Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (IV) Parte 3
2. Usar a los hermanos y hermanas para que los sirvan y trabajen para ellos
Los beneficios que los anticristos se esfuerzan por obtener cuando hacen su deber no se limitan a los que acabamos de discutir, a dinero, objetos materiales, comida y cosas útiles; el ámbito de estos beneficios es muy grande. Por ejemplo, cuando los anticristos hacen un deber, explotan a los hermanos y hermanas en nombre del cumplimiento de ese deber, con lo que hacen que los hermanos y hermanas los sirvan y trabajen para ellos y les dan órdenes. ¿Acaso no es este un beneficio que los anticristos se esfuerzan por obtener? (Sí). Algunas personas siempre hacen todo por sí mismas en casa antes de convertirse en líderes de la iglesia, y parece que no albergan ambiciones ni malas intenciones. Sin embargo, una vez que son elegidas líderes de la iglesia y obtienen estatus, ¿lo siguen haciendo todo por su cuenta? Creen que son diferentes una vez que obtienen estatus, que deberían recibir un trato especial en la casa de Dios y deben aprender a movilizar el “poder de las masas” para lograr conjuntamente su propio “deber”; cualquier labor en su hogar se convierte en un trabajo que pertenece al ámbito de la iglesia, y reparten sus tareas domésticas y las labores diarias entre los hermanos y hermanas. Por ejemplo, cuando hay que hacer alguna tarea en su hogar, les dicen a los hermanos y hermanas: “He estado ocupado con el trabajo de la iglesia este último par de días. ¿Tiene tiempo alguno de vosotros para ayudarme con una tarea?”. Tres o cinco personas se presentan voluntarias y, transcurrido cierto tiempo, se termina la tarea. Estos líderes piensan: “Muchas manos hacen el trabajo más ligero. Es bueno ser líder, basta con que diga algo y se hace. Cuando haga falta hacer algo en casa en el futuro, haré que los hermanos y hermanas me ayuden”. Mientras la situación continúa, no desempeñan mucho trabajo como líderes de la iglesia, pero hacen una barbaridad de arreglos para que la gente vaya a trabajar a su propia casa, e incluso lo apuntan en su calendario. ¡Qué líderes de iglesia más “ocupados”! Nunca tenían mucho que hacer en casa antes de ser líderes, sin embargo, una vez que lo son, empieza a haber mucho que hacer. Algunos hermanos y hermanas les plantan cultivos, otros les riegan la tierra, les siembran verduras o les quitan las malas hierbas, otros ponen fertilizante y algunos los ayudan vendiendo sus verduras y luego les entregan todo el dinero que recaudan, sin quedarse ni un céntimo. Después de convertirse en líderes de la iglesia, su vida doméstica prospera; hagan lo que hagan, la gente siempre los apoya y los ayuda, y cada una de sus palabras resulta muy eficaz. Se sienten muy felices y complacidos, y piensan cada vez más: “Este título de líder de la iglesia es maravilloso y tener estatus es fantástico. Si alguna vez me falta alimento en casa, solo tengo que decir la palabra adecuada y la gente me dará comida, y ni siquiera querrán dinero a cambio. ¡Qué vida más cómoda! Dios verdaderamente me bendice gracias a mi fe. ¡Esto es una gran bendición y es de veras la gracia de dios! Dios es muy grande, ¡demos gracias a dios!”. Cada vez que alguien acaba de servirlos o de recibir sus órdenes, estos líderes siempre “dan gracias a dios” y “lo aceptan de parte de dios”. Estos líderes de la iglesia insignificantes pueden servirse de su posición hasta este punto, ¿podríais hacerlo vosotros? ¿Seríais capaces de hacer algo semejante? ¿Por qué compite la gente para convertirse en líder? ¿Por qué compiten por estatus? Si no se pudiera obtener ninguna ventaja, ¿competiría alguien por estatus? Si el estatus por el que compitieran implicara esforzarse y trabajar como un animal, nadie se molestaría. Precisamente porque se pueden obtener muchas ventajas al tener estatus, la gente se desvive por conseguirlo y compite por él. Ser un líder de la iglesia insignificante les aporta enormes beneficios, así como grandes comodidades y numerosas ventajas en la vida. ¿Qué clase de persona se comporta así? ¿Se trata de alguien que persigue la verdad? ¿Alguien con humanidad y conciencia? ¿Alguien con un corazón temeroso de Dios? (No). Creen que ejercen como líderes de la iglesia para todos y para la casa de Dios, y no piensan en ello como un deber. Creen que cualquier trabajo que realizan como líderes de la iglesia se lleva a cabo a base de sacrificar su vida doméstica, por lo que los hermanos y hermanas deben compensarles por el precio que pagan. Si no disponen de tiempo para hacer las tareas del hogar, entonces los hermanos y hermanas deben ayudarles a hacerlas; si no tienen tiempo para trabajar en el campo, entonces los hermanos y hermanas deben aparecer en su terreno y hacer por ellos el trabajo como si ese fuera su deber. Sea lo que sea a lo que hayan renunciado por ser líderes de la iglesia, los hermanos y hermanas deben compensarlos doblemente por ello. Esas son algunas de las cosas para las que los anticristos utilizan los servicios de los hermanos y hermanas para que los sirvan y que les ordenan hacer en beneficio de su propia vida personal mientras llevan a cabo su deber. Una vez que un anticristo se convierte en líder, no dejará pasar semejante oportunidad y de ninguna manera se quedará mirando mientras se le escapan esas ventajas entre los dedos. En su lugar, hacen exactamente lo contrario: se sirven de cada momento y aprovechan cada oportunidad para utilizar a los hermanos y hermanas para que trabajen para ellos, para tenerlos como bestias de carga. Explotan la necedad y honestidad de los hermanos y hermanas, e incluso su mentalidad de hacer de buena gana sus deberes y pagar un precio por Dios, para conseguir que les sirvan. Entretanto, también fingen que algunas palabras son la verdad y las utilizan para educar a los hermanos y hermanas, de modo que asimilen la siguiente idea: los líderes también son humanos, también tienen familias, y también deben vivir su vida, y si un líder no tiene tiempo para ocuparse de sus tareas domésticas, los hermanos y hermanas deben considerar estas tareas como su propio deber; no debería hacer falta que el líder les pidiera hacer esas cosas que él no puede hacer, sino que deberían hacerlas de forma activa y voluntaria. Muchos hermanos y hermanas sirven a estos líderes gustosamente bajo este tipo de hechizo e inducción. Este es el objetivo que los anticristos pretenden alcanzar al hacerse con el poder y el estatus, y es una de las tareas que desean llevar a cabo y uno de los beneficios a los que desean aspirar al hacerse con el poder y el estatus. ¿Hay mucha gente así? (Sí). Estas personas son satanases. Los que carecen de la verdad y no siguen la senda correcta son capaces de cosas así, aunque solo tengan un ápice de estatus. ¿Son estas personas dignas de lástima? ¿Qué opinas de su calidad humana? ¿Tienen conciencia o razón?
En algunas iglesias, hay hermanos y hermanas que no suelen permanecer en sus propios hogares, sino que en vez de eso permanecen en el hogar del líder de su iglesia durante mucho tiempo. ¿Por qué se hospedan a menudo en la casa de su líder? Porque, desde que este ocupó la posición de “líder”, en su casa empezó a hacer falta un empleado doméstico a largo plazo. El líder elige a una hermana y esta se convierte en la empleada doméstica dedicada de la casa del líder. Esta hermana se convierte en empleada doméstica, ¿y en qué se convierte su deber entonces? No hace el deber que le corresponde ni trabajo relacionado con la iglesia, sino que en su lugar atiende a todas las generaciones de la familia del líder en su vida cotidiana y le parece que está completamente justificado que sea ella la que se ocupe de las tareas domésticas del líder, y no tiene ninguna queja ni nociones al respecto. ¿Quién es aquí el problema? No importa cuánto trabajo tenga que hacer un líder de la iglesia o a cuántas personas lidere, ¿realmente está tan ocupado? ¿De verdad no puede arreglárselas en su vida diaria? Aunque fuera así, eso es asunto suyo. ¿Qué tiene que ver nadie en eso? Si los hermanos y hermanas no prestan atención o permanecen ociosos, tales líderes se ponen agresivos y se aprovechan de eso para “compartir la verdad” con ellos, y debido a este asunto se poda a los hermanos y hermanas. ¿Qué está sucediendo aquí? Cuando la ropa de cama de su casa está sucia, los hermanos y hermanas tienen que lavarla, cuando su hogar está desordenado, los hermanos y hermanas tienen que ordenarlo, así como cocinar a la hora de comer; estos líderes se convierten en gandules, y así es el modo en que actúan como líderes. Cuando tales personas tienen estas manifestaciones y esta clase de humanidad, ¿son capaces de perseguir la verdad? (No). ¿Por qué no? (Tales personas carecen demasiado de humanidad y son demasiado despreciables. Es tan sencillo como que no se interesan por la verdad). Si no se interesan por la verdad, ¿por qué se convierten en líderes? (Lo hacen para buscar reputación y estatus y exhibirse a sí mismos). No lo puedes explicar con claridad, ¿verdad? ¿Qué clase de personas pueden explotar a los hermanos y hermanas para hacer que trabajen para ellas y les sirvan? ¿No es esta una de las características obvias de los anticristos? Buscar solo su propio beneficio en todas las cosas, preocuparse solo por su propia ganancia y su pérdida, y no considerar si actuar de esa manera se conforma a la verdad, si existe humanidad en ello, si complace a Dios, si los hermanos y hermanas pueden sacar algún beneficio o edificación de ello; no consideran esas cosas, sino solo su propia ganancia y pérdida, así como si pueden obtener beneficios tangibles. Esta es la senda que siguen los anticristos y es la calidad humana de estos. Así es un tipo de persona que posee estatus. Algunas personas no tienen estatus y hacen deberes corrientes, y cuando adquieren algunas cualificaciones, también quieren hacer que otros les sirvan. Otras hacen unos cuantos deberes arriesgados y también quieren ordenar a otros que les sirvan. Hay además algunas que hacen deberes especiales y que consideran sus deberes como una condición básica, una moneda de cambio y una especie de capital mediante el cual hacer que los hermanos y hermanas las sirvan. Por ejemplo, algunas personas conocen habilidades profesionales especiales que otros no han aprendido ni captado. Cuando empiezan a hacer un deber relacionado con estas habilidades profesionales en la casa de Dios, piensan que son diferentes a otras personas, que se les coloca en una posición importante en la casa de Dios, que ahora ocupan los escalafones superiores y, especialmente, que su valía se ha redoblado y son respetables. En consecuencia, creen que hay ciertas tareas que no necesitan hacer ellas mismas, que es natural ordenar a los demás que les sirvan sin remuneración en esas labores diarias como llevarles comida o hacer la colada. Los hay incluso que usan la excusa de que están ocupados con su deber para hacer que los hermanos y hermanas hagan por ellos esto o aquello. Aparte de las cosas que no les queda otro remedio que hacer por sí mismos, les endosan a otros todo en lo que estos les puedan servir o lo que les puedan ordenar que lleven a cabo. ¿Y eso por qué? Piensan: “Tengo capital, soy respetable. Soy un talento poco común en la casa de dios, hago un deber especial y soy un receptor principal del cultivo de la casa de dios. Ninguno de vosotros es tan bueno como yo, todos estáis en un nivel inferior. Yo soy capaz de hacer una contribución especial a la casa de dios y vosotros no. Por tanto, deberíais servirme”. ¿Acaso no son estas exigencias excesivas y desvergonzadas? Todo el mundo alberga estas exigencias en el corazón, pero por supuesto los anticristos exigen aún más estas cosas de manera implacable y desvergonzada, y da igual cómo hables sobre la verdad con ellos, no renunciarán a ellas. La gente corriente también posee estas manifestaciones de los anticristos, y si tienen un poco de talento o hacen alguna pequeña contribución, creen que merecen disfrutar de un trato especial. No se lavan la ropa ni los calcetines y hacen que otros lo hagan por ellos, además de realizar algunas exigencias irracionales que van en contra de la humanidad. ¡Carecen mucho de razón! Estas ideas y exigencias que la gente tiene no entran en el reino de la racionalidad; si nos fijamos primero en el extremo inferior de la escala, no se conforman a los estándares de la humanidad y la conciencia, y en el extremo superior de la escala, no se conforman a la verdad. Todas esas manifestaciones se pueden englobar en la categoría de anticristos que se esfuerzan por obtener su propio beneficio. Todos los que poseen actitudes corruptas son capaces de hacer esas cosas, y además se atreven a hacerlas. Si alguien tiene un poco de talento y de capital y realiza alguna contribución, a continuación quiere explotar a los demás, servirse de la oportunidad que supone el cumplimiento de su deber para luchar por su propio beneficio, tener las cosas dispuestas para él y disfrutar de la felicidad y el trato que provienen de ordenar a los demás que lo sirvan. Incluso hay algunos que renuncian a sus familias y trabajos para cumplir con su deber, y durante ese tiempo desarrollan alguna enfermedad leve y, a consecuencia de ello, se ponen sentimentales y se quejan de que nadie se preocupa por ellos ni los cuida. Haces tu deber por ti mismo, cumples con tu propio deber y tu propia responsabilidad, ¿qué tiene que ver eso con los demás? Sea cual sea el deber que uno cumpla, no se hace nunca para otra persona ni al servicio de alguien, de modo que nadie tiene la obligación de servir a otros sin recibir recompensa ni de recibir órdenes de nadie. ¿Acaso no es esta la verdad? (Sí). Aunque Dios exige que las personas sean amorosas, así como pacientes y tolerantes con los demás, uno no puede exigirle subjetivamente a nadie que sea así, y hacerlo no es razonable. Si alguien es capaz de ser tolerante y paciente contigo y de mostrarte amor sin que tú se lo exijas, eso es decisión suya. Sin embargo, si los hermanos y hermanas te sirven porque tú se lo exiges, si les das órdenes impuestas a la fuerza y los explotas, o si te sirven porque los embaucas para que lo hagan, entonces existe un problema contigo. Algunos incluso se aprovechan de la oportunidad que supone el cumplimiento de su deber y a menudo lo utilizan como pretexto para extorsionar a ciertos hermanos y hermanas pudientes, y hacer que les compren esto o aquello y les proporcionen servicios. Por ejemplo, si les hace falta más ropa, le dicen a un hermano o hermana: “Sabes hacer ropa, ¿verdad? Hazme algo para que me lo ponga”. El hermano o la hermana responde: “Saca la cartera entonces. Compra tú la tela y te haré algo”. En lugar de sacar el dinero, obliga al hermano o a la hermana a que compre la tela. ¿Acaso no es engañosa la naturaleza de este acto? Explotar la relación entre hermanos y hermanas, explotar su propio capital, explotar la oportunidad que supone el cumplimiento de su deber para exigir todo tipo de servicios y tratos a los hermanos y hermanas y ordenar a estos que trabajen para ellos; todas estas son manifestaciones de la inferior calidad humana de los anticristos. ¿Pueden estas personas perseguir la verdad? ¿Pueden cambiar lo más mínimo? (No). Al oírme hablar de esta manera, tal vez algunos se den cuenta de que hacer estas cosas es malo y sean capaces de refrenarse un poco, pero ¿refrenarse equivale a ser capaz de buscar y practicar la verdad? Refrenarse es simplemente darse cuenta y tener consideración por la propia imagen y vanidad. Tras oírme hacer esta disección, esas personas perciben la gravedad del problema y se dan cuenta de que no pueden volver a cometer un error, y de que, si permiten que los hermanos y hermanas las disciernan, quedarán en evidencia y serán rechazadas. Su comprensión solo alcanza hasta ese punto, pero no es posible eliminar sus deseos y su avaricia de su corazón.
Hay quien piensa: “Me esfuerzo por la casa de dios, he hecho muchas contribuciones a su casa y llevo a cabo un deber en el que nadie puede sustituirme. Cuando tengo necesidades, los hermanos y hermanas y la casa de dios están obligados a echarme una mano para cumplir mis requisitos. Me deberían servir de manera incondicional en todo momento y sin necesidad de recompensa alguna”. ¿No es esta una manera vergonzosa de pensar? ¿Acaso no es una manifestación de calidad humana inferior? Por ejemplo, todo el mundo se pone enfermo a veces, pero cuando esto les sucede a algunas personas, nunca van por ahí contándoselo a la gente, sino que continúan haciendo sus deberes como les corresponde. Nadie lo sabe ni a nadie le importa, y no se quejan en privado ni demoran sus deberes. Sin embargo, algunos simulan estar enfermos cuando no lo están, actúan como emperatrices o nobles, intentan por todos los medios que la gente los atienda y hacen todo lo que está en su mano para obtener un trato especial. Fingen estar enfermos sin estarlo y, si se ponen enfermos de verdad, resulta todavía más molesto, pues quién sabe cuánta gente sufrirá entonces bajo su mando y no parará de recibir órdenes suyas. Cuando alguien así se pone enfermo, es una desgracia que recae sobre todo el mundo; algunos le preparan sopa de pollo, otros le hacen un masaje, otros le dan de comer y hay quienes lo ayudan a caminar; ¿acaso no sufre mucha gente? (Sí). En realidad era solo una enfermedad corriente y leve, pero ha de simular que es grave, una enfermedad terminal. ¿Por qué ha de fingir? Para engañar a los hermanos y hermanas para que le rindan servicio, lo atiendan y lo sirvan. ¿Acaso no es desvergonzada esta gente? (Sí). ¿Hay mucha gente así? ¿Acaso no sois todos así? (Aún no me identifico con esto). Que no te hayas sentido identificado demuestra que normalmente no examinas tu comportamiento en tu vida diaria, no examinas tus pensamientos ni tu esencia-naturaleza ni aceptas el escrutinio de Dios. Algunos se cansan un poco en el desempeño del deber y pierden un poco de sueño por las noches, algo que presentan como si fuera una situación terrible. Cuando se levantan a la mañana siguiente, se quejan: “Anoche no pegué ojo, el deber me ha tenido tan ocupado estos días que he estado demasiado cansado para dormir. ¡Corre y ve a por alguien para que me dé un masaje!”. De hecho, han dormido seis horas. Sea cual sea el problema que tengan, siempre culpan de ello a su deber. Cuando están cansados, sufren o están enfermos y se sienten incómodos, siempre culpan de estas cosas a su deber. ¿Por qué culpan a su deber? No pretenden más que obtener algunas ventajas, hacer que todo el mundo simpatice con ellos y luego poder justificar el hecho de que pidan a la gente que los sirva y atienda. ¿Qué clase de personas son aquellos que quieren actuar como emperadores y emperatrices y hacer que otros los atiendan? Tienen poca calidad humana y son repugnantes. Cuando algunas personas se encuentran un poco mal y a veces no pueden digerir la comida, lo presentan como si fuera algo excepcionalmente grave, montan un tremendo alboroto y encuentran enseguida a alguien que les dé un masaje. Cuando el masaje les duele lo más mínimo, lloran y gritan muy alto, queriendo decir: “Hasta recibir un masaje me supone un sufrimiento. Si dios no me da una recompensa y me hace perfecto, ¡de veras saldré perdiendo!”. Cuando padecen algo de sufrimiento y pagan el más mínimo precio, quieren anunciarlo bien claro para que todo el mundo en la tierra lo sepa. ¿Acaso no haces tu deber para ti mismo? ¿No haces tu deber ante Dios? ¿Para qué anuncias tu sufrimiento a los demás? ¿No es eso superficial? ¡Tales personas tienen una calidad humana baja y son muy repugnantes! ¿En qué otros aspectos son miserables estas personas? También exhiben algunos hábitos y manías especiales, con la esperanza de hacer que la gente sepa que son distintas de los demás y muy preciadas y que necesitan gran cuidado y protección. Por ejemplo, cuando alguien diga que no tiene apetito y no puede comer nada, una persona así se agarrará la barriga y dirá que también le duele el estómago, pero insistirá en hacer su deber y le ordenará a alguien que vaya a toda prisa a traerle un medicamento para el estómago. Una vez le dije a alguien: “Mira, solo puedo comer pequeños bocados y Mi estómago no tolera comidas ni bebidas frías”. Cuando esta persona me oyó decir aquello, contestó: “¿Tu estómago no tolera las cosas frías? El mío tampoco”. Pregunté: “¿Cómo es que tu estómago no tolera las cosas frías?”. Contestó: “En cuanto tengo frío, me duele la barriga; no tolera las cosas frías”. Al tiempo que decía esto, pelaba un plátano y lo devoraba en unos pocos bocados. Le dije: “La intolerancia de tu estómago a las cosas frías debe ser increíble, ya que has engullido ese plátano en unos pocos bocados. ¿Es verdad que tu estómago no tolera las cosas frías?”. ¿Acaso esa gente no es desvergonzada y carece de racionalidad? Si una persona carece de racionalidad y sentido de la vergüenza en su humanidad normal, no es humana en absoluto, sino una bestia. Las bestias no pueden entender la verdad ni poseen la integridad, dignidad, conciencia y razón de la humanidad normal. Como estas personas no tienen vergüenza ni dignidad, cuando hacen una pequeña parte del deber y soportan unas pocas adversidades, quieren anunciarlo al mundo entero para que todos reconozcan sus esfuerzos, tengan una renovada admiración hacia ellas y Dios les conceda un trato especial, las trate con amabilidad y las bendiga. Al mismo tiempo, alguien debe servirles de inmediato, responder a sus exigencias y estar a su disposición. Cuando tienen sed, alguien tiene que servirles té; cuando tienen hambre, alguien ha de darles comida. Siempre han de tener a alguien que les sirva, haga lo que pidan y satisfaga sus necesidades. Es como si su carne hubiera nacido para otra persona y necesitaran de manera innata a alguien que las atendiera, como si carecieran de la capacidad de cuidar de sí mismas si nadie las atendiera, y como si fueran minusválidas. Cuando no disponen de alguien al que decirle qué hacer, o al que puedan ordenar que trabaje para ellas o les sirva, se sienten solas y vacías, como si la vida no tuviera sentido ni hubiera esperanza en ella. Cuando encuentran una oportunidad y una excusa para hacer que otros les sirvan y atiendan, se sienten satisfechas y felices, como si vivieran en las nubes. Piensan que la vida es así de maravillosa, que la fe en Dios es así de estupenda, que ese es el significado de la fe en Dios y que así es como un creyente debe creer en Él. Su entendimiento de un deber consiste en esforzarse y cumplir sus responsabilidades sobre la base de hacer que otros les sirvan y de tener la libertad de darles órdenes a los demás; ese es su deber. Creen que siempre deben recibir una recompensa por su deber, que siempre deben obtener algo e intentar lograr algo. Si no intentan obtener dinero ni cosas materiales, tratan de obtener placeres y goces carnales, y cuando menos, su carne debería hallarse en un estado de deleite y bienestar, y entonces estarán contentas, tendrán la energía para hacer su deber y lo podrán hacer con algo de lealtad. ¿Tiene esa gente un entendimiento distorsionado de la verdad o es que simplemente no la aceptan por su calidad humana inferior? (Tienen una calidad humana inferior, así que no aceptan la verdad). Estas personas son incrédulos de la cabeza a los pies, son la descendencia de los anticristos y la personificación de estos.
Hay algunos actores en la casa de Dios que disfrutaban actuando y les gustaba la profesión de la interpretación cuando estaban en el mundo, pero que no fueron capaces de lograr sus ambiciones allí. Ahora han venido a la casa de Dios y sus deseos por fin se han hecho realidad: pueden trabajar en la profesión que les gusta, su corazón rebosa una alegría indescriptible y, al mismo tiempo, le agradecen a Dios que les conceda esta oportunidad. Uno de ellos acabó teniendo la fortuna de hacerse con un papel protagonista, y entonces sintió que era una persona de prestigio y valía, y que debería hacer algo por el bien de los suyos propios. Se fijó en lo que hacían las celebridades y las estrellas en el mundo, en cómo se comportaban, cuál era su estilo y qué modo de vida tenían, y las copió e imitó, pues creía que eso era vivir una vida de calidad y nobleza. Por tanto, desde el momento que consiguió el papel protagonista y se convirtió en una “estrella”, empezó a darse aires. ¿Hasta qué punto se dio aires? Una vez se produjo un pequeño incidente que puede explicar este problema. Cuando todo el mundo en el equipo estaba listo para empezar a rodar, resultó que esta particular “estrella” no tenía bien pintada una ceja, y todos tuvieron que esperarla, girar a su alrededor y servirla. Pasaron diez minutos, luego veinte, y a la estrella le parecía que no le habían pintado muy bien la ceja, así que hizo que el maquillador se la borrara y se la volviera a pintar. Pasó una hora y todo el elenco y el equipo estaba esperando a que le pintaran bien la ceja a esta “estrella” antes de poder empezar a rodar; todo el mundo tenía que servir a esta persona y girar en torno a ella. ¿Qué clase de persona es esta? ¿Es normal? ¿Es alguien con humanidad? No. Es una persona del bando de Satanás, es de Satanás y no es alguien de la casa de Dios. ¿Hay estrellas en la casa de Dios? La casa de Dios no tiene estrellas, solo hermanos y hermanas; solo hay deberes diferentes, no hay diferencia entre los puestos altos y los bajos. Por tanto, ¿en qué se basó esta persona para hacer esperar a los hermanos y hermanas? Una cosa está clara, pensaba que era más importante que los demás, que su deber tenía más peso que el de otros, que la actuación no se podía grabar sin ella y que, sin su presencia, los demás harían sus deberes para nada. Por eso todo el mundo tenía que servirla, pagar un precio y armarse de paciencia para esperarla, y nadie podía quejarse. Aparte de carecer de humanidad, ¿de dónde saca la gente así los principios para actuar de esa manera? ¿Provienen sus principios de la verdad y de las palabras de Dios, o de las actitudes humanas corruptas? (De las actitudes humanas corruptas). Aquellos que pertenecen al bando de Satanás no solo tienen las actitudes corruptas de este, sino que sus acciones, comportamiento y manifestaciones en los grupos de personas son también detestables. ¿Por qué son detestables? Siempre quieren apropiarse de una situación, manipular a la gente y hacer que otros giren a su alrededor y los conviertan en la figura central. Al hacer esto, se colocan a sí mismos claramente en una posición más elevada que el resto; quieren alzarse sobre los demás y controlarlos. ¿Es eso algo que debería hacer la gente? (No). ¿Quién lo hace? (Satanás). Eso es algo que hace Satanás. Entre las verdades donde Dios exige a las personas que lleven a cabo sus deberes, ¿existe algún requerimiento para que la gente se adueñe de una situación y controle los pensamientos y el comportamiento de todo el mundo durante el cumplimiento de su deber? (No). Por tanto, ¿de dónde viene esto? Esta es una naturaleza satánica con la que nace la gente. Las personas son satanases y han poseído esta naturaleza desde su nacimiento. No hay necesidad de que lo aprendan, no necesitan que nadie se lo enseñe y no importa cómo compartas la verdad con ellas, no se desprenderán de ello. Se dio también el caso de alguien que tenía algunos cabellos sueltos que no le habían colocado en su lugar antes de entrar a escena para actuar. El aspecto que presentaba era bueno, sin embargo, no quiso subir al escenario cuando le tocó actuar; por mucho que le insistieron los hermanos y hermanas, no sirvió de nada. Se consideraba una estrella, un faro; hizo que todo el mundo pagara un precio y perdiera el tiempo por unos pocos mechones sueltos, y todo el mundo la tuvo que servir solo a ella. ¿Es esa una manifestación que debería tener alguien con una humanidad normal? ¿Cuál es la naturaleza de ese acto? ¿Acaso no se daba aires? No era responsable y no atendía a razones. Por lo que a ella respectaba, su deber era más importante que el de cualquiera, y todos tenían que servirla. Pensaba: “Si es necesario un día entero para colocar estos dos mechones con un secador, me tendréis que esperar todo el día; si hacen falta dos días, pues esperaréis dos días, y si se requiere toda una vida, entonces tendréis que esperar una vida entera. Qué más dan la obra y los intereses de la casa de dios, ¡los míos van primero! Si no puedo colocarme el mechón en su sitio, ¿acaso no se dañará mi imagen cuando me ponga delante de la cámara? Mi imagen es muy importante. ¡Los intereses de la casa de dios no significan nada!”. ¿Qué tipo de persona es esa? Esa clase de persona también diría: “Amo a dios, doy testimonio de él, hago mi deber por él y renuncio a todo”. ¿No es todo eso una mentira? No pueden desprenderse de algo como colocarse un pelo o dos, entonces ¿de qué van a poder desprenderse? ¿A qué van a poder renunciar? ¡Todas sus renuncias son falsas! La gente así es del todo irracional, no tienen conciencia y tienen una calidad humana inferior, y están todavía más lejos de amar la verdad. Dado que su humanidad no está a la altura, nadie habla con ellos sobre la verdad, no son dignos de ella y su calidad humana no alcanza el nivel adecuado. Y con una humanidad tan vulgar, ¿no sería hablar con ellos sobre la verdad igual que hacerlo con un cerdo o un perro? Cuando tengan algo de semejanza humana y puedan hablar como seres humanos, la gente hablará sobre la verdad con ellos, pero ahora mismo no se lo merecen. Hay muchos como ellos, bastantes. Por tanto, ¿por qué algunas personas no manifiestan esas cosas? Porque todavía no se han encontrado con la oportunidad; es solo porque su calibre y talento son muy corrientes y no han tenido ocasión de ocupar el primer plano ni han obtenido algo de capital, pero en su fuero interno están intrigando, sus planes aún están en un estado de gestación. Por eso no han mostrado una revelación de esa clase. No obstante, no contar con ese tipo de revelación no significa que no tengan esa naturaleza. Si no persigues la verdad y sigues la senda de los anticristos, tarde o temprano llegará un día en el que dejes escapar esta revelación. Tú eres tú, y carecer de humanidad es carecer de humanidad; no te puedes convertir en alguien con humanidad por medio del fingimiento o porque no tengas talento y seas de poco calibre. Por tanto, solo hay una senda: cuando una persona es capaz de aceptar la verdad y que se la pode, su calidad humana puede mejorar en cierto modo. Cuando puede afrontar estos hechos, abordarlos correctamente y luego ser capaz de examinar y revisar con frecuencia su propio comportamiento y las profundidades de su corazón, puede volverse mejor y contenerse un poco. ¿Qué propósito se puede lograr al contenerse un poco? No te sentirás tan avergonzado, tu reputación mejorará en cierta medida, no le darás asco a la gente, Dios no te detestará y, de esta manera, puede que aún tengas la oportunidad de que te salve. ¿No es ese el mínimo de razón que debería poseer un ser humano? ¿Acaso no es fácil para alguien con un ápice de conciencia y razón practicar y entrar así?
Cuando me oís hablar de tales personas, os sentís bastante tranquilos, pero si me refiriera a cierta gente entre vosotros, ¿cómo os sentiríais entonces? ¿Reaccionaríais con normalidad? Déjame decirte algo: si quieres lograr una transformación en el carácter y entrar en la realidad-verdad, debes superar una prueba tras otra. No infravalores estos asuntos; si tu humanidad no está a la altura, no solo los hermanos y hermanas se sentirán asqueados contigo, sino que Dios tampoco te perfeccionará ni te salvará. Las condiciones más básicas para que Dios salve a alguien es que esa persona posea humanidad, razón y conciencia, y ha de conocer la vergüenza. Cuando alguien así acude ante Dios y oye Sus palabras, Dios lo iluminará, liderará y guiará. Los que no poseen humanidad, conciencia, razón o sentido de la vergüenza nunca estarán cualificados para acudir ante Dios. Aunque escuches sermones y conozcas algunas doctrinas, no se te esclarecerá y siempre serás incapaz de entrar en la realidad-verdad. Si no eres capaz de entrar en la realidad-verdad, no hace falta mucho para darte cuenta de que tus esperanzas de lograr la salvación son nulas. Si solo posees estas manifestaciones de los anticristos y el carácter y la esencia de estos, y no cuentas con ninguna de las manifestaciones de la humanidad normal que Dios requiere que tengas, entonces corres un gran peligro. Si puedes identificarte con cada una de esas manifestaciones y esencias de los anticristos que estoy poniendo al descubierto, así como con sus acciones y revelaciones, si las posees todas en mayor o menor medida, entonces eso es muy peligroso para ti. Si aun así no persigues la verdad y esperas a que te clasifiquen como anticristo, estarás totalmente acabado. ¿Qué es una enfermedad mortal: tener la esencia de un anticristo o el carácter de uno? (Tener la esencia de un anticristo). ¿Es así? (Sí). Piénsalo detenidamente y luego vuelve a responder. (Tanto tener la esencia de un anticristo como el carácter de uno son enfermedades mortales). ¿Y eso por qué? (Porque las personas con la esencia de un anticristo no perseguirán la verdad, y lo mismo sucede con las personas con el carácter de un anticristo. Sea cual sea el problema con el que se encuentren, aquellos con el carácter de un anticristo nunca se centran en perseguir la verdad y no tienen siquiera un mínimo de humanidad y razón; la gente así es incapaz de obtener la verdad y de lograr la salvación; esto también es una enfermedad mortal). ¿A quién más le gustaría hablar? (Mi comprensión es que ninguna de esas dos cosas es una enfermedad mortal, pero el hecho de que alguien no persiga la verdad sí que lo es). Es una manera interesante de verlo. Sin embargo, hay una condición previa para ello, que es la esencia de un anticristo. Aquellos que poseen la esencia de un anticristo simplemente no persiguen la verdad, son incrédulos. Poseer la esencia de un anticristo es de lo más peligroso. ¿Qué significa tener la esencia de un anticristo? Significa que esa gente simplemente no persigue la verdad, solo el estatus, son los enemigos de Dios por naturaleza, son anticristos, son la personificación de Satanás, son diablos de nacimiento, no tienen humanidad, son materialistas, son incrédulos estándar, y tales personas sienten aversión por la verdad. ¿Qué significa que “sienten aversión por la verdad”? Significa que no creen que Dios sea la verdad, no reconocen el hecho de que Dios sea el Creador, y mucho menos reconocen que Él tenga soberanía sobre todas las cosas y sobre todo. Por tanto, cuando a tales personas se les da la oportunidad de perseguir la verdad, ¿pueden hacerlo? (No). Dado que no pueden perseguirla y son siempre los enemigos de la verdad y de Dios, nunca podrán obtener la verdad. Ser siempre incapaz de obtener la verdad es una enfermedad mortal. Y todos aquellos que poseen el carácter de un anticristo comparten similitudes en cuanto al carácter con aquellos que poseen la esencia de un anticristo: exhiben las mismas manifestaciones, las mismas revelaciones, e incluso la manera en la que exhiben estas manifestaciones y revelaciones, su modo de pensar y sus nociones y figuraciones sobre Dios son los mismos. Sin embargo, para los que poseen el carácter de un anticristo, con independencia de si pueden aceptar la verdad y reconocer el hecho de que Dios es el Creador, mientras no persigan la verdad, su carácter de anticristo se convierte en una enfermedad mortal y por eso su desenlace será el mismo que el de aquellos con la esencia de un anticristo. Sin embargo, por fortuna hay algunos entre aquellos con el carácter de un anticristo que poseen humanidad, razón, conciencia y sentido de la vergüenza, que aman las cosas positivas y que poseen las condiciones para que Dios los salve. Como persiguen la verdad, esta gente logra el cambio de carácter, desecha sus actitudes corruptas y su carácter de anticristo, de modo que su carácter de anticristo deja de ser una enfermedad mortal para ellos y existe una posibilidad de que se salven. ¿En qué circunstancias se puede decir que poseer el carácter de un anticristo es una enfermedad mortal? Hay un requisito previo para esto, el de que, aunque estas personas reconozcan la existencia de Dios, crean en Su soberanía, crean y reconozcan todo lo que Dios dice y sean capaces de llevar a cabo su deber, siga faltándoles una cosa: nunca practican la verdad ni la persiguen. Así que su carácter de anticristo se vuelve fatal para ellas y puede costarles la vida. En lo que respecta a los que tienen la esencia de un anticristo, sean cuales sean las circunstancias, para estas personas no es posible amar la verdad ni aceptarla, y tampoco pueden obtenerla nunca. ¿Lo entiendes? (Sí). Lo entiendes. Repítemelo. (Aquellos con la esencia de un anticristo son los enemigos de Dios por naturaleza. No son en absoluto personas que amen y puedan aceptar la verdad, y es imposible que la obtengan jamás, así que para ellos su carácter de anticristo es una enfermedad mortal. En cambio, ciertas personas que poseen el carácter de un anticristo, si presentan el requisito previo de tener humanidad, razón, conciencia y sentido de la vergüenza, así como de amar las cosas positivas y perseguir la verdad, y luego logran un cambio de carácter por medio de la búsqueda de la verdad, sí están siguiendo la senda correcta y, para ellas, su carácter de anticristo no es una enfermedad mortal. Todo esto lo determina la esencia de esas personas y la senda que siguen). Es decir, no es posible que alguien con la esencia de un anticristo persiga nunca la verdad ni pueda alcanzar la salvación, mientras que aquellos con el carácter de un anticristo se pueden clasificar en dos clases: una persigue la verdad y puede lograr la salvación, y la otra no persigue la verdad en absoluto ni puede lograr la salvación. Aquellos que no pueden lograr la salvación son todos mano de obra, ciertos contribuyentes de mano de obra leales pueden perdurar y es posible que obtengan un resultado diferente.
¿Por qué no puede la gente con la esencia de un anticristo lograr la salvación? Porque esas personas no reconocen la verdad ni reconocen que Dios sea la verdad. No reconocen que haya cosas positivas ni las aman. En cambio, aman las cosas perversas y las negativas, son la personificación de todo lo que es perverso y negativo, y son los que expresan todas las cosas negativas y perversas, y por eso sienten aversión por la verdad, son hostiles a ella y la odian. ¿Pueden perseguir la verdad con una esencia tal? (No). Por tanto, es imposible que persigan la verdad. ¿Es posible transformar a un animal en otra especie? Por ejemplo, ¿se puede convertir a un gato en un perro o en un ratón? (No). Un ratón siempre será un ratón, a menudo se ocultará en agujeros y vivirá en las sombras. Un gato siempre será el enemigo natural de un ratón, y eso no se puede cambiar; siempre será así. Sin embargo, hay algunos entre aquellos con el carácter de un anticristo que aman la verdad y las cosas positivas, que están dispuestos a darlo todo por practicar y perseguir la verdad. Practican cualquier cosa que diga Dios, lo siguen sea cual sea Su guía, hacen cualquier cosa que Dios les pida, la senda que siguen se conforma por completo a la senda que requiere Dios, y persiguen de acuerdo con el rumbo y los objetivos indicados por Él. Respecto a los otros, aparte del hecho de que no persiguen la verdad, también siguen la senda del anticristo y no es complicado imaginar cuál será el desenlace de esas personas. No solo no obtendrán la verdad, sino que también perderán la ocasión de salvarse, ¡qué lamentables son! Dios les concede oportunidades y además les aporta la verdad y la vida, pero no aprecian esas cosas y no siguen la senda de ser hechos perfectos. No es que Dios favorezca a algunos más que a otros y no les dé oportunidades a esas personas, sino que la razón de que pierdan la ocasión de salvarse es que no aprecian tales ocasiones ni actúan como Dios lo requiere. Por tanto, su carácter de anticristo se convierte en fatal y provoca que pierdan la vida. Creen que entender algunas doctrinas y exhibir algunas acciones externas y un buen comportamiento significa que Dios no indagará en el asunto de su carácter de anticristo, que pueden ocultarlo y que, por consiguiente, no hace falta evidentemente que practiquen la verdad y pueden hacer cualquier cosa que quieran, así como obrar conforme a su propio entendimiento, métodos y deseos. Al final, no importa qué oportunidades les conceda Dios, insisten en aferrarse a su propio rumbo, siguen la senda de un anticristo y se convierten en los enemigos de Dios. No se convierten en enemigos de Dios porque Él los definiera como tal desde el comienzo; al principio Dios no los definió de ninguna manera, porque a Sus ojos no eran Sus enemigos ni personas con la esencia de un anticristo, sino que más bien eran solo personas con actitudes satánicas y corruptas. Por muchas verdades que exprese Dios, ellos siguen sin esforzarse por la verdad en su búsqueda. No pueden emprender la senda de la salvación y, en su lugar, siguen la senda de un anticristo, por lo que al final pierden la oportunidad de salvarse. ¿No es eso una vergüenza? ¡Es una enorme vergüenza! Estas personas son muy lamentables. ¿Por qué son lamentables? Al entender unas pocas palabras y doctrinas ya piensan que entienden la verdad; pagan un pequeño precio y exhiben algo de buen comportamiento en el cumplimiento de su deber y piensan que están practicando la verdad; tienen algo de talento, calibre y dones y pueden pronunciar algunas palabras y doctrinas, hacer algo de trabajo, realizar algunos deberes especiales, y con eso creen que han obtenido vida; pueden padecer un poco de sufrimiento y pagar un módico precio y piensan erróneamente que son capaces de someterse a Dios y de darlo todo por Él. Se sirven de su buen comportamiento externo, de sus dones y de las palabras y doctrinas con las que se han provisto para suplantar la práctica de la verdad; ese es su mayor problema, su punto fatal. Eso les hace creer erróneamente que ya se han embarcado en la senda de la salvación y que poseen estatura y vida. En cualquier caso, si al final no son capaces de lograr la salvación, no tienen a nadie a quien culpar más que a sí mismos. Esto se debe a que no se centran en la verdad, no la persiguen y están más que dispuestos a seguir la senda de los anticristos.
Ahora hay algunas personas que, después de escuchar sermones durante treinta años, siguen sin saber qué es verdad o qué es doctrina. Cuando abren la boca, lo único que sale de ella son teorías vacías, palabras para sermonear a los demás y consignas vacías, y solo hablan sobre cómo padecieron sufrimiento y pagaron un precio en el pasado, exhibiendo así su veteranía. Nunca hablan acerca de su autoconocimiento, sobre cómo aceptan la poda, cómo revelan actitudes corruptas, cómo compiten por fama y ganancia o qué revelaciones muestran del carácter de un anticristo. Nunca hablan sobre estas cosas, solo de sus contribuciones, y no mencionan sus transgresiones. ¿Acaso no se hallan en gran peligro? Algunos llevan escuchando sermones veinte o treinta años y siguen sin saber qué es la realidad-verdad o qué significa someterse a las instrumentaciones y los arreglos de Dios, y por eso sospecho que esas personas puede que no posean la facultad de entender las palabras de Dios. Después de escuchar sermones durante treinta años, piensan que tienen estatura, sin embargo, si no tienen estatus, pueden seguir siendo negativos y en privado llorarán y se quejarán, y puede que incluso desistan de su trabajo. Tras escuchar sermones durante treinta años, todavía pueden ser petulantes e irracionales cuando se les destituye, así como ponerse en contra de Dios. ¿Qué han entendido tras escuchar sermones durante tantos años? Si no han entendido qué es la verdad después de escuchar tantos sermones, ¿no es como si hubieran estado creyendo para nada? ¡A eso se le llama una fe atolondrada!
14 de marzo de 2020
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