Punto 11: No aceptan que se los pode ni tienen una actitud de arrepentimiento cuando cometen el mal, sino que difunden nociones y juzgan públicamente a Dios (Parte 3)
B. Se niegan a admitir que tienen un carácter corrupto
Cuando podan a los anticristos, estos no solo no se arrepienten, sino que también difunden ideas y emiten juicios abiertamente. La primera razón principal para esto es que se niegan a admitir que han actuado mal. ¿Cuál es la segunda razón? Es que se niegan a admitir que tienen un carácter corrupto. ¿No es esto más grave y más concreto que negarse a reconocer que han actuado mal? El conocimiento mínimo que debería poseer cualquier persona que acepte la obra, el juicio y el castigo de Dios, es reconocer en primer lugar que los seres humanos son corruptos, que han sido corrompidos por Satanás, que carecen de razón y humanidad, que no poseen la verdad ni conocen a Dios, y que son aquellos que se resisten a Dios. Solo los anticristos nunca admitirían que están muy profundamente corrompidos, que los humanos corruptos pertenecen a Satanás, y mucho menos que ellos mismos son demonios y satanases. En particular, en los momentos en que la mayoría de las personas son capaces de reflexionar, conocerse a sí mismas y aceptar que las poden, los anticristos ni siquiera pueden admitir que tienen un carácter corrupto, lo cual es un problema grave. ¿Por qué digo que es grave? Dado que los anticristos son incapaces de reconocer la verdad y no creen que esta sean las palabras de Dios, se niegan a aceptar en lo más profundo de su corazón lo que en ellas se dice. Algunas personas dicen: “¿Cómo puedes Tú decir que se niegan a aceptar eso? Admitieron que eran demonios y satanases, que eran enemigos de Dios”. ¿Cuenta eso como una admisión? Incluso un no creyente podría decir que no son buenas personas, pero ¿cuenta eso como admitir que tienen un carácter corrupto? No. La verdadera admisión de tener un carácter corrupto significa primero saber qué tipo de persona eres. También significa ser capaz de vincularte con las distintas actitudes corruptas descritas por Dios en diversos grados, y además reconocer las distintas actitudes corruptas que revelas en diferentes estados. ¿No son estas algunas manifestaciones concretas? (Sí). Pero un anticristo no posee nada de esto, porque no reconoce las palabras de Dios, sino que las desprecia. Por eso solo escucha las palabras de Dios que exponen las actitudes corruptas de la humanidad, y eso es todo; nunca reflexiona sobre sí mismo, se disecciona ni se compara con estas palabras en lo más profundo de su corazón. En otras palabras, no disecciona ni compara sus manifestaciones, intenciones, perspectivas y pensamientos diversos según estas palabras de Dios; no hace nada de esto en absoluto. ¿Qué significa que no haga estas cosas? Significa que, para él, estas palabras que Dios ha hablado son simplemente una forma de decir las cosas, una perspectiva diferente; son sencillamente una forma diferente de describir el carácter, la personalidad, las prácticas y la esencia del hombre, y que de ninguna manera son el criterio para definir el carácter del hombre. Esta es una forma precisa de describir cómo los anticristos no consideran las palabras de Dios como la verdad. Los anticristos solo tienen una comprensión aproximada en sus mentes de lo que Dios ha expuesto sobre las diversas actitudes corruptas del género humano, pero nunca la aceptan en el fondo de sus corazones. Dado que no la aceptan, cuando algo les sucede, ¿son capaces de usar las palabras de Dios para restringir su carácter, cambiar sus prácticas y resolver sus perspectivas incorrectas? Absolutamente no. Los anticristos no aceptan la verdad, lo que significa que no admiten que tienen un carácter corrupto. Por ejemplo, tomemos la arrogancia: las palabras de Dios que exponen este carácter hablan de algunas de las formas en que se manifiesta y se revela en el hombre. Una persona que persigue la verdad y reconoce que esta son las palabras de Dios examinará su comportamiento y carácter propios según estas palabras. Lo sopesará una y otra vez, y luego admitirá: “Tengo un carácter arrogante. Es el carácter que revelé cuando hice esto. Estos pensamientos, acciones y actitudes míos son arrogantes. Estas formas en las que trato a los demás, hago mi trabajo y abordo mi deber son arrogantes”. ¿No es eso reconocer que las palabras de Dios son la verdad? (Sí). Consideran las palabras de Dios como la norma y las utilizan para hacer comparaciones con su propio comportamiento y, cuando encuentran un vínculo, inconscientemente reconocen que tienen un carácter corrupto, que todo lo que Dios dice es verdad y en absoluto falso. Por ahora, no trataremos si las personas pueden usar las palabras de Dios para resolver su carácter corrupto después de haber reconocido que lo tienen. Primero, solo hablemos sobre si las personas reconocen que tienen un carácter corrupto. Cuando se trata de reconocerlo, la mayoría de las personas que poseen racionalidad, conciencia y pensamiento normal pueden obtener esclarecimiento e iluminación de las palabras de Dios, y luego, inconscientemente aceptarlas y decir “Amén” a ellas, admitir que estas son la verdad y, por ende, que ellos son seres humanos con un carácter corrupto, e inclinarse ante Dios. Una vez que admiten que tienen un carácter corrupto, tienen una actitud correcta y apropiada hacia Dios, hacia la verdad y, en particular, hacia que los poden. Es decir, al reconocer que tienen un carácter corrupto, cuando los poden podrán someterse involuntaria y subconscientemente desde el corazón a esta poda, y estarán dispuestos a aceptarla. Incluso hay algunas personas que anhelan que otros las restrinjan y disciplinen mediante la poda, y muy naturalmente desarrollan una actitud positiva y proactiva y sentimientos positivos hacia el hecho de ser podados. Estas son personas normales. Las únicas personas anormales son los anticristos, que no aceptan las palabras de Dios, a menudo se ríen con desprecio de ellas, se resisten a ellas, las juzgan y las condenan en sus corazones. Por lo tanto, tienen la misma actitud hacia la exposición y caracterización que hace Dios del carácter corrupto del hombre. ¿Qué actitud es esa? Pongamos, por ejemplo, que Dios dice que las personas tienen un carácter arrogante y Él habla de sus manifestaciones específicas. Cuando los anticristos se enteran de estas manifestaciones específicas de las que habla Dios, no solo se niegan a aceptarlas, sino que llegan al extremo de despreciarlas. ¿Por qué lo hacen? Porque siguen la lógica de Satanás, es decir, la actitud de Satanás hacia la verdad y las cosas positivas. Dicen: “Llamas a esto arrogancia, pero, entre aquellos que son competentes, ¿quién no es ostentoso? Entre las personas que tienen talento para el liderazgo, ¿quién no habla de manera imponente? Entre las personas con estatus, ¿quién no es un poco ostentoso? Nada de esto es gran cosa. Todas estas cosas son perfectamente normales en el mundo de los no creyentes, pero aquí estáis vosotros haciendo una montaña de un grano de arena. Además, ¿tomar medidas sin comentar las cosas con los demás realmente se puede considerar como un acto de arrogancia? ¿Se trata realmente de dictar tus propias leyes? Las personas que son capaces deben tomar las decisiones, y tener la capacidad para monopolizar el poder es ser competente. ¿De qué sirve comentar las cosas con gente común como vosotros? ¿Qué sabéis? Entonces, no estoy siendo arrogante, simplemente soy competente y capaz. Se llama tener habilidades de liderazgo, y es un talento innato. Tengo una gran aptitud, puedo hacer cualquier cosa. No importa cuáles sean las circunstancias o en qué grupo esté, puedo hacerme cargo: ¡esto es ser una persona talentosa! No se debe exponer ni pisotear a las personas talentosas. En cambio, ¡se las debe recomendar, exaltar y poner a cargo de roles importantes, independientemente del grupo en el que estén! Dado que son personas capaces y talentosas con habilidades de liderazgo, deben tener la actitud de un líder y de un jefe. Si ocultan estas cosas, ¿no es eso una farsa?”. Utilizan este razonamiento retorcido y estas herejías para juzgar y condenar que Dios exponga el carácter arrogante, por lo que, no importa lo que digáis, nunca admitirán las diversas manifestaciones de las actitudes corruptas descritas y definidas por Dios. Piensan: “Lo que Dios dijo es solo una forma de decir las cosas. Es bastante positivo, ortodoxo y tradicional, pero no se lo puede definir como la verdad. Solo se puede aplicar a algunas personas. Por ejemplo, algunas personas son bastante ingenuas, no tienen talento, no son muy competentes o inteligentes, y además no tienen habilidades de liderazgo. Si no tienen un compañero adecuado, tienen que consultar con otros cuando actúan y, si no lo hacen, no pueden hacerse cargo de su trabajo; esta es la clase de personas a la que se pueden aplicar las palabras de Dios”. Todos los argumentos de este tipo son herejías y falacias satánicas.
Los anticristos nunca creen que las palabras de Dios sean la verdad, así que, cada vez que las oyen, solo las siguen por inercia. Son como los fariseos, usan las palabras de Dios para mantener las apariencias. No aceptan las palabras de Dios en el fondo de su corazón ni hacen que se conviertan en su vida y el objetivo de su práctica. Por eso, cuando los anticristos cometen un error, no reconocen que actuaron mal cuando los podas y los expones por ello, y mucho menos lo aceptarán cuando los podes en relación con el carácter y la esencia que revelaron en ese asunto. Al igual que se niegan a reconocer que actuaron mal, cuando los anticristos revelan un carácter corrupto, siempre tendrán alguna razón, excusa o explicación para negar que lo tienen. Por ejemplo, cuando revelan un carácter arrogante en un determinado asunto, dicen que tenían prisa, que eligieron mal sus palabras y que alzaron la voz un poco. Cuando alguien dice que estaban siendo falsos en otro asunto y que no estaban siendo abiertos, ellos responden que la mayoría de las personas tienen un calibre pobre, y que, si dijeran lo que estaba sucediendo, los demás no los entenderían y malinterpretarían lo que dijeron, y que por eso no estaban siendo abiertos. No importa qué carácter corrupto revelen, siempre pueden encontrar excusas y explicaciones. En resumen, nunca admitirán que tienen un carácter corrupto, independientemente de cuál sea el que revelen o cuán obvio o grave sea este. Los anticristos mienten con frecuencia, dicen una cosa en la cara de la gente y otra a sus espaldas, y nadie puede saber ni nadie conoce cuándo están diciendo la verdad y cuándo están mintiendo. Sin embargo, nunca admitirán que son personas falsas, en lugar de honestas. Por el contrario, a menudo se justifican y explican lo absolutamente ingenuos que son, lo particularmente sinceros que son con los demás y, cuando otra persona tiene alguna dificultad, lo mucho que quieren ayudarla con la bondad de sus corazones. Los anticristos no solo no admiten que tienen un carácter corrupto, sino que siempre intentan encubrirse, jactándose de lo buenos y amables que son. No solo no admiten que tienen un carácter corrupto, sino que al mismo tiempo también se jactan de lo buenos que son para persuadir a otras personas y para ganarse el favor y el corazón de la gente. Se jactan de cuán estratégicos y competentes son a la hora de actuar y hablar entre la gente, de que nadie puede destacar sobre ellos, ni superarlos, ni es más competente que ellos para su trabajo. Cuando los anticristos pagan un precio pequeño, cuando son capaces de predicar algunas doctrinas y teorías elevadas y hacen algo durante un corto período de tiempo que desorienta a la gente y hace que la mayoría de las personas los estimen; entonces piensan que han logrado ocultar su carácter corrupto y que han logrado hacer que la gente lo ignore. Así que, con base en estas manifestaciones de los anticristos y en este tipo de entendimiento y actitud que albergan hacia su carácter corrupto, cuando los podan, su primera reacción será oponerse, resistirse y hacer todo lo posible para limpiar sus nombres. Además de negarse a reconocer las pérdidas que han causado en la obra de la iglesia, también se negarán a reconocer el carácter corrupto que revelaron en el asunto y el error que cometieron impulsados por su carácter corrupto. Teniendo en cuenta esta manifestación y esencia de los anticristos, ¿es posible que logren un cambio de carácter? (No lo es).
He encontrado a algunos anticristos que cometen errores en su trabajo, que son perezosos, que no realizan su trabajo, que descuidan tareas específicas y que, a pesar de ello, mandonean a la gente, cometen fechorías imprudentemente y hacen las cosas a su manera. Cuando podan a estos anticristos esto, en la superficie parecen muy obedientes, pero tras bambalinas no se arrepienten en absoluto. A juzgar por su actitud impenitente, no han aceptado la poda en absoluto. A juzgar por el hecho de que no aceptan que los poden, nunca han examinado qué revelaciones de carácter corrupto poseen. En cambio, después de que los poden, continúan haciendo lo que les place, haciendo las cosas a su manera, involucrándose en manipulaciones subrepticias, engañando a quienes están por encima y por debajo de ellos, estableciendo sus propios reinos independientes y deleitándose en privilegios especiales, sin cambiar en lo más mínimo. ¿Por qué no cambian en lo más mínimo? Porque, precisamente, los anticristos no reconocen ni remotamente que tienen un carácter corrupto, ni aceptan la verdad, así que se abalanzan sobre la oportunidad de tener gran poder y lo aprovechan al máximo, y luego, usan ese tiempo para hacer lo que quieran, para hacer todo lo que pueden por hacer cosas malas, perturbar la obra de la casa de Dios y socavar el orden normal de esta. Mientras disfrutan de todo tipo de tratos materiales de la casa de Dios, no hacen nada bueno en absoluto. Aparte de hacer un trabajo superficial, ¿qué hacen a escondidas? Convocan reuniones, predican palabras y doctrinas e incluso se entrometen en asuntos que no les corresponden. Además de eso, mandonean a la gente. No realizan ninguno de los trabajos específicos que les ha asignado lo Alto y no aparecen en persona para dar instrucciones detalladas, supervisar u orientar. Simplemente mandonean a la gente desde arriba y, ocasionalmente, cuando realmente no tienen otra opción, se presentan en el lugar de trabajo para hacer algunas cosas y dar algunas instrucciones. Esto es solo una muestra temporal de entusiasmo, y poco después no se los puede encontrar por ningún lado. Cuando promueven a alguien o designan a una persona para un puesto, nadie puede decir que esa persona no es buena u oponerse a ello, y los anticristos nunca revisan o supervisan el trabajo de esa persona. Por muy malas que sean las cosas que haga la persona que han promovido o designado, no permiten que nadie los exponga, nadie puede destituirlos, y nadie puede reportarlos. Cualquiera que reporte a esa persona se convertirá en su adversario. Independientemente de lo grandes que sean las pérdidas o las perturbaciones a la obra de la iglesia que causen las personas a las que están utilizando, los anticristos harán todo lo posible para protegerlas y, si no pueden hacerlo, se apresurarán a desvincularse de esas personas y rápidamente se despojarán de toda responsabilidad. Independientemente de lo que hagan los anticristos, ya sea a la cara o a las espaldas de los demás, carecen completamente de un corazón temeroso de Dios. Son incrédulos, demonios y satanases vivientes, y aun así no tienen ninguna vergüenza para desear ocupar un puesto y disfrutar de los beneficios del estatus; son parásitos que viven a costa de la casa de Dios. Incluso, hay algunos que, cuando los han podado y ven que no podrán aferrarse a su estatus, se sienten desanimados, decepcionados y abatidos. ¿Por qué se sienten abatidos? ¿Por qué se sienten desanimados? Porque no pueden aferrarse a su estatus; su oportunidad de disfrutar de privilegios y tratamiento especiales se ha ido, nadie los estima más, y sus días de jugar con el poder han terminado. Tendrán que empezar a hacer todo por sí mismos; ya no tendrán la oportunidad de simplemente plantarse ahí e impartir órdenes. No se sienten arrepentidos o molestos por las consecuencias malignas causadas por su carácter corrupto. En cambio, se sienten molestos, derraman lágrimas y sienten una sensación de pérdida por no poder seguir disfrutando de los beneficios del estatus. Incluso hay algunas personas que, después de que las destituyan, piden otra oportunidad una y otra vez descaradamente. Decidme, ¿se les puede dar otra oportunidad a personas así? ¿Qué pretenden hacer con esa oportunidad? Vivir a costa de la iglesia, ser parásitos, y actuar de manera imprudente. Si les dieran otra oportunidad, ¿llegarían a conocer su propio carácter corrupto? ¿Serían capaces de conocerse a sí mismos? (No). Si tuvieran otra oportunidad, ¿llegarían a tener un poco de sentido de la vergüenza? ¿Cambiaría su calidad humana? Con otra oportunidad, ¿empezarían a hacer las cosas de acuerdo con los principios-verdad y dejarían de intentar establecer sus propios reinos independientes? (No lo harían). No harían nada de esto, ¿no están acabados? Si os podasen a vosotros y fuera un asunto tan serio que a lo Alto no le quedara más remedio que destituiros, ¿qué estaríais pensando? (Que realmente debería ser destituida, porque mi naturaleza es tan perversa, he hecho tantas cosas que vulneran los principios y se resisten a Dios, he cometido tanto mal y he causado tantas pérdidas a la obra de la iglesia que debería ser destituida). Una persona que posee razón primero reflexionaría sobre sí misma: “¿Qué hice realmente durante este tiempo? ¿Por qué me podaron? ¿Fue realmente correcto que me podaran por hacer esas cosas, y fueron realmente acertadas las cosas que esa persona dijo cuando me podó? ¿Cómo debería aceptarlas? ¿Cómo debería abordar esta poda?”. Luego, examinaría lo que realmente había hecho, si había alguna adulteración de la voluntad humana en sus acciones, si había conciencia y razón en ellas, si lo que hizo era conforme a los principios-verdad; cuánto de lo que hizo era conforme a los requisitos de Dios y cuántas cosas hizo de acuerdo con su propia voluntad. Una persona que posee razón debería examinar estos aspectos, no preocuparse por si ha perdido su estatus, por si la casa de Dios ha sido justa con ella, por lo que pensarán las personas de ella si no tiene estatus o por el tipo de posibilidades y destino que tendrá. Una persona que posee razón no se preocuparía por tales cosas.
¿Cuán desvergonzados pueden ser algunos anticristos? Si, después de ser destituidos, los hermanos y hermanas ya no les muestran tanto respeto; no son tan cálidos o amables y, en cambio, son fríos y los ignoran, estos anticristos no podrán soportarlo. ¿Por qué son tan susceptibles a estas cosas, pero no tan sensibles con respecto a su carácter corrupto? ¿Eso es parte de su naturaleza? ¿Tienen dignidad? ¿Tienen vergüenza? (No). Las dos cosas más preciadas de la humanidad son la vergüenza y la rectitud. En un anticristo, no hay ni rastro de ninguna de estas cosas. Los anticristos son desvergonzados y, por mucho que revelen un carácter corrupto o por mucho mal que cometan, no sienten culpa ni absolutamente nada, pero aun así quieren prolongar su estancia y vivir a costa de la casa de Dios. Después de que los hayan podado, desenmascarado y destituido, y de haber perdido el estatus que tenían, aún quieren que los hermanos y hermanas los veneren con respeto y cortesía. ¿No es eso irrazonable? ¿Os parece repugnante esta manifestación de los anticristos? (Sí). Toda persona experimenta una sensación de pérdida cuando la podan, especialmente si la destituyen y pierde su estatus. Siente que la han puesto en una situación incómoda y la han avergonzado frente a los demás, y está demasiado abochornada para afrontar a nadie. Sin embargo, una persona que conoce la vergüenza no suelta argumentos sesgados. ¿Qué significa no soltar argumentos sesgados? Significa ser capaz de afrontar todo de manera correcta, sin pensar y hablar de las cosas de forma sesgada, y en su lugar reconocer honestamente lo que se hizo mal y afrontar el asunto de manera justa y racional. ¿Qué significa de manera justa y racional? Significa que, dado que te podaron por algo, debe de haber un problema con lo que hiciste. Dejando de lado qué carácter corrupto tienes, digamos simplemente que, si te equivocaste en este asunto, ciertamente tienes cierto grado de responsabilidad en ello, y como responsable debes asumirla y reconocer que fuiste tú quien lo hizo. Una vez que hayas reconocido esto, debes examinarte y preguntarte: “¿Qué carácter corrupto revelé en esto? Si no me impulsó un carácter corrupto, ¿mis acciones se contaminaron con la voluntad humana? ¿Esto fue causado por la insensatez? ¿Tuvo algo que ver con mi búsqueda y con la senda que estoy tomando?”. Ser capaz de examinarse a uno mismo de esta manera se conoce como tener racionalidad, conocer la vergüenza y ver las cosas de manera justa, objetiva y fiel a los hechos. Esto es precisamente lo que les falta a los anticristos. Cuando los están podando, primero piensan: “¿Cómo puedes podar tan despiadadamente a un líder digno como yo, frente a tanta gente y hasta exponiendo mi secreto vergonzoso? ¿Dónde está mi prestigio como líder? Al podarme, ¿no lo has aniquilado? ¿Quién me escuchará a partir de ahora? Si nadie me escucha, ¿qué estatus puedo tener como líder? ¿No me convertiría eso en un simple pelele? ¿Cómo voy a disfrutar de los beneficios del estatus? ¿Ya no podré disfrutar de los artículos que ofrendan los hermanos y hermanas?”. ¿Es correcta esta idea? ¿Es conforme a la verdad? ¿Es justificable? (No). Esto es carecer de razón y soltar argumentos sesgados. ¿Qué quieres decir con prestigio? ¿Qué es un líder? Seguro que no estás libre de corrupción. ¿Qué quieres decir con “exponer tu secreto vergonzoso”? ¿Cuál es tu secreto vergonzoso? Es tu carácter corrupto. Tu carácter corrupto es el mismo que el de cualquier otra persona; ese es tu secreto vergonzoso. No hay nada diferente en ti, no eres superior a los demás. La casa de Dios simplemente vio que tienes un poco de aptitud y que puedes hacer algo de trabajo, por lo que te ascendió y te cultivó, y te dio una carga especial, un poco más para asumir. Pero esto no significa en absoluto que, una vez que tienes estatus, ya no tienes un carácter corrupto. Y, aun así, los anticristos se aferran a esto, diciendo: “Ahora que tengo estatus, no deberías podarme, especialmente frente a tanta gente, lo que permitiría que la mayoría de ellos descubriera mi verdadera situación”. ¿No es esto un argumento sesgado? ¿Dónde se puede aplicar este enfoque? En la sociedad, cuando construyes a alguien, debes adularlo como perfecto y establecer una imagen de perfección para él, sin el menor defecto. ¿No es eso engañoso? ¿La casa de Dios haría esto? (No). Eso es lo que hace Satanás, y es también lo que exigen los anticristos. Satanás carece de razón, y los anticristos también carecen de razón en este sentido. No solo eso, sino que sueltan argumentos sesgados y presentan exigencias excesivas. Para proteger su estatus, piden a lo Alto que tenga cuidado con cómo y en qué ocasiones los podan, y qué tipo de tono se usa. ¿Esto es necesario? Son seres humanos corruptos, y los están podando por algo que es real y verdadero: ¿qué necesidad hay de hacerlo de una manera particular? ¿Construirlos estaría perjudicando a los hermanos y hermanas? ¿Deberían ser construidas estas personas malvadas y tener su estatus protegido para que puedan cometer fechorías imprudentemente entre los que están por debajo y establecer sus propios reinos independientes? ¿Sería eso justo para los hermanos y hermanas? ¿Es eso mostrar responsabilidad hacia ellos? Esa no es una forma de hacerlo. Entonces, un anticristo que se comporta y piensa de esta manera y exige ese tipo de cosas solo está soltando argumentos sesgados y causando problemas deliberadamente, y no tiene el menor atisbo de vergüenza. Cuando podan a un anticristo por algo que hizo mal, este no admite que tiene un carácter corrupto, ni qué carácter corrupto fue el que lo llevó a hacer tal cosa. Después de soltar una serie de argumentos sesgados, no solo se niega a examinarse a sí mismo, sino que también piensa en tomar medidas correctivas. “¿Quién denunció esto? ¿Quién filtró esto a lo alto? ¿Quién informó a los líderes de que hice esto? Necesito averiguar quién fue y darle una lección. Necesito reprenderlo durante las reuniones y mostrarle cuán formidable soy”. Cuando podan a un anticristo, este hará todo lo posible por defenderse y encontrar una salida, y pensará: “Fui descuidado esta vez y dejé que se destapase el secreto, así que debo hacer todo lo posible para evitar que esto vuelva a suceder y probar un enfoque diferente para engañar a lo alto y a los hermanos y hermanas que están por debajo de mí, para que ninguno de ellos se dé cuenta. Cuando haga algo bien, deberé apresurarme a dar un paso adelante y arrogarme el mérito, pero, cuando cometa un error, deberé ser rápido para descargar la responsabilidad en otra persona”. ¿Eso no es descarado? ¡Lo es hasta el extremo! Cuando podan a una persona normal, esta se admite a sí misma para sus adentros: “No soy bueno, tengo un carácter corrupto. No hay nada más que decir. Debo reflexionar sobre mí mismo”. Si vuelve a encontrarse en esta situación, resuelve en silencio actuar de acuerdo con lo que Dios requiere. Independientemente de que pueda lograrlo o no, en cualquier caso, cuando la podan, lo acepta en su corazón de manera racional, y su racionalidad le dice que efectivamente hizo algo mal y que, dado que tiene un carácter corrupto, debe admitirlo. Se somete en su corazón, sin ninguna resistencia e, incluso si se siente un poco agraviada, su actitud principal es positiva. Es capaz de reflexionar sobre sí misma, sentir remordimiento y estar determinada a esforzarse por no cometer el mismo error en el futuro. Por otro lado, un anticristo no solo no siente remordimiento, sino que también se resiste en su corazón, y no solo no puede desprenderse del mal que está provocando, sino que incluso prueba a encontrar otra manera de seguir adelante para poder continuar cometiendo maldades imprudentemente y proseguir con su comportamiento maligno. Cuando lo podan, no examina su propio carácter corrupto, la fuente de su maldad, sus intenciones ni los diferentes estados y perspectivas que surgieron en su interior cuando se reveló su carácter corrupto. Nunca examina ni contempla estas cosas, ni acepta cuando alguien más le da sugerencias o consejos, o lo desenmascara. En cambio, intensifica sus esfuerzos para buscar diversos medios, formas y tácticas con el fin de engañar a quienes están por encima y por debajo de él y así poder proteger su estatus. Redobla sus esfuerzos por causar perturbaciones en la casa de Dios, y usa su estatus para hacer el mal. ¡Realmente no hay ninguna esperanza para él!
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