Punto 9: Cumplen con su deber solo para distinguirse a sí mismos y satisfacer sus propios intereses y ambiciones; nunca consideran los intereses de la casa de Dios, e incluso los venden y los intercambian por gloria personal (VIII) Parte 2
Cuando se poda a los anticristos, cuando los hermanos y hermanas los critican y los dejan en evidencia, ¿qué otras palabras dicen? Algunos anticristos cometen un error o dicen palabras endiabladas para desorientar a las personas. Cuando observan esto, los hermanos y hermanas los critican y los podan, dejan en evidencia que son esquivos y falsos. Aunque en apariencia no se muestran desafiantes, en su interior se resisten, como diciendo: “¿Qué sabes tú? ¿Acaso eres tan entendido como yo? ¿Has creído en dios tantos años como yo? ¿Cuántos años llevas creyendo? ¡No voy a rebajarme a tu nivel!”. Cuando los líderes y obreros los podan, puede que adopten una actitud esquiva, los engatusen de cara al exterior y digan algunas palabras que suenan bonitas, pero, a puerta cerrada, están insatisfechos y se muestran desafiantes, buscan una oportunidad de venganza. Si es un hermano o hermana corriente el que los poda, los anticristos no se comportan tan bien, se enfadan y se exasperan, y contratacan y toman represalias. Cuando contratacan y toman represalias, a menudo dicen algo parecido a esto: “¡Estás demasiado verde para podarme! ¡Si no creyera en dios, no temería a nadie!”. ¿Tienen algo de malo estas palabras? Son el tipo de palabras que suelen decir los no creyentes y aquellos que son auténticos ruines. ¿Cómo se puede oír esto en la iglesia? Los que pueden hablar así forman un grupo singular que posee un temperamento singular. ¿En qué sentido es singular? Tales personas tienen a menudo en cuenta la antigüedad en la iglesia. Ven a todos como inferiores a ellos, no les gusta nadie y quieren sermonear, castigar y manipular a todo el mundo. Creen que nadie está cualificado para ser su compañero, aunque crean en Dios. No es una sorpresa que en ellos surjan estas palabras arrogantes cuando la gente los considera hermanos y hermanas y tienen conversaciones sinceras con ellos, dejan en evidencia sus actitudes corruptas y podan las palabras y acciones que han exhibido y que no concuerdan con la verdad. Consideran la casa de Dios igual que la sociedad y como su propio dominio, y a los hermanos y hermanas de la iglesia como sus subalternos. Creen que los hermanos y hermanas saben poco de los asuntos de la sociedad y solo poseen un entendimiento superficial sobre ellos, que están en el escalón más bajo de la sociedad, que los demás los menosprecian, juegan con ellos y los pisotean. Creen que es demasiado fácil intimidar y jugar con los hermanos y hermanas, y que ellos no van a ser ese tipo de persona. Por tanto, piensan que quienquiera que los pode y los deje en evidencia los está intimidando, infravalorando y excluyendo. Ya se han guardado contra ello en su corazón: “¡No creas que puedes castigarme e intimidarme! ¡Estás demasiado verde!”. ¿Acaso no es esto algo que diría alguien con un “espíritu heroico”? Por desgracia, estas palabras no son la verdad. Por mucho espíritu o integridad moral que tengas, Dios no va a darte Su aprobación. Dios detesta tales actitudes y a la gente que dice esas palabras. Dios condena y desdeña a los que dicen esta clase de cosas ante Él. Dios nunca va a salvar a aquellos que se aferran a estas palabras como si fueran la verdad. Así que vamos a echar otro vistazo, ¿qué tienen de malo estas palabras? Todo el mundo es igual ante la verdad y no hay distinciones de edad o de inferioridad o nobleza entre aquellos que hacen su deber en la casa de Dios. Todo el mundo es igual ante su deber, lo único que sucede es que hacen diferentes trabajos. No hay distinciones entre ellos en función de quién tiene antigüedad. Ante la verdad, todo el mundo debería mantener el corazón humilde, sumiso y receptivo. Todos deberían poseer esta razón y esta actitud. Así pues, ¿no está la gente que dice: “¡Estás demasiado verde para podarme!” llena de la atmósfera, la ideología y la escoria de la sociedad? Consideran la casa de Dios como la sociedad, a los hermanos y hermanas de la casa de Dios como a un grupo vulnerable en el nivel inferior de la sociedad, y se consideran a sí mismos como jefes de todo, como alguien que nadie puede tocar ni provocar y se asegura de que las cosas no acaben bien para aquellos que los dejan en evidencia o los podan. Piensan que la casa de Dios es lo mismo que la sociedad, que quien sea inflexible y prepotente podrá mantenerse firme, que nadie se arriesgará a tocar a aquellos que son implacables, feroces y malvados, y creen que los que aceptan recibir la poda son todos incompetentes e incapaces. Creen que nadie se atreverá a tocar a las personas que tengan algo de capacidad, que nadie se atreverá a dejar en evidencia a esas personas aunque cometan errores, ¡y que son tipos duros como el acero! Los anticristos piensan que da igual el grupo en el que se encuentren, han de ser poderosos e implacables y lo bastante malvados para que los demás no los intimiden ni los manipulen. Creen que esto es capacidad y competencia, y quieren usar esta capacidad para obtener estatus, fama y ganancia, y al final garantizarse un buen destino. ¿Qué carácter es este? Es tanto cruel como perverso. Por muchos sermones que oigan los anticristos, no pueden entender la verdad. No pueden ver que la verdad reina en la casa de Dios. No son capaces de ver los cambios que experimentan aquellos que aceptan la verdad, y aunque los vean, no reconocen que se trate de cambios. Creen que todos esos cambios son resultado de fingir y reprimirse, y no van a contenerse ni a quedarse de brazos cruzados por ese motivo. Dado que tienen esta clase de lógica, pueden decir cosas como: “¡No creas que puedes castigarme e intimidarme!”. ¿No es esto la perversidad de los anticristos? Tales pensamientos y puntos de vista son perversos. El hecho de que puedan decir estas palabras y comportarse así es una revelación de su carácter cruel. ¿Hay personas así en la iglesia? Cuando los hermanos y hermanas tienen una conversación sincera con ellos, los dejan en evidencia, hablan sobre sus problemas, defectos y revelaciones de corrupción, les parece que los están intimidando y humillando y que no los toman en serio. Luego dicen: “¡Estás demasiado verde para podarme!”. Da igual a quién vean aceptando recibir la poda, siempre pensarán: “¿Puedes obtener la verdad al aceptar recibir la poda? ¡Eso sería imposible!”. No lo reconocen. Piensan que podar a las personas consiste en intimidarlas y en buscar su punto débil para castigarlas, y que la intimidación que reciben cuando cometen un pequeño error se debe a que son demasiado ingenuas. No aceptan que podar a alguien es amarlo y ayudarlo. No reconocen que solo se pueden arrepentir y cambiar de veras cuando aceptan recibir la poda, y menos aún reconocen el hecho de que la verdad reina en la casa de Dios. Por tanto, a menudo los anticristos dicen de corazón: “Si alguien me poda, nunca lo dejaré pasar, sea quien sea. ¡De ningún modo voy a permitir que nadie me intimide!”. ¿Qué clase de persona puede decir tales palabras? Solo aquellos que no aceptan la verdad y la odian. Cualquier persona que tenga esta clase de carácter cruel y pueda decir tales palabras tiene la esencia-naturaleza de los anticristos y es de la calaña de Satanás.
Cuando se los poda, los anticristos dicen también otra frase: “¡Si no creyera en dios, nadie me importaría un bledo!”. ¿Qué significa? Es una afirmación común que hace cierta clase de anticristo. Ya que lo dicen, vamos a diseccionarlo. Dado que pueden decir estas palabras, han de tener cierto significado. En apariencia, estas palabras parecen decir que, desde que estas personas empezaron a creer en Dios, han sufrido un gran cambio. Parece que hay un sentido de la gratitud en estas palabras, como en: “Dios me ha cambiado, dios me ha conquistado. Si dios no me hubiera cambiado, sería una persona insufriblemente arrogante”. En apariencia, estas palabras parecen acarrear cierta mentalidad de gratitud, pero diseccionadas desde otra óptica, hay un gran problema con ellas. Los anticristos dicen que antes de que creyeran en Dios, nadie les importaba un bledo. ¿Cómo es el carácter de estas personas? (Arrogante y cruel). Son extremadamente arrogantes y crueles, y si no creyeran en Dios, serían personas de gran maldad. Que les importen un bledo los demás significa que no tienen consideración por nadie, significa que pisotean a cualquiera y que, por grandes o buenas que sean otras personas, no son nada a sus ojos. No ceden ante nadie, muestran desdén hacia todos y no sirven a nadie. Si se les pidiera que sirvieran a una persona, esto dañaría su dignidad. El único merecedor de su servicio, si es que hay alguien, es solo el Dios en el cielo. Ahora que creen en Dios, han contenido esta manifestación y revelación de que nadie les importe un bledo, y después de llegar a la casa de Dios se han mostrado condescendientes de mala gana a la hora de trabajar con otros en un grupo, manejar asuntos y relacionarse con los demás como personas normales. Sin embargo, cuando se ocupan de asuntos e interactúan con los demás, es inevitable que ciertas cosas no salgan como a ellos les gustaría, y esto causa una erupción de este carácter suyo, lo que hace que surjan estas palabras. En sus orígenes, cuando estaban en el mundo y no creían en Dios, no cedían ante nadie y pensaban que nadie era digno de relacionarse con ellos. Por tanto, desde que comenzaron a creer en Dios, ¿han cedido ante cualquier hermano o hermana en la casa de Dios? (No). Con independencia de en qué grupo se encuentre, ¿se comportaría así una persona con humanidad y racionalidad normales? (No). Incluso los no creyentes dicen: “De cada tres personas, hay al menos una que algo me puede enseñar”. Es decir, de cada tres personas, no cabe duda de que hay una que es más fuerte y mejor que tú, que puede enseñarte algo y ayudarte. Los no creyentes dicen tales palabras, ¿reconocen entonces estas personas arrogantes la corrección de estas palabras? ¿Pueden interactuar en los mismos términos con otros en un grupo? ¿Pueden ser racionales? (No). Por tanto, cuando se hallan entre los no creyentes que no tienen fe en Dios, ¿qué clase de personas son estos anticristos? (Son personas difíciles). Correcto, son unos bribones, son personas difíciles. Nadie puede lidiar con ellos de ninguna manera. No hay quien se atreva a provocarlos, enfadarlos ni tocarlos. ¡Son bribones! Si los enfadas, habrá consecuencias, es como enfadar a un demonio cruel. Normalmente, en la sociedad nadie se atreve a meterse con tales personas. Su carácter y sus principios a la hora de lidiar con los asuntos consisten en ser rudos e irracionales, en crear problemas a la mínima. Nadie se atreve a enfadarlos, nadie se atreve a tocarlos ni a intimidarlos; ellos son los únicos que intimidan a la gente. Esto logra su objetivo. Por tanto, ¿son capaces de cambiar después de venir a la casa de Dios? ¿Han cambiado? (No). ¿Cómo sabemos que no han cambiado y que no pueden cambiar? (El hecho de que digan: “¡Si no creyera en dios, nadie me importaría un bledo!”). No suelen decir estas palabras, ¿en qué contexto lo hacen? Cuando alguien les señala sus defectos, dice cosas que dañan su dignidad o les toca la fibra, escupen esta frase: “¡Si no creyera en dios, nadie me importaría un bledo! Te atreves a pelearte conmigo, ¿quién te crees que eres?”. ¿Qué carácter es este? Añaden incluso un modificador antes de la frase: “¡Antes de creer en dios, nadie me importaba un bledo!”. ¿Acaso ahora que crees en Dios no sigues sin ceder ni escuchar a nadie? ¿No eres el mismo e inmutable diablo y satanás? Les parece que han cambiado a mejor después de llegar a creer en Dios. Si han cambiado a mejor, ¿cómo pueden pronunciar estas palabras? No tienen para nada conciencia ni razón y se atreven a clamar abiertamente y a hacer saber a los demás: “¡Soy un matón y no temo a nadie!”. ¿De qué tiene que alardear un tirano, un bribón y un matón? ¿De que presumen? Sin embargo, los anticristos presumen de esta manera. Consideran el hecho de que una vez fueran tiranos como su glorioso pasado, y alardean de ello en la casa de Dios. ¿Qué clase de lugar es la casa de Dios? Es un lugar donde reina la verdad. Se trata de un lugar de santidad donde Dios salva a las personas. ¿Cómo puede tolerar que digas esas palabras endiabladas? Los anticristos no tienen sentido de la vergüenza, no saben que estas son palabras endiabladas, e incluso alardean como si se tratara de palabras buenas y de la verdad. ¡Son individuos realmente desvergonzados, no tienen vergüenza alguna y son detestables! Cuando esta clase de persona os dice palabras endiabladas, ¿tenéis algo apropiado que decir para refutarlo? (Una vez conocí a una persona así; no cedía ante nadie en la iglesia. En aquel momento, decía palabras como estas para criticarme. Yo no tenía ningún discernimiento y le dije que lo aceptaba). Contestaste así. No fue correcto responder así; no diste testimonio. Has de señalarle sus problemas y avergonzarlo. Cuando dice palabras endiabladas, no debes ceder ante ellas ni obedecerlas. Has de dejarlo en evidencia. Para ser uno de los vencedores de Dios y dar testimonio de Él, has de ser capaz de avergonzar a los diablos y a Satanás y decir palabras que sirvan para avergonzar a Satanás y que se conformen a la verdad. Aunque no lo acepte, no tendrá nada que decir, y se comportará y se someterá. ¿Funcionará asustar a esta clase de persona? ¿Y condenarla? ¿Qué tal tener una discusión con ella y persuadirla? (No). ¿Qué funcionará entonces? (Si alguien dijera palabras así en la iglesia, yo diría: “¿Tratas de comportarte de una manera horrible? Si puedes escuchar con normalidad a los hermanos y hermanas compartir y aceptar la verdad, está bien, pero si quieres tener un comportamiento horrible, márchate. La casa de Dios no te permite comportarte de una manera tan espantosa. Estas palabras tuyas no se conforman a la verdad. ¡No hagas el ridículo!”). Estas palabras son muy poderosas, pero los de esta clase son tiranos y bandidos. ¿Les asustan tales palabras? (No).
Permitidme que os cuente algo. En el pasado, me puse en contacto con un hombre que había sido chef antes de empezar a creer en Dios. Una vez me dijo: “Cuando era chef en el mundo y esos peces gordos y funcionarios venían a beber, yo no quería tener nada que ver con ellos. Cuando les cocinaba, lo hacía con una mano en la cintura y un pie de puntillas, y trabajaba con una mano”. Adoptó esa posición mientras hablaba y su pose era tan airada como desafiante. Lo que venía a decir era: “Ningún no creyente está a mi altura y no voy a ceder ante ninguno de ellos. Soy muy capaz y allá en el mundo la gente como yo es honrada. Por lo general, ¡los funcionarios me importan un bledo!”. Hacía gestos mientras hablaba, sonaba encantado consigo mismo y ejecutaba tales movimientos con soltura. Me di cuenta de que se le daba bien exhibir esos movimientos, poner esa pose y adoptar esa postura, que los había interpretado con frecuencia. Noté que actuaba un poco con la intención de alardear y jactarse de su “glorioso pasado”, que se esforzaba por hacer que otros lo admiraran. Cuando lo vi comportarse así, sonreí y luego le dije: “Entonces tienes un carácter malo”. Dije esto con una sonrisa y no añadí nada más. Se le mudó el rostro y enseguida se quedó quieto y en silencio. A partir de ahí, no volvió a hablar de su “glorioso pasado”. ¿Qué le dije? (Tienes un carácter malo). ¿Qué significaba esto? (Señaló su esencia-naturaleza y él estaba avergonzado). Correcto. ¿Lo hice enfadar? ¿Discutí con él? ¿Herí su dignidad? (No). ¿Lo traté con impetuosidad y dije: “¡Fuera de aquí! ¿Qué haces creyendo en Dios?” o “Estás todavía verde para hablar conmigo sobre tu ‘brillante pasado’”? ¿Usé estos métodos? (No). Sin insinuar nada de esto, solo dije una frase: “Entonces tienes un carácter malo” y se avergonzó y se quedó en silencio. Transmití lo que quería decir sin tener que desarrollarlo. Si una persona inteligente oyera esto, entendería de inmediato lo que significa y se refrenaría más en el futuro. ¿Qué os parece este enfoque? (Es bueno). ¿Sería apropiado lanzarle una mirada de reproche y discutir con él? (No). Si alguien dice: “¡Si no creyera en dios, nadie me importaría un bledo!”, tú deberías decirles: “Si nadie te importaba un bledo antes de empezar a creer en Dios, eso significa que tenías un carácter malo. Si ahora que crees en Dios todavía no quieres que nadie te importe un bledo, eso significa que tu carácter es todavía peor y hay algo de malo en tu esencia”. Limítate a decir esto y observa su reacción y su comportamiento. A esto se le llama dar donde duele. ¿Se sentirán tristes las personas malvadas al oír estas palabras? Estarán molestas. Pensarán: “Creía que había logrado un cambio en mi fe en dios, e incluso usé estas palabras para alardear de mis cualificaciones y jactarme de mi pasado glorioso anterior a empezar a creer en dios. No esperaba que alguien con entendimiento dejara en evidencia el vergonzoso secreto detrás de esta cuestión y revelara que tengo un carácter malo”. ¿Qué significa que el carácter sea malo? En palabras amables, significa que su humanidad no es buena; dicho con mayor dureza, significa que ellos no son buenos. ¿Qué personas en la sociedad no son buenas? (Los rufianes, los matones, los tiranos y los bribones). Correcto, esas personas. En cuanto digas que no son buenos y que su carácter es malo, lo entenderán. Entenderán que te refieres a los rufianes, a los gamberros, tiranos y malvados; a estos términos y a este tipo de personas. ¿Se sentirán bien cuando oigan que pertenecen a esta categoría? (No). No se sentirán bien en absoluto. ¿Y hará falta que digas algo más? (No). Su vergonzoso secreto quedará al descubierto con esa única frase. “Así que esta es la clase de persona que eres. Sigues alardeando aquí, te jactas de cosas negativas como si fueran positivas. ¿Qué tratas de hacer? Esta es la casa de Dios, no alardees aquí. Este no es lugar para que te exhibas. Si quieres hacerlo, márchate. La casa de Dios es un lugar donde reina la verdad, no donde te puedas pavonear y puedas pregonar tus acciones malvadas. ¿Qué pretendes al alardear de cosas perversas y negativas en la casa de Dios? Lo que quieres decir es que la obra de Dios ha logrado resultados en ti. ¿Dijo esto Dios? No le estás dando las gracias a Dios; alardeas de tus acciones malvadas. ¿A quién intentas engañar con estas palabras? Puede que engañes a un niño de tres años, pero no a los hermanos y hermanas. ¡No puedes salirte con la tuya!”. Se les deja en evidencia de este modo. Una vez que los anticristos hayan oído esto, para empezar, sentirán que no muestras malicia contra ellos; en segundo lugar, tus palabras darán en el clavo; en tercer lugar, no habrás apuntado hacia ellos, y en cuarto lugar, estas palabras son hechos y no habrás exagerado en absoluto al decirlas. Una vez que las hayan oído, se contendrán de inmediato. ¿Por qué harán eso? Tus palabras los incomodarán y los harán sentirse avergonzados. Cuando vuelvan a estar en tu presencia, se avergonzarán de repetir tales palabras. E incluso si vuelven a decir tales cosas, tendrán que encontrar la oportunidad adecuada y comprobar quién está escuchando. En cualquier caso, no se atreverán a decirlas de nuevo en tu presencia. ¿Acaso esto no los ha subyugado? Si os encontráis con una persona así, ¿os atreveréis a hablar con ella de ese modo? (Sí). Hay una manera de tratar a esta clase de persona. No hace falta que seas impulsivo o brusco, limítate a subyugarla con una sonrisa. A esto se le llama dejar en evidencia y avergonzar a Satanás. Esto es mantenerse firme en el testimonio. Tu capacidad para dejarlos en evidencia demuestra que los has desentrañado, que no te gustan los que son como ellos, que odias a la gente así, que la menosprecias. Esta gente se encuentra entre las filas de los personajes negativos y tú eres exactamente lo opuesto a ellos. Se sienten inferiores ante ti; eres más fuerte y honrado que ellos.
Cuando se poda a los anticristos, cuando los hermanos y hermanas los dejan en evidencia en ciertas ocasiones, ¿qué dos frases desvergonzadas pronuncian? (“¡Estás demasiado verde para podarme!”, “¡Si no creyera en dios, nadie me importaría un bledo!”). La mayoría de las personas no podrían decir estas dos frases, ¿verdad? ¿Qué características tienen estas palabras? Son propias de matones y ruines, poseen la actitud autoritaria del fanfarrón de Satanás y el carácter perverso de Satanás. Es obvio que estas palabras no saldrían de la boca de una persona normal, especialmente de alguien que persigue la verdad. No hace falta decir que los que dicen estas palabras tienen el carácter cruel de Satanás. Son malvados y son anticristos. No aman la verdad y veneran a las fuerzas malvadas, la violencia y a las fuerzas crueles y al carácter de Satanás. Estas esencias se pueden detectar a partir de estas dos frases que dicen. Cuando pronuncian estas palabras, se revelan sus actitudes y esencias. Entre la humanidad corrupta normal y corriente, cualquiera que diga a menudo estas palabras no es alguien bueno, y cualquier persona que no las diga a pesar de oírlas, que piense que aquellos que las dicen son desvergonzados y crueles, que ella misma no podría hablar así, que no sería capaz de decir tales palabras en ningún caso, por mucho que odiara a alguien, sintiera resentimiento hacia esa persona y la menospreciara, y que desprecie a quienes dicen tales palabras; tales personas todavía tienen algún sentido de la vergüenza y un aspecto honrado en su humanidad. Sin embargo, aquellos que dicen a menudo estas palabras, que las suelen considerar los principios más elevados para cómo lidian con estos problemas y se comportan, son sin duda anticristos que son parte de la banda de Satanás. Algunas personas dicen: “Antes de creer en Dios, no sabía si estas palabras eran buenas o malas. Las usaba cuando era joven, pero dejé de decirlas después, cuando me hice un poco mayor y más maduro”. ¿Son estos unos anticristos? No. Cuando la gente es joven e ignorante, la primera vez que se encuentra con la sociedad y con el populacho en general, considera que estas palabras son buenas, que tienen personalidad. Son demasiado jóvenes e inmaduros. Cuando se hacen algo mayores y son capaces de distinguir el bien del mal, de diferenciar las buenas personas de las malas, ya no dicen estas palabras. Tales personas todavía tienen un poco de conciencia y racionalidad. ¿De dónde proviene este poco de conciencia y racionalidad? Viene de su capacidad para distinguir el bien del mal, de saber qué es verdad y qué es falsedad, qué es correcto y qué es incorrecto, viene de tener opciones y límites en cómo actúan, hablan, se ocupan de los asuntos y se comportan. Proviene de que no sean satanases, no sean personas malvadas, no sean bestias, de que se comporten con estándares y principios, además de ser personas honradas.
Al dejar en evidencia a los anticristos, se revelan sus “palabras de sabiduría”, sus lemas de vida y los dichos que dicen con frecuencia. A medida que estos se revelan, también surge su esencia-naturaleza, lo cual permite a los demás verlos con cada vez mayor claridad. Si estas cosas no se dejan en evidencia y las personas consideran estas palabras que oyen en ocasiones o con frecuencia como palabras corrientes, y no tienen discernimiento de ellas, no serán capaces de clasificarlas. Si no eres capaz de clasificarlas, ¿de qué sirve tu entendimiento de la verdad o tu conocimiento de lo correcto y lo incorrecto? ¿Puede esto influenciar tu postura? ¿Puede influenciar tu punto de vista? (No). Entonces eres incapaz de discernir cuál es una revelación normal de corrupción y cuál es una manifestación de la esencia de un anticristo. Cuando puedas discernir con claridad estas esencias, clasificarlas y delimitarlas con precisión, así como discernir claramente las diversas manifestaciones, revelaciones, actitudes y esencias de lo positivo y lo negativo, lo normal y lo anormal, solo entonces serás capaz de discernir con mayor precisión a las personas y las cosas. De lo contrario, pensarás erróneamente que una manifestación de un anticristo es corrupción corriente o una revelación normal, y a veces confundirás algunas revelaciones corrientes de corrupción como manifestaciones de la esencia de los anticristos. ¿Es que no está todo mezclado? Digamos que eres un líder y hay anticristos en tu ámbito de responsabilidad. Si les permites quedarse y expulsar a hermanos y hermanas corrientes que tienen revelaciones de corrupción, ¿acaso no es eso un error? (Sí). Por tanto, resulta crucial entender estas distinciones detalladas y específicas.
Cuando los anticristos se enfrentan a recibir la poda, sus manifestaciones van mucho más allá de lo que acabamos de discutir. No dirán solo un par de frases desagradables o estarán un poco resentidos. Harán más cosas y pronunciarán más palabras desagradables. Si cabe, harán cosas incluso más malvadas, las cuales perturban seriamente la obra de la casa de Dios y la vida normal de iglesia. Ahora tratad de compartir qué más podrían hacer los anticristos aparte de decir estas pocas frases, lo que permite a la gente ver y discernir con claridad que son anticristos, que sus acciones y su conducta son las propias de los anticristos, y que su carácter es el propio de estos. De este modo, los hermanos y hermanas son capaces de discernir e identificar a estos anticristos como tales antes de que creen mayores perturbaciones. Así, por una parte, los hermanos y hermanas pueden evitar sufrir mayor daño en su entrada en la vida y, por otra, el trastorno y la perturbación que causan estos anticristos a la obra de la casa de Dios puede prevenirse. ¿Acaso no es mejor descubrir, resolver, prevenir y rectificar este problema más pronto que tarde? (Sí). Entonces adelante, compartid. (Cuando se poda a los anticristos, no aceptan la verdad y dicen algunas palabras para atacar a las personas. No importa quién les dé consejos, mientras esto afecte a su estatus o su orgullo, los anticristos juzgarán a esa persona en la iglesia e incluso distorsionarán la verdad para defender su estatus y su orgullo). ¿Hay algo más? (Una vez conocí a una persona malvada que amenazaba con matar a quien hiciera cualquier cosa que le perjudicara. En aquel momento no entendíamos la verdad y carecíamos de discernimiento. Nos daba miedo. Se comportaba de manera arbitraria e imprudente cuando hacía su deber y cuando detectamos algunos problemas en su trabajo y quisimos denunciarla, nos lo impidió y no nos permitió hacer la denuncia. No poseíamos la verdad, así que en aquel momento no nos atrevimos a discutírselo ni a denunciarla enseguida, lo que acabó por causar grandes pérdidas a la obra de la iglesia. Esto sucedió a causa de nuestra falta de discernimiento de los anticristos. Se le expulsó más adelante, cuando cometió muchas más acciones malvadas). Fracasasteis a la hora de manteneros firmes en vuestro testimonio o de proteger los intereses de la casa de Dios, y permitisteis que la obra de la casa de Dios sufriera pérdidas. Sois responsables de ello. Ahora parece que la expulsión de esta persona fue correcta y no se la trató de manera injusta. Si os encontráis con esta clase de persona de nuevo en el futuro, ¿seréis capaces de discernirla? (Gracias a la charla de Dios, tengo más claro este aspecto de la verdad sobre discernir a los anticristos).
¿Por qué quiere la casa de Dios expulsar a los anticristos? ¿Sería lo correcto mantenerlos y permitir que rindan servicio? ¿Sería lo correcto darles la oportunidad de arrepentirse? (No). ¿Existe alguna posibilidad de que puedan perseguir la verdad? (Los anticristos no pueden perseguir la verdad). Ahora habéis descubierto que los anticristos son personas malvadas que pertenecen a Satanás y no pueden arrepentirse, que es la razón por la que han sido expulsados. No se expulsa a nadie a la ligera. La casa de Dios ejerce la paciencia una y otra vez, les da repetidas ocasiones de arrepentirse y les da margen, de modo que no se acuse erróneamente a las buenas personas ni se expulse ni malogre a nadie a la ligera. No es cosa fácil creer en Dios durante tantos años; la casa de Dios es tolerante con cualquiera hasta que se le desentraña y se le revela por completo. Sin embargo, ¿pueden arrepentirse los anticristos? No. El papel que desempeñan en la casa de Dios es el de lacayos de Satanás, desmantelan, trastornan y perturban la obra de la casa de Dios. Aunque tienen algunos dones y talento, no podrían trabajar arduamente para hacer bien su deber ni embarcarse en la senda correcta. Aunque los anticristos tengan algunos aspectos útiles, no van a hacer de ninguna manera una contribución positiva a la obra de Dios en Su casa. No hacen otra cosa que no sea trastornar, perturbar y socavar la obra de Dios, y no hacen cosas buenas. Los mantuviste para observarlos y darles la oportunidad de arrepentirse, pero se mostraron incapaces de ello. Al final, la solución que se adoptó fue la de expulsarlos. Antes de hacerlo, ya habías desentrañado el hecho de que esta clase de persona era un anticristo que preferiría morir antes que arrepentirse, que eran antagonistas respecto a Dios y la verdad. En consecuencia, fueron expulsados. De tratarse de buenas personas, ¿los habrían expulsado? ¿Los habrían expulsado si hubieran podido aceptar la verdad y arrepentirse? Como mucho, los habrían cesado de su deber y enviado a prácticas devocionales espirituales y a la reflexión, no se los habría expulsado. Una vez que la casa de Dios decide expulsar a alguien, significa que esta persona supondría un gran daño para la casa de Dios si se le permitiera quedarse. No haría cosas buenas, solo causaría trastornos y perturbaciones y haría toda clase de cosas malas. Sea cual sea la iglesia en la que se encuentre, esta se vería perturbada por ella hasta el punto de dispersarse como la arena, de que el trabajo se estanque, la mayoría de la gente se sienta muy abatida y pierda la fe en Dios, y de que algunos incluso quieran poner fin a su fe y no puedan continuar haciendo su deber. ¿A qué se debe esto? Lo causan las perturbaciones de los anticristos. Hay que ocuparse de los anticristos, hay que echarlos y expulsarlos para que la iglesia tenga algo de esperanza, para que la vida de iglesia se vuelva normal y el pueblo escogido de Dios entre en el camino correcto de creer en Dios. Hay quien dice: “Dios es amor, así que también deberíamos darles a los anticristos la oportunidad de arrepentirse”. Estas palabras suenan muy bien, pero ¿de verdad son así las cosas? Observad con atención, ¿qué anticristos y personas malvadas llegaron a conocerse a sí mismos después de que los expulsaran y fueron capaces de perseguir la verdad y de amarla? ¿Cuáles se arrepintieron? Ninguno se arrepintió y todos rechazaron con obstinación confesar sus pecados y, sin embargo, muchos años después los vuelves a ver, siguen iguales, todavía se aferran a esas cosas que pasaron entonces y no las dejan ir, tratan de justificarse y explicarse. Su carácter no ha cambiado en absoluto. Si admites que vuelvan y les permites retomar la vida de iglesia y hacer su deber, seguirán trastornando y perturbando la obra de la iglesia. Igual que Pablo, cometerán los mismos viejos errores, se exaltarán y darán testimonio de sí mismos. No pueden en absoluto caminar por la senda de perseguir la verdad y emprenderán la vieja senda, la de un anticristo, la senda de Pablo. Esta es la base para expulsar a los anticristos.
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