdad ni lo hacen con sinceridad. En lugar de eso, se presentan con sus propios planes, su avaricia y sus deseos, vienen corriendo en busca de beneficios y no para obtener la verdad. Por consiguiente, lo mires como lo mires, la humanidad de tales personas no es apta para Dios. Así que decidme, ¿pensáis que su humanidad es apta y las consideráis buenas personas? (No). Vosotros también despreciáis a esas personas, ¿verdad? (Sí). Cuando algunos oyen que la casa de Dios ha comprado algo, quieren su parte, y cuando ven que los hermanos y hermanas donan ropa, entonces, sin importar si la merecen o si deberían tenerla, tratan de conseguirla y entran en acción más proactivamente que nadie; cuando oyen que en la casa de Dios hay que hacer un trabajo o que hay que llevar a cabo algunas tareas sucias o agotadoras, se esconden inmediatamente y no los puedes encontrar en ninguna parte. Tales personas son astutas y taimadas, de baja calidad humana; ¡son despreciables, detestables y repugnantes!

Usar las diversas manifestaciones de los anticristos al malversar los bienes de la casa de Dios para diseccionar su preocupación por sus propios beneficios en todos los aspectos nos permite ver que estas personas son incrédulas, materialistas, gente de una calidad humana despreciable, miserable e inferior, detestable, y que no son objetivo de la salvación de Dios. La definición de tales personas no necesita situarse a la altura de que sienten aversión por la verdad; ya podemos desentrañarlas en lo que respecta a su humanidad y calidad humana, así que no hace falta llegar a un nivel tan alto como el de la relación con la verdad. Por tanto, ya sea en la casa de Dios o en cualquier grupo de personas, esa gente debería ser siempre la más miserable y carente de calidad humana. Por supuesto, si se las evalúa en la casa de Dios mediante la verdad, parecen aún más despreciables y miserables. ¿Disponéis de más ejemplos de esta manifestación que exhiben los anticristos? (Un anticristo se estaba ocupando de la impresión de libros para la casa de Dios y malversó cientos de miles de yuanes de las ofrendas de Dios con facturas falsas. Después de investigarlo, se averiguó que, antes de empezar a hacer ese deber, su familia tenía muy poco dinero, pero que, después de comenzar a llevarlo a cabo, se había comprado una casa y un coche, si bien no se pudieron detectar tales cosas a partir de las cuentas. Toda su familia era realmente cruel y no fue posible recuperar las ofrendas). ¿Acaso los líderes y obreros no tenían responsabilidad directa en lo ocurrido? (Sí. Más adelante, cuando salieron a la luz más detalles, se descubrió que los líderes y obreros responsables en ese momento nunca habían comprobado las cuentas gestionadas por ese anticristo. Fueron negligentes en su deber, y esa situación se produjo por su falta de responsabilidad. Sin duda, fueron responsables directos de lo ocurrido). Por tanto, ¿se debería dejar constancia de sus transgresiones en el libro de registro de Dios? (Sí). ¿Qué medidas se tomaron después con respecto a esa gente? (A algunos se les echó y expulsó, y otros están devolviendo el dinero de las ofrendas). Es una manera adecuada de ocuparse de ellas. Los líderes y obreros fueron negligentes en su deber y fracasaron a la hora de cumplir bien con sus responsabilidades de supervisión en ese asunto. En particular, emplearon a la persona incorrecta y no hicieron ningún esfuerzo para vigilarla o supervisarla, no fueron capaces de descubrir a tiempo los problemas de esa persona que estaban usando, así que surgieron consecuencias graves, lo que causó que las ofrendas de Dios y los bienes de Su casa sufrieran pérdidas significativas; era responsabilidad de todas esas personas directamente responsables, y todas sus transgresiones deberían quedar registradas. Esa fue la desastrosa consecuencia que hicieron caer sobre sí mismos al no usar a la persona adecuada para el trabajo, lo que causó que la casa de Dios sufriera pérdidas y que, al final, el precio que se pagara fueran las ofrendas de Dios. Decidme, ¿son los anticristos siempre avariciosos o solo se les ocurren estas ideas malvadas cuando ven algo de valor? (Siempre son avariciosos). Por eso, cuando te asocias y te relacionas con tales personas, puedes descubrir su avaricia y sus deseos. Esto fue consecuencia de la falta de responsabilidad de los líderes y obreros, de que no discernieran a las personas, no las vieran con claridad ni les dieran buen uso, así que la responsabilidad recayó sobre ellos con todo su peso y merecieron la expulsión.

Hemos compartido anteriormente acerca de los aspectos más importantes de la naturaleza, la esencia y las actitudes de los anticristos, así como de la senda que siguen. Lo que estamos compartiendo y diseccionando hoy son las manifestaciones dentro del ámbito de la humanidad de los anticristos, y esto guarda relación con la vida real. Aunque se trata de un aspecto menor, puede ayudar a la gente a identificar ciertas manifestaciones de los anticristos, las cuales constituyen además ciertas características, señales y símbolos obvios de los anticristos. Por ejemplo, un anticristo ama el estatus, la fama, la ganancia y la influencia, es muy egoísta, despreciable y cruel, y no ama la verdad, así pues, ¿cómo es su humanidad y su calidad humana? Hay quien dice: “Aunque algunos anticristos aman la reputación y el estatus, tienen una calidad humana honorable y noble, y poseen conciencia y razón”. ¿Es esto correcto? (No). ¿Por qué no? No hablemos sobre qué esencia-carácter tienen los anticristos; fijémonos primero en su humanidad y calidad humana. No cabe duda de que no son buenas personas, no tienen dignidad, conciencia ni una calidad humana noble, ni mucho menos son personas que aman la verdad. ¿Pueden las personas con una humanidad como esa seguir la senda correcta? Desde luego que no, porque su calidad humana no posee la esencia que sigue la senda correcta, así que esas personas no pueden amar la verdad en ningún caso ni mucho menos aceptarla. A juzgar por la intención y la actitud con las que los anticristos hacen su deber, su calidad humana y humanidad hacen que la gente los rechace y sienta aversión por ellos, y Dios los desdeña en mayor medida. No importa qué deber realicen, siempre quieren malversar los bienes de la casa de Dios y pedir recompensas, dinero, cosas materiales y beneficios a Dios. ¿Y como qué clase de persona los ve Dios? Desde luego, estas personas no son buenas. Así pues, a Sus ojos, ¿cómo las define Dios exactamente? ¿Qué nombre les da a tales personas? Hay una historia documentada en la Biblia de la Era de la Gracia: Judas robaba a menudo de la bolsa del dinero y al final Dios lo utilizó para que rindiera un servicio, el de vender al Señor Jesús. El Señor Jesús fue crucificado, y Judas, que había desempeñado el papel de traicionar a su Señor y a sus amigos, murió al reventarle las entrañas. Por tanto, esas personas que malversan los bienes de la casa de Dios y que roban las ofrendas que le hacen a Dios son todas Judas a ojos de Dios; la implicación de esto es que Él llama Judas a estas personas. Aunque estos anticristos que ahora están condenados como Judas no hagan cosas como vender a su Señor y sus amigos como hizo este, su esencia-naturaleza es la misma. ¿Qué tienen en común? Aprovechan su posición y la oportunidad que les brinda el cumplimiento de su deber para robar y malversar los bienes de la casa de Dios. Por eso Dios llama Judas a esas personas y las equipara con aquel que vendió al Señor y a sus amigos. Es decir, estos anticristos que malversan y se apropian de los bienes de la casa de Dios son el equivalente a Judas, que vendió a su Señor y a sus amigos, y no hace falta pensar mucho para averiguar qué desenlace les está reservado a tales personas.

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