Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (V) Parte 3

Cuarto caso: Uso fraudulento de ofrendas para saldar deudas

Antes, cuando vivía en China continental, nos hacía falta encontrar un lugar relativamente seguro para que se reunieran los colaboradores, así que dimos con una familia anfitriona. Esta familia estaba dispuesta a acogernos y ayudaba a proteger ese lugar. Sin embargo, pasado algún tiempo, la familia empezó a pensar: “Parece que tenéis planes de reuniros aquí a largo plazo. No podéis reuniros en otro sitio que no sea mi casa, así que debería aprovechar la oportunidad para sacar ventaja de la situación. ¿No sería estúpido lo contrario?”. Una vez, cuando nos reunimos para un encuentro de colaboradores y no habían llegado aún todos los asistentes, una persona vino a la casa de la familia anfitriona sin razón aparente y se sentó en el salón y se negaba a marcharse. La familia anfitriona dijo que esta persona había venido a cobrar una deuda, pues le habían pedido prestado dinero hace varios años y no se lo habían devuelto. ¿Qué creéis que estaba pasando aquí? Esta persona podría haber venido antes o después, pero resulta que apareció en ese momento exacto para cobrar una deuda. ¿Era mera coincidencia o lo había planeado alguien intencionadamente de este modo? Era inevitable desconfiar. La situación resultaba sospechosa. ¿Qué sucedía? ¿No sería que la familia albergaba malas intenciones y llamó a propósito a esta persona para que viniera? (Sí). Ordené: “Sacadlo de aquí enseguida”. La familia dijo: “No se irá hasta que le paguen”. Yo respondí: “¿Por qué no le pagáis?”. La familia vaciló, dando a entender que no le pagarían ni aunque tuvieran el dinero; querían un préstamo gratuito. El cobrador de deudas aguardaba allí y no se había marchado aún cuando algunos de los demás colaboradores estaban a punto de llegar. ¿Qué planeaba hacer la familia anfitriona? ¿Acaso no se trataba de una intriga premeditada? (Sí). Más tarde, le dije a alguien que le diera dinero a la familia para que se deshiciera enseguida del cobrador. Después de darle el dinero, el cobrador se fue en menos de media hora. El sentido común nos dice que no debería volver, pero este asunto aún no había terminado. Un mes después, el cobrador volvió antes de una reunión de colaboradores. La familia anfitriona dijo que la vez anterior solo se había pagado una parte de la deuda, no toda al completo. ¿Cuál era su objetivo al decir esto? Obligar a la casa de Dios a saldar de nuevo la deuda de la familia. Fue igual que la vez anterior, tras entregarle a la familia el dinero, el cobrador se marchó. A partir de entonces, cada vez que fuimos allí para reunirnos, el cobrador ya no regresó, pues habíamos pagado la deuda de la familia en dos plazos. Les preocupaba que, al pedir tanto dinero de golpe, no estuviéramos de acuerdo en pagar, así que lo solicitaron en dos plazos. ¿Cómo se debería contemplar este dinero? ¿Se lo prestó la casa de Dios a la familia o manipuló esta a la casa de Dios para que se lo diera? (La familia manipuló a la casa de Dios). De hecho, engañó a la casa de Dios para que le diera el dinero. Por tanto, ¿por qué se lo dio entonces? ¿Acaso no podría haberse negado a darle dinero? Después de todo, es razonable y legal para nosotros no dárselo, pero eso significaría que los colaboradores no podrían reunirse. ¿Cuál fue entonces nuestro raciocinio al dárselo? En aquel momento, Mi pensamiento era considerar este dinero un alquiler. Si alquiláramos un hostal o una instalación deportiva, ¿acaso no nos costaría también dinero? No podemos reunirnos en esos lugares ni tampoco es seguro. Aquí la familia ayuda a proteger el lugar y se garantiza nuestra seguridad, así que, ¿es razonable que la casa de Dios gaste algo de dinero para pagar sus deudas? (Sí). Lo único que sucede es que el dinero no se entregó de una manera honrada. Sin embargo, en un entorno como el del país del gran dragón rojo, a menudo es necesario hacer este tipo de cosas.

Hay quienes tienen una humanidad malvada y no están del todo dispuestos a hacer el deber de anfitrión. Los usamos para proteger el lugar donde nos encontramos, así que debemos permitirles sacar algo de ventaja de la situación. Sin embargo, después de sacar ventaja, ¿siguen siendo capaces de obtener la salvación? No. No es que Dios no los quiera salvar, sino que esta clase de persona no puede alcanzar la salvación. Engañan y se aprovechan de cualquiera. Cuando hacen sus deberes e intentan preparar alguna buena obra, siempre estafan algo deseable de ello, y sea quien sea aquel con el que se relacionen, se atienen al principio de limitarse a sacar provecho sin salir nunca perdiendo. Este es el principio que siguen para hacer deberes en la casa de Dios. Por tanto, ¿de dónde vienen estas “buenas obras”? Las compra y las paga la casa de Dios, no es que esa gente prepare por su cuenta esas buenas obras; no lo hacen. Proporcionan un lugar, la casa de Dios se gasta un dinero y lo considera un alquiler. Esto no tiene nada que ver con buenas obras y no se trata de una buena obra por su parte. ¿Qué clase de comportamiento es que una persona enarbole la bandera de proporcionarle un lugar a los hermanos y hermanas en nombre de la casa de Dios, a fin de adquirir fraudulentamente dinero o artículos de la casa de Dios? ¿Qué tipo de calidad humana tiene esta clase de persona? ¿Es este comportamiento capaz de ser conmemorado por Dios? ¿Dónde se clasifica su calidad humana en el corazón de las personas y en el de Dios? Se supone que preparar buenas obras es algo que te corresponde hacer; tú preparas buenas obras en aras de tu destino y lo haces todo en tu propio beneficio, no el de los demás. Al hacer lo que debes, ya has recibido una recompensa y obtenido la cosa deseable que pretendías, de modo que, ¿cómo te ve Dios en Su corazón? Haces cosas buenas para obtener algo que te interese, no para obtener la verdad o la vida, y menos aún para satisfacer a Dios. ¿Puede Él incluso así salvar a esa clase de gente? No. Solo preparan alguna buena obra pequeña y cumplen con una pequeña obligación y deber, aun así, ponen la mano y piden un pago a la casa de Dios, entran en disputas con Él por algo insignificante, se les ocurren toda clase de maneras de engañar a la casa de Dios y obtener cosas deseables, así como de asegurarse de nunca salir perdiendo, como si estuvieran haciendo negocios. Así pues, esta buena acción deja de serlo; se ha convertido en una acción malvada, y Dios no solo no va a conmemorarla, sino que les arrebatará a estas personas el derecho de salvarse y lo disolverá. Cuando esa familia anfitriona obligó a la casa de Dios a saldar su deuda, ¿acaso no fue esto un tanto fraudulento en su naturaleza? Es propio de los anticristos. Cuando quieren dinero, no obran con honradez; en cambio, lo hacen de una manera fraudulenta por naturaleza, aprovechan la oportunidad para extorsionar cosas. ¿Salva Dios a aquellos que extorsionan las ofrendas? (No). Si estas personas se arrepienten y tienen fe auténtica, ¿se las debería salvar? (No). ¿Por qué? (El hecho de que estas personas pudieran obrar de manera fraudulenta hacia la casa de Dios significa que Él no ocupa un lugar en su corazón; son los típicos incrédulos). ¿Se arrepentirán los incrédulos? El tipo de incrédulos que son anticristos no van a arrepentirse. Sus propios intereses son el centro de todo lo que hacen y no van a arrepentirse ni aunque mueran. No admiten que hayan hecho algo equivocado ni malvado, ¿de qué se arrepentirían pues? El arrepentimiento es para la gente que tiene humanidad, que tiene conciencia y razón y puede detectar su corrupción con claridad y admitirla. Cuando esa familia anfitriona llevó a cabo un pequeño deber, tuvo que estafar para sacar algo deseable de ello, y no dejó pasar siquiera una oportunidad como esta. Eran unos grandes estafadores. Este es el cuarto caso.

Quinto caso: Exigir salarios por trabajar para la casa de Dios

En China continental, una parte del trabajo es relativamente peligrosa y arriesgada, y necesita a gente con algo de cerebro y ciertas cualificaciones para desempeñarla. En ese momento, había una persona que disponía de estas cualificaciones, así que lo Alto dispuso que hiciera algo de trabajo. En el transcurso de este, hizo una petición, dijo que en cuanto empezara a trabajar, ya no podría acudir a diario a su empleo habitual, y que su familia lo estaba pasando un poco mal para salir adelante. La casa de Dios le dio algo de dinero para gastos cotidianos, algo que le puso muy contento, y comenzó el trabajo que le encargaron. Sin embargo, su desempeño solo era promedio. Pasado un tiempo, su familia ya no tenía problemas para salir adelante, pero surgió otro asunto que le planteó a la casa de Dios y esta le dio algo más de dinero para gastos cotidianos, para asegurarle poder subsistir. Reticente, él convino seguir haciendo su trabajo, pero ¿acaso lo hacía bien? Era un completo desastre. Si tenía ganas de hacer algo, hacía un poco, y si no tenía ganas, no hacía nada de nada. Esto causó demoras y que el trabajo de la iglesia sufriera algunas pérdidas y otros tuvieron que arreglarlo. Más tarde, la casa de Dios se puso en contacto con él para decirle que se esforzara en su trabajo, y que la casa de Dios continuaría ayudando a resolver cualquier dificultad que tuviera. No se lo dijo directamente a la casa de Dios cara a cara, sino a unos pocos hermanos y hermanas en privado: “¿Acaso necesito que me cubran los gastos cotidianos? ¿Qué gran problema se puede resolver con tan poco dinero? Al hacer este trabajo, soluciono un gran problema en la casa de dios. La casa de dios también debería resolverme a mí mis grandes problemas. Ahora mismo, mi hijo no tiene dinero para su educación y este problema no se ha resuelto. Me falta más que este poco dinero que recibo”. Estas palabras eran lo que pensaba realmente, pero no tenía valor para decírselo a la cara a la casa de Dios; en cambio, quedó en evidencia cuando lo aireó en privado. ¿Cómo se debería resolver esta situación? ¿Debería la casa de Dios continuar usándolo o lo mejor sería buscarse a otro? (Buscarse a otro). ¿Por qué? Su calidad humana y su esencia ya han quedado en evidencia. No solo quería que la casa de Dios sustentara a su familia, sino también que pagara la educación de su hijo, y luego dijo que su mujer estaba enferma y quería que se le pagara el tratamiento. Cada vez pedía más, ¿no? Pensaba que, al hacer algo tan nimio por la casa de Dios, había realizado una gran contribución y la casa de Dios debería proveerle de todo lo que necesitaba, sin condiciones. Si trabajara en un empleo normal, ¿podría permitirse enviar a su hijo a la universidad? ¿Y costear el tratamiento de su mujer? No necesariamente. Por tanto, cuando hizo este poco de trabajo en la casa de Dios, ¿por qué le pedía dinero a esta constantemente? ¿En qué pensaba? ¿Cuál era su punto de vista respecto a este asunto? Pensaba que, sin él, la casa de Dios no tendría a nadie para hacer este trabajo, así que debía aprovechar esta oportunidad para buscar razones para pedirle a la casa de Dios más dinero, no debería renunciar a esto por nada y, si perdía la ocasión, esta desaparecería. ¿No es esto lo que quería decir? Pensaba que hacer este trabajo era como tener un empleo y ganar dinero, así que debía estafarle todo lo posible a la casa de Dios. Luego, cuando se dio cuenta de que no podía sacarle nada, no hizo su trabajo. ¿Es esta una persona que de veras cree en Dios? (No).

Las personas que de veras creen en Dios no tienen miedo de soportar adversidades mientras hacen su deber. Las hay que no mencionan las dificultades que sufre su familia mientras ellas desempeñan su deber. Hay quienes hacen deberes de acogida en las zonas pobres y, cuando vienen los hermanos y hermanas y no hay arroz para comer, piden dinero prestado sin contárselo a nadie. Si mencionaran algo al respecto, ¿podría darles dinero la casa de Dios? (Sí). La casa de Dios puede permitirse lo que necesiten para acoger a los hermanos y hermanas. Por tanto, ¿por qué no dicen nada? Si se lo ofrecieras, lo rechazarían. El dinero que piden prestado lo van luego pagando poco a poco. No quieren dinero de la casa de Dios. Los anticristos son lo exactamente opuesto. Ponen condiciones, extienden la mano y hacen exigencias antes de realizar trabajo alguno. ¿Cómo es que les resulta tan fácil extender la mano? ¿Cómo pueden hacerlo de una manera tan “confiada”? La gente así no tiene vergüenza, ¿verdad? Después de pedir un poco de dinero, quieren más. Si no se les da dinero, no hacen ningún trabajo, no sueltan el halcón hasta ver la liebre: “Trabajaré de acuerdo con lo que me pagues. Si no me pagas, olvídate de que vuelva a trabajar para ti. Me tomo esto como un empleo y no lo voy a ejercer si no obtengo ventajas. Me pongo en riesgo para hacer mi deber, así que debo obtener algo a cambio, y ha de ser proporcional a lo que yo invierta. ¡No puedo salir perdiendo!”. Así que han de pedir lo que ellos sienten que merecen y buscan excusas para pedirlo, han de devanarse los sesos para hacerlo y se les ocurren todo tipo de formas. Si se les puede conceder, mejor aún, si no, lo abandonarán todo y se marcharán sin haber perdido nada. Asimismo, creen que todo este trabajo que hace la casa de Dios implica riesgos que, si la casa de Dios no les da lo que piden, tendría miedo de que la denunciaran, y que no dispone de nadie más que sea apropiado, así que debe usarlos a ellos, y si los usa, les debe pagar. ¿No es esto un poco fraudulento en su naturaleza? ¿No hay un poco de explotación? ¿Se considera como creyentes a aquellos que son así? Se trata de incrédulos que no son parte de la casa de Dios, no son siquiera amigos de la iglesia. Cuando los amigos de la iglesia perciben que los creyentes son muy buenas personas, les ayudan a conseguir cobijo y a hacer algunas cosas. A la gente así se la puede bendecir un poco. A modo de contraste, los anticristos creen en Dios puramente para conseguir cosas deseables. Si no pueden conseguirlas, no llevarán a cabo ningún deber, no cumplirán ninguna obligación y no se esforzarán en absoluto. Cuando la casa de Dios dispone que cumplan un deber, primero preguntan qué cosas deseables les ofrece, y si no hay nada deseable, no lo hacen. ¿Qué diferencia hay entre ellos y los estafadores en el mundo de los no creyentes? Estas personas siguen queriendo que las salven, así como ser bendecidas por Dios. ¿Acaso no piden lo imposible? Si no tuvieran una calidad humana vulgar ni carecieran de vergüenza, ¿cómo se les podrían ocurrir en su corazón estas formas tan retorcidas de actuar? ¿Cómo pueden tener esta clase de actitud hacia hacer su deber? ¿Sois capaces de hacer tales cosas? (Sí, nosotros también). ¿Hasta qué punto? ¿Hay un límite? ¿Hasta qué punto pensaríais que es muy grave y que no podríais continuar haciendo estas cosas mucho más tiempo? (A veces mi corazón se siente reprochado y mi conciencia, acusada. También hay veces que me asusta que los demás desenmascaren las cosas que he hecho, de modo que ya no las hago). Haga lo que haga la gente, su calidad humana es de extrema importancia. Una persona que no tiene vergüenza en absoluto es capaz de hacer cualquier maldad. Es una persona sumamente malvada. No hay límites en nada de lo que hacen y cuando obran no siguen a su conciencia. ¿Qué clase de personas son aquellas cuya humanidad carece de conciencia? Son bestias y demonios, y Dios no las va a salvar. No son buenas personas aquellas que son capaces de adquirir fraudulentamente las ofrendas de Dios y de conseguir Sus ofrendas por medio de la extorsión mientras Él hace Su obra, ni las que exigen un pago a la casa de Dios. Creen que es fácil engañar a la casa de Dios y que nadie es responsable de cuidar las cosas en ella, que no son propiedad de nadie, así que pueden poseer y tomar de manera fraudulenta estas cosas como les venga en gana. Creen que al hacer esto, han adquirido una ventaja. ¿Es esta ventaja realmente tan fácil de adquirir? La ventaja que adquiriste no era grande, pero ¿qué consecuencia conlleva adquirirla? Perder la vida.

Si una persona de veras tiene algo de humanidad y un poco de conciencia, ¿será capaz de hacer estas cosas? Crees en Dios, sin embargo, eres capaz de defraudarlo y de conseguir Sus ofrendas por medio de la extorsión. ¿Qué clase de persona eres? ¿Eres siquiera una persona? Solo los demonios hacen este tipo de cosas. Las bestias no las hacen. Fíjate en un perro. El dueño lo ha criado y el perro protege su casa. Cuando viene una mala persona, el animal da la voz de alarma y la ataca. Persigue a cualquiera que se lleve las cosas de su dueño. Cuando se escapan los pollos, patos y gansos de la casa del dueño, el perro ayuda a encontrarlos. Cuando los cerdos se pelean entre sí, los separa. El perro sabe que su dueño quiere que vigile a los cerdos, así que es capaz de cumplir su responsabilidad. El perro no razona con su dueño y le dice: “Te he vigilado a los cerdos, ¿por qué no me das un pollo o algo para comer?”. Nunca dice eso. Hasta un perro es capaz de proteger la casa de su dueño y de desempeñar sus obligaciones hacia él sin una recompensa, pero estas personas ni siquiera son comparables con los animales. Después de llevar a cabo una pequeña obligación, creen que han salido perdiendo, y tras cumplir algunas responsabilidades y dedicar algo de esfuerzo, se sienten incómodas, creen que el arreglo no es equitativo y que han sido utilizadas, así que se les ocurren todo tipo de cosas para compensarlo. Cuando crees en Dios, Él te protege y te guía, y te concede muchísimas verdades. ¿Cómo puedes no pensar en retribuirle a Dios? A ti no se te ocurre retribuirle, pero Dios no insiste en ello. Sin embargo, cuando desempeñas una pequeña obligación vas en busca de Dios para que te compense. Tras cumplir una pequeña obligación, quieres obtener cosas mediante la extorsión y adquirir algo fraudulentamente, se te ocurren todo tipo de maneras para compensarlo. ¿Acaso no buscas morir? ¿No te ha dado mucho Dios? En cuanto a las manifestaciones de las personas, ¿qué se merecen? ¿Tienen las cosas que disfrutan y poseen hoy porque se las merecen? No. Dios te las concedió y te ha bendecido con ellas. Ya se te ha dado mucho. Dios te dio la vida, la verdad y el camino sin pedir nada a cambio. ¿Cómo se lo has retribuido? Cuando haces unas pocas obligaciones y deberes, dentro de ti sientes que es complicado asumirlas y que has sufrido una pérdida, y piensas en todas las maneras posibles de que te compense. Si quieres que sea equitativo, Dios puede darte algo a cambio, pero después de aceptarlo, ¿aún podrás salvarte? Llegará el día en el que estas personas sepan exactamente qué es lo más importante y lo más valioso. Aquellos que tengan la esencia de un anticristo nunca conocerán el valor de la verdad. Cuando llegue el día, cuando su desenlace se revele y cuando todo quede en evidencia y se haga público, entonces lo sabrán. ¿Acaso no será ya demasiado tarde? El desenlace de todas estas cosas está cerca y todo va a pasar. Solo las palabras de Dios y Su verdad perdurarán toda la eternidad. Aquellos que poseen la verdad y practican las palabras de Dios perdurarán junto a Sus palabras y Su verdad. Este es el valor y el poder de las palabras de Dios. Sin embargo, los anticristos nunca tendrán claro este hecho, así que se devanan los sesos, piensan en todo tipo de formas y se sirven de cualquier medio posible para intrigar en pos de diversos beneficios, para lo cual enarbolan la bandera de creer en Dios y utilizan métodos cada vez más torpes para adquirir fraudulentamente las ofrendas de Dios y malversar y apropiarse de Sus ofrendas. Todas las acciones y comportamientos de estas personas se han registrado al pie de la letra en el cuaderno de Dios. Cuando llegue el día de que se revelen los desenlaces, Dios determinará el desenlace de cada persona en función de estos registros. Todo esto es cierto. No importa si crees o no, todo esto se va a revelar. Este es el quinto caso. ¿Qué clase de persona es este hombre? ¿Su calidad humana es noble o vulgar? (Vulgar). A ojos de Dios, no es una persona honorable; es inferior. Para abreviar, nos referimos a él como un “miserable”.

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.