Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (VII) Parte 1
II. Los intereses de los anticristos
D. Sus expectativas y su destino
La última vez hablamos sobre el punto cuatro de los intereses de los anticristos: sus expectativas y su destino, que está dividido en cinco puntos adicionales. Revisad primero estos cinco puntos, por favor. (1. Cómo consideran los anticristos las palabras de Dios; 2. Cómo consideran los anticristos el deber; 3. Cómo consideran los anticristos recibir la poda; 4. Cómo consideran los anticristos el título de servidor; 5. Cómo abordan los anticristos su estatus en la iglesia). La última vez compartimos el primero de estos puntos: “Cómo consideran los anticristos las palabras de Dios”. Primero usamos la palabra “estudiar” para dejar en evidencia una de las principales actitudes de los anticristos al considerar las palabras de Dios. “Estudiar” es una actitud principal y fundamental de personas como los anticristos a la hora de considerar las palabras de Dios. No consideran las palabras de Dios con una actitud de aceptación o sumisión en absoluto, sino que las escrutan. No aceptan ni consideran para nada las palabras de Dios como la verdad ni como el camino al que la gente debe ceñirse, y tampoco tratan las palabras de Dios con una actitud de buscar la verdad ni de aceptarla. En cambio, su propósito en todo son sus propios deseos y ambiciones, sus propias expectativas y su destino, y buscan en las palabras de Dios el desenlace y las expectativas y el destino que quieren. Una de sus principales actitudes al considerar las palabras de Dios es que las vinculan con sus expectativas y su destino en todos los asuntos. A juzgar por su actitud a la hora de considerar Sus palabras, la esencia-naturaleza de este tipo de personas es que no creen de verdad las palabras de Dios, ni las aceptan ni se someten a ellas, sino que las escrutan y analizan buscando bendiciones y beneficios en ellas para obtener una gran ventaja. A juzgar por su actitud al considerar las palabras de Dios, ¿cuánto creen en Él? ¿Tienen verdadera fe en Dios? Si nos fijamos en su esencia, no tienen verdadera fe en Dios. Entonces, ¿por qué siguen todavía a las palabras de Dios y las leen? A juzgar por su esencia-naturaleza y sus intenciones y deseos, no quieren obtener la verdad ni la senda de cambiar su carácter a partir de las palabras de Dios de modo que logren la salvación. En cambio, quieren buscar en las palabras de Dios todo aquello que desean. ¿Qué buscan? Buscan misterios, secretos que solo conoce el cielo y buscan algunas doctrinas elevadas y un conocimiento profundo. Por tanto, a juzgar por la actitud de esta clase de personas al considerar las palabras de Dios y según su esencia-naturaleza, son todos unos completos incrédulos. Lo único que quieren es un buen desenlace, buenas expectativas y un buen destino. No aceptan las palabras de Dios con sinceridad, sino que, en cambio, intentan hallar diversas oportunidades y vías dentro de Sus palabras con las que conseguir las cosas que quieren, así como satisfacer sus deseos y ambiciones para obtener bendiciones. Por tanto, esta clase de personas nunca considerará las palabras de Dios como la verdad o como el camino al que deben atenerse. Si los anticristos consideran las palabras de Dios con semejante actitud, ¿cuál es su actitud hacia uno de los requisitos más fundamentales de la especie humana en palabras de Dios, el de cumplir su deber como seres creados? Hoy vamos a hablar sobre el segundo punto, cómo consideran los anticristos el deber, y dejaremos en evidencia qué manifestaciones y posturas adoptan los anticristos a la hora de hacer su deber.
2. Cómo consideran los anticristos el deber
Los anticristos no tratan las palabras de Dios con una actitud de aceptación y sumisión, por lo que claramente no pueden tener una actitud de aceptación de la verdad ante el requisito, según Sus palabras, de que los humanos deben cumplir su deber de seres creados. Así pues, por un lado, se resisten al deber que Dios le ha encomendado al hombre y no quieren cumplirlo y, por otro, temen perder la oportunidad de ganar bendiciones. Esto da lugar a una especie de transacción. ¿De qué transacción se trata? Ellos descubren, a partir de las palabras de Dios, que, si las personas no cumplen sus deberes, pueden ser descartadas; y que, si no cumplen sus deberes de seres creados, no tendrán oportunidad de ganar la verdad y en el futuro podrían perder sus bendiciones en el reino de los cielos. ¿Qué significa esto? Que si alguien no cumple su deber, perderá inevitablemente su oportunidad de obtener bendiciones. Tras obtener dicha información de las palabras de Dios y de muchos sermones y enseñanzas, en el corazón de los anticristos nacen un deseo y un interés por cumplir su deber de seres creados. ¿Que desarrollen ese deseo e interés quiere decir que pueden entregarse a Dios y llevar a cabo su deber sinceramente? A juzgar por la esencia-naturaleza de los anticristos, este es un punto muy difícil de alcanzar. Entonces, ¿qué los lleva a cumplir su deber? Todo el mundo debería llevar un registro de esto en su corazón y debería haber historias específicas dentro de ese registro. ¿Qué aspecto tiene este registro en el corazón de un anticristo? Él hace cálculos muy finos, rigurosos, precisos y cuidadosos, así que no es un registro embarullado. Cuando decide cumplir su deber, antes calcula: “Si voy a llevar a cabo mi deber ahora, tendré que renunciar al placer de estar con mi familia y renunciar asimismo a mi trayectoria profesional y a mis perspectivas mundanas. Si dejo estas cosas para cumplir mi deber, ¿qué puedo ganar? Las palabras de dios dicen que, en esta última era, aquellos que puedan conocer a dios, que puedan cumplir su deber en la casa de dios y que permanezcan al final serán los que ganen grandes bendiciones. Dado que las palabras de dios dicen esto, supongo que él lo puede hacer y lograr de acuerdo con estas palabras. Además, ¡dios les hace muchas promesas a estas personas capaces de cumplir su deber y de esforzarse por él!”. A través del estudio de las palabras de Dios, el anticristo analiza muchas de las promesas que Él les hizo en la era final a las personas que desempeñan su deber, y esto, sumado a sus figuraciones personales y a todas las nociones surgidas de su propio análisis y del escrutinio de dichas palabras, genera en él un profundo interés en el cumplimiento de su deber y un impulso de llevarlo a cabo. Entonces va a orar ante Dios y hace promesas y juramentos solemnes proclamando su voluntad de renunciar a todo y de entregarse por completo a Él, de dedicarle a Él esta vida y de renunciar a toda la felicidad y las posibilidades de la carne. Aunque ora de esta manera y todas sus palabras parecen correctas, solo él y Dios conocen lo que piensa en el fondo. Sus oraciones y su resolución parecen puras, como si solo estuviese haciendo esto para cumplir con la comisión de Dios, para cumplir su deber y satisfacer las intenciones de Dios, pero, en lo profundo de su corazón, está calculando cómo puede obtener bendiciones y conseguir las cosas que desea mediante el cumplimiento de su deber y qué puede hacer para que Dios vea todo lo que ha pagado e impresionarlo profundamente con esto y con lo que ha hecho, para que Él conmemore sus acciones y finalmente le conceda las perspectivas y las bendiciones que desea. Antes de decidirse a cumplir su deber, en lo más hondo de su corazón, los anticristos están rebosantes de expectativas en lo que se refiere a sus perspectivas, a ganar bendiciones, un buen desenlace y hasta una corona, y poseen la máxima confianza en obtener estas cosas. Acuden a la casa de Dios para cumplir su deber con esas intenciones y aspiraciones. ¿Contiene, pues, su cumplimiento del deber la sinceridad, la fe y la lealtad genuinas que Dios exige? En este punto uno no puede atisbar aún su lealtad, fe o sinceridad genuinas porque todos albergan una mentalidad completamente transaccional antes de cumplir su deber; todos toman la decisión de llevar a cabo su deber movidos por intereses y partiendo también de la condición previa de sus desbordantes ambiciones y deseos. ¿Qué intención tienen los anticristos al cumplir su deber? Hacer un trato y llevar a cabo un intercambio. Cabría decir que estas son las condiciones que fijan para llevar a cabo su deber: “Si cumplo con mi deber, debo obtener bendiciones y alcanzar un buen desenlace. Debo obtener todas las bendiciones y los beneficios que dios ha dicho que están reservados para la humanidad. En caso de no poder obtenerlos, no cumpliré este deber”. Acuden a la casa de Dios para llevar a cabo su deber con esas intenciones, ambiciones y deseos. Parece como si tuviesen cierta sinceridad y, por supuesto, en el caso de nuevos creyentes que acaban de empezar a llevar a cabo su deber, también puede describirse como entusiasmo. Sin embargo, esto carece de fe genuina o de lealtad; solo hay un cierto grado de entusiasmo, no se puede calificar de sinceridad. A juzgar por esta actitud de los anticristos ante el cumplimiento de su deber, se trata de algo completamente transaccional y repleto de sus deseos de beneficios, tales como ganar bendiciones, entrar en el reino de los cielos, obtener una corona y recibir recompensas. Por eso desde fuera parece que muchos anticristos, antes de que los expulsen, están cumpliendo su deber e incluso que han renunciado a más cosas y sufrido más que la persona promedio. El esfuerzo que hacen y el precio que pagan están a la par de los de Pablo, y ellos también van de aquí para allá tanto como él. Eso es algo que todo el mundo puede ver. En términos de su comportamiento y de su disposición a sufrir y pagar el precio, no deberían quedarse sin nada. En todo caso, Dios no considera a una persona en función de su comportamiento externo, sino en base a su esencia, su carácter, lo que revela y la naturaleza y la esencia de cada una de las cosas que hace. Cuando las personas juzgan a los demás y tratan con ellos, determinan su identidad basándose únicamente en su comportamiento externo, en cuánto sufren y qué precio pagan, y este es un grave error.
La actitud de los anticristos al considerar su deber ha sido así desde el principio. Acuden a la casa de Dios a hacer su deber con ambiciones, deseos y transacciones. Esto es lo que calculan y planean en el fondo de su corazón antes de hacer su deber. ¿Cuál es su plan? ¿Cuál es el eje y el punto central de sus cálculos? Su objetivo es obtener bendiciones, tener un buen desenlace, y algunos incluso pretenden evitar el desastre. Esta es su intención. Escrutan las palabras de Dios una y otra vez, pero por más que lo intenten no perciben de ninguna manera que sean la verdad, que en las palabras de Dios radique la senda de práctica y que estas puedan permitir a las personas purificarse, lograr un cambio de carácter y la salvación. No son capaces de ver estas cosas por mucho que busquen. No importa cómo lean las palabras de Dios, lo que más les preocupa y lo que más les importa no es otra cosa que las bendiciones y las promesas que Dios les regala a aquellos que renuncian, se entregan, soportan el sufrimiento y pagan un precio por Él. Cuando encuentran en las palabras de Dios lo que creen que es el contenido más fundamental e importante, es como si hubieran encontrado un salvavidas. Sienten que parece que van a ganar grandes bendiciones y piensan que son las personas más bendecidas y afortunadas de esta era. Por tanto, se regocijan en lo profundo de su corazón: “Me ha tocado un buen momento en esta vida; ninguno de estos apóstoles y profetas a lo largo de las eras ha conocido al cristo de los últimos días. Actualmente sigo al cristo de los últimos días, así que no puedo perderme esta oportunidad de obtener grandes bendiciones. ¡Esta es una oportunidad para recibir recompensas y obtener una corona! Los no creyentes no tendrán esta fortuna y, por mucho que disfruten de esta vida o por muy alto que sea su estatus, al llegar los grandes desastres todos serán destruidos. Por tanto, he de renunciar a los placeres carnales del mundo porque, por mucho que disfrute de estas cosas, son temporales y efímeras. ¡Miraré hacia el futuro y obtendré grandes bendiciones y recompensas y una corona más grande!”. Y así, en su fuero interno se advierten a sí mismos: “Al hacer mi deber, no importa cuánto sufra o cuánto tenga que correr de un lado a otro, da igual que me encarcelen o me torturen, y no importan las dificultades que encuentre, ¡debo perseverar, perseverar y luego perseverar más todavía! No puedo desalentarme, he de soportar toda la humillación y llevar una pesada carga y perseverar hasta el momento final. Creo que lo que dijo dios: ‘El que sigue hasta el final será salvado’, es algo que se hará realidad en mí”. ¿Son consistentes con la verdad algunas de estas ideas y opiniones que piensan y creen en su corazón? (No). Ninguna es consistente con la verdad ni se ajusta a las palabras de Dios ni a Sus intenciones; todas son cálculos y planes para sus expectativas y su destino personales. En el fondo de su corazón no albergan interés en ningún requerimiento para la especie humana que se mencione en las palabras de Dios; no les prestan atención. En el fondo de su corazón, les provoca repulsa y se resisten a la exposición de la humanidad y a los requerimientos que se les hacen en las palabras de Dios e incluso se forman nociones, así que al ver estas palabras sienten resistencia e incomodidad y por consiguiente las pasan por alto sin leerlas. En lo que respecta a las exhortaciones, el consuelo, los recordatorios, la misericordia y la simpatía por la humanidad en las palabras de Dios, muestran impaciencia y no están dispuestos a aceptar ni escuchar, pues creen que estas palabras son falsas. En su fuero interno, sienten repulsión y resistencia hacia las palabras de juicio y castigo de Dios y Su obra de pruebas entre las personas, así que no están dispuestos a aceptarlas y las evitan. En su lugar, solo se interesan vivamente en palabras sobre las promesas de Dios o en las bendiciones para la humanidad, e incluso las leen con frecuencia para satisfacer el impaciente deseo de su corazón de obtener bendiciones, ansiosos de que se los eleve hasta el reino del cielo inmediatamente y se los libere de todo sufrimiento. Cuando no pueden perseverar al realizar su deber, les entran dudas sobre si pueden obtener bendiciones y su “fe” se tambalea; o cuando su fuerza de voluntad no es firme y quieren achicarse, leen estas palabras y las convierten en su motivación para cumplir su deber. Nunca intentan reflexionar sobre la verdad de las palabras de Dios en ninguno de sus capítulos o pasajes. No quieren experimentar ni lo más mínimo el juicio de las palabras de Dios y mucho menos llegar a conocerse a sí mismos y ver claramente la realidad de la profunda corrupción de la especie humana a través de esas palabras de Dios que dejan en evidencia la esencia corrupta de la especie humana. También hacen oídos sordos a las intenciones, exigencias y exhortaciones de Dios para la humanidad, no les prestan atención y las tratan con una actitud de irreverencia e indiferencia. En el fondo de su corazón creen: “Lo que dice y hace dios es solo una formalidad, ¿quién puede aceptarlo? ¿Quién puede entenderlo? ¿Quién puede practicar de veras de acuerdo con las palabras de dios? Todas estas palabras de dios son superfluas. Lo más realista es que la gente intercambie su cumplimiento del deber por bendiciones, no hay nada más realista que eso”. Por tanto, buscan en las palabras de Dios una y otra vez y, cuando han encontrado esta senda, consideran que la única senda para obtener bendiciones es llevar a cabo un deber. Estas son las intenciones, propósitos y cálculos más profundos de los anticristos cuando hacen su deber. Así, ¿qué manifestaciones y revelaciones muestran mientras cumplen su deber que permitan a la gente ver que la esencia de estas personas es por completo la esencia de un anticristo? No es casualidad que los anticristos sean capaces de desempeñar su deber; sin duda, lo hacen con sus propias intenciones y propósitos y con el deseo de obtener bendiciones. Sea cual sea el deber que realicen, su propósito y actitud no se pueden separar, por supuesto, del afán de lograr bendiciones, un buen desenlace y buenas expectativas y un buen destino. Piensan en esto y se preocupan día y noche. Son como empresarios que no hablan sobre nada que no sea su trabajo. Hagan lo que hagan los anticristos, todo está vinculado a la fama, las ganancias y el estatus; todo guarda relación con obtener bendiciones y expectativas y un destino. En el fondo, su corazón está lleno de estas cosas; esta es la esencia-naturaleza de los anticristos. Precisamente debido a esta clase de esencia-naturaleza, los demás pueden ver con claridad que al final van a acabar descartados.
En palabras de Dios, Él cuenta con requerimientos para toda clase de personas y también requisitos y dichos claros para toda clase de deberes y de obras. Todas estas palabras son requerimientos de Dios para la humanidad y son los que la gente debería acatar y los que debería practicar y alcanzar. ¿Qué actitud tienen los anticristos hacia las palabras de Dios y Sus requerimientos? ¿Adoptan una actitud de sumisión? ¿Adoptan una actitud de humilde aceptación? Desde luego que no. Dado su carácter, cuando los anticristos vienen a la casa de Dios para hacer su deber, ¿lo pueden desempeñar bien de acuerdo a los requerimientos de Dios y los arreglos de la casa de Dios? (No). En absoluto. Cuando los anticristos están haciendo su deber, su primer pensamiento no es buscar los principios que conlleva hacer su deber ni lo que Dios requiere o cuáles son las reglas de la casa de Dios. En lugar de eso, primero indagan si van a ser bendecidos o recompensados por hacer este deber. Si no es seguro que vayan a ser bendecidos o recompensados, no están dispuestos a hacerlo; y aunque lo lleven a cabo, será de manera superficial. Los anticristos cumplen su deber a regañadientes para obtener bendiciones. También averiguan si podrán destacar y ser admirados cuando hagan este deber, y si lo Alto o Dios sabrán que lo están cumpliendo. Consideran todas estas cosas cuando cumplen un deber. Lo primero que quieren determinar es qué beneficios pueden obtener al cumplir un deber y si pueden ser bendecidos. Esto es lo más importante para ellos. Nunca piensan en cómo ser considerados con las intenciones de Dios y retribuir Su amor, cómo predicar el evangelio y dar testimonio de Dios para que la gente obtenga Su salvación y la felicidad, y mucho menos buscan comprender la verdad ni buscan resolver sus actitudes corruptas y vivir a semejanza humana. Nunca tienen en cuenta estas cosas. Solo piensan en si pueden ser bendecidos y obtener beneficios, cómo afianzarse, cómo lograr estatus, cómo hacer que los demás los admiren, y cómo distinguirse y ser los mejores en la iglesia y entre la gente. No están dispuestos para nada a ser seguidores corrientes. Siempre quieren ser los primeros en la iglesia, decir la última palabra, convertirse en líderes y hacer que los demás los obedezcan. Solo entonces están satisfechos. Podéis ver que el corazón de los anticristos está lleno de estas cosas. ¿Se entregan de verdad a Dios? ¿Hacen su deber como seres creados de manera sincera? (No). ¿Qué es lo que quieren hacer entonces? (Tener poder). Es cierto. Dicen: “Yo lo que quiero es ser mejor que todos en el mundo secular. Quiero ser el primero en cualquier grupo. Me niego a ser segundo y nunca seré el lugarteniente de nadie. Quiero ser un líder y tener la última palabra en cualquier grupo de personas en el que me encuentre. Si no tengo la última palabra, probaré todos los métodos posibles para convenceros a todos, para hacer que me admiréis y me escojáis como líder. Una vez tenga estatus, tendré la última palabra, todos me obedecerán. Tendréis que hacer las cosas a mi manera y estaréis bajo mi control”. No importa qué deber hagan los anticristos, tratarán de colocarse en una posición superior, en una posición de supremacía. Nunca podrán contentarse con su lugar como seguidores comunes y corrientes. ¿Y qué es lo que les apasiona más? Estar delante de la gente dando órdenes y regañando y haciendo que la gente obedezca lo que ellos dicen. Nunca piensan en cómo cumplir su deber correctamente, y mucho menos buscan los principios-verdad para practicar la verdad y satisfacer a Dios. En cambio, se devanan los sesos buscando la manera de destacar, de hacer que los líderes los tengan en alta estima y los promocionen, de forma que puedan convertirse ellos mismos en líderes u obreros y dirigir a otras personas. Se pasan todo el día pensando y esperando esto. Los anticristos no están dispuestos a ser dirigidos por otros ni a ser un seguidor común y corriente, y mucho menos a hacer discretamente su deber, sin fanfarrias. Sea cual sea su deber, si no pueden estar en primera línea, si no pueden estar por encima de los demás y liderar a otros, desempeñar su deber les parece aburrido, y se vuelven negativos y empiezan a holgazanear. Sin los elogios o la adoración de los demás, les resulta aún menos interesante y tienen aún menos ganas de hacer su deber. Pero si pueden estar al frente y ser el centro mientras hacen su deber y logran tener la última palabra, se sienten fortalecidos y soportarán cualquier dificultad. Siempre tienen intenciones personales cuando cumplen su deber y siempre quieren distinguirse como un medio de satisfacer su necesidad de vencer a los demás y colmar sus deseos y ambiciones. Al hacer su deber, son altamente competitivos, pues compiten en todos los sentidos: para destacar, para estar en la cima, para estar por encima de los demás. Asimismo, también están pensando en cómo mantener su estatus, su reputación y su prestigio actuales. Si hay alguien que amenaza su estatus o prestigio, no se detienen ante nada y no cejan en su empeño para derribarlo y deshacerse de él. Incluso utilizan medios despreciables para suprimir a quienes son capaces de perseguir la verdad, que cumplen con su deber con lealtad y sentido de la responsabilidad. También están llenos de envidia y odio hacia los hermanos y hermanas que cumplen excelentemente con su deber. Sienten un odio especial hacia aquellos que los otros hermanos y hermanas respaldan y aprueban; creen que esas personas son una seria amenaza para lo que ellos persiguen, para su reputación y estatus, y en sus corazones juran; “¡Eres tú o yo, yo o tú, no hay espacio para los dos, y si no te hago caer y me deshago de ti, no podré vivir conmigo mismo!”. Son implacables con los hermanos y hermanas que expresan una opinión diferente, que los dejan en evidencia o que amenazan su estatus. Piensan en cualquier cosa que puedan usar en su contra, a fin de emitir un juicio sobre ellos y condenarlos, desacreditarlos y hundirlos, y no descansarán hasta conseguirlo. Solo cuentan con una actitud a la hora de considerar a cualquier persona: si esta amenaza su estatus, la derribarán y se desharán de ella. Todos sus seguidores declarados son personas que los halagan y que, sean cuales sean las cosas malas que hagan y sea cual sea el daño que causen a la obra de la iglesia y a los intereses de la casa de Dios, los van a encubrir y a proteger. En el cumplimiento de su deber, los anticristos siempre gestionan su propia fama, ganancias y estatus, dirigen su propio reino independiente. La esencia de desempeñar su deber es luchar por su reino independiente y por sus propias expectativas y su destino.
Algunos anticristos lideran a unas doce personas en un equipo pequeño y otros se encargan de una iglesia entera o incluso de más gente. Da igual el número de personas a las que dirijan, cuando hacen su deber ya las controlan y ejercen el poder sobre ellas del mismo modo que un rey. No les preocupa que Dios condene y deteste estas cuestiones y solo les importa aferrarse al poder y dominar a aquellos que tienen por debajo que pueden controlar. A juzgar por las intenciones y motivaciones de los anticristos al hacer sus deberes, su esencia es cruel y perversa. Así pues, en función de su comportamiento al hacer su deber, ¿qué carácter revelan? Se trata también de un carácter cruel. ¿Cómo se tipifica este carácter cruel? Si bien es posible que sufran adversidades y paguen un precio al hacer sus deberes, ninguno de estos se lleva a cabo de acuerdo con las palabras de Dios. Mientras realizan su deber, no implementan arreglos de la obra en absoluto, menos aún buscan los principios dispuestos por la casa de Dios para cada tarea. Solo satisfacen sus preferencias personales y su anhelo de poder, así como su deseo personal de estar siempre haciendo algo. Estas son algunas condiciones por las que los anticristos creen que pueden recibir una corona. Ilusoriamente piensan: “Si hago las cosas de esta manera, pago un precio, renuncio y me esfuerzo, ¡seguro que al final dios me entrega una corona y me recompensa!”. Nunca prestan atención ni se toman en serio los requerimientos y principios que se enfatizan y se le plantean repetidas veces a la humanidad en las palabras de Dios; consideran que no son más que una serie de dichos. Su mentalidad es: “Sean cuales sean tus requerimientos, no puedo ceder en mi poder o mis búsquedas, y no puedo desprenderme de mis deseos o ambiciones. Si no tengo estas cosas, ¿qué impulso o motivación tengo para hacer mis deberes?”. Estas son algunas de las manifestaciones de los anticristos cuando hacen sus deberes. Digan lo que digan las palabras de Dios y sean cuales sean los estándares y principios que tenga lo Alto para diversas tareas, los anticristos no escuchan ni prestan atención. Por muy específicas que sean las palabras de lo Alto, por muy rigurosos que sean los requerimientos sobre este aspecto del trabajo, fingen no oírlos o no entender, y todavía obran con imprudencia y arbitrariamente y enloquecen a continuación, al tiempo que hacen cosas orientadas hacia sus propias intenciones. Creen que si hacen cosas de acuerdo con los requerimientos de Dios y conforme a los métodos requeridos por lo Alto, perderán su estatus y el poder que ostentan se transferirá y disolverá. Creen que hacer cosas de acuerdo con la verdad y conforme a los requerimientos de las palabras de Dios es un ataque imperceptible hacia su poder y una privación de este, que es un asalto a su reputación personal. Piensan: “No soy tan necio. Si acepto vuestras opiniones, ¿acaso no pareceré incompetente y carente de talento de liderazgo? Si acepto vuestras opiniones, si admito que estoy equivocado, ¿seguirán escuchándome mis hermanos y hermanas? ¿Tendré todavía prestigio? Si hago cosas de acuerdo con los requerimientos de lo alto, ¿acaso no perderé la ocasión de destacar? ¿Me seguirán adorando mis hermanos y hermanas? ¿Seguirán escuchando lo que digo? Si nadie lo hace, ¿qué sentido tiene llevar a cabo este deber? ¿Cómo puedo seguir haciendo este trabajo? Si no tengo autoridad en el grupo y se reduce mi prestigio, y si todos escuchan las palabras de Dios y practican de acuerdo con los principios-verdad, ¿acaso mi liderazgo no será vacío? ¿No me convertiré en una marioneta? ¿Qué entusiasmo tendré entonces por hacer estas cosas? Si mi liderazgo es vacío y cualquier cosa que haga no tiene sentido, ¿mantendré aún mis expectativas futuras?”. Lo que quieren los anticristos es que los coloquen por encima de los demás en cualquier grupo, de modo que a cambio consigan una corona y recompensas futuras. Creen que, mientras se conviertan en una figura destacada y en un líder entre el pueblo escogido de Dios, a cambio les calificará para recibir en el futuro una corona y grandes bendiciones. Por tanto, los anticristos no relajarán el poder que ostentan en ningún momento ni aflojarán su vigilancia en ninguna circunstancia. Temen que si bajan la guardia, aunque sea un poco, el poder en sus manos les será arrebatado o se debilitará. Cuando desempeñan sus deberes, no los hacen lo mejor que pueden en el puesto que ocupan, no los hacen bien ni dan testimonio de Dios de acuerdo a los principios de las palabras de Dios y a Sus requerimientos. En su lugar, se sirven de estas oportunidades para aferrarse con firmeza a la corona que creen estar a punto de recibir. Aunque algunos anticristos son capaces de atenerse a los requerimientos de la casa de Dios como a una serie de preceptos, eso no demuestra que sean personas que acepten la verdad y se sometan a las palabras de Dios. ¿Qué motivo hay detrás? Algunos anticristos, mientras desempeñan sus deberes, siempre quieren hacerse con el poder y satisfacer su deseo por él, así como tener estatus y sermonear a las personas y darles órdenes desde una posición de estatus. Sin embargo, algunos anticristos son diferentes y tienen esta clase de preocupación: “Las primeras espigas que se cortan son las que sobresalen. Eso significa que quien se juega el cuello y comete errores va a sufrir. Yo no seré tan tonto. No importa lo capaz que sea, solo me dedicaré al treinta por ciento y me reservaré el otro setenta como plan alternativo; he de contenerme un poco. Sea lo que sea que la casa de dios me diga o requiera de mí, me mostraré de acuerdo en apariencia y no seré alguien que trastorne ni perturbe. Lidere quien lidere, lo seguiré y daré mi aprobación a cualquier cosa que diga. Me irá bien mientras me atenga a los preceptos de lo alto y no los vulnere. En cuanto a dedicar mi lealtad a dios y esforzarme con sinceridad para él, eso no es necesario. Dedicaré un poco de esfuerzo a mi deber, haré solo lo suficiente para que resulte aceptable y no seré un idiota. Haga lo que haga, he de contenerme un poco para evitar no recibir nada y acabar con las manos vacías”. Esta clase de anticristo cree que es una necedad por parte de los demás asumir responsabilidades al hacer sus deberes y jugarse siempre el cuello para resolver problemas, y que ellos no deben ser tan necios. En su fuero interno, saben que si alguien busca estatus y maneja su propio poder, se le dejará en evidencia tarde o temprano, pero para practicar la verdad deben pagar un precio, hacer un esfuerzo, ofrecer su sinceridad y ser leales. Tendrían que sufrir multitud de adversidades y no están dispuestos a hacerlo. Optan por un planteamiento de compromiso, sin jugarse el cuello, pero sin achicarse tampoco; siguen la senda central. Piensan: “Haré cualquier cosa que me pidan. Actuaré por inercia y ya está, y si me piden que lo haga mejor, no lo haré, sin más. Para hacerlo mejor, tendría que pagar un precio más alto y consultar más materiales, ¡sería agotador! Si dios me concediera recompensas adicionales por hacerlo así, entonces perfecto, pero en las palabras de dios parece que no se menciona nada sobre recompensas adicionales. Ya que este es el caso, no hace falta que sufra ni que me canse; lo mejor es tomármelo con calma”. ¿Es capaz esa persona de cumplir bien su deber? ¿Puede obtener la verdad? ¿Pueden aquellos que no se esfuerzan por la verdad, sino que son superficiales o negativos y holgazanean en su trabajo, recibir la aprobación de Dios? Para nada.
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